OO - Soy su fan número uno
Amy Rose
Siente las mariposas revolotearle en el estómago, su sonrisa se ensancha y los latidos de su corazón van en incremento. El sonido del silbato hace eco alrededor de la cancha, dando inicio al práctica de voleibol vespertino.
Ambos equipos conformados por seis integrantes, en cada lado con un único objetivo, anotar un punto para ganar. Sin embargo, para Amy el porqué del juego le es completamente irrelevante. Sus ojos esmeralda centellan, cuando los mismos han captado la silueta del quien porta el numero uno en la camiseta del uniforme y el mismo que ha aportado el primer punto para el equipo de la derecha.
—Es perfecto —susura en un suspiro anhelante, que verdaderamente no trata de ocultar. Su rostro se recarga sobre las palmas abiertas de sus manos, buscando más comodidad y seguir apreciando a su estrella número uno.
—¡Bien hecho Sonic!—los gritos de euforia no pueden hacerse esperar.
—¡Eso ha sido asombroso!—las felicitaciones vienen en masa y eso parece emocionar aún más al erizo azul, quien no duda en pavonearse ante la atención brindada.
Rose no puede evita sonreír ampliamente ante aquel comportamiento, es consciente de lo mucho que al erizo azulado gusta presumir sus logros y eso no le molesta. En lo absoluto. Al contrario, ella lo cataloga como parte de su encanto personal.
Su corazón se detiene por unos segundos cuando puede encontrarse en la mirada esmeralda ajena. Sonic al fin se ha dado cuenta de su presencia y con una sonrisa radiante, le ha saludado. Amy no puede caber en su felicidad, saber que el chico por el cual te derrites, te ha prestado la mínima atención es para vanagloriarse. Aunque ella no lo necesite verdaderamente, por que ya porta el titulo de mejor amiga y eso es por el momento es más que suficiente, es un escalón muy alto en la extenuante competencia que existe por la atención de Sonic el erizo. Con algo de timidez y torpeza, sintiendo el calor agolpandole las mejillas, le devuelve el saludo, acción que hace al cobalto sonreír aún más, antes de centrarse nuevamente en el partido.
La eriza rosada al fin puede soltar el aire que no sabía, estuvo reteniendo. Relajándose momentáneamente.
Amy no recuerda con exactitud, cuándo sucedio o cómo fue que sus sentimientos afloraron. Conoce a Sonic desde el quinto grado, después de que fue transferida a su misma escuela, gracias a un ascenso que se le otorgo a su padre.
Acoplarse a los cambios no era tarea sencilla, nuevas calles, nuevas direcciones, nuevas personas, nueva escuela. Para la Rose de once años, era aterrador. Recuerda haberse retraído ante todo contacto social, no era facil. Extrañaba a sus viejos amigos, extrañaba su vieja escuela, extrañaba el parque donde jugaba todas las tardes. Extrañaba su antiguo hogar.
Tal vez se hubiese convertido en la chica antisocial, que evita a toda costa el contacto físico y que solamente se aplicada en sus estudios. Ahora que lo analiza con más detalle, en realidad ese escenario hubiera sido deplorable.
Sus labios dibujan una melancólica sonrisa cuando el recuerdo del rostro de un Sonic más pequeño se apodero de sus memorias. Aún lo recuerda parado de pie frente a ella con la mano extendida y una sonrisa despampanante.
«Los cambios pueden llegar a traer cosas buenas en tu vida. Probablemente no lo veas ahora, pero más adelante puedas verlos con mayor claridad »
Oh, por supuesto que los ha visto con mucha claridad. De no haber sido por ese cambio aterrador que vivió en ese momento, nunca hubiese conocido a sus mejores amigos, nunca hubiese conocido de los maravillosos lugares que Green Hills tiene para ofrecer y el haber descubierto su gran pasión por la jardinería y la repostería, pero sobre todo jamás hubiese conocido a Sonic. Su amado Sonic.
El sonido del silbato, la hace regresar a la realidad, parpadea un par de veces para despabilarse un poco, antes de caer en cuenta que se ha perdido del partido por divagar en el erizo azul y su historia juntos.
—¡Muy buen partido chicos!—celebran el pequeño equipo de nueve, saltando, abrazados los unos a los otros.
Amy no puede evitar soltar una corta risilla al ver el comportamiento infantil, es gratificante verlos tan entusiasmados y siendo ellos mismos. La eriza rosa, no duda en ponerse en pie y correr hacia donde festejan.
—¡No podía esperar menos de ustedes chicos!—dice, cuando al fin está frente al grupo de chicos, balanceándose en su lugar, escondiendo sus manos por detrás de su espalda busca apaciguar sus nervios, cuando su atención se centra en la razón de los mismos—En especial tu Sonic—siente sus mejillas arder, mientras baja la cabeza en un acto que demuestra la sumisión de sus propios sentimientos.
Y tan ensimismada esta en el mar de sensaciones que le desata aquel erizo azul, que no es consciente de la pequeña mueca torcida que Sonic ha dibujado con sus labios. No es un secreto que Rose es demasiado expresiva y transparente, ante estas situaciones, lo que, lo hace de cierta forma incómodo para el erizo macho. No es sencillo corresponder a sentimientos unilaterales o bien querer desligarse de los mismos, pero Sonic no es tan insensible como para cortar de tajo esas enormes alas que alzan a su mejor amiga. Aún si está al tanto de que el final es inevitable y la caida pueda ser mucho más dolorosa.
Sonic carraspea tratando de aligerar el ambiente tenso, por que tal vez sólo es un chico inseguro y que teme con el corazón hacerle daño a una de sus personas especiales. Y claro que ha dado vueltas y vueltas en el mismo tema, pero no puede encontrar el punto por el cual dar inicio. Por lo que hará lo que sabe hacer mejor, esquivar y fingir que nada pasa en realidad.
—¿Que tal si vamos a por unos batidos y de paso por unos chillidogs?—fue su mejor forma de escapar y evadir nuevamente el tema. No estaba listo, aún no era el momento.
El resto del grupo que parece tan ajeno a la escena acepta gustoso. Amy de igual forma esta de acuerdo con la salida improvisada, después de todo es viernes y las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina, por lo que el nivel de tareas se ha reducido exponencialmente, es hora de aprovechar y despejarse tan solo un poco. Es un lapso corto de veinte minutos en los que el grupo completo, están completamente listos para ir por esos batidos.
Amy quien es la única chica en el grupo trata de encajar en el mismo, sacando temas de conversación que la ayuden a integrarse y ser participativa en la convivencia, lo que se le hace sencillo. Ella es muy sociable y facil de tratar. La eriza rosa se siente satisfecha cuando ve como ha encajado a la perfección y ya no se siente tan fuera de lugar, sus ojos se detienen por uno segundos en el cielo sobre su cabeza ha empezado a tornarse de colores celestes y naranjas.
"Batidos y Chillidogs", la eriza rosada rie en sus adentros ante la combinación que se plantea en la cabeza, Sonic nunca combinaría un batido con su comida favorita. Posiblemente con un refresco de cola o una limonada fría, adicionalmente a una gran porción de papas fritas o a la francesa. Rose no puede evitar sentirse feliz en saber los gustos del erizo azul, porque aparte de ser titulada como su mejor amiga, también se autodenomina como su fan número uno. Conoce cada uno de los gustos del erizo azulado, comida, ropa, bebidas, deportes, videojuegos, etc. Es una conocedora en todo lo que respecte a Sonic.
—¡Oh! ¡Es Shadow!—la voz del cobalto detuvo su tren de pensamiento, al igual que sus pies. Sus pensamientos se ven enredados por varios segundos, tratando de captar su realidad y no entremezclarla con la ficción de su cabeza. —¡Hey Shadow!—Sonic con rapidez eleva su mano en un saludo demasiado energético que aturde al pequeño grupo.
Los ojos esmeralda de Amy al fin se despegan del ocaso y se desvían en la dirección en la, que la del cobalto se dirige, pudiendo verlo. Erizo macho, alto, de púas obscuras como la noche, con puntas en tinta roja, de rostro serio y rigido, de su vestuario podría decir muchas suposiciones que no concluirian en algo favorable, solo puede describir tres cosas; cuero, gris y pircings. Esto era nuevo, conocía perfectamente al grupo social más frecuente de Sonic, por que también era parte de el, inclusive podía contarlos con los dedos de sus manos, pero a él, no podía reconocerlo de algún lado, jamás lo había visto.
Lo primero que pudo ver Amy de aquel erizo azabache, fue como el ceño del mismo se fruncie considerablemente al ver a Sonic y con una mueca que desbordaba desagrado se dibujo en sus labios. Aún así se detuvo y sin siquiera devolver el saludo, se quedo ahí esperando alguna otra reacción, alguna respuesta, ¿Tal vez?. Sin embargo, para ella esa actitud era bastante mal educada.
—Emh... Chicos, tengo que irme.—fue la respuesta rápida del erizo azul, quien con rapidez acomodo de mejor manera la mochila que colgaba en su hombro.-Los veré la próxima semana. Nos vemos en clases Ames-y en un movimiento veloz, sus dedos enguatados se deliciosos por las púas rosas de la cabeza de Amy y sin alguna otra palabra de por medio corrió en dirección al erizo negro.
Fue abrupto y demasiado rápido, que fue imposible de procesar claramente lo que acababa de suceder. En un abrir y cerrar de ojos el erizo de púas azules había desaparcido de su lado y el vacío repentino, se sintió demasiado pesado. Sus dedos se deslizaron por donde anteriormente los dedos de Sonic le habían acariciado, pero la sensación cálida que los toques suaves y juguetones del erizo nunca llegó, al contrario de lo esperado, sintió un nudo pesado instalarse en la boca de su estómago, junto a la sensación de intranquilidad que le picaba en la piel.
¿Qué es lo que había sucedido?
Sonic nunca cambiaba sus planes en el último minutos y más si habían chillidogs de por medio. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado de ciento ochenta grados, tan solo con la presencia de un desconocido, para Rose.
Sus ojos pudieron apreciar como el par de erizos se alejaba, por su parte el de púas negras mantenía su semblante de ceño fruncido y rostro apático. Sin embargo, Sonic parecía divertido ante la acritud ajena, al contrario de ella, parecia no molestarle aquella actitud tan altanera y arisca. Para Amy fue la primera vez que lo veía sonreír con tanta ligereza.
Y la duda surgió a toda velocidad como un camión sin frenos.
¿Quien diablos era ese tipo?
¡Hola!
He desaparecido por mucho tiempo y he regresado con esta nueva ship, no estoy segura si realmente vaya a continuar con la idea, pero me moría de gana que al menos subir el primer capítulo.
Espero les haya gustado mi amores.
Tal vez nos veamos en alguna otra actualización ✨
By: T E N S H I - A L V A
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