Capítulo 26
"Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud." —Terencio.
***
Veo como Priscilla camina de un lado hacia el otro como si fuera un león enjaulado, su mano no deja de pasar por todo su rostro como si algo le estuviera angustiando y no es capaz de ni siquiera revelarlo; en vez de eso mira alrededor de toda la floristería, como también, de vez en cuando a mí, a las flores y por supuesto a sus zapatos. No soy adivina, pero sé que con el rostro que tiene, más lo disgustado que Samuele ha estado durante todo el día y la nostalgia que desde la mañana ha manifestado su padre me hace llegar a la conclusión de que no solamente no les dieron el crédito en el banco, sino que esté lugar pronto lo perderán cuando no tienen ventas y el lugar cada día parece que estará a punto de caerse.
Me muevo del mostrador para ponerme en frente de ella, detengo sus pasos que ya han comenzado a marearme para darle una mirada, puedo ver como mediante parpadea, sigue enjuagándose sus ojos para no permitir que las lágrimas puedan salir; da un largo suspiro para ver como su cuerpo se pone tenso, tanto que es como si yo también sintiera que estoy cargando con su propio malestar pero en vez de seguirme manteniendo callada, prefiero que de una sola vez, pueda salir ya el tema no sólo para enterarme de su situación, sino que, ver si hay algún remedio para que no pierda su negocio familiar.
— ¿Qué tan mal está la situación económica de la floristería? —Le pregunto a lo que ella deja de morderse las uñas.
—Nos quitaran el local en tres días —dice entrecortado —, no podemos seguir pagando cuando no hay clientes y las flores se marchitan al no venderlas. —Se toca la cabeza. —Perderemos el legado de mi madre, este lugar era de ella y prometí que lo seguiría manteniendo en pie, pero no está sucediendo. —Dice sollozando.
Suelto un suspiro para poner mis manos en su espalda y darle un abrazo del que ella no parece rechazar, sus sollozos se hacen cada más fuertes que al final además de darle hipo, empieza a absorber su nariz. La situación por la que está pasando es muy difícil, tanto, que veo la importancia que toda su familia tienen con este lugar, en sí, no es el negocio, sino que es un recuerdo de esa madre y esposa que ya no está con ellos, y mantener vivo está floristería es como tenerla cerca.
Quizás pueda hacer algo por ellos, ya que unos contactos y una ayuda social, les serviría a que esté lugar además de darle una renovación, podría también ganarse la atención de sus próximos clientes hasta verlo como una de las mejores floristerías de la zona; sé que se escucha un poco fantasioso, pero tengo fe de que esté local se puede sacar adelante, solo requiere que se le dé un mejor interés y apreciación.
— ¿Estás dispuesta a todo para que está floristería cambie? —Se separa de mí.
—Con tal de no perderla. —Se seca las lágrimas que resbalan en sus mejillas.
—Bien, necesitaré sus estados de cuentas bancarias —veo su rostro cambiar por uno de extrañez —, confía en mí, Priscilla. Y te prometo que no te arrepentirás de nada. —Hace una mueca.
—Bien. —Acepta sin protestar. —Ven conmigo. Los tengo en la oficina.
(...)
Veo como el rostro de mi hermano cambia al analizar todas las cuentas bancarias y finanzas que la familia Costa tiene; estoy cruzando los dedos para que no me entregue malas noticias y eso sin decir que, también me encuentro orando a fin de que me ayude a resolver este problema. Sé que no debería incluirlo cuando me he hecho responsable de ayudar a Priscilla a reconstruir su negocio familiar, pero al no tener una experiencia en economía y negocios, es mejor que alguien que ha estudiado eso, pueda darme esa mano y quien mejor que mi hermano quien además de haberse graduado de una universidad privada con honores, trabaja al lado de su suegro y tiene amigos que puedan unirse a la ayuda comunitaria.
—Ahora comprendo porque el banco no quiso darles el crédito —veo como con un lápiz va señalando algo entre los papeles que ha impreso luego de mandarle escaneado los documentos de las cuentas bancarias de los Costa.
— ¿Es muy grave? —Le pregunto mirándolo entre la videollamada que he hecho con él.
— ¿Grave? Si fuera una enfermedad, esto superaría lo crónico. —Resalta.
Si... Es demasiado grave para haber creído que había una esperanza que recuperaran el local de alguna forma, pero con esto ya me indica que las probabilidades son nulas cuando al leer algunos documentos me di cuenta que además de que los Costa han empezado a faltar con los pagos mensuales del dinero que el banco les ha prestado, a su vez, han empezado a llenarse de deudas al embaucarse con prestamistas que no han hecho más que engañarlos y robarles su dinero.
— ¿Se puede salvar? —Le pregunto con miedo.
Lo peor es que si no hay una forma de poder solventar estas deudas, es para que de una sola vez Priscila, Samuele y el señor Costa, empiecen a decirle adiós a la floristería que su madre y esposa saco adelante.
—No sé qué tan factible es que lleguen a un acuerdo con el banco —hace un gesto poco esperanzador.
—Por favor, Cole. Ayúdame —le suplico.
—Te podría ayudar, pero cómo podría obtener de nuevo mi capital si las ventas que han tenido en los últimos dos años es menos de los que tenían hace siete años. —dejo caer mis hombros porque sé lo difícil que se le está haciendo en invertir en un negocio del que no es experto.
—Pero tienes contactos —niega.
—Hermana, esto no se trata solo de poner dinero y llamar a otros contactos para que me ayuden, solo imagínate el dinero que se perdería y lo difícil que sería volver a reinvertirlo con una cantidad tan minúscula de dinero que no se ha generado desde hace meses. —Intenta hacerme entender su punto de vista.
Estoy perdida, que mal sería anunciarle a Priscilla que su negocio debe considerarlo perdido por todas las deudas que ha recolectado en los meses anteriores, quisiera darle una esperanza de que la floristería de su madre volverá a la cúspide de la montaña, pero por lo que me está explicando Cole, sería ingrato y desconsiderado exigirle a mi hermano invertir en una empresa que, en vez de abundar el dinero, hace falta. Y por obvias razones, tampoco se puede empeñar a dar dinero cuando él solo es un socio minoritario de la compañía de su suegro, por lo que todas las decisiones que tenga que tomar, deberá primero consultarla con los ejecutivos de su trabajo para saber su opinión.
— ¿Es muy importante para ti? —Me pregunta con una mirada compasiva.
—Ayudar a esa familia es lo que me importa, en otra situación, lo dejaría al azar pero no quiero ser participe en el momento en que les quiten todo. —Me acaricio la frente. —No, en serio que no podría. Si tú o yo estuviéramos en la misma situación, quisiéramos que alguien de la misma forma nos diera una mano, ¿no? —Digo temerosa a lo que pueda suceder.
Se mantiene un instante callado mientras que sus ojos giran de un lado hacia el otro, como si nuevamente estuviera analizando el futuro de la floristería. Suelta un suspiro a punto de que lo veo más relajado y no sólo eso, sino que suelta una sonrisa de la que parece estar orgulloso de algo.
—Contactaré a un compañero de la universidad, por lo que supe está aliado con una empresa ecológica. Quizás quiera invertir en ellos dándoles un capital o un crédito para elevar las ganancias. Aunque sería bueno que también evalúen el mercado de Florencia sobre las floristerías y Jennifer puede darle asesoría a la familia Costa sobre finanzas. —Suelto una enorme sonrisa.
—Te lo debo, Cole. Muchas gracias en serio. —Le mando un beso.
—Para eso están los hermanos, ¿no?
(...)
Termino por preparar la comida cuando veo como Kala levanta su cabeza para salir corriendo en dirección a la entrada del apartamento, escucho como hace unos ladridos hasta que sale corriendo nuevamente en dirección a la cocina, poniéndose en posición de ataque al ver que Misty ha llegado junto con Alonzo, el visitante quien le agrada la cachorra, termina por hacer unos pasos de dinosaurio a fin de molestarla para que siga jugando con él, por lo que Kala da unos saltos y termina por jalar una pequeña parte de la tela de su pantalón para salir otra vez corriendo como si fuera una niña.
—Buenas noches, Destiny. —Saluda él.
— ¡Hola Alonzo! ¿Cómo estás? —Me quito el delantal para saludarlo.
—Muy bien —dice con una enorme sonrisa en su rostro.
—Que delicioso huele acá —se acerca Misty.
—Hice sopa de minestrone[1] —destapo la tapadera de la olla.
—Wow, no se te quemo la cocina. —Dice ella mirando la sopa de la olla.
—Sé cocinar amiga, no te burles de mí. —Ambas reímos.
Mientras que Misty y Alonzo se fueron a lavar las manos, preparé la mesa para que empezáramos a comer, pero antes de sentarme en la mesa, abrí una lata de comida para cachorro para ponérsela en el platillo de comida de Kala; apenas ella sintió el olor cuando empezó a comer demasiado rápido haciendo que tuviera que reprenderla debido a que después podía dolerle su estómago. Dejo de estar arrodillada para ir directamente a la cocina en donde lleno varios boles de sopa, para llevarlas después a la mesa, saco la vincisgrassi[2] del horno y también es lo siguiente que llevo al comedor.
—Por Dios, tiene buena pinta. —Alonzo pasa su lengua por sus labios.
—Te esmeraste, Des. —dijo Misty impresionada.
Todos nos sentamos en nuestras respectivas sillas para empezar a cenar, mis comensales que han comenzado a probar mi comida, se quedan admirados al degustar ambos platos que he preparado, tanto que a Alonzo se le salen varios soniditos que no puedo evitar reír al saber que está disfrutando de la vincisgrassi.
—La última vez no terminamos la conversación —empiezo a decir.
— ¿En qué nos quedamos? —Dice Alonzo agarrando otro trozo de vincisgrassi.
—Sobre las tres acciones que debo de hacer —le recuerdo —pero, quiero que me resuelvas una duda antes que proseguir en lo anterior. —Él asiente. —Con el cambio de los hechos del futuro, también eso podía haber modificado la personalidad de la persona —veo como hace un gesto de haber pensado.
— ¿Lo dices por lo que sucedió ayer? —Niego cuando Misty hace el comentario.
—No, lo que sucede que a veces siento como si no estuviera tratando con el Phillipe que conocí —le aclaró.
—Regularmente, no. Solo cambia el tiempo y los hechos, pero no la personalidad de la persona. —Responde Alonzo.
Entonces... ¿estoy tratando con un Phillipe del que desconocía su forma de ser? No puedo creerlo, esto es demasiado extraño y confuso porque en ningún momento mi ex esposo se mostró con demasiada seriedad, dominancia y extroversión, por si fuera poco, siempre se comportó todo lo contrario, es como si hubiera estado cohibido en demostrarme su verdadera forma de ser.
—Si te sirve para salir de las dudas —empezó a decir Misty —, Phillipe es Phillipe. No veo que haya cambiado, sigue siendo él a pesar que hayas pedido el deseo; si lo sientes diferente es porque nunca te dedicaste a conocerlo y siempre se mostró introvertido contigo porque no sabía cómo tratarte más porque siempre lo rechazaras en toda su forma de ser. —Me termina de explicar ella.
Tiene razón Misty, en sí, nunca me procure a conocer a Phillipe como debía de ser y ahora que empiezo a hacerlo, todo me es ajeno a él que cada día que estamos juntos me sorprende con algo nuevo con su personalidad o su forma de comportarse conmigo sin tener que ocultarlo como lo hacía antes.
—Está bien. —Le digo decepcionada. — ¿Hay otra salida?
Creo que es hora de pensar en un plan C, ya que el plan A ya fue arruinado por Vicenzo, así que, como único remedio, tendré que crear el B como opción de volver a reconciliarme con Phillipe sin ocasionar alguna presión de que esté conmigo para que todo se dé de forma natural y el C, será como la alternativa final si no llega a enamorarse de mí. Está vez, quiero prepararme para cualquier cosa, porque, aunque tenga que hacer todo lo posible para hacer que él vuelva a mí, no quiero confiarme de todo.
—Sí, hay otra solución —dice pero no muy emocionado —pero no te ayudará por completo porque será una forma que él recuerde todo lo que paso contigo y por los términos en que todo comenzó y termino, creo que no es buena idea —me asegura.
— ¿De qué se trata? —Aun así me interesa saber.
—La otra opción es que Misty o yo te entreguemos nuestro amuleto, deberás hacerlo añicos hasta que estos se vuelvan cenizas o polvo —enarque una ceja pero esto me recuerda a algo.
—Esto suena muy a la película de Disney de Tierra de Osos 2 —hago referencia.
—Bueno, yo solo digo lo que he leído y creo que pueda ser posible pero por cualquier cosa volveré a buscarlo si no me crees —Alonzo levanto sus manos.
Realmente es muy extraño y quien quiera que se las haya ingeniado para deshacer una parte del hechizo de esta forma es porque tuvo que haberlo experimentado antes o simplemente, se le ocurrido tomar en referencia una película de niños para ver si estaba de acuerdo en ayudar a las personas que pidieran tontos deseos como el mío.
—Y, ¿qué se harán con las cenizas? —Le pregunto.
—Tendrá que comérselas, bebérselas o inhalarlas —hago un gesto de asco.
— ¿Eso no es antihigiénico? —Cuestiono.
—Te estoy dando dos opciones, ¿quieres recuperar a tu esposo o quieres separarte de él? —Formo una línea con mi boca por su exigencia.
— ¿Qué efecto tendrá? —Sigo investigando.
—Como te dije, no es que revertirás el deseo por completo, más bien, solo te ayudará una pequeña parte —comprendo lo que dice —. Mayormente como el amuleto adquirió el poder de la estrella fugaz bloqueando la magia sobre que nosotros perdiéramos la memoria, siendo así que, si Alessandro las ingiere, volverá a recuperar la memoria. —Hago una mueca porque empiezo a darle la razón que no es una buena idea.
Combinar al Phillipe de ahora con el que fue antes no me da buena espina, primeramente porque el anterior intento tener una buena convivencia conmigo y si se acuerda de lo mucho que le hice sufrir y que estúpidamente pensé en otro hombre mientras me hacía el amor eso provocara que quiera alejarse más de mí y crearía una nueva barrera con este Phillipe del presente. En otra ocasión, podía haber funcionado pero como estaban antes las cosas dudo que pueda haber una mejora en nuestra relación, en vez de eso, él puede aprovechar esos instantes para apartarse de mí y buscar otra forma de ser feliz.
—Comparando ambos planes, prefiero y se lo dejo a las manos del destino —digo un poco frustrada.
— ¿A qué te refieres? —Misty no comprende ese cambio.
—Si por alguna razón debemos de estar juntos, las cosas volverán a suceder. Además, el destino pueda que esté en mis manos, pedí que no se enamorará de mí, pero eso no incluye que por veces nos encontremos. —Veo como ella se sorprende con la idea. —Así que, si volvemos a estar juntos, haré que las cosas fluyan a su forma, no lo presionaré a que se enamore de mí cuando eso no funcionará y es más, pueda que lo aleje, ¿no? —Le doy una mirada a Alonzo y él asiente.
—Estás en lo correcto. Es mejor dejar que todo se dé a su forma, antes de que piense que quieres que esté a tu lado. —Alonzo aprueba la idea.
De todas formas, no puedo obligar que una persona se enamore de mí, eso sería lo menos correcto y es como si estuviera volviendo a hacer las cosas más cuando últimamente quiero hacer lo contrario y desde luego, ser una mejor persona. En está ocasión debo de ser justa, además confío en el destino porque de alguna u otra forma se ha encargado de que nos sigamos encontrando y aunque no me ame, sienta esa atracción por mí; así que, no tengo porque tener miedo, lo único que me encargaré es mostrarle mi forma de ser, ya lo demás se verá reflejado mediante me conozca y de por sí, que quiera que estemos juntos.
—Está bien, lo haremos a tu manera esperando que dé resultado. —Comenta Misty.
— ¿Otro detalle que tengas que no me hayas dicho? —Le pregunté a Alonzo.
—Sí —se a recuesta en la silla —, al ser un deseo sobre el amor no podrá ser revertido con facilidad, así que siempre tendrás complicaciones en el camino para que puedas cumplir con tus propósitos —empiezo a creer que una de esas dificultades será Vicenzo —y en ocasiones estoy seguro de que el mismo karma te podrá devolver las malas experiencias que le hiciste pasar. —Declara.
—Es decir, que viviré el dolor que le hice pasar cuando estaba conmigo y lo rechazaba u ofendía. —Intento explicarme.
—Exacto. —Trago hondo.
Aprieto mis labios al reconocer que lo que sucedió ayer no fue una simple coincidencia, sabía que además de tener obstáculos en el camino, vendrían peores cosas de las que tendré que enfrentar para lograr que Phillipe vuelva a mi lado. Estoy muy asustada porque sé lo capaz que fui de hacerlo sufrir de la peor forma, no sólo quitándole su dignidad e integridad, sino que haciéndolo ver de menos como si su amor, respeto y honestidad no valieran nada. Todo eso implica que también los viviré en carne propia, no sé en qué momento se llegaran a dar pero sí debo comenzar a prepararme para las próximas palabras bruscas, frías e hirientes que puedan llegar a salir de la boca de él si se suelen dar.
Ahora comprendo mejor porque lo de ayer me sonaba tanto a mí en una época de la que siempre lo culpaba de mis desgracias y tristezas; añadiendo que, siempre lo insultaba sin ver el grado de daño que le ocasionaba, siendo peor aún, que jamás lo vi llorar o atacarme de la misma forma. A su vez, que le quite su tolerancia al hacerlo creer que estaba disfrutando del sexo cuando en sí, termine por reemplazarlo por mi ex novio siendo toda una mentira. Cada vez entiendo más lo que está sucediendo, el karma de alguna forma siempre está presente y como no fui agradecida con el hombre que tenía a mi lado, ahora me devolverá todo el daño, añadiendo que, sufriré las consecuencias porque empiezo a creer que el deseo jugará conmigo a fin de no revertir el deseo.
—Una pregunta más, los besos, las palabras de amor y el sexo no incluye entre las tres acciones que puede revertir el deseo. —Misty y Alonzo me miran con seriedad.
—Te dije que el deseo no te lo pondrá fácil. —Me repite sus palabras. —Cualquier persona puede conseguirlo, por eso es que no se toman en cuenta. —Caigo en la silla derrochada.
—He investigado sobre ello pero no he encontrado más que puros amarres de amor y tú mismo me has dicho que eso no cuenta porque estas atando a un hombre solo por obsesión y no por amor —Alonzo asiente.
—De alguna forma llegará algo, te lo aseguro. —Dice para animarme.
Quisiera tener una buena solución entre mis manos pero sigo viéndome atada de piernas y brazos sin poder encontrar una escapatoria, lo que más me desagrada es que entre más sigue pasando el tiempo, no he logrado algo con Phillipe, más bien, el plan ha sido derrumbando y ahora solo queda volver dejar mis manos en obra del destino para ver si al menos me puede ayudar.
— ¿Volverás a buscarlo? —Incide Misty.
—No, al menos tengo que tenerme un poco de dignidad para que no crea que me arrastro hacia los hombres —le comento —, por tanto, estos momentos me lo tomaré para ver si el destino se encarga de ayudar mientras que resuelvo otros asuntos. —Agrego lo de descubrir las intenciones de Vanity Studios con enviar otras chicas a otros países y también, el asunto de la floristería.
—Está bien, mientras tanto, Alonzo y yo seguiremos buscando más información que nos sean de mucha ayuda. —Añade mi amiga.
—Está bien, muchas gracias a ambos. —Les muestro una sonrisa.
Espero que tenga pronto puedan obtener más información acerca del deseo de la estrella fugaz, ya que quizás encuentren una clave que me ayude a ponerme las cosas un poco más sencillas, porque si todavía el karma está en mi camino, y sabiendo lo obstinada y orgullosa que soy, puede que todo se vea más complicado.
Pero mientras tanto las cosas no empeoren...
— ¿Quién quiere el postre? —Pregunto concluyendo con la nueva información que me ha servido de mucho.
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[1] Sopa de verduras con un poco de pasta o sémola de arroz.
[2] Versión rústica y de sabor más imponente de la lasaña. Se prepara con láminas cuadradas o rectangulares de pasta al huevo. Entre capas se rellena con una salsa elaborada de varios tipos de carne picada de cerdo, vacuno, salchichas, hígados de pollo, cebolla, apio y zanahoria. Todo con sal y pimienta. Además, se reboza también con bechamel, pero más espesa. Otro de sus toques es que se espolvorea con nuez moscada y queso parmesano.
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Continuará...
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