¡Hola!💞 Aquí vamos de nuevo con las actualizaciones. 💪🏻

Recuerden votar, sus interacciones me ayudan mucho a crecer.

¡Si es posible, dejen opiniones y comentarios! ⭐¡De verdad, son muy importantes para mí!

No se olviden seguirme en mis redes. 🤳🏻 (Estoy mucho por Twitter e Instagram - Soy   en TODOS lados)

El humo se extiende por todo el horizonte. No tengo ni idea qué porción de la ciudad de nueva Francia sigue en pie, pero, por las distancias, parece que son los campos de alrededor y algunas secciones de la costa.

Y, como siempre que los veo, no puedo evitar preguntarme si mi casa seguirá en pie.

Pensé que en algún punto cesarían, pero me equivoqué. Lo único que hicieron fue aumentar. Esta semana ya van cuatro. La cantidad de aviones y helicópteros que entra a la isla debe ser gigantesca, pero hace tiempo que no los veo de cerca.

«Mejor así», suspiro.

Avanzo con un nudo en la garganta mientras repaso mentalmente que he dejado todas las ventanas aseguradas y me fije que cada una de las puertas estuviera cerrada. Lo revisé dos veces. Incluso con una checklist en papel.

Me acomodo la mochila, la cual no pesa demasiado, pero tiene cosas suficiente para que no me suceda nada malo. Traje conmigo una linterna que alumbra varios metros de distancia y dos teléfonos de repuesto. Además, tengo un cargador solar bien lleno de batería para cuando empiecen a acabarme la pila de alguna de mis tres fuentes de luz.

En la parte inferior de la mochila de campista tengo enganchada una carpa pequeña en caso de no encontrar refugio. La última vez que la armé, me demoré exactamente trece minutos. Nada mal para una novata que ensayó más de cuarenta y cinco veces, creo.

En pleno invierno, quise salir a explorar. Pero me tuve que regresar por una tormenta donde, incluso, había una ventisca en la cual caía una cantidad copiosa agua nieve. Hacía tanto frío que tenía los músculos entumecidos y cada movimiento resultaba ser una tortura inexplicable. Sin embargo, como ahora estamos en octubre, los días están siendo cada vez un poco más cálidos, aunque en las noches el frío afuera sigue siendo insoportable. De todos modos, no me quejo ya pasó «la peor temporada».

Luego de dejar el pozo atrás y empezar a caminar por la autopista, saco mi mapa de la localidad de Munitze. He señalado con marcadores todas las zonas exploradas y las que me faltan aún por mirar. Munitze es más chica que Nueva Francia en cuanto habitantes, pero en tamaño, la duplica.

Tenemos que ir a un sitio bastante alejado, pues lo que es la intendencia de Vomtinèr la recorrí por completo bastante rápido, después de todo, es la más pequeña del país y su mayor territorio lo ocupa el bosque nacional y la planta nuclear que está abandonada. Pero, según el mapa, donde voy ahora es un área en la cual hay varias estaciones de servicios, paradores de descanso, fábricas, moteles y más. No es una zona turística, más bien parece ser el polo industrial de Munitze.

Incluso, una de estas fábricas empaca semillas y cosas para plantas.

Es mi única posibilidad de que todo no se vaya al carajo. Y no sé si la última.

Según mi plan, deberíamos llegar allí en un día. Volver nos tomaría otro. La exploración dependerá de cuán fructífera sea la búsqueda de provisiones.

Los paisajes que tiene Montresa son extraordinarios. La naturaleza sin intervención humana es extraordinaria. Las cosas que he visto en estos meses me hacen sentir insignificantes.

Ahora, ver el asfalto que pertenece a una porción de autopista, que era sumamente transitada, cubierto por una enredadera que se salió de control es uno de esos momentos. El cartel gigantesco, de color blanco, con las letras de Munitze estaba decorado por plantas y flores. Ahora dice «Mun-tz-», pues dos de sus letras se cayeron como moles con algún temporal y las plantas que sobrevivieron el invierno se salieron de control. Un arbusto exageradamente grande, repleto de flores púrpuras, cubre parte del «Mun» y ha comenzado a llegar a la calle. La enredadera se ha expandido como un virus y la maleza tapa las letras caídas. La vida se extiende como la ganadora de una pelea que miles le pedían definir.

Alejarme de mi refugio se siente extraño. Dentro viví demasiadas cosas, incluso, allí cumplí años y podría decirse que algunos días fui feliz. Mi cumpleaños no fue uno de esos días. No hubo pastel, no hubo regalos, no hubo besos ni abrazos. El dolor que sentí ese día me caló tan profundo que, al otro día, me sentí otra.

Syria me lame los dedos mientras avanzamos. Luego, tironea de mi ropa para que me detenga. Le hago caso y me arrodillo a su altura. Ella se acurruca contra mi pecho y me pide que la envuelva entre mis brazos.

—De acuerdo, sí tuve abrazos en mi cumpleaños —murmuro—. Pero no me refería a eso, bonita.

Acaricio su cabeza y paso mi mano entre sus orejas. Ella me lame le rostro y me aparto. Su aliento a carne podrida es asqueroso.

—Un día de estos me matarás de amor o por tu olor —afirmo y ella corrobora con un ladrido.

Cada cosa que con el tiempo fue saliendo mal, la he mejorado. Mi supervivencia se reduce a prueba y error. Por ejemplo, ahora, cada vez que abandono la casa, dejo cargando los teléfonos y los cargadores solares vacíos los coloco cerca de una ventana en la cual el sol cae por varias horas. De todos mis celulares ya solo me quedan siete. No quiero pensar qué haré cuando las baterías se fundan, se rompan y termine por quedarme con ninguno. Mi cordura depende de ellos.

Tampoco sé si tengo puntería a la hora de disparar, aunque aprendí a cargar y amartillar el arma. Nunca disparé. No tengo el valor que se requiere para jalar el gatillo; cada vez que mis dedos tocan el metal, tiemblo. Por otro lado, fabricar un arco y flechas no es tan sencillo como lo muestra la ficción y, lamentablemente, es algo que intenté varias veces; el problema fue el arco, las flechas al menos sirven como minilanzas que usé para pescar.

Y pude, pero cada vez que voy me resulta una tortura porque debo ir sola. Syria es un estorbo, se pone a ladrar en la orilla y espanta a los peces, así que debo dejarla atada en la casa ya que, si no lo hago, me sigue. Descubrir todos los pasos de esta dinámica nos llevó varias pruebas y errores. Y valió la pena. Sí he podido atrapar algunos peces, pero la parte de limpiarlos... Creo que podría vivir sin comerlos, sin embargo, el hambre es fuerte.

Ya abandoné toda esperanza de salir de la isla por mi cuenta. No sé navegar y el que dijo que conducir un barco era lo mismo que un coche, no tiene ni idea de lo que hablaba. Además, el mar abierto es peligroso. Todo se ve igual y perder la noción es increíblemente fácil. No sabría cómo ubicarme y solo lograría quedar varada en el medio de la nada.

Pero los pensamientos nocivos no me abandonan. Aunque los mantengo a raya, siguen ahí, listos para atacar. Siento que estoy estancada, atrapada, estoy harta de esperar. Detesto saber que jamás saldré de esta isla porque soy inútil, que si supiera hacer más cosas ya estaría con mis seres queridos. Detesto ser una cobarde y no haberme mostrado ante las personas que vi en la intendencia hace ya siete meses.

Cada vez que estos pensamientos salen a flote me pierdo a mí misma y, si no fuera por Syria, yo no sé qué sería de mí. Hay preguntas que me atormentan cada noche —¿es menos doloroso morir de hambre o de sed?, ¿es más fácil ahogarse o ahorcarse?, cuál duele más y cuál es más rápido?, ¿y si dejo de sentir?— y, por eso, descubrí que lo mejor es acabar los días completamente agotada y sin energía.

Porque la mente se calla y el sueño llega con facilidad.

Y, cuando despiertas, no queda otra que levantarse otra vez.

Capítulo cortito pero hecho con amor porque los que siguen son intensos. 🤠

No digan que no se los avisé. 😎

Por cierto... ¿Amamos a Syria? ¡Amamos! 🐶 

Siempre cuida a Emma. Me encanta. 😍

¿Teorías para lo que sigue? 👀

Estoy muuuuuuuuuuy ansiosa por lo que se viene. Falta demasiado poco para que lean una de las partes que más deseeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeo escribir desde que se me ocurrió Sola allá en 2013. 🛐💕

Por otro lado, en unos días les daré una sorpresita para que lean de Sola. ¡Espero que les guste también! La escribí con muchísimo amor y esa sí que quedó larga. 🤣🤣🤣