—Hombre, las cosas no sanan de la noche a la mañana. Además sinceramente yo no pienso perdonarte nunca, pero eso no significa que no te dé la mano cuando estés entre la vida o la muerte. —Suspiró— no creo que nadie piense perdonarte, pero puedes intentar.

Bakugou se quedó analizando las palabras.

—Deberías empezar desde cero, no creo que Mina, Momo o Todoroki quieran saber algo de ti, pero--

—Gracias.

—¿Bakugou?...Esto es raro, pero, no puedes contar conmigo al menos que sea algo muy importante, supongo que ésto será la lección de tu vida.

—...

—Adiós... Blasty.

La llamada fue colgada por la otra línea y Katsuki se sintió morir con las últimas palabras. Sin darse cuenta las lágrimas bajaban por sus mejillas lentamente.

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No era tiempo para deprimirse, su carrera como héroes estaba a tope, así que continuó forjando su fama e imponiendo su ranking del héroe número dos.

Entrevistas, mercancía y encuestas era en lo que se distraía.
Había dado por fin su relación con Camie, su madre tuvo razón. Terminó soltero y con millones de gatos con lo que tomaba el té, bueno no, si ,terminó soltero, sólo que con un gato llamado Mochi y a él no le gusta el té.

Olvidar a su karma era imposible, apenas iba pagando una cuarta parte de lo que le debe a la vida.
Y se dió cuenta que iba por la cuarta parte cuando en las noticias fue anunciado el compromiso de Uravity y el Pikachu. Terminó lanzando el televisor por la ventana pero con lo que ganaba pudo comprar otro y reponer el de la ventana.

No se había ido de aquél departamento, y no lo piensa hacer. Quizá es un masoquista pero, le agrada vagar en la esencia que queda de Ochako.

Pasaron tres meses desde la noticia en la televisión.

Y en esa ocasión lanzó el celular por la ventana, compró un celular nuevo y un vidrio blindado para la ventana; Ochako había llamado por teléfono para invitarlo a su boda en tres semanas.

"—Sería muy feliz si un viejo amigo asistiera. Cómo sea, la invitación llegará mañana, adiós Katsuki." Escuchó decir s Uraraka desde la otra línea antes de que colgara.

¡Viejo amigo sus testículos! La rabia lo llenó por completo.
¡Esa puta cara de ángel, se había tomado la libertad de invitarlo a su puta boda con el jodido Pikachu! ¡Incluso la muy perra le dijo que llevara a Camie! Luego lanzó el teléfono por la ventana.

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—¡Mierda! —gruñó subiendo a su auto y dirigiéndose a la tienda de trajes más cercana. ¡Ver a la puta ardilla en vestido de novia no tiene precio! ¡Y ya, a la mierda! ¡Nunca la dejaría de amar! Y ya tenía en mente como solucionar su error fatal que lo dejó completamente solo.

—¡Quiero ese! —bufó señalando el primero que se le cruzó en frente.

—¿Lo quiere hecho a su talla?

—¿¡Ah!? ¡Y que me suban miles más sólo por eso! ¡A la mierda, sólo dámelo y ya! —aún tenía la manía de Ochako de ahorrar para todo, claro, si tenía mucho dinero y esa mierda pero no significaba que lo tenía que gastar como pendejo.

—Vuelva pronto.

—¡Tu puta madre!

Subió al auto, si, ya habían pasado tres semanas. Y faltaba una hora para la boda.

—¿¡Por qué mierda no te apuras, cabron!? —gritó asomándose por la ventana del coche y presionando el claxon como nunca.

—¡Ni que fuera Transformer para pasar los putos carros del frente, hijo de puta! —le respondió amablemente el conductor de delante.

—¿Qué, mierda? —gruñó enojado Bakugou.

—No jodas.

—¡Maldito bastardo mitad-mitad, avanza!

—¡Idiota, hay tráfico, puta madre! ¡Anda a gritarle a quién está hasta el frente!

—¿¡Ah!? ¿¡Quieres problemas, puto bastón de caramelo!?

—¿¡Me estás retando musulman!?

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Abrió la puerta de una patada.

—¡Yo me opongo!