Capítulo 19
"Mi filosofía es: si no puedes divertirte, no hay sentido en hacerlo". —Paul Walker
***
Quito varias hierbas del jardín de la señora Caruso a fin de que estás no arruinen su césped, arranco sus raíces, las boto en una bolsa de basura y con una pala pequeña, empiezo a hacer un agujero para quitar cualquier rastro de alguna raíz para que estás no vuelvan a crecer y así, poder sembrar algunas plantas de las que le he comprado a fin de que su jardín se vea más bonito y colorido.
Escucho un par de risas y veo como Rosie persigue a Kala quien se mueve de un lugar a otro para que no sea capturada por la niña quien no deja de jugar con ella; ambas se encuentran demasiado entretenidas como llenas de energía que a veces me pregunto quién de las dos es la más hiperactiva a punto de no querer detenerse para continuar con el juego; sin embargo, en cuestión de tiempo, mi cachorra empieza a cansarse logrando que se quede sentada en el césped mientras saca su lengua hasta que Rosie llega a ella para acariciarle la cabeza y pronto ir por un recipiente de agua la cual se la deja a Kala entre sus patas delanteras para que así pueda beber agua, aunque la nieta de la señora Caruso tampoco se queda atrás cuando veo que por segunda vez, sale de su casa con dos vasos llenos de limonada.
—Este es para usted, señorita Destiny —dice la pequeña con educación.
—Te lo agradezco, Rosie. —Le agarro un vaso. —Aunque me enojare contigo si me sigues llamando señorita —la reprendo con broma.
—Pero lo hago por educación —se justifica.
—Lo sé, pero conmigo no es necesario que utilices esa palabra. Puedes llamarme Destiny, Des o como tú lo desees —le doy la libertad de llamarme como guste.
— ¿Y si mi mami se enoja? —Veo una preocupación en sus ojos.
—No se enojará contigo porque yo la convenceré para que ya no me llames «señorita», ¿qué te parece? —Le doy confianza.
—Está bien. —Sonríe.
Me quito los guantes para dejarle una pequeña caricia en su rostro hasta que unos ladridos detrás de ella nos llaman la atención, al darnos cuenta que el descanso de Kala ya ha terminado, significando que ha vuelto a tener energías para seguir jugado con Rosie; así que la niña tomándose toda su limonada, deja el vaso en una mesa que está en el jardín para volver a jugar con la perrita, quien ahora ha decido ir a atrapar una rama que la niña le ha empezado a tirar para que pueda recogerla e írsela a dejar, aunque en sus primeras veces, Kala no deja la rama en las manos de Rosie, en vez de eso, se la lleva a otro lugar para empezar a morderá, en donde la pequeña se lo quita para que continúe poniendo su atención en ella y puedan seguir jugando.
—Creo que Kala me hace un favor en agotar toda la energía de Rosie —aparece la señora Caruso.
— ¿Por qué? —Miro a la cachorra y a la niña jugar.
—Porque hará que Rosie termine por dormirse temprano. —Ambas reímos.
Siendo sincera, no sólo Rosie terminará por caer cansada a la cama luego de jugar con Kala casi todo el día, sino que también, ayudará a que mi cachorra se pueda divertir y mantenerse alegre como querida al ser el centro de atención de una niña, además es un buen antídoto para descargar toda su hiperactividad porque con una dosis de tener un infante a su lado es para que mi hermosa Kala se la pase bien.
—Tienes una buena mano cultivando flores —opina la señora Caruso.
—Creo que haber estado casada tuvo ciertas ventajas —alego.
— ¿Cómo vas con lo de conquistar a tu esposo? —Hago una mueca.
—Ayer fuimos al Ponte Vecchio, la pasamos bien y hemos quedado de nuevo hoy, aunque no tengo idea donde me llevará —le cuento.
—Ay la juventud de hoy. —Dice suspirando con amor. —Parece que se lo están tomando con calma.
Y con muchísima calma... No es que sea un reclamo porque ninguno de los dos está cayendo pronto en el estado de enamoramiento, pero sucede que nunca he sido paciente para situaciones en las que requiero que todo se dé rápido, aunque debo de ser conciente que por el tipo de deseo que pedí por obvias razones Phillipe no se llegará a enamorar de mí de un día para otro, eso sin decir que, también he tenido que ir de poco a poco si no quiero que en unos años más vuelva a caer en ese problema de pedir un deseo a una estrella fugaz a punto de que mi marido ya no termine por existir, gracias a Dios no reaccione con tanta rabia o ira en ese instante que pedí el deseo sino a estas alturas en serio Phillipe ni siquiera hubiera nacido.
—Sí, es mejor conocernos de nuevo de poco a poco. —Tome en cuenta mi propia recomendación.
La ventaja de conocernos mejor es que en esta ocasión no sólo él conocerá mis propios intereses o pasatiempos, sino que también pueda ser que me llegue a comprender al punto de permitirme que pueda continuar con mi trabajo de modelaje, además también, pondré de mi parte para que la relación sea buena y no quiera arruinarla como lo hice la última vez.
—Oh antes que lo olvide —ella saca de su gabacha un papel que ha doblado —, he encontrado este anunció de trabajo luego de que fui a la ciudad, quizás te ayude porque me he dado cuenta que eres muy buena con las plantas y tienes conocimiento de ellas. —Me entrega el papel.
Agarro el papel para empezar a leerlo donde parecen estar buscando a un empleado que tenga conocimientos sobre jardinería, arreglos florales y cuidados de plantas; desde luego, los requisitos son sencillos tanto que no le veo ningún problema para que intenté tomar un trabajo del que aunque no tenga experiencia al menos puedo demostrar mis habilidades que tengo con las flores, así que es una buena oportunidad para hacer algo diferente de lo que estoy acostumbrada, además, no será aburrido cuando mi pasión también está centrada en esta ocupación.
— ¡Muchas gracias señora Caruso! —Le doy un abrazo. —Creo que he encontrado una oportunidad única en la que podré trabajar en algo que me gusta —digo con muchos ánimos.
—De nada, querida. Lo tome pensando en ti. —Su respuesta me enternece.
No sé cuántas probabilidades tenga en que pueda obtener el trabajo, pero lo que estoy segura es que cuando realice la entrevista de trabajo al menos espero no ser rechazada como en las agencias, aunque está vez creo que mi preocupación o tristeza será de menos nivel porque no tengo mucha experiencia en este tipo de trabajo, aunque no dudo que tendré una pizca de enojo debido a que por más que empiece a intentarlo, parece que nadie me acepta a laborar en su compañía de modelaje.
— ¡Destiny! ¡Destiny! ¡Destiny! —Rosie apareció corriendo con Kala en sus brazos.
—Dime cariño —respondí al verla con una sonrisa.
— ¿Crees que Kala pueda quedarse conmigo el fin de semana? —Pregunto.
—Eh bueno... —empiezo a pensar en esa decisión — ¿Tú mamá aceptaría que Kala se fuera contigo? —Pregunto antes de darle una respuesta.
—Abuelita, ¿crees que mi mami me dé permiso? —La niña gira su rostro para hablar con su abuela.
— ¿Por qué no le preguntas ahora? Parece que ahí viene. —La señora Caruso le informa a su nieta.
Rosie deja a Kala en el suelo en el momento en que ve a su madre aparecer por la casa de su abuela, haciendo que ella corra hacía su progenitora a fin de tirarse en sus brazos para darle un fuerte abrazo del cual parece no soltarse, le derrama varios besos en su rostro y escucho como la pequeña empieza a decirle una variedad de cosas de las que me pregunto si Paula retiene toda aquella información en un corto tiempo porque su hija pasa de un tema a otro como si le estuviera dando una lista completa de lo que ha hecho en la mañana.
— ¡Hola Des! ¿Cómo estás? —Me saluda Paula.
—Hola Pau. Muy bien y ¿tú? ¿Cómo te encuentras? —Veo que carga una bolsa en sus manos.
—Me alegro. Estoy muy bien, gracias por preguntar —sonríe como agradecimiento —. Mamá esto lo manda Anitta para ti. —Le entrega la bolsa a su madre.
—Oh, no debería haberse molestado —dice sorprendida al ver el contenido de la bolsa.
—Mamá, ¿nos podemos llevar a Kala está noche? —Rosie le hace unos ojitos tiernos a su madre.
—Rosie, sabes que el perrito es de Destiny... —La niña hace un gesto de tristeza.
—Pero... —Su madre está a punto de interrumpir su protesta o excusa.
—No te preocupes, Pau. Si Rosie promete cuidar muy bien a Kala puede quedarse con ella el fin de semana —le informo.
—Bueno... Tu padre no creo que se moleste además adora a los perros —le comunica Paula a Rosie.
—Entonces, ¿puede irse con nosotras? —A Rosie le brillaron los ojos.
— ¿Des? —Pau me vuelve a ver para confirmar su respuesta.
—Sí —La niña grita de la emoción —, solo te daré algunas cosas de Kala para que ustedes no hagan ni un gasto en ella. —Les digo antes de que ambas me acompañen al piso.
Me despido de la señora Caruso para ir al apartamento a recoger algunas cosas que Kala necesitara mientras pasa dos días en la casa de Paula y Rosie; ambas las hice pasar al piso haciendo que se sintieran cómodas en aquel lugar mientras empiezo a hacer una pequeña maleta a mi cachorra, pero antes, les ofrezco algo de beber y por supuesto, que se queden sentadas en los sofás que se encuentran en la sala, así que, mientras empaco comida, algunos juguetes y la cama de Kala, me pongo a pensar sobre lo mucho que la extrañare, la verdad es que no imagine tener que darle permiso a Rosie para que se la llevará, hasta tuve mis dudas pero viendo lo cuidadosa que es y lo mucho que quiere a mi cachorra, sería extraño negarle que pase el fin de semana con ella.
Kala se acerca a mí para agarrar su manta la cual empieza a morder y agitarla de un lado hacía el otro haciéndome reír, así que antes de que se escape, la agarro para darle un abrazo del que ella termina por lamer mi rostro hasta hacerme sacar varias risas de las que provocan que caiga de espaldas en mi cama; le doy una mirada y veo como ha dado un pequeño estirón, eso sin añadir que su pelaje se ve más brilloso y suave ahora que he empezado a darle vitaminas. Al parecer mis cuidados han empezado a dar fruto y eso sin decir, que solo con verla, me doy cuenta que se siente satisfecha en estar conmigo, aunque como se lo prometí al señor Ferretti, la cachorra seguirá visitando a su padre para que sigan compartiendo momentos juntos.
—Te extrañare —veo sus ojitos azules —, se una buena cachorra y no les des problemas, ¿sí? —Su rabo empieza a moverse. —Muy bien, te amo.
Al dejarle un beso en su cabeza, termino por agarrar su cama y su manta preferida para empezar a bajar con ella para llegar a la sala en donde Paula y Rosie nos siguen esperando, así que mientras a ambas les empiezo a decir la rutina que mi cachorra suele tener, escucho como suena mi celular, haciendo que tenga que interrumpir mi explicación para hacerles una señal a fin de que me permitan un momento para poder contestar la llamada la cual me asombra al darme cuenta que se trata de Phillipe.
—Hola —me aparto un poco de ellas.
—Hola stella, ¿preparada para la nueva aventura? —Dice con tono de diversión.
— ¡Claro que sí! —Digo con ansías. — ¿Dónde iremos? —Me atrevo a descubrir la sorpresa.
—Primeramente, te diré que pasaremos la noche en La Spezia —eso si no me lo esperaba. —Y lo segundo, es que lleves ropa holgada y zapatos cómodos —resoplo.
—Ush, eso sí estará un poco difícil... —Escucho una risita de su parte.
—Lo creo después de ver que solo usas zapatos de tacón —ruedo con ojos con risa.
—Veré lo que tengo, pero aún no me has dicho dónde iremos —le repito mi pregunta.
—Cinque Terre. —Anuncia. —Haremos un recorrido de cinco pueblos en uno, por lo que comienzo a advertirte que disfrutaras de la estancia allá —sonrió.
—Está bien. —Empiezo a emocionarme. — ¿A qué hora nos vemos?
—Pasaré por ti en una hora y media a tu apartamento. —Tomo en nota la hora del reloj de mi mano. —Nos vemos.
—Adiós.
Sin perder tiempo, entro a Google y escribo en el buscador las palabras "Cinque Terre" en donde pronto me aparecen páginas de información y fotografías sobre aquel lugar; casi un gritillo de la emoción se sale de mi boca si no hubiera sido porque me estoy conteniendo al ver que en aquel lugar hay playas, por lo que entre más fotos observaba más el lugar empezaba a atraerme ya que son pueblos que están demasiado cerca de la costa del mar, como también, tienen mucha naturaleza, una inmensidad de colores y lugares por explorar.
Bloqueo mi celular para volverlo a poner en el bolsillo de mi pantalón, así que, acercándome nuevamente a Paula y Rosie, termino por darles unas últimas indicaciones a ellas antes de que se marchen junto con Kala a su hogar; por un instante se me hizo difícil tener que ver como mi cachorra se marchaba, pero por otra, creo que es una buena idea de que se vaya a entretener un fin de semana con Rosie, además al no pasar la noche en casa, creo que tendrá buena compañía.
Paula y Rosie se despiden de mí mientras que ambas terminan por tomar un Uber para regresar a su hogar, es así como pronto, empiezo a moverme por toda mi habitación para saber qué es lo que tendré que llevar, ya que al escuchar la palabra holgado y zapatos cómodos supongo que los tacones en esta ocasión no serán de mucha ayuda, así que termino por tomar unas botas negras que he empacada, como una ropa de la que sé que será cómoda.
Mi celular deja ir un sonido haciendo que termine por tomarlo para verificar que Misty ha respondido mi mensaje sobre que no pasare la noche en el apartamento, por lo que, al abrir su chat, veo que ya me ha contestado con unas palabras agradables de las que no espere que me dijera.
«¡Que te diviertas! Cinque Terre es hermoso, Phillipe ha tomado una buena decisión en llevarte a ese lugar»
«Lamento tener que dejarte sola está noche»
«No te preocupes por mí, un compañero de trabajo me ha invitado a salir»
«¿Un compañero de trabajo? Eso suena interesante»
«Ya... No te hagas ilusiones, apenas hemos comenzado a ser amigos»
«Si tú lo dices...»
«Céntrate en tu salida. Llévate algo para conquistar a tu galán»
«Buen método para evadir la conversación»
«Agh, a veces eres un dolor de cabeza»
«Sorry Not Sorry, amiga»
Veo la hora por medio del celular dándome cuenta que solo me quedan cuarenta y cinco minutos para bañarme y prepararme, así que prefiero ahorrarme todo ese tiempo antes de hacer esperar a Phillipe.
«Debo dejarte. Te quiero mucho y pásala bien con tu compañero de trabajo»
«Gracias, te quiero mucho y nos vemos mañana»
«Oki»
«Hey, antes que nada, lleva algo sexy. Quizás funcione está vez»
Suelto una risa antes de dejar el móvil en la mesita de noche, la verdad no tenía planeado tener que llevar algo sexy, pero si pensamos quedarnos en algún lugar, no es mala idea que use mis dones de seducción nuevamente para conquistarlo, pero primero iré a bañarme sino es probable que se me vaya el tiempo pensando que lencería puedo llevar en esta ocasión a fin de que algo pueda suceder... Si es que se llega a dar, pero con esté Phillipe, todo es posible.
(...)
Me pongo las gafas de sol en el instante en que me siento en una de las tumbonas que están en la playa de Monterosso, uno de los cinco pueblos que se encuentran en Cinque Terre; por ser día de semana y además de ello, no estar en fechas de vacaciones, hay pocas personas a nuestro alrededor, mayormente, ciudadanos de Italia luego de identificar y escuchar su pronunciado idioma como acento.
Miro el grandioso sol que está por encima de mí, es un hermoso día y desde luego, Phillipe tuvo razón en decir que esté lugar sería espectacular y hermoso al tener unas playas muy cristalinas para su época; estar cerca del mar es mi fuerte y no sólo porque me gusta tomar el sol, escuchar el sonido de las olas y sentir la fresca brisa que propicia el lugar, sino que también, porque siempre el océano me ha traído cierta paz y tranquilidad.
Una mano se posiciona en mi espalda baja haciendo que mire hacia atrás, dándome cuenta que Phillipe ha llegado con dos bebidas que suelen ser más unos cócteles sin alcohol, así que, sentándose a mi lado en la tumbona, ambos empezamos a beber del delicioso refresco que además de regular el calor de nuestro cuerpo, también, nos proporciona cierto disfrute. Tenerlo a él a mi lado ha sido grandioso, cada vez más, me doy cuenta que fui una estúpida en no darle la oportunidad de conocerlo, como a su vez, en alejarlo de mi vida; no tengo duda que el Phillipe que tengo a mi lado es el mismo que se convirtió en mi esposo, simplemente, mi mal carácter y comportamiento fue lo que ocasionó que ocultara su verdadera forma de ser, no obstante, si me hubiera dado cuenta y le hubiera dado a él una oportunidad de conocerlo mejor, sin dudarlo, no me estuviera arrepintiendo como hoy para que fuese mi pareja.
— ¿Qué tanto me observas? —Dice muy cerca de mi rostro.
—Es que estás muy guapo. —Le soy sincera.
— ¿Ah sí? —Mi respiración se entre corta al sentir su mano encima de mi muslo que se encuentra descubierto por la abertura que tiene mi falda larga de playa, el cual hace juego con el top de tirantes. —Y tú, estás hermosa.
Sus labios dejan un pequeño beso en mi cuello haciendo que me encoja por la fresca sensación que mi piel sintió al estar fríos por la bebida. Mordí de forma traviesa mi labio inferior provocando que él, apretara más mi muslo, pero por respeto y no ocasionar tampoco una escena indecorosa en medio de otras personas, nos detuvimos para simplemente continuar con simples coqueteos que me bastaron para no desear que el momento terminará.
—Te dije que llevaras contigo zapatos cómodos, pero hiciste lo que quisiste a tu manera —Suelto una risa de niña al ver mis zapatos de tacón grueso a un lado de mis pies luego de quitármelos por caminar en la arena.
—Sabes que soy una chica de zapatos de tacón, los amo y no importa la ocasión, me gusta llevarlos conmigo —me justifique.
—Bien, stella. Como tú digas —no lo dice en forma de rendición más bien con ironía —, pero el problema ahora es que te quiero llevar a un lugar y por supuesto, tendrás que caminar sin ellos, si no quieres dejar tus hermosos dientes en una roca. —Se mofa de mí.
—Que gracioso, Rizzo. —No le vi humor a ello a pesar que él sí. — ¿A dónde me llevarás? —Le pregunto con curiosidad.
—Tomate pronto la bebida e iremos. —Me asegura.
Sin más que decir, en menos de cinco minutos termino por beberme todo el refresco, por lo que Phillipe suelta una carcajada de la que sabe que mi emoción me ha ganado, por tanto, no puedo esperar más para saber dónde me llevará. Esto hizo, que él fuera él siguiente en beberse su refresco y así, ir a dejar los enormes vasos de coctel en el kiosko donde fue a comprar las bebidas.
Después de ello, sujetó mi mano y me llevó hacia unas rocas, de las que, sin bromear, pronto descubrí que tenía razón nuevamente en decir que debía de llevar un calzado cómodo para la ocasión, pero como ya es demasiado tarde, nada más quedo la forma de tener que caminar incómodamente entre unas rocas enormes, en las cuales, a veces él me ayudaba y sujetaba para no caer.
Ya con ello, pronto llegamos a un pequeño sitio reservado en el que hay muchas rocas en las que uno puede llegar a descansar, aunque lo esplendido de ello, fue que desde una buena altura, se puede ver esas aguas cristalinas que logran que uno se quede totalmente cautivado; Phillipe me ayudo a bajar en donde terminamos por sentarnos en unas de ellas, siendo así, que miráramos el horizonte del mar y mantuvieran esa pacífica armonía que combina perfectamente con el sonido de las olas, las gaviotas y nuestra respiración.
—Mira eso. —Me señaló Phillipe.
En una de las rocas vimos como un crustáceo caminaba, haciendo que, lo admiráramos mientras que me parecía muy tierno como esa criatura diminuta está bajo un enorme caparazón de color; baja unas cuantas rocas hasta llegar pronto al mar para sumergirse en él y desaparecer, con ello, me da esa sensación ligera de agrado al solo imaginar cómo ese crustáceo ha llegado a casa.
Me levanto de las rocas para ir pronto cerca del mar, sin embargo, intento no perder el equilibrio al pasar por encima de ellas, hasta que pronto me termino apoyando de una enorme, de la cual, me quedo ahí, dejando que mi espalda repose en ella mientras mis pies tocan la fresca agua del océano. Veo como Phillipe pronto camina hasta donde me encuentro, donde con una preciosa sonrisa, logra llegar y ponerse a mi lado; ambos nos vemos con tanta delicadeza como si no quisiéramos perder el detalle de uno hacia el otro, simplemente, no dejo de admirar esos hermosos ojos verdes que, hasta el día de hoy, sigue llamándome la atención, eso sin decir, de la buena vibra que su cuerpo desvela.
Pone una mano en mi mejilla mientras siento su pulgar acariciar mi pómulo, cierro los ojos y dejo cautivarme con esa caricia que le proporciona muchas sensaciones gloriosas a mi cuerpo; pone su mano en mi espalda baja, para darme un empujón logrando que ambos terminemos por chocar, su dedo pulgar deja de estar en mi pómulo para ir bajando hasta tocar mi labio inferior, abro los ojos y su mirada logra por atraerme, ocasionado que se acerque y pronto sienta la esperanza que me besará.
Sin embargo, el momento no llega. Se queda estancado mientras solo termina por chocar su frente con la mía; me siento un tanto decepcionada por haber creído que me besaría, pude haberlo atraído ahora mismo a mi cuerpo, pero, no quiero que todo se termine por arruinar por mi insistencia. Sé que ese beso llegará tarde o temprano, pero por el momento, solo quiero disfrutar de cómo su cuerpo permanece cerca del mío, de cómo sus manos le proporcionan caricias a mi cuerpo y de cómo su ternura ha empezado a ponerme frágil entre sus brazos.
(...)
Luego de haber estado en la playa, pasamos a descubrir otros lugares majestuosos de Monterosso, donde Phillipe me llevó a ver la estatua del "Il Gigante" que se encuentra en parte moderna del pueblo, como también, en visitar "La Torre Aurora" la cual tiene su propia historia que se identifica al haber prevenido ataques bárbaros y a su vez, de dividir a Monterosso en dos partes, siendo así que, se identificará con la parte vieja y la parte moderna. Además, descubrí otros lugares que también pasamos observando que fueron el centro histórico, la Iglesia de San Juan Bautista y por último, la casa de Eugenio Montale.
Todo lo que descubrí ese día, estuvo lleno de riqueza cultural e histórica, tanto así, que Phillipe fue un excelente guía al explicarme cada sitio con una experiencia audaz y única que supe que él está muy orgulloso de su país.
Ya en el camino, decidimos irnos a Vernazza el siguiente pueblo que está conformado por Cinque Terre, donde ahí pasaríamos la noche, pero sin antes, ir a comer a uno de sus restaurantes; por lo que mientras nos quedamos en una de las mesas de afuera, aprecie la vista del mar del pueblo desde un acantilado, como también, las increíbles luces que brillaban alrededor del lugar.
El sonido de una música ocasionó que dejará de ver el paisaje de noche para poner atención a unas personas que entraban al local con bongos, maracas, timbales, cencerro, conga y otros instrumentos de salsa. La alegría en mi interior incremento al escuchar como empezaban a tocar y cantar música salsa, haciendo que muchas personas se sintieran atraídas provocando que dejaran de hablar, comer o estar atentas en sus celulares para prestarles atención al grupo de personas multicolor que empezaban a tocar al compás de música que para mí es conocida.
Desde mi asiento, empiezo a moverme ante las canciones que empiezan a tocar y cantar, entre ellas de los famosos Jerry Rivera, Eddie Santiago, Celia Cruz, La India, Marc Anthony y otros cantantes que son identificados por su música salsa.
—Veo que te gusta el ritmo. —Escucho que dice Phillipe.
— ¿Me gusta? ¡No! —Su rostro se muestra confundido. — ¡Me encanta! —Digo irradiando felicidad.
De forma inesperada, veo como el hombre de piel morena quien es el tenor de la banda, me alza su mano haciendo que la tome y sin dudarlo, me lleva hasta el centro de la pista de baile del local para que empiece a bailar a su lado mientras canta la canción "Suavemente" de Elvis Crespo. Muevo mis pies siguiendo el ritmo de la canción, como también, los pasos de aquel simpático hombre, los dos nos movemos al mismo ritmo ligero de la música haciendo que además de mover nuestros brazo, caderas y piernas, también, demos un par de giros de los que nos sacan varias sonrisas y las personas a mi alrededor se queden admiradas.
Ese pequeño momento termino por hacerlo totalmente mío, más bien, es como si solo yo existiera y estuviera bailando para mí, lo disfruto de una forma subliminal y única que me parece divertido tener que dejarme llevar por el sonido de los instrumentos y la voz del cantante para dejar que mi propio cuerpo ocupe su lugar a través de la música.
Cuando la canción termina, varias personas me aplauden mientras que aquel hombre que me sacó a bailar agradece mi participación, haciendo que yo haga lo mismo al haber tenido la iniciativa de llevarme a bailar. Me recojo mi cabello y me ventilo con mi mano al sentir un poco de calor, apenas me siento en la mesa y puedo ver el asombro en los ojos de Phillipe quien parece haberse quedado atónito con aquel espectáculo que acabó de presentar, el cual, me ha gustado participar en ello, luego de no haber disfrutado algo así y de esa forma, hace años.
—Eres una caja de sorpresas, stella mia. —Dice asombrado.
— ¡Por supuesto que sí! —Mencioné emocionada.
—No sabía que podías bailar de esa forma. —Sonrío.
—Y todavía falta para que conozcas otras destrezas mías —le guiñé el ojo.
—Ojalá las conozca pronto, porque juro, que me ha gustado descubrir esta faceta tuya tan tropical y despreocupada. —Escuchar eso es una buena melodía en mis oídos.
—Prometo mostrarte pronto muchas cosas más. Pero, tú también déjate que te conozca, ¿sí? —Él termina por carcajear.
—Trato hecho, il mio tesoro.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top