Cap 46
Narrador Pov's
-23 años atrás...-
Mikhail se encontraba en su carro mirando la ventana.
Pensando sobre lo mucho que lo presionaban para que fuera buscando una buena esposa para tener un heredero.
Y él sinceramente no tenía eso en mente todavía,no quería lidiar en la busqueda de una esposa y tener un hijo.
No todavía.
Y menos cuando su enemigo Sasha Sergeyev estaba entrenando a su heredero para volverlo un monstruo.
Un suspiró abandonó sus labios mientras se dirigían a una fiesta de gala.
Donde habría gente de alta clase y muchos empresarios y famosos.
Mikhail(💭):Por lo menos podré relajarme un poco.–Pensó cuando por fin llegó a la gran mansión que estaba a las afueras de Moscú,salió de su carro y se dirigió a saludar a conocidos y charlar y tomar unos tragos.
Como solía hacer.
Amaba está vida de soltero,tranquila y sin tener que preocuparse más que por su mafia.
De pronto chocó contra una mujer rubia.
Natasha:¡Cuidado!.–Bramó la rubia entre gruñidos,casi ensuciando su vestido con su vino.
Mikhail se quiso disculpar para no hacer más grande el lío.
Cuando en eso se acercó rápidamente un hombre azabache.
X:Oye Nat,ten cuidado,no queremos llamar la atención.–Murmuró el hombre con ciertas neutralidad,aunque se notaba su incomodidad y timidez.
Y su tono de voz resaltaba,el tono británico,un tono bastante elegante y que no concordaba mucho con la rubia a su lado.
Natasha:No fue mi culpa Alexander,esté tipo no se fijó por dónde va.–Bufó señalando al Lomonosov,el cual se tensó al recibir la fría y oscura mirada del azabache.
Su cuerpo a pesar de esta cubierto por su traje,podía asimilar que debía tener un buen físico,sin exagerar,su rostro que parecia delicado y detallado a la perfección,su cabello azabache peinado suavemente hacia atrás.
Tenía unos oscuros ojos rojos,no tenían brillo ni nada,parecían los ojos de un muerto.
Cómo si no tuvieran vida ni esperanza en ellos.
Solo ojos llenos de muerte y oscuridad.
Una mirada que podía aterrar a cualquiera.
Y ni digamos su altura.
¿Quién mide más 2 malditos metros?.
Ese no era un hombre,era un titán.
Bueno...en comparación a su enemigo Sasha,el azabache se quedaba corto a su lado.
Alexander:Está bien,ya pasó,mejor vayamos a buscar a ese famoso que tanto quería entrevistar.–Indicó y con total delicadeza empujó por los hombros a la rubia,la cual avanzó algo entusiasmada por buscar al famoso empresario que quería entrevistar.
Dejando al Lomonosov solo.
Mikhail negó y volvió a lo suyo.
Pero aunque trataba de entablar su rutina de convivir con la gente y beber sin más,no podía quitarse de la cabeza al hermoso hombre de ojos muertos.
Su mirada penetrante pero amable.
Debía saber mínimo quién era.
Claramente ruso no era.
Y su nombre....Alexander.
Era muy hermoso hasta su nombre lo era.
Mikhail suspiró frustrado al no poder sacarse de la cabeza al azabache,asi que decidió salir un rato al patio trasero para refrescarse.
Al hacerlo,notó que estaba comenzando a nevar.
No era raro que nevada cada tanto,así que decidió ignorar la nieve y avanzar por el jardín.
Hasta que se topó con la figura de alguien más.
Un hombre....
Se acercó algo curioso.
Mikhail:Buenas noches.–Saludó sonriente,tal vez podría conversar un rato.
El hombre se giró y Mikhail abrió sus ojos al recibir nuevamente esa mirada llena de muerte en él.
Alexander:Buenas noches.–Saludó incómodo y con seriedad.
Volteando nuevamente al cielo nocturno lleno de copitos de nieve.
Mikhail se puso a lado del azabache al salir de su shock.
Un silencio sepulcral e incómodo rodeaba a ambos.
Ninguno sabia que decir.
Aunque Alexander se sentía mejor solo apreciando al nieve caer.
Rara vez podía apreciar algo así.
Mikhail:La nieve es fantástica y más cuando anochese.–Comentó con una sonrisa algo incómoda.
No sabiendo si podía entablar correctamente una conversación con el azabache.
Ya que era incómodo no saber de que poder hablar con él.
Alexander permaneció en silencio brevemente.
Alexander:Donde vivo,casi no nieva...y me prohiben salir cuando suele nevar.–Expreso bajamente,con cierta calma y comodidad viendo la nieve caer.
Mikhail:¿Y eso?.–Cuestiono curioso e interesado.
Alexander:Soy asmático,el frío me afecta más que al resto.–Explico incómodo mientras sacaba su inhalador para asma.
Mikhail ahora comprendía porque la mitad de la cara de Alexander estaba tapada con la bufanda y un cubrebocas.
Alexander:Por eso me lo prohibe mi esposo.–Explico guardando su inhalador.
Mikhail:¿Esposo?.–Cuestiono frunciendo su ceño.
Claro,las relaciones sexuales o románticas entre dos hombres era muy pero muy mal visto.
A menos que uno de los hombres sea un Doncel,se vería menos mal,pero sigue siendo horrible.
Alexander:Si,mi esposo.–Respondio sin prestarle atención a la cara de incomodidad y asco del mayor.
Mikhail era homofóbico,debido que así lo criaron,sus padres y las personas a su alrededor siempre le habían enseñado que una relación entre dos hombres era una aberración.
Pero....
Miró de reojo a Alexander,viendo su mirada llena de calma y una pizca oculta de maravilla y emoción,todo por ver algo tan simple como la nieve caer.
Su corazón comenzó a latir sin darse cuenta,su mirada se maravilló al ver esa muerta mirada,brillar y mostrar vida.
Y sin darse cuenta se había enamorado fácilmente y totalmente del azabache.
Quería ver más esa carita del menor,quería ver esperanza y vida en su muerta mirada.
Haría brillar su mirada y su vida.
-Meses después....-
Mikhail había reservado todo el Museo de arte para poder invitar a Alexander,el cual había accedido con alegría al escuchar que verían pinturas de arte.
Alexander AMABA sin dudarlo el arte.
Amaba sentir lo que trasmitía las bellas pinturas.
Cada pincelada,cada trazo.
Todo era precioso a sus ojos.
Alexander:Buenas tardes,Mikhail.–Saludó cortésmente,aún cuando ya podía tutearse y dejar las formalidades de lado,Alexander se negaba a dejar su formalidad,ya que estaba acostumbrado a ser formal con todos.
Mikhail:¿Qué tal,mi bella rosa negra?.–Saludó de manera tranquila pero coqueta,viendo como las mejillas del azabache se coloreaban.
Y aunque Alexander había puesto su límite y dibujado una raya entre ambos al momento en que se dió cuenta de los sentimientos de Mikhail.
Aún cuando quiso mantenerse alejado de Mikhail para no herir sus sentimientos.
No pudo evitar sentirse atraído por las acciones y encantos de Mikhail.
Conociéndose mutuamente.
Enamorándose por igual del mayor.
Su amor era mutuo.
Lo único que frenaba a Alexander de poder disfrutar ese amor plenamente,era que estaba casado con Dorian.
Dorian era un gran hombre y aunque sentía algo por él,no era tan fuerte como lo que sentía por Mikhail.
Quería a Dorian,después de todo era el padre de sus hijos.
Pero no lo amaba de forma romántica,solo como un gran amigo y un buen compañero de vida.
Pero no podía verlo como el amor de su vida.
Alexander:Mikhail.–Llamó algo reprochante al ver como Mikhail tomaba su mano y deslizaba su anillo de matrimonio,quitándolo.
Mikhail:Estando aquí,no eres más que Alexander Harvey,querido mío.–Murmuró con una tenue sonrisa,besando los nudillos del más alto,el cual apretó los labios,dudoso y algo preocupado.
Alexander siempre fue alguien que pensaba de más las cosas,temiendo que en cualquier momento un movimiento suyo se regresará,pero no de buena forma.
Que todo lo que había construido,se derrumbará.
Alexander:De acuerdo.–Murmuró bajamente,guardando su anillo en su bolsillo.
Mikhail sonrió tomando con delicadeza del brazo a Alexander,guiándolo por el lugar.
Ambos tenían tantas cosas en común.
Podían fácilmente hablar de mil cosas en un minuto,aunque Mikhail prefería escuchar a su amado y Alexander amaba ser escuchado,sentir que podía tener voz y voto.
No lo mal entiendan,Dorian le daba voz y voto,pero normalmente eran solo en cosas de sus hijos y vida matrimonial,pero no en su trabajo,en su mafia no tenía voz ni voto,Dorian no le escuchaba cuando tenía un plan o opinión.
Y con su padre nunca podía opinar,ni votar o alzar su voz,sino era castigado.
Los únicos que pedían su opinión y voz eran sus adorados y preciosos hijos.
Sus tres amores siempre lo incluían en lo que hacían o en los deberes que hacían dentro de la mafia.
Pero salvó eso,no tenía mucha voz o voto.
Y Mikhail no era así,el lo incluía en todo,en sus decisiones y hasta en las decisiones de la mafia.
Alexander sinceramente no era fan de estar metido en la mafia,pero le agradaba ser tomado en cuenta.
Mikhail:Rubens si que se esmeraba en dejarnos está obra maestra.–Expreso fascinado viendo las obras de arte que había delante de él.
Alexander sonrió abiertamente.
Alexander:Tienes razón.–Murmuró con una brillante mirada.–Es hermoso lo que puede llegar a crear el ser humano.–Expresó con calma.
Mikhail sonrió,sabiendo que algo ocultaba Alexander.
Sabía que una persona normal,no podía tener una mirada tan oscura y poco apática.
Y menos una persona que no entiende lo mucho que merece ser amada y amar sin miedo a equivocarse.
Alexander sentía no merecer ser amado ni poder amar,por miedo a que la cruel y cruda realidad lo golpe cuando menos se lo esperé.
Pero Mikhail sabía que Alexander merecía más que nadie ser amado.
Alexander(💭):Ojalá pudiera disfrutar aún más...–Pensó con una sonrisa decaída,mientras bajaba la mirada.
Mikhail:Vamos a explorar más.–Indicó arrastrando con alegría al menor,el cual no pudo evitar reír,su mirada brillaba completamente feliz.
Amaba está vida,ojalá pudiera disfrutarla junto a sus hijos y vivir sin miedo a nada.
Pero como todo en está vida tenía un fin.
-Tiempo después...-
Alexander tenía lágrimas en los ojos mientras abrazaba sus piernas.
Estaba aterrado,viendo fijamente la hoja abierta que estaba en el suelo frente a él.
Se había sentido muy mal últimamente,había ido al médico y se había hecho un exámen de sangre.
No se esperó que el resultado fuera un embarazó.
Tenía apenas 2 semanas de gestación.
Su padre lo mataría.
Su esposo lo mataría.
Sus hijos lo matarían.
Charlotte lo mataría.
Natasha lo mataría.
Y Mikhail....ni idea.
Todos lo matarían cuando se enteren que está embarazado.
Pero todavía ni siquiera se notaba su embarazó.
Tenía una oportunidad.
Debía irse.
Se levantó del suelo y tomó enseguida su celular y marcó un número con prisa.
Después de unos segundos,alguien contesto.
Alexander:¿Puedes ayudarme?.–Murmuró con la voz temblorosa.
X:Por ti...lo que sea.–Respondio con un tono de voz frío,pero una sonrisa se amplió en sus labios.
Las lágrimas de Alexander se deslizaban mientras le contaba lo que sucedía y lo que necesitaba que hiciera.
Necesitaba su ayuda,necesitaba irse.
Y él lo ayudaría sin dudarlo.
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