Capítulo 13

"El fracaso es una oportunidad para empezar otra vez, pero con más inteligencia" —Henry Ford

***

— ¿Por qué tres meses? Tú no eres de las personas que viajan más de un mes y medio fuera del país —Cole intenta averiguar el verdadero motivo de mi ida a Italia.

— ¿No te ha sido suficiente todas las explicaciones que te he dado? —Me froto la sien derecha para no hostigarme por las preguntas constantes que me está haciendo mi hermano.

— ¡No! —Grita desesperado. —No comprendes que te fuiste sin decir nada, te vas a otro país por tres meses, terminas tu relación con Reece un día después de que él quiso pedirte matrimonio y ahora siento que evades la verdad de todo esto. —Ruedo los ojos.

Señor te pido que me puedas dar más paciencia de la que acabo de perder hace una hora con tener que responder pregunta tras pregunta que mi hermano hace porque si no acaba su cuestionamiento soy capaz de cerrarle la boca.

Intento nivelar mi humor tomando suficiente aire en el momento en que apartó el celular de mi oreja para dejar de escuchar unos segundos los regaños como protestas de Cole, esos cortos segundos me dan la voluntad de calmarme y poder tomar un vaso de agua para tranquilizar mis nervios porque a estas alturas en que estoy soy capaz de sacar la bruja que llevo dentro de mí para cortar todo el discurso de mi hermano mayor pero creo que será insuficiente hasta que mi explicación sea totalmente veraz para creerme.

—Cole, estoy bien. Además, Misty está conmigo y ambas estamos pasándola bien —le digo acariciando mis ojos del sueño —. Volveré pronto, no tienes preocuparte de nada, pero solo quiero que seas discreto en esto, no quiero que ni nuestros padres ni tampoco Reece o mis amigas sepan que estoy en Italia —le suplico que guarde silencio.

— ¿Por qué no quieres que nuestros padres sepan dónde te encuentras? —Pregunta con interés.

—Porque mamá le cuenta a todo el mundo nuestras vidas y eso significa que, en menos de un día, todo el mundo termine sabiendo donde estoy ahora —intento que concientice —y papá, aunque intente guardar el secreto sé que Reece no tardará en buscarlo para preguntarle dónde me encuentro y eso significa que nuestro padre se dejará atrapar por su dinero, quien a su voluntad lo tomara. —Cole se queda callado un momento.

Realmente no comprendo cómo en un mal momento empecé a comprender que no puedo confiar cien por ciento en mis padres; quisiera que ellos fueran de esas personas reservadas que no harían ni un comentario sobre mi vida privada a no ser que sea algo bueno del que puedan lucir para sentirse orgullosos, pero en estas ocasiones quisiera que se mantuvieran con la boca cerrada para que no todos conocieran sobre mi vida y que estos mismos, no se encontraran tan pendientes de ella.

—Sí, en eso te doy razón —al escuchar eso, me siento más aliviada.

— ¿Podrás guardar el secreto? —Lo escucho suspirar.

—Sea cual sea la verdadera razón porque te has marchado... Confiare que estás bien y que regresarás pronto. —Su tono se voz se vuelve más pasivo. —Guardare tu secreto, pero no te olvides en al menos llamarme o enviarme un mensaje, eso me asegurará que sigues viva. —Y de nuevo vamos con su sobreprotección.

—Bien. —Digo agotada de pelear con él. —Una cosa más —le digo antes que se me olvide —, ¿puedes enviarme unas fotografías que tengo en una carpeta de mi laptop? —Le pido de favor.

—Claro, pero ¿para qué las quieres? —Pregunta extrañado.

—Veré si puedo encontrar un trabajo acá, aunque sea temporal pero no dudo que al menos me ayudara por si algún día me dan la oportunidad de trabajar en las grandes compañías de moda. —Le explico.

—Está bien, te mandaré también de una sola vez tu currículum si te lo piden. —Asiento. —Nos vemos hermanita. Te quiero.

—Yo también te quiero, Cole.

Camino hacia el sofá para luego dejarme caer, la llamada de mi hermano fue demasiado intensa y llena de preguntas que iban y venían como balas para atacarme a punto de alzar la bandera de rendición; podría haberle confesado a mi hermano la verdad sobre porque estoy en Italia, pero es complicado tener que explicarle todo sobre el deseo por medio de una llamada cuando creerá que estoy soñando o peor, que estoy loca. Por el momento, es mejor mantener todo en un plano aparte porque, aunque le contara a mi hermano sobre la razón por la que estoy en Italia, sería algo de menor importancia cuando eso no cambiaría el destino que tengo junto con Phillipe, así que no hay motivo alguno para que él lo tenga que saber.

Le envió un mensaje en WhatsApp a Cole sobre la contraseña de mi laptop como el nombre de la carpeta de las fotografías que quiero que me mande, ahora que no está Misty acá, es un buen momento para que también pueda encontrar alguna oportunidad en este país, por lo menos de sacarle provecho al viaje en no sólo tener que enfocarme en conquistar a Phillipe cuando él solo es una parte central de mi objetivo. Por tanto, ahora nada más me queda ponerme manos a la obra para cumplir con los planes que tengo, aunque sea, la mayoría de ellos antes que mi destino vuelva a cambiar.

(...)

Luego de que Cole me enviara mis fotografías y currículum a mi correo, tuve que ir hacia un Internet Café para sacar mi documento y de ahí, dirigirme hacia un estudio fotográfico para revelar todas aquellas fotos que necesitaba para presentar en las agencias de modelaje. Daba gracias a Dios que muchas de ellas han sido recientes, tanto que, no recordaba en qué momento había posado para alguna de ellas en las sesiones fotográficas habituales que hace la agencia en la que trabajo, desde luego, tuve que comprar un portafolio para poder llegar a ponerlas para presentarlas de una manera formal con la persona que me puede dar el empleo.

No sé si llegaré a conseguir un empleo de modelo ahora mismo, pero quizás valga la pena intentarlo cuando será una forma para pasar el tiempo y sin dudarlo, incrementar mi experiencia laboral, ya que por fin puedo decir que, sin ayuda de nadie, estoy saliendo de esa zona de confort en la que mayormente estaba solo con Vanity Studios.

Con mi celular, busco las direcciones de algunas agencias de las que supe que están contratando a modelos de cierta edad en la que entro en esa media; así que yendo al primer lugar que he escogido, me doy cuenta como mi cuerpo ha empezado a ponerse nervioso y tenso, ya que una cosa es intentarlo en un entorno en donde las personas me conocen como también, sé la capacidad con la que trabajan con las modelos... Pero, aquí en Italia es otra cosa, es como tener que competir con Francia en las grandes ligas donde al convertirte en una modelo profesional es un gran privilegio, pero sin dudarlo, aquí es probable que me vean como una novata.

Entro a la primera agencia para ver como una chica con un hermoso cabello rizado al estilo afro me recibe; apenas al verla me hace sentir diminuta porque me sobrelleva de altura y eso sin decir que, con esa piel morena y bonitos ojos, sería muy increíbles de seguirlos admirar.

— ¡Ciao! ¡Benvenuto a Fairy Place! —Saluda la chica en italiano.

— ¡Ciao! Estoy acá por el puesto de trabajo que han publicado en su página —empiezo a hablar en su mismo idioma intentando desempolvar el italiano que casi no he usado.

— ¡Oh sí! ¿Traes contigo un álbum fotográfico? —Asiento y se lo entrego. — ¿Tienes referencias? —Le entrego mi currículum. —Bien, puedes esperar un momento, hablare con mi supervisor y le mostraré tus fotografías.

Me siento en uno de los sofás que tiene la agencia para esperar a que me puedan dar la aprobación de trabajar en este lugar, así que, merodeando el local con la mirada me termino por concentrar en varias fotografías que hay en una pared, todas las modelos que se encuentran posando para la cámara se encuentran en diversos lugares de Italia, muchas de ellas usando distintas prendas dependiendo de las épocas del año. Todas las fotos son hermosas y más al darme cuenta que vislumbran una naturalidad como si ellas no notaran que las están fotografiando, más bien, parecen como si estuvieran continuando con sus pasatiempos, trabajos e incluso caminando o mirando un punto de interés sin tomarle importancia a las personas que están capturando esos momentos.

En una pequeña mesa de cristal me encuentro con varias revistas fotográficas, así que agarro unas cuantas para ver los proyectos que han hecho algunos fotógrafos profesionales con sus modelos, como también, la forma de trabajo que se encuentra acá; sin embargo, entre más paso de página en página, como también comparando revista por revista, me percato que las fotografías suelen ser inusuales, ya que mayormente concentran a la modelo como una imagen viva y real.

—Señorita Haller. —Dejo la revista a un lado para levantarme y acercarme al mostrador donde se encuentra la chica que me recibió.

Apenas al acercarme, ella desliza en el mostrador mi currículum como el álbum de fotografías, eso no me da una buena sensación a pesar que su sonrisa se mantenga en el rostro, ya que no he escuchado que ella haya aprobado de una sola vez mi solicitud para trabajar en este estudio.

—Le llamaremos. —Es lo único que termina por decir antes de recibir a otras modelos que trabajan acá.

Abro la boca admirada al saber que ese «Le llamaremos» no es más que una forma sutil y profesional de decir: «Lo siento, no obtuviste el empleo.» Desilusionada pero no muy sorprendida al saber que no obtuve el trabajo, recojo mis cosas para llevármelas conmigo y salir de esa agencia de modelaje, por supuesto que empezaba a creer que no me reclutarían cuando al sólo ver las fotografías en la pared y las revisas que se encontraban en la mesita hablaban de más sobre la forma en cómo trabajan y contratan a las modelos, desde luego su forma dulce y auténtica es muy cautivadora pero quizás también no convenia que trabajara en ese lugar cuando a veces mi forma de ser no es tierna sino más bien, sensual y salvaje.

Prosigo a ir a otra agencia de modelaje que se encuentra a tan solo unos metros de la primera para tener la esperanza que en ese lugar si me darán la oportunidad de laborar con ellos; así que dirigiéndome a Trendsetter, vuelvo a mostrar mi espíritu lleno de confianza y felicidad cuando otra joven me recibe. Nuevamente entrego mi currículum como el álbum de fotografías para esperar a la evaluación que le harán a mi documento como fotos; este local en comparación al anterior parece estar interesado más en la moda del momento, ya que en la pared veo como las modelos usan flare jeans, chalecos de tejidos, mini faldas, sastrería holgada, drapeado, entre otras tendencias que se están dando en su momento.

Doy un enorme respiro al ver que la joven aparece, así que, temiendo de lo peor, me acerco a ella mientras mis manos empiezan a sudar por el miedo que me está causando su primera impresión, la cual es tan real que ni siquiera puede ocultarlo o fingirlo como la chica de Fairy Place quien intento no desanimarme a pesar que conozco muy bien esos métodos de palabras cuando te rechazan o te incluyen como una de las próximas modelos de la época.

—Lo lamento, cuando necesitemos un reemplazo te llamaremos. —Enarqué la ceja.

¿Un reemplazo? Vaya, creo que es lo primero y último que espero que me digan en la vida porque no necesito tener que reemplazar a otra modelo para entrar en esta agencia de modelaje; sin decir una palabra por lo ofendida que me encuentro, termino por tomar mi álbum y mi currículum para salir de ese local; hasta entonces, solo me queda un lugar más donde pueden llegar a darme el empleo, sino tendré que seguir buscando entre las páginas de Internet que otras agencias de modelaje hay, sino... Tendré que empezar a creer que nadie me aceptara a punto de volver a Estados Unidos sin ninguna experiencia que pude haber conseguido en Italia.

Detengo un taxi para que este pueda llevarme a Novoli, en donde está la última agencia que para mi parecer tendría que darme trabajo; desconfiando de mí, reviso las fotografías para saber si hay algo malo en ellas para que no me acepten y eso que añado pronto el currículum para saber si también no he escrito algo que haya sido el causante de que no tuviera ya un empleo, pero entre más leo y veo, todo me parece bien, por lo que sigo sin entender cómo es que no he conseguido con facilidad un empleo, más porque llevo una larga trayectoria siendo una modelo.

Al llegar a la ciudad de Novoli, pronto me dirijo a la agencia de modelaje llamada Blossom, sinceramente, no sé si tendré la oportunidad de que me contraten, pero si no llego a tener la oportunidad, claramente no me quedará de otra que preguntar la razón por la que no he llegado a obtener el empleo.

En esta ocasión, es un joven quien le entrego mi álbum de fotografías, pero él en vez de írselas a entregar a un experto o al supervisor, es quien termina por evaluar cada una de ellas pasando de foto en foto como si no fueran de su interés, hasta deja ir un bostezo cuando empiezo a creer que ni siquiera las encuentra atractivas para verlas con más detalle. Sin terminar de verlas todas, cierra el álbum y lo desliza en el mostrador de vidrio, desconcertada por su poco interés, estoy a punto de decirle algo cuando también sin esperarlo, desliza el currículum sin darle una mirada.

— ¿No lo seguirá observado? —Le pregunto sorprendida.

—No, he visto suficiente y claramente le seré sincero. —Trago hondo. —No le voy a negar que es una mujer preciosa, pero en esta agencia recibimos más que caras y cuerpos bonitos, necesitamos ver más de usted... —lo interrumpo.

—Puedo mostrarle otras fotografías... —Me detiene al ver que empiezo a buscar más fotos en la bandeja de imágenes de mi celular.

—No gracias... Creo que será mejor que vuelva a la próxima, pero con algo más auténtico —abro la boca sorprendida al escuchar esa última palabra.

— ¿Auténtico? ¿Es que esto no le parece auténtico? —Inquiero molesta.

—No. —Cruza los brazos. —Aquí solo veo a una mujer vacía, sin espíritu, vida y felicidad. Parece alguien sacada de una caja de muñecas y de esas, podemos encontrar a diario. Créame. —Me quedo petrificada al escuchar eso.

Pude haberme esperado cualquier otra cosa de este día menos esto, realmente no necesitaba que fuera tan cruel conmigo porque entendí muy bien su propósito en el momento en que dijo que parecía una mujer vacía... Lo demás para mí hubieran sido de sobra, pero ahora ya no puedo quitarme de la cabeza todas aquellas palabras como si fueran un tormento en mi mente para dañar mi confianza y seguridad; en mi vida jamás me habían dicho algo tan fuerte y lo peor es que me siento como una pequeña niña que la han empezado a sacar a la realidad del mundo.

—Mire señorita, sé que es buena en lo que hace y sin dudarlo, podría estar representando a varias casas de moda, pero debe de traer un nuevo material que inflija conocerla como es y no como han querido aparentar que fuera en estás fotografías —dice el joven ajustándose sus lentes. —Si en un mes trae contenido interesante y auténtico —resalta la última palabra —, le daré un trabajo exclusivo y no uno cualquiera, podrá estar en un proyecto que ha conformado uno de nuestros mayores inversionistas, el cual se realizará dentro de tres meses, ¿toma la condición? —Suspiro.

—Está bien. —Acepto el trato sin saber el rollo que me he llegado a meter.

Apenas al salir de la agencia dejo salir todo el aire que mis pulmones capturaron y no liberaron desde el momento en que acepte la condición de aquel joven; no sé en qué rollo me he llegado a meter ahora, pero apenas he empezado a comprender que las fotografías que tengo en mano no son más que una basura que ahora mismo podría tirar en un contendor.

Creía con versatilidad de que todo este tiempo, los trabajos que había llegado a obtener habían sido por mi esfuerzo y no por suerte; esto solo logro darme cuenta que en sí, la belleza que tengo no fue suficiente para darme un empleo, ahora tengo que rebuscarme cómo encontrar la autenticidad que hay en mí sin verse tan farsa como las fotografías que tengo hoy en mano. No sé si tener vergüenza o tristeza porque, aunque siga probando otras agencias es probable que el resultado sea el mismo y de por sí, tener que esquivar el verdadero problema ya sólo cruza el límite de empezar a creer que no soy buena en lo que he hecho durante un largo tiempo.

Camino unas calles para localizar una cafetería, la única forma de elevar un poco mi ánimo es por medio de comer azúcar, desde luego esto no ayudara a mi dieta, pero creo que hoy la dejaré a un lado cuando necesito un poco de café y algo que endulce mi mal día. Así que pasando a una cafetería llamada Shake It Up, termino comprando un té de leche con tapioca caramelizada y dos bollos dulces vacíos, me siento en una de las sillas y chequeo un rato mi celular teniendo que dejar en visto todos los mensajes que mi grupo de amigas me ha enviado.

—Un té de burbujas con sabor a mango y tres sándwiches con crema de taro. —Eleve un poco mi rostro al reconocer esa voz.

Dejo ir suspiro al saber que de nuevo el destino se ha cruzado en nuestro camino, aunque de una forma demasiado inmediata para que pudiera darme un pequeño respiro porque ahora mismo, no tengo mucho ánimo para poder enfrentarme a él.

—Grazie.

Intento desviar mi rostro a otro lugar del que no pueda observarlo, pero los pasos se cortan a medio camino haciendo que tenga que cerrar los ojos para imaginar que ya se ha dado cuenta de mi presencia.

—Empezaré a creer que eres una espía —giro mi rostro para verlo.

— ¿Yo? Tendrás cara para decir eso —achique mis ojos —, tú eres quien debe de estarme persiguiendo porque yo ya me encontraba aquí. —Refunfuñe. —Además, ¿qué haces en este lugar? —Le pregunto.

— ¿Somos novios para que te deba explicaciones? —Abro la boca asombrada por su respuesta.

—No... Pero ayer te di muchas explicaciones —lo sentencié.

—Pero no te obligue a que me las dieras o ¿sí? —Elevó la ceja con burla.

— ¡Descarado! —Intente evadir su mirada.

No debí de haber soltado la lengua el día de ayer, porque, aunque me cueste admitirlo, tiene razón, no tendría que haberle dado ninguna explicación cuando no me lo pidió, ya que, aunque me haya preguntado de ello, no significaba que tenía que haberle respondido.

— ¿Puedo sentarme? —Señala el asiento vacío que se encuentra en frente de mí.

— ¿Aún tienes modales? —Suelta una risa.

—Puedo ser descarado pero caballeroso a la vez. —Sonríe.

Ruedo los ojos para encoger los hombros, de algunas u otra forma tendría que estarme llevando bien con él para que todo el proceso se dé rápido, así que ya da igual si tiene que sentarse o no conmigo.

— ¿Mal día? —Pregunta interesado.

—Algo así. —Digo con indiferencia.

— ¿Qué te sucedió? —Pregunta.

— ¿Debo de responder? Porque no veo que sea una obligación. —Suelta una pequeña risa.

—Te tomaste mis palabras muy a pecho. —Dice jocoso.

No caeré por segunda vez en su trampa, ya fue suficiente con una para tener que ser la detallista en revelar mi vida como mis planes para que él solo sea el que escuche, pero no diga nada acerca de ello. Así que prefiero que mejor se mantenga fuera de las preguntas importantes del día porque no habrá necesidad de respondérselas porque tendré mi boca cerrada como un candado.

— ¿Por qué portas contigo un álbum fotográfico? —Dice mientras bebe su té de burbuja.

— ¿Es que ya no puedo llevar nada conmigo? —Respondo con otra pregunta.

—Es evidente que me contraatacaras con otras preguntas sin posibilidad de que respondas a las mías, ¿no es así? —Deja caer su peso en la silla.

Creo que es una buena forma de evitar que solo sea yo la que tenga que seguir respondiendo cuando empieza a conocer más de mi vida, quizás debería darle ese espacio de que me conozca más porque, de todas formas, aunque no me quiera hablar de él, sé mucho de lo que aún no sabe, así que no tendría ni un problema en aparentar que no me importa saber de él cuando soy buena en verme indiferente con muchos temas.

—Dentro de ese álbum esta mi trabajo —digo sin mucha explicación.

— ¿Fotógrafa? —Niego.

—Modelo. —Sus ojos se abren de la impresión.

— ¿Así que estás buscando un trabajo? —Encogí los hombros.

—Sigo en ello. —Asiente.

— ¿Puedo? —Señala el álbum.

Deslizó el álbum hacia él para que pueda apreciar mi trabajo como modelo, tendría que decir que me siento orgullosa de mis fotografías pero cuando él empieza a verlas algo dentro de mí se pone en un estado de nerviosismo, quizás, porque al recordar las palabras del último joven que evaluó mi trabajo fueron demasiado extremas para que ahora me sienta cómoda en enseñárselo a otros pero de todas formas, ya es demasiado tarde para quitarle de la mano el álbum cuando ya lleva tres páginas viendo aquellas fotografías en las que estoy posando de forma salvaje y sensual.

—Son buenas —menciona de forma inesperada.

¿Buenas? Eso es como tener una calificación entre seis o siete, ni siquiera llega a ser muy buenas o excelentes. Eso solo empeora más mi situación y me da a entender que todo este tiempo nadie me dijo que estas fotografías no son más que unas imágenes sin vida que podrían haber sido sacadas de Internet solo para hacerle publicación y no para que las personas las admiraran.

—Veo que mi respuesta te incómodo —hago una mueca —, ¿quieres que te dé mi opinión?

—A ver... Escucho —me preparo con un chaleco antibalas mental por lo que vendrá.

—Necesitas ser más creativa y apasionada ante la cámara, aquí parece que solo demuestras deseo, pero, aunque eso significara algo no muestra ni siquiera plenitud o satisfacción. Es como si las fotografías solo fueron tomadas para quedarse ausentes en un pequeño apartado de una entrevista que nadie le pondría ni siquiera atención... Lo peor es que ni para una portada de revista llamaría la atención del público. —Dice sin medir sus palabras.

Me quedo callada sin saber que decir, creo que haberle pedido su opinión ha sido un error más de este día porque si las palabras del joven de Blossom no fueron suficientes para acabar con mi confianza, creo que las de Phillipe terminaron por empeorar mi pobre estabilidad emocional, ahora solo deseo ir a refugiarme entre las mantas de la habitación, mientras escucho música deprimente y termino por comerme un bote entero de yogurt light.

—Perdón si fui directo. —Parece que acaba de notar que ya ni estoy bien.

—Fuiste sincero, creo que no hay nada malo en ello. —Digo jugando con la pajilla de la bebida.

Quizás sea hora de que escuche la verdad de la boca de personas desconocidas quienes parecen ser más sinceras que mis propias amigas o personas que son muy cercanas a mí quienes han visto cómo me he desarrollado en la industria de la moda y nunca me habían aclarado que las fotografías que creí que era buenas son una basura.

— ¿Tienes tiempo mañana por la noche? —Enarqué la ceja.

— ¿Qué tienes planeado? —Sonríe.

—Te enseñaré un poco sobre cómo transmitir autenticidad en ti. Eres muy hermosa para desperdiciar tu tiempo en fotografías como estas —señala el álbum.

—Me gusta tu plan, pero me concierna saber cómo me enseñarás a tener autenticidad —golpeo mi barbilla con mi dedo en forma de pensar en su idea.

—Iremos a una galería —reí porque no me sorprende.

— ¿Debo ir elegante? —Veo una sonrisa en su rostro.

—No muy elegante. —Se levanta de la silla. —Te prometo que lo disfrutaras. —Dice antes de marcharse.

—Espero que así sea. —Respondo.

—Pasare por ti a las ocho. —Agarra mi mano y se la lleva a sus labios. —Y quita esa dulce carita melancólica, que te ves más hermosa cuando sonríes. —Termino por reír al escuchar eso. —Nos vemos mañana stella. —Se marcha dejándome con el corazón latiendo rápido.

—Adiós.

Oh cielos, ¿qué será lo que me espera mañana?

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Continuará...

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