Capitulo 30 Capítulo de prueba

Caro

Regresamos al departamento de René, en el camino habíamos hablado sobre lo ocurrido con Melissa, tanto él como Leo, dijeron que impondrían una demanda por agresión en su contra, les dije que no era necesario hacer eso, ya que sólo era la actitud de una mujer despechada.

René se negó rotundamente y dijo que hablaría con su madre al respecto, y que obviamente la desligarían de la sociedad en la fundación.

Cuándo llegamos, René se quedó en el living hablando por teléfono con su abogado, luego con su madre, René me había pedido que dejase todo en sus manos, porque se sentía responsable, por no haber puesto en su lugar y dejarle bien claro a Melissa, que dieron por terminada su relación, únicamente eran conocidos, no lo contradije, fui hasta la cocina para ver que podía preparar de almuerzo, pues la mañana había pasado volando, quería aprovechar todo lo que resta del día para compartir con René. Desde que se quedó, a dormir conmigo no tuvimos más tiempo a solas, luego con mi caída fue todo lío.

_¿Amor, estás bien?

_¿Ah?

_¿Que si estás bien? Te estaba diciendo que ya está todo, pero...estabas prestando atención en otra parte, no me prestabas atención, ¿te duele algo?

_¡No, no! Estoy bien, no te preocupes, sólo... pensaba en ¿que almorzaríamos?, quería prepararte algo y... no sé que podría-

Estaba cerca de la isla de la cocina, me había puesto un delantal para empezar a cocinar, pero no sabía dónde, René tenía las verduras guardadas, sólo distinguía su heladera, cocina y cubiertos, después ¡todo estaba en perfecto orden!

Como si nunca hubiesen usado su cocina, fui hasta la heladera en busca de verduras, pero...estaba vacía...sólo tenía algunas cervezas, productos enlatados o cosas así. No había nada, para poder hacerle un delicioso almuerzo a mi novio, era frustrante, quería mostrarle mi destreza en el arte culinario,  a René, pero al parecer era imposible.

Entonces, me sobresalto al sentir las manos de René en mi cintura, su respiración cerca de mi oído izquierdo, dejando besos sobre mi cuello.

_¿Que te parece si...almorzamos... otra cosa?

René, no paraba con sus besos y cuándo me dijo eso, supe que se refería a otra cosa, que no fuera comida específicamente, me dió la vuelta, cerrando la puerta de la heladera, atacó directamente mis labios con sus manos aún en mi cintura.

_¿Que te parece... esto?

René seguía con sus besos, lo hacía en cada parte de mi rostro, diciendo que me parecía eso o lo otro, sólo sentía mis piernas hecha gelatina y mi respiración acelerada, bajo nuevamente a mi cuello, dándole un pequeño mordisco, que me hizo sentir escalofríos.

_¿O que te parece...esto?

No decía nada, me estaba dejando llevar, sé que lo nuestro con René, fue un poco apresurado tal vez pero...con él me siento segura, lo amo, nunca me había dado la oportunidad con otro hombre, y con él,lo hice sin dudarlo.

Mi mente, aún trataba de procesar todo lo que estaba ocurriendo, pero mi cuerpo se prendía como si estuviera modo automático, y reconociera el tacto de René, como si sólo se dejase tocar por esas manos, mi cuerpo me delataba cruelmente.

_René...

Apenas y podía hablar claramente, era más que obvio, que no pensaba en nada más, que en las caricias de René.

_No es necesario que me digas nada, Bonita.

Atacó nuevamente mis labios y sus manos bajaron hasta mi trasero presionándolo sutilmente, invitándome a colocar mis piernas alrededor de él, inmediatamente me sostuve completamente de su cuerpo. Me acercó hasta la isla de la cocina, me sentó ahí sin dejar de besarme, pese al frío de la mesada, solo sentía calor, no entendía que me pasaba, si era de nuevo por el golpe de hace unos días o por el roce del cuerpo, de nuestros cuerpos, el de René con el mío y sus manos haciendo un recorrido.

Nos separamos por falta de aire, René colocó sus manos firmemente en mis cintura, de nuevo apoyando su frente con la mía, mientras yo dejaba mis brazos puestos sobre sus hombros y con mis piernas rodeándolo.

_Te deseo tanto Bonita, no sabes cuánto.

_René...yo...esto..es..

Colocó un dedo encima de mis labios callándome, luego depositando un tierno beso en ellos, para luego colocar una mano sobre mi mejilla, dónde aún se notaba un poco el moretón y dió otro beso, en esa zona.

_Sé, lo que quieres decirme amor.
Permíteme ser el primero.
Déjame ser el único.

¿Quería esto tanto como él? Pues si, la respuesta era si.
¡Lo quería!, pero tenía miedo, era mi primera vez, y si no...¿le gusto? ¿Y si luego de eso, nuestra relación se vuelve diferente? ¿Y si duele? O ¿si me gusta pero no se hacerlo? ¿Eran un montón de preguntas!, que se me acumularon en ese instante. ¡Un montón de dudas!

Lo miré, colocando una mano encima de su mano que aún estaba puesta en mi mejilla, asentí con la cabeza, iniciando esta vez un beso torpe pero diciéndole que también quería. Y quería que sólo fuese con él, sentí una sonrisa entre besos, creí que se burlaría de mi torpeza.

_¡Me haces el hombre más afortunado, del mundo Bonita!

Me besó de nuevo, levantándome de la isla, no sabía a dónde íbamos, sólo sentía que él, trataba de esquivar algunos muebles, yo aún colgada como koala sin desprenderme de sus labios.
Se habían vuelto como una droga para mí, como si empezara a depender de sus besos y sus caricias.

Escuché que cerraba una puerta y nos detuvimos, abrí los ojos, bajé al suelo liberándolo de mi agarre. René, sólo me miraba como si fuera lo más hermoso que haya visto en su vida, me tocaba con tanta delicadeza, como si me fuese romper en cualquier momento.

Sentí sus manos en el dobladillo de mi blusa, luego las sentí adentrarse subiendo mi espalda, no dejaba de acariciarme ni por un instante, alzó mi blusa y me la despojó, dejándola caer al suelo. Luego desató el delantal, que acompañó a mi blusa en el suelo.

Con mis manos temblando, sin saber si hacia lo correcto, hice lo mismo con la camisa de René. Desprendiendo los botones,  lentamente y con un poco de miedo. René, notó el nerviosismo en mi, besó cada una de mis manos, al terminar de sacar completamente su camisa.

No dejaba de observar y recorrer con mis manos, su perfecto y ¡marcado abdomen!

René desprendió los botones de mis jeans, antes de bajarlos me despojé de mis zapatos, luego desprendí el cinturón de René.
Todo pasó aún más rápido, tanto que ya nos encontrábamos, únicamente en ropa interior.

_Eres perfecta Bonita, ¡me encantas!, me vuelves completamente loco y me gustaría ser el único, que conozca cada rincón de tu cuerpo.

_ Y tú a mí René, sólo contigo quiero aprender a amar, quiero que únicamente tus manos me toquen, que nuestros cuerpos se reconozcan con un simple roce, como lo estoy sintiendo ahora. Quiero hacer el amor contigo.

_Hacer el amor. ¡Sólo contigo!Bonita, Te Amo.

_Yo, te Amo a ti.

René retomó sus caricias,  recorriendo con sus manos todo mi cuerpo, desde mi muslo subiendo hasta mi espalda nuevamente, y besándome cada vez más, intensamente. Sus besos llegaron al inicio de mis pechos, entonces ya solo sentía sus manos, en el broche de mi brasier, lo desprendió.

Lo despojó, como si fuese una pluma volando en alguna parte de la habitación, sentí la cama y un poco de vergüenza, era la primera vez, que me encontraba totalmente desnuda delante de un hombre, intenté taparme con el brazo, pero René me detuvo inmediatamente.

_No tienes, porqué avergonzarte amor, eres hermosa, eres muy hermosa, eres ¡simplemente perfecta!

Nos besábamos nuevamente y René me recostó en la cama quedando encima mío, con sus brazos uno en cada lado de mi cabeza, sin aplastarme, siguió de nuevo con sus caricias, pero esta vez era más intensamente, nos deseábamos cada vez más.

Me despojó de la última prenda que tenía puesta, ya no había marcha atrás y mis sentidos estaban completamente nublados.
Se deslizó hasta abajo, besando mis pies, subiendo lentamente hasta mis piernas, luego mis muslos, encima de mi ombligo, por mis pechos y parecía que sobre todo le gustaba esa zona, no se desprendía de allí, no dejaba de acariciarme, de besarme.

Después se despojó él, de su última prenda, alcanzando la mesita de noche y sacando del lugar, un sobrecito plateado, lo que significa que ¡si estaba pensando en todo!

¿Como podía pensar con claridad en este momento? ¡Dios! ¡Yo no estaba en mis cinco sentidos!, con el sólo hecho de verlo ¡completamente desnudo! Era realmente, un ¡Dios griego!

Se colocó la protección y volvió a su posición anterior, mirándome, como pidiendo permiso, queriendo encontrarse seguro, de que esto realmente lo quería. Queríamos los dos.

_No tengas miedo amor, te cuidaré en cada momento, quiero que disfrutes, pero si quieres parar, sólo dímelo.

Entonces lo acerqué a mi poniendo mis manos en su cuello, lo besé, dándole a entender que no quería que se detuviera, y que realmente quiero dar este paso con él. Es el único hombre con quién quiero estar de esta forma, me separé unos segundos de él y le dije susurrando.

_Sólo Contigo...

Ya no importó, si teníamos que almorzar o no, si debíamos de hacer algo más, o si el mundo seguía girando. ¡Todo pasó a segundo plano!, simplemente sentíamos la necesidad de ser uno solo en ese momento y nos dejamos llevar.

Me dejé llevar, permitiéndome amar con todo mi ser por primera vez, en mi vida.



Mientras escribía este capítulo escuché esa canción ojalá les guste!

Este capítulo va  dedicado a RedCuarzo free_spirit_writer  ¡muchas gracias por el apoyo y sus palabras!

Siguiente capítulo narrado desde la perspectiva de René no se lo pierdan...

Con cariño
Pati 💜😘

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