Caminos distintos



—Ya no te amo – susurró. Estaba llorando mientras dejaba caer las palabras, el rímel se le había corrido y su rostro estaba hecho un desastre. Su cabello en una coleta se inclinaba hacia el lado derecho de su cara. La casa estaba oscura.

No sé por qué me enfocaba en los detalles y no en lo que significaba más profundamente su no te amo, pero sentía la morbosa necesidad de recordar todo acerca de ese momento. Sabía que no podría olvidar su rostro, porque la miraba a los ojos cuando había hecho su declaración, pero me vi obligado a apartar la mirada y buscar nuevos detalles que guardar en mi memoria. La televisión estaba encendida y estaba puesto el noticiero, había habido un choque en el centro. Vestía su traje de trabajo gris, el pequeño, ese que se ponía solo cuando no había alcanzado a lavar su uniforme de siempre. Habíamos cenado comida china, el repartidor no había traído los arrollados primavera. Yo seguía con el móvil en las manos.

—No soporto más todo esto Miguel... míranos, parecemos compañeros de piso—siguió hablando mientras yo seguía su sugerencia y observaba nuestro alrededor. El departamento era grande, con muebles simples pero una gran cantidad de curiosidades que por los viajes habíamos ido acumulando a nuestro alrededor; la estancia estaba limpia, ese día había venido la mucama a asear. Todo estaba en su lugar e impoluto, menos nosotros al parecer, nosotros estábamos muy lejos del otro.

Yo sabía que la relación no era la de antes, sabía de esa distancia emocional de la que hablaba ella, Nicol podía ser muchas cosas, pero algo que no era es dramática. Era esforzada y trabajadora, se deshacía por el resto, se sobre exigía y odiaba que no le hicieras caso así como que le dieras órdenes, pero no era de esas personas que hacen de todo un escándalo. Cuando decía que no me amaba no buscaba atraer mi atención, solo constataba un hecho... creo que por eso lloraba, porque era más consciente que nunca de que ya no me quería, de que ese sentimiento que nos había unido no era más que un recuerdo de un tiempo en el que ambos teníamos más sueños, más ganas de hacer cosas y éramos más jóvenes también.

—...dime algo, no soporto que simplemente me mires. Odio que simplemente me mires Miguel.— Negué con la cabeza.

—Lo siento, te entiendo. Ambos lo sabíamos.— Ella comenzó a sollozar con más fuerza. Yo estaba siendo un idiota insensible, pero prefería verlo de manera práctica, no dejarme llevar por la melancolía o sentimentalismos. No todavía al menos. No quería que nos uniera el miedo a sentirnos solos al no tener al otro o lo desconocido. Quería lo mejor para ambos a la larga y no ese sentimiento de compañerismo que nos había unido hasta el momento, pero que no nos quitaba el vacío que a ambos se nos iba arremolinando en el pecho—. Te amé más que a nadie Nicol, pero no quiero que nos engañemos...—Idiotamente y mientras meditaba lo siguiente que iba a decir volví a tomar consciencia del celular en mis manos, lo dejé en la mesa sintiéndome lo peor que existía en el mundo porque antes de hacerlo había mirado la hora. Eran las 10:30 de la noche.

—Lo sé—murmuró

—Vamos a separarnos Nicol, es lo mejor para ambos.—

En la mañana nos habíamos dado un beso de despedida antes de ir a trabajar. No sé por qué recordé eso, quizás porque inconscientemente seguía buscando detalles, o puede que simplemente fuera lo extraña de la situación; intentaba hablar de divorcio como si significara nada. La rutina nos había ganado, y no es ni siquiera que no hubiera cariño, pero si nos poníamos a pensar al respecto dolía demasiado ver cómo un romance como el nuestro iba perdiendo su brillo. Como esa historia de amor de la que nos sentíamos tan orgullosos estaba perdiendo sus felices para siempre.

—¿Ni siquiera piensas en terapia o intentarlo más?— No estaba criticándome, lo sabía, solamente buscaba entender lo que nos pasaba también desde mi perspectiva.

—Hemos estado casados doce años Nicol, desde hace tres que estamos así... lo que no han logrado estos años de convivencia amorosa y paciente no lo va a lograr un psiquiatra.

—Lo sé—suspiró—. Me duele verte tan fuerte— dijo sin siquiera pretender algo distinto.

—No lo estoy llevando tan bien como parece... mi esposa me está diciendo que no me ama— esta vez yo suspiré—. Pero tienes razón, no podemos seguir engañándonos.

—Pensé que duraría para siempre.

—Yo también.

—Fuiste mi sueño, te amaba tanto... ¿te acuerdas? Luchamos tanto por esto – Volvió a sollozar y yo sabía que si seguía con esto no podría seguir tranquilo como había estado hasta ese momento.

—¿De verdad quieres hacernos esto Nicol? –pregunté levantándome y evitando mirarla—. ¿Qué importa ahora lo que fuimos o lo que sentimos?

—¡Claro que importa! –Se levantó ella esta vez, y camino hasta quedar frente a mí —. ¿En serio me estás diciendo que no importa?

—Ahora simplemente estás dramatizando Nicol, sabes que nunca podría olvidar lo nuestro, pero los recuerdos no te van a hacer sentir mejor cuando te sientas atada a mí. No te van a hacer sentir mejor cuando no te sientas amada tampoco. ¿Podemos vivir de recuerdos?—había tomado sus hombros y mantenido su rostro a mi altura—. Pero la pregunta no es esa y lo sabes, la pregunta es si estás dispuesta a conformarte con eso. ¿Estás dispuesta Nicol? ¿¿Lo estás??

—No –susurró. Y aunque esto era lo que necesitaba escuchar, cuando dijo ese no, me rompí. Comencé a llorar con ella también, porque era consciente de que aunque ya no la quisiera como antes, yo habría preferido los recuerdos. En el fondo ella era la valiente, siempre lo había sido.


************

Holita, no sé si alguien leerá esto pero igual ajajaj Escribí esto hace un montón de tiempo, de hecho creí que ya lo había subido, pero no era así. De ahí que el estilo se note algo distinto y esas cosas.

Besos <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: