XIV
Estaban afuera esperando a las coestrellas y conversaban sobre un posible plan el día de mañana temprano ya que debían ir a trabajar el lunes ya que era seguro que sí debían hacerlo
Luego de ir a cambiar las fichas por el dinero que había ganado, la griega regresaba con los chicos
—Ahí estas—dice Alex al ver a su novia llegando al estacionamiento—¿Qué ocurrió?
—Un par de chicas me pidieron unas fotos, ya sabes cómo es
—¿Y Milo? —preguntó Meg—no lo viste después de que salimos del baño
—No, camine y luego me tope con las chicas
—Ahí viene—respondió Griffin—seguramente le gustó alguna chica y le pidió el número—. A esto, Isabelle le dio un pequeño zape a Griffin, este se quejó
—Lamento la tardanza me ocupe en algo
—Aquí nos despedimos entonces—agregó Trevor mientras se despedía de cada uno
—Trevor ¿Podrías llevarme a casa?
—Seguro—afirmó—anda sube al auto
—¿Por qué? — preguntó Alex preocupado por la respuesta de Ariadna—¿No quieres ir a con nosotros?
—Cariño estoy muy cansada, me sorprende que tu no, iré a casa, ordenare algo, no quiero arruinar tu emoción por seguir
—¿Estas segura?
—Muchísimo ahora—le da un corto beso—ve a divertirte
Alex asiente y le devuelve el pequeño beso, Milo desvió su mirada para evitar sentirse incómodo
—A decir verdad, también me iré a casa, recordé que tengo que ir con Peyton a un asunto de la serie, regresa mañana
—Cierto, eso me dijo—dijo Alex—regresa mañana temprano y luego deben ir a una invitación a uno de los parques
—¿No puedes ir un rato? —preguntó Isabelle, su semblante cambió al momento de que Milo comentó que no iría—la pasaremos bien todos
—No, Isa, debo descansar—planta un beso en su mejilla—te vere mañana
—Llamaré a Owen, sé que esta con Rainbow comiendo, le diré que estaremos en tu casa, Isabelle—Agregó Griffin
La ateniense entró en el auto junto con Meg y Trevor, a través de la ventana vio como Alex, Isabelle y Griffin entraban en su auto y Milo entraba en el suyo
Siente su watch vibrar, un mensaje de Milo
Milo
Te veo en un rato
Por alguna razón se emocionó al ver ese mensaje como si fuera la primera vez, la adrenalina que sentía con él era energizante. En el camino a su casa no muy largo reía con Meh y Trevor sobre lo que ha sucedido desde ayer en la fiesta y el día de hoy, como Owen se cayó en el barco, como un par de chicos en la fiesta de ayer cayeron a la piscina de lo ebrios que estaban, de los pases de Baile de algunas personas; realmente se sentía muy bien.
No tardó mucho en llegar a casa, al entrar al edificio bajo hasta la zona del estacionamiento interna la cual ya estaba Milo en su auto esperando ¿Cómo podía ese chico sacar su lado aventurero?
—Hola rubia
—Hola chico Zombie de película que aún no he visto
—¿De verdad sigues sin verla? No puede ser, rompes mi débil corazón—tocó su pecho con aquel toque dramático exagerado para después echar un vistazo a la rubia
—Que mal—respondió cortante
—Que cruel eres, griega—ríe—¿Cuál es tu forma de que pague tu deuda?
—Tienes 2, una es ir en pañales porque esa apuesta fue con todos al estudio el lunes, no me lo perderé por nada del mundo
—Soy un hombre de palabra y cumplo mis promesas, pero... me interesa más la que hice contigo ya que veo que en serio dejaste de tener celos
Ariadna pone sus ojos en blanco—que no estaba celosa, Manheim
—¿Entonces? A mi parecer sí, lo sé por qué me pongo de la misma manera cuando Alex te toca
Ariadna hizo un voto de silencio luego una leve mueca, suelta un suspiro y mira hacia la ventana. Renegando lo que estaba apuntó de hacer, pero era inevitable, toma las mejillas la Milo para atraerlas hacia ella y besarlo, desahogar aquellas ganas que la devoraba cada vez que lo tenía cerca.
Milo recibió de la misma manera desabrochando su cinturón de seguridad para mejor comodidad, Ariadna sigue atrayéndolo hacia ella con ganas de más, sin dudarlo por un momento, se levanta de su asiento para pasarse al de Milo ubicándose en sus piernas chocando su espalda con el timón.
Milo movió su asiento para seguir besándola con más comodidad, Ariadna pasó a su cuello para dejar leves mordiscos y llenarlo de besos, se acerca a su oreja para morderla un poco, empezaba a sentirse la erección creciente en Milo entre la entrepierna de la actriz a lo que ella se movió un poco para sentirla.
—Entonces te pones celoso—dijo entre besos
Milo asintió —incluso de cuando hueles a él
Ariadna mordió su labio inferior sin desprender la mirada del actor—entonces cógeme hasta que me quites todo rastro de él
Esto sólo activo aún más la potencia del actor, rápidamente soltó su pantalón sin parar de besarla y bajo su cremallera, el sudor y la condensación de los vidrios del auto empezaba a subir.
Él posó su boca en el escote de la Actriz dejando un leve chupe en ellos y luego besarlos. Ariadna acomodó su vestido y movió hacia un lado su ropa interior, Milo sacó del estuche al asiento de al lado rápidamente un preservativo, arrancó de este con su boca haciendo que casi caiga en el suelo, esto provocó la risa por un momento de ambos. Volvió a besar a la actriz mientras se ponía el condón, tomó su miembro y lo introdujo hacia la rubia a lo que ella soltó un gemido.
Ariadna empezaba a moverse y Milo con sus manos en sus caderas ayudaba de esta, ella gemía de placer y sudaba por este, Milo de igual manera gozaba exquisitamente de aquel juego a escondidas que tenían. El ritmo aumentaba y la condensación de las ventanas igual, la ventaja del auto de Milo eran sus vidrios polarizados oscuros lo cual evitaba ver, aunque no ignoraba el hecho de que el carro se movía y podían reconocer lo que hacían, pero no les importaba solo querían seguir hasta extasiarse el uno del otro.
No tardó mucho Ariadna en llegar a un pequeño orgasmo, un leve clímax y Milo al verla como se inquirió solo hizo que querer más de ella. Ariadna cae sobre el costado de Milo agitada y cansada, Milo acarició su cabello buscando la manera de control su respiración junto con la de ella.
—Quédate conmigo esta noche y el día de mañana
—Pensé que trabajarías mañana con Peyton
—Volveré al apartamento más rápido de lo que crees, no tardaré
—No puedo, Milo ¿Qué le diré a Alex?
—Que tendrás resaca, un resfriado, ya idearemos algo, pero... —tomó de sus mejillas para mirarla fijamente a los ojos, aún con sus mejillas rosadas por el sudor y la agitación; para Ariadna esos ojos eran una de sus mayores debilidades, ese claro de sus ojos y esa sonrisa coqueta. —quédate.
La racionalidad y lógica de Ariadna le decían que era una pésima idea, mala idea, terrible
—Está bien
Pero era de las ideas más tentadoras que le han sido ofrecidas y no diría que no. Milo acomodó su asiento y enciende el auto para salir del estacionamiento, la rubia intenta pasarse nuevamente a su lugar, pero Milo no le permitió
—¿A dónde vas? Te quedas aquí
—Milo, por favor estás loco —ríe—déjame acomodarme, estas conduciendo
—¿Crees que no puedo besarte, tocarte y conducir al mismo tiempo? —ríe entre dientes—quiero aprovecharte esta noche
—¡Milo nos podemos matar!
En el camino hasta el destino, Milo conducía y en cada semáforo en rojo aprovechaba para darle un beso a Ariadna o morderle alguna parte de su cuerpo. Ella sentada en sus piernas y recostada en la puerta, Milo iba manejando y en ratos acariciaba sus piernas.
En una ocasión cuando intentó darle un beso en la mejilla descuido el timón y se desvió un poco que, las luces y el sonido del auto hizo que regresará su cordura y se concentrará en andar. Ariadna con el pasó reconfirmaba la mala idea, la loca decisión que había tomado pero el jueguillo de escondidas le encantaba, sacaba lo mejor de ella esto de los dos, le fascina como Milo le traía ganas
Al llegar al edificio de Milo iban en el pasillo como niños riendo de lo que como conducía y las veces que casi se accidentaban
—Haz silencio—murmuró Ariadna hacia Milo ya que hacían mucho ruido y muchas personas dormían
Milo la tomó de la cintura para recostarla a la pared y callarla con un beso—¿Esto es hacer silencio? —le susurró entre besos—creo que así es la única forma de callarnos
Ariadna sonríe y devuelve un beso, toma su mano y camina rápido hacia la entrada del apartamento, Milo abre la puerta y se tropieza con uno de los juguetes de Louie a lo que provocó una pequeña risa en la rubia
—¿Te burlas de mí?
—¿Y por qué no? Sí eso ha sido una obra maestra—cierra la puerta aún con risas en cara
—¿Ah sí? —se acerca a la rubia y la toma de las piernas sosteniéndola en sus brazos, con una mano hizo que ella acomodaba sus piernas en su cintura y ella igualó la otra—ven acá—la lleva hasta el sofá tomando nuevamente posición ella sobre él —creo que debo enseñarte modales
—¿Por qué? Soy una mujer muy educada
—No debes reírte de los demás—le murmuró—Milo juntó casi su frente con la de ella, pues estaba muy cerca, acarició sus mejillas para después rozar su nariz —que me haces, Ariadna...
—¿Qué te hago de qué? —musitó y rio, coloco sus manos detrás de su nuca—no he hecho nada...
—¿No te das cuenta de lo fascinante que eres, verdad? —preguntó sin desprenderse de aquella inquietante cercanía
Ariadna mordió su labio inferior—¿Eso piensas?
Milo afirmó, empezó a pasar la yema de sus dedos en la espalda de la ateniense—Sabes...—dejó un leve un beso en su clavícula descubierta—¿Cuándo me di cuenta que te quería para mí?
—¿Cuándo?
—Desde que nos besamos en la base de espías
—Pero... —pensó—eso fue una escena de la filmación, yo creía que era desde tu cumpleaños
—¿Y? —se encoge de hombros—no es mi culpa que tu encantó trascienda de la filmación
—ajá—dice sarcástica—como digas
—Con respecto a mi cumpleaños, no negaré que me gustaste desde que te vi pasar por la piscina... en ese momento no sabía estabas con Alex, mas bien, que tan serio era
—Claro... —rodó sus ojos—eso es lo que debes decirles a todas, sobre todo Isabelle
—No—ríe y niega con la cabeza—solo a ti—rozó su nariz leve—. Ariadna no supo que decir, solo pudo sentirse acortejada por sus palabras, sonrió leve y gozó del tacto de las manos. —ahora déjame hacer...
Milo sube el vestido de la rubia, pasa la yema de sus dedos en medio de sus muslos. Se acerca a su cuello dejando algunos besos en él, Ariadna echa su cabeza para atrás para mejor comodidad mientras el californiano echa para un lado la roa interior.
Rápidamente baja hasta las piernas de Ariadna subiendo estas a sus hombros lo que permitió atraer un poco más sus labios su entre pierna.
Al momento en que él dio el primer beso en su intimidad Ariadna sintió como empezaba a correr aquella electricidad por su cuerpo, ese fuego que sólo él provoca, Milo usaba su lengua para acariciar su zona inferior y esto le encantaba, los gemidos abundaban en el apartamento, Ariadna cada vez se estremecía del placer que le proporcionaba, Milo besaba, lamia y chupaba, cuestión que a él también le excitaba
Ariadna termino por recostar su cuerpo en la isla tumbando el portador de cuchillos, ambos rieron, pero no les importó y siguieron teniendo aquel momento de placer, ella agarraba del cabello de él en los momentos que sentía que estaba por llegar al orgasmo.
Pero el timbre de la puerta interrumpía el momento, Milo solo lo ignoró y seguía en su juego, no quería separarse de aquel placer que le provocaba estar en su zona íntima y ver como ella se retuerce del placer, en un par de veces él la miró sin detenerse.
Nuevamente el timbre buscó buscaba detener el momento a lo que Milo hizo una mueca y se levantó, rápidamente lavó sus manos, acomodó a la rubia y su vestido
—¿Quién será a estas horas—pensó en voz alta
Al abrir la puerta un chico aproximadamente de 1.70 cabello negro y ojos azules, suéter polo blanco, jeans y una gorra roja con una M en medio color amarillo
—Delivery McDonald—dijo con una gran sonrisa y una vibra muy positiva—oye tu eres...— Miró en la factura detenidamente—sí, eres Milo Manheim, te veo en School Spirits
—¿Delivery? —frunció el ceño desorientado—yo no pedí ningún delivery
—En realidad—comentó Ariadna al fondo del apartamento—Yo sí—. Milo le echa un vistazo. Ella tenía una sonrisa en grande—Te dije que tenía hambre—
—Ya veo—ríe—¿Cuánto sería? —saca su billetera de la parte de atrás de sus pantalones
Mientras Milo terminaba de pagar, Ariadna prosiguió a sacarse sus zapatos e irse a la habitación.
El chico McDonald se percata de la melena rubia que pasó con aquel vestido
—¿Es tu novia?
—No, no tengo novia... aún—toma la bolsa—¿Eso sería todo?
—Sí, que lo disfrutes
Milo cierra la puerta, notó que la rubia ya no estaba y siguió a la habitación en la cual estaba sentada en la cama con Louie en brazos
—Llegó tu comida—señaló la bolsa para después dejarla en la cama—lo único bueno de este momento es la comida, lo negativo es que interrumpieron mi sexo oral
—Podrás reivindicarte después, ahora—dejó a Louie en la cama para sacar unas papas—comeré y no podrás impedirlo
Milo sonríe al ver esto, se incorpora colocando sus puños en la cama para quitar de la mano la papa que llevaría la rubia a su boca
—¡Esa era mi papa!
—Ahora es mía—le suelta un guiño
La rubia tomó otra esta vez intentando esquivarla de la boca de Milo, aunque esté intentará alcanzarla, al final pudo comerla, en otro intento esta vez Milo acercándose más y ella evitándolo, terminaron por caer recostados ambos en la cama él encima de ella.
Sin dudarlo Milo se precipitó a besarla, acariciando su cintura y bajando su mano hasta su trasero
—Sabes a papas—dijo entre besos—. Ella rio. Milo quita de sus manos las papas y ella posó sus manos en su nuca
Milo sacó su suéter para dejarlo en cualquier lado, tomó la bolsa de comida y la dejó a un costado de la cama, Ariadna acariciaba su espalda, sentía como un bulto crecía entre sus entrepiernas, esto alentaba a su excitación, su hambre pasó a segundo plano.
Ariadna empezó a desabrochar pantalón y bajar de este, el único impedimento ahora era la ropa interior.
Milo bajo hasta el escote de Ariadna y bajo de este, liberando sus pechos que estremecía al californiano, Milo posó su boca en estos mientras en el cajón de al lado buscaba su preservativo; Ariadna jadeaba de placer hacia Milo y por Milo
—Milo...—gimió
Esto sólo hizo que el californiano la tomará de la cadera para voltearla, acomodando sus rodillas y alzando su vestido dejando al descubierto solo una tanga color vino
En instantes Milo ubicó su el preservativo en su respectiva zona, movió la tanga y procedió a acercarse a la intimidad de Ariadna hasta sentir que era uno con ella. Ariadna desde el primer momento gozó y disfrutó, Milo de igual manera se movía a su son y ritmo, aceleraba conforme a lo que sentía y tener a aquella chica en 4 gimiendo y pidiendo por él era de las mejores cosas.
Procedió a soltar aquel lazo que llevaba el vestido que al instante de arriba abajo empezó a caer, Ariadna no quedaba atrás, pues en lo que podía se movía, se estremecía con cada movimiento, Milo la tomó de los hombros para atraerla a su pecho y seguir moviéndose, él colocó su mano en el inicio de su cuello y ella echó su cabeza hacia atrás dejándose llevar.
Milo muerde la esquina de su oreja, ella se quejó de manera positiva pues aquella especulación vino con un gemido.
El californiano nuevamente la recostó y está vez con sus miradas fijas, Milo terminó de sacar lo que quedaba del vestido para incorporarse y seguir. Ariadna al sentirlo se sentía en aquellas nubes de placer con cada movimiento, ella no quiso quedarse atrás y se movía un poco más a lo que el pelinegro quedó estupefacto sin dejar de lado que lo encendía más su papel activo.
Milo optó por sacar de una buena vez la ropa interior de la rubia y tenerla desnuda para él, tomó sus piernas y las puso sobre su espalda baja mientras la besaba y se movía.
Ariadna se estremecía con cada minuto, se acercaba más a su clímax, sentía como ligeras contracciones que sólo él provocaba y no entendía por qué sólo sabía que le gustaba, no faltó mucho para que Milo terminará y se dejara caer sobre la rubia agitado, sudado y sobre todo extasiado.
—Ahora sí tengo hambre—comentó Milo— Y sed—agregó
Ambos rieron juntos, Milo se levanta se dirige al baño interno de la habitación para limpiarse y sacarse lo suyo. Ariadna quedó en la habitación satisfecha y relajada sin pensar en nada más.
La noche transcurrió apetitosa para ambos, luego de comer Ariadna tomó una ducha para poder dormir fresca en cualquier momento, Milo al momento de verla ahí en su baño lo encendía, se acercó para besarla y recordarle lo que ella le había dicho.
—Te quiero coger hasta quitarte todo rastro de él y solamente quede yo
Ariadna pasmada por sus ojos y aquella actitud varonil, activa y sobre todo con esa iniciativa que le encantaba solo se dejaba llevar, terminaron cogiendo en la ducha, para su suerte Milo tenía preservativos en los gabinetes del baño; para la actriz era la primera vez que tenía sexo en el baño, Milo levantó sus piernas y llevarlas a su espalda la cargó para cogerla recostando su espalda en la pared mientras caía agua sobre ellos.
Al acabar y regresar a la cama quedaron navegando en un mar de sueños pues el cansancio del día y de la noche, la 2da vez solo los dejo con ganas de dormir hasta el día siguiente. En medio de la noche Milo se despierta, lo primero que se encuentra es la melena rubia que cae en su cama y la silueta a espaldas de la chica con quien ha pasado la noche, se preguntaba que le pasaba con ella y porqué precisamente ella, que estaba sintiendo y que empezaba a sentir.
Siempre le resultó atractiva y es indudablemente hermosa, era terca y testaruda con él, pero la mayor parte del tiempo su dulzura mezclada con sensualidad le encantaron desde el primer momento, él sabía que nada de esto estaba bien, sin embargo ¿Está mal sentirse bien con algo que no lo está? Sabía que eso no duraría mucho sea lo que fuere y el título que quisieran ponerle si es que a esto se le puede poner, sin embargo, aprovecharía cada momento.
Por un instante quiso acercarse un poco más a ella y poner su mano en su cintura, pero prefirió no hacerlo, sería raro para ellos sobre todo porque puede representar algo, Milo no quiso pensar si ello era correcto o no así que solo dio la vuelta como otras noches quedando espalda con espalda y seguir sucumbido en el sueño.
Al día siguiente Ariadna se despertó un poco más tarde de lo usual ya que solía despertar temprano debido a la costumbre que tomó cuando asistía a las clases de actuación, a su lado solo estaba Louie durmiendo dichosamente lo cual le sacó una sonrisa.
La actriz se levantó de la cama, se dirigió al baño a saciar sus necesidades, en la repisa en el mismo donde lo había dejado se encontró el cepillo de dientes que Milo optó por darle, esto le sacó otra sonrisa que dejó las cosas tal como la última vez o más bien debería sorprenderle que no ha organizado nada.
Después de cepillar sus dientes y tomar una camiseta de su armario, Ariadna caminó hasta la cocina, en la isla de esta estaba en un pequeño memo.
Estoy en el evento de Disney
No tardó en llegar, estas en tu casa, sírvete lo que quieras
-M. M
—Te haré caso—pensó en voz alta
Antes de preparar algo, tomó su vestido y ropa interior para dejarlo en la lavadora
Buscó entre repisas, gabinetes y refrigerador algo que pudiera saciar el hambre que aparecía cada vez más. Ahora con más tranquilidad y mayor campo visual veía el apartamento de Milo acomodado y amoblado a su gusto incluyendo la cama de Louie que combinaba con todo.
Mientras el tocino y las tostadas se hacían, Ariadna recorría la sala donde estaban fotos de Milo, algunas eran de cuando era niño; otro en una premiare de Zombies; otra con Peyton Lee y los demás del elenco de una serie que había escuchado que protagonizaron juntos; otro con su madre; otra con un hombre un poco más alto que él, fue una de las fotos que más curiosidad e interés le causó, desde que conoció a Milo nunca había escuchado que mencionara a su padre ¿Tal vez era él? Tenían un poco de parecido.
El sonido de las patitas de Louie acercarse a ella la sacaron de sus pensamientos, el canino empezó a dar vueltas en el mismo lugar y por levantarse en 2 patitas
—¿Qué? ¿Qué ocurre, Louie? —El canino corrió hasta la entrada y señalaba con su tierno hocico—Creo que quieres salir
Antes de salir sacó las tostadas, dejó a un lado el tocino, un par de llaves del apartamento
Al llegar a la puerta recordó que no llevaba nada abajo ¿Qué podría usar? Regresó al armario de Milo para tomar lo más corto que podría simular a un short
Se sentía algo raro, pero fue lo primero que tomó, el bóxer de Milo le quedaban igual que unos shorts largos un poco más arriba de la rodilla, pero era funcional. Abre la puerta y el pequeño Louie muy deprisa siguió por las escaleras.
—¡Louie espera!
La ateniense siguió el paso del pequeño, aunque fue un poco complicado ya que algunas personas subían las escaleras mientras ella bajaba a toda prisa, accidentalmente derribó las bolsas de compras de una señora y aunque quería regresar a enmendarlo su completa atención era hacia Louie.
Al bajar 4 pisos e ir hacia la parte de atrás del edificio en el que estaba un pequeño parque con algunos árboles y arbustos, Louie busca algún espacio para hacer sus necesidades, al ver esto la Ateniense resopló y espero a que el canino hiciera lo suyo.
Un par de niños se acercaron al pequeño al cual complacidamente se revolcaba y se recostaba para que acariciaran de él, es un encanto... conquistador... se atrevería a decir que igual que su dueño, de la nada afuera de las cercas que dividía el territorio del edificio del resto un sonido característico de los arbustos se sintió.
Llamó la atención de la griega e intentó mirar sobre qué lo podría ser, este era un lugar lleno de animales como ardillas, iguanas entre otros sobre todo por la importancia a los animales.
Al ver como Louie había terminado regresó hacia sus piernas meneando su cola
—Ahora si estas bien—tomó en brazos al pequeño
Regresaron al apartamento, específicamente a la cocina para terminar de preparar su desayuno, saca las tostadas y las deja en un plato, en su diario siempre le provocaba algo de fruta y café, aunque no sabía si era diario también para Manheim, paso a su refrigerador y buscó en cada repisa y cajón de este hasta el final y no encontró si quiera una manzana lo cual indicó que hace un relativo tiempo Milo no hacia las compras.
Escuchó como se abría la puerta, se incorporó a confirmar la llegada del dueño del apartamento, traía consigo una bolsa de color café con el símbolo de Starbucks.
—Louie buen día—deja la bolsa en la pequeña repisa de las fotos para levantar a su mascota—no te saque esta mañana, espero que no hayas dejado tus necesidades por ahí eh
—Yo lo saqué
Milo volteó a verla y sonrió, verla en la cocina con su camiseta que pareciera que tuviera un vestido debido a lo largo que le quedaba le gustó
—Buen día, Karagiannis—dejó a su mascota para tomar la bolsa e ir hasta la cocina. Milo llevaba sus clásicas converse esta vez negras, jeans negros, camiseta color crema y una chaqueta de cuero negra al estilo de los 50—Que sexy te ves con mi camiseta.
—Me atrevo a decir que tienes buen estilo
—Que modesta, eso me gusta—sonríe—te traje algo para desayunar, sé que no hay mucho
—Bueno, comería tocino, pan y creo que jugo de naranja... según tu refri
—Sí bueno, sabes que no suelo estar en casa por ir a trabajar —da la vuelta de la isla ubicada en el centro de la cocina y poder acercarse aún más a la rubia—¿Me acompañas hacer las compras?
—¿Tus haces tus propias compras? —puso en duda—pensé que lo hacía otra persona
—Sí ¿Por qué? —ríe—¿No parezco ese tipo de hombres que hace sus compras?
—No, sinceramente no
—Me sorprende tu categoría de estereotipos, Karagiannis—la toma de las mejillas y le roba un beso a lo que ella le corresponde gratamente—tomaré una ducha, te llevaré a casa para que tomes una ducha también y te llevaré algún lado
—¿Hacer las compras?
—También—ríe—Anda, desayuna—le da otro beso y una leve nalgada—el frapuccino es mío
El estar con Milo en su apartamento le gustaba incluso el hecho de haberle traído algo de comida también, tomó asiento en las sillas de bar que se encontraban al otro extremo de la isla, al sacar tenía empaque de croissant de cereales con pavo y queso, uno de sus favoritos ¿Cómo lo supo? Y un vaso de café de cappuccino con esencia de vainilla que amaba tanto ¿Cómo sabe que ese era de sus favoritos?
Se sintió alagada al tener en cuenta las cosas que le gustaba ¿Cómo se había fijado? Sin darle mayor importancia en el momento empezó a devorar su croissant; Le dio la vuelta al vaso de café para ver los mensajes que solían escribir en ellos
Me encanta el rosado de sus mejillas
Niega con la cabeza para después reír, lo más probable es que llamó la atención de la chica de Starbucks, Milo como siempre de conquistador y coqueto. Mientras desayunaba tomó su teléfono para revisar sus mensajes.
1 llamada perdida de Dante K.
2 llamadas de Alessandro Karagiannis
Hace tiempo no conversaba con su padre desde su regreso a Los Ángeles, por lo general sólo llama 1 vez, pero 2 no era muy común, seguido de esto una llamada de Dante tampoco es muy común
—¿Ocurre algo? —preguntó Milo desde su habitación, sólo cubría su parte de abajo con una toalla.
—No, creo que no, solo que Dante me llamó y mi padre, ellos saben que no pude viajar a Fráncfort esta última semana que pasó, que viajaré la entrante
—¿Dante, tu hermano?
—Sí, lo llamaré luego ahora ve a vestirte
—¿Por qué? ¿No quieres que me quede así? —Milo se saca la toalla y la lanza hacia dentro de su habitación dejando su trasero y miembro descubiertos. Ariadna rueda sus ojos con una leve sonrisa, Milo solo guiñe y se pierde en su habitación
—Por cierto—agregó—creo que le gustaste a la persona que preparó tu café
—¿Por qué dices eso?
—El mensaje que dejó en los vasos de Café, el de las mejillas
—No, el chico que preparó los café escribió para mí " You are excepcional Zedd"
—No, claro que no—Ariadna confundida sacó de la bolsa el otro vaso a la mitad de Frapuccino, a la vuelta si estaba la frase que dijo
—Yo escribí el de tu vaso
Ariadna volteó hacia la entrada de la habitación de Milo, él estaba en bóxer con un hombro recostado a la puerta; por unos instantes sus miradas se conectaron como si de alguna forma trataran de decir algo más, Milo sonrió de lado leve y regresó a su habitación para seguir en lo suyo, Ariadna sorprendida por eso no pudo evitar sonreír y morder su labio inferior, no pensó ver aquel mensaje en el vaso y mucho menos que lo escribiera él, empezó a sentir una leve emoción por ello, situación que le sorprendía ¿A qué se debería?
Al terminar de desayunar, tomó el jugo y el tocino para nuevamente ponerlos en su lugar. El estruendo de la puerta de la entrada del apartamento fue el indicio de que alguien salía.
—Milo creo que deberías ir hacer las compras, solo tienes pan, huevos, un poco de tocino y creo que esto es jugo de naranja—dijo mientras seguía mirando el refrigerador y tomó el jugo—si iras en serio a hacer las compras deberías tener una lista
Al momento de cerrar el refri se impactó cuando se percató de la figura de una mujer alta de contextura gruesa, boquiabierta por verla a ella también se toparon de frente, esto hizo que derramara el jugo y ambas mujeres despertaran su momento de sorpresa
—¡DIOS! —exclamó del susto la ateniense—lo siento, lo siento—dijo en desesperación—pensé que hablaba con Milo, que que—decía nerviosa—estábamos solos—. La mujer de cabello castaño no dijo nada. La ateniense miró hacia el sueño viendo el desastre que hizo en el suelo al derramar jugo—iré por el trapeador
Rápidamente la actriz buscó en el resto de habitaciones que no había conocido del lugar para encontrar un utensilio de limpieza, se sentía nerviosa y sobre todo avergonzada por el momento mas penoso de su vida, por lo que pudo recordar de las fotos, era la mama de Milo, no pudo haber peores condiciones que estas para conocerla.
—Tu... —decía lento mientras observaba a la rubia— tu eres... Ariadna Karegiannis
—Se pronuncia Karagiannis—corrigió muy amable mientras regresaba a la cocina con el trapeador—Hola—esbozo una sonrisa en grande de inocencia—mucho gusto, es un placer conocerla
—¿Qué ocurre? —Dice Milo exaltado, quien salió corriendo hacia la cocina mientras ponía sus pantalones lo que hizo que terminará en el suelo debido a la dificultad de correr y vestirse al mismo tiempo. Milo quedó atónito al momento de levantar la mirada y ver a su madre y a la rubia juntas ambas igual de sorprendidas que él—¿Mama... que haces aquí? —preguntó algo nervioso—¿Y cómo entraste?
—¿Es en serio, Milo?
—Pues si—afirmó— y Ariadna... —miró confundido a la actriz—¿Qué haces con eso?
—A ver—agregó la participante CSI—tú me disté una llave cuando estaban remodelando mi apartamento—levantó su mano mostrando la llave que tenía— ¿recuerdas? estaba cerca antes de irme a trabajar, supe que tenías un evento hoy y quise venir a ver a Louie, pero veo que ya tiene compañía
—Si amm, bueno—rascó su cabeza. Una clara señal de los nervios y momento incomodo por el que pasaba—ella es mi amiga, Ariadna
—¿Una amiga que tiene tu bóxer como prenda?
—¿Mi bóxer? mi ropa interior qué? —confundido mira hacia la rubia que al tener la camiseta húmeda que se ajustó a su piel se notó el color negro de la ropa interior ¿Qué haces con ellos puestos? —ríe
—Louie quería salir y mi ropa está en la secadora. Créanme esto es tan incómodo para mí como para ustedes
—Mama ¿Podemos hablar en mi habitación? —señaló el pasillo detrás de el—luego puedo llevarte
—Milo no tengo tiempo para esto, debo trabajar
—Te puedo explicar
—¿Qué te acuestas con Ariadna? —volteó a mirarla—¿No tienes novio, por cierto? No soy tonta y no me interesa saber de la vida sexual de mi hijo
—Entonces simplemente no te digo nada—le sonríe en grande—caso resuelto—dio una pequeña palmada—salió mejor de lo que podía imaginar
—Luego conversaremos—le señaló—Y Ariadna ha sido un gusto conocerte—sonrió amable
Antes de salir camina hacia donde estaba su hijo para darle un abrazo, no sin antes darle un pellizco, Milo se queja
—Al menos dime que vendrás la próxima vez—musitó en el abrazo—y te diré si estoy ocupado o no—. Camryn le lanzo una mirada fulminante. —Por favor, ya me fui de casa y una de las razones es para que te evitaras esto
—Te adoro, pero eres un mujeriego—. Milo ríe entre dientes. —escucha, cuídate y cuídala, esta zona de la ciudad siempre tiene paparazis cerca, una vez que te tienen en la mira y sacan un artículo nada bueno puede salir... todo se mal interpreta
Milo suspiró profundo—Lo sé, mamá, podemos manejarlo
—¿Seguro? —cuestionó—porque un paparazzi estuvo tomándome fotos antes de entrar
—¿En serio? —resopló. El californiano no se sorprendía de aquello, pero tampoco no le dejaba pasar la situación de exponer a Ariadna de esa manera—ahora tampoco tengo privacidad en cas
—Si la tienes, si sabes cómo usarla
Una madre siempre tiene palabras sabias y eso Milo lo conocía bien de su mejor amiga para toda la vida,
—Bien, la llevaré a casa, gracias mamá
Luego de que Camryn saliera del lugar los actores se miraron por unos segundos sin decir nada, pues aún se encontraban anonadados del momento vergonzoso
Milo resopló—Bueno eso salió mejor de lo qué hubiera imaginado
Ariadna soltó el trapeador dejándolo caer y lanzando una mirada entrecerrada al actor—Qué vergüenza con tu madre
—Tranquila, es la única que sabe esto además de tu representante
—3 con ella en realidad—dijo sutilmente haciendo ojitos A milo
—¿Qué? —dijo perplejo pues Ariadna lo había dejado más confundido—¿Quién más lo sabe? Si esto no fuera serio te estuviera haciéndote un oral por esos ojos
—Mi hermano, pero no me preocupa él, pero si quien pudo verme allá abajo cuando saque a Louie, aunque solo había niños
—Mierda! —expresó—olvide sacarlo antes de irme, no debiste salir
—Ese no es el punto, Milo, tu madre tiene razón debemos evitar salir a escondidas como si nos lleváramos bien, las personas saben que no tenemos la mejor relación, somos figuras públicas y mi relación con Alex es prácticamente publica... todos saben que es mi novio—. El teléfono de Ariadna empieza a sonar. —hablando de Alex—le muestra su teléfono dejando a la vista una llamada entrante de Alex—. Milo tomó el celular y rechazo la llamada. —Hey... tampoco es para que hagas eso
—Ahora no pensemos en eso, ve por tus cosas te llevaré a casa, luego llamas a Alex
La mirada de Milo era ahora distinta, un poco más seria, Ariadna no dejaría pasar eso
—¿Qué te ocurre? —preguntó curiosa, con delicadeza se acercó—dime
—Nada ¿Debería? —ríe nervioso—¿Mi frapuccino?
—No cambies de tema, Manheim ¿Qué pasa? ¿Es por qué no te podré acompañar hacer las compras? —ríe sarcástica
Milo respiró profundo y se acerco a la actriz tomando su cintura para ponerla en la isla de la cocina, se acomodó entre las piernas de la rubia y ella lo recibió—No quiero que esto te cause problema, Ariadna—se encoge de hombros—A mí tampoco claro
—No es para tanto
—Solo estaremos en público con los demás, mientras sólo podré verte aquí y es mejor que estés en casa hoy
Por mucho que no quisiera, Milo tiene la razón
—Bueno—resopló—tienes razón—afirmó—no podré ir entonces a las compras contigo, no podré inculcar valores caseros
Milo ríe —Anda ve, te llevaré a casa
Caminó hacia la habitación del chico, Milo sonríe al momento de ver que llevaba su bóxer
—Lindos shorts
Ariadna antes de entrar a la habitación le saca el dedo del medio a lo que este rio, era la primera vez en mucho tiempo que tenían tiempo juntos y que se sentía bien
En el camino ahora con el vestido de anoche Ariadna recordó la llamada que había hecho su hermano Dante a lo que buscó su número e hizo una llamada por Audio en Facetime.
*inicio de llamada *
Ariadna
Hola, Dante
Dante
Hermana ¿Qué tal?
Ariadna
Estoy bien, he descansado este fin de semana y no he visto muchos mi teléfono hasta ahora
Dante
Entiendo ¿Dónde estás? No parece tu auto
Ariadna y sus pelos se pusieron de punta, no pensó que Dante reconocería su auto aunque era evidente ya que se conocen más el uno al otro que ellos mismo
Dante
με ποιον εισαι μωρο μου Μη μου λες ψέματα (¿con quién estás, pequeña? No me mientas )
Ariadna
Ξέρω ότι δεν θα με κρίνεις, μόνο γι' αυτό θα σου πω. ειμαι με το Milo (Se que no me vas a juzgar, solo por eso te dire. estoy Milo)
—Chicos no entiendo ni madres solo entendí mi nombre así que creo que están hablando de mí
Dante
der Typ, mit dem du Sex hast?und es ist nicht Alex?
Ariadna
Ja mit ihm. Dante por favor, un solo idioma, no seas mal educado, eres demasiado lindo para eso
—¿Cuántos idiomas puedes hablar? —preguntó boquiabierto mientras conducía
—Solamente 4
Dante
Te llamé porque el abuelo está enfermo
Al escuchar eso Ariadna sintió que derramaron un vaso de agua fría sobre su cuerpo, su abuelo, la primera persona que apoyó su carrera de actuación tenía una edad muy avanzada y lamentablemente no pudo ir a su cumpleaños.
Dante
Tal vez por eso papá te llamó
Ariadna
¿Es muy grave?
Dante
Esta en el hospital y ha estado estable
Ariadna
Dante no podré ir sino hasta la semana entrante, pero mantenme al tanto
Dante
Esta bien, yo me quedaré aquí hasta que haya mejorado o al menos un avance
Ariadna
Gracias, saludos a todos y los mejores deseos a mi abuelo. Saludos a los chicos del restaurante también
*fin de la llamada*
—4 idiomas—comentó alucinado de alguna forma—me impresionas, Karagiannis
—Todos en mi familia lo hablamos
—Si algún día llego a conocer a tu familia, espero que no me abucheen por solo saber inglés y ligeramente el español
Ariadna quedo perpleja con aquella oración—¿Quieres conocer a mi familia?
—No—negó—digo—corrigió—si las circunstancias algún día lo ponen así esta bien, pero no me emociona en sí, aunque conozco a los padres de todos mis amigos, y sus abuelos
Abuelos, una vez más, golpeo a la ateniense, pues era un tema sensible, desafortunadamente no podía irse sin mas ya que su contrato se lo impedía
Milo se dio cuenta de cómo la expresión de su mirada cambio nuevamente—¿Pasa algo?
Al cortar la llamada la ateniense quedó pensativa y preocupada, en el resto del camino después de hablar con su hermano no dijo nada.
Milo un par de veces la miraba y quería ayudarla, pero no sabía cómo y qué clase de apoyo, al final, no eran más que un par de amigos que se cogen. En 2 ocasiones intentó conversar, pero sus respuestas eran muy cortas y el no era muy bueno con las palabras cuando se trataba de lo que realmente sentía a profundidad.
Luego de dejarla en casa, Ariadna revisó si podría adelantar su vuelo para unos días antes, pero fue imposible, los vuelos, solo debía esperar al día. Al rato nuevamente su teléfono suena esta vez contestó la llamada de su novio
Alex
Cariño ¿Qué tal?
Ariadna
Hola baby
Alex
Te llame hace un rato ¿está todo bien?
Ariadna
Sí, perfecto, solo estaba ocupada y no pude contestar
Alex
Esta bien, baby
Ariadna
¿Qué tal tu noche?
Alex
Estuvo increíble, pero te extrañé mucho, quería a mi griega, hoy quiero descansar así que no vemos mañana en el estudio
Ariadna
Claro, solo relájate el día de hoy
Alex
Eso haré
Te amo
*fin de la llamada*
Lidiar con sus sentimientos era el menor de sus problemas, entre su abuela y su familia, sus ensayos, contratos y eventos que asistir, pensar en su relación con Alex y su vínculo con Milo era un dolor de cabeza que no quería lidiar.
(...)
...lo que traía Hollywood para mí cada día me sorprende más, Los Ángeles a mi parecer sigue siendo la ciudad de fama y chismes, lleno de amor y lujuria... el pan de cada día es Kim Kardashian y su vida tan "emocionante" o el triángulo amoroso que puede existir entre beyonce y su esposo, lo curioso es que ahora me encuentro en la dicotomía que no sé cómo lidiar...
Sentada en la terraza tomando una taza de té terminó de escribir en su diario y revisar la agenda de la siguiente semana, una marca quería presentarla junto con otros jóvenes en ascenso para la nueva línea que traería así que debía ir después de grabar a prueba de vestuario, también tendría sesión esa semana y un desfile, sería su primera vez modelando.
Una notificación la desprende de su lectura, un mensaje de Milo
Milo
¿Cómo estás?
Ariadna
Estoy bien ¿por qué?
Milo
Tu estado en el auto no fue "bien"
Ariadna
Nada que preocuparse
Milo
Esta bien
¿Al menos cenaste?
Ariadna
No tengo apetito
Luego de revisar su agenda optó por tomar un baño para ir a dormir, dejó un par de mensajes a Dante para informarse del estado de su abuela, esperaba que con el paso de cada hora se presentará un alivio para ella, algo bueno del baño es que siempre alivia la mente de la Ateniense, siempre había estado familiarizada con el agua y sobre los poderes curativos que tiene para con el cuerpo. Era algo de cultura a lo largo de su familia
Con algo de música relajante aprovecharía la paz que le proporcionaba el agua y el silencio del lugar
A lo lejos se escuchan pequeñas tocadas lo cual la despertó de su calma, no esperaba ninguna vistita o algún delivery, tomo su bata de baño y se acercó a la entrada de su vivienda dudosa sobre quien podría ser.
—Buenas noches Srta. Ariadna
La chica de cabello oscuro llevaba en su mano un paquete en una bolsa de comida
—Buenas noches—esbozo con amabilidad—tal vez te equivocas, no he ordenado nada
—No—ladeo con su cabeza—es la dirección correcta y el nombre de la persona correcta, además te reconocería en cualquier lado, me gusto tu película—dice sonriente y extasiada de emoción—tu pedido
Y aunque fuera extraño que llegara un pedido sin avisar, no quiso ser grosera con la repartidora, no era culpable y solo hacia su trabajo
—Gracias, que linda —se adentró rápidamente a su sala para buscar su billetera y regresar —¿Cuánto debo pagar?
—No—negó—ya está facturado
—¿En serio? —respondió algo atónita—¿Estas segura? —cuestionó—¿Quién pudo ser?
—Eso no lo sé—se encogió de hombros— solo me informaron que ya está pagado
—Está bien—tomó el paquete—muchas gracias de nuevo, ten buena noche
Al cerrar la puerta se dirigió a la cocina y revisar el pedido, no recuerda haberlo hecho e incluso ya tenía pensado que quería cenar, confirmo sus datos en la factura que venía en la bolsa engrapados, al final no le dio mucha importancia, aunque agradecía el pequeño detalle
Su teléfono empezó a sonar llamando su atención, procedió a contestar la llamada de Facetime que entraba: Milo
Facetime
Milo Manheim
Milo
¿Ya estas cenando?... Oh, creo que llame en un buen momento
Milo señalo su bata de baño a lo cual su mirada se tornó picara, llevaba una camiseta azul turquesa, esos clásicos lentes y su cabello despeinado de solo esa forma que él podía, al parecer estaba en la cocina de su apartamento disfrutando de lo que parecía era pizza de salami.
Ariadna
¿Cómo que si estoy cenand... espera... ¿Tu ordenaste esto?
Milo
¿Por qué no? Mañana tenemos un día largo y debes conservar energías
Ariadna
No creo que un poco de fruta y verduras desgaste mis energías, Milo
Milo
Lo sé, solo quería que cenaras algo antes de dormir y tengas una noche para ti
Ariadna
Gracias Milo
Milo
Ten una rica cena rica, nos vemos mañana, rubia
Milo antes de finalizar la llamada le lanza un guiño. Ariadna se sintió un poco enternecida al saber que el chico ojos color miel que últimamente se topaba en su vida con quien ha pasado las noches y quién confundía su cordura
Sabía que todo esto estaba mal, aunque le gustará.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top