Mantis calavera
Dejaremos de mirarnos
a los ojos.
Soltándonos
nuestras manos secas.
¡Oh, mantis calavera!
¡No me tengas piedad!
¡Por favor!
¡Si siempre fuiste una impiadosa hoz!
Saber que,
asomas en el espejo,
para mí no es extraño.
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