Capítulo 46 🔞

"Alégrate de la vida porque ella te da la oportunidad de amar, de trabajar, de jugar y de mirar a las estrellas." — Henry Van Dyke

***

Cuando empiezo a quedarme dormida escucho un suspiro que hace que abra los ojos y gire mi rostro para ver como Phillipe se encuentra viendo el techo, parece estar pensando en algo importante que es probable que le impida seguir durmiendo, ya que naturalmente, él no padece de insomnio y mucho menos, luego de haber hecho el amor con tanto ímpetu y pasión iba a tener razón para quedarse despierto; dejo de estar acostada para levantarme de la cama a fin de verlo a los ojos, al principio él estuvo a punto de detenerme al imaginar que me iría de su lado, pero al darse cuenta que en sí, no saldría de mi lugar, al final, dejo que su cuerpo se a recostara de nuevo en la cama, para verme desde esa altura.

— ¿Sucede algo bambino? —Le pregunto con preocupación.

—No... —Parece dudoso en querer decirme la verdad.

— ¿Seguro? —Elevo una de mis cejas.

— ¿Por qué crees que me sucede algo? —Hago un gesto de pensarlo.

—Bueno... —golpeó mi dedo índice en mi barbilla —las razones serán porque no padeces de insomnio, suspiras como si algo no te estuviera dejando en paz y tu cuerpo se muestra rígido —le doy mis motivos.

Veo como se lo piensa en un momento si decirme la verdad, por lo que deja de ver un punto ciego para poner otra vez su mirada en mí, en donde suelta una leve sonrisa hasta que su mano empieza a acariciar mi brazo, haciendo que mi piel se erice y tenga que controlar mis hormonas para no caer en su juego de seducción.

—Solo estoy preocupado por la forma en que actuó Vicenzo contigo —parece abrumado al recordar la escena —, nunca había reaccionado de una forma tan ofensiva con una mujer y de por sí, me desagrada la forma en cómo te hablo pero me duele ver que él, siendo como un hermano para mí, haya tenido que actuar de una forma tan horrible. —Bufa. —Sé que no es mi padre o algo por el estilo, pero quisiera que aprobara nuestra relación, quiero que todo se de bien y que nadie de mi familia se oponga a lo que siento por ti. —Pasa su mano sobre su cabello. —Pero veo que él no está dispuesto a dar su brazo a torcer.

Comprendo que Vicenzo sea una persona muy importante para él cuando en sí, no lo considera como un primo sino como su hermano, su mano derecha y de por sí, ese mejor amigo que también ha estado para él. Desde luego, no puedo pensar en lo contrario cuando yo me pongo en sus zapatos y sé cómo ese sentimiento puede nublar tu mente como hacerlo todo confuso y complicado, lo digo porque si mi hermano —la persona más importante de mi familia— no llegase a aceptar a Phillipe como mi novio, también me llegaría a doler y por supuesto, me sería difícil comprender sus razones.

Lo peor de ello, es que Vicenzo siempre le complica la vida, haciendo que siempre anteponga su familia con sus sentimientos, no niego que la familia es lo más importante, pero, ¿cuál es el costo que tendrá para no dejar que seas feliz? La verdad, quisiera que todo fuera más sencillo para él, pero en esta ocasión, solo queda esperar que Vince sea capaz de ver la realidad y darse cuenta que yo amo a su primo y que luego de mucho tiempo, no busco hacerle daño, más bien, trato de hacer sus días los mejores e inolvidables de su vida.

—Debes de darle tiempo —acaricié su rostro —, verás que pronto se dará cuenta que no soy esa persona que piensa que soy. —Le da un beso a mi mano.

—Lo sé, pero no quiero repetir esa escena. —Dice aturdido. —Odio pelear con él y estar molesto, pero no le has dado motivos para que él dude así de ti. —Aclara.

Claro que tiene sus motivos, y muy contados para que la lista no se vuelva tan larga como un pergamino; quizás esa sea la razón por la que no intente defenderme cuando me ofendió, porque supe que sobre todas las cosas que hasta el momento he hecho e intentado cambiar de mí, tiene sus dudas, más, por el temor de dañar una segunda vez a Phillipe; por lo que su actitud fría y recia conmigo seguirán de pie hasta que no vea lo contrario, aunque no sepa cuándo llegará ese día.

—No te preocupes, él se dará cuenta que tengo buenas intenciones al estar contigo. —Intento relajarlo.

—Esperemos que sí. —Sonrió.

Me acerco a él para besarlo lentamente dándole esa esperanza que las cosas pueden que cambien próximamente, sé que Vicenzo es una cabeza dura que no pueden cambiar rápido su perspectiva de las cosas, pero no tengo duda, que él poco a poco se irá dando cuenta que mis intenciones con Phillipe suelen ser sanas y transparentes, nada de engaños ni mucho menos discusiones de las que no valen la pena llevar a cabo solo para herirlo. Esto suele ser diferente y no tengo dudas o temores de que Vicenzo se dará cuenta de todo, cueste lo que cueste, lo aceptara cuando sea el momento adecuado para verlo con otros ojos.

Me pongo encima de Phillipe para dejar un camino de besos por todo su rostro para luego trasladarme a su cuello y clavícula, cuando mis labios tocan su pecho, siento una nueva estimulación que ocasiona que su miembro se ponga duro y grueso entre mis piernas, por lo que sabiendo que nuevamente llegará una nueva cometida, empiezo a prepararme para darle esa grata bienvenida de la que sé que jamás me aburriré de esto.

—Des... —carraspea su garganta al quedarse sin voz. —Por favor... Ho bisogno di te[1], amore mio. —aprieta mis piernas.

—Quanto hai bisogno di me[2] —le susurro en su oreja.

—Molto[3] —su respiración se le entrecorta al moverme encima de él.

—Mi mostrerai quanto è molto[4] —tiro del lóbulo de su oreja.

—¡Mierda! —Gime. —¡Claro que sí! ¡Todo lo que tú quieras!

Suelto una sonrisa satisfactoria para agarrar su miembro con mi mano y luego colocarlo en mi entrada, en donde despacio, voy bajando haciendo que mi corazón bombeé acelerado, nuevamente mi cuerpo entre en llamas y me sienta complacida de sentir como encajamos tan perfectamente que me agarro de él para no caer inconscientemente en el ardor sexual de nuestra propia intimidad.

—Prepárate bambino, porque te haré el amor hasta que veas estrellas. —Dije con la voz seca.

—Eso será innecesario, porque ya he empezado a ver la primera estrella que se encuentra en frente de mí. —Pone sus manos en mis caderas.

—Mueve conmigo si quieres que esta estrella baile para ti y te lleve más lejos del cielo. —Lo animé a que siga mi ritmo.

Mis palabras le dan ese sencillo impulso para que ambos empecemos a movernos, sin embargo, en estas últimas ocasiones todo se ha vuelto íntimo, fugaz y pasional que me da igual el número de veces que tengamos sexo y caigamos rendidos en la cama, lo que siento por él en estos instantes es real y lo único que deseo es seguirlo disfrutando hasta donde pueda llegar.

—Destiny... —Jadea mi nombre. —Oh mi amor... Eso... Más... Sigue así —arquea su espalda al obtener un espasmo.

—Oh mierda... —Aprieto sus hombros. —Ya casi... Un poco más... —Gimo.

Acelero mis movimientos para que ambos alcancemos el orgasmo, sin embargo para estimularnos, agarro sus manos y una la coloco en mi pecho mientras que la otra, dejo que su dedo toque mi clítoris; de nuestras bocas no sale más que maldiciones y de vez en cuando, gritamos nuestros nombres hasta que de ellos sale una intuitiva frase caliente que a ambos nos da la iniciativa de seguir.

Arquea la espalda y siento como llega al orgasmo, por lo que tomo la ventaja de penetrarme más fuerte, más ligero y más profundo a punto de que sea la siguiente en llegar luego de que mi cuerpo tomara lo suyo; mi cuerpo arde a punto de que el calor se siente por toda la habitación, me ventilo con mi mano para darme aire y así poder recomponerme antes de quitarme de encima de él, siento como suelta varios suspiros y acaricia mis piernas como si estuviera reconfortándome luego de aquel momento.

Un par de minutos después, quite unos mechones que se encuentran pegados en mi frente para poder verlo, sin embargo, antes de quitarme de su regazo, siento como me detiene haciendo que ni siquiera saque su miembro de mí.

—Ojalá que todo funcione bien... —dice agotado.

— ¿Para qué? —Le pregunto extrañada.

—Porque aunque suene extraño, me daría gusto dejarte embarazada —sus palabras me impresionaron —, Dios eres estupenda, ¿por qué no apareciste antes en mi vida? —Suelto una leve sonrisa.

—Porque estaba en el otro continente esperando que alguien me cambiará la vida, pero viéndolo bien, debía de haber cruzado el mar para encontrarlo. —Una risa aparece en su boca. —Yo también deseo que esto funcione bien para siempre —pongo una mano en su mejilla —, y que también, algún día pueda ser la madre de tus hijos. —Sus ojos brillaron al escuchar eso.

—Esperemos que así sea... —se levanta para dejar un beso en mis labios —Ojalá Gianluca sea como tú —acaricia mi nariz contra la suya.

—O que Stella sea igual que a ti. —Agregué con una sonrisa.

Aquel pequeño momento solo fuimos nosotros dos contra el mundo, no importaba cuántos obstáculos o problemas tuviéramos en el camino, simplemente ante aquella oscura noche y bajo la luz de la luna, comenzamos a crear sueños en conjunto, donde a pesar que no sabíamos a que nos llevaría el destino, solo sé que ambos empezábamos a ver que, esto es el inicio de lo que podría ser nuestro futuro si nos proponíamos a mantener una relación sana y adecuada, esa de la que debí haberle dado una oportunidad, una vez que él me propuso matrimonio en el pasado.

(...)

Me muevo de un lado a otro tomando todas las cosas necesarias que debo de poner dentro de mi cartera, intento revisar si todo va dentro para no regresar a la casa de Phillipe y tener que recoger lo que me hizo falta, pero viendo que si está todo, simplemente agarro mi celular y me despido de Kala, por primera vez, ella se quedará aquí, sola y sin que nadie la acompañe hasta que Phillipe y yo volvamos del trabajo.

—No te preocupes por Kala, ella estará bien, además tiene el jardín en donde puede pasar más tiempo al aire libre —dice Phillipe mientras se abrocha los dos botones de su camisa.

Voy hacia él y lo ayudo con su dificultad para que pueda ponerse su blazer azul, apenas se lo coloca para ser el siguiente en verificar si lleva todos los documentos correspondientes para su trabajo, añadiendo de lo esencial que es su celular que se encuentra en la mesa del comedor; revisa un par de mensajes hasta que antes de llamar mi atención para irnos, es el siguiente en acariciar la cabeza de Kala, quien mueve su rabo de un lado a otro dándonos una mirada hasta ir por uno de sus juguetes que es una pelota de hule el cual se la entrega a Phillipe en sus manos para que juegue con ella.

—Lo sé. —Ríe al saber la intención de la cachorra.

Veo como Phillipe le tira la pelota para que Kala vaya por ella, así que corriendo en dirección a la sala, de nuevo nos quedamos a solas, hasta que veo como él parece estar pensando en algo que lo hace sacar una sonrisa para decirme unas palabras en el momento en que la cachorra nuevamente regresa ya con la pelota en su hocico, donde pronto la deja cerca de los zapatos de Phillipe para que reintegren nuevamente el juego.

—En algún momento podemos adoptar a otro perro para que le haga compañía a Kala —sugiere luego de que se agacha para tomar la pelota y volvérsela a tirar.

— ¿Lo dices en serio? —Empieza a reírse al ver que sigo sin creerle.

— ¿Por qué no? De preferencia siempre es bueno que un perro tenga un amigo con quien jugar y estar acompañándolo cuando sus dueños no están en casa —comenta mientras vemos como Kala nuevamente regresa.

En eso tiene razón, además la idea no suele ser muy mala cuando también a veces lo he llegado a pensar aunque no he llegado a una conclusión sobre ello cuando de por sí, es como tener un nuevo hijo al cual cuidar, alimentar y proveerle lo necesario; sin embargo, si se trata por el bienestar de Kala y también brindarle un hogar a un perrito de un refugió, me gusta la idea de que sería tonto negarla cuando tengo su apoyo.

—Me encanta lo que propones. —Puedo ver la satisfacción de mis palabras a través de una sonrisa.

—Bien, entonces veremos luego que podemos hacer con ello. —Asiento.

Nos despedimos de Kala para luego salir de su casa e ir a la floristería, en esta ocasión Phillipe me acompañará un momento para su inauguración, así que yendo de camino a Santa Cruz, solo cruzo los dedos para que mi plan con el negocio familiar de los Costa funcione, porque me desilusionaría rápido imaginar que su empresa no saliera a flote y en vez de eso, de nuevo decayera a punto de considerarlo en banca rota. Quizás todo su proceso se dio de una forma muy rápida y precisa que los planes se tuvieron que organizar en un par de semanas, pero con la asesoría de mi hermano como el de otros de sus colegas que saben de negocios, tuve que dirigirme a tomar buenas decisiones de las que consistieran principalmente en objetivos de corto plazo ya que no puedo partir de unos de mediano y largo plazo cuando tengo ver el crecimiento que tenga la empresa por unos meses más.

— ¿Nerviosa? —Lo escucho decir en el momento en que se estaciona.

—No, bueno... Sí. —Juego con algunos mechones de mi trenza. —Quiero que esto funcione para los Costa, han confiado en mí, que le he dado esperanzas de que su negocio se levantará, pero, ¿qué sucedería si no? —Titubeé.

—Tienes que confiar en tus habilidades, todos han estado trabajando duro para que el negocio crezca con una nueva remodelación, así que debes de respaldarte de tus ideas y saber que funcionaran si te has esforzado por cumplirlas. —Menciona.

—Lo sé, pero ¿qué pasa si no hay probabilidades de que el negocio tenga éxito? —Suspira.

—En datos estadísticos, la probabilidad de que un negocio pequeño fracase es grande, más porque cuatro de cada diez empresas mueren durante su primer año —engrandezco los ojos al escuchar eso —, en donde un noventa y nueve punto siete por ciento de ideas que tienen los emprendedores al comenzar el proceso de creación de nuevo productos de su negocio es el declive principal para que la empresa pueda fracasar... —le pongo un alto antes de que continué.

—Estás conciente de que lo que me dices no me está ayudando, ¿verdad? —Al ver mi rostro lleno de susto, no pudo evitar empezar a reír.

—A lo que iba es que no tienes que pensar en las probabilidades de que el negocio tenga éxito, más bien, debes de enfocarte de que tenga la capacidad para alcanzar el éxito. —Inhalo suficiente aire para meterme esas palabras en la cabeza. —Además, el sesenta por ciento de negocios tienen éxito —puntualiza —, pero solo si su emprendedor sabe cómo manejar su desarrollo, el mercado y la generación de nuevas ideas. —Anuncia.

Quizás las últimas tres cosas fueron las más evaluadas durante el proceso de reconstruir la floristería, por lo que confío de que sea el motivo emergente que logre sacar el negocio de las pérdidas que obtuvieron desde la pandemia, así que sería buena idea de que esté segura de lo que hago antes que mis malas vibras ocasionen de que el negocio de los Costa no llegue a sobresalir como todos nos lo hemos imaginado.

—Gracias por tus palabras y estadísticas, aunque al principio me hiciste dudar —veo como agarra mi mano y deja un beso en el dorso de ella.

—Quizás me exalte un poco en hablar de la realidad de muchos negocios —dice apenado de ver que casi se me va el alma al escuchar la probabilidad de que un negocio fracase.

—Un poco —le hice el gesto con mis dedos índice y pulgar.

—Suelta una carcajada. —Bien, admito que me pase, pero es mi naturaleza tener que medir las probabilidades cuando es lo que mayormente hago en mi trabajo. —Se defiende.

—Ojalá me dieras las probabilidades de tener una buena inversión. —Le comento.

—Pues, solo el cincuenta por ciento de un negocio es capaz de devolver la inversión realizada, y lo digo porque solo el diez por ciento también de ellas tienen un retorno suficientemente alto para compensar lo que el capital de riesgo termino por perder por aquellos negocios que no le fueron bien en sus ventas. —Asiento.

—Mejor bajémonos del auto que hablar de estadísticas me dará dolor de cabeza. —Veo como le da gracia ver que no es mi tema preferido por el momento.

Realmente no tengo muchos ánimos de hablar si el negocio fracasara o tendrá éxito, lo único que deseo es que tenga el suficiente potencial para salir del agujero que antes se encontraba para poder encontrar un buen balance ahora que otra vez revivirá luego de obtener las necesidades que requería cambiar para que estás se volvieran sus fortalezas y nuevamente la floristería emprendiera como lo había imaginado.

Apenas salimos del auto para caminar en dirección a la floristería, en donde ya se encuentra la familia Costa con unas personas que no tengo duda que deben ser familiares, amigos o conocidos de ellos, quienes están acá para apoyarlos y a su vez, ver el surgimiento de aquella tienda de flores que la madre de Priscilla y Samuele construyo con tanto esfuerzo como dedicación. Además, también veo a Bianca quien apenas al darse cuenta que su primo y yo hemos llegado, se acerca a nosotros para abrazarnos.

—Nunca dejaré de decir lo hermosa que te vez siempre —me elogió.

—Gracias, tú también te vez hermosa. —Le devolví el gesto.

—Claro que no, la ropa del trabajo es muy gris para mí. —Dice con desagrado. —Pero agradezco tus palabras. —Muestra una sonrisa. —Primo... —Ella le da una mirada de cabeza a pies. —Que bien te vez, me estaba preguntando si vendrías pero acerté y me alegra que estés acompañando a Des —a Bianca nunca se le pasa nada desapercibido.

—Es mi novia y me gusta celebrar los éxitos que ella obtiene —puso su mano en mi cintura para luego darme una mirada.

Nunca imagine escuchar esas palabras de su parte, y de por sí, es lo que muchas veces anhele que dijera cuando estábamos casados, sin embargo, ahora que sé la verdad de Vanity Studios, encuentro las razones por las que él siempre quiso separarme de esa agencia de modelaje, añadiendo que, nunca se mostró contento de que siguiera defendiendo ese trabajo del que me tenía engañada y del cual agradezco que hayan cerrado ahora que he mostrado pruebas que no era más que un negocio que involucraba vender a chicas jóvenes a traficantes que solo ellos sabrán lo que deseaban de ellas.

—Mala suerte que no podrás estar dentro del Milan Fashion Week. —Se mofa Bianca de él.

—Aunque eso no es un impedimento para que veamos a Des por medio del En Vivo que darán en un programa de Internet. —Comenta.

Para mala suerte, las invitaciones para el Milan Fashion Week fueron exclusivas para personas que están dentro de la industria de la moda, como también, para patrocinadores que usan dicha ropa para darle una promoción, además aún siguen empleando los protocolos de higiene y seguridad contra el COVID-19 que apenas son personas limitadas las que participarán en observar la pasarela; así que tanto mis amigos, como mi hermano y Phillipe tendrán que ver por televisión la semana de moda.

—En eso estoy de acuerdo contigo, mis padres y mi tía están emocionados por verte, Des. —Declara Bianca.

—Espero que lo disfruten, tanto las demás modelos como yo nos hemos estado preparando, así que esperamos que a todos les guste. —Mencioné con alegría.

Antes de poder seguir hablando, veo como a lo lejos Priscilla me llama para que pueda acercarme a ella y su familia, así que despidiéndome de Phillipe y Bianca, me voy hacia la principal dueña del negocio, donde apenas al llegar, nos saludamos para así, darme unas indicaciones acerca de cómo proseguiremos con la inauguración de la nueva floristería, siendo así que, mientras saludo también al señor Costa y a Samuele, me pongo a la par de este último para ver como Priscilla llama la atención de todos para que puedan escuchar sus palabras.

—Cuando murió mi madre, ella se llevó una gran parte de nuestra alegría, fue complicado imaginar que ya no estaría en nuestras vidas e incluso que no estaría ahí para vernos crecer... —A Priscilla se le cortó su voz al mencionar a su madre. —Para nuestra familia fue difícil seguir adelante sin ella, nos tomó mucho tiempo en pensar que haríamos con su querida floristería, y de por sí, de cómo podríamos continuar con el pequeño legado que nos había dejado en manos. —Tomó aire y se recompuso. —Habíamos pensado miles de cosas y hasta de oportunidades que podríamos tener con ello, pero nadie nos había preparado para los negocios cuando mi hermano apenas estaba saliendo de la preparatoria, mientras que yo, estaba a la mitad de mi carrera de mi licenciatura en ecotecnología. —Suspiró.

Se tomó un tiempo para poder plantearse las siguientes palabras que diría, por lo que mirando a todos sus invitados, continuó con su discurso del que entendí que lo estuvo preparando pero no encontraba las palabras necesarias que decir y lo importante, recordarlo mediante se lo fue aprendiendo.

—Lo inesperado que nos trajo la pandemia además de las millones de muertes fue el cierre de varios negocios, de instituciones y el declive económico del país, fue entonces que el negocio de mi madre quedo descuidado, mi padre enfermo como también quedo desempleado y no teníamos los suficientes recursos económicos para sobresalir, hasta hoy en día, seguíamos con ello que empezábamos a darnos por vencidos en seguir manteniendo la floristería de mi madre que se convirtió en el único generador de dinero para nuestro hogar. —El señor Costa puso una mano en el hombro de su hija.

La verdad es que la pandemia trajo consigo muchas situaciones inesperadas que nadie estaba preparado para sobrellevarlas, donde varios sectores desde lo económico hasta lo familiar tuvieron varias perdidas desde monetarias hasta humanas, en las que todavía hoy en día, las personas intentan levantarse de ello; de por sí, la situación de la familia Costa suele ser como la mía, solo con la diferencia de que no perdí a alguien importante, ya que la circunstancias por las que está pasando ahora mi padre con su empresa, suelen ser las menos favorables para él, eso sin añadir, de cómo ahora junto con mi madre tendrán que aceptar la idea de que su estatus ya no será aquel con el que crecieron, sino que deberán adecuarse a la nueva vida que apenas mi hermano y yo les ofreceremos.

—Estábamos a punto de convencernos en cerrar la floristería cuando llego la señorita Destiny Haller a nuestro negocio pidiendo trabajo —veo como Priscilla alza su mano a un lado para que pueda tomarla —, ella solo era una nueva empleada que ni siquiera tenía idea de la situación por la que estábamos pasando y de un día para otro, fue la primera en cambiar nuevamente la vida de nuestra familia. —Ella me dio una mirada llena de orgullo. —Lo que es ahora la floristería de mi madre, es gracias a ella, quien con su ingenio e ideas, le dio un nuevo toque al negocio del que necesitaba, aunque también es gracias a otras personas que colaboraron en remodelar este lugar. —Dijo Priscilla con gratitud. —No tenemos idea de cómo nos irá, pero puedo decir que, está vez será diferente que la primera, no sólo lo hacemos por nosotros, sino por mi madre, una mujer emprendedora que demostró ser capaz de salir adelante con su negocio y el cual lo dejo a nuestro legado. Así que, esperamos que esta floristería pueda ser de su agrado. —Concluyo Priscilla.

Fue entonces en que, antes de cortar la cinta que está sujeta entre las manecillas de la puerta de vidrio transparente, Phillipe termina por sacar su cámara y hace unas fotografías para la familia Costa, con su familia, sus amigos, conocidos y por supuesto, hasta conmigo, Bianca y algunos trabajadores que ayudaron a hacer realidad esté lugar. Ya en el momento de cortar la cinta, observamos como entre los tres miembros de la familia, la cortan para así escuchar varios aplausos, silbidos y felicitaciones, en donde abren las puertas y pronto, dejan pasar a los invitados donde admiran el hermoso lugar, en donde además de vender flores, hay productos de compra como semillas para cosechar plantas o flores; masetas, jarrones o floreros; accesorios de decoración para eventos, etc.

Escucho varios comentarios positivos que hacen que me sienta tranquila al escuchar que el local ha quedado estupendamente hermoso, añadiendo que, empiezo a ver como entran unos primeros clientes que ocasionan que tanto para Priscilla como para mí, nos llamen la atención para irlos a atender, en donde en la primera hora, se comenzó a tener el primer ingreso que luego de todo esté tiempo, no obtuvo la caja registradora.

— ¿Crees que está vez necesitaremos más empleados? —Suelto una pequeña risa al escuchar a Priscilla mientras termina de arreglar una caja de regalo con rosas rojas.

—Probablemente sí, aunque eso puedes dejármelo a mí. —Le guiñó el ojo.

Lo bueno de haberle dado publicidad en redes sociales y por medio de flyers a la floristería fue de que empezamos a tener ya a nuestros primeros clientes, por lo que mientras se hacían los arreglos florales o simplemente, un arreglo que fuese un obsequio; obtuvimos buenas opiniones de los comensales que le pedimos su opinión en redes sociales y que etiquetaran la tienda para hacer más promoción al lugar.

—Mi familia y yo hemos considerado en algo —empezó a decir Priscilla luego de que dejará que su hermano se encargará de cobrar la caja de regalo.

— ¿Qué han considerado? —Le digo luego de terminar de poner una rosa azul en un embace de vidrio transparente que la hace ver como si fuera la rosa de la Bella y la Bestia.

—Que seas nuestra socia —engrandezco los ojos —, sabemos que nos conocemos poco y que también, no llevas mucho tiempo trabajando acá, pero eso no quiera decir que no te consideremos como parte de nuestra familia, sin ti, esté lugar se hubiera perdido y con tu ayuda, ha comenzado a levantarse. —Ella sonríe.

— ¿En serio el señor Costa, Samuele y tú desean eso? —Le digo dudosa. —No es necesario que me recompenses la pequeña ayuda que les he brindado por medio de dejarme entrar a su negocio teniendo un cierto porcentaje de la floristería. —Ella encoge los hombros.

—Lo sabemos, pero tu traes modernismo e ideas que sería tonto solo quererte de empleada cuando has aportado mucho en casi tres meses. —Toma mis manos. —Además, es probable que te necesitemos, porque... Pienso retomar mis estudios y Samuele también quiere seguir con sus sueños, así que nos tomaremos turnos para dirigir el negocio, por lo que también, queremos que pertenezcas porque tienes un buen conocimiento y don con las flores... Sé que tu sueño es ser modelo, pero como te digo, esto puedes tomártelo como un trabajo de medio tiempo en que puedes ser supervisora y a su vez, empleada. —Propone.

La verdad es que, nunca imagine terminar por encariñarme de una floristería y sus dueños, antes solo pensaba en ser modelo y ya, pero tendré mucho tiempo libre después de hacer una pasarela o un comercial que no le veo nada de malo tener que trabajar aquí; además, es una de mis pasiones que he encontrado por lo que la disfrutare durante el día; y desde luego, podría seguirles ayudando a ellos, ya que también se tomaran el tiempo de estar pendiente del negocio y a su vez, realizando sus sueños; así que, porque impedir que eso se lleve a cabo cuando los cuatro somos un buen equipo.

—Prometo, que no te llegaras a arrepentir. —Ella inclina su dedo meñique como para cerrar la promesa.

—No creo arrepentirme de ello. —Mi dedo meñique toma el suyo para cerrar la promesa.

—Ustedes dos, dejen de hablar de chicos y ayúdenme. —Dice Samuele al sacar tres pedidos en línea y dos por WhatsApp.

Vamos o si no, no podrá controlarlo. —Asiente ella para luego tomar los pedidos que Samu nos entrega.

Quizás es hora detener un nuevo plan de vida, porque así como veo las cosas, es probable que pronto pueda terminar eligiendo esa decisión de quedarme acá sabiendo que mi vida está tomando un buen camino y de esos de los que me está trayendo buenas oportunidades y recompensas de las que no me habría imaginado antes.

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[1] Te necesito.

[2] Cuánto me necesitas.

[3] Mucho.

[4] Me mostrarás cuánto es mucho.

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Continuará...

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