XI

Pasado. Día de filmación en L.A

—Eso es todo por ahora—dijo en voz alta el director—nos vemos en un par de horas, vayan almorzar

—¡Al fin! —dijo aliviada—muero de hambre—pensó en voz alta después de qué el director cortara la escena

—Eso estuvo fantástico, Ariadna—el director se acerca mientras bebé una botella de agua—quedó muy buena, deberías enseñar a varios actores como se actúa

—No exageres, Mike—le sonríe amable —pro gracias por el cumplido—nos vemos al rato

La ateniense caminaba hacia su camerino para cambiarse de vestuario y usar algo más de ella. El clima de los Ángeles de hoy le recordó a Atenas, hoy tendría que llamar a su padre debido a un par de negocios que atendería en Estados Unidos y quería verla

Su teléfono empieza a sonar, era Dante, su hermano mayor que se encontraba en Reino Unido

Inicio de llamada

—Que sorpresa más genial que esta—dice feliz mientras tiene una video llamada con su hermano

—Hace tiempo que no te veo, estás guapísima —preguntó—¿Estabas filmando?

—Si—afirmó— ahora iré almorzar y luego regresaré ¿Tu como estas? ¿Sigues en Londres?

—Sí y luego iré irlanda del norte, estoy muy bien por cierto creo que vi a mamá

Ariadna quedó en un estado de Shock por unos segundos al escuchar las palabras de Dante, la última vez que escuchó sobre su madre fue que estaba en Montecarlo

—¿Por qué dices eso?

—Bueno, es nuestra madre y la reconocería en cualquier lado ¿no? Rubia, mismo color de ojos, se parece bastante a ti

—Solo físicamente, Dan...

Al llegar al espacio donde se encontraban los camerinos estaba Milo charlando con Justin, el coreógrafo de escenas de lucha, parecía enojado el actor, rápidamente Ariadna se queda atrás para no llamar la atención.

Milo llevaba unos pantalones negros elegantes con una camisa blanca y sus lentes.

—¿Qué?!—Exclamó Dante—¿Qué pasa?

—¡Shh! —chuseo—Dame un momento, creo que algo pasa con mi coestrella

—¿Quién? ¿El chico como se llama? El que tiene nombre de bebida

—Sí, ese chico, ahora intentar entender que sucede

—¿Por qué? ¿Crees que se pueda tratar de ti?

—Pues no lo sé por eso quiero intentar entender

Luego de ello al Justin irse Milo queda algo molesto, pues su expresión decía más que mil palabras

—¿Qué? ¿Ya dejaste de espiar?

—Sí algo así, se ve enojado—Decía la rubia mientras veía que ocurría a escondidas con el chico

—¿Qué crees que sea?

—No lo sé

La rubia no entendía mucho que sucedía, el rostro de Milo además de enojado parecía preocupado ¿Qué habrá pasado? ¿Será concerniente con la filmación? Todo iba muy bien. Se sentó por unos momentos en las escaleras de su camerino y sacó su camisa, tomó su teléfono y por lo que parecía empezó hacer una llamada. La rubia se sorprendió.

—¿Qué pasa ahora? ¿Qué te sorprende?

La rubia no respondía pues, quedo sorprendida por el aspecto de Milo, los entrenamientos debido a la película se estaban notando, eso lo hacía aún más atractivo

Con su camisa Milo secaba su frente debido al sudor del día

—Espera, Dante

—Me tienes con intriga, pareciera que hubieras visto un fantasma

—No, no es eso solo que me distraje con lo que pasaba, pero ya dejaron de hablar ¿Qué venias diciendo de Mamá?

—Ah sí, la vi, estaba con un chico, de unos 26 años

—¿Aún sigue en esas? No lo puedo creer—ríe—mi madre al parecer hace lo que no hizo en su juventud

—Tal vez por eso se divorció de papá

—Sabes que es algo que a él no le gusta hablar

Cuando Ariadna voltea a ver hacia los camerinos para tomar curso al suyo el pelinegro ya no estaba

—Oh, Ya no está

—¿Quién no está?

—Milo, creo que ya entró a su camerino

—Bueno ya que dejaste de espiar ahora ve al tuyo ¿A qué hora te veras con Papá? Vi tu mensaje de que estaría en Estados Unidos

—Se supone que su vuelo aterriza en 2 horas, creo que lo vería en la noche solo espero que no llegue con una de sus novias

—¿Cuál Tiffany?

—No, Tammy, tiffany no me agradaba—Dice la rubia mientras abre la puerta de su camerino

—Y a mí me agradaba Tiffany, Ari tengo que cortar, te escribiré más tarde

—También yo, te quiero

Fin de la llamada

Siempre le hace bien charlar con su hermano, era de las pocas cosas que la hacían sentir en casa. Accidentalmente deja caer su teléfono entre los pequeños escalones

—Torpe—pensó en voz alta

Al tomarlo e incorporarse la puerta de su camerino se cierra dejando de vista al chico de ojos color miel, de 6'3 de estatura con camisa nuevamente recostado de un hombro al camerino cruzado de brazos, esto hizo que Ariadna se sobresaltara dejando caer su teléfono por 2da vez.

—Me asustaste, Milo—baja los escalones para tomar su teléfono—¿Qué quieres?

—Eso te pregunto a ti, rubia, ¿Crees que no me di cuenta que me espiabas?

Ariadna quedo pasmada al escuchar al actor, sintió un pequeño ardor en sus mejillas debido a la pena que estaba sintiendo, según ella Milo no se había percatado de su presencia, pero las cosas no siempre salen como se espera

—No.. no sé de qué hablas—dijo nerviosa, titubeo muy a breve

Milo sonrió de lado con una ceja levantada mostrándole una expresión de obviedad muy sexy. Ariadna no supo que decir

—Ya te pusiste roja

Ahora si sentía una completa vergüenza, de por si sus mejillas solían ser rosadas y ahora esto lo empeora, no quiso seguir a más y subió rápidamente hacia su camerino—Claro que no

La rubia se acerca a su tocador para empezar a sacar con pequeñas pomadas el maquillaje de su rostro

—¿No? por favor, Ariadna, fue muy obvio—siguió atrás ella y cerró la puerta del camerino dejándolos solos en aquel lugar—¿Cuántas veces te he descubierto espiándome? 2 o 3?

—No te creas tan importante—dijo con indiferencia, aunque solo se notaba más la ingenuidad de sus palabras, o eso quería hacerle creer a Milo

—De hecho, si lo soy—sonríe orgulloso—te intereso así que debo tener cierta importancia para ti

El interés si estaba presente

Ariadna pone sus ojos en blanco—eres de lo peor

El californiano ríe entre dientes—sabes, si solo admitieras qué te gusto, nos ahorraremos mucho drama

—No digo mentiras, Milo, además sabes que ya me gusta alguien

—Vi cómo me mirabas cuando me quitaba la camisa, Ariadna

—Ni en tus sueños más dementes diría una verdad tan vacía como esa, Manheim ahora tengo mejores cosas que hacer que hablar contigo y "espiarte"—hace comillas con sus dedos—engreído

—¿Cómo hablar con el chico a quien le dices te quiero? —chasquea su lengua—so a Alex no le gustara nada

—En primer lugar, es mi hermano, segundo—puso con fuerza debido a su irritación la botella de agua micelar en el tocador y se acercó con ira hacia Milo—no te metas en lo que no te incumbe y tercero te vas—señalando la puerta

—¿Por qué te pones tan histérica? —ríe—solo fue una broma

—Tus bromas son de muy mal gusto ahora déjame tranquila que iré a encontrarme con Alex

—El chico perfecto—con un tono sarcástico para después reír—¿Ahora que quiere el de ti?

—Es mi novio, Milo, lo quieras creer o no, me trata lindo

Milo lleva a la rubia hacia la pared acorralándola, tan cerca el uno del otro que sus miradas encajaron perfectamente—No creo que seas ese tipo de mujer que solo quiere que le traten lindo

Ariadna levanto su ceja—¿Qué sabes tú sobre lo que yo quiero?

—Llegué a conocerte más de lo que tu piensas ese fin de semana, Ariadna... sé que eres de las personas que buscan más que un simple beso a media noche, tu mirada me dice que buscas una aventura cada día ansiosa de adrenalina—Milo echa atrás un mechón de su cabello para acercarse a su oreja—no quieres solamente un caballero también quieres a alguien que te haga sentir viva y rebelde... no te gusta que te dominen, pero te gusta ceder el control en ocasiones...—musitó—no solo quieres placer también quieres que te hagan estremecer, retorcerte de placer

Ariadna con cada palabra sentía como su cuerpo perdía el control como aquella vez, sentía como se llenaba su pecho de aire que debía soltar, como entreabría sus labios, su mente se nublaba y sus mejillas enrojecían más de lo normal

Milo acerca su frente con la de ella, se sentía el roce además de sus narices debido a la cercanía, él adicional amagaba sus labios cerca de los de ella

—Nunca había notado aquellas pecas que tienes en la nariz... —Milo mordió su labio, tensó su mandíbula intentando controlarse—Quiero besarte de nuevo...—tragó en seco—pero no lo haré hasta que misma me busques a mí. —se despega de ella

Milo se acerca a la puerta para salir. Ariadna aun algo anonadada por el momento seguía en la pared del camerino. —En un mes... sé que estaremos en frente tú y yo y no podremos evitar más lo que pasa entre los dos—agregó antes de salir

Ariadna libero aquel aliento que sentía que acumuló en el pecho, se deslizó hacia abajo hasta quedar sentada en el piso del lugar... ¿Qué se supone que había pasado ahora? ¿Como podría lidiar con esto ahora?

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