Soldado tonto y enamorado

Seokjin quería justificar su gusto por todo lo que había hecho por el, por la situación íntima en la que se encontraron, por sus bellas palabras, pero con todo ese tiempo a su lado, sus decenas de batallas, sus almuerzos, cenas, campamentos, charlas a solas, o cualquier otra situación en la que viera feliz y a salvo a Yoongi, confirmaba que ese gusto no era sutil, lo que sentia era mucho mayor, necesitaba una palabra mejor para describir lo que le hacía sentir Yoongi.

Estaba enamorado y no podía siquiera negarlo.

Era una situación imposible de ocultar, porque cuando lo tenía solo para él, cuando su atención le pertenecía, o con el simple hecho de encontrarse juntos en la noche alrededor de la fogata, luego de una largo día de exploración o ataque, sus sentimientos se desbordaban como si necesitara decirle lo mucho que lo estimaba. Aún con todo eso, no hubo día que no retuviese sus fuertes deseos.

Su fantástica idea era ocultarlo de por vida, siendo amigo personal del capitán, apoyándolo cuando consiguiera sus honoríficos de guerra, ayudándolo a conquistar a una amable y bonita futura esposa, cuidando de sus hijos luego de que nacieran, y siendo una parte secundaria de toda su vida; y por más doloroso que fuera solo pensar en ello, Seokjin estaría conforme, porque juraba que sus sentimientos se irían a la tumba junto a el, pero ese día, donde la munición fue insuficiente, donde el ataque sorpresa del enemigo arrasó con ellos y hasta hirió a sus compañeros, el destino no le dejo otra opción mas que morir o morir.

—Yo lo haré, es nuestra ultima granada, con nuestra poca munición, los atacaran por la izquierda, serán una distracción. Ire por la derecha oculto entre los arbustos— Su voz fue fuerte, entre las balas que golpeaban las grandes bolsas que cubrían su trinchera. Yoongi estaba decidido, hasta sigilosos sostuvo la granada en su mano y comenzó a orillar para seguir su plan, pero una firme mano lo detuvo, sin dudar le quitó el potente objeto, y sostuvo con un cariño sutil su rostro.

—Capitán Min, sé que no soy tan agil y rápido como usted, pero mi vida vale mucho menos... Yo voy a hacerlo— Su acribillada voz se oía distorsión para Yoongi, su sorpresa fue notoria y casi se pierde en el ambiente cuando oyó esas crueles palabras escapar de los labios de su chico favorito.

Intentó deterlo con una órden firme, pero ese soldado además de decidido, era impredecible, y creyendo que no podría salir vivo de aquella locura por su falta entera de habilidades, se acercó a su espacio, ignorando los ruidos, las miradas sorprendidas de sus compañeros, el polvo de la tierra seca del aire, y solo lo besó. Fue un roce sencillo de sus labios acompañado ligero por un movimiento rápido; fue sumamente audaz, hasta en su repentina sorpresa, le mostró una sonrisa antes de salir huyendo con la idea de que moriría contento por recibir un beso de su capitán y por salvar a su escuadrón de la muerte.

—¡No escucharon! Seokjin va tras ellos, Taehyung, cubrelo. Hoseok y Jimin, sirvan de distracción, Jungkook...— Su fuerte voz bajó de volúmen al verlo, su último soldado sano curaba con cuidado la herida que Namjoon presentaba por el roce de una bala en el brazo. El rostro de Jungkook reflejaba preocupación y desesperación porque su querido compañero apenas podía moverse del dolor, era con su fuese a morir, y a Yoongi le fue imposible detenerlo, ya que sabía exactamente lo que se sentía esa desesperación.

Sus soldados fueron rápidos en cumplir al oír su orden, y solo segundos después, percibió un grito anunciando que se cubrieran, vio a sus compañeros ocultarse aún más en esa trinchera, oyó un único disparo, y finalmente una explosión resonó cruel en el terreno contrario.

Fueron solo segundos; él fue el primero en levantarse, y con urgencia, no dudó en buscar a su querido soldado entre todos los cadáveres enemigos, no lograba concentrarse en otro objetivo, podía escuchar el fuerte palpitar de su propio corazón y las manos no dejaban de temblarle desenfrenadas, pero todo se detuvo cuando lo encontró, justo entre los arbustos, sucio, acostado, y cansado.

—¡Seokjin! ¿Estás bien?— Su preocupación notoria fue lo únino que logró denotar, y ese joven hermoso solo levantó su mano junto con su pulgar, afirmando su propia seguridad para la tranquilidad de su superior.

—Casi me disparan, pero no podría estar mejor— Él sonaba bien, pero de repente su brazo cayó sobre su rostro aún en el suelo, cubriendo sutil sus ojos para no verlo —Aunque... Deseaba morir luego de lo que hice, y por su mirada ahora, sé que hay mucho de lo que debemos hablar...

No supo cómo o la razón, pero luego de sus propias palabras, se encontró atrapado entre esos firmes brazos dolidos, que por un segundo temieron perderlo en esa batalla. Él correspondió a su abrazo, una respuesta que Yoongi espero ansioso y hasta temeroso, una que significaba que él estaba bien, que no era un sueño donde todos murieron, Seokjin sobrevivió, y se odio y lo odió por todo lo que ocurrió.

Luego de tal encuentro, no tuvieron su usual festejo, todos sus compañeros estaban cansados, heridos, y no podían encontrarse más reacios a la idea de una celebración, en especial porque fue una orden directa del capitán, y aunque Seokjin era el más propenso a obedecerle, esta vez no lograba conciliar el sueño, ya que su famosa conversación pendiente, aún rondaba por su mente, y sabiendo que su superior se encontraba de guardia, salió de su tienda de campaña, hallándolo fácilmente y como siempre, alrededor de la fogata que horas antes habían preparado, y que él aún mantenía con vida.

—Ordené el descanso de todos, ¿qué haces aquí, Seokjin?— No sonaba molesto, su voz era tan neutra siempre, que aunque quisiera, Seokjin no podía descifrar lo que sentía.

—Lo siento, capitán, nuestra conversación pendiente no me permitía dormir— Seokjin se sentó en diagonal a él, pero aún al frente de la fogata, calentando sus manos y preparándose mentalmente para las miles de escusas que plenaba decir para justificar ese beso.

—No tienes nada que explicarme si no deseas hacerlo, aunque siendo sincero... Sí quisiera saber por qué me besaste— Seokjin no le observaba, su maravilloso rostro se encontraba sonrojado, y Yoongi se odiaba no solo por sus sentimientos, sino también por tener de soldado favorito, a un idiota como él.

—Me enamoré de usted, capitán...— Su voz suave era adorable, y acompañada con la luz de la fogata, era como un agradable día de verano a pesar del frío de esa noche —Creí que moriría, fue una buena escusa para mi atrevimiento de hoy, sin embargo no me arrepiento de ello en lo absoluto... La verdad es que quisiera besarlo de nuevo... Sé que solo fueron segundos, pero aún así, sentí como si volviera a la vida... No sé como preguntarlo, pero realmente quiero saber si... ¿Usted corresponde a mis sentimientos?

El juego de sus manos, sus sutiles movimientos, y todos sus gestos eran adorables para quien los veía, se sentía demasiado cohibido por sus propias palabras, y no podía siquiera levartar la vista hacia él, era como si su poca fuerza de voluntad se hubiera acabado con sus palabras, pero fue inevitable que no cediera cuando él se levanto de su lugar, se acercó a su espacio personal, y sin importarle la suciedad del suelo o lo manchado que podría quedar su uniforme y cabello, se arrodilló frente a Seokjin, bajando su espalda y posando su cabeza sutil sobre sus manos, las mismas que ya se encontraban en el suelo en un contacto frio y directo con la tierra.

No era una afirmación, sus acciones eran una clara muestra de respecto, una reverencia completa que lo confundió, y transformó su vergüenza en una notoria preocupación. Intentó desesperado levantarlo del suelo, pero él se negó a ceder y con su fuerte voz, detuvo sus movimientos.

—¡Muchas gracias! Pero lo siento, no puedo corresponder, Seokjin— fue claro y directo, como si no quisiera causar confusión alguna con sus palabras. Aún con su negativa, creyó que vería una infantil rabieta o minimamente su rostro lloroso, pero a pesar de su espera, nada ocurrió mas que dos manos sosteniendo las suyas para intentar lavantarlo del suelo de nuevo. Su tacto dulce fue suficiente para lograrlo la segunda vez, al punto de mantener su manos aún unidas cuándo comenzó a hablar.

—Esta bien, capitán, no tiene que inclinarse así por mí, es vergonzoso— Dolor, no había otra palabra para describirlo, eran un dolor palpable, cruel, Yoongi no aguantaba siquiera verlo, hasta su mirada intentó certera evitar la contraria solo por eso —Siendo sincero... Esperaba un respuesta positiva... Usted siempre fue... Muy amable, y dice muchas cosas lindas sobre mi... ¿me confundí tanto, capitán?

Sintió su voz pronta a quebrarse, pero se negaba a mostrarse rotó ante él, no podía hacerlo, la sola idea era humillante, no solo como soldado, sino también como un pretendiente recientemente rechazado.

—No, Seokjin, mi respuesta es porque estoy tan enojado contigo... En cualquier otra situación hubiera dicho que sí, porque puedo corresponder a tus sentimientos, pero en está, mi única respuesta es el rechazo— Él no tenía pena alguna al hablar de ello, su mirada estaba fija en él, y la seriedad que mostraba era certera y dura ante los ojos de un dolido Seokjin —Antes de nuestro primer ataque lo dije ¿no? Eres mi favorito por tu determinación, tu fuerza, tu humanidad... Las esperanzas y sueños que mostrabas... Era lo más amaba de ti, pero ahora... Solo quieres dar la vida por mi— No hubo siquiera tacto, no era cauteloso al hablar, no pensaba en lo hiriente que estaba siendo con ese chico que lo adoraba, porque necesitaba desquitarse de alguna forma con él—¿Tu vida vale mucho menos? ¿deseas morir? Todo eso... Lo veo en cada una de nuestras batallas y lo aborrezco. Tu vida tiene un valor muy grande para mí, quiero que sigas vivo, quiero que tus riesgos sean solo por y para ti— Se mostraba notoriamente frustrado, y ver el dolor en la mirada atenta que Seokjin tenía, no hizo más que volver esa frustración, un fuerte dolor —Demuestrame que lo haces por ti, Kim, de no ser así, por mucho que te quiera, no podre corresponder nunca a tus sentimientos. Lo siento y lo agradezco.

Su conversación terminó, fue un despedida rápida de su parte, un leve buenas noches, y un mirada de decepción compleja por parte de Yoongi, que dejó perplejo a Seokjin. Aún con esa respuesta, no podía sentirse más confuso, la mezcla de emociones que iban desde la felicidad hasta la tristeza, se volvieron un golpe duro de asimilar. Su capitán lo quería, realmente era correspondido, pero fue rechazado, no comprendía a ese hombre, y aún era demasiado inexperto para entender hasta sus propios sentimientos.

En esa fogata ya casi apagada, lloró sin quererlo, dejando salir por fin todo el dolor que intentó ocultar, mientras que sus labios formaban una mueca molesta que cambiaba intermitentemente a una risa feliz y atontada. Ese hombre lo leía tan bien, ni siquiera el notó lo dependiente que estaba siendo de su capitán, de lo obsesivo que fue muchas veces por salvarlo sin pensar, de protegerlo sobre su propia vida, de devolver el favor por lo que ocurrió hace ya tantos meses atrás.

Él no le debía nada a Yoongi; fue una coincidencia que siguiera vivo al llegar, fue su deber ayudarlo dado su gran cargo. Que lo protegiera antes de su muerte, que quitará la bala de su herida pierna, que lo uniera a su escuadrón, que esperará su recuperación día y noche, que le enseñara sobre tecnicas y amrmanto, todo fue hecho por elección de Yoongi, ya sea por deber, amor, pena, o lástima, Seokjin no era responsable de lo que su capitán hiciera y no debía tenerlo en un altar por ello.
Aún asi, ninguna de esas mil razones desvalidaban sus sentimientos hacía él, era imposible, Seokjin sabía lo que sentía y tenía claro lo que debía hacer, no para recibir esa correspondida confesión que tanto anhelaba, sino porque estaba dando demasiado por un tercero y no por si mismo, cuando su objetivo al entrar a esa guerra siempre fue terminar con vida.

Con todo eso en mente, hizo lo posible para cambiar su extraña fijación de protegerlo. Al principio fue difícil no estar atento a la seguridad de Yoongi, pero él no era un hombre que se rindiera fácilmente, muy a pesar de que su rendimiento bajó demasiado por sus muchos intentos constante.
Su enamorada mirada por instinto iba hacia él, de forma imediata recordaba que debía concentrarse, pero para entonces, ya perdía de vista a su objetivo, y tenía a sus compañeros cubriéndolo de un ataque que seguro lo hubiera matado. Más que batallas con el enemigo, terminabsn siendo peleas consigo mismo.

—¡Seokjin! ¡¿Qué creés que haces?!— Yoongi se notaba enojado, la serenidad que siempre lo caracterizaba se borró, y ninguno de sus compañeros quiso interrumpir o calmar esa situación, temerosos de desafiar a su superior.

—Capitán, escúcheme...  Puedo explicarlo...— Yoongi vio su vergüenza, lo notó en sus ojos, y en sus gesto percibía el dolor, un dolor que el también sintió por regañarlo así.

Suspiró para calmar su voz y clara frustración, y en un intento tonto de disculpa, lo abrazó, pasando sus brazos por su cintura, y apoyando su rostro en el pecho de su soldado, sin importarle la mirada de los demás miembros, y sintiendo como correspondía al momento.

—Escúchame, Jin, sé que lo estás intentando, puedo verlo, pero no quiero que mueras, cada que salimos a una batalla, el sentimiento de perderte es abrumador...

Yoongi logró oír como el palpitar de su corazón se aceleraba, y se regocijo tonto por ser él quien provocó eso. Pudo escuchar como Seokjin iba a responder a sus palabras, pero a lo lejos la voz de Jungkook resonó, advirtiendo la presencia de refuerzos enemigos llegando a su zona.

Yoongi fue el primero en reaccionar, y sin dudar se arrojó al suelo junto a Seokjin, escondiéndose detrás de algunos troncos de arboles, escuchando como a los pocos metros las balas enemigas y propias se intercambiaban en una fuerte batalla.

—Voy a cubrir a Taehyung, Namjoon y Jimin, ellos están al frente, tú iras junto a los demás, y los apoyarás— Sus miradas se cruzaron y ambos se sonrieron con cuidado. Por un segundo Yoongi temió que esa fuera la última vez que vería a su subordinado, y el sufrimiento que lo golpeó ante la idea, quitó su previa sonrisa—Concéntrate, Seokjin.

—No se preocupe, eso haré, capitán— Seokjin le regaló de nuevo una sonrisa con confianza mientras cargaba su arma y se disponia a salir de sus escondite, pero Yoongi sostuvo fuerte su brazo antes de que lo hiciera, acercó su cuerpo, y llevó su palida mano hasta su nunca con el fin de sentirlo en su espacio.

—Si mueres sin haberte besado, no me lo perdonaría jamás, Seokjin— Su finos labios se juntaron con los suyos, en un tacto sutil y a la vez brutal, solo un toque que se sintió como si el mundo alrededor dejara de existir y lo único que percibía era el beso de Yoongi.

La batalla comenzó tras su íntimo momento, resultando ser el contrataque más que exitoso de Seokjin las últimas semanas, y todo gracias a su repentina concentración en batalla, podía compararlo como el día que se ofreció a arrojar la granada contra sus enemigos, y le robó un beso fugaz a su capitán. No había duda en su mente, era como si toda preocupación se esfumara, solo sentía felicidad gracias a ese gesto, y el resto era sobrevivir.

Y Yoongi lo notó, ese cambio brutal luego de su beso, ya no sintió más una dura mirada seguirlo, al observarlo de forma fugaz solo lo veía luchar, y en su ojos, se reflejaba una concentración y fijación increible. Él realmente lo estaba intentado, era muy claro, y Yoongi lo apreciaba tanto; con el simple hecho de que se cuidara por si mismo, se sentia mucho más tranquilo, en especial porque sus besos se repitieron antes de cada batalla, como si no pudieran sobrevivir sin ellos, y ya no solo minutos antes de la batalla, podían ser desde muy temprano por la mañana, o en la oscura noche antes de dormir. Hasta cambiaron de un simple toque significativo, a gestos apasionados por Yoongi, y un jugueteó de manos por Seokjin. Se perdían en ellos de forma brutal y sedienta cada vez que los repetían.

Habían transformado esos besos de una escusa para la concentración, a un acto natural y de afecto. Hasta Yoongi aceptaba que también le ayudaban, era como si le contagiara determinación y seguridad con cada uno de sus íntimo gestos, no sabía por qué, pero se sentía alegré y realizado luego de ellos, y era consciente de que era amor, prácticamente lo sintió desde el momento que lo conoció.

Yoongi lo amaba, amaba sus conversaciones nocturnas, su determinación, sus sonrojos, su sonrisa, su atención, su belleza, su humanidad. Todo y cada detalle lo volvían una persona especial, como si se hubiera proclamado dueño de su corazón, no podía sentirlo de mejor forma, solo era Seokjin.

Recordaba cada momento con él, desde que conoció, cuando le dijo a sus amigos entre bromas que su marca en el cuello fue hecha por un nuevo y sádico amante, lo divertido que fue oír a diario las molesta insinuaciones de Hoseok y Jimin, y lo bello que era verlo apenado por ello; también, no olvidaba las tantas veces que hizo lo posible para salvarlo, o su felicidad cuando compartía su ración de comida con el, y hasta tenía presente cuando lo entrenó para usar armamento, cuando se tensó entre sus brazos al momento que tocó sus manos para sostener ambos el arma con la que practicaban. Cada situación y cada recuerdo eran únicos, y como nunca antes, Yoongi se sintió humano por sus sentimientos, una persona contenta, con sueños, anhelos, esperanzas, emociones que admiraban y que antes nunca pudo sentir, todo gracias a él.

Estaba decidido a contarle como se sentía, incentivado por su notorio cambio en batalla, y porque no aguantaba más ocultar más lo que ese joven le hacía sentir. Iba a hacerlo esa misma noche, una noche que planeó desde días antes, hasta tenía preparada comida no enlada y fresca, y un vino en botella que logró saquear de su ultimo ataque a territorio enemigo, también se pondría su uniforme más formal y limpio, y ordenaría a sus demás soldados a dormirse temprano para no tener interrupción alguna. Estaba ideando la cita perfecta, en las peores condiciones, y aún así podía imaginar la sonrisa de felicidad que él tendría al verla.

💐

Segunda parte por fin, aún estoy escribiendo la última pero seguro no tardara en llegar, aunque es la parte más diferentes a la original jajsa.

En fin, gracias por leer.❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top