CAPITULO. 3
Me desperté, hacia días que no dormía como hoy, me estire aun en la cama, tome mi reloj debajo de la almohada y vi que eran las 9:00 de la mañana, papa ya debía estar despierto al igual que nana, me salí de la cama, puse mis pies fríos en las pantuflas de conejitos, Alemania era más frió de lo que había imaginado, tome una mantilla y me enrolle en ella, salí de mi cuarto, mis fosas nasales se llenaron de un aroma tan exquisito, olía a pan francés, tocino y café, baje las escaleras, en la sala estaba sentado mi papa leyendo el periódico, que para colmo estaba en Alemán, se que el habla perfectamente el Alemán pero aun así es extraño.
-Hola papa- camine hacia él, dejo el periódico de lado y se puso de pie.
-Hola mi linda hija como has dormido?- lo abrace, extrañaba tanto esos mimos de parte de él.
-Muy bien, solo que aun no me acostumbro a este frió tan espantoso-
-Te advertí que trajeras ropa más gruesa, tendremos que ir antes de las fiestas navideñas a comprarte ropa- asentí, vi a nana en la cocina.
-Naaaana- corrí hacia ella, ella me abrazo fuerte, en verdad que estas serian las mejores fiestas navideñas del mundo.
-Hola mi niña que feliz amaneciste hoy, y dime ya has desayunado- negué con la cabeza.
-Me voy despertando-
-Mira ya hicieron el desayuno que tal si vas por tu padre y comemos todos juntos- asentí, llegue al lado de papa y lo arrastre a la cocina.
El desayuno fue de lo más divertido, platicábamos de como fue el viaje, de que haríamos en la cena de navidad, que compraríamos, necesitábamos un pino navideño, quizás luces para poner fuera de la casa.
-Me iré a dar un baño después veremos que hacemos hoy, me gustaría recorrer un poco aquí, quizás hoy podamos comprar las cosas para decorar la casa-
-Bien anda ve a bañarte, estaré en la biblioteca haciendo unas cosas del trabajo cuando estén listas me llaman y nos vamos- asentí, bese la mejilla de papa y después la de nana y corrí escaleras arriba.
Tome mi Lap top de una mochila para poner música, tome de una maleta una blusa negra de manga larga, unos pantalones negros ajustados, una chaqueta roja y mis converse rojos, abrí mi lap top y mire que en mi correo tenía un mensaje quizás era de Pearl ella sabe que mi celular está roto y quizás se quiso comunicar conmigo de alguna manera.
Abrí el correo, no tenia nombre ni asunto, abrí el archivo adjunto.
Era una carta, le di clic para verla más grande.
Crees que puedes escapar tan fácilmente de mi, te equivocas, a donde vayas te seguiré, te recordare de quien eres, a quien le perteneces, te buscare en el ultimo rincón del mundo y jamás me separare de ti, tu eres mía, siempre lo serás.
Recuerda que aunque hayas huido de mi nunca te dejare en paz, no serás feliz con nadie, no dejare que lo seas, siempre estaré detrás de ti como tu sombra, cualquier persona que llegue amarte sufrirá, nadie tocara lo que me pertenece, así que nunca lo olvides mi princesa, estés donde estés tarde o temprano te encontrare...
Como supo que me fui, hace apenas ayer que llegue a Alemania y el ya sabe que no estoy en Londres, quizás me estaba espiando, quizás siempre me observaba, el no puede saber donde estoy, el no puede encontrarme.
Borre el mensaje, cerré la sesión de mi cuenta, quizás lo mejor sería cerrar todas mis redes sociales, mi Facebook casi nunca lo uso, twitter me aburre, no tengo instagram y pues mi email no me interesa más en fin puedo crear otro.
Mejor me baño y después elimino todo eso, después me comunico con Pearl para comunicarle todo.
Me di un baño rápido, salí ya vestida, mi cabello escurría, ya muero por cortarlo, o eso era una buena idea, quizás si cambio mi estilo el después no me reconozca, debería de cambiar un poco, así puedo tener un poco de ventaja.
Desenrede mi cabello, hoy lo cortaría cuando salariamos de compras, borre todas mis redes sociales, desactive mi cuenta de email, después haría otra.
Baje y vi a mi nada tejiendo en la sala, le hice señas, entre ala biblioteca y papa me miro, se veía tan relajado, papa es muy guapo, su cabello oscuro, piel blanca como la mía, ojos azules y siempre lleva una barba rebajada, el es un hombre imponente, mide seca de 1.90, no sé como mama se separo de él y se caso de nuevo y con un hombre que no es nada absolutamente nada atractivo, aparte papa siempre le dio todo lo que ella pedía.
-Ya estoy lista papa-
-No te secaras ese cabello no quiero que te resfríes-
-No así está bien es que quiero ir a cortarlo- el me miro extrañado, el sabe que amo usar el cabello largo, así siempre lo uso mama, pero quizás era mejor un cambio.
-Bien llama a nana para ya irnos-
Estábamos en el centro comercial, habían tantas tiendas, nana y papa fueron a ver lo de la comida, mire una estética, camine hacia allí, entre y solo habían tres chicos, vaya que raro, me senté a esperar mi turno.
En la televisión estaba el canal de ESPN, estaba un partido del Bayer Leverkusen contra el Bayern Múnich. No soy muy fan del fútbol pero debo admitir que el fútbol alemán es realmente bueno.
Escuchaba las carcajadas de los tres chicos que estaban ahí, le estaban cortando el pelo a uno de ellos y los otros solo hablaban entre sí.
-Mira Marco quizás algún día juguemos ahí y nos vean en la televisión- dijo uno de ellos, debí suponer que Marco era al que le cortaban el cabello ya que se giro al televisor, los tres chicos eran muy guapos.
Uno de ellos llamo mi atención, tenía cara de niño pequeño, ojos verdes hermosos, el cabello castaño claro, de piel clara pero no tanto como la mía, era muy lindo.
-Mira Erik quizás tú puedas estar en el Leverkusen-
-Ya cállate Lukasz y deja ver el partido- le contesto el chico lindo, que a como escuche se llama Erik.
Me quede mirándolos, hasta que sentí que alguien toco mi hombro y me sobresalte, retire su mano de mi al sentir un escalofríos por todo mi cuerpo, me puse de pie alarmada.
Era solo una chica que creo por cómo iba vestida debía ser la otra estilista.
-Lo siento no quise asustarte- se disculpo.
-No hay problema solo que estaba un poco distraída- ella asintió me condujo a un asiento al lado del chico rubio al que le cortaban el cabello.
-Ya sabes que corte quieres- la verdad no tenía ni la menor idea de lo que quería solo quería lucir diferente.
-No lo sé, quiero algo corto, algo nuevo- los chicos dejaron de hablar y ahora todo me miraban.
-Creo que se le vería bien una melena hasta los hombros- dijo el estilista que estaba terminando ya con el chico de al lado.
-A mí me gusta tu cabello largo- dijo el rubio que si mal no recordaba era Marco.
-Creo que te veras bien de las dos formas linda- me sonroje por el cumplido, ese había sido el chico que no dejaba de hablar de fútbol, mire al chico lindo que solo me miraba y me gire a la estilista.
-Quiero un cambio total, córtelo hasta la mitad de mi cuello- la chica hizo una cara de sorpresa, los chicos ya no dijeron nada.
Terminaron de cortar el cabello de Marco y él se levantaron, Dios los tres estaban guapísimos, tenían unos cuerpos que se notaba que hacían ejercicio a diario.
Les vi hablar entre sí, antes de marcharse el rubio que no dejo de hablar me saludo, le sonreí, al final salió el chico lindo y se giro hacia mí, solo me miro, me sentí cohibida pero aun así tome el valor y le sonreí, el me devolvió la sonrisa y se marcho.
Cuando terminaron de cortarme el cabello sentía mi cabeza más ligera, quizás había sido demasiado, me giro y me mire en el espejo, si que era corto pero no me desagradaba, me veía distinta.
-Que te parece- me dijo la chica.
-Me encanta, cuanto es?-
-Sabes por ser la primera vez que vienes aquí y porque se nota que no eres de aquí será gratis, mira te he guardado la trenza de tu cabello por si quieres consérvalo. Les agradecí y salí de ahí, ya con una nueva imagen.
Me encontré con mi padre y nana en un café, cuando papa me vio primero ni me reconoció después se sorprendió tanto.
-Vaya que querías un cambio cariño- asentí, me senté con ellos y después ordenamos.
Ya habían comprado toda la decoración para la casa y también la comida, papa me dijo que fuera a buscarte ropa para el frió.
Recorrí todas las tiendas, compre muchas cosas desde zapatos, ropa y accesorios.
Cuando en la noche llegamos a casa estaba exhausta, tome mi computadora y la puse en la cama, vería una película, ya mañana era 24 de diciembre y quizás tendría muchas cosas que hacer.
Hoy era 24 de Diciembre, el día de noche buena, hoy se hacia la cena, nana quiso hacer la cena y yo me ofrecí a ayudar.
Hacíamos pavo, papas en el horno y aparte puré de papa, hice una ensalada y nana se puso hacer su famoso pastel angelical, es tan rico que soy capaz de devorarlo yo sola.
A las 8:00 de la noche ya teníamos toda la cena lista, subí a vestirme, tome unas medias negras de puntitos, un vestido negro de manga larga que me llega por encima de la rodilla, tome mis zapatos negros que compre para la fiesta, peine mi cabello como pude, jamás imagine que fuese tan difícil peinar el cabello corto.
Baje, nana había puesto la mesa, todo estaba lindísimo, papa se dedico a decorar la casa y nosotras nos dedicamos a la cocina. Tenia razón esta fue la megos cena y la mejor noche de todas, estaba con las personas que amo, quizás o todas pero aun así me sentí feliz, fue diferente, sin comidas recalentadas y ver películas sosas de navidad que ya me sabia hasta los créditos.
A la hora de abrir los regalos empezamos a repartirlos, le compre a nana una medalla de plata con un corazón de rubí, es su piedra favorita, le regale también unos aretes de plata para que hicieran juego, a papa le regale o rolex, un reloj nuevo, el que el trae siempre ya está muy viejo, también le compre una agenda electrónica, su agenda ya está toda deshecha.
Papa me regalo una pulsera con muchos ganchitos, solo tiene cuatro colgantes, uno es la bandera de reino unido, hay un reloj que representa el big bang, de Londres, otro es una bandera de Alemania y lo que me sorprende que el ultimo es un árbol de navidad. El me explico que las banderas son por los países que he conocido y que me marcaran la vida, el big bang por Londres y el árbol de navidad por haber sido la mejor navidad de todas, llore de lo hermoso que fue el regalo. También me regalo un nuevo celular, un iphone 6 y me dio un cupón de 1000 euros en una tienda de ropa aquí en Dortmund.
Nana me regalo un vestido naranja de manga larga con bordados en dorado, era lindísimo, todos los regalos fueron muy lindos, dejamos toda la sala llena de papel de regalo, nos fuimos a dormir muy tarde, llame a Pearl y le di la Feliz Navidad.
Hoy se iban ya mi papa y mi nana, era 30 de diciembre, después de pasar unos lindos días en familia ellos debían regresar, ya en 4 días venia Pearl así que no estaría tanto tiempo sola, los señores Bender ya habían regresado, papa me llevaría a su casa, estaba un poco nerviosa, no estoy acostumbrada a estar entre tanta gente pero supongo que será algo bueno.
Papa detuvo el coche frente a una gran casa, bueno diría que es una mansión, una muy linda mansión, con un jardín precioso, una fuente inmensa, deben de tener mucho dinero estas personas.
-Te gustara vivir aquí, son personas muy hogareñas, los hijos de ellos están de viaje constantemente así que no los veras seguido- asentí, no tenia problema en topármelos de vez en cuando, total yo era quien invadía su espacio no ellos el mío.
Tocamos el timbre de la casa, abrió una mujer rubia, sus ojos verdes, esbelta y muy bien vestida, debía ser la señora Bender.
-Hola por Dios Aaron tanto sin verte, esta debe de ser tu pequeña niña, mira pero si ya es toda una mujer, es preciosa- sonreí, ya me agradaba esta mujer.
-Muchas gracias Anne por permitir que mi hija y su amiga vivan aquí, les pagare cada mes cualquier cosa que sea necesario-
-Sabes que aquí no te cobramos, cuantas veces estuvimos en tu casa, es nuestro turno de regresar el favor- mi papa asintió, beso mi frente, ya me había despedido de nana, en verdad los extrañaría tanto.
-Adiós mi linda hija no sabes cuánto te echare de menos en casa, quiero que te portes bien y que controles a esa amiga tuya tan loca que tienes, mándame mensajes seguido, te llamare siempre que pueda, no olvides que te amo, tu tarjeta de crédito no tiene límite para lo que necesites, la tarjeta con el dinero de tu abuelo también ya la saque está bien la puse en tu maleta- asentí, mis ojos estaban llenos de lagrimas, no quería que se fueran.
-Claro papa, yo también lo voy a echar de menos, lo quiero mucho- le abrace, mis lagrimas rodaron por mis mejillas.
Las despedidas son duras, ahora me encuentro en mi nueva habitación, esta es muy grande, la de Pearl está justo al lado de la mía, la casa es muy linda, Anne es muy dulce ya me llevo a recorrer toda la casa, me conto que tienen dos hijos, son gemelos, me mostro fotos, realmente son muy parecidos, y son apuestos, ellos siempre están de viaje, uno estudia idiomas y aparte juega futbol, el otro estudia administración de empresas como su padre y también ama el futbol.
Comencé a desempacar, entre más pronto lo haga menos flojera me dará. Cuando finalice me tire en la cama, saque el nuevo teléfono, marque a Pearl me sé de memoria su teléfono.
-Hola- saludo ella.
-Hola Pearl- escuche un grito de su parte.
-Ninaaaa como te extraño, y dime como es halla no te imaginas las ganas que tengo de irme de aquí, te conté que discutí con Alec el muy imbécil quiere volver conmigo sabiendo que jamás funcionamos como pareja, no le dije nada de que me voy, le deje dicho a mis padres que no les dijeran a nadie-
-Gracias amiga, aquí es hermoso, solo que hace mucho frio, papa me llevo de compras y compre casi todo un guardarropas, hace tanto frio, ya estoy en casa de los señoras Bender, la casa es hermosa y Anne es muy linda-
-Quien es Anne-
-La dueña, es tan amable-
-Estoy emocionada, pero pronto nos veremos- escuche gritos del otro lado de la line.
-Todo está en orden?- pregunte.
-Si, sabes te marco mañana mama me está llamando para bajar a cenar, te amo amiga, y sabes que si necesitas cualquier cosa puedes llamarme-
Nos despedimos, me sentía cansada, mañana iría a compra unas cosas para año nuevo, necesitaba comprarle obsequios a Pearl, a Anne y a su esposo, creo que dijo que sus hijos regresaran por año nuevo quizás deba comprarles algo a ellos también.
Regresaba de las tiendas, un 31 de diciembre es toda una odisea estar en las tiendas, es extraño que estén abiertas, se que solo hasta las 5:00 de la tarde, compre muchas cosas, hoy usare el vestido que me regalo nana, compre regalos para los Bender.
Regrese a casa, olía muy bien, entre con todas las bolsas en mano, ya estaban envueltos los regalos, el Sr. Bender me ayudo a cargar las bolsas cuando me vio, el es un hombre muy bueno, es como ver a mi papa, también es alto, su cabello es rubio y ojos verdes, es muy atractivo.
-Pero que tanto traes aquí pequeña- sonreí
-Son unos obsequios, mi familia en año nuevo da regalos así que debo seguir la tradición- el sonrió, escuche un escándalo, eran gritos de muchas personas.
-Ya han llegado los monstros- me reí, deje los regalos debajo del pino, aun esta puesto, cuando me levante sentí presencias detrás de mí, me levante y me gire.
Estaban 7 muchachos frente a mí, tres de ellos los había visto antes, eran los de la estética los demás no los conocía pero por el gran parecido podría jurar que los chicos rubios eran los gemelos Bender.
-Mira qué pequeño es el mundo pero si es la chica de la estética, hola chica de la estética- me saludo el rubio simpático.
-Hola, y mi nombre es Nina-
-Soy Lukasz, ellos son Marco, Erik, Mats, Robert, Sven y Lars- mire a todos.
-Mucho gusto- dije tímida, no me gusta estar entre tantos hombres, solo espero no tener mucho contacto con ellos, no sé qué me pasa, desde lo que ocurrió con Damien no soporto que me toquen las personas.
-Y a todo esto que haces en casa- dijo uno de los gemelos no sé si Sven o Lars.
-Viviré aquí junto con una amiga que aun no viene- todos sonrieron.
-Chicos cuando llegaron- entro Anne, saludando a todos, me despedí, debía bañarme y arreglarme.
Ya estaba lista, me puse el vestido de nana, me quedaba muy bien, era entallado, me hacia lucir muy estilizada, me puse tacones dorados, mi cabello le hice ondas como pude, me maquille, ya estaba lista.
Baje a ver si Anne necesitaba ayuda, los chicos estaban en la sala jugando PlayStation, baje despacio para no doblarme un pie, odio los zapatos de tacón, son incómodos y te entorpecen mas.
-Pero que bella te vez querida- me dijo Anne cuando me vio, ella también se veía muy linda, usaba un vestido morado con un cinturón negro, zapatos negros y su cabello rizado.
-Gracias- me sonroje, todos los chicos me estaban mirando. -Necesita ayuda con algo- quizás le era útil en la cocina.
-Sabes deberías de poner la mesa, Erik y tu podrían hacerlo el siempre es quien la pone- asentí.
Erik se puso de pie sin decirme una sola palabra, quizás no le agrado.
El comedor era muy grande, tenia 12 sillas, aun sobraban, Erik lleva manteles y cubiertos, fui por las copas y lo que hiciera falta.
Estábamos poniendo la mesa en silencio, no me incomoda solo que es raro, el nunca me ha dicho nada, quizás solo no le apetece hacerlo.
-Y de dónde vienes?- le mire, creo que me leyó el pensamiento y me está hablando por no verse como un idiota.
-Soy de Londres- contesto solamente, no sé que mas decir.
-Me gusta tu cabello- le mire y él ni siquiera me estaba mirando solo acomodaba los cubiertos.
-Gracias, a mi me gustan tus ojos- Dios no debí decir eso, el me miro y sonrió.
-Gracias y estudiaras aquí?- el estaba muy dispuesto a platicar y por mí no había problema.
-Si estudiare en la Universidad de Dortmund, tu estudias también-
-Si ahora estudio Economía pero lo que realmente me interesa es el futbol, estoy en un equipo universitario-
-Eso suena bien, yo y los deportes estamos peleados, aun así juego tenis-
Terminamos de arreglar la mesa, el se acerco a mí, yo solo necesitaba colocar en el centro un arreglo floral pero cuando el tomo mi brazo para ayudarme con el arreglo sentí mi piel erizarse y me aleje del, el florero cayó al piso, no le paso nada pero él se me quedo mirando extraño, retrocedí y salí rapido del comedor, no sé porque no toleraba el roce de las personas, salí a la sala y todos me miraron con cara de sorpresa, camine hacia las escaleras sin ver atrás, el apetito se me había ido, quería olvidar todo lo que había pasado, pero ni yéndome de Londres, cortando mi cabello podría cambiar lo que paso, temía que siempre viviera con el miedo a que las personas estén cerca, quiero tener amigos y que puedan abrazarme, solo nana, papa y Pearl tolero, quiero ser normal como lo era antes.
Me tiro en la cama y las lagrimas comienzan a salir sin permiso, quizás mi maquillaje este arruinado, pero no importan, no bajare a cenar, quizás sea grosero pero no me siento bien.
POV ERIK
No sé que ocurrió, solo quise ayudarla, ese arreglo se veía pesado y ella no podría colocarlo en el centro, pero ella retrocedió como si le diera asco, mire su cara de terror y después se fue.
-Hey que paso- entro Lukasz al comedor.
-No lo sé- dije sinceramente.
-Parecía que ella vio un fantasma, estaba pálida, solo subió a su cuarto- esto era muy extraño, ella y yo platicábamos normal.
-No le hice nada si eso es lo que estas pensando, solo quise ayudarla con el florero y ella retrocedió, después se fue-
-Como que se fue solo por eso, quizás esta loca- me pareció un comentario muy grosero.
-Iré a verla- dije, pase por su lado, mire a los chicos que estaban aun en la sala, le hice señas a Lars para decir que iba a subir.
Donde rayos estará su habitación, se donde son las de Lars y Sven, la de sus padres también, hay dos de huéspedes quizás una de esas sea, la primera estaba vacía, toque en la segunda, no se escuchaban ruidos.
-Nina- hable.
Escuche pasos, la puerta se abrió mostrándome a una chica con el maquillaje todo corrido, descalza, con un rostro de tristeza y aun así luciendo más hermosa que cualquier otra mujer que vi en mi vida.
-Estas bien?- si idiota que no vez, vamos Erik no hagas preguntas obvias.
-Si- dijo ella, pero estaba mintiendo, ella tenía algo.
-No te veo bien- ella hizo una mueca.
-Gracias eso es lo que toda chica quiere escuchar- me dijo con sarcasmo.
-No, no lo dije en ese sentido, vamos eres muy linda solo que te vez triste-
-Tu no has hecho nada si eso es lo que te preocupa, solo que no me siento bien, estar lejos de casa es duro- asentí pero sabía que eso no era lo que la tenia así, se veía que estaba formándose historias en la cabeza que ni ella misma se creía.
-Quieres hablar con alguien- ella negó, sus ojos se cristalizaron de nuevo, o no por favor que no llore, no soporto ver a una mujer llorar y menos si quizás fui el responsable, no lo pensé mas y la abrace, la sentí tensa bajo mis brazos pero después ella correspondió a mi abrazo.
-Pasa algo aquí- ambos nos separamos y vimos a Marco que nos miraba con una cara de confusión.
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