Capítulo 14

"No basta decir solamente la verdad, más conviene mostrar la causa de la falsedad." —Aristóteles

***

Suelto un enorme suspiro en el momento en que mi grupo de amigas del trabajo siguen comentando acerca de que una de las nuevas jóvenes que hace poco formo parte de la familia de Vanity Studios ha sido elegida para participar en una de las pasarelas que Hermès dará dentro de tres semanas en París; en mí estado tendría que estar celosa y muy enojada porque esa chica que solo lleva un mes en la agencia, ya ha sido contratada por una de las casas de moda más famosas de Francia para que participe en un evento importante, pero en vez de tener esas emociones, me siento desilusionada y triste, porque estoy aquí sin empleo y con tres rechazos de agencias de modelaje que no les gusto para nada mis fotografías.

No sé qué tipo de maldición ha caído en mí para que me esté sucediendo estás cosas, pero lo único que tengo en mente es que tengo que cambiar mi forma en expresarme ante las cámaras, sin embargo, no tengo idea de cómo verme más auténtica y sincera, cuando pensé que con anterioridad lo hacía; quisiera tener en frente a alguien que me lo explicara con tanto detalle porque sin dudarlo, sé que ser auténtico no se aprende, uno mismo lo va siendo sin que sea consciente.

Lo peor de ello es que cada vez que vuelvo a ver el álbum, me doy cuenta que en serio ante aquellas fotografías no veo algo muy sincero en mí, es como que de verdad hubieran utilizado a una muñeca para maquillarla, vestirla y tomarle fotos solo para sacar en venta su rostro, algo que las personas olvidaran con el tiempo y ni siquiera se tomaran la molestia de recordarla.

Me dejo caer en el sofá para mirar el techo del piso, a este paso será imposible que obtenga un empleo en una agencia de modelaje cuando parece que he perdido tanto la motivación como mi autoconfianza, eso sin decir que, siento como si no me reconociera y la persona que se tomó todas aquellas fotografías fue nada más y menos que un clon mío que hacía el trabajo por mí.

Realmente necesito despejar mi mente con alguna tarea, ya me cansé de tener que seguirle dando vueltas al mismo asunto cuando no estoy haciendo nada por resolver mis propios problemas, porque para ser realista, quedándome en el sofá mientras veo a la nada, no ayudará a que obtenga algún empleo de modelo, por lo que quizás me toque tener que entretenerme en otro pasatiempo que me haga olvidar mis lamentos silenciosos.

Me levanto del sofá para ponerme unos zapatos y salir del piso, tengo una idea que al menos despejara mi mente y evitara que me concentre sólo en pensar lo que sucedió entre todas mis entrevistas para pertenecer de forma temporal en una agencia de modelaje; así que, cerrando la puerta y guardando la llave en el bolsillo de mi pantalón pronto pido un Uber y me acerco a la casa de donde vive la dueña del piso.

—Ciao signora Caruso —la saludo en el momento en que ella abre la puerta.

—Ciao signorina Destiny, ¿qué se le ofrece? —Dice con una voz muy amigable.

—Quería preguntarle si puedo arreglar el jardín del piso, no sé, ponerle algo más de color y vida... —ella se queda pensando por un momento.

—Claro, creo que le vendría bien un cambio al jardín —opina.

—¡Muchas gracias! —Mi celular empieza a sonar notificándome que el Uber ya llego. —Que tenga un buen día, señora Caruso. —Le digo despidiéndome.

—Gracias, para ti también linda.

(...)

Observo la variedad de flores como plantas que se encuentran a mi alrededor, todas tienen una tonalidad de color muy hermosa y eso sin decir que, por la forma en que las han cuidado se mantienen muy fuertes como vivas; sin embargo, entre más veo menos tomo una decisión por cuales llevarme, al menos unas cuantas para empezar a sembrarlas en el jardín a fin de que cuando vayan creciendo se vean hermosas, sé que estoy alquilando el piso y que no permaneceré mucho tiempo en este pero de todas formas, quiero entretenerme haciendo algo a fin de acabar el aburrimiento de estar en el apartamento sin hacer algo productivo, así que no hay mejor forma de acabar mis malos días que hacer unas de las cosas que me gustan.

Encuentro todo tipo de flores de diferentes tamaños, colores y olores, realmente estar en un vivero es una de mis atracciones, quizás porque la he considerado una forma para pasar el tiempo y poder conocer diferentes plantas de las que antes no tenía mucho conocimiento hasta que al casarme con Phillipe fue que me involucre en este nuevo pasatiempo del que se volvió uno de mis favoritos de forma secreta.

Me acerco al área de flores que necesitan poca luz para encontrarme la mayor parte de ellas en macetas, como también, en depósitos en los que sus raíces puedan crecer; veo unos cuantos helechos culantrillo, flor de la oración, lirio de paz, potos, caña muda, drácena limón, entre otras plantas que mayormente son verdes o que tienen otro color.

A lo lejos observo unos cactus de colores que llaman mi atención, así que caminando hacía ellos pronto un gruñido detiene mis pasos en el momento que intento acércame al otro lado; de un pequeño hueco veo como sale un siberian husky, el cual se queda en medio de mi camino para que no siga adelante, hubiera buscado una forma de salir de ese lugar una vez que me gruñó, pero en vez de eso, alargo mi mano hacia él haciendo que primero la olfatee hasta después agachar su cabeza para que lo acaricie.

Su pelaje es tan suave y esponjoso que me gusto la sensación de cosquilleo que le provocaba la palma de mi mano, además, apenas de comenzar a encariñarme de él, escuche un sonido agudo que provenía debajo del hueco, así que, por curiosidad, me arrodille para pronto ver como un cachorro llega hasta mí con unas patitas llenas de lodo.

—Oh mírate, eres un desastre, bueno, un tierno desastre —reí al ver cómo se encuentra sucio, pero aun así me provoca ternura. —Entonces, ¿tú debes ser su padre?

—Sí, su nombre es Kai —aparece un señor mayor —cuida de su pequeña cachorra debido a que su madre falleció al darla a luz con sus otros cuatro hermanos. —Relata.

—Oh Dios, pobrecita —agarro la cachorra para ponerla entre mis brazos.

—Su nombre es Kala, necesita un hogar pronto, pero parece que Kai no ha aceptado a los contendientes que han querido llevársela, ¿no es así muchacho? —Aquel hombre acariciar la cabeza del siberian husky adulto.

—Un papá muy sobreprotector, ¿no es así? —Acaricio el cuello de Kai.

Sin haberlo previsto, Kai termina por lamer mi cara haciendo que suelte una risa mientras que Kala termina por ladrar unas cuantas veces haciendo que me ocasione más ternura que antes.

—Es una pena que aún no ha encontrado dueño, es una cachorra preciosa y tierna —le doy un abrazo.

—¿Usted... no la querrá? —Mis ojos se engrandecen.

Le doy una mirada a Kala quien tiene unos enormes y preciosos ojos azules, ella me observa con esos ojitos que convencerían a cualquier persona, tanto que, ha empezado a hacerlo conmigo. Sinceramente, nunca he llegado a tener alguna mascota, a veces he escuchado que tener un perro o un gato es como tener tu propio hijo porque requiere de mucha responsabilidad y cuidados, por lo que no es sencillo solo de adoptarla cuando necesita de una familia que la mime como también que le dé mucho tiempo. Por supuesto, mi vida no es extremadamente ocupada, además, puedo intentar ser una buena mamá como cuidadora para Kala.

— ¿Cree que Kai querrá que me la lleve? —Le doy una mirada al padre de la cachorra.

— ¿Qué dices, Kai? ¿Dejas que la bella signorina adopte a Kala? —Kai le dio una mirada a su dueño al escuchar su nombre.

Sin haberlo esperado, el perro termina por dar un fuerte ladrido haciendo que mueva su rabo de un lado a otro como si hubiera entendido la pregunta de su dueño; no sé si eso significaba que no rechazaría la idea de que me llevará a su cachorra, pero la idea de que ahora tendré una mascota que además de formar parte de mi vida también será parte de mi familia me hace sentir muy feliz, haciendo que me haga olvidar la mala experiencia que tuve el día de ayer.

—Creo que ya tienes dueña, Kala. —La cachorra giro a un lado su pequeña cabeza.

—Vendrás conmigo, preciosa. —La alzo antes de volverle a dar un abrazo. —Desde luego, no creo que deba de separarla muy rápido de su padre, por lo que pienso que puede venir a visitarlo —sugiero al soltarla y ver como Kala corre hasta Kai.

—No será necesario que haga eso. —Vemos como padre e hija empiezan a jugar.

—Lo sé, pero quiero que ella siempre se mantenga cerca de Kai, es lo mejor. —Encojo los hombros.

Realmente no sería una molesta que la cachorra visite de vez en cuando a su padre para que puedan jugar o estar cerca, de todas formas, me encargaría de que Kala fuese feliz y no se sienta desanimada al estar viviendo bajo la custodia de humanos cuando de vez en cuando tendrá la necesidad de tener a alguien con quien jugar o divertirse.

—Si es lo que usted desea, signorina. —Asiento.

—Espero que no sea una molestia —él niega.

—No, ver a Kala será una alegría, además, ella se parece a su madre que sería un buen recuerdo tanto para mí y me querido Kai. —Sonrío.

—Claro. —Me quedo satisfecha con esa opción.

—Oh disculpe, en verdad en vez de ofrecerle alguna planta termine por ofrecerle a un cachorro —suelto una risa con el comentario del señor.

—No se preocupe, la verdad es que venía para escoger ese cactus amarillo —le señalo el cactus que he optado por llevarme —y también para comprar unas caléndulas, petunias y clavelinas. —Termino por elegir las flores que sembrare en el jardín del apartamento.

—Muy bien, ahorita la ayudo con su pedido. —El señor sonríe para empezar a salir del invernadero e ir por las otras flores a lo cual lo acompaño junto con Kai y Kala quienes van detrás de él.

Bueno, venía por flores y al final también me llevaré una hermosa sorpresa. Ya quiero ver el rostro que Misty pondrá cuando vea a Kala.

(...)

—Pero... ¿Piensas llevártela a Estados Unidos cuando regresemos? —Misty me ve con preocupación.

— ¡Claro que sí! Ella es mía y está a mi cuidado ahora. —Le digo sin dudarlo.

El rostro de Misty muestra una pequeña preocupación de la que sinceramente no me lo hubiera esperado en el momento en que vio a Kala dormir en su nueva cama que había pasado a comprar en una tienda de mascotas del centro de Florencia. La verdad, es que la cachorra ha empezado a ser mi consentida luego de haber pasado a comprarle juguetes, accesorios, comida y una cama mientras nos encontremos acá en Italia; ya que, sin dudarlo, tendré que empezar a ver cómo sacarle su pasaporte para que pueda viajar conmigo una vez que tengamos que regresar a Estados Unidos.

Misty no se mostró enojada pero tampoco feliz con la nueva integrante de la familia, creería que la razón predecible es porque no se esperaba que con nuestra estancia temporal acá en Florencia terminará por tener un perro al cual cuidar como un niño, ya que ella más que nadie sabe la enorme responsabilidad de la que me he involucrado y más porque en toda mi vida no he llegado a tener una mascota para decir que tengo un poco de experiencias en sus cuidados.

— ¿No crees que es hermosa? —Agarro a Kala y la pongo cerca de mi rostro.

—Lo es, pero... ¿crees que estás apta para cuidar de un cachorro? —La respuesta de mi duda llego.

— ¡Claro que sí! Bueno, eso creo... —Misty bufo.

—Un perro es como tener un niño, ya sabes, requiere paciencia, responsabilidad y amor —me explica como si fuese una niña.

—Lo sé. —Digo un poco abrumada. —Daré lo mejor de mí, además, soy su nueva mamá y eso te convierte a ti, en su tía —ella sacó una pequeña risa.

—Cuando dijiste que me tenías una sorpresa, no espere que fuera un cachorro —dijo acercándose a mí para acariciar la cabeza de Kala.

—Me imagine —le entrego a la cachorra para que se encariñe más de ella —, lo cierto es que... quise despejar mi mente, estoy un tanto decepcionada de mí que siento que últimamente nada me está yendo bien. —Termino por dejar ir mi cabeza en el respaldo del sofá.

— ¿Quieres hablar sobre tus entrevistas? —Niego rotundamente. —No deberías preocuparte, eres muy buena en lo que haces. A ti te darían empleo en cualquier agencia porque eres hermosa y tienes experiencia en el modelaje —intenta elevar mis ánimos.

—Ese es el problema —me levanto —, siempre creí que me darían trabajo por mi belleza o mi experiencia —suspiro —pero acabo de darme cuenta que eso no vale acá si realmente no eres auténtica y feliz con lo haces. —Le doy una mirada triste.

—Pero, ¿qué no eres feliz con lo que haces? —Pregunta extrañada.

—Empiezo a creer que no... He estado enfocada tanto en querer cada vez más que me he limitado en disfrutar de mi propio trabajo. —Paso mi mano sobre mi cabello. —Parezco como alguien que nunca se siente satisfecha y ahora por la mañana que vi el álbum de fotografías me pregunte, en qué debí de estar pensando en esos momentos al tomarme esas fotos, si en verdad disfrute de esa sesión o solo lo hice para obtener pronto a una marca que patrocinar. —Me acaricie mis brazos. —Y no sólo eso, recordé que desde que estoy en Vanity Studios nunca he dejado de pensar que debían de darme una oportunidad para estar dentro de una casa de moda importante. —Empecé a decir.

—Pero ese ha sido un buen objetivo... —la detengo antes de que prosiga.

—Por supuesto, pero he olvidado lo esencial de este trabajo que es divertirme, amar y disfrutar de cada pasarela, de cada sesión fotografía, de cada pequeño trabajo detrás de cámaras que realice... Me he concentrado tanto en perseguir un sueño que hasta en su momento es inalcanzable porque no estoy haciendo mi trabajo por amor, sino por obligación para ser mejor que las demás y verme dentro de las grandes ligas. —Se me hace un nudo en la garganta.

Lo peor de ello, es que ni siquiera recuerdo la última vez que goce con tanta pasión mi trabajo, creo que desde que me enfoque a triunfar, ser más hermosa y obtener lo imposible fue cuando empecé a descarrilarme para descuidar lo que en verdad se demuestra en este trabajo, ser la mejor no me llevará a nada y eso lo ha dejado ver no sólo mis fotografías que muestran una sonrisa vacía sino que también la forma poco convencional con la que he vivido mi vida; mayormente ha habido un punto de mi vida que he perdido la noción del tiempo... ¿Cuándo fue la última vez que mi familia y yo nos fuimos unos días de vacaciones para disfrutar? ¿Cuándo fue la última vez que mi hermano y yo hemos tenido una charla emocionante entre hermanos? ¿Cuándo fue la última vez que dejé de pensar en mí para preocuparme tan solo una vez por los demás?

Quizás Phillipe tuvo razón en su momento en decir que soy egoísta porque siempre pensé en mí y no me concentré en lo que podía estar sucediendo a mi alrededor. Dejé desapercibido los problemas económicos de mi familia, el miedo como la preocupación que mi hermano tuvo al saber que debía de casarse por compromiso y no por amor; y sin dudarlo, incluyo mi amistad con Misty quien yo misma la aleje de mí al creer que ella no seguiría apoyando mi carrera porque ella renunció al seguir el mismo camino.

No puedo creer que todo esté tiempo he actuado como una estúpida niñata que solo se concentró en buscar la fama cuando no busco empezar por lo más bajo... Sin embargo, para ver la realidad tuvieron que decirme las cosas en mi cara para analizar qué es lo que estaba sucediéndome y entender que, en sí, he perdido la chispa con la que empecé este trabajo.

—Conseguirás una buena agencia que quiera patrocinarte, ya lo verás. —Misty puso su mano en mi espalda.

—No sé, nunca en mi vida me había sentido tan perdida... Lo peor es que siento que no me reconozco. —Intenté no llorar.

Y es verdad cuando antes al menos me importaba hacer actos de caridad o altruismo a fin de que no me etiquetaran como esas chicas que se convierten en modelos y no prosperan en su vida porque solo se enfocan en ellas mismas en vez de poder contribuir o entregar una pequeña parte de sí mismas para mejorar de forma positiva no sólo su vida, sino que la de otros también.

—Pues... No lo negaré, pero eso es verdad —giro mi rostro para ver a Misty.

— ¡Lo vez! ¡Dios mío! ¿Desde cuándo empecé a cambiar? —Oculto mi rostro entre mis manos.

—Desde que te integraste a Vanity Studios, no sé... Ese lugar nunca me dio una buena vibra —comenta —. Lo único que sé, es que ahí empezaste a ser diferente, ya no eras tan abierta o risueña, te hacían ver como una muñequita de porcelana que debían de cuidar su imagen, pero en vez de eso, parecían controlarte. Te decían que hacer, que usar, como caminar, como sonreír, con quienes estar, a que fiestas participar... —Misty negó. —No sé qué decirte, de un día para otro tu actitud cambio, era como ver la otra cara de mi amiga, una más egocentrista, que no agradecía lo que otros hacían por ella, criticabas a las personas que te superaban y siempre pensabas que, si le realizabas favores de los demás, estos te los debían. —Abrí la boca asombrada.

— ¿Por qué no me dijiste esto? —Ella hace una mueca.

—Te lo dije, pero tú ciegamente no me creíste, pensabas que estaba celosa de ti y me hiciste ver inferior solo porque decidí continuar con mis estudios. —Trago hondo.

—Misty... Yo... —Ni siquiera sé cómo disculparme.

¿En qué tipo de monstruo me convertí sin haberme dado cuenta? Empiezo a creer que mi matrimonio con Phillipe no fue el comienzo de mi mal carácter, más bien, tuvo un inicio mucho antes que me hizo ver como una chica inmadura, insensible y niñata que buscaba la forma en cumplir sus caprichos o propósitos a costo de herir a los demás.

No puedo creerlo, lo peor de ello es que hubo personas que intentaron detenerme, pero no les hice caso entre ellas: Phillipe y Misty; lo que más me da coraje de esto es que nadie me puso un alto, ni mi familia quienes me conocían mejor y son las personas con las que más tengo confianza.

—Lamento lo que te haya dicho, quizás no tenga perdón alguno y es justificable para que ya no quisieras ser mi amiga —le digo sollozando.

—Me dolieron tus palabras porque no creía que tú, mi mejor amiga me las hayas dicho —es comprensible lo que dice —aunque... Debo de confesarte algo —dice apenada.

— ¿Es malo? —Hace un gesto represivo.

—Tu sabrás cómo clasificarlo —dice sin temor —, lo que quiero decirte es que... Fui yo quien hizo que Phillipe fuera hacia ti. —Enarque la ceja.

— ¿Cómo así? —Agito mi cabeza.

—Bueno, lo conocí en el Museo de Los Ángeles, empezamos una buena relación amistosa y no tengo idea porque pensé que él sería un buen novio para ti —pestañeo al escuchar eso —, así que inesperadamente le hablaba de ti y creo que fue la razón por la que siempre te vio como una mujer especial —se muerde el labio inferior nerviosa —. Un día simplemente le dije que te fuera a ver a una de tus pasarelas que organizaba Vanity Studios en las temporadas de verano y... El resto es historia. —Concluyo.

¿Debería molestarme? Por supuesto, porque ella lo atrajo hacia mí como una abeja hacia su panal para que pronto decidiera tomar mi vida a su favor, pero creo que ella solo quiso hacerme un bien al pensar que ese hombre sería el indicado para su mejor amiga, lo cual es estúpido porque en vez de agradecer de haber tenido un hombre que me valoraba de cabeza a pies, preferí que renunciara a todo lo bonito que podía haberle proporcionado si no hubiera sido tan terca en aceptar nuestro destino.

Y lo peor de ello, es que he empezado a abrir los ojos poco a poco para darme cuenta que Phillipe no se equivocó en decirme tantas verdades en mi cara que yo misma me negué a ver porque pensaba que tenía la razón en vez de él.

—Pensé que Phillipe podía cambiar drásticamente tu vida, pero creo, que solo ocasione que ambos terminaran dañados —dice arrepentida.

—No es tu culpa, sinceramente creo que me deje llevar por mi egoísmo en pensar que él nunca me dejaría volver al modelaje y más porque... —preferí mejor no tocar ese tema.

— ¿Por qué? —Pregunto.

—Porque no quería tener una novia que estuviera expuesta ante la mirada de medios públicos cuando a él le gustaba mantener su vida muy oculta —dije como excusa.

—Phillipe es reservado, pero créeme Des, que no creo que las intenciones de él no fuesen apartarte del modelaje, más bien, quizás solo era para alejarte de Vanity Studios. —Asiento.

Cualquiera que haya sido la razón por la que Phillipe no deseaba que volviera a Vanity Studios ahora es historia, porque, aunque deseará saberlo, sé a simple vista que ya no podrá suceder cuando hemos regresado tres años atrás y él no recuerda nada de lo que sucedió entre nosotros. Creo que esa será una de las muchas cosas que jamás podré volver a saber con la verdad, por lo que nada más me queda continuar con mi vida porque ya no hay marcha atrás para solucionar todos los conflictos que le ocasione.

A lo lejos escucho el sonido de un reloj haciendo que agite mi cabeza y pronto agarre mi celular para que vea la hora; faltan quince minutos para las siete y yo no me he preparado para la salida que tendré con Phillipe. Lo había olvidado un momento que ahora solo me queda una hora con quince minutos para prepararme y eso implica tener que moverme rápido para agilizar todo lo que haré.

— ¿Puedes cuidar de Kala esta noche? —Le dije levantándome del sofá.

—No sería un problema, pero, ¿a dónde vas? —Empieza a verme agitada.

—Phillipe pasará por mí a las ocho y no me he preparado aún —comienzo a dirigirme a mi habitación.

—Veo que comienzas a progresar con él —dice con tono alegre.

—Esto va muy lento. —Le aseguro.

—No deberías preocuparte, pronto pueda ser que den el primer paso. Así que mientras tú te vas, me quedaré con Kala investigando más de tu caso. —Propone.

Comienzo a sentirme tanto mal como avergonzada porque después de lo que pude haberle hecho sufrir a Misty con mis palabras, ahora ella se encuentra aquí conmigo, apoyándome y ayudándome con todo lo que respecta el deseo. Algo que no sé cómo se lo llegaré a recompensar.

—Misty... —La llamo.

— ¿Sí, Des? —Eleva su rostro.

—Gracias... Por todo y por ser sincera esta noche, como también, en escucharme. —Ella sonríe.

—Para eso están las amigas, ¿no? —Asiento. —Ahora debes de apresurarte, sé te hace tarde y sé lo muchos que tardas en estar preparada. —Reí.

—Tienes razón.

Con eso último, me voy a mi habitación en donde lo primero que hago es darme una ducha ante de tardarme en elegir que ponerme para esta noche.

(...)

—Wow, no ha perdido la habilidad de ser puntual. —Se burla Misty al ver que Phillipe ha llegado.

Suelto una risa para terminar de ponerme las argollas en mis orejas, antes de partir a mi siguiente salida con Phillipe, abrazo a Misty y le doy un beso en la cabeza a Kala quien ahora huele delicioso luego de haberle dado un baño cuando llegamos al apartamento.

Nuevamente los nervios me atacan al verlo pero apenas saliendo de la puerta lo encuentro apoyado en la capota de su auto con un ramo de flores en sus manos, lo sostiene con delicadeza como si intentara no dañar la envoltura de papel que ha rodeado unas bellas rosas color rosa que sin imaginarlo, han coincidido con mi atuendo que no es más que un vestido corto de tono rosa pálido que va en conjunto con mi pequeña cartera y unos zapatos de tacón color crema con pequeños accesorios en forma de botones.

Stella, te vez hermosa. —Dice como forma de saludo.

Suelto una leve risa antes de caer en sus encantos y más al verlo vestido con un traje azul que combina fielmente con esos anteojos color azul que resaltan su tez poco bronceada y su cabello castaño rubio.

—Te lo agradezco. —Le digo al acercarme a él.

Al estar al frente suyo, me entrega el ramo de rosas que pronto su fragancia empieza a invadir mi olfato, su olor es tan dulce y exquisito que no tardó mucho en pasar mi nariz por sus pétalos que se encuentran un poco mojados para mantenerlas vivas.

—Muchas gracias por el detalle. —Sigo sin dejar de ver las rosas.

—De nada, ¿preparada? —Ambos caminamos en dirección a la puerta del copiloto.

— ¡Claro que sí! —Le digo emocionada.

Abre la puerta para que pueda entrar y pronto la cierra al solo ver que ya me encuentro poniéndome el cinturón, apenas es el siguiente en entrar cuando hace la misma acción, pero antes de arrancar el auto, me da una pequeña mirada hasta que suelta una sonrisa logrando que tome mi mano y pronto la lleve hacia sus labios para dejar un beso en el dorso de ella.

—Prometo que no te aburrirías, il mio tesoro[1]. —Sonrío como tonta al saber cómo me llamo.

—Créeme que, desde ahora, la noche ya ha empezado a ser entretenida. —Le guiño el ojo.

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[1] Mi tesoro.

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Continuará...

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