El bebé de Astrid e Hiccup había nacido hacé poco, y ese día irían sus mejores amigos a conocer al pequeño.

- Hola, Astrid está durmiendo- los recibió Hiccup.

- ¡Daven!- gritó Zephyr- ven a conocer al renacuajo- lo llevo corriendo hasta el cuarto de sus papás.

A los adultos les daban ternura cada que uno de sus hijos hablaba, lo hacían lento y trabando la lengua en ocasiones.

- ¿Eso es un bebé?- el niño miraba raro a Nuffink- Parece una plastilina crema

- Así te veías tú pero con pecas- dijo Jack

Nuffink se parecía más a su madre sin dudas.

- ¿Y qué hace?- preguntó el niño.

- uno y dos aveces, duerme y chilla- enumeraba lentamente Zephyr como una completa experta que llevaba conviviendo con un bebé tres días- también come mucho y....- Elsa ya lo tenía en brazos haciendo "ahh" junto con Jack- mis papás le ponen mucha atención- refunfuño

- El renacuajo a de ser horrible- arrugó su nariz, no le gustaba que sus R sonarán a nariz constipada.

- Umjum, le intenté dar de mi galleta pero ¡No tiene dientes!- alegó Zephyr.

- ¿Entonces cómo...- de la nada el bebé empezó a llorar, Hiccup le olió el trasero pero al parecer todo en orden.

Daven miraba fascinado todo lo que hacía él para saber que tenía.

- Creo que quiere comer... Otra vez- dijo Astrid medio dormida en la puerta de la habitación.

Daven observaba como se alimentaba Nuffink.

- Fascinante... Los renacuajos son divertidos- Daven lo meditó durante un tiempo (como dos minutos) para soltar una rotunda afirmación- mami, yo quiero un Nuff... Nufffff... Un renacuajo como Zephyr

Hiccup y Astrid vieron fijamente a sus amigos.

- Tal vez más tarde- dijo Jack tragando saliva.

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Siento que quedó super cortito, sorry