30. Lo que nos espera es el camino.

No pudieran avanzar mucho, puesto que tuvieron que esperar a que Hope se calmara, si es que pudiera hacerlo, el dolor que sentía era tan doloroso que la pobre sentía morir a cada paso… Había encontrado el amor y lo había perdido…

Pero en el mundo de la Muerte…

Andrew flotaba en un mundo que ni se imaginaba, todo a su alrededor era hermoso, lleno de luz y cánticos… sentía como descendía en un terreno algodonoso… se vio así mismo vestido de blanco y sin sandalias ¿Dónde estaba? Sabía que había muerto, pero…

"Andrew" - de pronto apareció una mujer, alta y hermosa, que vestía de blanco y tenía hermosas alas blancas…

-¿Quién? - tartamudeó el chico

"No tengas miedo"

-¿Dónde estoy?

"Estás en un mundo suspendido… moriste, es verdad, pero solo tu cuerpo, tu alma sigue pura y presente, eso eres tú Andrew"

-¿Qué va a pasar conmigo?

"Muerte… que te ha reconocido como su igual, ha pedido que al igual que sus otros descendientes, te sea dada la inmortalidad… tardará un poco, se están recogiendo las esencias de tu mundo en este  mundo, para que puedan hacerse de nuevo…"

-¿Usted quién es?

"Soy la madre de Jenne… estoy aquí con un grupo de ángeles traviesos que quieren conocerte"

-¿Conocerme a mí?

Y cuatro ángeles adolescentes revolotearon en su lugar y sonrieron al chico, sus cabellos rubios, cortos en los varones, largos en las chicas, los ojos y las sonrisas, se le hicieron familiares ¿Quiénes eran?

"No te preocupes Andrew, Dominic y Destiny fueron liberados, aún corren peligro, pero ya están fuera"

-¿Quiénes son ustedes?

"Los no nacidos"

"No hablen de más, niños" - dijo el ángel mayor - "O cometerán una imprudencia"

"No te preocupes"

Y los ángeles se volvieron a contemplar a Andrew, que por más que intentaba visualizarlos, no entendía a quienes se parecían, pero una idea se hizo… sobre todo si estaban con la madre de Jenne… y eran no nacidos ¿Acaso serían hijos futuros de los Diamond?

No… ¿O si? Ninguno de los Diamond tenían un futuro familiar, y esos ángeles no nacidos, estaban a unos años próximos a nacer… así que trató de visualizar, sus rostros, algún gesto, algo similar… ¿Hijos de quien, de cual de todos los Diamond?

-¿Estarán bien los Malfoy? - preguntó Andrew intentando ver algo más, pero sin resultado… su mente estaba en blanco

"No te preocupes… ellos estarán bien… lo que tiene que pasar, ni tu ni yo lo podemos cambiar…"

Amanecía en Hogwarts…

El rumor de que los magos oscuros se habían replegado, porque su líder había muerto, los aurores habían ido en busca de todos ellos, así mismo, la mayoría de las criaturas habían sido repelidas o vencidas… una aparente calma se sentía…

Claro, Paris Jr seguía en su casa con su madre y su padre… Drake esperaba el regreso de los suyos con sus hermanas, Harry temía por su mejor amiga y James, no dormía por pensar en Destiny y en como estaría…

Patrick salió al patio, muy temprano, apenas amanecía y los primeros rayos del sol tocaban la tierra, iba ensimismado que cuando se dio cuenta casi le daba a una persona que estaba a medio patio, con la cabeza en alto…

Por un momento se quedó absorto ¿Acaso había visto un halo en el cuerpo de esa mujer? Y de repente ella se volvió y le sonrió…

-Lo lamento, no quise interrumpirla…

-No se preocupe Patrick…

-¿Recibiendo los primeros rayos del sol?

-En realidad, aún creo escuchar los cánticos celestiales… los coros de ángeles - Musitó aquella joven mujer - No se me olvida… todavía no ¿Tú los escuchas?

-Eh… No… y si son de ángeles de luz, menos…

Mi hija me ha hablado de ti, Patrick - se volvió Ángela a verlo

-¿Quién es su hija?

-Sabele Ángela Weasley…

-Ah… Su hija tiene gran imaginación… es una niña simpática…

-Sabele sabe lo que quiere y me lo ha dicho todo

-¿Perdón?

-Creo que usted ya sabe, con lo que le dije hace rato que fui… a lo que renuncié, cuando salí de ahí a visitar el mundo y conocí a Ronald, me enamoré y dejé todo por él… y se lo que es Sabele… y lo que ella quiere… claro, Ronald no sabe todo esto ni lo sabrá… no es necesario decirlo ahora…

-No lo creería…

-Por eso he dicho a Sabele que no diga nada de lo que me ha contado, lo que se dará, será en su tiempo y te aviso Patrick, que estoy de acuerdo…

-Yo creo que Sabele tiene gran imaginación y además, me iré de aquí, en cuanto Jenne aparezca…

-Se que se irá… y se que volverá… Sabele nunca se equivoca

Ángela se retiró al colegio, mientras que Patrick se quedó absorto, y aún negando lo que ahora madre e hija decían… era obvio que era Nefilim… pero… ¡Claro que no! Él en unos años, ya ni se iba a acordar de Sabele…

Y miró al cielo, esperando que el que los Malfoy hayan ido al mundo de los Nefilim, les haya servido de algo…

 En esos momentos, también Draco pensaba lo mismo, no podían seguir escondiéndose, habían ido con los Nefilim para solicitar ayuda, ya la tenían y tenían que enfrentarse con lo que les habían dado, ahora ellos, tenían que enfrentar a Ikara, lo antes posible.

-Hermione ... creo que ha llegado la hora - le susurró Draco al oído mientras que Hope dormía y Jenne vigilaba el horizonte…

-Yo también lo pienso...

-Podemos morir - dijo muy despacito - pero es nuestro deber ¿verdad? los padres mueren por sus hijos... nosotros salvaremos a Destiny y a Hope, pese a nuestras vidas.

-Por lo menos, nuestro ángel esta con nosotros - le acarició el cabello a Hope que estaba en su regazo, pero de todas maneras, en este mundo o en el otro, no iba bien la cosa...

-No buscaremos mas ayuda - dijo aún más bajito - tenemos que luchar solos contra esa mujer...

-Si, lo he pensado también

-Hermione ... trataré de salvarte, si vamos a morir, o si alguno morirá, ese seré yo, quiero darte la oportunidad de que termines con Ikara, para que ésta libere a nuestro ángel...

-Ajá - asintió Hermione derramando unas lágrimas

-Te amo, te amo tanto que... si se regresara el tiempo atrás, haría de nuevo esto, lo juro por Merlín, que volvería a amarte como hasta ahora…

-Yo también te amaría de nuevo, lo juro por Dios...

-Mi pequeña molestia - la abrazó por largo rato, quedándose en silencio, porque las palabras sobraban para profesar el amor, las palabras sobraban para amarse mutuamente, para saber que su destino cruel, estaba marcado y que llegaba la hora de enfrentarse a ella...

Mientras que Hope, que se había despertado ante los cuchicheos de sus padres, había escuchado lo que Draco le decía a Hermione … y se quedó quieta… No, ninguno de sus padres iba a morir, ninguno moriría… suficiente había tenido con que el gran amor de su vida falleciera… Ninguna, ninguna muerte más…

Avanzaron muy de madrugada, Draco y Hermione alejados de ahí, se pusieron sus espadas en el cinto, con la varita dentro de los mangos, como les habían pedido, Jenne y Hope miraron el bosque, recordando a Andy, y por lo menos, gracias a las pócimas que Serena les había dado, su interior estaba reforzado.

Hope llevaba al cuello, el pequeño frasco que le había dado Andrew a guardar a sus padres, no sabía para que servía, pero no había querido dejarlo, se lo había atado al cuello, ya que era plano y no pesaba y lo llevaría consigo, viviera o muriera.

-No podemos aparecernos ni separarnos - dijo Draco decidido - es peligroso y... debemos conservar nuestras fuerzas.

-He revisado la información que nos había dado Andrew - agregó la castaña - creo que hay un atajo para llegar a donde Ikara, supongo que ella también nos espera, así que no creo que nos combata hasta que estemos en su territorio.

-Pienso lo mismo - le tomó de la mano - guíame amor, es mejor que terminemos esto.

Hermione suspiró, le dio un beso a su hija, un abrazo a Jenne y comenzaron a caminar, tomados de la mano, rumbo a su destino, quizás, desde el cielo grisáceo, Andrew les deseaba suerte...

Caminaron varias horas, descansando y turnándose para tomar una siesta, pasando por numerosos valles destruidos, encontrándose zonas malolientes y con cadáveres putrefactos de  criaturas o ángeles de alas podridas...

Los caminos aparentemente tranquilos, aunque el frío se acentuaba más, tal vez era porque poco a poco se acercaban a sus dominios, ambos iban por estrechas y peligrosas veredas, era una suerte que encontraran agua cristalina para lavarse la cara.

Sentía cerca… sin duda… que todo empezaría y ellos lo terminarían.

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