48. "Moonlight"
-Descuida - Dijo Paris adivinando sus pensamientos - Enviaré un mensaje al director avisando lo que ha sucedido - No le va a dar gusto, pero no queda otro remedio… ¡Bueno! Finalmente, él está acostumbrado a que tú o tus amigos se metan en problemas…
-Si bueno… pero Draco…
-Avisaré cuanto antes… ¡No vaya a ser que le de un ataque a tu marido y te quedes viuda!
-¡No eres gracioso y menos sabiendo que eres!
-Ya te dije que no puedo predecir eso… aún…
-De todas maneras…
-Luego vuelvo - Asintió y desapareció.
Hermione se asomó a la ventana, desde ahí se observaba el paisaje sombrío, no había verde, no había colores, solo gris y negro, el cielo era tétrico y a lo lejos se veían los linderos del bosque, los árboles muertos se mecían con el viento y las hojas secas se arrastraban solitariamente.
Ella no podría vivir ahí… y creía que Luna tampoco resistiría pasar tiempo en ese sitio que parecía un funesto panteón, aunque finalmente con la pequeña rubia no se sabía.
Y hablando de ella, Luna lentamente abrió los ojos y miro a todos lados, se dio cuenta que estaba en una mullida cama, con edredón negro y cortinas transparentes del mismo tono que estaban recogidas en moños rojos.
-¿Hermione? - Murmuró Luna incorporándose
-¿Cómo estás?
-Bien…
-¡Qué alivio! - Suspiró Hermione, en cierto modo, Luna y Ginny habían sido sus cómplices…
-¡Paris! ¡Paris! ¿Dónde está? - Reaccionó y Hermione rodó los ojos - osea, apenas reacciona y en lo primero que pensaba era en el muchacho en cuestión…
Casi se muerde la lengua al percatarse que lo mismo le pasaba a ella con el rubio… que cuando anochecía soñaba con él y cuando amanecía solo añoraba verlo…entonces no podía reprocharle nada a Luna, sobre todo, si en verdad estaba embelezada con el castaño.
-Ahora regresa, fue a avisar a Dumbledore que estamos en su casa y que no se preocupe…
-¡No me iré sin hablar con él! - refutó decidida la pequeña rubia.
-Luna, ya me has dicho esto hasta el cansancio… y si, si hablarás con él, pero por favor, contrólate, que me exasperas un poco… descansa, cuando tengan que hablar, lo harán.
-Me duele la cabeza…
-Como no, con tremendo golpe que te dieron esas bestias… la herida se volvio a abrir…
-¿De verdad? - Y se tocó - Pero… ¿La cerraste?
-Yo no… Paris lo hizo
-¿Cómo?
-Supongo que sabe hechizos curativos… mejor descansa un poco, cuando Paris se desocupe, regresará a verte…
-Bien…
×~×~×~
En Hogwarts… Dumbledore le leía la nota a Draco, Harry y Ron…
Los tres no lucían muy contentos
-¿Cómo que mi mujer se fue a casa de Paris?
-Acompañando a Luna, señor Malfoy
-¿Y con qué permiso?
-Eh…
-¿Y por qué tendría que pedirte permiso? - Chilló Harry
-¡Porque es mi mujer!
-Pero no tu esclava ni tu criada - refutó Harry molesto - el que este casada contigo, no quiere decir que hará lo que tú quieras…
-Pero yo…
-Muchachos, las chicas están bien, en vista de lo sucedido, ellas no pueden regresar luego, así que…
-¿Por qué no? - Espetó Harry
-Lo harán luego…
-¡Pero ha prometido Paris que las regresará! ¿Verdad? ¿No les hará nada? - cuestionó Draco preocupado - Finalmente al que él quiere es a Luna, pero a mi gatita…
-¿Gatita? - Gruñó Ron
-¡No te metas en mi vida comadreja!
-¿Por qué dices que si Paris las regresara? - Preguntó Harry compungido
-Eh…
-Tranquilos chicos… no pasará nada…
-¡Es que su madre!
-Señor Malfoy… no se le vaya la boca
-¿Quién es su madre? ¿Qué tiene que ver? ¿Acaso es peligrosa para las chicas, les puede hacer daño? - Urgió Harry
-No pasa nada Harry, confía en mi, son tonterías, ellas estarán bien y regresaran en cuanto puedan, pero el joven Kavner, me mantendrá informado sobre las chicas.
-¿No podemos ir con ellas?
-Me temo que no señor Potter… es mejor que no se metan en problemas… de todos modos, ni siquiera yo puedo ir sin ser invitado, fue una casualidad que las chicas pudieran hacerlo…
-Esta bien señor director…
-¡Ah! Señor Weasley, le suplico… que deje en paz a la señorita Lovegood, ya me comentaron lo que le hizo en el comedor, porque usted no la dejaba en paz…
-Es que yo…
-Créame, tiene suficientes admiradoras y la señorita Lovegood ya no es una mas de ellas, así que dedíquese a estudiar, jugar y conseguir otras novias que no sean ella…
-Eh… si señor…
De regreso a la mansión…
Ya atardecía cuando de repente, aparecieron viandas en la mesa que había en la habitación que compartían Luna y Hermione… finalmente ni siquiera habían desayunado y almorzado, así que Luna se levantó de la cama y comenzaron a probar lo que les habían llevado.
Minutos más tarde, Paris por fin hizo su aparición…
Luna se quedo sin aliento y hasta Hermione alzó una ceja evaluadora… El castaño se había cambiado de ropa y se había puesto una túnica preciosa bastante costosa y en un tono negro terciopelo, que lo hacía lucir varonil, impecable, parecía un príncipe como iba… de repente, hasta Luna se sintió pequeña…
-Lamento la tardanza ¿Comieron bien?
-Si, gracias…
-¿Luna?
Pero ella lo miraba embelezada, de tal modo, que hasta a Hermione le dio pena ajena… los enormes ojos azules de la chica, rebozaban de una luz impresionante y brillaban con solo mirar a Paris una vez más… definitivamente estaba perdida sin él.
-¡Luna! - La sacudió Hermione.
-¡Oh, Paris tenemos que hablar!
-Lo sé … pues… bueno… Hermione, como no te puedo decir que te vayas a dar una vuelta por el jardín… te dejare en la habitación contigua para que Luna y yo hablemos… No tengas miedo, nada te va a pasar… he dispuesto que nada te perturbe…
-¿En serio?
-Si… es que… por mas mal que me caiga Malfoy, no creo que sea un viudo desconsolado por mucho tiempo…
-No te pases…
-Vamos… Luna... enseguida regresamos…
-Aja…
Apenas Paris salió con Hermione, la rubia buscó el baño y se lavó la cara, se enjuagó bien la boca y se arregló su cabello despeinado, el problema era que como estaba largo, era fácil que se le enredara.
-¿Luna? - El regresó antes de tiempo
-¡Aquí estoy! - salió del baño aún secándose las manos y arrastrando un poco el pie, por un momento no había sentido las punzadas en el talón.
-¿Cómo está tu cabeza? ¿Te duele mucho el pie?
-Solo me duele un poco la cabeza, pero… eso no importa…
-No te preocupes, luego te quito el dolor…
Por un momento, hubo un silencio imperdonable…
Los dos se miraron largamente… y de repente…
Luna se lanzó a los brazos de Paris, el chico se quedó absorto mientras ella lo abrazaba por el talle y lo apretaba fuerte contra ella… la rubia aprovechaba para refugiarse en su pecho y aspirar el delicioso aroma que él llevaba consigo, sentía la calidez, la dureza de su pecho y deseaba permanecer así para siempre… Paris no entendía hasta donde llegaría todo aquello.
-Luna…
-Déjame estar así un ratito más - Susurro la rubia…
Mientras que por el ventanal, el frío vientecillo entraba, moviendo las cortinas, y dejando que la luz de luna, que comenzaba a vislumbrarse entre el nubarrón negro, lanzara sus luces hacia el interior de la habitación…
Por lo menos, en ese anochecer, la luna había salido mas temprano que nunca… para recibir calurosamente a su tocaya, la cual estaba más que fascinada, prendada de Paris… pero claro, que Luna no se conformó con un abrazo, alzó los brazos a su cuello y lo jaló hacia ella para darle un beso en los labios…
Paris no puso objeción, solo cerró los ojos y se dejó llevar…
Claro, que cuando el beso se tornó más urgente, Paris tuvo que hacer un gran esfuerzo por apartar a la chica de él, si no, no iban a poder aclarar las cosas…
-Luna…
-Lo lamento… yo… quería…
-No voy a regresar a Hogwarts…
-¿No? ¿Por qué?
-Es porque… ya no puedo más Luna… yo puedo llegar a hacer un daño terrible, sobre todo cuando me enojo, porque yo… bueno, creo que ya lo sabes…
-¿Por qué ya no quieres regresar? ¿Es por mí?
-Si…
-Ya le dije a Ron que me deje en paz… es cierto Paris, he sido una idiota, una estúpida por no darme mi lugar y decirle que él y yo, nada que ver… además, el muy cínico me dijo que él me había salvado cuando en realidad, habías sido tú …
-¡Pero qué … idiota!
-Tú … tú eres el único chico que me ha tomado en serio… eres el único que no me dice loca… aunque no creas todo lo que yo creo… y ahora resulta que te vas… me vas a dejar sola…
-Lo lamento Luna
-¡No, no lo lamentes! Dime que regresas…
-Ya no puedo… porque yo no acostumbro a jugar… y mi madre tampoco… Ella ordenó que saliera del colegio para evitarme un desastre emocional…
-¡No quiero que me dejes sola!
-Por favor Luna, no me hagas esto…
-No me lo hagas tú a mi… por favor… yo te quiero mucho… si deje que Ronald me manipulara era porque estaba abstraída, pero ya lo arreglé…
-Es que mi madre…
-¡Puedo hablar yo con ella y decirle que te deje regresar que yo te cuido y procuraré que nada te moleste! ¡Por favor! Te juro que Ron ya no es problema…
-¿En serio querrías hablar con mi madre? - preguntó París sorprendido
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