Capítulo 48

"El valor de un sentimiento se mide por la cantidad de sacrificio que estás preparado a hacer por él." —John Galsworthy

***

Me bajo del auto para darme cuenta como la villa que Phillipe ha alquilado es hermosa, no sólo tiene ese típico diseño antiguo y medieval que distingue las propiedades que se pueden encontrar en la mayor parte de ciudades de Italia, sino que también, tiene un extenso campo que le da una buena vista a los terrenos de la Toscana; la casa es demasiado bonita que no puedo dejar de verla, eso sin decir que su jardín es precioso cuando está lleno de flores que a través de sus pétalos coloridos deslumbran con la luz del sol.

Escucho un ladrido y veo como Kala es la primera en aventurarse por la propiedad, en donde le ordenó que no vaya a rasgar la tierra y arruinar las flores que hay, realmente no quiero ocasionar un problema con los dueños si se llegase a dar tal evento; así que viendo como ella solo se dedica a olerlas pero no hacer otra acción, me quedo más tranquila, esperando que me obedezca y no vaya a terminar haciendo un agujero de tierra del que posiblemente arruinará muchas platas y de por sí, se ensuciará.

— ¿Qué te parece? —Phillipe se pone a mi lado.

—Es increíble, de por sí, no me dejas de sorprender. —Hace un gesto de orgullo al escuchar mis palabras.

Luego de haber tenido la charla con mi hermano y de haber tomado una decisión acerca de aceptar el contrato con Blossom, he empezado a ajustar varias cosas de mi vida y entre ellas a irme adaptando a la idea de que viviré en Italia en los próximos años. Además, no pude evitar darle la noticia a Misty quien fue la siguiente en alegrarse por mí, por lo que ella también me comentó sus planes acerca de permanecer con su trabajo en el museo e ir obteniendo los papeles legales para quedarse un tiempo en Italia, aquella mega noticia me hizo sentir cómoda y alegre, principalmente porque nos tendremos una a la otra para cualquier suceso que pueda surgir en nuestras vidas.

Por ello, tampoco pude evitar la emoción de no comentarle a Phillipe sobre mis planes, pero de preferencia sentí que lo adecuado sería hablarlo en un buen momento en que además de tener la cabeza despejada, tuviéramos ese tiempo accesible para comentar nuevamente lo que buscamos en nuestra relación. La última vez, sé que surgió de forma imprevista el tema que no hubo una buena organización de ello, ocasionando que en vez de tomar decisiones, solo creáramos supuestos de los que hasta el entonces, solo hemos planificado asuntos a tendencia de un futuro que por supuesto no es cercano pero está ahí para ver si se pueden realizar en algún momento.

Es así como, lo convencí en que pasáramos un buen fin de semana juntos en donde pudiéramos disfrutar de nuestra compañía y de una buena comunicación, por lo que él no sé negó en aceptar mi petición a punto de que fuera el primero en organizar todo, como a su vez, elegir el lugar en donde pasaríamos la noche.

Lo ayude con nuestra pequeña maleta para entrar nuestras cosas a la casa, si por fuera es hermosa, por dentro no se diga más porque me dejo con la boca abierta, algo de lo que me gusta de los hogares de Italia es que todo suele tener su antigüedad, historia y cultura, algo que permanece y lo hace ver muy interesante ante los ojos de quien lo ve; aunque también se encuentra esa parte de que lo hace sentir un hogar cálido y acogedor en el que muy bien se puede pasar con la familia.

—La dueña dejo la nevera llena de comida, ¿qué se te antoja comer? —Dice él mientras observa el interior de la refrigeradora.

—Elige tú, y si quieres lo preparamos juntos. —Le ofrecí mi alternativa.

Sin embargo antes de que pueda optar por algún platillo se me ocurre una grandiosa idea, para cambiar lo típico que hacemos y a la vez, disfrutar del hermoso día de verano que nos está regalando los campos de la Toscana; así que acercándome a él y viendo también lo que hay en la nevera en donde se puede encontrar todo tipo de vegetales, como a su vez, una variedad de proteína, se me ocurre algunos platos de los que podríamos elaborar juntos.

—Antes de darte mi opinión... —me interrumpe.

— ¿Qué no iba a elegir yo? —Se mofa de mí.

—Bueno, es que se me ha ocurrido una idea de último momento —Le digo encogiendo los hombros.

— ¿Qué idea tienes? —Se pone atento a escucharme.

—Tengamos un picnic, en el auto está una canasta y una manta que podríamos usar para llevárnosla, y la comida, podríamos hacer lo esencial, una entrada, un plato fuerte y el postre, ¿te parece la idea? —Le preguntó.

Se queda un momento pensando hasta que la revelación de su sonrisa me indica que ha aprobado mi idea, por lo que, apresurándonos, empezamos a organizar lo que llegaremos a preparar de comida, considerando lo que tenemos en la nevera y aquello que no tenga una cocción muy larga. Así que, mientras hacía unas piadinas, el cortaba delicadamente unos trozos finos de jamón de Parma para elaborar el prosciutto, aunque también, pronto se dirigió a hacer unas bruschettas ya que considero que los trozos de jamón solo serian una pequeña guarnición para relajar nuestro apetito; y de postre, consideramos llevar un zucotto.

Ya con todas nuestra comida hecha, preparamos todos los platos para guardarlos en unos recipientes y así dejarlos en la canasta que había dejado en su auto para cualquier ocasión sin saber que hoy la llegaríamos a ocupar; empacamos todos junto con un vino para luego emprender nuestro pequeño viaje por los campos verdes de la propiedad; al principio solo me había dado cuenta de los cerros y colinas, pero fue impredecible imaginar, que en una parte del terreno de la casa, había un centenar de flores rojas que habían comenzado a florecer, añadiendo que, su color reluce ante aquel verde de las tierras; Phillipe no soltó en ningún momento mi mano y busco un buen lugar en donde pudiéramos extender la manta para quedarnos a hacer el picnic; Kala se la paso corriendo de un lado a otro jugando para sí misma.

— ¿Aquí está bien? —Me pregunta.

—Sí, me parece bien acá. —Afirmó.

Deja a un lado la canasta y suelta mi mano para empezar a extender la manta, en donde lo ayudo con los otros extremos para que podamos ponerla sobre el suelo de tierra que no parece estar muy húmeda; él se quita sus botines cafés y yo mis sandalias para dejarlas a un lado, nos limpiamos las manos y empezamos a sacar todos los alimentos que hemos preparado para irlos dejando en el centro de la manta.

Por otra parte, también de una sola vez, le dejo preparada la comida a Kala, ya que si ve que nosotros estamos comiendo sin ella, no tengo duda que se meterá en medio de nosotros y es probable que termine por agarrar nuestros alimentos. Así que llamándola y dejándole su plato a un lado; vuelvo a limpiarme las manos y esta vez, si me preparo para comer junto con Phillipe quien ya ha dejado todo muy organizado en medio de nosotros.

—Es un día hermoso —mira en dirección al cielo.

—Sí, este lugar es absolutamente precioso —comparto mi emoción.

—Te confieso que no había hecho un picnic desde mis doce años —se ríe de aquella revelación.

— ¿Por qué? —Le pregunte mientras agarre un trozo de jamón.

—Creo que perdí la costumbre de hacerlo, luego de que mi madre terminará sus terapias me encargué al máximo de cuidarla que había actividades de las que temía volver a realizar con ella por si le traía un recuerdo del pasado. —Dijo mientras sacaba un sacacorchos para abrir el vino. —Aún recuerdo que cuando vivíamos en Estados Unidos, ella me llevaba al parque para hacer un día de picnic en forma de distracción para no estar todo el día en casa y tener que encontrarnos con mi padre. —Seguí escuchando sus palabras. —Así que, en su cumpleaños, decidí por iniciativa hacer un día de campo con ella, le pedí a mi tío Esmond que me ayudará y organicé un perfecto picnic para ella; ese día nos la pasamos tan bien que, luego de mucho tiempo sentí que había recuperado a mi madre. —Soltó una sonrisa.

Luego de lo poco que me comentó de su vida pasada, me imagino que ver a su madre recuperada luego de los signos de abuso físico que había recibido por un tiempo, fue lo que lo devolvió a la vida; su infancia no fue la mejor de todas, pero, había llegado a superar muchas cosas de las que al final, se ha convertido en un hombre de bien que sin dudarlo, su madre y su familia están orgullosos de él.

—Has sido un gran hijo, lo que haces con tu madre es impresionante que me enorgullece saber que has estado para ella sobre todas las circunstancias que ha pasado en su vida. —Asiente.

—Realmente sigue siendo difícil por la enfermedad de mi madre, pero lo único que me ánima y me hace feliz, es saber que ella sigue luchando para estar con nosotros. —Dice cabizbajo.

Y sé que su mamá es una gran guerrera, ha pasado por mucho que al final de todo, no se ha llegado a rendir, sigue luchando cada día más por su vida que en verdad, es un honor poder conocerla, ya que en la otra vida, para mala suerte, su destino había acabado de otra forma, en donde veo que al menos, el deseo pudo haberle dado otra oportunidad en la que a pesar que haya cambiado el círculo de vida de todos, Phillipe la sigue teniendo a ella.

—Y... ¿has sabido de tú padre? —Le pregunto sutilmente ya que su respuesta puede variar.

Sé que no es su tema preferido para hablar, sin embargo, hay cosas que me son difíciles de callar debido a la estúpida curiosidad que siempre he tenido; veo su rostro para darme cuenta como deja de comer su bruschetta para tomar un poco de vino y soltar un suspiro del que me hace saber que ha pasado algo.

—Sí —aprieta los labios —, lo último que supe era que lo habían condenado a cincuenta años de prisión por homicidio en primer grado. —Intento no mostrar un rostro de impresión con lo mencionado. —Luego de que mi madre lo dejará y ambos nos fuéramos a vivir con mis tíos, no tardo mucho tiempo en conseguir una nueva pareja —toma suficiente aire para proseguir con la historia —, parece ser que también la agredió física y sexualmente —trago hondo —, lo que me informó el investigador es que, había dejado embarazada a la mujer, y una vecina confirmó que una noche, él la golpeó haciendo que tuviera un aborto. —Mueve la copa de vino. —Lastimosamente, la termino por asesinar cinco meses después en frente del hijo de ella. —Su voz se entrecorta. —El niño quedo con secuelas del trauma que vivió. —Miró nuevamente al cielo.

Extrañamente estoy escuchando una versión de aquella historia que hubiera formado parte de su destino, realmente me entra escalofríos saber que su padre haya llegado tan lejos a punto de asesinar a una mujer, aunque eso no es lo más grave, sino que, lo hizo en frente de un niño. Ahora comprendo más porque Phillipe odia recordarlo, no es una persona que merezca ser nombrada y lo peor de ello, es que arruino no sólo la vida de su madre sino que la de otra familia que no debió de pasar por lo mismo.

—Desde que descubrí eso, no quise saber más de él. Por eso también, me quité su apellido y solo me dejé el de mi madre. Quería desligarme de todo lo que fuese de él, aunque para mi mala suerte, llevo su sangre. —Me acerco a él y le doy un abrazo.

—Quizás lleves su sangre pero no te pareces nada a él. —Deje un beso en su mejilla.

—Lo sé, pero a veces también pienso que ese podría haber sido mi destino si mi madre nunca lo hubiera dejado, lo cual es doloroso creer que ella podría haber muerto en sus manos. —Su cuerpo tiembla al imaginar ese evento.

Hay cosas que de por sí, han sido cambiadas por mi deseo, por una parte me siento bien al saber que él no tuvo ese destino, pero me entristece a la vez, imaginar que alguien más lo tuvo que vivir y no se pudo evitar. Realmente el destino no te prepara para ciertas situaciones y la verdad, quisiera que en algún momento nosotros pudiéramos saber que sucederá para no pasar por estas circunstancias que te marcan toda la vida.

Hablar de su padre ya no es algo curioso, más bien, es mejor olvidar a ese hombre para siempre y centrarnos en el presente, además, este día es para pasarlo bien, no para seguir reviviendo hechos de los que no valen la pena regresarlos a la memoria y escucharlos sabiendo el impacto que tiene.

—Y, ¿qué hay de tus padres? —Dejo a medio camino las piadinas para cerrar mi boca y darme cuenta que tiene interés de hablar del tema.

— ¿Qué con ellos? —Intenté evadir la respuesta.

—No sé mucho de ellos, lo poco que has comentado ha surgido para que dieras explicaciones de tu pasado comportamiento, y la única persona de quién más hablas es tu hermano. —Suspiré.

De todas formas, tendrá que conocer a mis padres en algún momento, y hablarles sobre ellos será un comienzo de lo que pronto se dará cuenta de cómo actúan, si no es que cambian en las próximas semanas que ya no tendrán sus mismos lujos, luego de que mi hermano ya me haya pasado unas imágenes de propiedades inmobiliarias donde podrán residir mis padres, no como unos millonarios como se consideran, pero sí tendrán un techo acogedor en donde podrán seguir viviendo.

—Mi madre no tiende a ser una mujer muy amorosa, realmente Cole y yo solo llegamos a su vida como una forma de presión por parte de mis abuelos paternos. —Le di una pequeña mirada. —Ella no quería tener hijos muy pronto, realmente le gustaba la vida libre que tenía y sentía impotencia al saber que estaba obligada a ser madre joven. —Tome un poco de vino antes de continuar. —Con el nacimiento de Cole, dejo a un lado varios de sus sueños. Y no sé diga conmigo, donde empezó a quejarse de los cambios de su cuerpo y de las nulas oportunidades laborales que se le presentaban. En sí, ella buscaba trabajos de alto rango, nada de esos que empiezas desde cero. —Hice una mueca.

— ¿Razón por la que te sometió a temprana edad al modelaje y certamen de belleza? —Solté una risa triste.

—Podríamos decir que sí. —Respondí.

Realmente nunca le vi el lado negativo que mi madre quisiera cumplir sus propios sueños a través de mí, ya que siempre ame el modelaje y tener que participar en castings de belleza en donde muchas veces gané, sin embargo, lo que no era divertido de ello, era el exceso de trabajo duro, si no obtenía el primer lugar, eso significaba horas extras de trabajo en donde iba perdiendo muchas veces mi infancia y no podía hacer cosas que otras niñas normales de mi edad comúnmente hacían; mayormente, también no sólo llevaba orgullo a la familia sino que aportaciones monetarias de las que era inconsciente que me concedían las veces que ganaba premios por mis habilidades o por los certamen de belleza a los que participaba.

— ¿Nunca te quejaste de ello? —Dice mientras estira sus brazos hacia atrás para ponerlos encima de la manta y así, sostenerse.

—Siendo sincera, no recuerdo haberme quejado mucho de ello. Quizás lo hice un par de veces, pero se volvió un trabajo rutinario que me acostumbre. —Parece comprender inmediatamente mi postura. —Era muy pequeña para entender muchas cosas y mi inocencia permitió que creciera en esa burbuja irreal, todo lo veía como un juego y por eso lo disfrutaba. Aunque al ser adolescente, ya no lo veía de esa forma, más bien, era un reto del que debía esforzarme cada vez más para ser la mejor de todas y creo que fue algo que mi madre nunca se percató a punto de dejarme ser muy caprichosa, maleducada e insolente. —Le expliqué.

Y es ahí cuando mi conducta cambio y de por sí, dejé de ser una niña inocente como tierna, para convertirme un mounstro del que daño a muchas chicas, como también, le hice la vida imposible a otros de los que no merecían mi comportamiento. Mala suerte que mis padres nunca corrigieron esas actitudes de mí, es más, seguían siendo permisivos que a veces ya ni podían controlarme, a manera de que, hacía las cosas a mi forma a punto de que si sigo viva es de milagro, porque hay asuntos de los que mis padres ni siquiera Cole se enteraron que hice, solo con la finalidad de tener esa tendencia popular entre las chicas del instituto, como a su vez, verme como una adulta independiente.

—Y mi padre, ha sido un hombre algo ausente. Es muy trabajólico que solo tenía tiempo para sus negocios, reuniones con sus socios y eventos de los que podrían traerle mucha más fama y fortuna. —Hice comentario también de mi otro progenitor. —Hasta que inesperadamente, llegaron muchas otras empresas que le hicieron competencia y ahora, su compañía quedo en banca rota. —Engrandece los ojos.

—Entonces, ¿eso era lo que te referías en el almuerzo que le hiciste a mi familia? —Asentí. — ¿Por qué no me dijiste antes? Yo, podía haber tratado la forma de ayudarlo... —Lo detengo.

Esa es la razón por la que no quería comentarle, porque la última vez que le ayudo a mi padre, todo salió peor de lo acordado por ellos, en donde en vez de ver ganancias y que mi papá le devolviera el dinero prestado a Phillipe, al final, siguió sacándole más dinero a punto de que la empresa siempre seguía en desequilibrio financiero donde terminarían siempre por cerrarla.

—Oh no, Phillipe. Agradezco mucho que hayas pensado rápido en ello —le digo calmándolo para que no siga dándome más opciones de cómo ayudar a mi padre —, pero Cole y yo hemos tomado una decisión razonable que para un bien tendrá que ayudar a mis padres y aceptar su realidad. —Hace una mueca. —Si no hacemos lo que hemos planeado, mi padre seguirá con su terquedad de seguir aportando económicamente la empresa cuando ya no tiene solución; y mi madre, tiene que empezar a ver que no todo en esta vida se trata de gastar y tener las mejores riquezas del mundo. —Suspiré. —Es mejor que ellos aprendan a ser ahorrativos y desde luego, que sean capaces de vivir con lo que tienen, es hora que dejen esos pensamientos narcisistas y sean conscientes de que no pueden vivir en comodidades como antes. —Concluí con ese tema.

De todas formas, ni Cole ni yo cambiaremos de postura. Es un bien que le haremos a nuestros padres y además, aunque ellos nos hayan dado todo en este tiempo, tienen que comprender que de alguna manera nosotros le devolveremos la misma moneda solo que de otra forma mucho más razonable y satisfactoria cuando primeramente, mi hermano pronto formará su familia y yo, quiero empezar a ser independiente de ellos.

—Bueno, cuando lo desees, sabes que tú y Cole pueden contar con mi apoyo. —Sonreí.

—Lo sé, y te lo agradezco. —Acaricié su mejilla. —Y también tú sabes que puedes contar conmigo para cualquier asunto. —Asiente.

Preferimos darnos un tiempo de silencio para seguir almorzando mientras seguíamos viendo el hermoso paisaje de las lejanías que nos trae la ciudad de la Toscana; al menos aquel momento me hizo reflexionar muchas cosas de las que antes no entendía, y que es extraño comprenderlas ahora que he tenido que vivir mi vida de otra forma. Aun así, no reprocho el poco cariño o la atención que mis padres me ofrecieron durante todo este tiempo, he de comprender que ellos tuvieron muchos conflictos en el camino de los que no actuaron con la suficiente madurez y terminaron respaldándolos de otra forma poco adecuada.

Sin embargo, debo de agradecerles las oportunidades que me brindaron, de las exigencias que aprendí para llegar lejos con lo que me proponía y desde luego, de haberme apoyado en algunas cosas buenas de las que pude sacarles provecho. Por ello, quizás no soy quién para juzgarlos, lo único que puedo hacer ahora, es demostrarles ese amor que les tengo, como a su vez, ayudarles en lo necesario a fin de no dejarlos solos, aunque esto último, siempre y cuando sea de una forma sana.

—En el camino dijiste que tenías algo importante que decirme —comento luego de que empezáramos a ver como el sol caía para irse dando el atardecer.

— ¿Qué te imaginas? —Él se quedó un momento pensando.

—La última vez que sucedió algo similar, pensé que te había dejado embarazada. —Suelto una carcajada. — ¿Será eso? —Niego.

—No, ya sabes que me estoy cuidando. —Asiente al saber eso.

—Entonces, ¿qué es? —Eleva una ceja.

Bueno, para que darle más vueltas al asunto cuando estoy emocionada por contárselo, además sé que a él le asustan las sorpresas, así que será mejor que se lo diga antes de que empiece a crear miles de escenarios que no irán con respecto a lo que le comentaré.

—Bien... —Me di la vuelta para estar cara a cara. —Priscilla y su familia, decidieron que me convirtiera en su socia —empieza a sacar una sonrisa —aguanta... —lo detengo antes de que llegue a hablar —y no me negué cuando lo vi una oportunidad para hacer crecer su negocio ahora que les está yendo bien —le conté el primer punto —. Lo siguiente que quiero que sepas, es que también Blossom, me propuso a que trabajara con ellos... —nuevamente lo detengo al ver que otra vez dirá algo —El contrato es por cinco años, y me brindarán todas las oportunidades posibles para crecer como modelo profesional, añadiendo que, también me ayudarán con los documentos legales para que resida en Italia. —Le relaté el otro punto importante.

— ¡Eso es genial! ¿Por qué no me habías dicho sobre ambas cosas? —Dijo empezando a sacar su emoción.

—Bueno, quería que fuese una sorpresa, la cual aún no ha terminado. —Enarca la ceja. —Sé que ambos no estábamos muy decididos en quién tenía que dejar la mayor parte de su vida, para irse a vivir con el otro —veo como me pone atención con ese tema —, y sé que tú estabas decidido en dejar Italia por mí, pero... —Su rostro empieza a cambiar. —Creo que ya no será necesario. —Abre la boca.

— ¿Qué quieres decir con ello? —Lo dice con un tono algo preocupante.

—Bueno, hable con mi hermano sobre vivir en Italia —su rostro muestra sorpresa —, déjame decirte que no fue una decisión fácil, sin embargo, he visto muchas oportunidades acá que no quiero rechazarlas, y no sólo lo digo por lo laboral, sino porque, por primera vez he empezado a sentirme feliz que no quiero que está alegría acabe pronto. —Suelto una sonrisa al ver que espera mi respuesta. —Así que acepte el trabajo con Blossom. —Le comunique. —Y eso significa que, he decidido quedarme en Italia. —Se queda atónito con aquella noticia.

No dice nada, simplemente es como si la noticia le hubiera causado una gran impresión que se ha quedado petrificado y sin palabras, su reacción me empieza a preocupar sobre si me excedí en haber pensado muy inmediato en aquella decisión cuando de repente, soy yo la sorprendida cuando recibo un abrazo y consigo de ello, una inmensidad de besos que van por todo mi rostro haciendo reír y darme cuenta que por fin, la noticia resultó ser como lo esperaba.

— ¿Estás segura de ello? —Asiento.

—Claro que sí, además, puedo visitar siempre a mis padres y sé que ellos entenderán que he hecho mejores cosas aquí que allá. —Le parece un alivio escuchar aquello.

—Dios, es una de las razones por las que estoy enamorado de ti... —engrandezco los ojos al escuchar esa frase —porque no le tienes miedo a nada y... —Lo interrumpo.

— ¿Qué fue lo que dijiste? —Esperaba que no fuese un sueño.

—Que no le tienes miedo a nada —niego.

—No, antes de eso. —Hice un gesto para que recordará las palabras anteriores de esa.

—Que... Estoy enamorado de ti —me cubrí la boca.

— ¿No bromeas? —Él enarcó la ceja al ver que no me lo creía.

— ¿Por qué mentiría? —Dice extrañado. —En serio, estoy enamorado de ti, ¿es que no te habías dado cuenta? —Apreté los labios.

—Es que nunca me lo habías dicho. —Veo como saca una pequeña sonrisa.

Se acerca a mí, para poner sus manos en mis mejillas y empezar a acariciar mis pómulos con sus dedos pulgares, me da una mirada llena de amor como ternura que al final que acaricia su nariz contra la mía para luego besarme, un beso lento y suave que me dejo sin palabras al ver cómo me demostraba ese cariño sincero que hace poco seguía sin creerme que en verdad me quiere.

—Entonces, te lo seguiré diciendo para que ahora lo recuerdes siempre. —Susurra cerca de mis labios. —Estoy locamente enamorado de ti, Destiny Haller. —El corazón me bombea rápido. —Y no sabes lo mucho que aprecio y me llena de alegría saber que hayas tomado la decisión de vivir en Italia. —Deja un corto beso en mis labios.

—No tienes ni idea lo que tus palabras me hacen sentir. —Le digo con los ojos llenos de lágrimas.

—Quizás no sepa el grado de emoción que te han causado mis palabras, pero, solo quiero que sepas que esto es el inicio de muchas cosas que habrá entre nosotros. —Me acerca a su cuerpo para abrazarme. —Te quiero, Des. Gracias por esta sorpresa, prometo que haré que sientas que Italia es tu hogar, y que también, nada te hará falta. —Suelto una sonrisa.

Me acomodo entre su cuerpo para poder seguir experimentado esa agradable sensación que ha empezado a invadir mi cuerpo, sería extraño solo definir que ahora mismo siento felicidad cuando muchas emociones surgen en mí; lo único que sé es que no estoy nada arrepentida de esta decisión, hasta empiezo a aceptar el deseo de la estrella fugaz cada vez más, porque quizás en algún momento si no lo hubiera pedido, no me hubiera dado cuenta del hombre que estuve a punto de perder, y ahora que, todo ha cambiado, al final me he dado cuenta de que sobre todas las cosas que hayan sucedido estas once semanas, el destino logró que otra vez, Phillipe y yo estemos juntos.

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Continuará...

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