3.¿Qué haces siguiéndome?

Miranda

—Espera—, rogó Danna por tercera vez- no puedo más. Siento que me asfixio.

—Danna, apenas hemos caminado unos metros—. Me quejé— Desde aquí se ve la discoteca—. Danna miró hacia atrás y luego me volvió a mirar con un ojitos de cachorro llorón.

—Enserio estoy cansada—. Repitió— Además, me duelen los pies por estos estúpidos tacones.

—Entonces quítatelos—, ofrecí— yo haré lo mismo.

Solté la manilla del tacón y luego lo saqué de mi pie para repetir la acción con el otro. Luego seguí mi camino y al parecer Danna me siguió luego se hacer lo mismo.

La noche no estaba tan oscura, pues había luna llena. Además, la carretera estaba iluminada por algunos postes de luces cada treinta metros.

Desde aquí se podía ver el pueblo, pero no entendía porque debía estar tan lejos de la discoteca. Tal vez había sido a petición de los ciudadanos. Tal vez habían pedido que la alejaran un poco de la ciudad para no molestar, pero era algo realmente molesto tener que caminar tanto para venir a festejar.

Por nuestro lado pasaron varios autos y algunas motos. Era lógico que cada uno viniera en su propio medio de transporte, pero nosotras no teníamos.

—¡Oye, rubia!—me gritó un chico dentro de un Audi azul— ¿Necesitan que las llevemos?— él era el que conducía, pero no sé veía en condiciones de hacerlo.

—S-

— No, gracias—. Interrumpí las palabras de Danna. Puede que estuviera borracha, pero no era tan estúpida como para montarme en un auto donde no había ni una persona sobria.

—¿Estás segura?—preguntó— El camino es largo.

— Sí Miranda, ¿Estás segura?— imitó Danna la pregunta del chico.

— Completamente segura—. Respondí— Nos vemos—. Me despedí con la mano y tomé a mi amiga del brazo para alejarla de la carretera, ya que estaba peligrosamente muy cerca de la orilla.

—¿Qué haces?— me preguntó Danna caminando en zic zac.

— Esos chicos están borrachos Danna—, le respondí—incluso más borrachos que tú y yo.

— Maldición—. Soltó.

—Si hubieras aceptado la ayuda de Hash, estaríamos en casa desde hace mucho tiempo—. Comenté y a Danna se le desfiguró el rostro.

—¿Cómo te atreves? Yo también te salvé de salir mal. Ellos también habían estado tomado—. Re-atacó— Además, ¿Cómo te ibas a subir en esas motos usando un vestido?

—De costado—. Respondí calmadamente. Danna rodó los ojos.

Otro grupo de motos pasó por nuestro lado y una casi arrolla a Danna. Esta soltó una maldición en dirección a los motoristas, llamando la atención de un grupo más pequeño que se detuvo para ir donde nosotras. Sinceramente pensé que se disculparan o algo así, pero lo primero que hicieron al bajarse fue empujar a mi amiga del hombro.

Era rubia y tenía las puntas de color morado. Sus ojos marrones tapadas por grandes pestañas. Cejas pobladas, nariz perfilada, labios finos y un cuerpo bien formado. Vestía una blusa de tirantes que dejaba un poco de sus pechos a la vista. Unos jeans ajustados marcaba sus caderas y unas botas de cuero escondían sus pies, seguramente perfectos.

—¿A quién maldices muñequita?— preguntó enojada—¿No te han dicho que no debes meterte con alguien de mi nivel ?—La volvió a empujar. Danna soltó un quejido involuntario.

—¡Oye!— llamé la atención—Ella está consciente eso—. Dije y miré a Danna—Amiga, ya te dije que no te rebajaras a niveles tan deplorables—. la rubia se giró hacia mí y me escaneó de pies a cabeza. Maldije mentalmente por haberme quitado los zapatos.

—¿Y tú quien eres?— preguntó— ¿No sabes con quien soy?

—¿Problemas con tu identidad?— pregunté con sarcasmo y luego me dirigí a un grupo de motoristas que se habían detenido a pasos de nosotras para mirar la escena— Perdón chicos, pero, ¿Alguien podría ayudarla?— pusieron una cara de confusión— Parece que la chica olvidó quien era—. Todos comenzaron a reír.

—¡Te voy a...¡

—Ya para Clara—. Una voz fuerte y masculina habló desde atrás— Pareces una niña de secundaria con tanto berrinche.

Todos nos giramos. Chase había llegado sobre su moto, siendo acompañado por sus compañeros. Hasta el pelirrojo se encontraba con ellos. Al parecer no solo habían ido él y Hash.

— Chase—, habló Clara como queriendo justificarse—esta niña me está buscando problemas desde hace...

—No me interesan tus problemas—, la interrumpió—¿No te da vergüenza meterte con menores?—preguntó— Madura de una vez. Ya no estás en tus quince.

—Chase...yo...

— Mejor apresúrate en llegar a las carreras. Nos veremos allá —. La cortó de nuevo.

Ella soltó un bufido molesta y luego se dirigió a su moto para arrancarla y perderse en la carretera siendo seguida de otros.

—¿Están bien?—preguntó Chase hacia nosotras.

—¿Por qué no íbamos a estarlo?— pregunté yo. Chase elevó una ceja.

—Por nada, solo preguntaba—. Me respondió — ¿Siempre estás a la defensiva?

—Lo tenía todo bajo control—. Le respondí y el sonrió un poco de costado, mostrando una pequeña arruga en la esquina de sus labios provocada por la acción.

—Si tú lo dices—. Dijo al fin, con un tono divertido.

— ¿Están descalzas?—preguntó Hash observando nuestros pies—¿De verdad no quieren que las llevemos?

—No—, respondió Danna antes que yo— muchas gracias pero estamos mejor si nuestros pies tocan el suelo.

—¿No hay nada que pueda hacerlas cambiar de opinión?— preguntó el pelirrojo, Hansel. Junto a él Allen rodó los ojos.

— Que no, gracias—. Repitió Danna, pero los chicos, o por lo menos Hash no lo iba a dejar pasar. Parece haberse propuesto subir a Danna a su moto.

¿Que si lo logró?

—¡MALDITA SEA!—La respuesta es un sí.

Danna iba sujetada de la cadera del rubio, mientras en su cabeza llevaba un caso rojo. Hacía gestos muy divertidos por el miedo, supongo, y llevar el casco puesto solo lo hacía más divertido. Hash había tardado veinte minutos en ponerle el casco, pues ella no dejaba de cuestionarle el porque tenía que usarlo y porque él suyo era tan oscuro en la parte de los ojos, diciendo que podían tener un accidente si no veía nada. Él la calmó, diciéndole que no había nada malo y que él veía perfectamente bien- ni yo me creía eso-.

Yo iba en la moto de Chase, aunque Hansel me había pedido muy amablemente que fuera en la suya, pero yo me había negado. La moto de Chase era blanca, aunque no sabía de qué tipo era. Él llevaba un casco blanco y yo uno negro. Mis piernas, al igual que las de Danna, iban colgando del lado izquierdo de la moto y mis brazos se abrazaban de su cintura. Aunque siempre había querido montar en una moto, esto era un poco incómodo, y no solo por no conocer al chico, sino también porque iba en vestido y tenía miedo de que se me levantara.

Al llegar al pueblo, los chicos nos dejaron cerca de la cafetería de Bill que se encontraba cerrada. Algunas luces alumbraban el frente y el resto de la calle, por lo que podíamos quedarnos sin ningún problema.

Aún así ellos insistieron en llevarnos hasta nuestra casa, pues la calle estaba desolada y los únicos en ella, literalmente, éramos nosotros.

— Estaremos bien—. Dije por enésima vez—Podemos cuidarnos solas.

—Ya lo sabemos —. Respondió Hash con una sonrisa en sus labios, seguro recordando lo que había pasado.

—Bueno, nos vemos—. Me despedí y me di la vuelta para irnos, siendo seguida por Danna.

—Cuídense, muñequitas—. Ese era Hansel. Solté un gruñido de molestia. Él sabía que eso me molestaba, pero lo ignoré y seguí hacia mi apartamento luego de despedirme de Danna.

Por el camino sentí que alguien me seguía, pero no me arriesgaría para averiguarlo.

¿Estás segura?- preguntó esa voz en mi cabeza.

No, no lo haré.

No iba a arriesgarme. Me había mudado a este lugar con un objetivo a parte de estudiar en la Universidad.

Quería alejarme de todo y todos. Iniciar de cero. Así que debía dejar mi curiosidad a un lado y seguir el camino a casa. De seguro solo era un...acosador.

¿Qué esperabas? ¿Un vampiro?

La piel se me erizó por el terror al imaginarme aquello. ¿Y si me secuestraban? Podía intentar defenderme, pero no sabía mucho sobre defensa propia.

Eres un asco en defensa propia, Miranda.

Mierda. Mierda. Mierda.

La calle estaba deshabitada. No había una sola alma rondando por esta.

A lo lejos se escuchaban los ruidos de las motos, pero era muy lejos y las mismas se iban alejando. Y si tenía la oportunidad de defenderme, ¿Con qué lo iba a hacer?

Lo único que llevaba en la mano era el móvil. Todo esto era culpa de Danna. Si no le hubiera hecho caso en estos momentos traería una cartera conmigo.

No entres en pánico.

Doblé en una esquina tratando de despistarlo, pero su sombra siguió detrás de mí. No quería mirar para que no se diera cuenta de que yo me había dado cuenta que me estaba persiguiendo.

Giré en la otra esquina y la sombra también. Maldición.

Opté por tomar otras medidas y así fue que al volver a girar en una esquina me escondí detrás de un contenedor y busqué algo con lo que defenderme.

Por desgracia mis opciones eran: los restos de un salmón, un zapato viejo y un gato.

Debía pensar bien lo que iba a a hacer. No me quedaba mucho tiempo.

El psicópata acosador giró en mi dirección y yo aproveché para tomar el gato en mis manos y lanzarlo en su rostro. Este soltó un maullido más parecido a un grito y luego de escalar por su hombro saltó y se fue corriendo.

—¡No te me acerques!— le grité tomando el salmón en mis manos y apuntándole con la cabeza.

— Estás loca—. Habló una voz conocida para mí—Allen tenía razón. No estás para nada bien de la cabeza—. Añadió con fastidio.

—¿Chase?—dije algo dudosa—¿Por qué me estás siguiendo?

— Primero baja el... pescado—. Pidió—Siento que en tus manos podría ser muy peligroso—. La burla en su voz era muy clara, pero yo lo ignoré y bajé el cadáver del animal.

—¿Qué haces siguiéndome?— volví a preguntar.

— No pensaba dejarte ir sola, pero tú insistías demasiado así que opté por acompañarte desde lejos-. Respondió— No pensé que te fueras a poner tan brusca.

— Vengo de Los Ángeles, una de las ciudades más peligrosas de toda Estados Unidos—. Respondí—¿Cómo estabas que reaccionara?

—Tienes razón, me disculpo—. Admitió—Solo quería asegurarme de que llegaras bien a casa.

—Bien, ya estás seguro—. Respondí— Mi casa queda al final de esa calle. Ya puedes irte—. Añadí antes de darme la vuelta, pero su mano me detuvo.

—¿No te agrado?—me preguntó y yo fruncí el ceño.

—¿A qué te refieres?

—Siempre que me intento acercar a ti me rechazas—. Respondió mi incógnita.

—Solo no te conozco—. Aclaré.

—Y aún así te subiste a mi moto—. Comentó.

— Porque no me quedaba de otra-. Volví a aclarar—Era eso o caminar descalza.

— Vamos rubia—, hice una mueca por el repentino apodo— solo quiero que nos llevemos bien. Dame una oportunidad y verás que no te arrepentirás—. Me lo pensé un momento.

Danna me había advertido sobre ellos el primer día en que llegué a la ciudad, pero aún así ella también se había unido a ellos- a la fuerza, pero bueno...-. Por otro lado, Hansel me había parecido muy amigable aunque casi no habíamos hablado. Allen no me daba buena espina, pero era callado, los callados son tranquilos, ¿Verdad?

Entonces, supongo que darle una oportunidad al chico que tenía frente a mí no era tan mala idea, o al menos no a simple vista.

Chase parecía un chico maduro y para nada problemático, aunque yo no era la más indicada para estudiar a los demás.

—Entonces, ¿Qué dices?—me preguntó.

—Tal vez , sí—. Respondí—Supongo que podría intentarlo.

— Bien—. Respondió con una sonrisa en el rostro—Nos vemos mañana, Miranda—. Y dicho eso fue por dónde mismo había venido.

***

—¡Pedido listo!

Tres días después todo había quedado en el pasado. No nos habíamos encontrado más con la tal Clara, ni habíamos vuelto a ir a esa discoteca.

Por otro lado, se acercaba el inicio del año escolar y los nervios por empezar la Universidad tocaban las puertas de mi cabeza. Aunque Danna me había contado sobre los buenos profesores que habían, uno de ellos era su padre.

—¡Camarera!— la armoniosa voz de Hash llamó a Danna. No se cómo se las había arreglado para saber que mesas ella atendía. Desde aquel día en la fiesta, el rubio no había dejado de frecuentar la cafetería y siempre que podía se sentaba en las mesas que atendía la chica— ¡Señorita camarera! ¿Podría venir a atendernos?— Danna rodó los ojos y me pasó por un lado con su libreta en mano.

—¿Qué desean?— la escuché preguntar.

— Dos hamburguesas de carne asada y dos de carne y queso, dos malteadas de fresas, una de vainilla y una de chocolate—, Danna intentaba escribir a su ritmo, algo que se le dificultaba por lo rápido que hablaba— tres plato de papitas fritas... Ah y un plato de pancakes hechos con mucho amor—. Bromeó haciendo ojitos a mi amiga. Esta se quedó estupefacta por lo que había escuchado, pero no tardó en responder.

—Bueno, si eso es todo—. Estaba a punto de irse cuando Hash le recordó:

—Todo con mucho amor—. Eso hizo que Danna sonriera de costado, una sonrisa malvada.

—Por supuesto—, respondió—le informaré al cocinero.

—¿Al...qué?—preguntó Hash con una sonrisa forzada y llena de confusión.

—Deen, nuestro cocinero—. Aclaró antes de irse hacia la cocina, dejando atrás a un Hash confundido siendo abucheado por sus amigos— Espero que con eso deje de molestarme —. Comentó al llegar a mi lado.

—Si no lo ha hecho hasta ahora, no creo que lo haga jamás—. Respondí— Deberías darle tu número.

— Él no lo ha pedido—. Dijo ella y yo giré la cabeza como Anabelle al escuchar sus palabras.

—¿Se lo darías?—le pregunté. Un leve rubor se hizo visible en sus mejillas.

—Por supuesto que no —. Respondió dándome la espalda y alejándose de mí.

—¡Hey, rubia!— me llamó Hansel acercándose a mí. Se había levantado de la mesa y acercado hasta la barra donde yo me encontraba recostada—¿Qué haces?

Yo lo miré un tiempo, ¿De verdad no tenía nada más que preguntarme?

—Emm... Trabajando—. Le respondí—¿Qué haces tú?

—Tratando de conversar contigo—. Respondió encogiéndose de hombros.

—¡Pedido listo!—gritó Deen desde la cocina y Danna fue hacia él para tomar la bandeja y caminar hacia la mesa de los chicos.

Hash sonrió con dulzura al verla y ella solo hizo una mueca de incomodidad ligada con otra cosa-tal vez diversión-, mientras dejaba todo sobre la mesa.

—¡Gracias!— dijo Hash.

—¡Oh!, eso no es todo—. Habló Danna con una voz lo suficiente fuerte como para llamar la atención de todos en el lugar—¡Deen!—llamó al cocinero. Hash se tensó en su lugar.

Deen se asomó por la puerta con una sonrisa coqueta y en un gesto poco varonil le lanzó un beso al rubio, provocando que la risa llenara el lugar.

—Tú dosis de amor—. Le comentó mi amiga y luego se alejó del chico que se encontraba más rojo que el abrigo que traía puesto.

—No se porque hay algo que me dice que a Hash le gusta mi amiga—. Mencioné al pelirrojo.

—No sabría ni que responderte—. Dijo este mirando al rubio como si le diera vergüenza— Así que—, cambió de tema regresando su mirada hacia mí—iniciarás pronto en la Universidad.¿Cómo te sientes al respecto?

—Un poco nerviosa, lo normal—. Expliqué— No soy muy buena relacionándome con los demás.

—Pero conmigo te ha ido muy bien—, dijo —es decir, desde que me senté frente a ti no hemos parado de hablar como si fuéramos amigos de toda la vida.

—Es porque iniciaste la conversación—. Respondí.

—Ya veo—. Dijo—¿No tenías amigos dónde vivías?

—¿Por qué me siento como en una entrevista?— pregunté divertida. Él también rio.

—¡Hansel!—llamó Hash—El que termina primero, ayuda al compañero—. Le dijo y el pelirrojo lo miró de reojo antes de volver su mirada hacia mi.

—Que rápido se le pasó la vergüenza—. Dije recordando lo recién pasado.

—Así es él—. Comentó—Me tengo que ir, no quiero quedarme sin papas fritas —. Dijo y yo asentí.

—Apúrate, Hash parece no haber comido nada en más de dos meses—. Dije al ver como el rubio devoraba su comida.

Cuando Hansel se fue, yo me quedé observándolo, hasta que noté una vista sobre mí. Era Chase. Estaba sentado junto a Allen en la mesa y me miraba completamente serio.

Su cabello le hacía sombra encima de sus ojos y su piel pálida. Vestía una sudadera blanca y un pantalón negro. Se echó para adelante y tomó un sorbo de su malteada de vainilla- así que eras tú-, pensé. No iba a negar que me había llamado la atención el que pidió la malteada de vainilla. En toda mi vida solo había conocido una persona a la que le gustaba la vainilla, esa persona era yo.

Chase parecía muy entretenido tomando de su malteada mientras me miraba. Era como un niño pequeño.

Al bajar el vaso, elevó una mano y me saludó. Me sentí incómoda y un poco nerviosa, no sabía cómo era capaz de ser tan amable de repente. Envidiaba a las personas así.

En mi caso, para dirigir la palabra a alguien por primera vez, antes la vigilaba por una o dos semanas para asegurarme de que era buena persona y no me iba a rechazar cuando le hablara, pero Chase había hecho un gesto tan simple como el de saludar con la mano y yo no había podido negarme.

—¡Angelina!— la voz de Bill hizo presencia desde la cocina—¿No te has dado cuenta de los clientes que se encuentran frente a ti?—me preguntó y al girarme noté que era cierto. Habían tres personas frente a mí y no se veían muy felices.

—Lo siento—. Me disculpé antes de comenzar a atenderlos, aunque de vez en cuando miraba de reojo a la mesa de los Bikers, hasta que acabaron y se fueron de local, dejando solamente el fuerte rugido de sus motos al paso.





Hej! ( Es hola en danés)

¿Cómo se encuentran?

¿Cómo les trata la vida?

¿Bien?

¿Mal?

Igual no se puede llorar. La vida es un asco. Cuando se sientan mal muerdan un limón, así se van a sentir peor 😂... Perdón, yo y mis malos chistes.

Bueno, ¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

Me dio risa leer un comentario en Facebook pidiéndome actualización. Yo toda inspirada dejando uno de mis mejores consejos y luego me encuentro con eso jajaja. Pero nah, en realidad me gustó mucho que lo hiciera. Eso me da a entender que le gusta la historia.

¿Qué les pareció la personalidad de Chase?

Les voy a aconsejar algo: No todo es lo que se ve. No sean tan ingenuos como Miranda. ;)

Bueno, hasta aquí el reporte Joaquín.

Recuerden:

🚨 Pueden encontrarse con escenas violentas, de sexo explícito, humor negro (machista y feminista), lenguaje inapropiado, entre otros que los harán llorar, refunfuñar, odiar y desear que una bomba nuclear caiga sobre mi casa.... :)

🚨 No apoyo este tipo de conductas y repito una vez más que solo es ficción.

🚨 Este libro no busca por ningún motivo ofender o criticar las creencias de las personas.

🚨 Si crees que el libro no es apropiado para tu lectura, por favor déjalo. Nadie te está obligando a leerlo.

No soy fan de los lectores fantasmas, así que agradecería su apoyo con votos y comentarios.

Mi Instagram: @mónica_iveth06

Mi Facebook: Mónica Iveth

Ambos están en mi perfil.

Gracias por leerme <3

Nos vemos en el próximo capítulo 😉

Recuerden tomar agua. El calor está insoportable 🥵

PD: Quería mostrarles esto, pero casi se me olvida.

NO PUEDO CREER QUE ESTÉ EN EL PUESTO UNO DEL RANKING BIKER!!!

Ahora sí... Chau 👋

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top