Capítulo XXXVIII
Llego a tiempo gracias a Liam y a Matt, inicio mi guardia con varios casos complicados y luego nos mantenemos ocupados gracias a un accidente masivo de un autobús. Debido a que soy la única neurólogo de guardia me toca centrarme en los traumatismos craneoencefálicos entre otros diagnósticos críticos, sin embargo, la tarea de ninguno de los médicos presentes ha sido sencilla y apenas hemos tenido tiempo de sentarnos un momento, hacer una pausa para tomar café y continuar. Mi mente se mantiene ocupada y despejada, tanto que en varios casos coincido con Matthew y ambos mantenemos una postura indiferente y profesional -como debe ser-, ya que los casos lo ameritan y lo hemos hecho de forma inconsciente, este es nuestro trabajo y tal como me reprocho Liam esta mañana debo tomármelo más en serio y con todas las responsabilidades porque no trabajo en algo sencillo, de mí y de mis decisiones dependen muchas vidas, un error mío puede significar la muerte de alguien, así que me mantengo concentrada, tanto que no sé cómo se pasa el día entero, sólo sé que fue un día largo y pierdo la noción del tiempo hasta el momento que miro mi reloj cómo lo he hecho tantas veces en el día, pero esta vez me percato de que hace más de cuatro horas que terminó mi turno.
Aún con lo cansada que me siento me quedo otro par de horas más para apoyar al personal, ya que el hospital se encuentra saturado a pesar de haber trasladado a varios pacientes en la sala de emergencias.
Cuando ya siento que no puedo dar más, que el sueño y cansancio me superan, decido marcharme; en este estado es más lo que estorbo que lo que ayudo, y podría causar una equivocación que no tendría remedio alguno.
Cuando voy a cambiarme el uniforme encuentro a Matthew en la sala de descanso, está con una pierna flexionada, el brazo protegiendo su rostro de la luz y su teléfono a punto de caerse del bolsillo por la posición en la que se encuentra.
Me acerco para tomar su teléfono y colocarlo a un lado, ya que sé que cuando está realmente cansado suele caer en un sueño tan profundo que no hay quién lo despierte y puede se le caiga de igual modo si lo dejo sobre su pecho o abdomen.
Me le quedo viendo y suspiro, extraño su cercanía, a un punto que me asusta.
¿Me he vuelto dependiente? ¿Es normal que quiera estar tan cerca a cada momento? En definitiva no quiero estar con él por algo que no sea amor, pero al mismo tiempo pienso en el futuro que tendremos juntos, porque ahora lo tengo claro, justo en este momento no me imagino un mañana sin él a mí lado.
Me acomodo de cuclillas y ya que tiene la mayor parte de su rostro cubierta, aprovecho para acercarme a sus labios. Extraño tanto su textura, su sabor...
- ¿Qué haces, doc? -Escucho a mi espalda y siento un escalofrío de vergüenza al sentirme pillada in fraganti.
-Verifico que esté vivo y que no se le caiga el teléfono -digo en el tono más indiferente y creíble que puedo lograr mientras me pongo de pie y me giro a ver al hijo del director.
-Ajá, ¿y sí respira? Porque creo que estabas a punto de darle ventilaciones a la vieja escuela -Mueve las cejas con picardía y luego me mira con los ojos entrecerrados-. Como si no hubiese un AMBÚ en este lugar -bufa con incredulidad-. No me sorprendería, incluso a Miller que es el más discreto lo han pillado en los armarios teniendo "diversión para adultos" con varias enfermeras, yo siempre he tenido curiosidad de qué es lo que tiene entre las patas y si es más grande que el mío, porque las vuelve locas, pero ya sabes, el señor seriedad no quiere nada serio, desde lo ocurrido con su ex, ¿No te he contado? Eso fue un escándalo... -parlotea en tono chismoso como quién no quiere la cosa y yo siento que una espinita de incomodidad se instala en mí a tal punto que dejo de escuchar.
¿Sexo en el hospital? ¿Con varias enfermeras? ¿En los armarios? Pues si ahí mismo me ha metido a mí para comerme la boca.
-Pues qué travieso nos salió el doctorcito... -murmuro con ironía.
-Ay, cariño, ¿quién no lo ha hecho en el hospital? Es de ley que en tantas horas de guardia a uno le entran las ganas, y hay que darle lo que el cuerpo pide si hay con quién -Se encoge de hombros como si fuese la cosa más normal de mundo.
O sea, sí se que hay cierta normalidad en eso en los hospitales, pero es que pensar en que me he topado o trabajado con alguna chica a la cual él ya estuvo sexualmente me cabrea a niveles inimaginados. ¡Ya es suficiente con su maldita ex!
-Ya... Bueno, gracias por la info, pero yo me tengo que ir -digo recogiendo mis cosas y deteniendo su monólogo.
Estoy tranquila, pero lo último que quiero ahora es más detalles de la vida sexual de mí novio.
Escucho algo caer con un fuerte sonido y me giro de inmediato para averiguar de dónde provino.
Veo a hijo del doctor Smith recoger varios portapapeles del piso y antes de que pueda a acercarme a ayudarle vuelve a hablar.
-Entonces, cómo te decía, el doctor Miller andaba con la jefa de enfermería y uff, esa mujer tendrá cara de haber chupado limón, pero ese cuerpazo no hay que negárselo... -Sigue con su discurso y pongo los ojos en blanco.
«Genial, prefería vivir en la ignorancia», me digo a mi misma y cuando voy a girarme noto que Matt está sentado con el rostro pálido.
Frunzo el ceño al verlo despierto y con tal semblante cuando él me mira con una preocupación que se acerca más al terror que a otra cosa.
- ¡T-te juro que no es cierto! -Alcanza a decir y alzo una ceja-. Bueno, sí, una vez pero fue mucho antes de conocerte, lo juro.
Alzo una ceja e indico con la mirada que no estamos solos. Parece no entenderlo al principio y luego capta que metió la pata.
-Já, el viejo me ganó la apuesta -refunfuña mi compañero y lo miro sin entender-. ¿De dónde crees que heredé lo chismoso? Mi papá también se las trae, yo la verdad no creía, tienes bien dominado al doctor corazón -Le palmea el hombro a Matt y él arruga la cara ante el trillado y horrible apodo, a lo que el rubio pone los ojos en blanco-. Señor amargura entonces -bufa.
-Te pido por favor no digas nada... Aún -agrego sabiendo lo difícil que puede ser para él guardárselo y se me escapa un suspiro.
- ¿De verdad crees que me lo puedo guardar? -pregunta risueño.
Miro a Matthew un momento y luego desvío la mirada.
-No creo tenga mucho sentido si ya no tendremos nada -digo en voz suave y noto de reojo como mi novio baja la mirada hacia sus pies.
-Oh... Entiendo, ehm -Se rasca nuca con incomodidad-. Haré mi mejor esfuerzo en ese caso -Se da media vuelta y se marcha sin despedirse.
«Claro, huye ahora».
-Entonces... ¿Planeas romper nuestro compromiso? -Su voz es apenas un susurro y el escucharla provoca que mi pecho se contraiga.
- ¿Quieres hablar de esto ahora? No creo que sea buen mo... -Me excuso.
-Sí, ahora -Me interrumpe.
~~~~~~
AMBÚ: Un ambú (del inglés Airway Mask Bag Unit), también conocido como resucitador-manual o bolsa-autoinflable, es un dispositivo manual para proporcionar ventilación con presión positiva para aquellos pacientes que no respiran o que no lo hacen adecuadamente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top