25. No se puede vivir con tanto veneno...

-¡Longbotton! dile a la traidora de Granger que salga ahora!!!

-No soy tu criado - rugió Neville en un acto de valentía

-¡Dile a Granger que si no sale en este momento, me la pasaré gritándole todo lo que se merece aquí, frente a su casa! - chilló el rubio - ¡Y no me moveré de aquí!

Neville hizo un gesto, decidido a avisar a Hermione, antes que se hiciera un escándalo mayor.

La señora gorda estaba muy enojada, y no era capaz de decirle al rubio que guardara silencio y no merodeara por la sala gryffindor.

-¿Ahora que quieres? - dijo Hermione a sus espaldas de repente

-¡Esto! - se volvió violento y le mostró el anillo de bodas.

-¡El símbolo de nuestra unión! - exclamó Hermione suspirando y mirándolo con altivez.

-¡Eres horrible! - chilló Draco

-Si, tienes razón - dijo ella con cierta ironía - quería un esposo rico y sangre limpia ¡qué mejor que un Malfoy!

-¿Te estás burlando de mi? - gruñó

-No... "Esposo" - dijo Hermione con una sonrisa burlona, le encantaba verlo enfadado y a punto del colapso

-¡Ah, que bien! - rugió el chico - "Esposo" si, como no... Entonces - se acercó peligrosamente - ¡Entonces debes cumplir con tus deberes de esposa!

-No veo como - respondió retadoramente - los elfos, lavan, planchan, hacen la comida... limpian tu mugrero....

-Sabes a lo que me refiero, tus deberes de esposa - y la abrazó con fuerza, tratando de que Hermione lo rechazara, pero fue todo lo contrario, ella lo único que hizo, fue... alzarse y besarlo.

Draco por un momento se perdió con esos labios que le hacían sentir miles de mariposas en el estómago, sentía que su sangre comenzaba a hervir y que se olvidaba de su nombre, comenzaba a temblar angustiosamente y los labios de Hermione se aferraban a los suyos como una sanguijuela...

El chico estaba a punto de dejarse llevar por esa maravillosa sensación y más aún, cuando las manos de Hermione acariciaron su espalda haciendo que se erizara por completo... ¡Pero él le había exigido deberes de esposa! Así que ella estaba a punto de darle lo que quería...

-¡Basta! - gimió Draco apartándola con dificultad

-¿Basta?

-¡Eres una cínica al estarte burlando de mi de esta manera! - chillón el rubio.

-¿Cinica? Tu me pediste que cumpliera MIS deberes de Esposa...

-¡No voy a acostarme contigo! - gruñó el chico con el rostro encendido

-¿Y qué harás? ¿Buscar a Pansy para satisfacer tus instintos cuando es a mí, lo que más deseas ahora? - sonrió Hermione disfrazando de ironía su amargura.

-¡Yo no te deseo! - gritó el rubio

-¿Y porque temblabas en mis brazos? - exigió Hermione - ¡Lo haces porque sabes que eres mío, yo soy tuya y nadie mas te dará lo que yo... señor sangre limpia!

-¡Cállate Granger! - espetó Draco y sentía impotencia y una revolución al no poder definir sus sentimientos... decirle "Te quiero" a Hermione era como clavarse una daga en el corazón.

- ¡Voy a deshacerme de esto! - espeto el rubio mostrando el anillo de bodas, por un momento Hermione parpadeó, pero en seguida se repuso.

-Haz lo que quieras con el - Dijo la castaña con calma - No me importa ¿sabes? - finalmente tengo el mío, con tu nombre y eso me basta...

Hermione se acercó desafiante al rubio, y le acarició el rostro suavemente, el chico estaba petrificado, paralizado, no dijo nada ni siquiera apartó la mano de ella, quien se metió de inmediato a la sala común.

Draco se maldijo en silencio ¿por qué era tan débil ahora con ella? ¿Por qué ya no podía decirle de cosas e insultarla como antes?

El fin de semana, Draco pidió permiso y salió del colegio, iba en busca de respuestas, mientras que Hermione se dedicaba a vagar por el castillo, aun no tenían permiso de salir a Hogsmeade.

Pero ella no se percataba, que andando sola, era peligroso para ella, porque los ojos viperinos de Pansy eran peligrosos, la mataban con la vista.

Así que, sin imaginar el peligro, Hermione abrió la puerta de los sanitarios, para lavarse las manos...

Pero... unas manos parecidas a unas garras, le tomaron por el alborotado cabello con fuerza, con coraje y le dieron un fuerte jalón, que Hermione perdió su varita y solo sintió un golpe sobre la pared, cuando pudo abrir los ojos, Pansy la miraba con odio.

-¡Su... suéltame Parkinson! - dijo la castaña con dificultad, ella le tiraba del cabello hacia atrás, lastimándola.

-No se me da la gana, asquerosa sangre sucia...

-¡Sú... suéltame! - gimió de nuevo, el dolor era insoportable

-¡Te crees muy vencedora porque te casaste con Draco, con MI novio, MI hombre!

-¡Draco ya no era nada tuyo! - gimió Hermione sintiendo como ella trataba de arrancarle el cabello.

-¡Pero era un sangre limpia y tú te metiste con él! ¡Eres una arrivista, pero sábete esto, que tú y el no se quedarán juntos y yo me encargaré de arrancarle tu asquerosa presencia de su piel!

-¿Y cómo le harás, eh? - gruñó la castaña ya con lágrimas en los ojos por el dolor - ¡Solo que se la quites!

-Solo debo matarte - sonrió Pansy con maldad - te llorará en silencio un par de días y luego... quedarás en el olvido...

-¿Matarme? - gimió y entonces, vio que estaban solas, y que podría hacerlo perfectamente.

-Pero hoy solo te daré una lección de lo que les pasa a las sangre sucias que aspiran cosas - dijo Pansy y apenas soltó a Hermione comenzó a soltarle bofetada tras bofetada

¡PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF!

Con furia incontenible sin darle el menor chance de defenderse, dejando a la pobrecita Hermione, tirada en el baño, sangrando y con las mejillas hinchadas

Cuando Ginny la encontró sintió mas rabia que nunca, Hermione lloraba en silencio con su rostro ardoroso e hinchado, no podía ni limpiarse la sangre por el dolor.

-¡Tergeo! - dijo Ginny limpiándole la sangre del rostro - es mejor que vayamos con Madame Pomfrey para que se te quite lo hinchado... ¡esa desgraciada!

-Estoy bien - suspiró Hermione con la maraña de pelo en su cara - solo está dolida por lo del matrimonio...

-¡Casi te mata a golpes! ¡Está loca!

-Tendré mas cuidado - respondió la castaña recogiendo su varita, pero rompió a llorar nuevamente

-¡Oh, Hermione! - exclamó Ginny abrazándola con ternura - Pansy ya había comenzado con sus crueles ataques.

En otro lugar, Draco llegaba a su mansión, pero sus tías ya no se encontraban, habían desocupado sus habitaciones y eso puso furioso al chico, siendo que el mismo las había corrido.

-¡Ven acá Trum! - gritaba Draco por todo el castillo buscando al nuevo elfo doméstico.

-¡Mi amo me mandó a llamar! - dijo el elfo temblando.

-¿Cuándo se fueron mis tías? - preguntó Draco.

-¡Oh, cuando el joven amo correrlas, ese mismo día ellas irse de castillo! - refutó el elfo.

-¿Sabes a dónde? - gruñó

-¡Oh, Trum sabe que irse a vieja hostería del pueblo! - gimió el elfo

Malfoy de inmediato salió de la mansión, apretando fuertemente en sus manos, el acta de matrimonio...

Bajo al pueblo, buscando en la vieja hostería, aunque no tuvo problemas, las tías estaban en una mesa de un viejo cafetín, con una charla alegre, que por supuesto se desdibujó cuando su sobrino se acercó y les aventó el pergamino en la mesa.

Una de ellas lo tomó y al leerlo negó con la cabeza, lo pasó a la otra y tuvo la misma reacción, ambas miraron a Draco con angustia.

-¿Como pudiste casarte con esa niña tan linda? - dijo una

-¡Pobrecita, ahora me imagino como estará!

-¡No vine a que la compadezcan! - gruñó el rubio  - ¡vengo a que me anulen esta boda, yo no estaba bien, no tenia memoria y...!

-Me temo que eso será imposible Draco... Elmer y su esposa murieron en un accidente...

-¿Quien?

-El notario que los casó... falleció y... ahora me temo que la anulación de tal matrimonio, tardará mucho, la notaría estará cerrada y solo ahí se podría comenzar la anulación.

-¡Pobrecita Hermione... estaba tan enamorada de el otro Draco! - suspiraron las tías, mientras que Draco sentía que el mundo se le venía encima.

Bethel y Susan se miraron una vez más y terminando su café,  dirigieron otra mirada a Draco, quien estaba muy pálido y desencajado... si la anulación llevaba tiempo, estaría atado a Hermione más tiempo del que pensaba.

-Escucha Draco - dijo Bethel - se cuanto te disgusta la situación, créeme que si nos lo hubieran dicho, no lo hubiésemos permitido pero…

-Ya no hay remedio - completó Susan - unos meses tal vez y no tendrás que soportarla más, en cuanto abran de nuevo la notaría te avisarán

-Y bueno, nosotras regresamos a América mañana y...

-Ustedes no regresan - gruñó Draco y las tías lo miraron con ojos abiertos

-¿Qué dices?

-¡Que no se van hasta que este lío termine! - exigió Draco.

-Discúlpanos Draco, pero no estaremos gastando oro en esta hostería, esperando a que se resuelvan tus problemas

-¡En primera! - dijo Draco rojo - ¡Las necesito de testigos que estaba desmemoriado y este matrimonio no es válido!

-Pero supongo que ya está consumado - dijo Bethel con cierta picardía que hizo ruborizarse más al chico

-¡Eso no importa, yo no me acuerdo! Así que... ustedes no se van hasta que me ayuden a resolver este problema, quiero que regresen a la mansión...

-Si claro...

-¡No me pueden dejar con esto! - exigió el rubio - ¡Por qué yo no estaba bien!

-Te entendemos - dijo Susan con fastidio - por mi no hay problema... claro, con una condición...

-¿Cuál?

-Seguiremos limpiando ese cuchitril que tienes por casa, le hace falta la mano femenina...

-Esta bien - dijo con fastidio - pero menos el último piso, de hecho no se puede entrar sin clave... mi padre le puso un hechizo muy poderoso...

-¡Con razón nunca pudimos acceder a ese pasillo!

-Si alguien ajeno a la familia entra... se muere - respondió el rubio - así que mejor lo dejan en paz...

-¿Me pregunto qué escondía Lucio ahí? - gruñó Bethel, pero por el momento, era preferible no averiguar - bueno sobrinito, hoy mismo regresamos al castillo y trataremos de ayudarte a anular esto...

-Pero no lo hacemos por ti

-¿A no?

-No, lo hacemos por Hermione - Esa pobre niña no tiene la culpa de haberse enamorado de ti…

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