La compañía estaba lista para salir. Cada uno de ellos había entrenado lo suficiente para elevar su poder gracias a los consejos de Mavis y Zeref. Se colocaron las mochilas a la espalda y fueron acompañados hasta el lugar indicado.

La playa extensa se abría camino hacia ellos, pero sobretodo el inmenso e infinito mar. Zeref les señaló un punto en la lejanía, se veía a pesar de la distancia. Para poder llegar allí usarían una barca preparada con magia para ello. Natsu echó un vistazo atrás, le pareció escuchar la voz de Igneel hablarle, pero no sabía si era real o una ilusión.

—Una vez tengas el orbe, usa esto—le dio una piedra—es de un solo uso, os trasladará todos aquí—explicó el que fuera el mago oscuro.

—Tened cuidado—dijo Mavis entre lágrimas.

—Gracias primera—dijeron.

—Hermano—le extendió la mano y la estrechó—gracias.

La barca era de madera, pero presentaba un aspecto muy resistente y no era pequeño. Dejaron todo dentro del barco, justo debajo de ellos donde podrían dormir si el viaje  se alargaba. Erza estiró las velas y la embarcación se puso en marcha gracias al viento.

—¡Adiós!—Lucy alzó la mano despidiéndose. Le había encantado ver a la primera.

Gray vigilaba todo la parte norte para ver si eran atacados. Wendy usaba su viento para que la barca no se parase.

Al mirar todos atrás una última vez, vieron a Zeref y Mavis levantar el dedo como solían hacer los miembros de Fairy Tail. Ellos imitaron el mismo gesto. Natsu aguantando las lágrimas, levantó el dedo durante unos segundos. Le pareció escuchar una melodía en su cabeza, tal vez se estaba volviendo loco, o tal vez era solo el canto del mar empujando a los miembros sabiendo que debían salvar aquel bello mundo.

Tras más de una hora de viaje, el mar se volvió más violento y tuvieron que hacer maniobras para poder mantener la barca. Wendy soplaba la vela con su magia, Erza mantenía firme el timón con la ayuda de Lucy mientras Gray y Natsu tiraban de las cuerdas siguiendo las instrucciones de la pelirroja.

—¡Cuidado!—gritó Wendy viendo una ola gigante acercarse por su derecha.

—¡Yo me ocupo!—Gray se desprendió de la camiseta e hizo la postura—¡Ice Make!—la ola se congeló por completo.

—¿Era necesario quitarse la camisa?—preguntó Wendy roja.

—Las costumbres nunca cambian eh—susurró un Natsu sonriente.

El resto del trayecto fue similar pero ya le iban pillando el truco. La isla donde estaba el tercer orbe se iba dejando ver mucho mejor. Era mucho más colorida de lo que parecía desde la lejanía. Llena de árboles, plantas, y cascadas. Pero al acercarse, vieron que era incluso mucho mayor, era impresionante ver semejante cosa, no se podía describir con palabras.

—Es bonita—dijeron Lucy y Wendy.

—Pero peligrosa—respondió el resto.

Por fin tocaron tierra firme dejando atrás la ferocidad del mar. Arrastraron la barca dentro de la playa para que la corriente no se la llevase. Fueron a una sombra cercana donde pudieron descansar bajo ella mientras comían un poco. Hasta ahora, no habían podido hacerlo.

—Hay mucho olor a plantas...mi olfato no nos servirá—dijo el dragon slayer.

—Estaremos atentos pues—Erza llevaba la espada siempre a mano.

Wendy y Natsu prestaban especial atención a su oído mientras que el resto comía tranquilo ya que tenían más hambre. Las provisiones eran grandes por lo que no habría problema. Además de que en la isla había comida de los árboles.

Las nubes se tornaron grises y pronto se escucharon fuertes truenos. Las gotas de lluvia se dejaron caer sobre la isla, aumentando con el paso de los minutos. Fueron a refugiarse a la barca que gracias a las medidas de seguridad que pusieron no se movería. Se metieron dentro del barco, en la parte de abajo donde pudieron refugiarse de la lluvia.

—Menos mal que Zeref pensó en todo—comentó la maga celestial sonriente.

—Si, aquí dentro estaremos a salvo—Erza intervino—vamos a descansar un poco aquí y pasar unas horas. Aquí no nos verá ningún animal por lo que estaremos más seguros. Aprovechemos para dormir un poco antes de adentrarnos.

Y así, ocultos de la vista de los posibles enemigos y del clima, cerraron los ojos. El orbe podía esperar un poco más.

Los gremios de Fiore se unieron en la batalla contra los seres que campaban a sus anchas. Rogue y Sting acaban con muchos pero seguían viniendo más y más. Kagura los cortaba con facilidad pero algunos empezaban a ser mucho más fuertes de lo que parecían. 

Makarov les dijo que iría a por ayuda. Fue lo más rápido posible hasta uno de los sitios más vigilados del mundo mágico. La prisión del Consejo Mágico. Les explicó la situación brevemente y finalmente, el consejo aceptó sus suplicas pues su gremio salvó al mundo en multitud de ocasiones.

Las escaleras parecieron eternas, eran tan largas que no tenían fin. Al llegar al piso indicado, recorrió un largo pasillo lleno de celdas y prisioneros que hacian comentarios a su paso. Makarov seguido por dos guardias, se paró frente a una que estaba oculta de la luz.

—Aquí estás—dijo este.

El ruido de unos grilletes resonaron en la distancia. Unos pasos se escucharon aproximarse, pronto, la figura del prisionero se dejó ver.

—¿Realmente está seguro de esto señor?—le preguntaron.

—Si, es necesario hacerlo—respondió.

No le agradaba la idea de tener que liberarlo pero no quedaba otra.

Finalmente la figura fue revelada, una persona con el cabello azul y largo sonreía de manera macabra con los afilados dientes.

—Debes de estar muy desesperado para acudir a mí—dijo manteniendo esa sonrisa que asustó a los guardias.

—Acnologia...

FIN PRIMERA TEMPORADA