Capítulo 19

El vehículo del filántropo se abría paso entre los carriles, las luces nocturnas firmaban el paso de el filántropo. Durante el camino se hicieron presentes diversos tipos de charlas, unos más interesantes que otro en opinión del mayor, mientras que para el joven todas se quedaban en un mismo rango "incomprensibles" le costaba trabajo concentrarse, sólo podía pensar una y otra vez en la discusión del filántropo con el hechicero, cada intento que hacia para poner atención eran en vano.
—Señor Stark— pronunció el chico, tenía miedo, miedo de no saber que decir si todo salía mal. Los ojos del millonario se dirigieron a el chico tan sólo por un instante, no tenía idea que le diría pero le preocupaba el tono de voz del menor. —¿Si?— respondió Tony mientras volvía su mirada a el carril, pensó que el chico tardaría un poco en soltar su pregunta pero no fue así. —¿Qué ocurrió con el señor Stephen? …— Peter pudo ver como tras su pregunta el millonario daba pequeños golpes con la punta de sus dedos sobre el volante, Tony daba pequeños mordiscos en el interior de sus mejillas a causa de los nervios, se podía admirar con lujo de detalle como se formulaba un nudo en su garganta. —¿Con Stephen?— fingió no saber nada sobre la discusión anterior y es que realmente no era un tema cómodo del cual el filántropo quisiera hablar, por su parte el joven asintió con la cabeza, sabía que Stark sabía a que se refería. El mayor soltó un suspiro pesado y negó ligeramente con la cabeza. —Prometo responder todas tus preguntas después de la cena— volvió la mirada a el castaño y sonrió de lado.
Pasaron los minutos y el filántropo detuvo su vehículo en las afueras de un lujoso restaurante, era un lugar enorme con luces doradas que resultaban los balcones y ventanas, tenía pilares al estilo barroco y una enorme fuente de centro, iluminada con destellos bermellón y turquesa.
Por tan sólo ese momento Peter sintió olvidar todo lo referente a Stephen además de incluso olvidar que aún no era formalmente la pareja del filántropo, recorrió con la mirada el lugar quedando boquiabierto, volvió al poco rato la mirada a el filántropo quien sostuvo la mano del joven entre la suya, Tony miraba de manera amorosa a el castaño y no era para menos, al menos no para el filántropo, el mayor creía que ni siquiera todos los diamantes de Rusia y Botswana eran suficientes para su pequeño. —Señor Stark, esto debió salirle en una fortuna— dijo el joven entre susurros, era sin duda un detalle magnífico. Por su parte el filántropo simplemente negó, era cierto que no le causaba pesar el hecho de gastar dinero en ese pequeño bulto de ternura. —No es suficiente, no si se trata de ti—.
Dirigieron sus pasos al interior del lugar donde un amable joven tomo sus abrigos apenas ingresaron al lugar, la recepción era un lugar sin igual, tenía en cada pedestal elegante decoración floral de lirios y azucenas, tenía bellas cortinas color carmesí las cuales cubrían los amplios ventanales de cristal. Peter esperaba que los dirigieron a una mesa, sin embargo, tras eso los dejaron completamente solos, el castaño, de manera incrédula recorrió el sitio con la mirada, estaba desierto. —Ven, niño— dijo el hombre con voz tranquila mientras tomaba nuevamente la mano del joven, dirigieron sus pasos a unas amplias escaleras de caoba. Con cada paso que daban, el joven sentía latir su Corazón cada vez más fuerte, la sensación que le generaba sentir la mano del filántropo sobre la suya era  inigualable.
Finalmente llegaron a la mesa que les correspondía, estaba situada en el piso 8, le mesa estaba meramente diseñada para dos, tenía las cartas del menú sobre la misma, un mantel color borgoña, al igual que cada lugar del restaurante, el piso 8 estaba desierto. El filántropo pudo notar que el chico estaba desconcertado por el hecho de no ver a nadie, motivo por el cual Tony decidió aclarar sus dudas referentes a el lugar. —Lo eh reservado sólo para nosotros— tras esas palabras Peter quedó boquiabiertos, ahí cobraban sentido las palabras anteriores del mayor.
"Nada es suficiente, si se trata de ti"
Tomaron asiento y mas temprano que tarde analizaron la variedad de platillos, desde americanos hasta europeos, asiáticos y franceses, era una selección amplia. Como plato principal les llevaron a su mesa crema de champiñón y trozos de pan con sazón de pimienta negra y ajo.
También llevaron una botella de champagne, la más espumosa que pudiera ofrecer el lugar; cabe decir que la cartilla de menú era meramente por cortesía ya que parecía que el filántropo había ordenado con anticipación. Los meseros destaparon la espumosa bebida y la sirvieron en unas finas copas de cristal. —por lo que hemos logrado como equipo— dijo de repente el filántropo incitando un brindis con el menor, cosa que el chico aceptó pero rechazó discretamente al no ingerir dicha sustancia, simplemente mojó un poco sus labios, haciendo que estos quedaran húmedos, no era que quisiera ser aguafiestas pero no le agradaba el alcohol. Tony dio un buen trago de su bebida para después sonreír de manera cariñosa con el chico. La iluminación era tenue y la amplia vista nocturna hacia del lugar un lugar especial, la ventilación era fluida sin embargo se tenía un ambiente cálido, sonaba música de fondo, aunque era difícil encontrarle sentido ya que se reproducía de manera discreta, tal vez porque sólo era para ambientar la situación.

La velada transcurrió con normalidad hasta que el chico recordó nuevamente aquella charla que el filántropo había encarnado con Strange, por algún motivo lograba estremecer su piel, era una sensación de incomodidad y curiosidad, era tanta su curiosidad que rompió el silencio de manera más abrupta que se podía esperar. —¿Va a hablarme sobre Strange?— dicho comentario logró hacer que la bebida del filántropo se convirtiera en un nudo, uno amenazante, Stark miró algo sorprendido al chico, no era que estuviera molesto sino que le parecía sorprendente la falta de discreción por parte del joven.
Mientras la tensión se apoderaba del lugar el joven mantenía una mirada firme como si estuviera intentando tomar el control sobre la situación, cosa que causó que el filántropo pintara una sonrisa en sus labios, era como un niño molesto porque su madre no le había comprado algún juguete.
—Claro— respondió el filántropo con su tono usual de voz — él y yo nos conocimos antes, en la Universidad—
Los ojos de Peter se abrieron de manera dramática, puesto que en realidad no había pensado que el mayor respondiera a sus preguntas, apenas pudo formularse un par de preguntas cuando el millonario prosiguió con su historia. —No era que nos lleváramos bien o algo parecido, en realidad, lo detestaba con todo mi ser, no sé si era porque teníamos tanto en común o simplemente porque no teníamos nada de que hablar.—  los ojos avellana del chico miraban con atención el rostro de Stark, memorizaba sus expresiones y actitudes mientras intentaba hablar de aquel hombre; a como era de esperarse sus gestos eran forzados y en su frente se hacia cada vez mas notoria la pequeña arruga a causa de forzar el semblante, tenía las mejillas coloradas, quizá gracias a lo incómodo de la platica, sin importar el motivo causante del sonrojo Peter tenia que admitir que ese ligero color rosa sobre sus mejillas lo hacia ver hermoso.
—un día mientras iba rumbo al campus se atravesó en mi camino Stephen, cabe decir que yo apresure el paso,  lo ultimo que quería era estar al lado suyo — prosiguió el mayor antes de beber de su copa — para mi desgracia el sujeto también aumento la velocidad, en un principio creí que lo había hecho para mosquearme pero al poco tiempo comprendí que ya era tarde, no era como que cerraran las puertas pero lo que si pasaba era llegar tarde y perder horas de clase, por consecuente pasar dos horas extras haciendo servicio en el campus.
Como ya has de saber, gracias a mi padre tenia un futuro económico prometedor así que jamás me había visto obligado a ir a la universidad a pie o en metro, yo tenia coche— la voz del filántropo volvía a retomar ese tono irónico y despreocupado, como si ya no le diera pena hablar de la situación — en cambio ese día mi auto había sufrido un percance por lo cual tuve que tomar el metro y después caminar hasta el campus, no sabia si él también sentía desagrado por mí, pero yo lo daba por hecho, era un sujeto anticuado, memorizaba cosas inútiles y gozaba de irritar a los demás con eso, cada clase era un martirio tenerlo en el mismo módulo, no nos veíamos a diario puesto que sólo compartíamos algunas clases pero cuando las clases coincidían era un pesar. Apenas entre en el plantel cuando pude ver como el director salia de su estrecha oficina temporal,  era un sujeto gordo y extraño, su cabeza era tan afilada de la coronilla como un huevo de gallina, tenía poco cabello en su cabeza y en compensación tenia cabello creciente en los oídos y pecho, supongo que también tenia un poco en la espalda— dijo antes de elevar las cejas y reír un poco debido a la expresión de asco del joven. Peter sabia que Stark estaría desquitándose de el por haberlo forzado a hablar del tema, no tenia derecho a reclamar o a pedir que silenciara sus descripciones.
El mayor le dio al joven tiempo suficiente para que imaginara a dicho sujeto, una vez que supuso que el chico ya había imaginado bien al hombre, prosiguió. —dio un par de pasos resonantes en nuestra dirección y con voz jocosa nos hizo saber que estaba mal llegar tarde, no pude contener mi risa sarcástica, era obvio que estaba mal llegar tarde, para mi desgracia el director y yo ya habíamos tenido algunos problemas con eso de la disciplina, así que el obeso no dudó en ponerme una sanción mayor a la de Stephen; según decía el sujeto que yo había sido el culpable de que el freak de Stephen hubiese llegado tarde también, la acusación no me molestó ni en lo más mínimo, no era la primera autoridad escolar que aseguraba que yo era el problema, en realidad yo ya esperaba que Stephen le diera la razón para así salvar su extraño pellejo del castigo y a decir verdad quería que le diera la razón así podría decir que era un cobarde mojigato, sin embargo no lo hizo, asumió haberse levantado tarde de la cama esa mañana y por si fuera poco añadió que el director era alguien inconsciente que juzgaba sin saber realmente que había sucedido, yo reí con todas mis fuerzas, no solo por lo cierto del comentario y por la expresión de sorpresa de aquel horco sino mas bien por el problema en que se había metido Stephen. Al poco rato la mirada de Stephen estaba perdida en la nada, como si no hubiera pensado bien en lo que decía por estar molesto.— con forme avanzaba la historia Peter se sentía cada vez mas confundido, ¿porqué Strange lo había defendido del director si se llevaban tan mal?, además, ¿había hablado sin pensar porque le había molestado que alguien insultara a Tony?, no lograba comprender nada, ni siquiera un poco. —Al poco rato comprendí que quizá me había defendido, debo admitir que el solo hecho de imaginar semejante barbaridad me causo nauseas. Ese día llegué tarde a casa, me había quedado a hacer horas extras en honor a mi castigo por llegar tarde al plantel, no fue tan malo, sabía cómo tratar a las secretarias y también a las profesoras,  unos cuantos cumplidos, darles la razón en todo y listo, me había librado del castigo; en cambio Stephen había limpiado las aulas, juntado la basura, incluso había ordenado los estantes de libros de la biblioteca. Tampoco era como que yo no hubiera algo, me la había pasado con una de las secretarias colocando sellos de aprobado en los documentos,  al salir por fin de las clases camine con toda calma hasta la estación del metro, no había nadie esperándome en casa así que tampoco debian enterarse del castigo. Mientras caminaba Stephen y yo nos encontramos, parte de mí creía que debía disculparme y agradecerle por no darle la razón a ese sujeto de cabeza puntiaguda, pero mi orgullo no me lo permitió; en cambio lo espere y comenzamos una charla un tanto aburrida, tampoco le pregunté porqué me había ayudado simplemente lo dejamos pasar.— Peter, quien ahora tenía la vista perdida en un punto muerto del amplio ventanal asintió con la cabeza,   quizá habían tenido una especie de amistad con derecho de noviazgo, o quizá habían sido como hermanos, no lo sabía.

Gracias por la espera, mis amados retoños.

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