6. "Mi oxidado refugio"
Mis piernas echaron a correr lo más rápido que mi cuerpo les permitiera sin un rumbo establecido.
No sabía a dónde iba.
Solo deseaba desaparecer de esa humillante escena en la que proclamé públicamente que no podría volver a tener sexo jamás. Encima mencioné el jodido paraguas.
¿Se podría caer más bajo?
Sin saber dónde había acabado, me senté en la esquina de una sala vacía cubriéndome el rostro con ambas manos.
Temía que mi relación con toda la clase fuera a empeorar. No era que tuviera intención de hacer amigos pero otra cosa muy distinta era que no dependiese de mi voluntad.
Me quitan el sexo, las drogas, la libertad y ahora también el orgullo.
No había oído cómo alguien entró en aquella sala y se sentó a mi lado por haber estado tan absorto en mis pensamientos.
-No querría darte las malas noticias pero es lo que hay y no te quiero mentir porque eres mi mejor amigo-habló Brad-. Están corriendo rumores ya aunque yo haya intentado darle otra explicación a tus palabras. Lamentablemente, no me han creído, pero te prometo que seguiré intentándolo. No quiero que tengas una mala reputación ahora que te estás haciendo popular.
-Brad...-murmuré sin levantar la cabeza.
-¿Qué ocurre, Hugo?
-Si algún día sucediese algo y me tuviera que ir de la ciudad, ¿qué harías?
-¿Por qué tendrías que irte?
-No lo preguntes conociendo mis problemas.
-No quiero que te vayas. Me quedaría solo otra vez.
-Tienes a tu madre, a tu padre, ¿tienes hermanos? Es algo...que nunca te había preguntado.
-Para empezar...no tengo madre.
-Lo siento, tampoco me lo habías dicho.
-No, no es eso. Lo que pasa es que yo tengo dos padres. Soy adoptado, pero sí que tengo un hermano biológico.
-Así que tus padres son gays... Y tu hermano, ¿es menor?
-Sí. Tiene 16 como tú, aunque suelen echarle más.
-Nunca me lo habías presentado. Para tratarse de tu mejor amigo...-seguí con el rostro oculto.
-No lo he hecho porque tengo mis razones. No te convendría conocerlo.
-Lo que tú digas... Tal vez solo quieras hacer lo justo y lo que te conviene.
-¿Qué quieres decir? ¿Por qué haría algo así?
-Por nada. Déjame solo.
-¿Por qué me echas de tu lado constantemente? ¿Acaso me odias?
Brad me agarró de los brazos abriéndolos y logrando ver mi llorosa expresión.
-¡No me toques!-exclamé empujándolo-. ¡Tú y todos los demás sois unos putos falsos a quien no les importa nadie más a parte de vosotros mismos!
El chico rubio me miró sorprendido, pero se resistió a mis forcejeos volviendo a inmovilizarme.
-Hugo. Explícate ahora mismo.
-No voy a hacerlo.
-Eres un cobarde.
-¿Y qué?
-Que quiero que te refugies en mí, pero no me lo permites nunca.
-No puedo refugiarme en alguien a quien no le importo.
-¿Perdona? Repite eso.
- Que no te importo - volví a decir vocalizando mejor las palabras y fijando mi mirada repleta de lágrimas en la suya -. Estás conmigo por mi padre, ¿cierto?
-¿Qué tiene que ver tu padre en todo esto?
-Él te paga por tu amistad.
- ¿De dónde has sacado eso? Piensa las cosas antes decirlas en voz alta.
- ¡Sabes que tengo razón, joder! ¡No me contradigas!
- Siento decirte que no la tienes, al igual que casi todas las demás veces que dices algo. Raramente sale algo coherente de tu boca. Y no, no sé de que rayos me estás hablando metiendo a tu padre con su dinero en esto.
-No importa. De todas formas, ya conozco la verdad.
-¿Sobre mí? Lo dudo.
-¿Ves? Eso es porque no me lo permites. ¿Qué clase de persona deja a su mejor amigo viviendo en la ignorancia?
-Yo. Y créeme que estoy haciendo lo mejor para ti.
-No te creo.
-Bien - se levantó de mi lado -. ¿Quieres conocer a mis padres? Adelante. Pero a mi hermano no.
-¿Por qué no? - me coloqué prácticamente a su altura -. ¿Te avergüenzo? ¿Tienes miedo de que le contagie mi forma de pensar?
-¿Pero tú te has vuelto loco? ¿Desde cuándo no me gusta como eres?
-Dímelo tú - me crucé de brazos.
-Hugo - Brad se aproximó a mí colocando los brazos contra la pared a ambos lados de mi cabeza bloqueando de cierto modo mi salida -. ¿Qué es lo que piensas de mí? Quiero saberlo todo y ahora.
-¿De verdad quieres saberlo? Perfecto, aunque ya te he contado la mitad.
-Empieza de nuevo.
-De acuerdo. Para empezar, nunca has sido mi amigo real. Todo ha sido una farsa para ganarte la confianza de Wayne ya que sabes que es un empresario de gran influencia y que podrías conseguir algo a cambio de establecer una amistad con su hijo - Brad no me interrumpió. Simplemente se limitó a arquear una ceja-. Con el tiempo, es posible que hayas comenzado a soportarme con menos dificultad pero aún así, tus sentimientos no han cambiado porque no los ha habido nunca. Respecto a tu carácter, creo que eres un engreído y egoísta a quien no le importan los demás en lo más mínimo, pero por el dinero y ascenso social la gente es capaz de hacer cualquier cosa, ¿no es cierto, Brad? Wayne te tiene que estar pagando muy bien para mantener a alguien capaz de soportarme durante tanto tiempo. Y eso es lo más relevante. A ver que tienes que decir al respecto.
Brad agachó la cabeza y le oí soltar una risa mientras se apartaba de mí.
- ¿Qué es lo que te parece tan gracioso? ¿Te ríes de mí?
-Vaya, y dime una cosa, Hugo. ¿Todo eso que me acabas de soltar tan descaradamente lo has deducido solo o tienes alguna prueba o testigo?
-¿Acaso la necesito? Los hechos son obvios.
-Lamento decirte que el detective Chance se equivoca como otras tantas veces. Si me permites, te relataré mi versión de los hechos. Es cierto que tu padre me proponía cierta cantidad de dinero cada semana, pero dime: ¿me crees capaz de aceptarlo sabiendo que me pagaba como si fuera un amigo contratado? Lo hacía en un principio pero porque no tenía ni idea. Cuando comencé a sospechar, dejé de hacerlo. Sabía que eso te podría sentar muy mal. Respecto a lo de engreído y egoísta no te podría decir nada. Tal vez lo sea. Tal vez no. Pero, en cualquier caso, sabes que odio que digas que no le importas a nadie - El chico rubio me tomó de la barbilla atrayéndola hacia su rostro-. Porque a mí sí.
-¡HUGOO!- la locura de Alis irrumpió en ese momento haciendo que Brad y yo girásemos únicamente la cabeza en su dirección sin cambiar de posición. La chica se detuvo a unos metros de nosotros y suavizó su expresión -. Ups, creo que acabo de arruinar un momento romántico. Esto... - amplió una sonrisa -. Seguid con lo vuestro.
-¿Qué?
En cuanto giré la cabeza de vuelta hacia el rubio, me ruboricé y lo empujé apartándolo.
-No estábamos haciendo nada importante - aseguré.
-Ajá... Sabes, ahora no sé que hacer contigo; si preguntarte sobre lo que dijiste antes de salir corriendo o seguir intentando emparejarte con Brad. La verdad, me lo has puesto difícil.
-Es muy simple - expliqué -. Te emparejas tú con él y a mí me dejas en paz. Así tienes drama para rato.
Definitivamente, hacer amigos no era lo mío. Por eso siempre optaba por el sexo y ahora ya estaba perdido.
-Meh, no es mi tipo - desvió la mirada a sus propias uñas.
-Tú tampoco eres del mío - se defendió Brad.
-Pero su hermano no está nada mal- añadió.
-¿En serio?- miré al rubio -. ¿Ella sí puede conocerlo y yo no?
-¿Cómo lo conoces? - le preguntó el chico ignorándome.
-Vamos, tenéis el mismo apellido y ojos. Por no hablar de vuestras mentes brillantes. Y tú, Hugo, deberías saber quién es ya que vais a la misma clase.
Me quedé en blanco intentando recordar los rostros de mis compañeros, pero solo aparecía ese tal Elmer por mi mente. ¿Cómo era posible que solo recordase a uno?
-No me digas que aun no has hablado con nadie... ¡Hugo!- se acercó cogiéndome bruscamente de los hombros -. ¿Se puede saber qué hace el tipo popular sin popularizarse?
-No lo necesito.
-Pero así nunca volverás a foll... Espera, Hugo, lo que dijiste...¿iba en serio?
-¿Lo del sexo? - la morena asintió esperando una respuesta que no estaba dispuesto a darle -. No es nada. Olvídalo.
-¿Cómo que nada? Brad, ¿tú sabes algo?
El mencionado se encogió de hombros guardando silencio.
-Hugo, ¿quieres que volvamos ya a clase? - propuso Brad para sacarme de la situación -. El timbre tocó hace unos minutos.
-Sí, vamos - accedí.
-¡Eh! - me gritó la chica mientras me alejaba de ella -. ¡Descubriré lo que te ocurre y lo sabes! ¡No escaparás de mí!
La ignoré.
La chica estaba mal de la cabeza y lo sabía desde el momento en que la vi. Eso la hacía diferente a las demás, al igual que los gemelos. Ellos tres eran los únicos que actuaban como si el mundo fuera suyo, sin importarles lo que los demás pensaran de ellos.
Brad...él también podría considerarse único. Si todo lo que dijese fuera cierto, él realmente me tendría que apreciar mucho.
Pero a quién voy a engañar.
No había ni una sola persona en el mundo que me pudiera apreciar tal y como era porque yo no era nadie. Un sucio pellejo de la corteza terrestre.
Solo eso.
*****
Llegando a clase, Brad se despidió de mí y le correspondí discretamente. Cuál fue mi sorpresa cuando, al darme la vuelta, me volví a encontrar con ese rostro tan problemático que me sonreía esperando a que le volviese a clavar algo.
-Ese era mi hermano, ¿me equivoco? - preguntó el castaño señalando al mencionado -. Sí, estoy seguro de ello. Y...lo acabas de saludar, ¿verdad, marica?
¿Se refería a Brad? ¿Él era su hermano?
-No sé de qué me estás hablando -pretendí ignorarlo adentrándome en el aula, a la que llegaba tarde el profesor y aun estaba todo muy alborotado.
Entonces, Elmer me detuvo agarrando mi camisa y alzándome unos centímetros del suelo.
- Has sido tú quien ha mariconeado a mi única familia. Me las vas a pagar- aseguró liberándome con desprecio -. No hay lugar en este mundo para maricones.
Milagrosamente, no golpeé a ese tipo durante la corta conversación que tuvimos. No sé porqué no lo hice.
Tal vez fuera por Brad.
O tal vez por mí.
Pero no lo hice.
Brad...¿era él de quien me querías proteger todo este tiempo?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top