54. Puerta al valle de las almas

París se volvió a sentar, mientras que el director se sentaba enfrente y las tías de Draco a un costado… Bethel y Susan lo miraron por un momento, pero dejaron que Dumbledore comenzara.

-El señor Malfoy está desesperado… señor Kavner, extiende su deseo para ir en busca del alma arrebatada de Hermione… le hemos dicho los peligros, el que él mismo no regrese, Pero… insiste… Y como sabe que tú eres el único que puede…

Había tristeza en sus ojos…

-¡Oh! - De pronto el director miró a la chimenea - ¿Vino a verlo su madre?

El chico se volvió a la chimenea…  y vio a la guadaña

-Mi hermana…

-Dejo aquí su… instrumento…

-Creo que sabía lo que pasaría…

-¿Lo harás?

-No tengo otro remedio señor director - suspiró París cansado - Yo tuve la culpa, por mi culpa… ese hechizo… yo lo di… no debí…

-¿A quién le diste el hechizo París? - preguntó el viejo director

-Si lo digo… no podré abrir la puerta… tienen que descubrirlo por si mismos…

-¿Por qué?

-Porque una vez que haga la invocación, olvidaré todo… todo lo que he vivido de unos meses a la fecha… si digo el nombre antes, entonces desapareceré en el instante y ya no abriré la puerta…

-Eso es terrible…

-Pensamos que tendríamos que rogarte para que… abrieras ese portal…

-Solo es un sacrificio más, pero lo hago porque Hermione no tiene porque pagar mis errores y pecados… cuando lo abra, no recordaré nada de lo que pasó …

-¿Y Luna, señor kavner?

-Me temo señor, que tengo que comenzar a olvidarla desde ahora…

-¿Necesitas prepararte?

-Si… necesito pensarlo otra vez… puedo arrepentirme

-Iremos a la enfermería a avisarle a Draco y a… hablar nuevamente con él sobre esto…

-Está bien…

-¿Y la guadaña?

-Yo la llevo… no la toquen por favor… puede estar hechizada y no me gustaría otro error

-¿Tú la llevarás?

-No se preocupen - sonrió amargamente - nadie más la verá…

Dumbledore le palmeo la espalda y salio con las tías, mientras que Paris acariciaba la guadaña y cerraba los ojos, tratando de que la imagen de Luna se grabara, aunque sabía, que no había esperanzas.

Draco estaba desesperado, no quería, no podía ver a Hermione como una muñeca manejable, pero miraba sin ver, respiraba sin respirar… era terrible. El director volvió a insistir en el peligro.

-Piénsalo bien Draco... si no logras salir del valle de la muerte... estarás ahí para siempre y puede que jamás encuentres el alma de Hermione, ni que la traigas de regreso, ahí no hay espacio ni tiempo... podrían pasar años y si regresaras, ya seria tarde...

-Quiero ir - dijo Draco - ¡Díganme como, quiero ir por ella! - ¿Acaso París no quiere? ¡Esto es su culpa!

-Es que… no es fácil, las consecuencias son… criminales hasta para el propio París …

Bethel y Susan se acercaron a Draco, ambas lloraban incesantemente, y le miraron, el rubio se puso de pie y las miró fijamente.
-Lo harás - dijo Bethel - Paris abrirá el portal para que vayas al Valle de la Muerte...

-Gracias tías

-Esperemos que encuentres el alma de Hermione... y si no regresas... que por lo menos... estés con ella para siempre...

-La traeré... se los prometo...

-Esperaremos a la media noche, no falta mucho... en el mismo lugar en donde se llevaron su alma, abriremos el camino... - Dijo de repente París a sus espaldas…

-Y que Merlín te guarde - Murmuraron las tías

-Está bien... Estaré listo...

-Recuerda Draco, no hay tiempo, no hay espacio, lo que a ti te puede parecer un día, podría ser una semana aquí... - Continuó diciendo París con el alma vacía… él también había perdido la suya…

-Lo tendré presente...

Las tías salieron a preparar el terreno junto con Paris y Dumbledore, Draco se enjugó sus lágrimas y respiró profundamente, acercándose a Hermione, que se mecía en la silla silenciosamente, él le tomó el rostro.

-Te prometo... que regreso con tu alma... juró por mi vida, que regresaré con tu otra mitad y estaremos juntos para siempre... te amo Hermione...

De nuevo, El Silencio era su respuesta... porque los ojos de Hermione estaban apagados.

A las doce de la noche, Bethel y Susan estaban ahí acompañando a París, cuando Draco llegó, con su túnica de viaje, Bethel le dio un reloj de arena y Susan un antiguo collar de la familia Malfoy que conservaban, así como monedas de oro antiguas.

-¿Estás listo? - Preguntó Paris

-Si...

-Te queremos Draco, recuérdalo - las tías lo besaron

-Me cuidaré, lo prometo...Pero mi prioridad, es encontrarla a ella

-Creo que puedes empezar muchacho - dijo Dumbledore - Ya es media noche…

-Una vez que abra el portal, tienes un minuto para entrar antes que se cierre, si pierdes la oportunidad, no habrá otra…

-Entiendo…

Finalmente… París hizo un gesto con las manos y la guadaña apareció en sus manos, y la azotó en el piso del baño, con su último recuerdo, evocó a Luna… y ella… desde su custodiada sala común, miraba por la ventana de su habitación…

Sabiendo que al día siguiente… ella ya no sería nada para París .

"Yo Paris Kavner, abro el portal al valle de la muerte, con el poder inferido por mi condición"

El chico comenzó sus invocaciones después de esto, en otro idioma ininteligible, y en la misma pared donde apareciera el carruaje, comenzó a abrirse, dejando ver un bosque casi muerto, con un cielo oscuro y un aire frío que calaba los huesos.

Pero conforme el chico avanzaba la oración, de la punta de la guadaña, comenzaba a salir un remolino de humo que lo envolvía y una vez que fue cubierto por esa masa gris, se hizo polvo y desapareció…

-De acuerdo con las memorias del único que ha salido de ese valle, tienes que caminar derecho, hasta encontrar el Lago de las Almas perdidas, una barca siempre espera ahí, y te cruzará al otro lado... - apuró a decirle Bethel

-Al otro lado del lago... encontrarás dos caminos, tomarás el de la derecha, hasta llegar al Castillo de Lady Kirana, la seleccionadora de almas... y ruego a Merlín que no te encuentre apetitoso... y que pueda darte información sobre el alma de Hermione.

-¿Qué hay en el camino izquierdo?

-La bajada al reino de Hades, Draco... ahí si no saldrías vivo, pero no tienes porque bajar en ese lugar, ya que... todas las almas siempre descansan en el castillo de Lady Kirana...

-Bien - suspiró y miró el portal

-El portal se abrirá en caso de que te acerques a este mismo sitio - dijo Bethel - así podrás salir… o eso dicen…

-Tengo que irme - dijo el rubio con valor, dio un último beso a sus tías y lo atravesó.

-¡Cuídate de las tentaciones! - gritó Bethel

-¡Llegar será fácil, lo difícil es salir! - gritó Susan

-¡Lo lograrás, lo harás, buena suerte mi niño, buena suerte! Que Merlín te acompañe…

Draco atravesó el portal y éste desapareció, no quiso mirar atrás, solo siguió caminando hacia el frente, el bosque lucía muerto, con algunas aves que graznaban estrepitosamente, no había luna en ese lugar, solo nubarrones negros, así que el lumus de su varita le servía mucho para seguir por el camino sin desviarse.

Sentía miedo, claro, pero tenía que ser fuerte y seguir si quería encontrar la otra mitad de Hermione.

Camino lentamente, no supo cuanto tiempo, hasta que llegó a las orillas del lago, en donde se encontraba una pequeña barcaza, con un remero, totalmente cubierto con un paño negro.

El rubio subió a la barcaza y el remero, extendió la mano a Draco, era una mano huesuda y larga, el rubio de inmediato depositó una moneda de oro en sus manos y éste comenzó a remar... en las aguas del lago, se podían ver algunas rostros que intentaban salir a flote, algunas manos que intentaban voltear la barcaza y Draco se aferraba a la pequeña veleta.

Finalmente llegaron al otro lado, Draco bajó a toda prisa, y se fijó en ambos caminos, en el camino derecho, estaba pedregoso y pantanoso, en el izquierdo en cambio, de pronto aparecieron dos bellas mujeres, con trajes rojos casi transparentes, que llamaban a Draco y le sonreían seductoramente.

-"¡Ven, ven, ven con nosotros! ¡Te haremos feliz!" - le decían con voz gloriosa y dulce

-"¡Ven, ven con nosotras, solo comerás, dormirás y gozarás de placeres!"

-Las tentaciones - pensó Draco, y eran tan hermosas, pero no se dejó llevar, comenzó a caminar por el camino correcto.

-"¡No vayas por ese lugar, es horrendo, horrible, no disfrutarás, serás otro esclavo de Lady Kirana!"

-"¡Recapacita, ven con nosotras, ven!"

Pero Draco ya había avanzado y seguía, con el pensamiento fijo en Hermione, en su alma y en que la encontraría y se la llevaría de regreso... aún no había peligro y recordaba que sus tías le habían dicho que todo parece fácil al principio.

No supo por cuanto tiempo caminó, ni cuanto recorrió, pero finalmente el cansancio lo venció, y tuvo que quedarse dormido en no se donde, acurrucado, con el frío calándole los huesos.

En tanto…

En la mansión de la muerte…

Paris yacía como dormido en la cama… su madre pasaba su huesuda mano por su mente y su corazón, y sacó de ellas, un alo de luz maravilloso, intenso, hermoso… y lo guardó en sus ropas.

-¿Lo regresarás ahora mismo? ¿Por qué mejor no lo dejas aquí? Ya no falta mucho para que termine la instrucción escolar - protestó Sara.

Muerte alzó su mano e hizo un ademán.

-¡Oh, no! ¿En serio quieres hacer ese experimento? ¿Quieres ver como sufre esa chiquilla horrenda?

Ella acaricio el largo cabello de Sara

-¡Como quieras! ¡Pero luego si algo sale mal, no te quejes! Claro, ya le quitaste todos los sentimientos por ella, pero… si tu insistes en ver como la hace sufrir… pues…

Ella puso su largo dedo descarnado en sus labios… y Sara asintió.

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