Capítulo 39

"Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía, pero es bastante más duro ser todavía amado cuando ya no se ama." —Benjamin Constant.

***

Empezamos a entrar a la discoteca Ritual Club en donde ya se encuentra alumbrada por luces neón de diversos colores, como también su música electrónica empieza a retumbar cada vez más fuerte cuando nos aproximamos al sitio en donde se encuentra el Dj haciendo sus mezclas y mix originales que ocasionan un buen impacto en melodía y sonido. El lugar se mantiene conservado por un límite de personas siempre con la finalidad de resguardar el distanciamiento y el cuidado de higiene, en la discoteca se pueden ver personas de diferentes edades que van desde jóvenes hasta un aproximado de adultos de treinta años que se la están pasando bien junto con sus compañeros tomando bebidas y hablando; de por sí, el sitio es hermoso y más cuando su estructura está hecha de rocas como si con anterioridad, ahí mismo hubiera sido parte de un castillo medieval.

Pasamos entre varios personas pero Phillipe no suelta mi mano, en vez de eso, la sigue sujetando sin dejar que nuestros dedos entrelazados se desunan; es así, como pronto llegamos a una mesa apartada de las demás en las que se encuentra un pequeño grupo de amigos de él, entre ellos los que reconozco son: Patrick, Maurizio y Caeli. Observo como principalmente, el mejor amigo de él, se levanta para darle un abrazo donde sus consideradas palmadas en la espalda apenas dan un sonido a fondo que se puede escuchar, ambos se dicen algunas cosas al oído hasta que Patrick vuelve a poner su atención en mí para saludarme.

—Pat, te presento a mi novia, Destiny Haller.

Al principio estuve a punto de saludar a Patrick con amabilidad, pero me detuve al segundo de que mi mente dejó de funcionar un instante para volver a trabajar como una locomotora cuando se hizo énfasis a sus últimas palabras: "mi novia". Fue demasiado increíble que no me lo creí al principio, pero al ver el gesto de Patrick, Maurizio y Caeli me dio a entender que no había sido la única en haber entendido aquel hecho que el mismo Phillipe comenzaba a afirmar en frente de sus amigos.

—Des, él es Patrick, mi mejor amigo de la infancia. —Declara Phillipe.

—Wow —Apenas Patrick pudo soltar aquella expresión admirada —, ¡genial! —Manifiesta con una enorme sonrisa. —Mucho gusto, Destiny. —Dice emocionado.

—El placer es el mío. —Dejo un beso en cada mejilla de él. —Phillipe me ha hablado muy bien de ti —Pat le da una mirada a su amigo.

—Ojalá hayan sido cosas buenas, últimamente él se la pasa desprestigiando a todo aliado suyo —Phillipe rueda los ojos.

—Claro que no, me ha dicho que eres una persona muy importante en su vida, que eres ese hermano que siempre ha estado a su lado en las buenas y malas, añadiendo que, eres él único que lo tolera más de la cuenta, por no decir que, a veces debes de salvarlo de unos cuantos problemas. —Musito cerca de su oreja.

—Oh vaya, eso aclara mis dudas acerca de que eres un buen amigo y que no hablas mal detrás de mis espaldas —bromea Pat.

— ¿Qué? —Phillipe enarca la ceja.

—Olvídalo. —Patrick le da un leve golpe a él en su brazo. —Mejor presentados a tu ragazza[1] —Pat se acerca a una linda chica también de cabello negro.

Pronto Phillipe pone una mano en mi espalda baja para que nos acerquemos a los demás en donde pronto nuevamente escucho decir esa maravillosa palabra que no sólo alegra mi corazón sino que también, me proporciona una enorme esperanza imaginando que por fin el efecto encantador y romántico de mi parte está dando resultados con él.

La chica que está sentada al lado de Patrick me la presenta como la novia de su mejor amigo, quien lleva por nombre Lia; mientras que los otros tres amigos que desconozco quienes son, me los presenta como Geronimo, Luigi y Flavio. Con respecto a Maurizio y Caeli no fue necesario presentarnos de nuevo, aunque sin dudarlo, nos saludamos de forma cortes recordando como Mauro había sido muy bueno conmigo en la fiesta que hizo en la casa de su finca de cultivo de uvas y en la salida que tuvimos juntos; así que ahora que nos hemos vuelto a ver, ambos nuevamente mantuvimos esa amistosa conexión en la que perduró una pequeña conversación para saber cómo ambos estábamos.

— ¿Deseas algo de beber? —Me susurra Phillipe en la oreja para poder entender sus palabras luego de que la música impida que hablemos con un tono normal de voz.

—Cualquier cosa me vendría bien, pero que no sea ni picante, fuerte y agrio. —Asiente.

—En un momento vuelvo, ¿sí? —Dice ante de irse con Patrick hacia donde se encuentra el bartender sirviendo bebidas.

Se aleja de mi lado y veo como se aleja de poco a poco mientras parece estar hablando en complicidad con Pat acerca de algo importante, por lo que, quedándome parada, escucho como Lia me invita a que me siente a su lado, siendo así que, acepte su invitación para quedarme a la par suya donde sin tardarse empieza a elogiar mi vestimenta y desde luego, a manifestar lo increíble que se me ve el maquillaje; sin dudarlo en esos minutos ambas mantuvimos una larga y buena conversación nutritiva de la que sentía que me hacía falta estos días, sin embargo, cuando llegaron los tips de mantener la piel nutritiva y un rostro sin imperfecciones, ambas nos absorbimos más en el tema que ni siquiera nos dimos cuenta cuando Phillipe y Patrick ya habían llegado.

—Tu novia es un encanto, Phillipe. —Lia expresa con sinceridad. —Deberías traerla con más frecuencia a nuestras salidas. —Propone.

Le doy una mirada a Phillipe en donde él pronto asiente como si lo que habíamos hablado por la tarde ha sido olvidado en su cabeza y ha desechado la idea de que algún momento este romance termine si no llegamos a ponernos serios con la relación.

—Claro que sí, además veo que te llevas muy bien con Des. —Agrega él mientras me entrega una bebida que parece ser un frozen aunque en sí, al probarlo tiene menta, lima y un toque de licor curacao.

—Uf, si me la hubieras presentado antes, a estas alturas ya fuéramos mejores amigas —añade Lia en el instante en que hace un gesto con su mano.

— ¿Cuánto tiempo llevan de ser novios? —Mauro se entromete en la conversación.

De por sí, ni yo sé que debo de contestar a esa pregunta, porque la verdad es que acabo de enterarme que Phillipe me considera como su novia para que ahora deba de revelar que hace tan solo quince o veinte minutos es que nuestra relación por fin ha llegado a tener un progreso y un nombre luego de que este tiempo no la definiéramos a punto que siguiera en el limbo.

—Hace una semana. —Responde él. —Quise tomarme más en serio las cosas con ella, así que la traje a la isla para darle la noticia. —Le detalla a Mauro.

¿Debería creer esa probabilidad? Por obvias razones no, porque hace unos días estoy segura que en su cabeza no surgía la idea de que fuese su novia cuando le gustaba conllevar la dichosa relación a su manera sin tener que definirla como un asunto serio en el que ambos simplemente dejaríamos de depender solo del sexo para ahora, estar enamorados.

—Me suena extraño, tu dijiste que no eras hombre de compromisos y relaciones serias como perdurables —Mauro parece atacarlo de una forma sutil pero peligrosa.

—Sí, estás en lo cierto. —Phillipe hace una mueca. —Pero, Destiny es una mujer sensacional, y me gusta. Así que, no quiero perderla ahora que siento que puedo mantener una relación seria y comprometedora con una buena mujer. —Casi me desmayo al escuchar eso.

No sé si es la bebida con alcohol que ya empieza a subirse a mi cabeza o es que en serio estoy escuchando aquello que tanto he anhelado oír en las últimas semanas; para mi mala suerte es que no sé si lo dice con sinceridad o solo lo hace por presumir su noviazgo conmigo cuando de por sí, no tengo idea si esto es algo serio y que una vez que estemos en el apartamento, todo vuelva a ser como antes.

—Saben, propongo que mejor hablemos de otra cosa, cuéntanos sobre ti, Destiny. Tienes un rostro de tener una vida interesante. —Dice Flavio para cambiar de tema.

Quizás haya sido un buen momento para dejar de hablar sobre mi nueva relación amorosa para poder conversar de algo que puede que sea más entretenido; de por sí, quizás todos ellos se puedan llegar a impactar un poco con respecto a lo que es mi vida hoy en día, pero de todas formas, es lo que ha sido por deber de que mi madre hizo que entrará al mundo del modelaje desde pequeña, así que, con interés me prepare para darle inicio a aquella conversación que probablemente trataré ser lo más creativa pero justa posible para que esto no llegue a tardar y me lleve toda la noche solo hablando de mí, luego de que, también quiero conocer las amistades de Phillipe.

Realmente hablar sobre mi vida es muy divertido, pero lo malo de ello que a veces suelo alargar mucho la conversación cuando empiezo a dar diversos detalles sobre ello, por lo que debo de ser muy breve y concisa para no aburrir a todos. Además, con los cambios que he tenido en mi vida últimamente, siento que antes vivía mayormente en una burbuja de la que no me daba cuenta en sí, de la realidad de las cosas que sucedían a mi alrededor, algo que me da vergüenza porque si no trataba de ser la mejor, siempre buscaba la atención del mundo, por lo que mencionar ese oscuro pasado, a veces me da temor sobre lo que pueden pensar los demás de mí, aunque sería tonto cuando antes la opinión de otros no me afectaba, a pesar que eso era antes de que cambiará de carácter.

—He escuchado de Blossom y la verdad, es que es una autentica, exclusiva y famosa agencia de modelaje en donde no cualquier mujer entra —aprovecha en decir Geronimo —, no lo digo porque deben de ser chicas delgadas, curvilíneas y súper hermosas, más bien, ellos suelen ser personas que trabajan en un arte corporal estético y clásico, por lo que no tienen preferencias. —Escuchar aquello es música en mis oídos, aunque sé, que será un gran reto a sabiendas de dónde vengo.

—Además, por tu experiencia, no creo que te llegaran a rechazar —hice una mueca con el comentario de Luigi.

—Es probable que sí. Para ser sincera, estuve en la cuerda floja y me dieron una oportunidad de más para ver si podía ser incluida en uno de sus nuevos proyectos del siguiente mes —el cual sigo sin creer que haya sido elegida.

—Eso significa que vieron algo especial en ti que no querían dejar ir —Mauro añadió con un tono alegre.

—No sé —encogí los hombros —, sé que tengo experiencia y belleza, pero últimamente me he dado cuenta que eso no es todo lo que se requiere en un trabajo de modelo —me sincero —y de por sí, no puedo llevarme todo el crédito de haber sido elegida cuando Phillipe me ayudo con las fotografías. —Le di una mirada quien termino por sonreír.

—Phillipe siempre ha sido el superhéroe de todos —gire mi rostro para ver a Caeli —, él siempre está para cualquiera que tenga problemas o ¿no recuerdas cuando mi auto se atascó en un agujero de lodo al ir a visitar una inmobiliaria que debía vender y fuiste el primero en irme a auxiliar? —La sonrisa que mostró parecía ser de satisfacción.

—Claro, eres mi amiga, ¿por qué debía dejarte en una calle solitaria sabiendo que podía sucederte algo? —Dijo siguiéndole la corriente.

—Es por eso que eres mi chico favorito, nunca me abandonas y siempre serás el primero en que acuda en cualquier situación que te necesite. —Le guiñó el ojo.

Le doy un largo trago a mi bebida para no creer que Caeli está coqueteando con Phillipe, sé que ambos suelen ser amigos, aunque no tengo la idea de si suelen ser muy íntimos, ya que la vez que los vi juntos parecía ser como si tuvieran algo, aunque se supone que él me aclaro que no eran nada.

— ¡Escuchas eso! —Caeli señaló hacia un lado. —Es nuestra canción. —Ella se levantó y tomó la mano de Phillipe. —Vamos, debemos de ir a bailar. —Engrandecí los ojos al ver como ella lo jalaba y hacía que la siguiera mientras ponía sus manos en su cintura.

Apenas a él le quedo tiempo de dejar el vaso de su bebida en la mesa para irse con Caeli hacia una pista en donde se encuentra algunas personas bailando; todos se quedaron observando aquel momento de forma incómoda haciendo que el silencio de sus voces fuera lo siguiente que pusiera el ambiente tenso.

Empiezo a entender que Caeli parece tener celos, no lo digo por instinto de mujer sino más bien, porque lo ha estado demostrando desde el momento en que me vio tomada de la mano de Phillipe, fue ahí en que su rostro cambio y se vio una rigidez en su cuerpo, eso sin decir que, durante todo el rato que relate mi vida, casi no hizo ningún comentario o abrió su boca, apenas fue capaz de dar ciertas opiniones negativas acerca de lo que te lleva el modelaje si no pones los pies en la tierra; entiendo que entre todas estas reacciones y palabras hay algo escondido abajo que todavía no lo sé, es cierto que no la conozco y es la segunda vez que la veo para sacar prontas conclusiones, pero de por sí, no está de más creer que ella le gusta Phillipe y verlo conmigo ha sido su talón de Aquiles en la noche.

— ¿Por qué no vamos a bailar todos? —Propone Lia al ver que nadie ha dicho tan solo una palabra desde que Caeli se llevó a Phillipe.

—Tienes razón, acompañemos a los chicos. —Dice Patrick apoyando a su novia.

Todos se levantan de sus asientos para dirigirse a la pista de baile, por lo que haciendo una mueca, termino por acompañarlos mientras siento como Mauro se pone a mi lado y me muestra una sonrisa simpática de la que le devuelvo; apenas al llegar el Dj empieza a hacer una mezcla de canciones electrónicas de varios artistas musicales famosos, los cuales a su brevedad el ritmo se va intensificando hasta que llega a un punto de que decae para mantenerse lenta y sonando en ciertos momentos.

Muchas personas agitaban su cuerpo de un lado a otro, algunas chicas bailan juntas apegando sus cuerpos mientras que algunos hombres simplemente ponen sus manos en las caderas de otras; de por veces se escuchan gritos de alegría, como también se ven saltos de los que se ven como el movimiento del cabello se mueve como si fuese un látigo a través de las luces.

El calor empieza a incrementarse cada vez más que seguimos bailando, eso sin decir que, pedimos bebidas tras bebida haciendo que el alcohol empiece a subirnos en la cabeza, de por veces entre todos hacemos pasos tontamente extraños que no podemos evitar reír y en dado caso, terminar por carcajear al grado de tener lágrimas en los ojos; sin embargo, no me di cuenta en qué momento Phillipe ya se nos había unido y se encontraba detrás de mí, en donde busque con la mirada a Caeli quien ya se encuentra al lado de Mauro que no deja de moverse como si estuviera tocando una guitarra eléctrica.

La música empieza a cambiar de género haciendo que en varias ocasiones tanto Lia como yo empecemos a cantar varias partes de varias canciones, por veces, los chicos son los siguientes en seguirnos a pesar que unas cuantas letras se les enreden cuando le dan un trago a su bebida o simplemente, uno se burla del otro cuando no termina por pronunciar muy bien las palabras; aquel momento todo solo es risas y diversión, ni quiera cuando un instante el Dj puso la canción Payphone de Maroon 5 me detuvo de disfrutar esa alegría que tengo, ya que me sumergí tanto en lo que decía la letra de la canción, la cual conozco a la perfección sabiendo que es una de mis bandas preferidas.

Yeah, I, I know it's hard to remember

The people we used to beIt's even harder to pictureThat you're not here next to meYou say it's too late to make itBut is it too late to try?And in our time that you wastedAll of our bridges burned down

I've wasted my nights

You turned out the lightsNow I'm paralyzedStill stuck in that time when we called it loveBut even the sun sets in Paradise

Lia y yo terminamos por cantar el coro en voz alta siendo así que, a los segundos de terminarlo soltemos una risa de la que cuando cortan la canción para ponerla en la parte de Wiz Khalifa; ambas terminamos por decir rápido cada palabra como si la estuviéramos perreando a punto de que nos quedáramos sin aire, por lo que al terminarla nuevamente nos reímos al ver el exceso de adrenalina que hemos empezado a tener.

— ¿Sabes dónde están los baños? —Le susurro en su oreja para que pueda escucharme.

—Claro, vamos. —Me toma de la muñeca para que la siga.

— ¿Dónde van? —Phillipe nos detiene para poder hacerme la pregunta.

—Me urge ir al baño. —Parece comprender la indirecta.

—Está bien, quería decirte que tampoco sería bueno que sigas bebiendo, mañana puede que tengas una jaqueca que no te sacará de la cama. —Sugiere.

—Eso lo veremos. —Le guiñé el ojo antes de que Lia volviera a jalarme para que caminará.

En unos minutos pronto llegamos a los servicios sanitarios en donde tanto Lia como yo entramos para hacer nuestras necesidades, la cabeza empezaba a darme un poco de vueltas ahora que las luces eran claras y el sonido de la música no eran tan intenso; me acaricie las sienes y sentí como mi boca ya tenía ese típico sabor de alcohol mezclado con alguna otra fruta o saborizante, por lo que creí que si seguía bebiendo es probable que ya no fuera ni conciente de lo podría suceder después.

Salí del baño y observé como Lia se mojaba el cuello para poder refrescarse, por lo que cuando me vio solo soltó una sonrisa de la que volvió a verse en el espejo; me lavé las manos y cogí un poco de papel para limpiarme mi rostro que ya se encontraba un poco sudado después de haber bailado por... no sé cuántas horas de las que aún sentía que seguían siendo insuficiente para mí, ya que la fiesta estaba divertida y me la estaba pasando muy bien con todos.

—Dios, estoy segura que mañana necesitaré unas buenas pastillas y una casa a oscuras por el terrible dolor de cabeza que tendré —dice burlándose de su próxima consecuencia que tendrá por haber bebido demasiado.

— ¿Cuánto has bebido? —Le digo botando el papel en el basurero.

—Mmm... Unos diez cocteles... Quizás —lo piensa por un momento —, la verdad es que he perdido la cuenta. —Suelta una pequeña risita. —Y, ¿tú? —Encogí los hombros.

—Perdí la cuenta luego del octavo que me tomé que creo que fue un tequila sunrise o una margarita de fresa... —le digo ventilándome con la mano al sentir calor.

La verdad es que las bebidas que he estado probando han variado y no porque no me haya gustado una o la otra, simplemente ha sido por probar sabores y degustar de las bebidas que tiene la carta del bar. Por lo que no tengo duda que dentro de mí haya de todo tipo de alcohol, desde vodka hasta tequilas; eso sin decir que, no sé si termine por probar el mojito cubano.

La puerta se llegó a abrir de repente haciendo que ambas dejáramos de reír al ver que la siguiente persona en entrar a los sanitarios no es más que Caeli, quien nos da una mirada a ambas hasta que abre la boca para decirle a Lia que su hermana menor ha estado llamándole por lo que es urgente que vaya a responder la llamada; fue así como ella tuvo que marcharse haciendo que me dejará sola con Caeli, quien cruzo sus brazos y le dio una última mirada a la puerta antes de irse acercando a mí.

— ¿Te la has estado pasando bien? —Suelto un suspiro al saber que eso no es lo que en verdad quiere decirme.

—Me la he pasado increíble, gracias por preguntar. —Dije de forma cortés. — ¿Qué es lo que quieres decirme en verdad? —Me sostuve del lavamanos de granito sabiendo que los pies ya empiezan a dolerme de estar solo parada.

—Decirte que no te ilusiones mucho con Alessandro —hizo el gesto de limpiar algo que estaba en mi vestimenta.

— ¿A qué se debe ese comentario? —La cuestioné.

—Solo es una sugerencia —encoge los hombros.

Está a punto de irse pero la detengo tomándola de su antebrazo para que deje de caminar y me diga en serio lo que tiene enredado en su lengua, porque apenas empiezo a creer que hay algo que quiere que sepa sobre que va mucho más lejos de lo poco que he tenido que interpretar con sus incoherentes palabras.

—Tú no estás acá para sugerirme lo que debo de hacer, ¿por qué mejor no eres clara con lo que quieres llegar? —Ella suelta una risa que me retumba y me molesta al escucharla.

—Alessandro tiene un compromiso con otra mujer, en la noche que le hizo el amor por primera vez, le prometió casarse con ella cuando estuviera preparado. —Enarqué la ceja. —Por eso te digo que no te hagas ilusiones que lo suyo perdurará hasta el fin de los tiempos. —Se burla.

—Las promesas se pueden romper. —Murmuré.

—Sí, pero si no lo conoces bien, sabrías que él cumple con sus promesas sin importar el tiempo de que estás lleven de haberse prometido. —Dice con ímpetu.

Pueda que esté en lo cierto, pero quien sabe de qué en verdad no llegue a suceder, yo tendría que ser el futuro de Phillipe, no otra mujer a la que antes le prometió que se iba a comprometer con ella. Sin embargo, no quiero sostenerme de un deseo del que quien sabe si al final podrá cambiar todo, ya que todavía a él no le veo seguro con sus sentimientos hacia mí, como a su vez, de que pretenda querer estar a mi lado, porque eso de ser su novia todavía me trae ciertas inseguridades.

—Es mi novio, quizás haya cambiado de opinión. —Ella se apoya en la pared y me da una mirada de cabeza a pies.

—O luego cambie de opinión al no querer estar contigo —achique los ojos —, eres hermosa, elegante y carismática, pero hay muchas chicas como tú afuera, que pueden reemplazarte. No me sorprendería que ya no quiera ser tu novio después, de todas formas, lo suyo es algo pasajero. —Agite mi cabeza al escuchar eso.

— ¿Por qué crees que sea pasajero? —Digo con un nudo en la garganta.

—Mi sexto sentido lo dice —ruedo los ojos.

—Eso no es válido. De todas formas, te pediré que dejes de decir estupideces, él me quiere y si estamos juntos es porque sabemos manejar nuestra relación —le quise dejar en claro —, así que te pediré que no entrometas tu nariz en donde no te llaman, que mi noviazgo tampoco es asunto tuyo. —Dije antes de salir del baño. —Y por supuesto, deja de coquetearle y tocarlo como si fuera tu novio. Respeta lo ajeno y al menos, no nos causes problemas. Sé que estás enamorada de él, pero comprende que él, es mi novio, no el tuyo. —Concluyo saliendo de esa indescriptible conversación tensa y molesta.

Apenas me alejo unos metros de los sanitarios para liberar un sonido de frustración que hace que me acaricie nuevamente las sienes al sentir como estás empiezan a dolerme, realmente me hostiga saber que ella busca una manera para ponerme celosa y furiosa, pero debo de controlarme para no realizar un escándalo que es lo menos apropiado que debo de hacer en un lugar lleno de personas que a pesar que algunas de ellas estén ebrias, no tengo duda de las que siguen conciente de lo que pasa a su alrededor se enteren de una próxima pelea.

Camino en dirección a donde se encontraba nuestra mesa de reservación para poder sentarme un rato, la verdad es que la noche ha empezado a arruinarse no sólo con las dudas que entran en mi cabeza acerca de a dónde nos llevará está relación, sino que también, si de verdad no pueda deshacer el deseo, esa mujer a quien Phillipe le hizo la promesa, sea su futura esposa y pareja.

Refunfuñando muy por lo bajo varias maldiciones que gracias a Dios solo yo puedo escucharlas, siento como alguien se me cruza en el camino haciendo que choquemos y su bebida se derrame en su atuendo, pero al encontrarlo conocido, no sé si sentirme aliviada o avergonzada de saber que se trata de Maurizio.

—Lo siento... Mauro —fui hasta el bartender para pedirle unas servilletas para limpiarle la chaqueta a Maurizio. —No te vi pasar, lo siento. —Le dije disculpándome.

—Oh no te preocupes —dice mientras se deja limpiar —, yo tampoco me fije que venías hacia acá. —Se justifica.

Menos mal la bebida es transparente para que no se le llegue a notar, aunque no puedo decir lo mismo con el olor, ya que estoy segura que por el alcohol llegará a despertar un aroma agrío y fuerte al día siguiente.

—Te veo molesta, ¿paso algo? —Bufé.

—No, es que... Debí de haberme fijado para no manchar tu chaqueta —me excusé.

—Vamos, dime lo que pasa. —Dice con confianza.

No sé si tocar el tema de mis inseguridades con Phillipe sea una buena idea pero de por sí, tengo una duda en mente acerca de lo que dijo Caeli, al menos, quisiera quitarme eso de la cabeza para hacerme creer que todo solo fue un invento de ella para molestarme.

— ¿Alguna vez Phillipe se ha comprometido con alguna mujer? —Suelto aquella pregunta haciendo que él se quede impactado.

—No que sepa. Él ha sido un pez duro de atrapar y no cualquier anzuelo lo lograría con él —me habla de forma metafórica.

— ¿Seguro? —Insistí.

—Bueno, es lo que sé. Aunque con Caeli siempre fueron muy apegados antes que ella le propusiera muchas cosas de las que Alesso no podía cumplirle pronto. —Parpadeo constantemente al escuchar aquello.

Eso me suena muy conocido y obviamente las escenas cuando me llevo al faro fueron las que instantáneamente aparecieron cuando me comento del único romance que ha llegado a tener durante toda su vida.

—Puedes especificarme eso. —Digo abrumada.

—Caeli y él fueron novios en la adolescencia. Realmente eran tal para cual y de por sí, se les veía que eran estables, pero cuando se graduaron de la preparatoria, cada quien tenía decidido que quería hacer con su vida ahora que comenzaban una nueva etapa. —Empezó a explicarme. —De por sí, ella buscaba más seguridad y privación a su relación, en cambio Alesso, quería libertad y disfrutar su juventud. —Encogió los hombros. —Esa es la razón por la que ambos terminaron ya que no coincidían en sus vidas, y bueno, lo que me dijo una vez Caeli fue que lo último en que quedaron es que, si todo resultaba ir favorable en sus vidas y ambos seguían sintiendo algo uno por el otro, podrían volver juntos y comprometerse. —Me toque la cabeza.

Sí, me suponía que de quien hablaba Caeli no era nada más y menos que de ella misma, lo cual me enfada más porque le gusto mantener el misterio en vez de ser directa en comentar que ella es la mujer que se supone que Phillipe le hizo una promesa. A estas alturas creo que tendré que lidiar con eso, pero será mejor que no lo tome tan en serio cuando en las últimas próximas semanas de por sí, él pueda enamorarse de mí y esa promesa quede como algo de jóvenes que no sabían que tan incierto terminaría siendo su futuro.

—Sabes, olvide decirte lo hermosa que estás —dice recordando algunas de sus palabras —, también olvide invitarte a bailar. —Señala en dirección donde está la pista de baile.

—Será en otra ocasión, es que no me siento nada bien. —Le dije cansada.

—Vamos, solo una pieza —puso su mano rodeando mi cintura.

—Mauro, el Dj tiene otra música que no es para bailar en pareja así que... —Intenté ser amable en el rechazo que le estoy dando.

—Puedo hacer que cambie la canción —susurra cerca de mi oído —, además, no creo que Phillipe se moleste, somos amigos y compartimos todo. —Engrandecí los ojos al escuchar ese estúpido comentario.

Le una bofetada para dejarlo ahí admirado por lo que me había llegado a decir, de mi parte, es una gran ofensa que haya dicho que entre Phillipe y él comparten todo, sin poner en excepción las mujeres; me da igual que otras quieran estar con ambos pero yo no soy de esa clase y es más, me irrita saber que todavía los hombres se pongan en esa postura como si las mujeres fuésemos un objeto que se lo pueden estar rotando entre ellos.

Más furiosa que antes termino por llegar a la reservación en donde todos ya se encuentran sentados hablando incoherencias luego de estar casi al borde de estar ebrios, agarro mi cartera y me acerco a Phillipe para susurrarle de la forma más tranquila posible que deseo irme ya al apartamento.

— ¿Qué? —Dice extrañado.

—Me duele la cabeza y tanto la música como las luces no me están ayudando —me excuso para que podamos irnos ya.

—Bien. —Se levanta. —Nos vamos ya. Des, no se siente bien y por el trayecto, será mejor que nos vayamos. —Phillipe empieza a despedirse de todos.

Pronto veo como aparecen Caeli y Maurizio, la primera con una enorme sonrisa llena de victoria y el segundo, acariciándose la mejilla luego de haberle dado una buena bofetada que no ha hecho más que dejársela roja, pero por la oscuridad y la variabilidad de las luces, hacen que no se le pueda notar mucho.

—Fue un gusto conocerte, esperamos verte para la presentación de Alessandro —enarque la ceja.

—Eh, ¿qué presentación? —Pregunte desconcertada.

—Oh... —Flavio intento reivindicarse en sus palabras.

—Quizás era una sorpresa para ella, tonto —lo reprendió Geronimo.

Le di una mirada a Phillipe elevando mi ceja para que me hiciera un comentario de ello pero prefirió callar hasta que Patrick pareció ser el siguiente y único en darme una explicación con respecto a la dichosa presentación que desconocía.

—Phillipe hará una presentación con Alonzo en su galería, para mostrar las nuevas fotografías que ellos recolectan cada año y ver si algunas de ellas se compran —abro la boca admirada de aquella noticia.

—En serio, ojalá que te presentes Des. —Dice Lia pidiéndome de favor a pesar que no he sido invitada.

—Esperemos que sí. —Muestro una leve sonrisa. —Nos vemos pronto y por favor, no sigan bebiendo, hay que prevenir accidentes. —Les dije a todos excepto Caeli y Mauro.

—Claro que sí. —Afirmo Luigi con una sonrisa.

Apenas nos despedimos para irnos directo al auto, la verdad agradezco que Phillipe haya sido conciente de no beber mucho está noche ya que él es el conductor, por lo que todavía está sobrio para manejar en dirección a la ciudad de Cerdeña. Por primera vez deseo que no vaya a hacer un comentario sobre lo apresurada que estoy por llegar al apartamento y más cuando en vez de caminar, es como si me llevarán trotando, porque lo he dejado atrás haciendo que pronto deba alcanzarme, pero en vez de ponerse a mi lado, se queda en frente.

— ¿Por qué tengo el presentimiento que el dolor de cabeza ha sido una excusa para que nos vayamos? —Tomo suficiente aire para no alterarme.

—Lo ha sido, pero en serio, quiero irme al apartamento. —Intente pasar a su lado pero me detuvo.

—Vamos, dime ¿qué te pasa? —Se pone serio ante la conversación.

— ¿Qué me pasa? —Digo con tono irónico. —Que una parte de la noche me ha resultado confusa y frustrante —le revelo sin temor —, primero, ¿cuánto consideraste que nosotros ya somos novios? —Le pregunte de forma directa.

— ¿Es que no era eso lo que querías? —Puse los ojos en blanco.

—Pero no crees que lo sensato sería haberme dicho a mi primero antes de resaltarlo en frente de tus amigos quienes además de ellos, también quede sorprendida con la noticia de la cual desconocía. —Inhale aire para poder calmarme. —Además, me has mentido. —Enarcó su ceja.

— ¿En qué te he mentido? —Resalta confundido.

—Me dijiste que entre Caeli y tú no había nada, pero que sorpresa descubrir que ella es tu ex novia, que le prometiste cosas de las que cree que seguirás cumpliendo y desde luego, saber que sigue enamorada de ti. —Veo como le irrita que le diga todo aquello.

—La verdad no planeaba decírtelo —abro la boca y hago un gesto molesto.

— ¿En serio? —Dije con sarcasmo. —Y, ¿así piensas que debemos ser novios? Teniendo que ocultar cosas uno del otro cuando esto puede influir en la relación. —Digo asustada sabiendo que también no debería reclamarle eso cuando yo le oculto un gran secreto.

—De por sí, no me resultaba importante, la relación acabo hace años y ahora estoy contigo, ¿cuál es la parte que te preocupa? —Muerdo mi labio.

— ¿Es que no te diste cuenta que ella te quiere a su lado? —Dije con desdén. —Te coquetea, te acaricia y todavía tiene la decencia de decirme que no me haga ilusiones contigo porque lo nuestro no durará por tu promesa. —Suspiró.

—No deberías estar celosa por ello. —Elevé una ceja admirada de su indiferencia.

—Ah, ¿no? —Cruce los brazos.

—No. —Niega molesto.

—Quisiera creérmelo, pero no puedo cuando le permitiste dejar que te hiciera esas cosas en frente de mí. —Le reclame. —Y sabes que significo para ella eso, que lo nuestro no es serio, que puede tener la oportunidad de meterse en medio de ambos cuándo y cómo lo desee. —Pone sus manos en sus caderas.

—Estás creando imágenes erróneas. —Ladea.

De forma discreta me acaba de decir que estoy alucinando en cosas que no son, ¡genial! Como si no conociera a algunas mujeres y por supuesto, que ese comportamiento lo sé muy bien cuando también actuaba como una víbora en la secundaria y preparatoria, si quisiera creer todo lo contrario al menos sus acciones dieran que hablar, pero él se permitió que ella lo manoseara y coqueteara, dándole la fortaleza en hacerme ver que en sí, nuestra relación es peor que el libre albedrio.

—No seguiré discutiendo esté problema cuando te haces el ciego —digo hastiada —, solo quiero saber si esto va en serio o solo lo dijiste para complacerme. —Su rostro se endurece con aquel cuestionamiento.

—Siendo sincero, preferiría que no fuéramos nada. —Trago hondo. —Si te has dado cuenta funcionamos más en plan de amigos con derecho que de novios. Ser algo más involucraría profundizar sentimientos y eso nos lleva a marcar territorio. —Dice sin arrepentirse.

Tenía que haberme imaginado que las cosas no iban a ser como creía, lo peor de todo es que siempre caigo en la misma jugada de que por fin tengo una oportunidad de revertir el deseo hasta que otra vez me doy contra la pared cayendo en la realidad de que lo que pensé que se estaba dando, en sí, no es como lo creí. En fin, debería dejar de hacerme estúpidas ilusiones que no me están llevando a nada además de dañar mi corazón.

—A la próxima, solo te pediré que no seas un idiota. —Se me queda mirando sin decir ni una palabra. —Que seas frío y no te tomes las cosas en serio, no me involucra a que sea como tú, porque sabes, por un momento pequeño, creí que en verdad querías algo conmigo más que ser tu compañera de cama. —Trague hondo para aguantarme mis lágrimas. —Si quieres quedarte, hazlo. Afuera hay taxis y tengo dinero para regresar al apartamento.

Me doy la vuelta para caminar en dirección a la salida de la discoteca, estoy cansada, furiosa y adolorida, de por sí, no imaginaba que esté estúpido deseo me traería más que desgracias y sufrimientos, pero de todas formas, debo de soportarlo, yo comencé esto y desde luego, no me queda de otra que solucionarlo o empeorarlo. Aunque no tengo idea que tanto mis sentimientos como mi corazón puedan tolerar estos amargos momentos en los que deseará olvidar y creer que solo es una prueba más para saber si podemos estar juntos.

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[1] Tu chica.

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Continuará...

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