Capítulo 4

"No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies." —Robert Louis Stevenson

***

Mis manos sienten como su cuerpo se pone tenso, se aleja un tanto de mí que me da vergüenza darle una mirada por lo que he hecho, pero creo que es de aprovechar la oportunidad antes de que piense que le estoy abriendo las puertas para que nuestro matrimonio funcione. Ese ser malvado de nuevo vuelve a mí, diciendo con aplausos que he hecho lo correcto y que por fin se dará cuenta que no lo amo. Sin embargo, otra pequeña parte de mí ser, me da un fuerte golpe en el pecho, ante el momento en que abro los ojos y veo esa predecible mirada llena de dolor y humillación al haber mencionado un nombre equivocado del que debía ser el suyo.

— ¿Qué? ¿Cómo que Reece? —Dice atónito. —Dime que escuche mal. —Aún veo esa esperanza de sus ojos.

—Fue lo que escuchaste —se aparta de mí —, imagine en todo este tiempo que fue él quien me hacía el amor. —Murmure.

Abre la boca para decir algo, pero parece retractarse cuando agita su cabeza para luego ponerse sus bóxers y continuamente su pantalón de pijama.

— ¿Por qué hiciste eso? —Pide una explicación.

—Tú mejor que nadie sabe a quién amo y quiero en mi vida —respira profundo.

—Me usaste... —lo detuve.

—Nunca te usé, ambos sabíamos lo que queríamos uno del otro —lo corregí.

— ¿Qué? —Dijo desconcertado.

—Sí Phillipe, todo esto, solo fue sexo. —Veo como se aparta más de mí.

— ¡No! —Niega. —Una cosa es que quiera hacerle el amor a mi esposa y otra es que insinúe que solo la utilice para satisfacer mis deseos sexuales. —Aclara.

—Pues, en mi caso, simplemente quise tener sexo contigo y ya. —Dije con indiferencia.

Por un momento se quedó petrificado al escuchar mi respuesta, aún no podía procesar todo lo que estoy diciendo, más porque está saliendo simplemente de mi boca y gracias a Dios que no de mi corazón. Cuando empiezo a preocuparme por su postura de sorpresa, empieza a parpadear para luego relamerse los labios hasta que, con una mirada llena de dolor complementado con ira, de él salen unas palabras frías y duras que no pensé jamás escuchar de él:

—Eres una maldita embustera, te di todo lo que no podías imaginar y así me lo pagas —sus ojos se cristalizan —, lo peor de ello es que pensé que cambiarías, pero me doy cuenta que personas como tú, nunca lo harán. Estas podrida por dentro que ahora en ti veo a alguien vacía y sola... No sé cómo pude enamorarme de ti y he sido un estúpido por darte mi corazón, mi vida, mi tiempo y mi amor. —Me quede callada sin decir nada. —Ojalá, nunca te hubieras cruzado en mi camino, así me hubiera librado en tenerte como esposa.

Salió de la cocina dejándome ahí en la oscuridad de la noche y desnuda; luego de que su cuerpo hubiera calentado el mío para llenarlo de caricias y besos, este comienza a enfriarse, tanto que tuve que bajarme de la mesa, ponerme mis bragas y mi camisón. Una culpabilidad se crea en mi mente, pero al agitar mi cabeza intento olvidar ese sentimiento del que no debería aparecer ahora que con facilidad es probable que haya dado al clavo para librarme de Phillipe, sin embargo, cuando voy directo a las escaleras, lo veo bajar del segundo piso corriendo y vestido de otra forma.

— ¿Dónde vas? —Le pregunto, pero me termina ignorando.

Estoy a punto de detenerlo pero apenas me da tiempo para moverme cuando coge las llaves de su auto y una chaqueta que se encuentra en el perchero de la entrada de la casa para después salir; me quedo en aquel lugar sin saber qué hacer, porque aunque sin dudarlo sé que en su estado no debería de manejar más cuando es de medianoche, también dudo que ahora me escuche a fin de que se intente tranquilizar para evitarnos una situación de riesgo, pero cuando apenas abro la puerta para correr detrás de él e impedir que se vaya, pronto las ruedas de su auto dan un pequeño rechinido para salir corriendo del territorio de la casa.

Dejo ir un resoplido para pasarme la mano en el cabello, a estas alturas perseguirlo solo será un intento fallido cuando no quiero montar un escenario en el que una esposa debe de perseguir a su marido para evitarle un accidente por lo alterado que se encuentra a punto de que un momento a otro, uno de los dos terminan por tener un accidente automovilístico por intentar tener una reconciliación; sin embargo, la última palabra es lo que menos quiero pero también quiero prevenir que él se haga daño, así que tomando mi celular marco el número de uno de sus amigos para que pueda tranquilizarlo y a la vez, estar a su lado para que no cometa alguna locura.

—Patrick —menciono su nombre mientras escucho como responden a la llamada.

— ¿Destiny? ¿Qué son estás horas de hablar? —Escucho como bosteza.

—Phillipe acaba de irse de la casa como alma que se lleva el diablo, temo que le suceda algo yendo a una rápida velocidad con el auto —le comento revolviéndome el cabello.

—Demonios, ¿y ahora qué le hiciste? —Ruedo los ojos.

No es de menos que Patrick sepa todo el historial de problemas y discusiones que le he dado a Phillipe en estos últimos tres años cuando ha sido el confidente, consejero y mejor amigo de mi marido; así que aún sigo preguntándome cómo es que también él ha tenido tolerancia con nosotros luego de que ha sido una de las personas que han intentado solucionar las diferencias que tengo con Phillipe en nuestra relación marital.

—Solo ve, de todas formas, siempre te enteraras por él —bufa desde la llamada.

—Bien, le llamare y le diré que venga a mi casa —me quedo tranquila al escuchar eso.

—Llámame para saber si lo hizo. —Le digo.

—Claro, nos vemos.

Corto la llamada mientras me quedo parada bajo la oscura noche, miro hacia el cielo para hacerme una y mil preguntas acerca de porque a veces la vida suele ser tan injusta, porque, aunque me encuentre preocupada por el estado emocional de Phillipe, al final también siento una alegría por saber que esto puede romper de una sola vez el vínculo que podemos tener.

Nunca creí verme como una harpía e hipócrita, pero, aunque por más que quisiera intentar que ese matrimonio funcionara, habrá cosas que no me proporcionaran esa tranquilidad que necesito, añadiendo que, siempre tendré esa sensación de querer volver al modelaje, en donde si Phillipe no me lo permite, la forma más común es tener que apartarlo de mi camino para que me dé ese espacio que necesito para continuar con mi vida.

No sé porque mi padre tuvo que hacer un acuerdo con él, hubiera sido más fácil que acordaran entre otros términos como querían establecer este matrimonio, pero mayormente una parte de la cláusula del contrato es lo que me limita a poder continuar con lo que más me apasiona y me hace feliz; por supuesto, ya estoy harta de tener que seguir con este juego a quien terminan por perjudicar y manipular es a mí, a estas alturas podría haber conseguido algo mejor pero me doy cuenta que en vez de superarme, me estoy volviendo como una mujer amargada que no vive su vida al placer que desea.

Es obvio de que, si rompo una de las condiciones del contrato, la que más perderá soy yo en vez de ellos, así que tengo que hacer las cosas de forma lenta como moderada para que al final, pueda tener mi libertad sino tengo que despedirme de todo lo que me hace sentir bien y logra que me reconozca.

Entro a la casa para después cerrar la puerta, es probable que la culpabilidad y vergüenza no me dejen dormir hasta saber que Phillipe se encuentra con Patrick, así que tendré que esperar la llamada antes de que por mi cuenta tenga que buscarlo. Me dirijo a la habitación para después quedarme sentada en la cama mientras mi espalda se queda apoyada del respaldo de madera de esta misma, a cada minuto veo si llega aunque sea un mensaje de Patrick, pero todavía no tengo noticias, así que mirando hacia la ventana me pregunto cómo pude llegar a esto, ya que una cosa es tener que discutir mi vida con Phillipe, pero otra es que tenga que pisotear su ego al hacerle creer que siempre estuve pensando en Reece cuando teníamos sexo.

Si supiera él que hasta el momento, no he dejado de pensar en sus besos, toqueteos y caricias, no tendría duda que ahora mismo estuviera sonriendo con victoria por lo que me ha provocado, pero es mejor no darle alas ante la ansiedad que tenía por quererlo una vez más conmigo. Me doy cuenta que por primera vez, jugué con sus sentimientos, tanto que no sé si algún día podré perdonarme por lo que le he hecho, pero es probable que si no hacía algo para llevarlo al borde del enojo, nunca hubiera sido capaz de ver la realidad de nuestro falso y problemático matrimonio; a estas alturas estoy harta de tener que pelear o montar excusas que ya están muy utilizadas, añadiendo que él, no se comportaba de una forma ruin conmigo cuando el primer año pensé que pronto se aburriría de mí a punto de engañarme en donde hasta hoy, no lo ha hecho.

La verdad es que él se merece a alguien que lo ame, así que debo de aceptar que lo que hice, fue lo mejor para ambos a pesar que el costo fuera haberlo dañado, ya que si no hubiera nombrado a Reece, es probable que siguiéramos en las mismas condiciones en las que seguiría creyendo que todo lo que digo solo es producto de lo molesta que me encuentro por no permitirme continuar con mi trabajo.

Cuando comienzo a ponerme impaciente al ver que los minutos pasan, rápido pongo los pies en el suelo para salir de la cama e ir en búsqueda de Phillipe, pero el sonido de mi celular hace que corte mis pasos al saber que he recibido un mensaje, así que esperando que sea Patrick, agarro el dispositivo, lo desbloqueo hasta ver que es un mensaje de él.

"Phillipe ya está en mi casa, es probable que pase la noche conmigo"

Es lo mejor, además no tengo una buena cara y humor para enfrentarlo, de todas formas, quedándose con Patrick estará seguro cuando no dudo que su amigo tratará de calmarlo para que no intente cometer una locura que ponga su vida en peligro.

"Está bien, lamento por darte problemas frecuentemente"

Envío el mensaje para de nuevo caer sentada en la cama, realmente ha sido un día absolutamente enajenado para querer volver a repetirlo; así que mientras me a recuesto para poder dormir, escucho como otro mensaje llega haciendo que le ponga atención para saber si todo va bien con Phillipe.

"Estoy acostumbrado con ustedes, pero por favor, terminen ya con esto"

No tengo duda que esto terminara pronto, al menos tampoco ya no seremos una carga para Patrick y para otras personas que puedan estar incluidas en todo este aprieto que las he llegado a meter por simples tonterías.

"Prometo que así será"

(...)

Dejo de tocar el piano al escuchar el sonido de un motor de un auto apagarse, suspirando porque sé de quién se trata, termino por levantarme pronto para confirmar si se trata de Phillipe y no de otra persona que ha llegado a la mansión; empiezo a caminar en dirección a la salida del salón, pero apenas abro la puerta cuando veo una sombra ir rápido hacia uno de los pasillos de la casa, así que intentándola perseguir sin hacer tanto ruido, me percato de cómo Phillipe entra a su oficina sin cerrar del todo la puerta, me acerco y por la pequeña abertura, observo como busca algo con tanta presión que hasta logra hacer un desorden en su escritorio.

— ¿Qué quieres? —Me pongo en alerta al saber que se ha dado cuenta que lo estoy viendo.

—Nada, solo escuché como alguien ha llegado a la casa y fui a ver quién era —dije sin quitarle la mirada al ver como agitado revisa unos papeles.

— ¿Qué estás esperando a alguien más? —Pongo los ojos en blanco ante ese comentario.

— ¿Insinúas que traería a algún desconocido a tu casa? —Refunfuñe.

—Últimamente, me esperaría cualquier cosa de ti para hacerme molestar. —Cierra una carpeta y vuelve a poner en orden su propio desarreglo.

Achico los ojos ante su estúpido comentario aunque analizándolo bien, por una parte puede estar en lo cierto cuando realmente a veces lo suelo hacer aunque hasta el día de hoy es que parece estar de mal humor luego de lo que sucedido en la madrugada, ya que luego de enterarme que se quedaría en la casa de Patrick, termino por llegar muy temprano a la casa solo para darse un baño, prepararse para ir a trabajar e irse; esta vez no hubo un buenos días o algún elogio matutino de su parte, más bien, termino por ignorarme hasta hace un momento que pareció darse cuenta que lo estoy vigilando.

— ¿Irás a ver a tu madre? —Le pregunto abriendo más la puerta para entrar.

— ¿Te interesa saber? —Respiro profundo.

En estos momentos al parecer no es bueno que meta mi nariz en donde no me llaman, porque nuevamente se ha vuelto a cerrar conmigo luego de la declaración de hace unas horas en las que iba a ir a ver a su madre.

— ¿No crees que sería mejor terminar con esto una vez? —Deja de ordenar su escritorio para darme una mirada desconcertado.

— ¿Qué ya te aburriste de jugar conmigo? —Dice con sarcasmo.

—Tu quisiste tener está vida conmigo —suelto una risa irónica.

—Sí, pensando que con el tiempo tu actitud cambiaría —suspire.

—Sabes que nosotros no estamos destinados para estar juntos, más bien, hasta nos podemos llegar a matar si seguimos así —declaré.

—Por supuesto que esa serías tú, porque te recuerdo que nunca me has dado un respiro desde que nos casamos—reclamó.

Me muerdo la lengua para no soltarle un insulto con todo lo bien que se le está dando atacarme de forma sutil pero cruel; debería decir que me lo merezco, pero creo que no se me da muy bien tener que aceptar mis errores cuando me gustan que las cosas se hagan a mí manera, aunque con todo el sufrimiento que le he ocasionado, al menos estás pequeñas palabras le deben de hacerle sentir mejor al saber que me desagradan.

— ¿Por qué no nos divorciamos? Así terminamos de una buena vez en tener estás discusiones que no nos hacen un bien —propongo.

—Veo que eso es lo que quieres —se ajusta sus anteojos.

—Es por el bien de ambos —mascullo.

—Pues no te la pondría fácil, si tú quieres iniciar con los papeles del divorcio, pues hazlo cuando quieras —abro la boca asombrada al ver su indiferencia.

— ¿Es que no estás cansado de esto? —Resalto.

—¿De tener que tolerar tus caprichos o tus discusiones? Porque sé muy bien que lo haces para que me separe de ti —hago mis manos unos puños.

Nunca lo creí idiota al menos no para sospechar que siempre he buscado ocasionarle problemas para separarnos, pero ahora me doy cuenta como él mismo es quien ha tenido que estar resistiendo cada uno de mis malos tratos, comportamientos y actitudes, a fin de no darme lo que más quiero: mi libertad.

—Eres un idiota masoquista... —Musité. —Deberías rendirte, Phillipe. —Enfatizo.

—Rendirse es de perdedores. —Musita.

— ¿Cómo puedes decir eso? —Veo como ríe.

—Porque si te das cuenta, estoy en un plano intermedio en el que sé que no he ganado o perdido nada en todo este tiempo —dice con indiferencia.

Tiene razón, la verdad quien ha ganado y perdido en todo este tiempo he sido yo, he ganado un perfecto marido que toda mujer del planeta quisiera tener, pero mientras tanto, he perdido también mi propia felicidad; lo cual la única persona desbalanceada aquí seré yo porque aunque me divorcie de él, la oportunidad que me hubiera proporcionado hace tres años en Vanity Studios ya no será la misma cuando deberé de empezar nuevamente desde cero cuando otras chicas nuevas ya estarán compitiendo conmigo, mientras tanto Phillipe, podrá continuar con su vida, su empleo, su futuro...

—Eres un maldito bastardo, en serio quien ha estado jugando con el otro, has sido tú —lo señale molesta.

Encoje los hombros para empezar a caminar hacia la puerta en donde me encuentro, pero apenas al llegar, ambos nos retamos con la mirada haciendo que haya una enorme tensión entre nosotros como si no fuera suficiente tener que tolerar todo lo que me ha quitado para ahora darme a entender que si empiezo con todo los transmites del divorcio, no me dejará fácil el camino.

—Desearía que nosotros nunca nos hubiéramos conocido. —Digo sin arrepentimiento.

—Aunque quisieras eso, no dudo que siempre terminarías cruzándote en mi camino, pero si así fuese, esperaría nunca poner los ojos en ti. —Murmura.

Pasa a mi lado para irse de la casa, me apoyo en la pared para luego deslizarme en ella y sentir como las lágrimas inundan mis ojos haciendo que vea borroso; realmente creí que todo saldría más fácil pero no hice más que empeorar la situación en donde ahora, no me queda de otra tener que aguantarme mi propio infierno.

Las siguientes horas solo fueron una tortura para mi cabeza luego de repasar las palabras de Phillipe en mi memoria una y otra vez, como si fuera un disco rayado. Ni siquiera tuve el estómago para poder cenar, ya que la angustia ha consumido todos mis nervios en los que no sólo pienso en que si intento divorciarme de él, buscará una forma de venganza, además de que es probable que arruine mi carrera de modelaje al no permitir que cualquier estudio pueda aceptarme a pesar que tenga un buen récord desde muy joven, añadiendo que, no sé si tendría el descaro de pedirle a mi padre que le devuelva todo el dinero que le acepto haciendo que está vez toda la familia quede en banca rota.

La verdad, es que nunca me había llegado a sentir tan atrapada en un problema a partir del momento en que me rehusé a querer seguir participando en los concursos de belleza desde que era una niña para empezar a destacar mi carrera en el modelaje; creo que las posibilidades de ganar un juicio por un divorcio son casi nulas cuando la persona que ha dado problemas en este matrimonio he sido yo y no él, agregando que hemos consumado la relación marital para que al menos tuviera una oportunidad de salir de este agujero.

Doy varios giros en círculos hasta que me detengo al sentirme mareada de dar tantas vueltas, cierro los ojos un instante y me muerdo el labio hasta ver el cielo que se encuentra oscuro y lleno de estrellas pequeñas hasta grandes; la noche se mantiene en silencio, tanto que solo los grillos son los únicos que se escuchan a mi alrededor; hace más de tres años no me hubiera imaginado encontrarme en esta postura, lo peor es que podría haberme sentido cómoda estando en cualquier lugar sin necesidad de tener que velar por los intereses de otros antes que los míos, pero al final, por querer ayudar a mi familia, yo misma me condene a vivir en el mismo infierno.

Quisiera que todo fuese diferente, que al menos con tan solo pedir un deseo, mi vida cambiara, que al menos fuese la de antes, aquella en la que, sin importar la situación que estuviera viviendo con mi familia, me sintiera feliz.

Abro los ojos y pronto una estrella fugaz pasa por el cielo, así que, nuevamente cerrando los ojos, desde el fondo de mi corazón empiezo a crear un deseo, el cual, aunque fuese infantil e inútil, termino por pedirlo hasta que una vocecilla creada en mi cabeza parece decirme: «Solo pide un deseo, Destiny. Y verás que todo se hará realidad».

—Deseo que Phillipe Rizzo nunca se haya enamorado de mí.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top