Capítulo 21
"Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa." — Gadhi
***
Misty suelta un enorme chillido de felicidad cuando termino por contarle sobre mi viaje a Cinque Terre junto con Phillipe; realmente haber pasado el fin de semana explorando esos cinco pueblos de Italia fue una experiencia inolvidable, tanto que, los recuerdos aún siguen muy vivos en mi memoria logrando que no deje de imaginar todo lo que paso y no necesariamente estoy refiriéndome al sexo, sino que la magnífica compañía que tuve.
Todo me pareció un sueño, un estupendo sueño que desearía repetirlo otra vez con cada minúsculo detalle que hubo en esos dos días. Quien hubiera dicho que me engancharía con el hombre del que odie durante tres años, quizás no esté aun completamente enamorada de él, pero no tengo que ignorar la estúpida idea de que el tiempo que paso junto con Phillipe se ha convertido en el más valioso, no sólo porque me ha hecho sonreír y disfrutar al lado de alguien que no veía digno de mi cariño, sino que también, he comenzado a comprender aquello que dejé ir por no darle una oportunidad.
— ¿Crees que podré enamorarlo en menos de dos meses? —Le pregunté.
Ella termina por beber su café para darme una media sonrisa, no tiene ni siquiera porque mencionarlo porque sé que tiene sus dudas al respecto, así como también las tengo, ya que con los pocos pasos que he ido dando para que Phillipe se vaya acercando a mí, es lo que ha hecho para que él confíe en mí, aunque a veces tengo miedo que el punto principal de está dichosa relación no sea el amor sino más bien el sexo, y no es que no esté disfrutándolo ahora que he empezado a tener una vida sexual más activa de la que antes no llamaba mi atención, sino más bien, es que no quiero que Phillipe vea esto como una simple relación de amigos con derecho en donde no logre mi meta.
—No sé, pero espero que sí. —Intenta darme apoyo. —Aunque hay un programa que se llama "Todo en 90 Días", así que, si esas personas terminan enamorándose de un desconocido en tres meses, ¿quién dice que tú y Phillipe no puedan? —Reí al escuchar eso.
La alarma de mi celular suena a fin de enterarme que ya es hora que deba de irme a la floristería donde conseguiré un trabajo temporal; así que mientras espero que llegué el Uber, empiezo a tomar los recipientes sucios de mi desayuno junto con los de Misty para llevarlos al fregadero y lavarlos, después de eso, recojo algunas cosas que se encuentran en la cocina para dejarla limpia antes de que nos marchemos.
—Te deseo mucha suerte. —La escucho decir mientras voy por mis zapatos.
—¡Muchas gracias! Te llamo por si me dieron el empleo sino me encontraras nuevamente deprimida en ese sillón. —Le digo bromeando mientras le señalo el asiento.
Mi celular me indica que el Uber ya ha llegado, por lo que dándole un beso a Kala en su cabeza y despidiéndome de Misty con dos besos de mejilla a mejilla, salgo del apartamento para subirme al vehículo el cual me llevará hasta Santa Cruz; durante el camino me puse nerviosa tanto que no pude contenerme en no morderme el labio inferior o mover mi pierna, después de todo, cómo no llegaría a estarlo cuando es un nuevo trabajo del que no tengo una experiencia laboral en floristería a no ser que mi antigua casa podría llegar a contar, pero eso es dudable porque una cosa es que me guste las plantas y sepa cuidarlas, como otra, que tenga que estar en un negocio donde las mantienen en supervivencia para venderlas.
Quizás debí de haberme preparado un poco más pero ya es tarde para hacerlo al darme cuenta como el Uber se detiene para verificar el precio del viaje y así cobrarme; no tardó mucho en pagarle al motorista para después agradecerle y salir del auto. Miro a mi alrededor para ubicarme en una plaza donde además de haber restaurantes como cafeterías a mi alrededor, las calles suelen ser estrechas y medievales, eso sin añadir que al poner Google Maps, me sitúa cerca de la Basílica de Santa Cruz y de las tumbas monumentales de Miguel Ángel y Galileo.
Respiro hondo para empezar a buscar el local donde se encuentra la floristería, sin embargo, al principio es poco visible cuando la mayor parte edificios no son más que de comida o tiendas que venden artículos de cuero; pero al preguntarle a una persona sobre si conoce la Floristería San Ambrosio, pronto me da una dirección sencilla en la que tomo en cuenta que está al otro lado de la calle cerca del mercado San Ambrosio.
Cuando llego a la calle, veo un local entre medio de otros dos edificios donde por fuera veo como sigue el anuncio de trabajo; pronto me persigno para dar los primeros pasos dentro de la tienda logrando que sienta el olor como la esencia que las flores empiezan a dejar, eso sin decir de todos los colores y tamaños de plantas que hay en mi alrededor. Sin embargo, a pesar que las flores silvestres sean el atractivo del negocio, no puedo decir lo mismo que del lugar, el cual su inmobiliario se encuentra en malas condiciones de las que por supuesto se debería de remodelar a fin de darle una mejor vistosidad al cliente que se presente acá para comprar.
—Benvenuta bella signorina. —Se presenta un señor de tercera edad. — ¿Come possiamo aiutarti?[1] —Pregunta.
—Buongiorno signore. —Saludo para después sacar el papel del anuncio. —Sono qui per lavoro[2] —le enseño la vacante que han puesto.
—Aspetta qui un minuto[3]. —Sonríe y va hasta lo que parece ser una pequeña bodega.
Mientras se marcha con un paso considerado debido a que debe de sostenerse de un bastón para sostener el peso de su cuerpo, como también, mover su piernas, me quedo observando el local, realmente veo varios defectos de los cuales deben ser reparados antes que puedan ocasionar un peligro tanto para los clientes y ellos como propietarios o empleados del lugar; hay muchas cosas que han sido descuidadas entre ellos el piso que ha sido dañado y sin dudarlo parece ser resbaladizo, las paredes tienen mojo y el techo empieza a despegarse debido a que el tapiz parece estarse desgarrando de lo mojado que puede ser ocasionado por algún gotero que haya por encima... Si hay muchas cosas por las que reparar para que el lugar se vea hermoso.
—Signorina, ¿sei venuto per il lavoro?[4] —Me doy la vuelta para ver a una joven.
—Sì. —Respondo.
—Vieni con me[5]. —Hizo que la siguiera.
Ella me hace entrar a una oficina pequeña en la que cierra la puerta para después sentarse en su silla correspondiente, me hace una señal para que sea la siguiente y al hacerlo, le entrego mi currículum del cual no tiene mucho que ver con el puesto de trabajo; sin embargo, a ella le parece de mayor entretenimiento porque no deja de leerlo hasta que luego de ocho minutos me empieza a hacer ciertas preguntas de las cuales necesita saber después de comprender que tengo cero experiencia en alguna floristería, por lo que no dudo tener que ser lo más coherente y concisa en explicarle sobre mis conocimientos en la jardinería, flores y economía.
Al menos fui a la escuela, pero al tener un padre y un hermano que están dentro de negocios hizo que por lo menos, supiera muchas cosas sobre las matemáticas, así que eso favoreció a que ella comprendiera algunas de mis destrezas, además de conocer que soy norteamericana, modelo, que tengo varias habilidades como las que ha pedido que es el manejo del inglés y los cuidados que requieren las plantas.
— ¿Por qué debería darle el empleo? —Junta sus manos para ponerla encima de los papeles de mi currículum.
— ¿Por qué cree que no debería tenerlo? —La cuestione. —Sé que mi experiencia laboral en jardinería, floristería o hasta vivero es nula, pero me considero una persona que aprovecha las oportunidades, sabe valorar el trabajo y aprende muy rápido. —Ella arquea su espalda cuando da un largo como profundo respiro.
—No tengo idea porque está aquí. —Se a recuesta en el respaldo de la silla. —Es hermosa, joven, tiene un gran listado de habilidades y es modelo. —Mira por unos segundos mi currículum. — ¿Qué la trajo acá para querer este sencillo y humilde empleo? —Suspiré.
—La verdad, es que no he tenido oportunidad de conseguir trabajo en una agencia de modelaje. —Dije con sinceridad. —Y al ver su anuncio sentí que podía valer la pena intentar hacer algo nuevo y que es de mi interés. —Sé queda pensando.
No sé si mi sinceridad pudo haber sido la soga al cuello debido a que ella pensará que si tuviera un empleo de modelo no me haría falta tener que buscar un trabajo en una floristería, ya que como muy bien ella lo reflejo con todas mis buenas cualidades y variadas habilidad no tendría necesidad de estar en este lugar, pero en sí, mayormente no estoy aquí por ese motivo, sino que, estar todo el día en el apartamento no suele ser muy productivo y con todo lo que he empezado a gastar, es mejor tener un sueldo en base con un trabajo temporal que por lo menos me sostendrá un corto tiempo.
— ¿Cuánto tiempo piensa quedarse en Italia? —Pregunta.
—Aproximadamente tengo planeado dos meses, pero puede que mi estancia se alargue un poco más —digo sin saber si eso sucederá.
—Bien, estará a prueba. —Engrandezco mis ojos al escuchar lo que no imagine.
— ¿Eso quiere decir? —Pregunte con una enorme sonrisa.
—Sí, tiene el empleo. —Empiezo a aplaudir de la felicidad. —Venga le presentare a mi equipo. —Se levanta de la silla.
De nuevo camino detrás de ella mientras escucho como menciona dos nombres masculinos, eso solo hace que cuando nos encontremos cerca del mostrador donde se hacen los pagos, llegue aquel señor de tercera edad junto con otro chico que parece ser casi de mi edad.
—Papá, hermano. Les presento a nuestra empleada temporal, su nombre es Destiny Haller, estará a prueba unos días antes de darle en su totalidad la vacante. —Miro a ambos hombres. —Señorita Haller... —La detengo.
—Destiny. —Le doy libertad de llamarme por mi nombre.
—Bien. Destiny, te presento a mi padre Ovidio Costa —estrecho la mano con el señor —y mi hermano Samuele Costa. —y también la del joven.
—Es un gusto conocerlos. —Les digo a ambos.
—Igualmente señorita Haller. —Dijo el señor Costa.
—Es un placer conocer a una bella signorina. —Dice Samuele con coquetería.
—Gracias. —Digo sin tomarle mucha importancia. —No me dijo su nombre —le comento a la joven.
—Priscilla Costa. —Dice. —Con mi hermano puedes comunicarte tanto en inglés como en italiano, pero mi padre solo podrá ser con nuestro idioma oficial. —Asiento. —Ahora le diré que deberá hacer y si no sabe, le ayudaré. —Comprendo sus indicaciones.
—Muy bien.
Además de tener que barrer las hojas o pétalos caídos de las flores, haré arreglos florales, encargarme de los pedidos, del desembalaje y tendré que cuidar las flores como platas para que estas no terminen por marchitarse a punto de tener que botarlas y gastar en la mercadería. A su vez, ella me explico sobre mis horarios de trabajo que serían de lunes hasta sábado por la mañana, como también, me da dos horas de almuerzo y la remuneración laboral que obtendré cada quincena.
Nada de lo que ella me decía me parecía mal, hasta su paciencia como amabilidad fue de mucho servicio cuando me enseñó a preparar algunos ramos o bouquet de flores para regalar o sencillamente ponerlos como centro de mesa; lo bueno de ello, es que al empezar a practicar de cómo realizar arreglos florales con diferentes diseños y plantas fui aprendiendo de poco a poco a pesar que las primeras veces me fue difícil pero luego me resulto fácil a punto de que mis siguientes arreglos de flores se veían bonitos, no hermosos porque todavía me falta darles su toque especial.
Por otra parte, también conocí un poco a la familia Costa, quienes en todo momento no dejaron de ser muy serviciales conmigo en cualquier cosa y más, en ayudarme en tareas de las que no tenía demasiado conocimiento por lo que necesitaba de su ayuda; fue así como durante la mañana y parte de la tarde fui comprendiendo que el señor Ovidio se encarga de la parte de administración mientras que Samuele de la producción y Priscilla de la distribución; cada uno de ellos sabe la parte que debe de hacer en su negocio que ninguno ni el otro se llega a entrometer en los asuntos que no les corresponden, más bien, en vez de eso, se las pasan dando opiniones o recomendaciones para seguir a pie con su floristería.
Por supuesto, todo me parecía increíble, tanto que la convivencia del negocio familiar me pareció increíble si no fuera porque durante todo el día solo llegaron dos clientes de los que Priscilla se encargó en atender para mostrarme como el empleado debe de ofrecerle al cliente su mejor producto; sinceramente no tuve ningún problema que ella me enseñara cosas de las que podría tratar de hacer si no fuese porque las ventas no parecen ir bien en el local a punto de creer que es la razón por la que la floristería parece estarse cayendo, sin decir que, mientras me encontraba revisando la condición de las flores, la mayor parte de estás no parece que duraran más de uno a dos días, por lo que si no se venden, se obtendrá un enorme merma del que conllevará a haber gastado una alta cantidad de dinero sin poder haberlo invertido o al menos, conservado.
No sé si Priscilla se tomaría muy bien mi comentario sobre darle algún que otro arreglo al local pero sin dudarlo, estaríamos hablando de sacar un presupuesto del que no tengo idea si ellos lo tienen, porque puede haber dos motivos por lo que esté lugar algún día terminará por caerse en nuestras cabezas, la primera de ella es que ellos no tienen el suficiente dinero para reconstruir el local y la segunda, que en verdad, no le han tomado mucha importancia en cambiar algunas cosas para que esté lugar se vea atractivo y de mejor calidad; lo peor de ello que cualquiera que sea la razón, también pueda ser la consecuencia que no tengan clientes. Porque es horrible ver cómo tanto turista que he visto pasar por la calle a detenerse a ver las flores o entrar a la floristería, se van con las manos vacías, eso me hace llegar a la conclusión de que los dueños en sí, no son los del problema, sino que el buen servicio que no ofrecen en la floristería es lo que ha ocasionado los pocos o nulos clientes que tienen.
Aunque quizás debo de ser un poco más paciente, ya que esté día puede ser uno de esos en los que casi no se pueden obtener ventas, por lo que quizás mañana será un mejor día del que habrá más clientes y más ganancias para este local.
Cuando el reloj de la tienda marca las cinco, es momento en que empiezo a barrer para dejar el suelo limpio sin decir que no está tan sucio como se diga, pero es mejor mantener todo en orden y con aseo antes que crean que tengo una desesperación por irme cuando no es así a pesar que la tarde fuera un poco aburrida.
— ¿Así que eres norteamericana? —Me encontré a Samuele haciendo el itinerario de la tienda.
—Sí. —Respondo con una sonrisa.
— ¿Cuánto tiempo llevas viviendo en Italia? —Pregunta con interés.
—No hace mucho, ya casi tengo el mes. —Respondo mientras recojo la basura con una pala de plástico.
—Pensé que desde hace tiempo ya vivías acá. —Niego sin saber si me observa.
Me levanto para hacerle un nudo a la bolsa de basura y así irla a botar en el vertedero de basura, pero antes que pueda seguir dando unos pasos más para irme a la parte trasera del negocio, siento como alguien agarra la bolsa haciendo que le dé una mirada y no sea más que Samuele quien la toma para llevarla.
—Puedo con ello —intento quitársela de sus manos.
—Me encargaré de botarla —suspiro.
—Eres muy amable, pero es mi trabajo —pone la bolsa detrás de él para que no la alcance.
—Lo sé, pero somos un equipo, porque mi hermana te haya dado un número de tareas no significa que todas recaerán en ti —sonríe.
—Aun así, te pediré que no interfieras en ellas cuando aún estoy a prueba y no quiero que ella piense que no quiero trabajar. —Se lo digo de forma cortes.
—Bien, si es lo que la señorita quiere. —Me entrega la bolsa con risa.
Intento no ser la siguiente en reír pero me es imposible cuando su risa suele ser contagiosa, así que agarrando la basura continuó con mi trabajo antes que Priscilla crea que no estoy cumpliendo con mis obligaciones; pensé que esté trabajo lo terminaría agotada pero aún puedo sentir como me quedan energías para hacer una deliciosa cena, quizás no era lo que esperaba pero cabe la posibilidad de que el resto de la semana pueda volverse más dinámica y movida a punto de que sólo necesite llegar al apartamento para ir a dormir; así que mientras tanto, debo de disfrutar de las energías que tengo antes que todo se vuelva pesado como todo tipo de trabajo que requiere fuerza física y mental.
—Bueno, no estuvo mal el día y para ser principiante, acertaste en decir que eres rápida aprendiendo —comenta ella mientras cierra el local.
—No iba a mentir con algo así —digo mientras observo como Samuele ayuda a su padre a entrar al auto.
—Veo que no. —Suspira. —Bien, nos vemos mañana. —Asiento.
—Gracias por darme la oportunidad de trabajar con ustedes. —Ella sonríe.
—No es nada, creo que necesitas el trabajo y veo que eres buena en lo que haces, así que porque no darte la oportunidad —encoje los hombros.
—Tienes razón. Nos vemos. —Me despido.
—Adiós. —Dice ella yendo al auto.
—Nos vemos, señorita Haller. —Dice el señor Costa.
—Que pases una buena noche. —Agrega Samuele.
—Gracias, igualmente para ustedes. —Camino en dirección al Uber que ya me espera.
Apenas al entrar al vehículo para ir a Scandicci, me tomo un pequeño tiempo para relajar mi cuerpo, estoy preocupándome por cosas que no son mi asunto pero desde luego, no puedo dejar de pensar que si esté negocio no se le saca el mejor provecho, es probable que todo termine por desperdiciarse; desde luego puede llegar a sobresalir cuando a sus alrededor hay más locales de comida que floristerías, además hoy en día también este tipo de trabajo se puede sacar adelante por medio de eventos y la tecnología, pero ninguno de estos factores estoy viendo que haga que el negocio prospere.
Quizás durante la semana pueda hablar con Priscilla para conocer más el historial de la floristería y así, por medio de ello pueda presentarle estrategias que hagan que su negocio mejore, ya que, si no hay ventas, por obvias razones me van a despedir y eso puede incluir el cierre del local.
Escucho como mi celular suena haciendo que lo saque de mi cartera para ver que se trata de un mensaje y gracias a Dios no uno cualquiera.
«¿Cómo estuvo tu día, bella stella?»
«¡Súper! ¡Ya tengo trabajo!»
«¡Congratulazioni, bella!»
«¡Grazie, Phillipe!»
«¿Quieres celebrarlo?»
«Quisiera, pero no puedo dejarle a Misty toda la responsabilidad a Kala»
«Tráela contigo, bella»
Una sonrisa se escapa de mis labios al ver lo receptivo que es ante ciertas situaciones, si no lo conociera dudaría de sus palabras, pero sé que Phillipe nunca ha tenido problemas en estar rodeado de animales, es más, le gusta porque sus tíos le compraron un perro luego de la muerte de su madre como una forma de tratamiento para que no siguiera sufriendo por aquellos recuerdos dolorosos; además, conviviendo con Kala será una prueba para ver si ambos se agradan y pueden convivir juntos.
«¡Muy bien!»
«Paso por ti en una hora»
«Ok»
Cuando el conductor del Uber empezó a estacionarse cerca del apartamento, me di cuenta como en frente del piso se encuentra un vehículo estacionado, lo primero que se me vino en la cabeza fue que Phillipe había llegado unos minutos antes de los predicho, pero al no tener una llamada o mensaje de su parte, dejé de tener esa teoría en la cabeza para empezar a creer que alguien ha llegado de sorpresa.
Un dolor de cabeza aparece pensando que puede ser alguien de mi familia o Reece, un miedo en combinación con enojo empieza a invadir mi cuerpo, pero lo que me tiene incómoda de ello, es que ni siquiera ha pasado un mes cuando es probable que cualquiera de ellos quiera que vuelva a Estados Unidos. No tendría ningún problema de ver a mis padres o mi hermano, pero de Reece quizás sí, no porque esté adolorida de su traición ya que extrañamente fue fácil olvidarlo una vez que el avión aterrizó en Italia en donde ya ni siquiera me acordaba de él hasta este instante, sino más bien la razón que no quiero verlo es porque no quiero que me cause conflictos, más si viene a fingir que quiere que vuelva con él.
De alguna u otra forma, creo que es mejor enfrentar lo que puede estar dentro del apartamento, solo espero que esto no termine por arruinar mi noche, ya que empezaba a tener unos magníficos planes de los que tengo miedo que puedan cambiar de forma radical.
Le pago al conductor para después salir del auto, espero un instante que el Uber se marche para acercarme al vehículo que se encuentra estacionado en frente del apartamento, así que dándole una ojeada, intento averiguar si dentro puede haber alguna que otra prueba que me diga si es de mis padres, hermano o Reece, pero no veo más que pinceles, pinturas cajas de cartón y otros utensilios artísticos que me indican que no pueden ser ellos; por lo que caminando al piso, saco las llaves de mi cartera para abrir la puerta, en donde la primera persona que me recibe es Kala, quien mueve su rabo de un lado a otro mientras pone sus patas delanteras en mis piernas para que pueda acariciar su suave y esponjosa cabeza.
—Hola cariño, ¿me has extrañado mucho?
Kala deja ir varios ladridos de los que no me impiden en querer tomarla en mis brazos para abrazarla, ella me deja una enorme lamida en mi mejilla haciéndome reír, por lo que, con más amor, termino de hacerle mimos a punto de que escuche una voz a lo lejos que no se trata exactamente de Misty. Eso hace que mi interés como curiosidad crezca logrando que deje a Kala en el suelo para que entre al piso, solo unos segundos después la alcanzo para ver que un hombre es quien se encuentra en la sala, soltando un par de carcajadas mientras que parece sentirse cómodo y con una buena compañía que no es más que mi mejor amiga.
—Buenas noches. —Dije interrumpiendo.
Intento no soltar esa sonrisita traviesa al ver como Misty se pone en alerta cuando me ve cruzar el umbral de la sala, le doy un par de miradas a ambos hasta que Kala se acerca al desconocido para que acaricie su cabeza, en donde él sin tener miedo, empieza a rascarle su cuello a punto que la cachorra mueve con rapidez su pata izquierda por la agradable sensación que le debe de estar provocando.
—Buenas noches. —Se levanta él a saludar.
—Hola amiga. —Misty se acerca a mí.
—¡Hola! —Le digo animada. —Mmm, tienes mucho que contarme. —Le digo susurrando cerca de su oído.
Ella me hace un gesto en el que me pide no decir una tontería que pueda avergonzarla, así que intentando calmar esa locura interior que tengo al ver a mi mejor amiga con un chico; así que ella poniéndose a mi lado, me da una mirada antes de volver a comunicarse con el extraño.
—Des, te presento a mi amigo y compañero de trabajo, Alonzo Moretti —me acerco a él para darnos un beso de mejilla a mejilla. —Alonzo, ella es mi mejor amiga Destiny.
—Oh, así que tú eres la famosa Destiny —enarque la ceja.
—Mmm, veo que has hablado mucho de mí —le digo a Misty. —Un placer conocerlo, señor Moretti.
—Llámame Alonzo —dice de forma agradable.
—Está bien, Alonzo. —Le digo con una sonrisa. —Así que... ¿Qué te ha dicho Misty de mí? —Dije con curiosidad.
—Buenas cosas, aunque sigo sin creer que el deseo de la estrella fugaz se haya cumplido contigo —engrandezco los ojos.
— ¿Cómo? —Parpadeé varias veces por si había escuchado mal.
—Des... Alonzo está aquí para ayudarnos a descubrir más sobre el deseo. —Lo miro con sorpresa.
—Créeme que lo poco que saben solo es la punta del iceberg. —Dice con ímpetu antes de quedarme petrificada.
Dios, al fin, alguien que sabe más sobre esto y que pueda ayudarnos, ¡gracias Misty!
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
[1] ¿En qué podemos ayudarle?
[2] Estoy aquí por el trabajo.
[3] Espere aquí un minuto.
[4] ¿Usted ha venido por el empleo?
[5] Venga conmigo.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top