Aryth le lanzó una mirada inquisitoria y negó con la cabeza - ¿Tenía siempre que ser tan caprichosa? - pensó para sí mismo

Kirana notó esa mirada y esos pensamientos necios e hizo un gesto de aprobación, se estaba encaprichando con ese muchacho…

-¡Yo pudiera tener al que quisiera Aryth... pero apenas lo conocí, supe que él tenía un alma apasionada, dispuesta a todo... necesito a alguien aquí, que me ayude, que sea mi todo! - exclamó Kirana extasiada.

-Él vino por Ida, a no ser que hagas algo - refutó su hermano.

-No puedo intervenir en sus designios... le he dispuesto trece días de nuestro mundo... si no lo logra - dijo Kirana tomando un reloj de arena, lleno de piedras preciosas que brillaban incesantemente y lo volteó, comenzando la cuenta - si no lo logra, ella se queda, y él también, pero conmigo.... y elevaré mis oraciones a las profundidades del averno, para que así sea....

Aryth volvió a sonreír - ¿Cuándo no había obtenido ella lo que quería? - murmuró - Pobre humano…

Draco por su parte, hacia el intento de buscar el alma de Hermione, pero lo que le dijera Lady Kirana era cierto, los pasillos con habitaciones, se hacían interminables, y no todas se podían abrir, en alguna ocasión veía escalones para otros pisos, pero cuando dudaba en subir, desaparecían y eso le daba temor ¿y si ya no podía regresar?

Pero tenía fe... fe en que la encontraría y hacía caso a su corazón, y<cuando éste le indicaba el camino que debía seguir entre los laberintos de pasillos y habitaciones.

Sin embargo, Hermione estaba en esos momentos, fuera del castillo, había ido a desechar un puñado de diminutas esmeraldas que cambiaban de color, en uno de los rosales, que de inmediato, las absorbieron, con la mirada perdida y como autómata, se encargaba de sacar algunos asquerosos bichejos que alcanzaban a llegar a las rosas.

-¿Tú eres Hermione? - preguntó de pronto una vocecita y ella se volvió, Hope estaba de pié, con su cabello largo, rubio y enrulado, parecia una muñeca de porcelana, en verdad, era una belleza de niña, claro, Hermione en ese trance, no parecía ni notar lo hermosa que era.

-No - respondió y volvió a sus quehaceres

-Ahora te llaman Ida - dijo la niña insistente y ella se volvió de nuevo, mirándola fríamente.

-Tengo trabajo que hacer, regresa con tu grupo... ustedes no deben estar aquí...

-Yo si puedo entrar - sonrió la pequeña mirándola con una especie de adoración y sus ojos brillaban con una encantadora chispa - ¿sabes? Eres muy bonita... Draco tiene razón al quererte de vuelta con él ...

-¿Draco? - preguntó la castaña

-El humano que vino por ti - dijo la pequeña

-No me iré con él - respondió Hermione - soy de este mundo, a él  no lo recuerdo...

-Pero lo puedes recordar - insistió Hope

-¿Cómo?

-Cuando cruces con él, el Lago de las Almas, rumbo a su mundo...

-Este es mi hogar ahora... si pongo un pie fuera, el mundo de Hades me espera y es terrorífico - dijo Hermione - no me iré de aquí

-¡Pero Draco te ama! - casi gritó la pequeña - Tienes que irte con él…

-Yo no sé lo que es "amar" - respondió la castaña - y tú tampoco - se dio la vuelta y regresó al interior del castillo, dejando a Hope desilusionada.

-¡A estas alturas yo tampoco sabré lo que es amar! - suspiró cabizbaja - ¡Tienes que convencerla Draco, tienes que hacerlo!

Hermione entró al castillo justo cuando Draco por fin encontraba la estancia y al verla, sus ojos brillaron de emoción, tanto que corrió a abrazarla y la llamó - ¡Hermione!

-¡Soy Ida! - protestó la chica

-¡Eres Hermione, el amor de mi vida! - dijo Draco - ¡Por favor Hermione tienes que confiar en mí, tienes que irte conmigo!

-¡NO!

-¡Te amo princesa, te amo y no puedo vivir sin ti, tienes que regresar a tu cuerpo, tienes que volver a la vida! - le rogó el rubio.

-¡Mi tiempo pasó, mi cuerpo se perdió! - dijo la castaña - yo solo soy un alma que necesita ser liberada, por eso hago un servicio para Lady Kirana.

-¡Tu liberación, tiene que ser conmigo! - exclamó Draco - por favor pequeña, no me puedes hacer esto... te amo - le repitió con los ojos brillando y ella pudo ver cuán brillante eran sus ojos, que había algo encerrado en él que le hacía sentir algo, inexplicable, pues se supone que ella no debía sentir.

-Déjeme en paz - gruñó - no me iré con usted...

-¡Hermione! - gritó el rubio, pero ella nuevamente desapareció y él se sintió vencido, pensando que los trece días pasaban rápido, aunque fueran diferentes en ese mundo y él no la convencía de nada, pues a duras penas y la encontraba.

Hope parecía ser su único consuelo, cuando él se iba a llorar junto a las rosas, que se inclinaban al verlo, y se escuchaba su suave murmullo.

-No debes estar triste - le dijo mientras le recogía otra lágrima de sus ojos y lo depositaba en su cajita de cristal - ella se convencerá

-Si no lo hago en trece días... perderé todo... hasta a mí mismo

-¡No, no, si lo harás! - urgió Hope - ¡lo lograrás! Además… son trece días de aquí… no como tus días humanos.

-Me extraña tu confianza - sonrió Draco tiernamente - pero a veces se pierde...

-¡Tu no eres un perdedor! Tienes que intentarlo Draco, tienes que salvarla... es tan bella - suspiró Hope enternecida - ¡Creo que es un buen ser humano, se nota tan cálida, pese a la frialdad de sus ojos!

-¿Por qué te interesa tanto? - preguntó Draco limpiándose el rostro - Es verdad que es muy hermosa, por dentro y por fuera y por ello la quiero tanto, pero tu apenas nos conoces…

-Tu y ella me agradan, me gustan mucho...yo quiero que seas feliz... ¡No sé por qué, pero siento que si tú eres feliz, yo lo soy también!

-¡Gracias Hope! -  exclamó el rubio e instintivamente le dio un beso con mucha ternura en la mejilla - y ella se extrañó al sentir la extraordinaria calidez que emanaba de los labios de Draco

-¿Qué fue eso? - preguntó la niña con curiosidad.

-Un beso - respondió el rubio

-Sentí... algo - respondió Hope confusa - ¡creo que ya comencé a sentir cosas! - sonrió abiertamente y el rubio pensó que esa sonrisa extrañamente le recordaba a Hermione -¿Eso qué significa?

-¡Que aún puedo nacer! - sonrió Hope y se alejó corriendo - gritando de alegría - ¡lo sentí, lo sentí, lo sentí!

En el mundo de arriba... Hermione en la cama de hospital en San Mungo era cuidada por la señora Weasley, mientras la madre de Hermione descansaba un rato.

Molly tenía la mano puesta en el vientre abultado de la castaña ... ya habían pasado algunos meses... cuando lo sintió -¿que pasa mama? - preguntó Bill que la acompañaba.

-Pateó - dijo con lágrimas en los ojos -El bebé está dando pataditas... ¡Oh Hermione... y tú con los ojos vacíos!

Aryth miraba todo esto desde un gran ventanal, sabía que había un vínculo muy fuerte y poderoso, cuando de pronto, Hermione entró a dejar un cofre en el buró, él se volvió y la detuvo.

-Espera Ida

-Ordene mi señor - respondió haciendo una reverencia

Aryth le puso un dedo en la frente y cosas reveladoras pasaron ante él y sus ojos se extrañaron e hizo que ella levantará el rostro y se miraran intrigados.

-Esto no lo sabe Kirana - dijo Aryth - si ésta alma no regresa, se pierde todo...

De pronto, Hermione pareció reaccionar como de una hipnosis...

-Me llama mi señora - dijo y salió, desapareciendo, dejando a Aryth con una sensación extraña

Lady Kirana hizo un gesto cuando Hermione apareció frente a ella, haciendo una reverencia. De inmediato, Kirana le hizo una seña y ella la siguió, llevándola a una habitación, en donde hacía mucho frío, había almas congeladas

-Tengo un trabajo para tí, Ida, quiero que me hiles todo esto en oro, para otro traje - le mostró un hilar y muchos accesorios para hacerlos.

-¿Aquí mi ama? - preguntó Hermione - ése frío no era usual, no era del normal, era uno que congelaba hasta al mismo infierno.

-¡Mis órdenes no se discuten! - gritó Kirana molesta - Comienza ahora y no sales de aquí, hasta que no termines…

-Si ama - dijo Hermione y se sentó, comenzando a hilar.

Lady Kirana salió y poco a poco la habitación comenzó a hacerse más, y más fría, algunas almas eran hielo, pero el de la castaña, aun era cálida.

Draco ya no volvió a encontrarla, y eso lo desesperaba más, de por si cuando le veía no la convencía de irse con él, como para que ahora, la perdiera así.

Mientras que ella hilaba en esa habitación fría, con las manos heladas, y los pies y todo, a pesar de ser un alma, como ya se dijo, ese frío, era capaz de congelarla, como a muchas otras que estaban ahí.

La oscuridad de ese lugar era débil, aún se vislumbraban los jardines, y por lo visto, a Lady Kirana no le gustaba quedarse completamente a oscuras, pues ella controlaba la noche y el día a su antojo.

Cuando de pronto, Draco vio cruzar un vestido blanco en el jardín y extrañado abrió su habitación.

Lentamente comenzó a buscar, hasta que escuchó gemidos, instintivamente se acercó y descubrió a Hope acurrucada, bajo unos rosales que se inclinaban a ella y goteaban rocío, como si llorasen.

-¿Hope? ¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí? - preguntó el rubio preocupado.

-Estoy mal... algo me pasa - dijo con miedo y temblaba -¡Ellos me quieren llevar!

-¿Ellos, quienes? - preguntó

-Los Ángeles de las almas en infortunio... ¡No quiero, no quiero, no me pueden llevar!

Draco la tocó, Hope estaba helada, demacrada, ya no era la niña bonita que veía todos los días sonriendo…

-¿Porque te quieren llevar?

-¡Dicen que no naceré! - gruñó desesperada

-¡Claro que nacerás! - gruñó Draco - ¡Nacerás y serás feliz, tendrás una familia que te amará!

-¿Tú quieres que nazca?

-¡Claro que si!

-¡Es que ella... la que será mi mamá!...

-¿No quiere? - preguntó incrédulo

-¡No sabe! -chilló

-¡Tranquila Hope! - Draco la arropó en sus brazos y sin decir mas nada, la llevó cargando entre sus brazos a su habitación, la metió entre las sábanas y la abrazó muy fuerte. Ella temblaba

-¿Qué… que haces?

-Trato de darte calor, estás muy helada…

-Se siente bien…

-Tranquila Hope… vas a ver que todo resultará bien… yo regresaré con Hermione y tú vas a nacer y te van a querer mucho y serás la segunda niña mas hermosa del mundo…

-¿La segunda? ¿Quién es la primera? - preguntó Hope

-Quizás la que yo tenga con Hermione cuando tengamos hijos… lo lamento Hope - sonrió Draco - Pero no puedes ser la más bonita…

Hope sonrió forzada mente, pero… ¿Tenia Draco que ser tan perfecto?