Capítulo 44 🔞
"Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección." —Antoine de Saint-Exupéry
***
Escucho un grito de parte de Misty en el momento en que llega al apartamento, la primera en recibirla es Kala quien una vez escucho su voz no tardo mucho tiempo en levantar su cabeza de mi regazo para saltar del sofá y correr en dirección a la puerta principal; dejé a un lado un libro que el día de ayer pase comprando a una librería de Milán para recibir a mi mejor amiga, quien trae colgando de sus manos los dos vestidos que usaremos está noche para la presentación de nuestros novios, quienes al final nos invitaron a participar en su exposición de arte; así que, ayudándole con uno de ellos, termino por dejarlo en el perchero del apartamento para quitarle la bolsa transparente de encima para verlo mejor.
— ¡Es hermoso! —Le digo a ella al tocar mi vestido.
— ¿Qué te parece el mío? —Me pregunta al poner su vestido también en el perchero y quitarle la bolsa transparente.
— ¡Dios mío! —Me pongo las manos sobre las mejillas. —Te verás espectacularmente sexy y elegante. —Le dije al ver su hermoso vestido rojo.
— ¿Crees que se me verá bien? —Dice temerosa. —Quiero dar una buena impresión y más porque conoceré los padres de Alonzo. —La veo nerviosa.
Me acerco a ella para poner mis manos encima de sus brazos, le doy una mirada llena de cariño porque sé que la elección de su vestido la hicimos juntas, en donde al principio a pesar que se encontraba temerosa en probárselo, al final, mis insistencias lograron que se lo pusiera y se quedará asombrada al ver como el vestido rojo resaltaba su piel y además de ello, mostraba su buen estructurado cuerpo.
—Te verás como una reina, te lo puedo asegurar. —Suelta una sonrisa.
—Eres la mejor amiga que puedo tener. —La abrazo.
—Tú también, ¿qué haría sin ti? —Deja ir una risita.
—Fueras un desastre, pero para eso me tienes. —Susurra.
Apenas dejamos de abrazarnos para seguir elogiando los vestidos de cada una, sin embargo, antes de comenzar con el proceso de nuestra transformación, empezamos a revisar en Pinterest varios peinados y maquillajes que nosotras podemos lucir está noche en la presentación de las fotografías de nuestros novios, por lo que optando por unas opciones que se nos verían increíbles con los vestidos, nos levantamos del sofá para irnos a dar una ducha y luego volver nuevamente a la sala en donde la que comenzó a maquillar a la otra fui yo; utilice la base, polvos, rubor, sombras, delineador y otras cosas más adecuadas al tono de piel de Misty, a fin de que resaltara y estuviera a la altura de su vestido.
—Por favor, nada extravagante. —Dice mientras le doy volumen a sus pestañas.
—Lo sé, pero quédate quieta. Sino te puedo lastimar el ojo. —Le digo riendo.
Me separe un poco de ella para ver como resalta la luminosidad de las sombras de sus ojos, la ventaja que tiene Misty es que al tener ojos marrones, puedo usar cualquier color de la paleta de maquillaje, aunque al ser una fiesta de gala utilice para ella unos colores metalizados e intensos como el cobre, además aplique un poco de iluminador en el lagrimal de sus ojos para que dieran luz y se destacaran con el color de sus ojos.
Saque otra brocha de sus cosméticos para empezar a ponerle un poco de rubor en sus mejillas, así que, siendo delicada con ello para que no se perdiera la tonalidad del color de su rostro, pase el objeto suavemente en una mejilla y luego en la otra, vigilando que ambas estuvieran al mismo nivel y no que una estuviera más encendida que la otra.
Ya terminando con mi proceso, decidí que su tono de labial sea uno color crema, por lo que pidiéndole que abriera un poco su boca, fui pasando el objeto por sus pequeños pero gruesos labios para empezar a ponerles color; apenas termine cuando le hice un gesto que los presionara y así nada más con un trozo de papel, limpiar aquellos contornos en los que se había manchado o salido el labial.
—Perfecto, puedes verte. —Le entrego un espejo.
—Oh mierda... —Quita el espejo de en frente para darme una mirada. —Te ha quedado perfecto el maquillaje. —Sonreí.
—Gracias, ¿cuándo quieras puedes llamarme para ser tu maquilladora? —Le guiñé el ojo.
—Por supuesto, si algún día me termino por casar, espero que seas tú la maquilladora. —Parece decirlo en serio.
—Será un gusto ser la madrina y la maquilladora a la vez. —Reí.
—Ahora siéntate que es mi turno. —Ordeno a lo que obedecí rápido.
Para mi mala suerte, Misty no dejo que a cada cierto tiempo me estuviera observando en el espejo para ver como estaba quedando mi maquillaje, simplemente solo veía que pasaba de una brocha a otra, como también, que tomaba varias paletas eligiendo los colores que podían darle una buena tonalidad a mis ojos.
—Basta, ahora seré yo quien te pueda dañar el ojo si no dejas buscar el espejo —dice reprendiéndome.
—Es que me carcome la curiosidad. —Le hice un puchero.
—Esos gestos no me funcionan... Bueno, sí pero solo con Kala. —Hago un sonido de protesta.
Realmente me tiene impaciente desde que comenzó a maquillarme, no es que desconfié de ella porque suele ser todo lo contrario, más bien, he estado acostumbrada que a cada cierto tiempo tenga que estarme viendo en el espejo para ver cómo va el proceso; sin embargo, Misty le gusta que sea sorpresa y sin dudarlo, parece ser que le gusta su creación porque cada vez que se aleja de mí para darme una mirada suelta una enorme sonrisa y pasa de una cosa a otra. De todas formas, ella sabe lo que hace cuando también fue a una escuela de maquillaje y sabe lo necesario para que una mujer resalte con la belleza que puede proporcionar el maquillaje, a pesar de ello, también puedo decir que ella tiene un buen gusto con los colores y detalles, ya que es un don que tiene y el cual se ve reflejado en su trabajo.
Toma un labial color mate y lo pasa cuidadosamente en mis labios hasta que me hace una señal para que también los apriete, pero antes de que termine y me diga que puedo verme en el espejo, me da unos retoques más, como a su vez, termina por delinear mis cejas; lo cual en el instante en que veo como deja el ultimo artefacto en la mesa, agarra el espejo y me lo entrega para que pueda verme, haciendo que por fin, pueda ver la obra maestra que hizo en mí.
— ¡Cielos! —Le doy una mirada repentina. — ¿En serio soy yo? —Ella asiente.
—El ahumado en tus ojos lo resaltara más ya que estos suelen ser unos azules claros, así que te queda a la perfección. —Se me sale un chillido de la emoción al ver que me gusta mi maquillaje.
—También te contrataré si me llego a casar algún día. —Ella hace un gesto pensante antes que revele una sonrisa.
—Eso no es dudoso, si consigues enamorar a Phillipe a tiempo, sabemos que habrá boda. —Su esperanza me llena de esa posibilidad.
—Tienes razón.
Luego de haber acabado con nuestro maquillaje pasamos a hacernos unos peinados, sin embargo, en vez de proceder a habérnoslo, terminamos por poner música en mi celular a todo volumen para empezar a bailar y por supuesto a cantar, varias veces tarareábamos varias canciones de diferentes géneros que nos alegraban el alma, hasta hubo momento en que Misty agarro su cepillo de cabello mientras que yo, tomaba un adorno de la casa que lo usamos como micrófonos para seguir cantando.
Hey, hey, you, you, I don't like your girlfriend
No way, no way,I think you need a new oneHey, hey, you, you, I could be your girlfriend
Hey, hey, you, you, I know that you like me
No way, no way,you know it's not a secretHey, hey, you, you, I want to be your girlfriend
You're so fine,
I want you mine,you're so deliciousI think about you all the time,you're so addictiveDon't you know what I can doto make you feel alright?Alright, alright, alright
Empezamos a rockear a través de la canción "Girlfriend" de Avril Lavinge por lo que de vez en cuando tanto Misty como yo, dejábamos que nuestro cabello se moviera de un lado hacia el otro sin importar que esté terminará por enredarse, pero aun así, seguimos en nuestro propio karaoke que no nos detuvimos hasta que un momento mi amiga dejo de reír al escuchar nuestras voces y como a veces estas se desafinaban para ver la hora, haciendo que se asustara ya que solo nos quedaba una hora para estar listas antes que el taxi llegará por nosotras.
Dejamos a un lado nuestro arte de cantar para seguir nuevamente con nuestros peinados en donde Misty se recogió su cabello negro en un moño, mientras que yo, lo dejé suelto, ya que sé que a Phillipe le encanta cuando lo mantengo así; a pesar de habernos tomados unos cuantos minutos, volvimos a retocar nuestro maquillaje y así, por fin, ponernos nuestro vestido, por lo que cuando ya estábamos poniéndonos los zapatos de tacón, escuchamos un timbre en donde nos preocupamos por si ya había llegado el taxista por nosotras, así que corriendo fui a abrir la puerta para avisarle que nos esperará unos cinco minutos más cuando en sí, deje de estar angustiada ya que la persona que había tocado el timbre fue la señora Caruso, aunque al escuchar un «wow, te vez como una princesa» hizo que bajara la mirada para ver a Rosie quien tiene sujeta su mano con la de su abuela.
—Muchas gracias, preciosa. —Le acaricie la mejilla. —Buenas noches, señora Caruso, pase. —La invite a entrar al apartamento.
Ambas entraron al lugar haciendo que las llevará pronto a la sala en donde también se encontraron con Misty quien las saludo a ambas hasta que Kala salió corriendo para lanzarse encima a Rosie.
—Kala, cuidado, no vayas a golpear a Rosie. —Le dije a la cachorra quien se encontraba feliz de ver a la niña.
—Ambas se ven hermosísimas —dice la señora Caruso con una sonrisa y viéndonos de cabeza a pies.
—Le agradecemos mucho. —Le dije antes de entregarle un vaso de agua, mientras que a Rosie un vaso de leche y unas galletas con chispas de chocolate.
Esta noche es dudable que vuelva a casa, y es probable que también Misty vuelva, así que le tuve que pedir a la señora Caruso si podía cuidar a Kala está noche, sé que la cachorra no haría ni una travesura al quedarse sola, pero mayormente, está acostumbrada a tener compañía que al quedarse sola, presiento que su humor puede decaer y la verdad, es que tener a Rosie será una buena forma que disfrutará el resto de la noche a su lado.
—Ya preparé las cosas para Kala, me da pena tener que pedirle este favor pero no quisiera que se quedará sola —le digo a la señora Caruso.
—Oh Des, no te preocupes. Además tienes muy entrenada a Kala que siempre es una buena cachorra y Rosie está alegre de poder quedarse con ella —menciona alegre.
—Sí, he extrañado estos días a Kala —la niña abraza la cachorra luego de haberse terminado las galletas y la leche.
Deje ir una risa cuando vi que Rosie tenía varias migajas en su rostro por las galletas, así que yendo por una servilleta, me agache para limpiarle lo que había quedado del aperitivo que le di antes que Kala fuera quien terminara lamiéndola si olía el dulce.
—He visto que ya han empezado a retoñar varias rosas que planté en su jardín —le comenté a ella.
—Sí, el jardín se va a ver precioso gracias a ti. —Dice tomándome de las manos.
—No hay nada que agradecer, es más, yo debería estar agradecida porque me dio permiso en retocar su jardín. —Ella sonrió.
—Ojalá lo impresiones está noche. —Susurra mientras me guiña el ojo.
—Esperemos que sí. —Ambas soltamos una risita.
En esta ocasión si escuchamos el sonido de un auto al estacionarse, por lo que Misty viendo por una ventana, me indica que ya ha llegado nuestro automóvil por nosotras; así que tomando mis cosas y entregándole a la señora Caruso algunos objetos de Kala, nos despedimos para así salir todas de la casa. Le doy una breve despedida a mi cachorra debido a que la extrañare pero sé que mañana nos volveremos a ver, así que acariciando su suave pelaje y diciéndole unas palabras, me marcho junto con Misty hacia la galería de Phillipe y Alonzo.
Durante todo el camino tanto ella como yo, estuvimos nerviosas ya que no solo seriamos las acompañantes de los principales artistas de la galería, sino que también, estaremos desempeñando el papel de ser sus novias, por lo que para ambas es una nueva experiencia de la cual no imaginamos que algún momento llegaríamos a tener; como la galería no se encontraba lejos, llegamos en quince minutos, donde pudimos ver como varias personas comenzaban a entrar al lugar mientras le entregaban a un guardia, unas tarjetas que eran las invitaciones que Phillipe y Alonzo habían llegado a enviar las semanas anteriores, así que mientras Misty y yo nos bajábamos, sacamos también nuestras tarjetas para mostrárselas al guardia a fin de que nos dejará pasar.
Simplemente dimos un paso dentro del lugar para seguir a unas personas que iban en dirección a la sala donde se mostraría fotografías y pinturas de ambos artistas, así que apenas íbamos llegando cuando a nuestro alrededor y en todas las paredes, ya se encontraban colocadas varias imágenes que eran distintivas por sus colores, paisajes y mensajes que transmitían; me había quedado petrificada viendo todo aquel arte, que al escuchar como alguien carraspeo su garganta hizo que dejara a un lado mi atención por las fotografías para mostrar una enorme sonrisa cuando vi a Phillipe en frente de mí con un traje formal negro que lo hacía ver totalmente guapo, añadiendo que con sus lentes puesto, lo hacía ver más atractivo.
—Estás... —Se quedo anonadado al verme. —Creo que no hay una palabra para definir tu belleza. —Aprete mis labios.
Me acerque a él para dejarle un beso sobre sus labios el cual me pareció totalmente lleno de ternura pero a la vez pasión.
—Oigan, no se les olviden que hay más personas. —Escuchamos la voz de Alonzo riendo.
Me separe de él para soltar una risita nerviosa que hizo que escondiera el verdadero rubor de mis mejillas al entender a Alonzo con respecto que tenemos a más personas a nuestro alrededor. Apenas levante la mirada cuando Phillipe no dejo de verme con una sonrisita llena de cariño que hizo que mi corazón se derritiera; salude a Alonzo y también fue el siguiente en elogiarme con respecto a mi apariencia, por lo que antes de que mantuviéramos una conversación, Phillipe entrelazo sus dedos con los míos para empezar a caminar; al principio no sabía a dónde iríamos pero al ver a un pequeño grupo de personas en círculos, me di cuenta a quien deseaba que saludara, por lo que cuando ellos se dieron la vuelta para verme, la primera que corrió hacia mí para saludarme fue Bianca.
— ¡Te vez como toda una estrella! —Dijo ella con sorpresa.
—Muchas gracias. —Sonreí nerviosa. —Buenas noches, señor y señoras Rizzo. —Salude a los tíos y a la madre de Phillipe. —Buenas noches, Antonio y Vicenzo. —Les dije a los dos primos de mi novio.
—Oh Des, te ves divina. —Resalto la madre de Phillipe.
Me acerque a ella para darle un abrazo mientras que también recibía el mismo gesto de parte del señor Esmond y a la señora Graziella, Antonio también me abrazo pero resalto por lo alto varios elogios conmigo que fue imposible no reír más cuando Phillipe rodaba sus ojos al ver el comportamiento de su primo; sin embargo, cuando llego el momento de abrazar a Vicenzo, todo se volvió tenso, más cuando entre mascullo me dijo que no debería estar aquí y más representando ser la novia de Phillipe. A pesar de ello, no quise arruinar mi noche, esté día es especial para mi novio y de por sí, no quiero que se arruine solo porque Vince no le da el placer de verme acá, de todas formas, si de nuevo mi lazo con Phillipe se une, tendrá que verme de forma cotidiana la cara.
—Nos alegra mucho verte por acá. —Menciona el señor Esmond.
—No me perdería esté día importante para Phillipe. —Él mostró un gesto lleno de gratitud por acompañarlo. —Y déjenme decirles que todos se ven elegantes y hermosas. —Les dije a su familia.
—Te lo agradecemos mucho, Des. —Dice amable la señora Graziella.
— ¿Cómo ha seguido de su salud, señora Antonella? —Le pregunté.
—Mucho mejor, creo que estos días han sido los mejores. Además, volver a estar en casa es una tranquilidad para mí. Gracias por preguntar, querida. —Su sonrisa llena de amor me aclara mis dudas y sé que está bien.
Y no es de menos que ahora tengamos un mejor contacto al saber que ella es la madre de Phillipe, ya que el día de mi cumpleaños, él me contó una parte de la vida de la señora Antonella siendo así que descubriera más como fue difícil enterarse de su enfermedad pulmonar crónica y de cómo se llego a agravar cuando se contagio de COVID-19 siendo así que, pasara mucho tiempo en el hospital y luego, al recuperarse, le quedaran secuelas de las que a cada cierto tiempo, de nuevo volvía al hospital para que tuviera terapias y sus pulmones no se obstruyeran al querer respirar.
—Bueno, Alonzo y yo comenzaremos con la galería, así que nos vemos en un rato. —Asiento antes de darle un beso para que tenga suerte.
Se aleja de nosotros para así ver cómo le da una señal a Alonzo desde lo lejos para que puedan empezar con el evento; así que quedándome al lado de la señora Antonella quien me ha tomado de los brazos y me abraza, soy la siguiente en abrazarla para quedarnos juntas; en aquel instante vemos como los principales protagonistas del arte que se encuentra en la galería nos invitan a que nos acerquemos para escuchar su discurso en donde mientras ambos explican la inspiración que tienen sus fotografías y pinturas, unos meseros empiezan a repartir unas copas de champán.
—Las fotografías que encontraran a su alrededor son de lugares tanto nacionales como internacionales, demostrando la belleza no sólo del planeta, sino que la conservación de nuestros recursos naturales que siguen en supervivencia año tras año; también encontraran algunas en base de culturas, tradiciones, festejos e incluso etnias de diversas personas, en donde podrán visualizar el arte de las emociones, pensamientos y conductas que transmiten a través de sus gestos o posturas. Por ello, el lenguaje que transmite las presentes fotografías los transportara a esos lugares y de ser posible, tener una conexión con ellas. —Explico Phillipe.
Escucharlo hablar con confianza y fluidez fue magnifico, realmente el día de ayer me mencionó que se encontraba nervioso que ni siquiera podría elaborar o escribir sus propias palabras porque sabía que sería inútiles memorizarlas a sabiendas que siempre lo que llega a decir sale tanto de sus pensamientos como del corazón, por lo que ahora veo, que su método ha funcionado y no era necesario que tuviera unas tarjetas en mano para leer sus propias palabras, porque están saliendo muy auténticas y llenas de emociones.
Cuando Phillipe y Alonzo terminaron de hablar, se hizo el brindis para así dar inicio tanto la compra como la venta de las fotografías y pinturas, por lo que en ese tiempo, me quede hablando con la familia Rizzo no sólo acerca de las fotos profesionales de Phillipe, sino que también, acerca de cómo ellos han estado en los últimos días previos y sin dudarlo, escuchando historias de parte de la señora Antonella sobre como su propio hijo tiene este gran don desde que era un adolescente.
Hubo un momento en que me separe de ellos para poder ir a ver todas las fotografías de Phillipe, como también, las pinturas de Alonzo, ambos son unos grandes artistas que me impresiona su trabajo que es más que un arte que transmite una experiencia en conjunto con su emoción; sin embargo, al dirigirme hacia un pilar rectangular para ver la fotografía que se encuentra en ese lugar, mis ojos se engrandecieron con lo que llegue a ver, haciendo que me quedara con la boca abierta y no pudiera dejar de ver lo que tengo en frente.
Visualizo la placa y veo como el título es "Amor a Primera Vista", la piel se me eriza y el corazón empieza a latirme rápido cuando tengo una fotografía de mí, con un rostro risueño y tierno, no hay nada de maquillaje en mi rostro más bien el calor ha provocado un cierto rubor que contrasta con mi piel blanca, añadiendo que mis ojos resaltan entre el color del paisaje de la playa y más, la sonrisa que tengo revela aquel instante en que Phillipe inesperadamente me tomó la fotografía haciendo que negará y pronto sonriera al ver que no se quedaba tranquilo con su cámara profesional.
Sentí como unos brazos me rodeaban haciendo que aquella fragancia revelará que era él y desde luego, fuera imposible no girar mi rostro para ver como dejaba un corto beso en mis labios ocasionando que mi ritmo cardiaco nuevamente se acelerará.
—He recibido unas buenas ofertas por esa fotografía. —Menciona.
— ¿Ah sí? ¿Cuál ha sido la mejor? —Le pregunto mientras seguimos viendo la fotografía.
—Cien mil euros. —Me giro para verlo impactada.
— ¿Bromeas? —Niega. —Y, ¿sigues esperando que la compren? —Vuelve a negar.
—No la venderé. —Responde.
— ¿Qué? ¿Por qué? Si la tienes aquí es porque... —Sonríe.
—Porque eres mi musa, mi estrella. —Dejo de respirar cuando dice esas palabras. —Ven.
Agarra mi mano en donde pronto empezamos a alejarnos de la galería para ir a otro sitio del cual las voces de las personas se van perdiendo de poco a poco haciendo que el único ruido del lugar sea las pisadas de nuestros zapatos; empezamos a subir unas escaleras de las que no tardamos pronto en llegar a un segundo piso, en donde él abre una puerta y me invita a salir primero. Apenas al dar unos pasos, nos encontramos en un balcón en donde a nuestro alrededor hay unas enredaderas con flores moradas en diversos lugares, a lo lejos se puede ver una parte de la ciudad y desde luego, un cielo azul sin nubes pero cubierto de estrellas.
—Y, ¿qué hacemos aquí? —Digo nerviosa.
—Sabes, la vida suele ser increíble. —Empieza a decir. —Hace unos meses atrás no tenía expectativas de compartir muchas cosas con alguien especial y tampoco, que tuviera que mostrar la persona quien en verdad soy. —Pone sus manos en las barandillas y mira al cielo. —Siempre miraba al cielo lleno de estrellas y decía que algún día, encontraría a alguien que valorará cada pequeña parte de lo soy, pero que también, me haría ver el mundo de otra forma extraordinaria, en la que desearía que el tiempo se detuviera y quisiera pasar más tiempo con esa persona sin pensar en lo que podía suceder el día de mañana. —Se da la vuelta para verme.
Mis pies empiezan a fallarme y puedo sentir como me cuesta respirar, porque escuchar todo aquello me está resultando una enorme sorpresa, añadiendo que, me está revelando sus propios sentimientos de una manera tan sencilla pero abierta que me hace ver las cosas que él ha tenido que estar esperando por un largo tiempo.
—Y luego, llegaste tú. —Me alza su mano para que la tome.
Le entrego mi mano y pronto me jala suavemente para acercarme a su cuerpo, no podía quitar mis ojos de él, mientras sentía como una de sus manos sujetaba mi espalda y la otra se mantenía en mi mejilla mientras su dedo pulgar me proporcionaba unas caricias que me hacían sentir cada vez vulnerable emocionalmente.
—Quizás es pronto para proponernos metas en conjunto como pareja, pero no tengo ni la más mínima duda, que quiero que ambos compartamos muchas cosas juntos. —Se me hace un nudo en la garganta. —No sé qué decisión tomaremos al final con nuestro noviazgo, pero solo quiero que sepas que haré todo lo posible para que esto no acabe en unas semanas, te quiero a mi lado y si eso me involucra tener que irme a Estados Unidos, crear una nueva oficina allá y llevarme a mi madre allá para no dejarla sola y siga con sus tratamientos médicos, estoy dispuesto a hacerlo. —Engrandezco mis ojos.
— ¿Lo... Lo dices en serio? —Digo estupefacta al no creer lo que dice.
— ¿Por qué no? —Sonríe. —En el amor, siempre hay sacrificios y está ocasión, está relación no la veo como algo pasajero, quiero que ambos estemos al cien por ciento seguros que esto será serio. —Asiento.
Las lágrimas están a punto de salirse de mis ojos porque no pensé que en serio tendría que escuchar está noche estas palabras que he estado esperando en todas estas semanas; no ha sido nada fácil llegar a esto, pero si él ha sido capaz de ir tomando de poco a poco estás decisiones, pues yo también, empiezo a creer que sería bueno arriesgar ciertas cosas cuando empiezo a tener mejores oportunidades que sé que me llevarán a la felicidad.
—Además, quiero ser el primero que dé el primer paso. —Veo como saca una cajita del bolsillo de su pantalón.
Antes de agarrársela, le doy una mirada, sé que por su tamaño no se trata de un anillo de compromiso pero aun así, la curiosidad empieza a matarme al ver que no la tomo por las emociones que empiezan a surgir en mi interior. La agarro pero antes de abrirla, lo miro a los ojos dándome cuenta que también desea que pronto descubra su regalo, así que destapándola, me encuentro con una llave, la cual me hace verlo pronto a los ojos.
—Sé que es muy pronto para que te mudes a mi casa, pero quiero que sepas que siempre tendrás las puertas abiertas de ella para lo que necesites. —Otra vez se me forma un nudo en la garganta. —Quiero ser yo a quien recurras primero cuando te sientas triste, que sea yo quien pueda consolarte y apoyarte cuando necesites ayuda; y desde luego, que sea el primero en poder ofrecerte todo lo que desees. —Agarra mi mano y la coloca encima de su corazón. —No quiero que está relación solo sea de sexo, quiero mucho más de ti, Des. —Una lágrima se resbala en mi mejilla. —Y ahora también tienes la llave de mi corazón.
—Siempre tendrás todo de mí. —Le digo con la voz entrecortada. —Porque siempre he sido tuya, Phillipe.
El beso que siguió luego de aquellas palabras, estuvo cargado de tantos sentimientos que serían inexplicables de decir en una sola palabra; solo sabía que estaba aquí para entregarme su corazón y aunque una vez ya lo había hecho y de idiota se lo había llegado a pisotear, en esta ocasión, todo será diferente. Porque así como me está entregando su vida y su corazón, también se lo daré y prometo que en está vez, cuidaré de ambas cosas porque estoy segura que tampoco quiero que él este lejos de mí.
(...)
Nuevamente me tropiezo con el vestido mientras que terminamos por llegar a su habitación, la cual al parecer fue difícil llegar debido a que desde que entramos a su casa, no dejábamos de besarnos como también, en toquetearnos; sin embargo, apenas terminamos por llegar comencé a poner mis manos detrás de mi espalda para buscar el cierre de mi vestido, pero él me detuvo haciendo que le diera una mirada de la que no comprendía lo que en verdad deseaba en aquel momento.
—Déjamelo a mí. —Susurro. —Está noche será especial. —Su cuerpo queda muy cerca del mío.
Siento como pone su mano detrás de mi espalda para buscar el cierre, donde apenas al encontrarlo, lo baja de una forma tan lenta que me provoca impaciencia.
—Está noche, besaré cada centímetro de tu piel —me susurra en mi oído —te brindaré caricias hasta que ya no puedas pensar —agarra los tirantes del vestido y empieza a deslizarlos a un lado de mis hombros —y te haré el amor hasta que tu cuerpo quede totalmente extasiado de mí. —El vestido termina por caer en el suelo.
Sus manos empiezan a tocar mi cuerpo sin tener algún apuro, van de arriba hacia abajo y de un lado a otro, que es imposible no perderme entre sus caricias cuando sus dedos rozan mi piel; levanta mi barbilla para que pueda verlo a los ojos, no obstante, sus labios terminan por cubrir los míos ocasionando que nuevamente los cierre; revelo un pequeño jadeo cuando su mano acaricia mi pecho, lo aprieta con suavidad y juega con mi pezón hasta que lo endurece; su otra mano baja de mi espalda hasta que llega a mis glúteos donde parece estarlos masajeando; pero trago hondo, cuando termina por ponerse en mis muslos.
Va subiendo y subiendo hasta que me retira mi braga dejando que está también caiga y ahora solo tenga los zapatos de tacón puestos, sus dedos hacen círculos en la cara interna de mis piernas, hasta que abro la boca y dejo que la cabeza se me vaya un poco hacia atrás, en el instante en que uno de sus dedos se mete en mi hendidura, es ahí como siento que mi placer aumenta cada vez más, ocasionando que gima cuando de poco a poco entra un dedo en mí, lo desliza hacia adelante rozando con mi clítoris y vuelve a hacer el mismo proceso provocando que me agarre de sus hombros.
—Siempre estás lista para mí —deja un beso en mi cuello —, estás suave y caliente, pero no te daré más, quiero que estás vez sea lento, que puedas disfrutar más de las sensaciones que te provocaré y que puedas con ellas llegar a un glorioso orgasmo del que no te arrepentirás de nada. —Sigue susurrándome.
La boca se me reseca y el corazón no deja de bombearme, cada vez que incrementa el ritmo, los pies se me adormecen a punto de que ya no me estoy sujetando de él, más bien, estoy apretando mis manos en su chaqueta haciendo unos puños de los que me sigo resistiendo para no llegar al orgasmo, sigue diciéndome cosas calientes en el oído que es imposible que pueda concentrarme en sus todas sus palabras, cuando las sensaciones son las que me están llevando al límite.
Acaricia mi clítoris con su dedo pulgar mientras dos de sus dedos están invadiendo mi interior, por un momento su boca toma mi pecho, en donde succiona el pezón para dejarlo más erecto y rojo, pero ya no puedo seguir deteniendo mi orgasmo, cuando esté me arrasa fuerte, en la que logra que mis paredes aprieten sus dedos y pronto él, los saque para limpiarse y darme un beso profundo que se llevó lo poco que quedaba de mi aliento.
Se quita la chaqueta como a su vez, la camisa para quedarse desnudo de cintura para arriba, pero antes de continuar, agarra mi cuerpo y me coloca sobre la cama, me da un pequeño beso en el que sus labios empiezan a bajar, pasan de mi cuello a mi clavícula hasta detenerse en mi pechos, a ambos los mima con besos y lamidas que le proporcionan espasmos a mi cuerpo; agarro su cinturón para desabrochárselo, pero me lo impide haciendo que sujete mis manos y las deje encima de mi cabeza mientras gimo al sentir como su lengua le da golpecitos a la areola, otra vez empieza a masturbarme haciendo que mi clítoris responda rápido a su contacto al seguir hinchada por el orgasmo que hace poco llegue a tener.
Suelta mis manos y veo como empieza a besar todo mi cuerpo, añadiendo de como su lengua hace un recorrido exploratorio en aquellos lugares que me provocan cosquillas o descubren partes erógenas de las que no sabía que tenía; me retuerzo cuando besa mis muslos pero no aprovecha a darme placer en mi punto débil, en vez de eso, besa mis piernas hasta que me quita los zapatos de tacón y sin ser agresivo, me da la vuelta para quedar a espaldas de él, siento su cuerpo encima del mío hasta que sus manos vagan otra vez por mi cuerpo, hasta que mete dos dedos en mi interior, ocasionando que grite y apriete las sábanas cuando encuentra mi punto G.
—Estoy siendo muy paciente... —lo interrumpo.
—Demasiado, te quiero a ti... —digo entre gemidos.
—Me tendrás, pero como te dije, quiero que sea especial. Y me tomaré todo el tiempo para amar tu cuerpo. —Deja un recorrido de besos en mi espalda haciendo que me apriete a la cama al sentirme a gusto ante aquellas sensaciones que me está provocando.
Estuve a punto de correrme de nuevo, pero se detuvo y otra vez, me dio la vuelta, pude ver como mi pecho subía y bajaba aunque casi dejo ir un grito, cuando abrió mis piernas y su boca ataco mi interno, fue tan sorpresivo que me corrí de inmediato a pesar que otra vez la sensación del clímax me estuviera nublando la consciencia al sentir como su lengua iba de un lado a otro, de cómo mordisqueaba con cuidado mi clítoris y de por sí, como lamía sin detenerme.
Antes de volver a tener otro orgasmo, se levantó y por fin, pude ver como se desabrochaba el cinturón, bajaba su bragueta y se quitaba los pantalones junto con su calzoncillo dejándolos a un lado, antes de que continuará proporcionándome placer, me levante de la cama para ponerme detrás suyo y darle un empujón para que quedo sentado; le di una mirada hasta que me agache para quedar a rodillas de él, antes de probarlo, lo sujete con mi mano y le di un par de caricias en donde lo complemente con mi lengua, la cual subía y bajaba como si fuera un carrito que esta yendo hacia la montaña rusa.
—Des... No te detengas... —Gimió.
Apenas me fue posible entrarlo a mi boca cuando ya se encontraba muy endurecido como grande, presionaba mis labios y los pasaba lento ocasionando que soltara varios suspiros hasta que su mano se puso en mi cabeza; mis dientes rozaban un poco su piel sensible hasta que dejé un beso en su capullo cuando supe que estaba a punto de correrse, sin embargo, en vez de darle el espacio en que llegará al orgasmo, me puse encima de él y me dejé ir en una estocada de la que ambos liberamos un par de maldiciones.
— ¡Oh diablos! ¡Estas...! —Lo detuve.
—Estoy preparada para ti. —Dije antes de besar sus labios.
Subía y bajaba a mi propio ritmo mientras disfrutaba de aquellas constantes penetraciones que su miembro me proporcionaba; fue inevitable no dejar ir chillidos cuando las sensaciones me parecían más que espectaculares cuando sentía que ambos nos estamos propiciando placer; jalaba su cabello mientras que él se concentraba en mi pechos; pero en el momento de sentir como empezaba a alcanzar el orgasmo, le di un empujón para que cayera en la cama; deje que mis manos se pusieran en sus caderas para que pudiera acelerar el ritmo, el sonido de nuestros cuerpos al chocar empezaban a grabarse en mi mente y eso sin decir que la velocidad que tomaba es tan ligera que no me imaginaba estar lo demasiado lubricada por el momento; dejé ir un gemido cuando alcance el orgasmo, sin embargo, seguía penetrándome para que Phillipe llegará.
—Córrete, por favor. —Jadeé.
—No estoy usando preservativo. —Dijo con la voz ronca al tener un nuevo espasmo.
—Estoy tomando la píldora. —Le asegure. —Así que no te preocupes por ello. —Gemí al sentir el roce ligero y fuerte de su miembro.
A los segundos sentí como se terminaba por liberarse mencionando mi nombre hasta que empezó a contener su respiración y cerrar sus ojos ante la intensidad del orgasmo, empecé a besarlo tanto en sus labios, como su cuello y su pecho; pero antes de poder continuar solté una sonrisa al verlo como se recomponía.
—Eres traviesa. —Susurra.
—Me gusta serlo. —Le dije con una voz sensual.
Suelta una risa, de la que pronto me quito encima de él para darme cuenta como se da un breve respiro, algunas partes de su cuerpo se encuentras rosadas y de por sí, está a punto de tomar su pene entre sus manos pero soy yo la que lo hago mientras sigo brindándole caricias de las que lo hacen suspirar.
—A recuestare. —Me ordena.
Dejo mi cuerpo sobre la cama para darme cuenta como él pronto se pone encima de mí, le doy una mirada de la que pronto acaricio su cabello y su rostro, haciendo que, pronto deje varios besos por toda su cara hasta llegar a los labios; nos besamos sin control a punto de que sienta como me abraza; pongo mis manos en su espalda y dejo mis piernas al lado de sus caderas.
—Oh...
Gimo en el instante en que nuevamente empieza a penetrarme de poco a poco, sin embargo, se queda un momento adentro mientras pone una mano en mi mejilla y hace que lo vea a los ojos.
—No tienes ni idea lo mucho que me gustas, Des. —Susurra. —Por mí, quisiera quedarme así todo el día contigo, haciéndote el amor y diciéndote lo especial que eres para mí.
Enrollo mis piernas en sus caderas y hago un movimiento para que siga envistiéndome, pero en vez de hacerlo rápido lo hace tan lento, que mi piel se eriza y dejo de respirar.
—Eres lo mejor que me ha pasado. —Digo casi sin voz. —Te amo.
Gemí en el instante en que siento como incrementa de poco a poco sus penetraciones, dejamos de hablar para únicamente sentir como nuestros cuerpos se vuelven otra vez uno solo. Se hunde en mí con tanta desesperación que a veces se controla para no aproximar su orgasmo, pero no puedo decir lo mismo de mí, cuando arqueo mi espalda y siento otra vez esa agradable sensación que estoy a punto de darle la bienvenida.
Suelto un gemido y caigo rendida en la cama, mi corazón late tan rápido que casi puedo escucharlo bombardear en mis oídos, pero ese sonido desaparece cuando él gruñe y pone una mano a un lado de mi rostro para no caer encima de mí cuando llega al orgasmo; ambos intentamos relajar nuestra respiración pero ante aquel momento se nos hace imposible, los ojos empiezan a pesarme y siento como estoy a punto de caer dormida, más cuando deja un beso en mis labios y una caricia en mi mejilla.
—Resta con me, amore mio[1]. —Susurra con la voz entrecortada. —Resta con me tutta la vita[2]. —Acaricié su rostro al escuchar esas palabras.
—Saró sempre con te[3].
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[1] Quédate conmigo, amor mío.
[2] Quédate conmigo para toda la vida.
[3] Siempre estaré contigo.
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Continuará...
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