Capitulo 1

Una lagrima se demarra en la clara y suave piel de un joven chico. Sus ojos se empiezan a abrir, un angustiante sueño es el dueño de sus lágrimas cayendo a través de su rostro, un confundido chico, quien llora desconsoladamente sin entender la razón, empieza a calmarse con el pasar de los minutos sin dejar de pensar en el peculiar sueño el cual había creado su eterna tristeza.

Sus ojos color marrón claro empiezan a hacerse notar al dejar de esparcir lágrimas. Su cabello color avellana cubre toda su frente obstaculizando la visión de sus ojos. Sus manos temblando, y su cuerpo en una posición sentada era la imagen que un joven chico, a través de una puerta se encontraba observando, corriendo hasta el atormentado chico, se sienta en la cama y lo abraza intentando consolarlo aun sabiendo, que esa profunda tristeza no era fácil de calmar ya que él, no era la persona que podía hacerlo. Él lo sabía bien.

Unos cortos minutos pasaron cuando ambos jóvenes empiezan a soltarse del abrazo, haciendo que ambos quedaran frente a frente.

­­­­—¿Te encuentras bien?— Pregunta el angustiado chico que se había encontrado con la triste imagen de su hermano llorando desconsoladamente.

Un silencio reino el cuarto hasta que una voz se escucha

—Solo...era el mismo sueño—Su mirada empieza a asomarse hacia la vista de su hermano, una pequeña sonrisa falsa sale de él. No estaba bien, se encontraba completamente triste, el mismo sueño hacia que sus ojos no dejaran de derramar lágrimas, pero tenía que ser fuerte y luchar contra sus miedos.

Un abrazo unió a los hermanos nuevamente, sin palabras, ambos se aferraron al otro, esperando que un simple abrazo pudiera consolar de la manera que necesitaba a su triste hermano.

Ambos se separan al pasar los minutos.

—Mama quiere que bajes a desayunar, hace días que no comes correctamente— Observa el desordenado cuarto de su hermano, sobres de galletas, papitas y envases de refrescos decoraban la habitación, una tristeza e impotencia invaden su cuerpo al ver a su hermano, negando la solicitud dada—Debes comer Jisung, estas bajando de peso muy rápido, no quiero que te enfermes, me rompería en mil pedazos verte en un hospital de nuevo.

Una sonrisa aparece en el rostro de Jisung mientras intenta con todas sus fuerzas levantarse de la cama, se encuentra en un estado muy débil por lo cual, le cuesta moverse adecuadamente.

—Quiero un café—Dice Jisung mientras se dirige hacia la puerta de su dormitorio y cuando llega, dobla su cuerpo para ver a su hermano, quien aún se encuentra en la cama sentado—Pero antes, tengo que bañarme, estoy muy sudado.

Su hermano lo observa, intentando hacer creíble una sonrisa en su rostro, pero es falsa, le duele, está sufriendo viendo a Jisung de esta manera. Ha pasado tanto tiempo desde que su hermano se había recuperado de su problema alimenticio, no quería que volviera a recaer, si tan solo pudiera hacer que ese doloso sueño desapareciera de la vida de Jisung, el volvería a ser el mismo de siempre, pero sabe que no es posible, una abrumante tristeza reina a su pequeño hermano.

Un asentimiento en señal de que esta de acuerdo le da a entender a Jisung que quiere estar solo. Su hermano cierra la puerta, lagrimas empiezan a caer al momento de ver la mojada cama de Jisung, sentimientos de impotencia reinar en Chan, si tan solo fuera más fuerte, si tan solo fuera capaz de proteger a Jisung de la manera que necesita, el no estaría en esa deplorable forma que tanto odia ver a su dulce hermano.

Jisung se dirigió al baño caminando por el angosto pasillo de su casa mientras se ahogaba en sus pensamientos, en su sueño para ser más específico. Sin pensarlo más, abrió la puerta del baño y se miró en el espejo, estaba deplorable, su cara estaba tan huesuda que no parecía que tuviera otra cosa que no fuera huesos. Se encontraba tan pálido, tan vacío, ya no era el mismo Jisung, era otra persona, ya ni el mismo era capaz de reconocer a aquella persona que alguna vez fue, graciosa, con gran cantidad de amigos, las personas recurrían a Jisung para cualquier problemas, hasta que aquellos problemas que Jisung sanaba con consejos se volvieron su mayor enemigo, sus propios problemas que tanto reprimió dominaron su vida. Si tan solo nunca hubiera tenido ese sueño el no estaría viviendo de esta manera.

Se empezó al desvestir, girando la perilla del baño, eligiendo la temperatura ideal del agua, adentro un pie a la bañera, mientras que apoyado a la pared logro sentarse dentro de la tina. Estaba débil, su cuerpo ya no era el mismo pero no había nada que podía hacer. Mientras que intentaba lavarse su cabello, lagrimas saladas caían de sus ojos mezclándose con las gotas de agua del llavero, un espasmo recorrió su cuerpo mientras sus ojos y su cuerpo reaccionaba de una manera alarmante, su presión estaba bajando, un mareo recorrió su cuerpo, gotas de sudor aparecían en las patillas de su alargado cabello. Intentando con las pocas fuerzas que le quedaban, intento pararse para apagar el agua pero como si su cuerpo dejara de seguir las ordenes de su cerebro, cayo produciendo un fuerte sonido de chapoteo de agua, se encontraba en el mojado piso, la bañera se desbordaba de agua, haciendo que corriera atreves del pequeño espacio de la puerta y del piso. El agua se teñía de un color rojo, anaranjado, la sangre de su cuerpo se mezclaba con el agua y antes de perder el reconocimiento, un fuerte grito de una voz lejana y un estruendoso sonido mientras la puerta era abierta a la fuerza, una silueta aparecía por ella, su hermano junto con su madre se encontraban alarmados observando la horrible imagen de su hermano en el piso del baño sangrando. Tristeza recorría el cuerpo de Jisung y poco a poco, los ojos empezaron a cerrarse, ¿Será este el final de la terrible vida que estaba viviendo?

Si tan solo ese horrible sueño nunca hubiera aparecido en la vida de Jisung, si tan solo ese día le hubiera hecho caso a su hermano he ido a la fiestas con sus amigos, talvez, ese sueño nunca hubiera cambiado su vida y de aquellos que lo rodeaban.

Deseaba tanto retroceder el tiempo y volver a aquellos días en los cuales no recordaba que él era la Luna que contaba con un terrible destino, ahora, su destino.

Una lagrima recorría el rostro de Jisung, no quería morir pero tampoco quería vivir. ¡Que terrible destino que tienes Jisung!

Antes de que sus ojos se cerraran completamente, sus labios en un intento de mantenerlo despierto, susurra unas eufóricas palabra que dejaba alarmada a su espantado hermano y madre.

—Extraño a Sol.

Sus ojos se cerraron completamente.

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