Capítulo 7
"Generalmente, cuando te decepcionas, te vuelves más fuerte." —David Rudisha
***
Sigo sentada en una de las sillas que se encuentran en el porche de la entrada de mi casa a fin de esperar a que Phillipe llegue a presentarse ante mis padres para darles la noticia de que pedirá mi mano con el propósito de alejarme de mi profesión de modelo y así, ofrecerme una calidad de vida mejor de la que pudiera haberme proporcionado yo misma; pero desde muy temprano no me he separado de mi lugar para así enfrentar mi propio destino, pero me doy cuenta que entre más pasa el tiempo, el momento no llega, sigo ahí sentada en una mecedora de madera esperando a alguien que suele ser puntual y ya lleva un retraso de más de nueve horas, quisiera cantar de una sola vez victoria porque es probable que no aparezca pero no quiero celebrar antes de que acabe el día.
Apenas desayune, almorcé y cené para volver a mi lugar, no puedo creer que haya pasado todo el día sin moverme de la bendita entrada de mi casa solo para saber a qué horas llegará mi futuro marido; pero simplemente cuando se dieron las ocho de la noche, algo en mi interior me dijo que él ya no vendría. Lo extraño fue de que mi reacción no fue de una estupenda alegría como en cualquier momento hubiera deseado, más bien, me encuentro en una forma de desconcierto porque he empezado a ordenar las piezas del rompecabezas para darme cuenta sobre que si en serio, Phillipe sabrá de mi existencia.
Es cierto que pedí que nunca se llegara a enamorar de mí, pero ahora mi pregunta es si eso implicaría a que no nos llegáramos a conocer. Se supone que tendríamos que habernos conocido en una de mis últimas pasarelas que di para la compañía de modelaje antes de obtener mis vacaciones, pero por mi deseo, no sé si también los hechos cambiaron ya que tampoco he recibido llamadas o noticias suyas, añadiendo que, no he querido mencionar su nombre en frente de mi familia porque no quiero escuchar todas las preguntas que pueden hacerme de él.
Golpeo mis uñas contra la taza de porcelana que sigo sosteniendo mientras analizo cada uno de los puntos importantes de esta situación, tengo pruebas de creer que él no se llegara a presentar a mi casa, pero eso no demuestra que algún momento nos encontremos y la historia se repita, aunque debería ser dudable cuando pedí que no se enamorara de mí, así que... Supongo que cada quien terminaría por diferentes direcciones.
Bebo un poco más de té para ver cómo la noche ha dado paso a un hermoso cielo azulado en el que las estrellas resaltan como diamantes en bruto, cada una de ellas sin importar que sea grande o pequeña, brilla con tanta luminosidad que fotografiarlas sería estupendo junto con ese cielo despejado y una luna menguante de la que ya empieza a moverse entre más pasa el tiempo y la madrugada se va aproximando.
Agarro mi celular para revisar nuevamente si tengo algún mensaje, pero solo veo que tengo varios mensajes en los grupos de WhatsApp que tengo con mis amigas y compañeras de trabajo; añadiendo unos de Reece, uno de mi hermano y otros de posibles patrocinadores que buscan que haga campañas para su ropa, cosméticos, joyas, etc. Ahora que empiezo a notarlo también al buscar el número de Phillipe entre mis contactos, veo que no hay una existencia de este en mi celular, ya que en la letra "P" puedo tener varios contactos, pero no exactamente uno con el nombre de "Phillipe", así que me atrevo a buscarlo con su apellido, pero tampoco está y cuando intento recordar su número, mi mente parece bloquearse, a tal grado que me es imposible saber hasta con qué número comienza o termina.
Esto es extraño, pero para mi gusto, debería dejarlo desapercibido cuando mi deseo se ha cumplido y ese sea, que vuelva a tener mi vida de antes. Así que, ¿por qué me debo de seguir preocupando? Seguiré trabajando de modelo, podré continuar con mis sueños de pronto ser elegida para trabajar con una de las marcas más reconocidas e internacionales de la historia y por supuesto, tengo mi felicidad en mis manos la cual controlo sin tener algún problema en ello.
—Tiny, ¿no entras, pastelito? —Mi madre termina por encontrarme aún en la misma silla
—Claro, ahora voy. —Le muestro una corta sonrisa.
Me levanto de la mecedora para darle otra mirada a la calle, no hay automóviles ni personas que se encuentren próximas a pasar cerca de mi casa, todo está en silencio y con unos cuantos grillos que apenas se escuchan a lo lejos. Quizás es hora de pensar que en sí, el deseo se cumplió lo cual, puedo dejar a un lado esa preocupación para darle vuelta a la página y empezar una nueva vida, esa en la que Phillipe no se incluía en la lista cuando se presentó en mi camino, así que, al menos esta noche creo que será la primera de todas en la que podré dormir con tranquilidad.
(...)
—Mmm, un hombre guapo te está observando, Tiny. Exactamente a las doce y media —susurra Alexia con picardía.
Doy una media vuelta para ver detrás de mi hombro como un hombre con traje se ha quedado observándome con mucha curiosidad mientras toma de su café, podría estar entretenido leyendo el periódico local, pero al parecer algo más ha llamado su atención y por supuesto, mis amigas del trabajo no han hecho más que también poner sus ojos en ese hombre guapo con unos hombros anchos y un rostro diamante.
—Tengo novio. —Les recuerdos girándome para beber de mi zumo de naranja.
—Entonces, si tú no lo quieres... —Dolly pone sus ojos en él.
—Todo suyo. —Levanto las manos en rendición.
Realmente ser infiel no es común en una mujer, no digo que no sucedan casos, pero viendo la realidad de la vida, mayormente aún seguimos creyendo en el amor y en nuestras parejas que es imposible no pensar en alguien más. Eso no muestra tampoco que nuestros ojos no se enfoquen en otra persona, tal ejemplo como el desconocido que está a mis espaldas y si estuviera soltera, sería una perfecta elección para seducirlo y ver si obtengo una cita con él para ver qué tan buen hombre es.
Sin embargo, tengo a Reece como novio. Por lo que mi moral me impide tener que ser una chica mala en la que podía intentar hacer algo insensato solo para divertirse; lo cual significa que le abro las puertas y ventanas a mis amigas para que se relacionen con esta clase de hombres que en cuestión de tiempo solo queda de esperar si se trata de un patán que solo desea una noche cargada de sexo con una sexy mujer o es alguien diferente que te puede cambiar la vida.
—Tienes suerte de llamar la atención de los hombres —bufa Bethany.
—Puede que ustedes crean que a mí me está observando, pero capaz es a una de ustedes —intento apartar esa creencia de que sea yo la que siempre llamo la atención por mi belleza.
— ¿Qué tal salió tu cita con Reece? —Pregunta con interés Andrea.
—Muy bien... Normal —evito mencionar algunos disgustos que me lleve en la noche.
— ¿Muy bien? ¿Normal? —Enarca la ceja, Alexia.
— ¿Qué esperan que diga? Solo fue una cita —encojo los hombros.
—Esperábamos que nos dijeras algo emocionante —agrego Sonya con interés.
— ¿Cómo qué? —Intuyo a lo que se deben de referir.
—Sí, ya te abriste al mundo de los mundanos que nos encanta disfrutar del sexo —Cayetana respondió sin pudor.
Abro la boca, pero de ella no sale nada, algo de lo que había olvidado es que, si al momento de haber vuelto unos años atrás en donde no me casé con Phillipe, eso significaba que sigo siendo virgen o es algo que, en sí, no recupere. Sinceramente no me había planteado la pregunta hasta ahora, pero ya que lo tengo en la cabeza, quizás pueda hacerme un examen de virginidad para quitarme esas dudas o simplemente dejar que el momento llegue para adivinarlo.
Aun así, no tengo idea porque con Reece jamás me he sentido preparada para llevar nuestra relación a otro nivel, se supone que es mi novio y le tengo mucha confianza, tanta para dejar que pueda proceder a aquello del cual se ha tenido que aguantar por más de cinco años luego de que mi cumpleaños número dieciocho ya marcaba mi mayoría de edad, lo cual no impedía que mantuviéramos relaciones sexuales pero luego de que lo detuve una noche porque me sentía insegura de hacerlo, parece que el asunto no se ha repetido desde entonces que le dejé en claro que el momento llegaría cuando mi cuerpo me lo pidiera.
Y es extraño que, aunque esté a su lado, en sí, mi cuerpo no lo pida. Tanto así que, prefirió entregarse a Phillipe antes que a Reece, algo que sin dudarlo nunca tendré una explicación para tal suceso que ahora, ya no se volverá a dar.
—Ah eso... —me hice la desentendida. —No. Creo que todavía no ha llegado ese momento en que desee que suceda —dije con indiferencia.
— ¿Es que piensas llegar virgen al matrimonio? —Espeta Sonya.
Bueno... Con Phillipe si llegué virgen al matrimonio, por lo que esas palabras si se cumplieron luego de saber que, en mi noche de bodas, ambos descubrimos secretos de los que en ningún momento llegamos a compartir y ese fue, que él se percató que había tomado mi virginidad bajo su posesión mientras que yo, descubrí los placeres que un hombre y una mujer experimentan al estar juntos.
—No me presionen, simplemente... No he deseado que suceda, eso es todo —me defiendo.
Claramente eso va para Reece porque aún puedo recordar con perfección cómo reaccionó mi cuerpo cuando Phillipe lo poseyó a su placer y de las inmensas sensaciones que obtuve por cada caricia, beso y penetración que hubo esa noche. La respiración se me entrecorta con solo recordar su lengua moviéndose alrededor de mi vagina y sin decir de lo enganchada que me encontraba cada vez que su pene parecía entrar más en mí buscando un punto que me llevara a la cima de un magnífico orgasmo.
—Hola... Tierra llamando a Destiny... ¿En qué piensas? —Alexia me chasqueo sus dedos en frente de mi rostro.
— ¿Qué? —Parpadeé varias veces.
— ¿En qué estás pensando? Tu piel se erizo y pronto empezaste a presionar el vaso como también a encogerte —abro mis ojos en grande al descubrir ese dato inconsciente que hizo mi cuerpo.
—En nada —todas elevaron una ceja y me dieron una mirada seria.
Obviamente comentarles acerca de lo sensacional que es mi ex marido al momento de tener relaciones sexuales es algo de lo que no compartiré cuando nadie me va a creer, seguido de ello, tampoco creerán que estuve casada y solo tuve sexo dos veces con alguien que, para ellas al verlo, gritarían de la emoción al ver lo guapo que es Phillipe Rizzo y más con ese acento italiano que tiene que a cualquier mujer puede enloquecer y tener a sus pies.
—Solo recordé una película —mentí.
— ¿Ahora ves porno? —Achique los ojos ante la pregunta de Andrea.
—No. —Respondo sin tardarme.
—Sabes que existen tiendas en donde venden juguetitos sexuales por si no quieres probar nada con Reece, ¿no? —Pongo los ojos en blanco.
—No es necesario que tengas que recomendarme que podría comprar un consolador o un vibrador porque pierdes tu tiempo —le digo a Cayetana.
No necesito ver pornografía o comprar juguetes sexuales para tener una vida sexual muy divertida como placentera, realmente los tres años que estuve viviendo con Phillipe me di cuenta que puedo vivir mucho tiempo sin tener sexo, sin importar que a cada rato tenga que ver a un hombre con un buen cuerpo, personalidad y carácter que pueda llevarme a la cama.
—Uh, hablando del rey de California... —Murmuro Dolly.
Mi celular empezó a sonar logrando que todas observarán en la pantalla que no se trata más que Reece; así que escabullendo todos los pensamientos que se adecuarán a recordar mi mala vida con Phillipe, agarro el celular para responder la llamada.
—Dime, amor. —Respondí.
— ¿Puedes venir un rato a mi trabajo? —Pregunto.
—Claro que sí, solo espérame unos quince minutos que estoy desayunando con las chicas —le anuncio.
—Ven pronto. —Suplica.
—Bien, estaré pronto de camino. Nos vemos. —Le digo colgando.
Por su tono de voz, es probable que sea algo importante por lo que será mejor que vaya de camino antes de que la emoción por la sorpresa se disipe al llegar tarde.
—Me debo de ir, nos vemos luego. —Les digo a todas mientras empiezo a tomar mi cartera.
—Claro, llamamos. —Dice Bethany.
Ordeno la cuenta mientras me despido de ellas para luego pagar, al menos la mañana ha sido muy entretenida con ellas juntas luego de no haber sentido la misma sensación después que empezara un matrimonio falso. Puedo darme cuenta como esta nueva libertad me ha traído nuevas alegrías y diversiones, tanto que, tengo miedo de que un día todo cambie para que nuevamente llegue a verme como una vieja bruja amargada, pero mientras todo este transcurriendo como deseo, seguiré disfrutando de cada segundo. Solo así, sentiré que valió la pena haber pedido tal deseo de que Phillipe no se enamorara de mí.
(...)
La secretaria de Reece me acompaña para pasar a su oficina, la cual no está muy lejos cuando el piso donde él trabaja no es grande, así que, en menos en cinco minutos, ella me deja en frente de la puerta para luego marcharse para seguir con su trabajo, ya que por lo poco que me enteré es que se encuentra cargada de papeleo que parece haberse atrasado por motivos familiares causados por la pandemia.
Toque la puerta para entrar con curiosidad al territorio profesional de mi novio, no recuerdo muy bien cuántas veces estuve acá o que, si el lugar brindaba ese aire de confianza, sin añadir de todas estás tonalidades grises que casi opacan la luz que entra por las ventanas de la oficina, como a su vez, que el lugar es poco atractivo como llamativo para captar la atención de cualquier persona cuando no hay más que un escritorio, sillas, un gabinete y... No, realmente hasta puedo contar todos los objetos con los dedos de mi mano.
—Nena, llegaste pronto —Reece se levanta de su silla para saludarme.
—Sí, supuse que lo que quieres decirme es algo urgente, ¿no? —Él asiente.
—En realidad, solo quería verte —agarro con rapidez mi cintura.
Hice una mueca porque no esperaba que eso llegara a suceder, creí que quería tenerme acá porque compartiría algún asunto importante conmigo, pero veo que es todo lo contrario, debería protestar, pero no quiero arruinar la mañana con peleas de las que ya estoy aburrida por comenzar y terminar, además tampoco quiero convertirla como una rutina típica de todos los días haciéndola una mala costumbre de mi parte.
— ¿En serio? —Dije sin protestar.
—Sí, nuestra cita no terminó como deberíamos, pero quería recompensarla —sonrío.
Ni siquiera sentí el momento en que me dejo encima de su escritorio para empezar a acariciar mis piernas y poner sus labios en mi cuello; mi piel se erizo de repente que hubiera querido imaginar que pudiera haber sido una agradable sensación, pero fue todo lo contrario, lo sentí inesperado y grotesco que hubiera querido apartarlo si no fuese porque me dio un empujón hacia delante donde puso sus manos en mi trasero. Su boca pronto tomó la mía, logrando que perdiera esa tranquilidad de la cual antes podía tener cuando obtenía un beso suyo, ahora todo es forzado que no omití el momento en escaparme para bajar del escritorio y apartarme de él.
El movimiento fue rápido que hasta bote unos papeles al suelo dejando que se esparcieran unos contra otros hasta que al agacharme tuve que reunirlos con la finalidad de no confundirlos, ensuciarlos o perderlos; pero pronto Reece se unió a la tarea logrando que murmurará unas maldiciones de las que no pude escuchar en el momento en que el título de un papel aparecía el nombre de la agencia de modelaje en la que trabajo, lo leí detenidamente para darme cuenta que se trata de un contrato del que me interese y no sabía que Reece mantiene una conexión con mi trabajo, no pude leer más con detenimiento cuando quito el papel de mis manos para dejarlo en su brazo junto con otros.
— ¿De qué es ese contrato con Vanity Studios? —Le pregunte absorta en ver su reacción.
— ¿No te lo comenté? —Eleve una ceja.
—Parece que no —farfulle.
—Me he convertido en socio de Vanity Studios. —Me sorprendo al escuchar eso.
— ¿Qué? ¿A qué se debe eso? —Le pregunte extrañada.
—Los negocios son lo mío y me gusta ser activista en apoyar los sueños de otros, por lo que sabrás que dicha compañía les da a modelos como tú, oportunidades en otras casas de moda a fin de que sean más reconocidas —explica.
Con o sin negocios sigo sin explicarme a cómo llegó él a querer formar parte de una agencia de modelaje cuando para Reece siempre ha sido esencial hacer negocios con otra clase de programas, fuentes de empleo o mercadería que puedan potenciar su trabajo; además, nunca le ha interesado la moda o al menos el modelaje y dada la casualidad, no es como cierto sujeto que un día considero ir a una pasarela para educarse a fin de conocer el mundo en el que trabajan las modelos.
Suena absurdo, tanto, que es como si algo no encajara en todo esto y para ser sincera, tengo una cierta espina que me está molestando si no tiene nada que ver con lo que una vez me mencionó Phillipe y eso me disgusta porque no me quiero imaginar en esa situación en la que Reece en serio es un traficante de trata de blanca cuando ha sido una de esas personas en quien más he confiado hasta en su momento y saber que él está dentro de ese tipo de crimen me hará sentir como una estúpida en no haberle creído a mi ex marido, como a su vez, en haberme hecho la ciega en no saber lo que mi novio se encuentra entrometido.
—Últimamente te estás comportando muy extraña —menciona molesto.
— ¿A qué te refieres? —Dejo otras hojas en su escritorio.
—Parece que te disgusta que te toque y te bese —trago hondo al escuchar eso.
—Reece, no quiero ser impertinente, pero tengo la sensación de que me llamaste aquí para tener un encuentro sexual y erótico contigo, ¿estoy en lo correcto? —Veo como su rostro endurece.
— ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar? —Dice harto.
Mi pecho se llena de aire al haber confirmado mi duda sin necesidad que él tuviera el valor necesario para confesarla con sinceridad, en vez de eso, prefirió sacar otra pregunta que no estaba de acuerdo en querer responderla cuando ahora mismo mi cuerpo parece no estar en condiciones para que otro hombre le dedique el cariño y placer necesario.
—El que sea necesario —digo cruzando los brazos —, se supone que eres mi novio porque me amas no porque busques sexo en mí —declare.
Veo cómo se está conteniendo para decirme ciertas palabras que siguen rondando en su cabeza de las cuales propiamente están a punto de atacarme si no fuese porque sabe que tengo varias justificaciones que logran que sean la lógica razón por la que no he querido tener relaciones sexuales con él en todo este tiempo que llevamos siendo novios.
—Destiny, te amo, pero ya me aburrí de los besos. Quiero más y me estoy volviendo impaciente al no ver que las cosas siguen más allá de lo que siempre obtengo de ti —dice hastiado.
Mala suerte que por las circunstancias en que me encuentro soy yo la que desea ahora mismo que me dé espacio para adecuar toda mi vida nuevamente antes de darle espacio y libertad de que nuestra relación siga a otro nivel.
—O no lo haces porque quieres llegar virgen al matrimonio —resoplé.
Creo que mi moralidad no se basa en llegar virgen al matrimonio cuando la virginidad me ha enseñado que solo es una palabra fatalista que cualquiera persona podría hacerte creer que es lo más sagrado, puro e inocente que una mujer puede tener por lo que debe de cuidarla de cualquier depredador que quiera rebatársela, pero siendo sincera, la virginidad solo es más que otro tabú que se sigue usando aún en día para hacer sentir mal a una parte de la población femenina para hacerle creer que si ya no la tienes, pierdes esa pureza o valor que debías de haber cuidado y no habérsela obsequiado a cualquier hombre que estuviera buscándola.
En sí, quizás lo que todo este tiempo me impidió de tener sexo con Reece es que en mi mente existe un bloqueo que hace que mi cuerpo no reaccione de forma salvaje y apasionada con mi novio, más bien, es como si las llamas fuesen apagadas por un extintor para que no llegara a sentir esa atracción sexual por él hasta que un día —si es que se llegara a dar— se dé esa ocasión en la que me sienta preparada para darle paso a que toque mi cuerpo.
—No... —Musito.
—Entonces, ¡¿qué te detiene!? —Dice alterado.
—Reece, no me desesperes con el tema. Es obvio que no tengo ganas de tener sexo contigo y, además, sería repugnante pensar que perdería mi virginidad en un escritorio —le digo exhausta de tener que discutir el problema.
Puedo sonar muy tradicional, pero me gusta que ciertos asuntos puedan llevarse bajo mi control, porque tampoco quiero arrepentirme el día de mañana por mis malas acciones o decisiones solo por cumplir los caprichos de otros de los cuales no me traerán ni un buen beneficio, experiencia y satisfacción.
—Entonces si quieres te llevo a mi casa... —lo detengo.
— ¡Basta! —Grite. — ¿No lo entiendes? —Intento calmarme. —No se trata solo del lugar, sino que del momento y ahora no tengo motivos suficientes para querer acostarme contigo ni en tu oficina ni mucho menos en tu cama —soy sincera.
Su rostro cambia a punto de ponerse rojo, realmente creo que acabo de destruir su ego de macho, pero tampoco me quiero comprometer a cosas que no cumpliré o al menos al llevar a cabo una fantasía que no me llenará de alegría o por lo menos de satisfacción.
—Estoy cansado de esto —se sienta en su silla.
—Bien, cuando quieras solo dilo —enarca la ceja.
— ¿Qué quieres decir? —Resalta.
—Si te sientes prisionero de nuestro noviazgo por no cumplir con tus deseos sexuales, podemos concluir con esta relación ahora —le fui clara.
No solo fui yo la sorprendida en decir aquello que nunca imagine decir sin problema, porque también pronto me di cuenta como abrió la boca y sorprendentemente se levantó nuevamente de su silla para ir hasta mí logrando tomarme fuerte de los brazos haciendo que me asustada e intentara zafarme de su agarre para prevenir algún daño.
— ¿Qué haces? ¡Suéltame! —Lo empujo.
—Tú serás mía, Destiny. De nadie más, ¿lo entiendes? —Su agarre me aprieta cada vez más mis brazos.
La puerta de su oficina se abre pronto logrando que su secretaria interrumpa el agresivo momento en que ambos nos hemos expuesto; la joven chica se queda asombrada al haberse dado cuenta como luchaba por liberarme del agarre de Reece, pero esté termino por disminuir su fuerza al darse cuenta que su secretaria entró sin permiso
— ¡¿Qué quieres?! —Le pregunto a gritos a la chica.
—No la trates de esa forma, ella no se merece tu mal humor. —Rezongue.
Me separé de él para luego tomar mi cartera y salir de su oficina corriendo, realmente su actitud de hoy ha sido un desastre, pero su insistencia como su agresión física fue la cereza del pastel para terminar con la tranquilidad que tenía nuestra relación. No obstante, cuando me subí a mi vehículo pensé inmediatamente si esto se daba con anterioridad en nuestro noviazgo, logrando que yo le permitiera en su debido momento estos disgustos y palabras como si me tratara como un objeto.
Sinceramente no debería pensar en ello, pero creo que el punto en cómo observe hoy las cosas ha llegado a abrirme los ojos de otra forma y para mí mala suerte, no quiero justificar alguna que otra situación que podía haberme encontrado en otro momento con el que se asimilará a esta.
Me a recuesto en el asiento y pronto algo se cruza en mi mente, logrando que maldiga porque, aunque mi vida haya vuelto a ser la de antes, parece ser que no me puedo quitar de encima cualquier palabra, imagen o recuerdo que tenga de Phillipe. Porque, aunque no lo quiera admitir, mi interior sabe que no permitió que Reece llegara más lejos porque hubo una sensación en mi cuerpo como si estuviera traicionando a mi ex marido haciendo que buscara una que otra forma para alejar a mi novio de mí.
Maldición, tengo que buscar una forma para continuar mi vida en paz sin querer tener presente los recuerdos de ese individuo todos los días sino será seguir teniendo a Phillipe dentro de mi vida.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top