Colocó el traje con toda la incomodidad del mundo.

Después de seis meses de arduo entrenamiento, palizas, dietas extremas y programas de nutrición al fin podía ponerse el traje de héroes e ir a salvar a alguien.
Salió del vestidor y caminó siendo alcanzada por otra heroína que también presentaba su servicio ahí.

—Te vez muy bien, Ochako-chan —habló la segunda chica favorita de la encuesta “La Heroína Novata Más Linda”

—Gracias, Tsu-chan —la ocupante del primer lugar en la curiosa encuesta, sonrió.

—Estás nerviosa ¿Por qué? ¿Es la prueba?

—Ojalá —. Miró al suelo, se moría en vida. Había hecho las cosas sola y no le dio tiempo darse una ducha para lavar sus pecados.
Su atención se centró en el pequeño grupo de héroe.

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Odiaba cambiarse en los vestidores, pero eran las pendejas reglas de ahí.
Enojado colocó las granadas en sus manos; la última pieza y se largaba.

La noche anterior le había pintado mal, nunca logra terminar con una buena cara sin sentirse estafado o desperdiciado, si, hasta en el sexo él es exigente.

Su puño explotó en la pared. Ah~ listo ya, relajación.

Caminó al pasillo.

El chico caminó al lado de Bakugou —¿Por quién votaste? —preguntó el rubio petulante que siempre andaba de coqueto con su cara de idiota por ahí.

—¿¡Estás bromeando!? —saltó el jodido enano— ¡Por Tsuyu! —comenzó a sacar la lengua.

¿Por qué iban caminando esos tontos a su lado?

Estaban crispandole los nervios, odiaba esas estúpidas encuestas sin gracia –aunque él hubiera ganado a “El Héroe Novato Más Apuesto”– son puras mierdas para sacarle el provecho a sus imágenes.

—¿Y tú? —cuestionó el enano.

—¿Bromeas, viejo? ¡Ella ganó la competencia sin traje, más que con el vestido de ceremonia, y escuché que su traje de heroína es genial —festejó nervioso y rojo de emoción—. Espero con ansias las encuestas.

Bakugou no sabía ni mierda de las participantes pendejas que se prestaban a esas boberías, aunque se tenía que morder la lengua pues él también participó en la categoría juvenil, pero fue porque les lavaron el cerebro diciendo que la popularidad era algo muy importante para la imagen de un gran héroe.

La bola de imbéciles ya estaban ahí, y estaba algo curioso por ver los trajes de los demás héroes, ya se había decepcionado con el del enano y el rubio oxigenado.