Capítulo 32

"Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender". —Françoise Sagan

***

Trague hondo mientras intento adecuar cada una de sus palabras dentro de mi cabeza, porque no me es suficiente los pocos minutos que empiezo a tener para darme cuenta que él sabe lo que en verdad está pasando y a pesar que busque la forma de comprender como es que lo sabe, la única respuesta que tengo en mente es que debe de tener un amuleto para que no haya perdido la memoria.

Es aquí, en donde empiezo a entender su odio hacia mí. Aquí ya no tenía nada que ver mi nacionalidad, mi trabajo o por ser una extraña que ha entrado fácilmente en la vida de su familia, sino más bien, él sabe el verdadero motivo por el que me encuentro en Italia y lo sabe con perfección porque no debo ni siquiera ocultar la ilusión que tengo en querer que Phillipe vuelva conmigo, pero por supuesto, él quien mejor que nadie se enteró de cabeza a pies sobre el escurridizo y mal matrimonio que tuve con su primo en tres años, es de entender que él no quiera que me acerque a él a fin de que la historia se repita y lo haga sufrir de nuevo.

Le doy una mirada a la entrada de la cocina para ver si Bianca no aparece, por lo que al imaginar que debe de haberse quedado entretenida hablando con su familia y probablemente molestando nuevamente a Phillipe, ahora que no estoy a su lado, me hace comprender que quizás se tarde en volver a esté lugar a buscarme luego de no verme aparecer con las bebidas que sería para ella y su familia.

—Así que, estuviste fingiendo todo este tiempo en no conocerme —cruce los brazos.

—No soy como tú, Destiny. —Recalca. —Ni siquiera sé que estupidez ha ocurrido, es como si todo este tiempo hubiera estado durmiendo y hubiera despertado de una terrible pesadilla. —Dice confundido.

No es de menos que se sienta desorientado con el tiempo cuando no todos entenderían a la perfección lo que sucedió, porque a mí me llevo una semana para comprender que el tiempo había cambiado, aunque también me encontraba en su postura al pensar que todo podría haber sido un maravilloso sueño o una terrible pesadilla de la que pronto despertaría para volver a la realidad pero luego de volver a mantener una comunicación con Misty, toda duda se aclaró, pero para ello, tuve que ser abierta de mente para entender que un deseo de una estrella fugaz es lo que ocasiono esta distorsión en el tiempo.

Lo malo de ello es que contarle sobre el deseo de la estrella fugaz no sé si lo dejaría más confundido o terminaría perturbándose porque este tipo de cosas no suceden y la única forma de creer algo así es estando loco o pensar que estos hechos son reales a pesar que no sucedan a diario, pero si lo pienso bien, es más probable que crea que estoy desquiciada.

—Espera un momento... —Parpadea repetidas veces. —Comprendiste de primera instancia mis palabras, eso significa que... —Pronto averiguó lo que está pasando.

—Sí para nuestra mala suerte, ambos somos conscientes de que nos odiamos y lo que sucedió o mejor dicho lo que podría haber sucedido en tres años. —Me retracto en decir porque sé que mi historia con Phillipe no la quiero repetir de nuevo con el pie izquierdo.

— ¿Cómo es que tú nos has perdido la memoria? —Empieza a cuestionar lo que está pasando.

No creo que sea un buen momento para explicar todo el cuento de mi estúpido deseo porque a pesar que él se pondrá feliz de saber lo que pedí, debido a que, para su beneficio, ahorita él está ganando la batalla de que su primo no se enamore de mí, por lo que no le quiero dar el privilegio de pensar que me quedaré de brazos cruzados esperando que otra mujer llegue y me lo arrebate.

—No somos los únicos hay otras personas, mi amiga Misty también es consciente del tiempo en que nos encontramos. —Evado responder su pregunta anterior.

Veo como se queda pensando por un momento hasta que, al rascarse su barbilla con una de sus manos, es donde comienzo a creer que debe de estar sacando sus propias conclusiones, aun así, prefiero mantenerme callada con respecto al deseo porque siento que, si le comento algo sobre ello, en vez de ayudarme a que su primo se enamore de mí, al final lo usará como un arma mucho más fácil para separarme y alejarme de él antes de que el tiempo se me acabe.

—Hay algo que también no entiendo de todo esto... —Achica sus ojos. — ¿Qué haces tú en Italia? —Suspire porque empiezo a creer hacia dónde irá su siguiente pregunta. — ¿No se supone que odias a Phillipe? Y hubieras hecho todo lo imposible para separarte de él a toda costa. —Intuye. —Porque no me vengas ahora que has cambiado de opinión y has decidido enamorarlo para que esté contigo. —Suspiro.

—Supones mucho. —Murmuro. —Pero ya que te veo ansioso por una respuesta. —Encogí los hombros. —Estas en lo cierto, estoy aquí por él. —Se pone tenso.

Una pequeña idea aparece en mi cabeza que casi logra hacer que me ría en su cara, porque solo imagino que una vez que mi deseo se cumplió y se dio cuenta que Phillipe además de no estar casado conmigo, sino que también, no sabía de mi existencia, lo debe de haber hecho el hombre más feliz de la Tierra. Porque al parecer a él se le cumplió también el sueño de verme muy pero muy lejos de su primo, añadiendo que, quizás tenía la fortuna de pensar que jamás volvería a aparecer en la vida de Phillipe, pero para su mala suerte, el destino de nuevo me envío hacía él y ahora tendrá que tolerarme de nuevo por las buenas o malas.

—No te cansas de amargarle la vida al mundo, ¿no es así? —Suelto una carcajada.

—Sabes que amargarse mucho afecta a varios órganos del cuerpo humano, como también, te salen arrugas. —Le tocó la frente a lo que él agita su cabeza y se pone más molesto que antes.

— ¡Te quiero lejos de mi familia! —Grita.

—Para tu mala suerte, no puedo prometerte eso. —Le regalo una sonrisa triste.

— ¿Quieres que le diga a Phillipe la clase de vida que tendrá a tu lado? ¿De lo infeliz que será? ¿Qué lo llevarás a perder la cabeza? Y que en vez de darle alegrías le darás dolores de cabeza que le ocasionarán ansiedad. —Me amenaza.

Bien... eso no me lo esperaba ni siquiera de por cerca cuando pensaba que él estaba reaccionando en contra de mí por ser estadounidense, pero acabo de darme cuenta que he estado siendo engañada durante todos estos días cuando en sí, Vicenzo no ha perdido la memoria, pero a pesar de ello, no tengo idea de cómo es que él tiene un objeto u amuleto que le haya permitido bloquear el deseo cuando él no es muy creyente en artefactos de la buena suerte o que te pueden prevenir en alguna maldición.

Trago hondo porque ya no sé qué decir, porque atacarlo será en vano ya que ambos tenemos un carácter explosivo como un volcán, que sin dudarlo, entre más nos lancemos insultos e ironías de la vida, uno de los dos terminara por explotar a punto de crear un caos para que los demás se enteren; por supuesto, tendría la ventaja de que pueda quedar como la víctima por su desprecio ante su familia pero no estoy muy segura que todos se pongan de mi lado cuando Phillipe es la primera persona que le cree a Vicenzo sobre todas las cosas.

—Te lo vuelvo a repetir... Aléjate de mi primo. —Dice lento y entre dientes.

—No lo haré. —Respondo sin tenerle miedo.

— ¿Es que estás sorda? —Masculla. —Te advertí sobre que puedo contarle toda la verdad a Phillipe sobre su relación. —Saco una sonrisa. — ¿De qué te ríes?

Bueno, tengo una gran ventaja en mi mano que es posible que no se la espere, así que al menos puede irle bajando el tonito a su amenaza porque no estoy dispuesta a renunciar y más hoy que he empezado a tener un interés amoroso con Phillipe, el cual va más allá de lo que podía haber esperado

— ¿Qué pretendes decirle? —Enarca la ceja al no comprenderme. — ¿Qué nuestro matrimonio era un fracaso? ¿Qué fui mal esposa? ¿Qué lo humillaba constantemente para alejarlo de mí? ¿Qué vivíamos en Estados Unidos en una enorme mansión mientras que él era el esposo responsable de llevar el dinero a casa para yo ser la esposa que debía recibirlo con los brazos abiertos para así complacer luego sus necesidades? —Eleve una ceja mientras cruzaba mis brazos. — ¿Piensas que Phillipe te creerá todo ese rollo? Y más, ¿cuándo no ha sucedido nada de ello por el tiempo en que nos encontramos? —Se queda callado.

Acabo de atacarlo de una forma tan sutil pero fuerte que me dan ganas de bailar de la victoria porque por supuesto, no es algo que esperaba. Además, es algo que he aprendido últimamente que cuando deseo tener la ventaja de algo queriendo resaltar lo que sucederá en tres años, en fin, suele ser en vano cuando la realidad es que nadie me creerá, me verá como una desquiciada y posiblemente vidente por afirmar algunas cosas que sucederán en un futuro.

—Quieras o no, tendrás que aceptar que volveré a estar con Phillipe —declare.

—Es cierto, es probable que decirle la clase de víbora que eres como esposa no ayudara a que me crea, pero eso no significa a que pueda apartarlo de ti. —Gruñí.

¡Carajo! ¿Es que no se rinde?

—Sé que me odias Vicenzo y tienes la razón de no ponerme en un pedestal cuando fuiste testigo de mi mala relación con Phillipe, pero ahora vengo con buenas intenciones y... —me interrumpe.

— ¡Stai zitto dannato bugiardo![1] —Me grita. — ¿Piensas que yo permitiré que otra vez vuelvas con Phillipe para desgraciarle por segunda vez su vida? —Me ataca. — ¿Por qué no te consigues a otro que puedas manipular como una marioneta? Si tienes empatía, cara y dignidad luego de toda repugnancia que le hiciste a mi primo, te pido de buena manera que te largues de mi casa, aléjate de mi familia y vuelve a tu jodida vida que te parecía más entretenida sin mi primo. —Me señala la puerta.

—Y, ¿qué si no lo hago? —Dije con el corazón latiendo rápido y con la cabeza en alto.

—Afrontaras las consecuencias y tú sabes muy bien lo fácil que se me da atacar a mi enemigo cuando empieza a estorbarme. —Trago hondo.

—Entonces tendré que sobrellevarlo. —Digo con la voz entrecortada. —Porque Phillipe me gusta y si tengo que pasar por encima de ti para llegar a él, lo haré. —Le digo con tono lleno de seguridad.

— ¡Dannato... vorrei che fossi morto quel giorno![2]

Parpadeo repetidas veces con ese insulto que no me parece nada sensato debido a que ya me empieza a sonar descabellado como si en verdad, él supiera algo de lo que desconozco, porque, aunque no lo quiera creer, sus palabras a pesar de estar llenas de pestes, en sí, él es consiente de todo lo que dice.

— ¿Qué sucede acá? —Llega Bianca.

Ella nos da una mirada desconcertada como si intentara descubrir la tensión y molestia que cada vez se extiende más en el ambiente. Quisiera responder dando una excusa, pero las últimas palabras de Vicenzo me han dejado petrificada que mi cuerpo no está respondiendo como lo deseo, más bien, parece que mi cerebro se ha bloqueado y ha dejado de transmitir órdenes para que al menos dé una justificación de este encuentro supremamente tóxico y destructivo.

—Nada hermanita querida —Vicenzo camina hasta donde está Bianca para abrazarla y darle un beso en la cabeza —, le estaba contando a nuestra invitada sobre el brazalete que ha pasado por generaciones a nuestra familia. —Pronto algo se conecta en mi cabeza.

Intentando captar aquella pequeña información pronto hace que mis ojos vayan directamente a la mano izquierda de Vicenzo la cual tiene un brazalete masculino de oro con algunos detalles que parecen hacerlo auténtico de la familia. Con solo verlo, logra que pueda entender que ese objeto es el motivo del calvario que tendré que sobrellevar gracias a que Vicenzo tiene su memoria intacta sobre lo que sucedido conmigo y Phillipe hace tres años.

Al ser una reliquia familiar de quizás un largo tiempo eso es lo vuelve antiguo el brazalete, así que por obvias razones si Vicenzo no se lo quita, este pudo adquirir el poder de la estrella fugaz logrando que no permitiera que él se quedara sin memoria de lo que sucederá en los próximos tres años. Desearía que ese brazalete le hubiera pertenecido a alguien más de la familia Rizzo, pero justamente, ahora que necesito tener una ventaja para acercarme a Phillipe, aparece una persona que además de estorbarme, está comenzado a arruinar todos mis planes.

— ¿Ah sí? —Bianca se extraña de esa noticia.

—Sí, pero Destiny me ha comentado que tiene que irse, así que no podrá asistir a la cena —suspiro porque ha sido una indirecta para que me largue de acá.

— ¿Te vas? —Pregunta Bianca sorprendida.

—Sí, es que mi amiga se quedó sin llaves del apartamento, entonces debo de ir ya que ella necesita unas cosas con urgencia —digo como excusa.

—Y yo que deseaba que te quedaras. —Dice Bianca en tono triste.

—Volveré a la próxima. —Vicenzo achica sus ojos.

—Está bien, pero espero que sea pronto. —Sonríe.

Asiento sin poder decir otra palabra más, quizás esta batalla la haya ganado Vicenzo, pero no le seguiré dando el crédito que pueda tener cualquier ventaja sobre mí cuando necesito romper el deseo y lograr que todo el mundo vuelva a la normalidad. No sé si sea bueno tener que reunirlos algún día para hacerle saber que sucederá si Phillipe no vuelve conmigo o el riesgo que puede correr el tiempo si no intento reconciliar y enamorar a su primo, pero de alguna forma debe de entender que esto no solo se trata de mí sino que de muchos sucesos que pueden cambiar con el presente y futuro.

Regreso a la mesa del jardín donde se encuentra el resto de la familia solo para despedirme, es necesario que deba hacerlo solo con el fin de no verme maleducada, a su vez, para dar una excusa sobre mi ida a mi casa, sin embargo, al despedirme de todos y a punto de pedir un Uber ya que no deseo que Misty viaje debido a que llega cansada del trabajo, empiezo a caminar fuera de la casa cuando alguien pone su mano en mi cintura baja para empujarme y dejarme en la puerta del copiloto de su auto.

—Sube. —Niego.

—Me iré en Uber. —Digo intentando no verlo a los ojos.

Sí, quizás mi plan de tener que atraerlo a mí se está volviendo a ser lo contrario cuando parezco que intento ignorarlo para apartarlo de mí, por no decir que estoy huyendo, pero es que todavía sus palabras me duelen y son un vivo recuerdo de lo que no pensaba que Phillipe sería capaz de decirme.

—Des, por favor. —Suplica. —No compliques las cosas.

Tomo una gran bocana de aire porque ni estoy segura de lo que debo de hacer, apenas soy consciente de que yéndome con él será un viaje más seguro, pero no tranquilo, ya que ambas cosas solo me las puede quizás proporcionar el Uber que ha tomado mi petición para llevarme hasta Florencia.

Suspiro y anuló lo más rápido el contacto con el Uber, así que cansada por saber que el viaje no será más que silencioso y tenso, termino por subirme a la parte del copiloto, mientras que él, es el siguiente es sentarse en el asiento del piloto para encender el vehículo, ponerse el cinturón de seguridad y empezar a conducir a través de las calles de Lucca.

Ninguno de los dos dice alguna palabra haciendo este momento más incómodo a punto de que, mi único distractor sea el celular en donde por medio de mensajes de WhatsApp le escribo a Misty mencionándole lo sucedido, haciendo que ella sea la siguiente en quedarse impactada en saber que Vicenzo también no ha perdido la memoria y que ahora será mucho más difícil tener que entrar en la vida de Phillipe.

Antes de poder seguir en mi propio mundo porque es más fácil tener que usar esa técnica para ignorarlo, escucho que pone música de la disquera de su auto, en donde un momento me quedo impactada al saber que en esta ocasión no ha puesto música de artistas italianos, más bien, ha puesto una canción especial que logra erizarme la piel ocasionando que hasta mis propios sentimientos florezcan y me sienta vulnerable como sensible ante la letra de Making Love Out Of Nothing At All de Air Supply.

I know just how to whisper

And I know just how to cryI know just where to find the answersAnd I know just how to lie

I know just how to fake it

And I know just how to schemeI know just when to face the truthAnd then I know just when to dream

And I know just where to touch you

And I know just what to proveI know when to pull you closerAnd I know when to let you lose

And I know the night is fading

And I know the time's gonna flyAnd I'm never gonna tell youEverything I gotta tell youBut I know I gotta give it a try

And I know the roads to riches

And I know the ways to fameI know all the rulesAnd I know how to break 'emAnd I always know the name of the game

—Puedes apagar eso. —Siento como mi nariz y ojos empiezan a picar.

Ni siquiera hizo caso a mi petición porque la canción siguió sonando haciendo que entendiera cada palabra de la letra. Lo peor de ello es como si hubiera buscado exactamente esa canción para tener el propósito de hacerme sentir mal, así que antes de poder decirle nuevamente que la quitara por si quiere seguir escuchando música siento como el vehículo se detiene dejándonos en un sendero totalmente solitario y oscuro del que ni siquiera se puede saber si hay casas en aquel lugar.

Me bajo del auto esperando que no termine por caer en un acantilado por no poder ver bien a mi alrededor porque todo es totalmente oscuro más cuando apaga el vehículo y esta vez, no haya nada que pueda identificar que este cerca de mí. Escucho como abre la puerta y luego la cierra hasta que el crujido de sus zapatos pisar la grama hace que comprenda que cada vez está más cerca de mí, así que intentando alejarme porque no deseo mantener una charla con él ahora mismo y más porque no visualizo nada, intento huir, pero me es imposible, más cuando sujeta uno de mis brazos para atraerme a él donde sin dudarlo, lo empujo para que ambos mantengamos distancia.

— ¿Por qué me has traído hasta acá? —Le pregunto molesta.

—Necesito hablar contigo... —maldigo porque sabía que eso diría.

—Pero yo no quiero hacerlo. —Digo molesta.

—Des, por favor... Dame la oportunidad de explicarte... —ni siquiera deseo que prosiga.

— ¡¿Explicarme el qué?! —Grito con libertad. — ¡Que soy nada más que tu zorra! ¡Tú suplente ya que no puedes tener sexo con la otra! —Siento como algo dentro de mí se remueve del cólera.

— ¡No! ¡No! ¡Claro que no! —Niega nervioso. —Tú no eres nada de eso. —Suelto una carcajada amarga.

— ¡Claro que lo soy! De mí, solo buscas una cosa y eso se llama sexo. —Empiezo a rascarme los ojos. —Ni siquiera sé por qué cuando tú mismo me declaraste en mi cara que ni soy buena en la cama. —Digo ofendida.

Me apoyo en una parte del automóvil debido a que mis piernas empiezan a flaquear del miedo y el dolor que me provoca recordar ambos recuerdos, de por sí, que uno ya me era suficiente pero luego llegó el otro causando una catástrofe en mi cabeza que me ha impedido poder sentirme tranquila sin pensar que, en sí, él no se está enamorando de mí, sino que solo me está observando cómo su juguete sexual, algo que me disgusta porque al menos al estar casados, nunca lo utilice de esa forma.

—Todo fue mentira, stella. —De nuevo se acerca despacio a mí. —Créeme, todo fue una absurda mentira que no debí decírtela.

Mis ojos empiezan a acostumbrarse a la oscuridad que ahora sí puedo ver la silueta de su cuerpo y no sólo eso, he empezado a distinguir varias partes de su cuerpo.

—Una absurda mentira que me partió el corazón... —susurre para mí.

—Pedirte perdón no será suficiente para el daño que te he hecho, pero al menos te debo una explicación —niego.

—No quiero escucharte. —Sollozo.

Sigo tragándome el nudo de emociones y palabras que ya se encuentran atoradas en mi garganta, a esté paso, siento que no llegaremos a nada, más cuando no estoy de un buen humor para hablar del tema luego de que siga atemorizada y sorprendida de saber que Vicenzo sabe la verdad de nuestra antigua relación; de la cual ya no ocupara para separarme de él, pero aun así, tengo previsto que ocupara otras armas para que ambos no estemos juntos.

—Dame una oportunidad de explicártelo todo, por favor. —Dice suplicando.

Le doy una mirada mientras siento como mis ojos se enjuagan de lágrimas, a pesar de ello, no las pude seguir reteniendo debido a que estás, terminaron por caer en mis pómulos y por consiguiente en mis mejillas hasta llegar a las comisuras de mis labios donde pude sentir el sabor salado de ellas. Observé su intención de querer quitarme las lágrimas que empezaban a deslizarse por mi rostro, pero hice un lado mi rostro porque ahora, no me siento capaz de poder recibir un buen gesto de su parte, sabiendo que una parte de mi corazón sigue dolida, en donde no me es fácil tanto rechazarlo como tenerlo cerca de mí.

—Quiero irme. —Dije sollozando.

—Des... —Siguió insistiendo.

—No quiero hablar ahora, entiéndelo, por favor. —Le digo mientras me abrazo.

Por está vez, termina por rendirse haciendo que vea de reojo como luego de suspirar, sus hombros se dejan caer al ver que no estoy dispuesta en tener está conversación ahora de que la situación se ha ido complicando cada vez más, por lo que, al menos necesito tener la mente fresca y encontrarme de un buen humor para poder decir las palabras correctas antes de que terminemos por enterrar está relación.

Ambos nuevamente nos subimos al auto haciendo que él conduzca en dirección al apartamento, otra vez, no decimos ni una palabra ni tampoco nos miramos, a pesar de ello, lo único que estuvo en medio de ambos fue la música que seguía sonando por la casetera de su vehículo, la cual la mayoría, era música deprimente con palabras que para mi gusto, en otro momento me hubieran gustado escuchar, pero al estar en dicha situación, prefiero tener unos tapones para los oídos y así no tener que seguir escuchando aquella música.

Un aproximado de media hora, ya nos encontrábamos en frente de mi apartamento, por lo que antes de bajarme, no encontraba las palabras adecuadas para poder despedirme de él, aunque también, al no escuchar de su parte alguna despedida, entendí que tampoco sabía como terminar aquel momento incomodo.

—Gracias. —Musite. —Ve con cuidado. —Jalo de la manecilla de la puerta para abrirla.

—Que descanses. —Dice cohibido.

Afirmo con la cabeza para luego bajar del vehículo y caminar en dirección al apartamento, nuevamente, no miro hacía atrás, solo dejo que mis pies caminen y pueda seguir realizando otras acciones como buscar mis llaves y abrir la puerta para que esté dentro de mi hogar temporal. Apenas doy unos pasos dentro cuando Kala llega hasta mí con esa aura vivaz y alegre que imana su naturaleza perruna, por lo que agarrándola y acariciando su suave pelaje, pronto camino en dirección a mi habitación, a fin de nuevamente quedarme en mi cama a llorar por mis propios pesares que tengo en el amor.

Al menos cuando Misty llegue no me verá tan mal como estoy ahorita.

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[1] Cállate maldita embustera.

[2] Maldita... Ojalá te hubieras muerto ese día.

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Continuará...

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