Capítulo 37 🔞

"Todo amante es un soldado en guerra". —Ovidio.

***

Me limpio los labios en el instante en que termino de comer mi almuerzo, este par de días que nos hemos encontrado e Cerdeña han sido espectaculares, tanto que, no quisiera irme de este lugar, ya que en sí, me recuerda muy bien a Los Ángeles con sus tiendas cercanas, grandes hoteles, playas costeras y sin dudarlo, ese ambiente de fiesta y sol que hay por todo lugar donde su clima casi para nada cambia. Creo que si Phillipe jamás se hubiera atrevido a llevarme a este lugar, es poco probable que lo hubiera conocido, eso sin decir que, con lo poco que conozco Italia no me hubiera imaginado tener que visitar una de sus islas de las que me ha dejado con la boca abierta y querer seguir descubriéndola cada día más.

Bebo mi cóctel de fresa mientras que subo mis lentes de sol hacia la corona de mi cabeza, puedo ver como un par de chicas a lo lejos parecen estar haciendo un "En Vivo" ya que parecen estar mostrando el contenido de la ciudad, añadiendo que otra de ellas, empieza a tomar fotografías con su cámara profesional en donde no importa si ellas salen modelando, simplemente captura el momento a fin de guardar aquel recuerdo.

Sin embargo, antes de seguirlas viendo, un clic aparece en mi cabeza recordándome que aún no he enviado ninguna fotografía al estudio de modelaje que me daría la oportunidad de darme un empleo, lo peor de ello, es que no conozco un lugar de acá para poder hacerme una sesión de fotos, ni mucho menos, creo traer la ropa adecuada para el momento. No obstante, eso no es lo único que me hace sentir peor, ya que los recuerdos acerca de no mostrar una imagen real y natural de mí, ocasiona que otra vez me quedé vacía de mente sin saber cómo ser esa persona auténtica que busca la agencia.

Suelto un suspiro y miro hacia arriba logrando que termine por ver una palmera enorme la cual cubre los rayos del sol; creo que debería rendirme ya, se supone que el siguiente mes es que se llevará a cabo una pasarela y la fecha límite de enviar las fotografías es esta semana y con lo bien que me la estoy pasando con Phillipe, no es momento de pretender ir a buscar un estudio fotográfico solo para cumplir con mi capricho cuando en sí, tengo otros propósitos más entretenidos y mejores que estarme concentrando en un trabajo que hasta el momento es posible que no lo llegue a conseguir.

— ¿Te sucede algo? —Phillipe logra llamar mi atención.

Y no sólo él, sino que también Kala quien deja una lamida en mi mano haciendo que la vea a los ojos para darme cuenta como ella también se encuentra extrañada de la actitud que estoy mostrando, como a su vez, del cambio de humor que he llegado a tener luego de haberme mostrado feliz y maravillada de haber salido con ella y Phillipe.

—Nah, nada importante. —Intente olvidar la única oportunidad que tenía hasta el momento para sobresalir como modelo.

De todas formas, quizás vengan otras oportunidades más que logren que destaque mejor y puedan llevarme hasta donde quiero estar, no es que tenga que hacer un berrinche o ponerme de caprichosa cuando debo de aceptar que he perdido esta batalla, pero sé que pronto vendrán otras de las que sin dudarlo, aprovecharé para ganar.

—Es importante, tu rostro lo delata —hago una mueca al escucharlo.

De verás que no quiero decirle sobre mi plan de haber buscado la forma de ser contratada aunque sea por una agencia de modelaje italiana para participar en una de sus pasarelas; ya que sin dudarlo, él se mostraría interesado y desde luego, creería que para alegrarme y sentirme cómoda, haría cualquier cosa para que al menos envié un par de fotografías y tuviera una respuesta sin importar que fuese buena o mala, pero no tengo duda que eso implicaría que termine por decidir que es bueno que regresemos a Italia.

—Des. —Insiste.

De alguna u otra forma me sacará la verdad, así que no creo que pueda ocultar el resto del día el secreto, cuando él se pondrá impaciente y buscará la forma de saberlo, así como el día de ayer, termino por convencerme en salir del auto al punto de que ganará su propia apuesta de la que hasta el momento, no ha dicho lo que querrá de mí al haber salido victorioso de ello.

—Es que no le he enviado las fotografías a la agencia que te hablé que me había dado una oportunidad para contratarme —comenté mientras agarraba la copa donde estaba mi cóctel.

—Oh es cierto, el plazo de tiempo está por acabarse —mencionó a lo que asentí.

—Sí, pero he pensado en dejarlo, de todas formas, el mundo no se me va a acabar solo por rechazar esa oferta —encogí los hombros.

—Pero, ¿qué no era lo que deseabas? —Inhale aire.

—Sí, pero... Estoy aquí contigo y no desperdiciare mis días intentando fotografiarme cuando me la estoy pasando bien acá —él soltó una pequeña sonrisa.

—Quizás no sea necesario —declaró.

— ¿A qué te refieres? —Le pregunte.

—Pueda que te ayude en ello, así que, ven. —Se levantó de la silla y me extendió su mano.

Sin saber qué es lo que ahora está planeando, hago hacia atrás la silla para poder limpiar mi pantalón rojo y así, tomar la correa de Kala antes de marcharnos; le entrego mi mano y pronto empezamos a caminar en donde él, simplemente, no se tomó la molestia de decirme su plan de ayuda; solo se limitó a que camináramos y pronto me diera cuenta que en sí, hemos llegado al apartamento que hemos estado rentando mientras estamos en Cerdeña.

Entramos y le quito la correa a Kala para que pueda moverse con más libertad, ella va hacia su recipiente de agua para tomar de ella hasta que luego va hacia su cama, en la que termina por sacar su pelota de hule a punto de empezar a jugar por su propia cuenta. No obstante, Phillipe pone su mano en mi espalda baja para que ambos subamos hacia el segundo piso donde se encuentran nuestras habitaciones, ahí, es cuando él me invita a pasar a su recamara a punto de no sólo oler su fragancia, sino que a su vez, darme cuenta que todo lo mantiene absolutamente ordenado.

—Me dirás, ¿cuál es tu plan? —Le pido que me diga al comenzar a sentirme impaciente.

Pero a pesar de ello, veo como se mueve en dirección a un escritorio para agarrar su laptop y encenderla, es ahí, cuando empieza a ocuparla en donde parece estar buscando algo, pero en sí, solo es para conectar su cámara profesional con ella y pronto darme cuenta como transfiere unas imágenes hasta que al tener las suficientes me hace una señal para que me acerque a él para verlas; es ahí en donde impresionantemente me encuentro con una diversidad de fotografías de mí usando diferente ropas, desde pantalones, a faldas y vestidos; en cada una de ellas salgo en diferentes posiciones y gestos que de por sí, parecen haber sido capturados en un buen momento.

La mandíbula casi se me cae al suelo al ver que todas aquellas fotografías son excelentes y con una calidad superior que no se puede igualar a las que antes tenía; a pesar de haber sido tomadas en momentos en los que no me daba cuenta, se ven demasiado naturales y no sólo eso, me representan en todo tipo de facetas de las que muestran emociones y experiencias singulares. Me quedo demasiado maravillada que no sé qué decir, algo que me impresiona porque soy de las personas que juzgan sus propias fotografías sin importar que estén bien, pero en esta ocasión, suele ser diferente, más bien, es ahí en donde puedo distinguir eso que buscaban de mi llamado: autenticidad.

— ¡Son perfectas! —Resalte impactada.

—Claro, ¿es que dudas de mi capacidad fotográfica? —Dice ofendido.

—No, no dudo de ti, más bien, de mí porque lo que estoy viendo parece ser nuevo que ni siquiera puedo creer que sea yo. —Retengo el aire de mis pulmones al darme cuenta del arte que estoy viendo.

Y es la verdad, Phillipe es un estupendo fotógrafo que supo capturar unas buenas fotografías en su momento indicado, es extraño que no me haya dado cuenta de todo el trabajo que él ha hecho cuando en sí, las fotos son de los días que hemos estado juntos, como a su vez, de las otras citas o salidas que hemos tenido. Desde luego, esto me es magnífico, tanto que no puedo dejar de ver todas aquellas imágenes en las que demuestran muchas facetas genuinas de mí, desde una sonrisa tímida hasta una mirada perdida en el paisaje.

—Sí quieres podemos elegir juntos las fotografías más originales para ver cuáles serían la preferencia de la agencia de modelaje —sugiere.

— ¡Me encanta la idea! —Le digo emocionada.

—Sin embargo, falta una que le daría el toque perfecto antes de elegir las demás —atribuye.

— ¿Cuál? —Cuestionó.

—Una con lencería, ¿qué te parece? —Sonrío pero pronto caigo en una realidad.

—No sé, es que... Estás fotografías han sido porque me las has tomado en momentos en los que no me he dado cuenta y si hacemos una sesión ahora mismo, no creo que salgan igual cuando estaré consciente de ello. —Manifiesto con tristeza.

—Bueno, quizás ayude un poco sí... Imaginas que es a mí, a quien se lo estas modelando —muestro una sonrisa traviesa.

— ¿No será que eso quieres? —Elevo la ceja.

—Mmm, depende si no me terminas seduciendo con tu bella mirada. —Dice con una voz ronca.

No tengo idea si llegara a resultar su cometido, pero aun así, su idea me encanta, por lo que sería bueno intentarlo aunque sea esta vez esperando que pueda funcionar, al menos debo de tratar de sacar esa parte auténtica de mí, porque no todo el tiempo una agencia de modelaje me tomará fotografías desprevenida, ya que debo de empezar a tener más confianza en mí y desde luego, mostrar un rostro real que represente tanto mi trabajo como mis emociones.

—Bien, intentémoslo.

(...)

—Deja caer tu cabello a un lado —me señala mientras intento hacer lo que dice.

— ¿Así? —Le pregunto luego de dejar caer una parte de mi cabello hacia delante.

—Sí, así se ve mejor. —Dice mientras intenta focalizar el ángulo en que tomará la fotografía.

Veo como agarra su cámara para empezar a tomar las siguientes fotos, sin embargo, veo que se detiene en un instante cuando me doy cuenta que parece ver algún defecto, por lo que intento no moverme para que pueda decirme lo que ahora se encuentra mal para poder corregirlo y no hacerle perder el tiempo.

—Mmm, deja caer un poco el albornoz —menciona.

Dejo que la prenda se deslice por mis hombros pero no dejo que caiga hasta mis brazos cuando escucho que Phillipe me detiene, eso hace que le dé otra mirada esperando sus indicaciones, se mueve de un lado para ver si se llegará a ver muy bien la fotografía, por lo que cerrando un ojo y haciendo una prueba con su cámara parece convencerlo.

—No sonrías, solo imagina que estás seduciendo a alguien con la lencería —dice mientras se prepara.

— ¿No era a ti quien debía seducirte? —Le digo bromeando.

—Por ahora, piensa en alguien más, sino ahora seré yo quien no podrá concentrarse. —Dice abrumado.

Y no es de menos que se sienta tenso sexualmente cuando se dirigió a mi habitación en el momento en que había cambiado mis pantalones y blusa por una lencería casi transparente que deja ver mi piel blanquecina; él mismo ha descubierto la sorpresa cuando en sí, la tenía preparada para otra ocasión que no fuese esta, pero aun así, por cuestión de poder tomarme la sesión de fotos, tuve que usarla y la verdad, es que desde que me observo con ella no ha podido ocultar las reacciones fisiológicas que su cuerpo manifiesta cada vez que me ve con la lencería; apenas ha podido concentrarse con su trabajo ya que si no lo hace, es probable que pase otro día sin poder enviar las fotos, razón por la que ha tenido que mantenerse cuerdo para no perder la razón.

—Bien. —Dije riendo.

Sin embargo, a pesar que él me haya dicho que pensará en alguien más, no pude hacerlo, simplemente, en mi mente se encontraba él, imaginándolo como me miraría si en esta circunstancia no estuviera tomando las fotografías sino más bien, teniendo que modelarle la prenda. Sinceramente, sentí como a los segundos mi piel comenzaba a arder y de cómo en serio, me estaba creando tantas imágenes en la cabeza que ya ni siquiera fui consciente de que estaba en una sesión fotográfica.

— ¿Des? —Escuche que me llamó.

Giré mi rostro para darme cuenta que empezaba a rendirse al ver que no le estaba poniendo fácil el trabajo, más cuando ya estaba mordiéndome el labio y una de mis piernas ya comenzaba a rozarse con la otra; vi como su cuerpo se puso rígido para inhalar aire y ver como su virilidad empezaba a notarse entre su vaquero.

—Creo que tendremos que suspender la sesión —reí.

—Lo siento, es que no fue un buen método decirme que te imaginará. —Musite con el corazón en la boca.

—Vamos adentro, creo que de todas formas, ya no podré mantenerme tranquilo sabiendo que en frente de mí, tengo una bella stella. —Sonreí al escuchar eso.

Ambos dejamos de estar en el balcón de mi habitación para poder entrar en ella, pero en vez de quedarnos ahí, lo seguí para llegar a su habitación en donde dejo su cámara fotográfica nuevamente en el escritorio antes de poder proseguir en seleccionar aquellas fotos que serán enviadas a la agencia de modelaje.

Me siento en la cama y cruzo una de mis piernas para ponerla encima de la otra mientras veo como apaga su laptop para luego levantarse de la silla e ir hasta mí; me da una mirada de arriba hacia abajo hasta que veo como alza su mano para que pueda tomarla, siendo así que, la acepte terminando por estar casi a su altura, hizo que le diera una media vuelta en donde quede de espaldas a él y pronto se apegó a mi cuerpo donde no sólo pude sentir su pene acariciando mi trasero, sino que también, sus labios acariciar mi oreja.

—Recuerdas, que me debes mi premio por haber ganado —dice mientras su mano baja desde mi clavícula hasta mi vientre.

—Sí —susurré entrecortado.

—Muy bien, está vez probaremos algo nuevo —su voz aterciopelada empieza a dejarme si aliento —, ¿confías en mí? —Pregunta.

—Sí. —Apenas puedo decir.

—Entonces, comencemos.

Sus manos empiezan a acariciar primero cada parte de mi cuerpo que es imposible saber en qué dirección irán ambas, apenas una de ellas acoge mi pecho para darle un masaje que ocasiona que suelte unos leves suspiros, sus labios dejan un camino de besos desde mi cuello hasta mi espalda donde puedo sentir como estos empiezan a ser calientes y tentadores; cierro los ojos y dejo que las sensaciones sean las únicas en invadirme mientras las disfruto una a una.

Pronto escucho unos sonidos que hacen que gire mi cabeza a un lado para darme cuenta como ha empezado a quitarse la ropa, primero su camisa de algodón y luego, sus vaqueros; puedo ver como su miembro se encuentra a punto de salirse de su calzoncillo, por lo que dándome la vuelta para poder estar de frente a frente, mis dedos empiezan a rozarlo sintiendo como esté, se encuentra duro.

—No tengas miedo, tienes la libertad de tocarlo. —Dice mientras empieza a bajar los tirantes de mi lencería.

Con timidez me tardo en decidir qué hacer ante aquel momento, sin embargo, lo único que puedo hacer es bajar sus calzoncillos de un tiro para así, poder tenerlo completamente desnudo, veo su cuerpo magistral y potente provocándome cierta excitación al saber que pronto lo tendré encima; por lo que sintiendo como soy la siguiente en quedarme desnuda cuando él me quita la lencería, apenas mis manos toman su pene mientras empiezo a acariciarlo y a moverlo, sintiendo lo suave que es, aunque empiece a crecer.

— ¡Oh!

Aprieta su mandíbula y cierra los ojos ante los movimientos que apenas estoy haciendo con mis manos, aunque sencillamente, mi impulso sexual ocasiona que me acerque a él para empezar a besar su pecho, en donde dejo corto besos en los que además de saborear su piel, puedo sentir esa fragancia fresca de su parte.

Pone sus manos en mis hombros para luego irlas bajando hasta que estás se mueven en otra dirección y agarra mis pezones, a ambos los jala logrando que terminen por ponerse erectos, sin embargo, no le es suficiente cuando los pellizca y ese sutil dolor empieza a transmitir una sensación fuerte que baja hasta mi vagina.

Pongo una pierna en su cintura y estoy a punto de meter su virilidad en mí cuando me detiene y otra vez, me pone de espaldas, solo que esta vez, hace que me suba a la cama mientras que él, solo se queda estimulándome. Se aparta un momento y detrás de mí hombro veo como se mueve hasta su maletín en donde de él parece sacar dos cajas de las que intento saber que son, pero por la distancia no puedo distinguir de que se trata hasta que tengo que quitar la mirada y volver a ponerla en las almohadas cuando ha llegado.

Escucho como abre una caja pero en los primeros segundos, no sucede absolutamente nada, hasta que un repentino gemido sale de mis labios cuando algo fresco empieza a mojar mi vagina y de cómo sus dedos son los siguientes en estimular mis labios y mi clítoris provocando que saque varios jadeos de los que también hacen que apriete las sábanas.

Con su dedo mueve en círculos mi clítoris aumentando cada vez mi placer, pero antes de que pueda concentrarme en esa sensación, siento como algo también moja mi trasero sintiendo como uno de sus dedos parece querer entrar; el susto fue tan grande al sentir esa nueva sensación que me di la vuelta para verlo asustada, ya que empiezo a entender que es lo que espera experimentar esta vez conmigo.

— ¿Sexo anal? —Digo temerosa.

—Por lo que veo, es tu primera vez. —Trago hondo sintiéndome nerviosa por lo que pretende hacer. —Confía en mí, si empiezo a hacerte daño, puedes decirme para detenerme.

— ¿Dolerá mucho? —Puedo ver como sonríe.

—Prometo que no dolerá. —Acaricia mi rostro antes de dejar un beso en mis labios.

Vuelvo a ponerme en la posición de antes mientras siento como él vuelve a su cometido, el cual no es más que estimular mi vagina y mi clítoris, mientras que su dedo pulgar poco a poco por medio del lubricante empieza a entrar por detrás; al principio fue extraño pero mediante él derramaba besos en mi espalda y su otra mano se encargaba de propiciarle caricias a toda mi vagina, eso ocasionaba que me distrajera y no pensará en aquella extraña incomodidad.

— ¡Oh cielos!

Deje que mi cabeza cayera hacia atrás en el instante en que sentí como su pene entraba en mí, sus penetraciones no eran ni fuertes ni lentas pero si mantenían un constante movimiento que me hacía perder el conocimiento, lo impactante fue sentir como por primera vez, no estaba usando preservativo, por lo que mi piel y la suya empezaba a rozarse increíblemente que ocasionó que gimiera más fuerte y no sólo eso, que lo recibiera de una forma tan espectacular que ni siquiera puedo describir la sensación que me está provocando.

Un extraño zumbido empezó a escucharse por lo que no supe si mis oídos empezaban a fallarme, pero de una u otra forma, aquel dedo que Phillipe había ocupado para estimular mi ano, fue saliendo mientras que algo nuevo empezara a reemplazarlo, pero esta vez cuando ese objeto se acercó y tocó mi piel, hubo una cierta corriente eléctrica que de repente me hizo llegar al orgasmo, fue entonces que mientras Phillipe me seguía penetrando, ese objeto se fue metiendo de poco a poco en mi trasero haciendo que mi clítoris recibiera un cosquilleo y parte de ello escuchara una maldición de parte de él.

—Mierda, si vuelve a apretar tus paredes en mi pene, me correré. —Mascullo.

Fue así, que repentinamente, ese objeto se metió por completo ocasionando una vibración en mi interior, no pude dejar de gemir o gritar su nombre cada vez que los movimientos crecían y parecían llevarme a otra dimensión de placer del que no había experimentado nunca; nuestros jadeos se volvieron uno solo y mientras me seguía penetrando podía sentir como al final, su pene seguía creciendo y endureciéndose al grado de que ya empezaba a tocar también mi punto G.

—Sigue haciendo eso, por favor, no te detengas. ¡Oh!

Recibí un azote del que provoco más calor en mi cuerpo, mis brazos empezaron a doler y mis piernas a temblar que estuve a punto de caer en la cama si Phillipe no se hubiera detenido y de repente, me dejara acostada mientras el quedaba encima de mí; veo como él se pone un dispositivo en forma de pinza que parece estar conectado también al objeto que está en mi ano, apenas se lo coloca cuando su cara vuelve a tensarse, sin embargo, deja mis piernas a un lado de su caderas hasta volver a penetrarme, dándome embestidas continuas y fuertes que me hacen arquear mi espalda y alzar mis pechos como si lo estuvieran invitando a ser besados.

—Destiny... Destiny...

— ¡Sí!

Un fuerte orgasmo empieza a invadir cada parte de mi cuerpo haciendo que me quede sin respiración y mi corazón se salga pronto de mi pecho, sin embargo, antes de poder volver a recuperar mi conciencia, me doy cuenta como él me sigue penetrando hasta que en el instante que llega al clímax, saca su pene de mí para empezar a liberarse encima de mi vientre; se quita el objeto que tiene encima de su miembro para ver como mueve su mano para poder terminar de expulsar su semen. Al terminar, se levanta de la cama y apaga el objeto que hemos ocupado para sentir como también me lo quita y lo coge para irlo a dejar al cuarto de baño, segundo después, veo como aparece con papel higiénico en sus manos, donde empieza a limpiarme el vientre para no dejar ni un rastro de su liberación.

— ¿Estás bien? —Me pregunta al ver que no digo nada.

—Sí... Solo... Necesito descansar un poco —empiezo a sentirme débil y cansada luego de aquel sexo fugaz e intenso que acabamos de tener.

—Entonces, descansa. —Deja un beso en mi frente. —Pronto te acompaño.

Muevo la cabeza afirmando sus palabras, por lo que acomodándome entre las almohadas y cubriéndome con la sábana, empiezo a cerrar los ojos hasta que inesperadamente, termino por quedarme dormida.

(...)

Me rasco los ojos en el instante en que siento una parte de mi cuerpo entre cansada pero satisfecha, las sábanas cubren mi cuerpo, pero pronto al levantarme, esta cae haciendo que una parte quede desnuda; miro la habitación para darme cuenta que Phillipe no está en ella y por consiguiente, en la mesita de noche solo se encuentra una pastilla y un vaso con agua, seguramente para aliviar una parte de mi cuerpo el cual sigue aturdido por las sensaciones que hace un par de horas experimento.

Apenas me tomo el medicamento para salir de la cama e ir a buscar a Phillipe, así que buscando mi ropa para ponérmela, simplemente encuentro algo mucho mejor y más cómodo, por lo que agarrando una camisa de él que se encuentra extendida en la silla, me la pongo para así, salir de la habitación y bajar al primer piso, en donde pronto lo encuentro en la sala, usando su laptop y con la otra mano acariciando el pelaje menudo de Kala.

Una sonrisa aparece en mi rostro haciendo que paso a paso silencioso y corto me vaya acercando a él para luego darme cuenta que está usando sus lentes, añadiendo que, veo unas gráficas y números en la pantalla de su laptop dándome a entender que está trabajando. Por lo que, con cuidado sin dañar sus lentes, entró mis dedos por debajo de sus anteojos para cubrirles sus ojos y hacerle una divertida pregunta muy obvia.

—Adivina quién soy. —Susurré cerca de su oreja.

—Mmm, está muy difícil, ¿alguna pista? —Reí al ver que quiere entrar en el juego.

—Soy esa mujer inteligente, carismática y apasionada que hace tan solo un mes y medio has conocido —mencioné un poco de mis características.

— ¿Es la misma que huele a primavera, su piel es suave y sus labios se vuelven de color carmín cuando son besados con mucha necesidad? —Apreté mis labios.

—Esa misma. —Musito lentamente haciendo que mis labios rocen con su oreja.

—Adivinaré... Su nombre empieza con la letra D y su apellido con H. —Hago un sonido afirmando su respuesta. —Bien, es mi bella stella, Destiny Haller.

Quito mis dedos de sus ojos para que pueda llegar a ver, así que, girando su rostro a un lado para poder verme, termino sorprendiéndolo cuando lo beso con mucho cuidado y paciencia, sintiendo un sabor entre menta y café que ocasiona una buena impresión para mi boca; siento su mano posicionarse en mi cuello intentando profundizar el beso, sin embargo, al perder el aire, nos separamos para darme cuenta como revela una tierna sonrisa que alegra mi corazón.

— ¿Estás bien? —Pregunta en el instante en que me ve parada.

—Sí, todo bien. —Lo abrazo.

— ¿Segura? —Asiento. —Tengo noticias.

— ¿Qué noticias son? —Digo mientras veo que baja la pestaña de su laptop para cambiarla por otra.

Veo como abre una carpeta en la que se encuentra una selección de fotografías mías, añadiendo que, cada una de ellas parece encontrarse en un orden en donde se puede observar muy bien como mi rostro van cambiando y a la vez, el tipo de paisaje por detrás.

—Ya está la carpeta, puedes enviar las fotografías —los nervios empiezan a atacarme.

—Tengo miedo... ¿Qué pasa si no las aceptan? —Le digo frustrada de ver como ya me han negado varias agencias de modelaje mis fotografías.

—Deben de aceptarlas, si no lo hacen, son idiotas y ciegos... Desde mi perspectiva neutra, esto vale oro —las comisuras de mis labios se mueven —, ¿de qué te ríes? —No entiende mi gesto.

—Es que, siento que estas orgulloso de tu trabajo —Le revelé.

—En realidad, me siento afortunado de tener a alguien como tú. —Dejo de respirar con esa corta oración. —De verás, sé que eres hermosa, pero en sí, lo que hay en tu interior es lo que te vuelve más preciosa. —Una sonrisa sobresale en ese instante.

—Y, ¿qué hay en mi interior? —Necesito saber lo que ha descubierto.

—Te gusta que eleve tu ego, ¿no es así? —Encogí los hombros.

—Mmm... Sí... Un poquito. —Hice un gesto con mi dedo índice y pulgar para minimizar el resultado de mi respuesta. —Pero, la verdad, es que siento que yo he sido la afortunada en encontrarte, por eso, no quisiera perderte. —Le soy sincera.

—No creo que me pierdas por el momento. —Musita.

«Por el momento», un tiempo no definido, pero sí que tiene un límite. Algo que cada día para mí, se va agotando y eso solo ocasiona que me asusta cada vez más, al saber que puedo perderlo y está vez, para siempre.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top