37. Prenuniciones

Hermione abría los ojos pesadamente... aquel lugar era demasiado frío y oscuro, alzó la vista y solo vio el techo alto con candelabros de araña, pero apagados, hacia el frente, un pasillo interminable, atrás de ella otro mas, interminable y lleno de estatuas de metal, armaduras con sus lanzas que rechinaban amenazadoramente ¿en dónde estaba?

Hermione sintió un pesado dolor de cabeza, se sentía muy mareada, como pudo se levantó y para su fortuna se percató que aún tenía consigo la varita mágica, atontada por el golpe, caminó por el pasillo en donde estaban las hileras de estatuas de metal, con sus espadas brillantes, la chica sintió escalofríos.

-¡Lumus! - gimió y la punta de la varita se encendió.

"Muerte a la sangre sucia" - de pronto se escuchó una voz funesta, tenebrosa, de ultratumba y Hermione sintió como una brisa de aire frío la invadía

-¿Qué pasa? - chilló y se volteaba a un lado y otro, escuchando esa horrenda voz

"¡Matad a la sangre sucia que profana este recinto!"

"¡MUERE SANGRE SUCIAAAAAA!" - y de pronto una de las estatuas pareció cobrar vida y le lanzó un golpe con la espada, haciéndole un rasguño en su brazo

-¡NOOOOOOO! - chilló Hermione al ver que varias estatuas de metal, brincaban de sus pedestales, levantando las espadas directo a ella.

"¡MUERE SANGRE SUCIA, MUEREEEEE!"

-¡NO! - chillaba Hermione esquivando los estadazos que le asestaban - ¡Basta por favor, basta!

Y sentía que sus piernas no le respondían, y sus manos le temblaban, no podía ni sostener la varita, la cabeza parecía estallarle y esa infernal voz le taladraba los oídos.

-¡AY! - gritó cuando el filo de la espada le asestó en el brazo y de inmediato comenzó a sangrar... definitivamente, las estatuas tiraban a matar.

La pobre chica, como pudo, se arrastró entre las piernas de metal, tratando de no tocar las espadas, y de esquivar sus ataques, saliendo de ese pasillo, y al hacerlo las estatuas no la siguieron, regresaron a su lugar... la que la había herido, aún goteaba su sangre en la punta de la espada.

Hermione no podía ni correr, sus piernas parecían de gelatina, pero aún así intento salir del pasillo, pero éste no tenía fin, parecía interminable, y solo la rodeaba la oscuridad... sin embargo, veía puertas que se abrían y cerraban a lo largo del pasillo, en las cuales, veía las cosas mas espantosas que en sus sueños había imaginado... ella pensó que estaba en la puerta al infierno.

-¡Sáquenme de aquí! - gemía y procuraba no ver las cosas espantosas atrás de las puertas, ella sentía desmayarse - ¡Por favor, sáquenme de aquí! - y comenzaba a llorar.

"¡MUERE INTRUSA INDIGNA! - de pronto una ráfaga de aire frío la golpeó y la aventó con fuerza por todo el pasillo.

-¡AAAAYYYY! - gritó al sentir como el duro suelo, le golpeaba sin piedad, y al alzar la vista, miles de espectros malignos, comenzaban a rodearla, todos deformes, demoníacos, era más de lo que podía soportar.
"¡MUERE, MUERE, MUERE, MUERE!"

-¡NOOOOO! ¡DRACOOO, SACAME DE AQUIIII! - gritó con desesperación, mientras se hacía un ovillo para protegerse de esos seres.

De vuelta al colegio…

La mente de Paris daba mil vueltas y se tocaba los labios mientras escuchaba la voz suplicante de Luna: "¡Por lo menos piénsalo por favor!"

-¡NO! Luna está equivocada, las cosas no son así, yo no podría… ella se equivoca… ¡Es casi una niña! Bueno, ya no tanto, pero…

Pero si se negaba… de por si Luna se veía afectada… era tan pequeña y frágil ¿Y si se equivocaba? ¿Y si era al contrario y a Luna no le gustaba? Se arrepentiría por toda su vida…

-¿Qué debo hacer? ¿Decirle rotundamente no? No volverá a hablarme nunca… ¿Por qué, porque me has pedido eso Luna? ¿Por qué?

"Quiero que contigo sea mi primera vez, te lo pido por favor"

Paris se puso una almohada en la cara y emitió un gruñido, después la aventó y se frotó el rostro… ¿Cómo una niña inocente como ella iba a pedirle que hiciera tal cosa? ¡Qué de entre todos le arrebatara la flor de su virtud, a él, que no lo merecía!

-¡Buena la hora en que le ayude a Hermione! ¿Ahora que voy hacer Merlín?

Merlín te diría que no… Bueno, en tanto con el rubio que estaba en la sala común.

-"¡DRACO, AYUDAME!" - de pronto Draco se sobresaltó, estaba nervioso tratando de hacer sus deberes cuando escuchó esa voz - ¿Escuchaste eso Zabini?

-¿Qué cosa?

-Una voz... pidiendo ayuda

-Sueñas Draco, yo no he escuchado nada - respondió el moreno, volviendo a sus deberes.

-"¡DRACO, TE NECESITO, AYUDAME!" - volvió a escuchar en sus pensamientos - ¡NO!

-¿Qué.. ahora que?

-¡HERMIONE está en peligro! - gimió y se levantó, mirando a todos con desesperación - ¡algo le pasa!

-Pues nadie sabe donde está - dijo Blaise, sintiendo un poco de lástima - ahora resulta que tienes el don de la adivinación... tranquilízate amigo, estoy seguro que ella aparecerá.

Draco no respondió, sabía que algo había, una conexión, era como si el corazón de Hermione se conectara con el suyo para pedir ayuda, el chico salió de la sala común, totalmente desesperado... pero, ¿Dónde  podría estar? ¿Dónde?

En tanto, en los pasillos Luna caminaba hacia Ravenclaw…

Pensando en lo que le había pedido a Paris ¿Y si el chico le decía que no? ¡Seria humillante! Aunque nadie se enterara… Se sentia avergonzada por andar rogando un poquito de amor…

Amor que Ron nunca le había tenido y aún no entendía porque le había pedido salir con ella… ahora salía con Lavender y encima de todo, tener el atrevimiento de decirle que se apartara de Paris.

-¡Oh, Luna, creo que los torposoplos se han arremolinado en tu cabeza y te han hecho despabilar! - Dijo la chica apoyándose en las escaleras…

Se miró a un espejo que estaba a un costado…

-Creo que debo ponerme los espectrógrafos para ver si los tengo sobre mi cabeza… debe ser, para haberle dicho así a Paris ¿Qué pensará ese muchacho de mi? ¡Y que pensaría mi padre si se enterara!

Por primera vez en su vida, Luna sintió que su corazón no aguantaría una negativa, acostumbrada estaba a las decepciones, pero se había decidido que si Paris decía que si, le entregaría su primera vez… porque Ron, ese no la merecía…

El castillo parecía tan solitario…

Tan frío…

-¡Draco, mi amor... sácame de aquí! - lloraba Hermione, encerrada en aquel terrible lugar, sin saber que hacer y seriamente lastimada...

Draco daba vueltas una y otra vez por todo el colegio, ponía atención a las paredes, por si ella estaba atrapada en algún pasadizo secreto, miraba a un lado y otro, esperanzado y nada... Harry se encontró con él, también la andaba buscando con Ron, Ginny y Luna.

Pero a pesar del mapa del merodeador, no aparecia el nombre de Hermione por ninguna parte, lo que quería decir, que dentro del colegio no podía estar…

-No la encuentro - dijo Draco a Harry, el pobre rubio estaba muy pálido

-Nosotros tampoco...

-Yo... la escuché - dijo casi con temor

-¿Qué dices?

-Le escuché pidiendo ayuda... ella está en grave peligro... No sé donde buscar...

-Dumbledore no está - dijo Harry - así que no hay modo que nos ayude... Ningun alumno ha encontrado nada… ya buscaron hasta debajo de las piedras…

-Luna fue al bosque prohibido, pero nos dijo que ya estaban por ahí los profesores… regresaron, preguntamos y nada… no le han visto los centauros…

-¡Ah! - brincó Ginny

-¿Qué pasa?

-¡No les hemos preguntado a los retratos! ¡Alguno habrá visto u oído algo!

-¡Cierto, vamos!

Y todos corrieron hacia los retratos que estaban a lo largo del pasillo en donde Hermione cumplía su castigo, aunque algunos aseguraron que estaban en otros retratos charlando y no se dieron cuenta de nada.

-¿Cómo es posible? - chillaba Ginny - ¿y ahora qué hacemos?

-¿A quién buscáis bellacos? -  preguntó de pronto Sir Cargodan - qué se apareció echando al dueño del retrato a base de insultos y apuntando con su espada.

-A Hermione Granger, Sir Cardogan - se adelantó Harry - La que ahora es esposa de Draco Malfoy… aquí presente…

-¿Quién?

-¡La muggle que se casó con el sangre limpia en una noche de borrachera! - dijo Draco desesperado

-¡Ah! Ella… ¡La bella dulcinea que fue secuestrada! - dijo sin tacto y con un dejo de superioridad

-¿Qué? - brincó Draco - ¿Qué es lo que está diciendo? ¡Eso es imposible!

-¿Como que fue secuestrada? - gritó Harry -¿Quien lo hizo?

-MMMMM... no lo se mi señor, ambos tenían capuchas negras y máscaras, imposibles verles el rostro... golpearon a la bella señorita y se la llevaron a rastras

-¡NO! - gimió Draco sintiendo su corazón partido

-¿A dónde la habrán llevado? - preguntó Ron, un poco verde

-¡Solo alcancé a escuchar algo sobre la mansión Malfoy! - dijo Sir Cardogan y Draco palideció

-¿Sobre mi casa? - chilló - No entiendo yo... - y de pronto palideció aún más - Pero… mis tías… me hubieran avisado…

-¿Qué te pasa Malfoy?

-¡Oh! ¡Hermione está en el pasillo prohibido... en mi casa! - gimió

-No me gusta como suena eso de pasillo prohibido...

-¡Hermione está en peligro! - gruñó - ¡Tengo que ir a rescatarla! - salió corriendo.

-¡Espera que tú no vas solo! - protestaron los otros chicos y salieron tras Malfoy

En el trayecto se encontraron a Luna

-¿Qué pasa chicos?

-Malfoy dice que Hermione está en su casa… iremos allá ahora ¿Has visto a los profesores?

-Están en una junta…

-No tenemos tiempo de perder - dijo Malfoy deteniéndose por un momento - Si esta en el Pasillo Prohibido… ¡Algo malo le puede pasar! - Aunque rezaba porque nada malo le hubiera pasado ya…

Y siguieron su loca carrera, con Luna tras ellos, mientras que a un costado, Ron le miraba de reojo ¿Se había equivocado al dejarla?

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