Epílogo

"El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto." —Charles Chaplin.

***

Orlando, el fotógrafo de la agencia termina por tomarme las últimas fotografías que se presentaran en un catálogo de revista con respecto a maternidad y mujeres empoderadas, ya que el día de ayer, también me realizaron una entrevista con respecto a mi nueva vida como madre, como también, de cómo he seguido triunfando en el mundo de modelaje aceptando no sólo los cambios que obtuvo mi cuerpo durante el embarazo, sino que también, la forma en como he ido creciendo en mi trabajo sin tener que dejar mis deberes como madre y mujer.

— ¡Listo! —Dice Orlando mientras empieza a ver las fotografías. —No tengo duda de que no se llegaran a arrepentir de está calidad de fotos —veo el orgullo de sus palabras al ver su trabajo.

—No lo dudo, además has tomado las suficientes para que ellos puedan optar por cuales poner en la portada y junto con la entrevista —le indiqué.

—Exacto. Has hecho un buen trabajo —dice felicitándome —y no lo digo por las fotografías sino por tu rol de madre y también modelo. —le muestro una sonrisa.

—Muchas gracias. —Le digo agradecida.

Voy hacia la mesa en donde se encuentra mis cosas como mi botella de agua para agarrar está última a punto de beberme casi toda el agua; chequeo mi celular para ver si no tengo alguna llamada o mensaje importante, pero al ver que no hay extremas novedades, solo me percato que ya es hora que deba de irme, sabiendo que Phillipe pasara por mí ya que hemos prometido ir a un lugar.

—Cuando tengas las fotografías en la computadora, ¿me las puedes pasar? —Le digo a Orlando antes de irme.

—Claro, no te preocupes, te enviaré una carpeta con ellas. —Menciona mientras empieza a guardar todo el equipo que ha ocupado para la sesión fotográfica.

—Gracias. —Lo abrazo. —Nos vemos luego, cuídate. —Me despido.

—Saludos a Phillipe y a Gianni. —Asiento.

—Saludos a Lia y Chiara. —Le digo.

Camino en dirección a la entrada de la agencia para escuchar unos gorjeos a lo lejos como también un par de pequeñas carcajadas que pronto encojen mi corazón; así que viendo como mis amigas están rodeando a alguien, veo como Donnato ya se encuentra mimando a mi pequeño angelito, eso sin decir que Gia, está jugando con él mientras pone un osito de peluche en su rostro que logra acariciar su nariz contra la de mi hijo ocasionándole cosquillas que lo hacen gritar de la alegría.

Shashi y Cheryl se dan cuenta que ya he llegado, por lo que se hace a un lado para que pueda ver a mi hijo quien logra poner sus ojitos azules en mí en el instante en que ve que ya he llegado, por lo que dejándole de poner atención a Gia, extiende sus bracitos para que pueda cargarlo, haciendo que, no tarde mucho tiempo en llegar a hacerlo sabiendo que lo he extrañado mucho toda esta mañana por no decir que, el tiempo parece pasar rápido cuando estoy a su lado.

De repente, escucho como alguien me saluda cerca de mi oreja, por lo que girando mi rostro a un lado me encuentro con él de Phillipe quien ya se ha levantado del sofá luego de que mis amigas y mis jefes se hayan encargado de entretener a Gianluca mientras terminaba mi trabajo; por lo que devolviéndole el saludo con el beso, siento como Gianni se apoya en mi hombro dando un significado de que pronto tomará su siesta luego de agotar sus energías con las chicas y posiblemente con mi suegra quien se encarga de él cuando yo tengo que venir a la agencia de modelaje por algún trabajo.

—Deberían traerlo más seguido, nosotras podríamos ser sus niñeras —dice Begum mientras acaricia la cabellera oscura de Gianni.

—No sería una mala idea, soy bueno cuidando a bebés —menciona Donnato.

—Sí, pero no saben lo travieso que es está pequeña criaturita, cuando menos lo esperen, los dejará sin aliento y ánimos —les advertí.

Y no es mentira, cuando Gianluca nació todo en la casa era un caos, empezando por las horas de sueño de las cuales se distorsionaron una vez que él se despertaba en las madrugadas para su siguiente leche o para cambiarle el pañal; luego con tener demasiado cuidado en su higiene y después llevar un control de sus vacunas para que estás ayudaran a fortalecer su sistema inmunológico; realmente si ha sido una gran aventura ser madre, pero no me quejo de nada cuando lo he disfrutado, más cuando veo esa tierna sonrisa y esos ojitos que me miran con tanto detenimiento como si estuviera guardando en su mente cada detalle de mí.

—Creo que sería una buena idea implementar una guardería en la agencia —Gia empieza a tener una idea.

—Sería bueno para cuando las modelos quieran traer a sus bebés con ellas —declara Camelia.

—Bueno, por lo que veo Gianni será el primero —reí al imaginar que es probable que Gia haga realidad esa idea.

El pequeño nos da una mirada a todos sabiendo que estamos hablando de él, sin embargo, le da una menor importancia a los segundos cuando vuelve a acomodarse y deja su cabeza a un lado de mi clavícula para que pueda descansar.

—Perdonen pero me los tengo que robar. —Phillipe pone una mano en mi cintura antes de que salgamos de Blossom.

—Es cierto, no les quitamos más tiempo. Que disfruten su fin de semana. —Menciona Gia alegre.

—Gracias, nos vemos el lunes. —Me despido.

—Claro, fue un gusto poder verte, Phillipe. —Dice Donnato.

—Igualmente, siempre es una alegría verlos. —Menciona mi esposo antes de que ambos nos marchemos.

Fue imposible hacer que Gianluca se despidiera cuando ya había caído dormido en mi pecho que al final, todos dejamos de hacer ruido para no despertarlo; Phillipe preparo la silla que se encuentra en el auto, para que nuestro hijo pudiera estar cómodo durante el transcurso del viaje, así que, dejándolo en su silla dormido, le pongo su cinturón de seguridad y pronto me encamino para entrar al vehículo.

— ¿Qué tal tu madre? —Le pregunte por mi suegra mientras nos encamínanos a Cinque Terre.

—Muy bien, cada día que pasa no se quiere despegar de Gianni —ambos reímos —y tengo una novedad —elevé la ceja.

— ¿Ah sí? ¿Cuál? —Me dio curiosidad de saber.

—Vicenzo le compró un Lamborghini de juguete a Gianni —enarqué la ceja.

— ¿Grande? ¿De esos en que los niños entran? —Asiente. —Oh Dios —reí.

Si Zoey ha sido la consentida de mi familia, que puedo decir de Gianni si es el consentido de la familia de Phillipe, ya que desde que nació, tanto Vicenzo como el señor Esmond son quienes lo están llenando de juguetes a punto de que tengo miedo de que estos ya no quepan en su habitación; lo que me tiene angustiada es que también mis padres son capaces de traer a la próxima vez más juguetes ocasionando que ya no haya ni lugar para caminar cuando todo estará rodeado de juguetes desde pequeños a grandes.

—Pero si apenas Gianluca está aprendiendo a caminar —le digo.

—Lo sé, pero sabes que le gusta consentirlo que al rato es probable que le compre un dinosaurio si sigue así. —Se mofa de su primo.

—Estoy segura que lo hará. —Intento creer que no lo hará pero sabiendo como Vicenzo adora a Gianluca es probable que un día hasta llegue disfrazado de dinosaurio para alegrarle su tarde.

Durante el camino hablamos acerca de nuestro día, añadiendo que pronto tendremos que llevar a la señora Antonella a consulta para ver la mejoría que ha llegado a tener con su tratamiento, después de todo, hemos querido que ella siga mejor luego de que descubrí que me encontraba embarazada, ya que tanto Phillipe como yo, hemos coincidido de que Gianni debe seguir disfrutando al lado de su abuela y tenerla por mucho más tiempo para que pueda tener muchos recuerdos.

Por otra parte, hablamos acerca de las vacaciones que al parecer mis padres se tomarán para visitarnos, ya que ambos están emocionados por pasar un tiempo con su nieto, así que, han empezado a organizar su tiempo antes de venirse por un par de días a Italia, ya que han considerado que tienen que seguir supervisando su propio negocio pequeño, como también, dejar en buenas manos a Zoey.

En menos de tres horas, llegamos a Riomaggiore, lo bueno de haber llegado a una hora en que el sol ya se encuentra bajo, hará que la caminata no sea tan calurosa como también, cansada, además hemos querido venir a una hora considerada para que los rayos ultravioleta no le provoquen alguna quemadura a mi hijo, ya que aún su piel suele ser delicada que no me quiero confiar que el protector solar pueda cuidarlo, así que quitándome los tacones para ponerme unos zapatillas deportivas, pronto espero que Phillipe termine por sacar a Gianluca del auto para así emprender nuestro camino.

El pequeño que apenas ha dormido unas horas, al principio se despertó un poco mal humorado, pero no fue nada complicado de que Phillipe pudiera encargarse de él cuando empezó a mostrarle el mar y las gaviotas que volaban encima de nosotros haciendo que nuestro hijo se concentrara en aquellos animales y desde luego el sonido proveniente de las olas del mar.

Caminar por la Vía Dell'Amore me trae muchos recuerdos que de por sí, ocasionan que tenga una sonrisa en el rostro en el momento en que veo a Phillipe y a Gianluca, realmente estos años han sido espectaculares y de por sí, llenos de sorpresas. Si hace siete años me hubieran dicho que nuevamente caminaría por esté lugar, tomada de la mano de Phillipe, siendo su esposa y la madre de su hijo, es probable que hubiera golpeado a la persona que me hubiera dicho esa bobería, pero después de todo, el destino fue demasiado impredecible que ahora, ese sueño se ha cumplido.

Puedo ver como muchas cosas aún no han cambiado, pero sin darme cuenta, los que hemos cambiado hemos sido nosotros, hemos crecido, hemos madurado y de por sí, hemos aprendido de muchas cosas de uno hacia el otro que ha hecho que nuestra relación siga hacia adelante a pesar de tener de vez en cuando ciertas dificultades que han sido de ayuda para que nos demos cuenta de que hay cosas que mejorar y de por sí, de no obviar; ya que como una vez me lo dijo el señor Thalassinos una relación no es fácil de conllevar, tendrá sus altos y bajos, pero como personas maduras tenemos que saber cómo solucionar esos problemas y desde luego, mantener esa buena comunicación que hará efectivo cualquier asunto que queramos resolver como pareja.

En una hora dejamos de caminar en el instante en que terminamos nuestro recorrido por la Vía Dell'Amore, aún se encuentra aquella escultura de hierro de una pareja donde detrás de ellos se encuentran todos los candados que han sido colocados año tras año por diversas parejas; agarro a Gianni en el instante en que Phillipe se agacha para buscar los nuestros los cuales hace siete años pusimos en una esquina de las barandillas, teniendo la esperanza de que estos no hayan sido quitados; sin embargo, pronto veo como una sonrisa se forma en su rostro y me indica que los ha encontrado.

Soy la siguiente en quedarme a su lado luego de que intento que Gianluca pueda poner sus pies en el suelo, mientras lo sostengo con un brazo; es ahí, cuando Phillipe los eleva un poco y veo como aún se encuentran nuestros candados con nuestras iniciales, ambos mostramos una sonrisa, sabiendo que a pesar del tiempo, han seguido ahí, quizás ya no reluzcan luego de las tormentas o el sol que ha caído encima de ellos, pero lo que sí, es que aún se encuentran muy bien estrechados sin tener que alejarse uno del otro.

De mi bolso, saco una pequeña caja de la que pronto se la entregó a Phillipe, él quita el cartón en donde se encuentra guardado un pequeño candado, por lo que después guardando la basura para botarla al regreso del camino, veo como se lo enseña a Gianluca, nuestro pequeño, le da una mirada y lo toca, para así darnos una mirada con curiosidad sin saber que es aquel objeto, por lo que, siendo la siguiente en sacar aquel color de esmalte de uñas con la que una vez grabamos nuestros nombres en aquellos candados, Phillipe me entrega aquel que será de Gianni, por lo que pintando las iniciales G.R. dejo que se seque un rato antes de que Phillipe se encargue de ponerlo.

—Gianluca Rizzo. —Dice al ver las iniciales de nuestro hijo en el candado. —Espero que en veinte años, aún nuestros candados se encuentren aquí, y que nuestro hijo pueda ver donde empezó a surgir nuestra historia. —Empieza a decir Phillipe.

Paso mi mano sobre el cabello de Gianluca para luego dejar un beso en su cabeza, el pequeño nos mira atentamente como si intentará descubrir lo que está pasando.

—Tengo la esperanza que así será. —Le digo antes de darle un beso.

Observo como Phillipe entrelaza el candado con el de nosotros, dándole el significado de que de nuestro amor, surgió nuestro querido hijo. Cuando termina por ponerlo, es ahí, en donde le damos una mirada antes de levantarnos y darnos cuenta de que hemos prometido lo que una vez dijimos cumplir.

—Te amo, Des. —Dice él mientras pone sus manos en mis brazos. —Gracias por la familia que me has dado y del esplendido tiempo que me has hecho disfrutar a tu lado. —Dice con sinceridad.

—No, gracias a ti. Porque jamás creí que tú y nuestro hijo, serian lo mejor que podía haberme sucedido. —Le revelé.

Se acerca a mí para empezar a besar mis labios de una forma lenta y suave haciendo que tenga cosquillas como esa primera vez que me beso, como esa ocasión en la que me pidió matrimonio, de esa vez que acepte ante Dios ser su esposa y del momento en que nos entregaron a nuestro hijo luego de haberlo dado a luz.

No tengo más que pedir, porque he sentido que mi vida se encuentra completa, quizás no en su totalidad porque todavía pueden llegar más sorpresas, pero aun así, no puedo pedir más, cuando tengo mi trabajo soñado, una gran familia y amistades que están ahí para apoyarme. Así que, no necesito nada más para ser feliz, porque la felicidad ya la tengo en frente de mí.

—Y, yo también te amo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top