Siluetas que cambian

Capitulo sueve. Así que pueden leer tranquilas.

Tendrá dos saltos temporales. Navidad y Año nuevo(Si, es largo)

Cómo en todos los capítulos hay cosas de importancia; depende si ustedes si lo notan :)

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-¿Que haces a mis espaldas Asbret? Mis contactos te han visto rondando por las ciudades y no me gusta- La grave voz de One for All resonó por la oficina del peliblanco, haciendo temblar a los sirvientes que limpiaban o traían la comida.

-Cariño, hay cosas que son privadas- Le respondió el oji-carmín, mientras se servia un vino tinto.- O es que temes que tenga un nuevo amante.

-Te recuerdo que no me interesa con quien te acuestas o a quien observas mientras tiene sexo. -Respondió con total calma- Pero si realizas una acción que llame la atención de la policía, me darás problemas. Te recuerdo que eres la guía de mis peones y mis ojos en el sociedad; un solo fallo y puedes hacer caer todo esto...y no creo que te guste las concecuencias-

-Tan dramático como siempre, por eso tu melodía es tenebrosa, aunque atrayente.- Mientras mencionaba aquello, había colocado un pequeño gif de un gato enojado al lado de la imagen del "Mal en persona", que imitaba a la perfección el movimientos de manos de este.- Además es un tema familiar, tu no eres muy familiar que digamos así que no te importaría.-

-A mi no, pero a Tomura si. Mi sucesor esta preocupado por el nuevo chico y tus continuas búsquedas en la zona.- Hizo una pausa y lo apunto con el dedo. Asbret rió suavemente, al ver al gatito en pantalla hacer lo mismo- Izuku y Takeshi, los acepte porque podrían ser buenas piezas para él; pero si sus actos o los tuyos causan desconcierto, temo que tendré que encargarme de el...-

-Si, si lo que digas Señor tenebroso.-La voz de Asbret sonó algo más seria de lo común, pero seguía siendo apacible- Cuantas veces te he dicho, saldrás horrible si te amargas tanto-

Los sirvientes estaban boquiabiertos, su señor estaba hablando de un manera tan coloquial con el hombre mas temible de japón. Y no temblaba, se burlaba y el otro simplemente "lo miraba" con paciencia.- Pero si quiere saber, busco a un hombre y una mujer. Pero no lo quiero muertos, por eso no te había avisado.

-Si te divertirás haciendo la vida miserable a otros, bien. Pero no llames la atención, si lo haces no dudaré en demostrarte quien es el señor aqui- Y tras aquello colgó. Un silencio se implantó en toda la oficina, para que una risa contagiosa fuese dispara a todo pulmón.

-Mi Rey... amaré ver cuándo le quiten su corona.- Y tras esas palabras se levanto de su asiento más calmado, dejando su copa en el mesón- Iré a ver como duermen mis pequeños, ordenen todo-

Y escuchando el asentimiento de sus sirvientes se dirigió a laberinto de pasillos que poseía su mansión. Iba silbando con ritmo, entonando una canción de cuna mientas sus manos estaban tecleando un piano imaginario.

No fue al cuarto de Shinso, tampoco al de Izuku; se dirigido de inmediato al cuarto que unía los otros dos; el cuarto de su hijo mayor.

Y como sospechaba allí estaban. Tres figuras dormían plácidamente en la gran cama King, tan pegados como se les era posible.

Ambos menores estaban sobre el pecho del mayor, en la posición perfecta para oír el latido de su corazón, mientras sus manos se entrelazan. En cambio, Takeshi, los rodeaba con sus brazos, incluso al sentir otra persona en la habitación los atrajo más a él; lo que causo una sonrisa en los dos pequeños y en el observador.

Aquella imagen era un alivio para el frío corazón de Asbret; desde la llegada de Shinso las cosas se habían complicado. Su hijo menor, volvió a tener las pesadillas de la muerte de su madre y a eso se le sumaba sus continuas ilusiones sangrientas.

A veces mientras comía, soltaba un grito y tomaba sus manos con fuerza; podría estar jugando con el oji-morado, y derrepente se asustaba y gritaba mientras tomaba su cabeza. "Sangre..sangre, ellos gritaban...hice algo similar...yo..hice bien...esta todo mal...quiero más"

Eran la frases que soltaba mientras sus lágrimas caían. La única persona que podía detenerlo era Takeshi, quien lo abrazaba y arrullaba con su voz, consiguiendo que el peli-verde entrara en paz. Por eso, volvieron a dormir juntos, para apaciguar las pesadillas y la dudas sobre sus acciones.

Paralelo a ello, Shinso estaba al igual que una muñeca, las expresiones en su rostro eran casi nulas y solía gritar desesperado cada noche. Por eso dormía con Izuku o Takeshi; pero los gritos volvían si estos no despertaban a penas él lo hacía, ya que Shinso empezó a necesitar ver los ojos abrirse y oír el corazón de la gente.

-Deben abrigarse más- Se acercó a la cama y acomodó las sabanas negras, para que taparan a los tres cuerpos que dormían con tranquilidad. Al hacerlo acaricio el desordenado cabello de Midoriya.- Mi Rex Jade; ya empezaste a crecer. Tu y tus caballeros, si permanecen juntos estarán bien-

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>4 meses después<

La música navideña, juntos a los brillantes adornos, los árboles de navidad adornando la avenida y la gran cantidad de ofertas del mercado; decían claramente que la navidad estaba a la vuelta de la esquina.

Y entre toda la gente que buscaba los últimos detalles para la celebración; dos niños iban tomados de la mano, siendo vigilados por un joven de piel morena.

-Shinso, mira- El dulce Midoriya tomo las mejillas del peli-lila y lo hizo mirar una tienda artilugios de animales.- Podemos comprarle cosas a Taiza.

Shinso asintió con timidez y miro hacia el "hermano mayor" de su mejor amigo, preguntándole en silencio si podían pasar a ver. - Si quieres ir no hay problema- Con esa respuesta sonrió levemente y fue junto a Midoriya hacia la tienda, siendo seguidos por el mayor.

-¿Cual color le gustara más? Morado o rosa-Preguntó el peli-verde mientras dejaba ver los dos lindos collares para gato.

-El morado con campanita- Respondió simple Hitoshi, mientras tomaba un juguete en forma de ratón- Takeshi-nii, podríamos comprarle esto...así no lo persigue más cuando sea un roedor.

De inmediato Midoriya empezó a reír, la imagen de Takeshi convertido en ratón y corriendo de la gata de Hitoshi; la cual era muy rápida a pesar de tener solo tres patas; vino a su cabeza. Recuerda como desordenaron toda la oficina de papá y este los regaño a ambos, colocando a la gata en una jaula y a Takeshi en una bolita de hamster.

-Si será mejor, casi fui devorado- Esa simple frase hizo soltar una dulce pero corta risa al peli-lila. Takeshi hacia cosas estúpidas a propósito solo para hacerlo reír, para acompañarlo y alegrarle el día; al igual que Izuku. Shinso había perdido un padre ejemplar, pero este le regalo dos grandes amigos al ir al cielo.

-Takeshi, podrías agacharte y cerrar los ojos- Y como si una orden se tratara, el pelinegro se arrodillo en el suelo, para facilitar cualquier cosa que hiciera su lindo "hermanito".Sintió algo en su cuello, pero no le presto atención- Listo, así todos saben que me perteneces. Es una idea genial ¿Verdad Shinso?-

Lo que había hecho Izuku, era colocar un collar de cuero negro a Takeshi, pero no era un collar para personas; era un collar de perro, anclado a una correa que iba directo a la mano del oji-jade.

Takeshi miro su nuevo accesorio con gracia, las cosas que pasaban por la mente de Izuku.

Fuera de los pensamientos de Takeshi, el nombrado miro al mayor y luego al menor; soltando una risa más alta que la anterior.-Izuku, los collares son para mascotas, no para las personas-

Izuku al oír tal respuesta, inflo sus mejillas. Él había visto niños y adolescentes usar estos collares en el lugar donde fue prisionero; y según los señores, era para indicar que esos jóvenes tenían dueño. -Pero...así no me quitaran a Takeshi-

-En eso tienes razón; pero jamás he visto a un humano usarlo-

Y así siguieron los dos niños, debatiendo si era correcto que el mayor de ellos usará el collar de perro para indicar que nadie podía tenerlo, aparte de Midoriya.

Así duraron unos buenos minutos, los suficientes como para que Takeshi pagara por el collar y los juguetes de la gatita de Hitoshi; agrego también su collar de perro, sospechando la conclusión de ambos menores.

Cuando volvió junto a sus dos "hermanitos", estos lo miraban seriamente.-Se lo preguntaremos a papá/tio White- Dijeron al unisono.- Pero no puedes quitártelo hasta volver a casa.

Takeshi asintió resignándose a discutir, no le importaba que la gente le mirara extraño, era mucho mejor que esas miradas de su infancia.

Además podía reírse de como sus pequeños, alardeaban de tenerlo; algo que el realmente no creía merecer.

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Las compras iban de maravilla; casi tenían todos los regalos necesarios para los invitados y la emoción en ambos niños había aumentado considerablemente.
Una paz para el de piel morena, que ya no quería ver a sus pequeños llorar y desesperarse como días atrás.

-Iré por la comida-Los dos chicos asintieron y se sentaron en la mesa, meciendo sus piernas en un ritmo infantil.

El tiempo estaba calmando la tormenta de sus mentes, pero empezaba a mover las tuercas del destino con mayor velocidad.

-Entonces, nos falta un regalo para Mei-chan; Tomura-nii y para Takeshi- Termino de enumerar el de cabellos verdes.

-No conozco bien a Tomura, ni siquiera he visto a Mei-chan...pero regalarle algo a Takeshi-nii,¿No será difícil con el cuidandonos?-El oji-morado estaba en lo cierto; no podían escoger un regalo sin que el mayor se diera cuenta y la idea era que fuera una sorpresa.

-Si...pero; realmente quiero darle un buen obsequió- El de cabellos lilas lo miro desconcertado- Siempre le doy dibujos, mientras los demás le regalan ropa de marca, aparatos eléctricos, dagas, espadas...incluso papá le regaló una moto. En cambio yo; cada año un dibujo.-

-Yo creo que es el mejor regalo- La simplicidad y obviedad de la respuesta de Shinso entro en la mente del peliverde- Yo jamás pude comprarle un regalo a mi papá. A veces pienso que pude esforzarme un poco más y comprarle algo para comer aunque sea...pero sabes, siempre lograba hacer un dibujo y a él le encantaban. Sonará simple y algo trágico, pero lo único que mi papá se llevó a su tumba fueron dibujos míos...así que un dibujo sería un excelente regalo.-

-Muchas gracias, eres el mejor consejero que podría tener- La sonrisa sincera del pecoso hizo estremecer el corazón de Hitoshi; por un momento este había latido rápidamente. ¿Se estará enfermando?

- Llego el almuerzo. Unas buenas hamburguesas, pizza, papas fritas y unos jugos gigantes. Si logran comerse todo y aún tienen hambre iré por el postre- La cálida voz del pelinegro interrumpió en la mesa. Venía con dos bandejas llenas de comida para el deleite de los menores.

Comieron con calma, disfrutando de cada trozo y maravillándose de la expresión de Shinso al probar las cosas nuevas para él.

Cuando terminaron de comer fueron directo a una tienda de ropa; habían decido comprarle un abrigo a Tomura, lo suficientemente combinable para todas las manos que este poseía.
Finalmente se decidieron por uno negro con cuello de tortuga; perfecto para el invierno. Era algo grande, pero así le duraría más tiempo, ya que Shigaraki aún no termina a de crecer; o eso creían.

Para Mei-chan fue algo improvisado. Izuku le había contado a su nuevo mejor amigo sobre los gustos de su pelirosa amiga y este le consejo comprarle herramientas nuevas y un overol.
Al inicio no creía que sería un regalo maravilloso; pero recordando que su amiga solía explotar su lugar de trabajo, acepto con gusto.

Cuando el cielo empezó a teñirse levemente de un anaranjado. Las luces de la cuidad empezaron a iluminarse una a una; mostrando una escena maravillosa ante los ojos de los transeúntes y a los ojos de Hitoshi , que nunca antes lo había visto.

-Es increíble. La nieve parece brillar con las luces- Comento el pelilia mientras iba al lado izquierdo de Takeshi.-¿Podemos colocar luces en el patio de la casa?-

-Por supuesto. Pondremos con formas de estrellas.¿Que les parece?- Ambos menores afirmaron con entusiasmo, mientras sus manos se agarran con más fuerza a la firme mano del heterocromatico. 

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-¿Porque debo usar esto?- Pregunto asqueado un joven peliceleste.

-El gorro de santa te queda de maravilla Tomura- Dijo entre risas el pelinegro.- Te ves Di- Vi - No

-Si tu padre y tu hermano no estuvieran aquí, ya te habría hecho cenizas. Perro sin dueño- Respondió mientras tiraba de la correa de perro. Que debía usar cada vez que Midoriya quisiera, ordenes del padre.

-Mira como tiemblo,-

-¡Takeshi! ¡Shigaraki! Menos parloteo y ayuden. Que sea navidad no significa que no hagan nada- La fuerte voz de Asbret interrumpió la conversación de ambos adolescentes que de inmediato fueron a ayudar a Kurogiri que estaba colocando la mesa con mucha paciencia.

Todos los mayores estaban arreglando los últimos detalles para esa navidad; después de todo su Rex Jade había pedido que fuese la mejor de todas, para alegrar el corazón de su nuevo mejor amigo.

Todos se encargan de los últimos detalles de la cena, cuando un timbre resonó por el gran salón, indicando la llegada de los invitados que faltaban; aunque solo basto escuchar la palabras "babies" como para saber de quien se trataba.

Cuando uno de los sirvientes abrió la puerta, una ráfaga rosa fue directo a Midoriya, lanzándose sobre él y besando su mejilla con fuerza.

-Te he extrañado tanto, Midoriya-kun. Tengo que mostrarte muchos babies que he creado...por los menos los planos- Dijo la pelirosa mientras reía, sobre el cuerpo de Izuku

-Te extrañe mucho Mei-chan- Las mejillas del pecoso estaban teñidas de un sutil rojo, es que su querida amiga estaba literalmente sobre él , mientras acercaba su rostro peligrosamente.- Pero necesito presentarte a alguien.-

La chica de cabello rosa, se levanto rápidamente, llevándose al peliverde con el. Tomo su brazo con alegría y con una gran sonrisa pregunto- Ya conozco a tu prometido y a tu andrajoso amigo...¿Quien podría ser?

-Mi mejor amigo y primo, Hitoshi Shinso- La voz de Midoriya sonó tan solemne que parecía que presentaba a un caballero de alto mando; lo cual causo gracias los observadores y algo de calma al nombrado.

-Un gusto...espero que nos llevem...AH- La risa de inmediato tomo todo el salón. La chica se había lanzado a abrazar al nuevo amigo de su héroe, para luego empezar a tocar su cuerpo, como si estuviera midiendo sus proporciones- Hey, espera...¿Que haces?-

-Si eres familia de mi héroe, debo prepararme para cuando necesites un traje. Así que cariño dígame; cual es su quirk, te gusta la velocidad, las alturas, el mar, el rió, azul, negro o gris, héroes favorito; el mío es Izuku. Villano favorito, debo decir que el tío White...-Y siguió hablando, a una velocidad impresionante para todos, menos para Izuku que entendía cada palabra.

Nadie que la viera en esos momentos, podría imaginarse que esa niña ,años atrás, sufría golpes, abusos y hambre en un lugar frió, húmedo y con olor a sangre.

-Mei.- La voz de Takeshi fue suficiente para silenciarla, ya que ella respetaba a ese chico de cabellera oscura. Era como su general.- Vayan a jugar con la nieve, mientras se termina de cocinar la cane. Ah, y no lo asustes tanto...llego hace poco.-

-Esta bien. Como ordene, haré que ambos -Indicando a los chicos menores a ella- Se diviertan con la maestra de los inventos- Y sacando una especie de pistola de bolas de nieve, empujo a los chicos al patio, el cual estaba completamente iluminado por luces en forma de estrellas.

-Vamos a divertirnos- La sonrisa del oji-jade fue como abrazo cálido para los otros dos chicos, quienes asintieron con energía para empezar el juego.

>Horas después<

Todos estaba reunidos en el salón principal, apreciando los brillantes ojos de los menores al ver todos los regalos acumulados en el centro. Entre ellos, Shinso no sabía que hacer con tantas cajas, el estaba acostumbrado a una pequeña cena y unas canciones de navidad, cantadas por la dulce voz de su padre; pero jamás había pasado una navidad sin su papá, jamás había tenido un regalo y nunca antes tenía tanta gente dándole amor.

Su padre lo había dejado con la mejor familia posible.

-Shinso- El rostro de su pequeño héroe se acerco rápidamente al suyo, causando que sus narices rozaran.- Puedes relajarte, yo tampoco me acostumbre rápido. Pero a papá le gusta mezclar diferentes culturas en las fechas importantes. En algunos lugares del mundo se reparten regalos, en otros sobres con dinero, en otros bailan alrededor de grandes árboles y....-

-Gracias- Interrumpio con seguridad el peli-lila, causando que se miraron a los ojos y sonrieran sinceramente.

-Empecemos con los regalos- Interrumpió el Sr. White a todas las conversaciones ajenas-Los iré nombrando cada vez que aparezca algo para ustedes; los adultos participen...también los adolescentes amargados- Esto último lo dijo por el único que andaba de malas o intentaba aparentar frialdad, Shigaraki Tomura, que más que enojado estaba algo decaído a ver que su sensei volvió a faltar a la celebración familiar.

-Quizá te regalen otra mano para tu colección- Aquel comentario lo hizo levantarse rápidamente para golpear a Takeshi, pero este siempre fue más rápido y fuerte; así que haciéndole una llave suave, lo dejo inmóvil y atrapado entre sus brazos- Alégrate, si...manos locas-

-Esta bien, bestia pedófila- Le respondió con una sonrisa sincera, una que hacia que el corazón de Kurogiri se llenará de orgullo. El pequeño Shigaraki crecía con amigos, y nadie podía quitarle esa dicha, ni siquiera All for One.

Los regalos después de la rápida motivación de Shigaraki , fueron entregándose uno a uno. Vestuario, accesorios, juguetes, herramientas, peluches, joyería, eran parte de la gran variedad que había oculto entre las cajas.

Hatsume ya estaba lista para seguir creando inventos, con sus nuevas herramientas y planos. Se dispuso a trabajar desde ya, colocándose sus lentes rojos, que a diferencia de años atrás, ya le quedan casi perfectos.

Tomura estaba jugando a las cartas con Kurogiri y Sako-san; mientras este mencionaba a cada rato su nueva chaqueta amarilla, regalo del Sr. White.

Giran-san reía, al ver las botellas y pipas de gran calidad que había recibido. Incluso iba a encender una, cuando el mismo Sr. White, disparo a la pipa, indicándole que no se fumaba en su casa.

Midoriya, estaba feliz con sus cosas; pero ahora estaba más preocupado de ocultar una pequeña caja negra de los ojos de su "hermano mayor". Quién no sabía que hacer; lanzarse sobre su hermano para ver la pequeña caja o seguir admirando el bello dibujo.(Un dibujo de ambos con la familia mientras unían sus manos)

-Shinso, te queda un regalo- Hitoshi levanto la mirada de su nueva ropa y miro a su ahora tío; quien traía consigo ni más ni menos que una bicicleta- La mande hacer con los restos de los planos de tu padre, no es la misma, pero...el quería darte una bici, porque te gusta mucho el ciclismo ¿Verdad?-

Todos se habían quedado en silencio en esos momentos, observando como el menor se acercaba a la bicicleta y la apreciaba; sus lágrimas empezaron a caer poco a poco de sus ojos morados, pero no por tristeza. Miro nuevamente al adulto frente a él y se lanzo a sus brazos, para llorar con más libertad, mientras llenaba el aire de miles de gracias.

Poco después, Izuku y Takeshi se unieron al abrazo; causando una cálida sensación en el corazón del peli-lila, una sensación de que a pesar de que se sentía solo sin su padre, había gente que lo querrá de la misma forma y no dejara que se derrumbe solo.

-Gracias...por permitirme estar con ustedes-

-A ti por aceptarnos - Respondió el mayor de todos, mientras acariciaba el cabello de su "sobrino"; hijo del hombre más valiente y bueno que había conocido.

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La noche había llegado y  todos se habían quedado en la mansión White. Después de todo, la festividad familiar terminaría en año nuevo.

Y aunque cada invitado tenía su propio dormitorio, los tres menores estaban en el cuarto del peliverde, durmiendo;. Siendo la idea original jugar hasta tarde, pero el agotamiento les venció.

Pero pasada la madrugada el joven de cabellos rizados se despertó somnoliento, pero con la inquietud de unos ojos sobre él. Miro a su izquierda y su amiga dormía abrazando los lentes que el le regalo antes de separarse; miro a su derecha y Shiso dormía tranquilo con una sonrisa en sus rostro.No había nadie más solo la sensación de ser observado.

Así que decidió levantarse y caminar, para sentirse más tranquilo. Tuvo que hacer algunas acrobacias con el silencio de los pasos de ballet para poder salir.

Cuando se vio liberado, empezó a caminar por el pasillo, yendo hacia el piso de arriba, quizá estar un rato en el jardín interior lo calmaría un poco; pero aquella sensación de ser observado aún no se borraba. Pero empezó a marearse.

En tan solo unos segundos, el mundo de Midoriya empezó a distorsionarse. Los cuerpos a su alrededor perdían su forma, y se volvían grandes formas negras, que poco a poco se cubrían de sangre. Siluetas completamente negras, con el color rojo como único accesorio. 

El aire empezó a faltar, su lengua estaba seca y su piel empezaba a doler, como si los golpes en su encierro siguieran allí, como si los cortes y las manos de esas personas volvieran a tomar su cuerpo. 

Recuerdos de como hombres y mujeres jugaron con su cuerpo, recuerdos del cuerpo de su madre siendo atravesado por aquel cuchillo, recuerdos de como se sintió tan bien ver el miedo en los ojos ajenos, recuerdos de como amaba manchar su cuerpo de aquel color.

Tenía que...un corte..un grito...algo. 

-Izuku- El joven sintió como dos brazos lo abrazaban con fuerza, acercándole a otro cuerpo. Los latidos del corazón contrario entonaban una canción melancólica, pero ideal para la calma, la respiración ajena chocaba en su cabeza, haciendo que su cuerpo temblara.- Tranquilo conejito...estoy aquí-

-Takeshi-nii- Midoriya se acerco más él, intentando fundir sus cuerpo, sentir más su calidez, su aroma y su música. Necesitaba calmarse, lo había logrado un buen tiempo, para no asustar a su padre y mucho menos a Shinso; pero al parecer su cuerpo ya no resistía tanto.- No me dejes, quédate. Quédate conmigo-

-Por la eternidad, conejito- El moreno, lo tomo en brazos y termino yendo al jardín, sabiendo de los actos de su pequeño. En esos momentos se alegraba haber despertado. No podía dormir con los ronquidos de Giran, así que decidio dar unas vueltas por la casa , encontrando a su pequeño gritando y tomándose la cabeza.

Era un alivio que lo había encontrado,si no, quizá su hermanito tendría un ataque peor.

No, fue un error.

No era un ataque lo que tenía Izuku, era el acopio de sus memorias, era la intención clara de su mente, para crear una seguridad más fuerte, más estable. A él le paso similar, cuando tenía que admitir todo el pasado, sabiendo que podía repetirse o que sus actos no serian del todo buenos a futuro.

-No quiero volver a mi cuarto...no quiero angustiarles.-Midoriya se aferró a la camiseta del mayor, pidiendo en silencio las caricias de Takeshi.

-Estaremos aquí, el tiempo que quieras...-EL heterocromatico, empezó a acariciar el sedoso desorden del menor- Yo siempre estaré aquí.

Con una sonrisa de paz, Izuku se apoyo nuevamente en el pecho del mayor. Para sentir la suave y hechizante voz de su guardián. Takeshi le cantaba, solo a él, y cada sinfonía que salia de sus labios siempre serían de su propiedad.

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-¿Como me veo?- Pregunto la pelirosa mientras modelaba el modelo de su nuevo kimono- Soy hermosa ¿Verdad? Aunque mucho menos que mis ¡babies!

-Si te respondiste tu sola, ¿Porque preguntas?- El ojimorado, cuestiono el acto que acaba de ver, por parte de quien se suponía que era mayor. Al parecer un año no hacia mucha diferencia.

-Ya cállense- Shigaraki no estaba de humor, no podría pasar el año nuevo como tenía planeado. Su sensei lo había llamado y normalmente estaría feliz por ello, pero esa noche tenía una pregunta importante que hacer a cierta persona. Tendría que esperar para acerla.

-Tus manos se cayeron, que estas tan enojado- Le siguió Hatsume. De inmediato empezaron a discutir. Frases groseras y frías por parte del peliceleste y frases completamente irónicas y con muchos sentidos por parte de la pelirosa. 

-¿Aún no bajan?- Pregunto White, mientras acomodaba su yukata, era uno gris con un gran dragón rojo que  cursaba por toda la espalda y unas nubes blancas que adornaban la parte baja y zonas del dragón. A simple vista parecía el yukata de un Yakuza; aunque eso no estuviera tan alejado de la realidad.

-Tus hijos deben estar haciéndose mimos como siempre- Le contesto Sako, mientras arreglaba el yukata de Shinso; uno de color azul claro con gatitos como adorno, los cuales combinaban con la dulce Taiza que estaba en los brazos del menor con un listón azul.

-Y tiene razón, Tío Sako- Quien hablo era ni más que menos que Takeshi, quien vestía un elegante yukata negro con un dragón y un tigre formando el ying-yang en su espalda. Su peinado estaba diferente, dejando la frente más libre de lo normal y la mitad de su pecho se apreciaba.- Izuku y yo no queríamos levantarnos ¿Verdad?-

- Estábamos muy cómodos en la cama- El menor de los hijos del señor White, vestía un lindo yukata verde claro, con dos dragones dorados en cada manga. Su cabello estaba suavemente peinado y en su muñeca usaba un brazalete trenzado.- Papi.

El menor se acerco a su padre y le pidió que se agachara para susurrarle algo al oído, recibiendo una respuesta clara- Lo llevo conmigo. Cuando te sientas listo me lo pides-

-Gracias papá.- Miro abajo un rato, demostrando timidez- ¿Tu crees que acepte?-

-Nadie jamás podría negarte cariño; no le conviene.- Con una sonrisa y unas palmadas de apoyo; empezó a guiarlo hacia el festival al cual iban.

-Takeshi- La voz de Shigaraki interrumpió su caminata; y unos dedos se aferraron a su yukata- Yo...

La mirada de confianza del moreno y su sonrisa; negó cualquier frase que el otro quería decir.- ¿Si?

-Espero que te atrapé la perrera- Soltó lo primero que salió de su boca, llamandose idiota al escucharse.

-Posiblemente, pero quizá terminé soltando a todos los animales y me los traiga.- El mayor se acercó al contrario y revolvió el cabello celeste- Te llenaría tu casa de perros-

-Odio a los perros-

-Lo se- Y una risa fue lo último que salió de su boca; ya que el menor corrió rápidamente a tomarle la mano- El próximo año podríamos ir los cuatro...

-¿Cuatro?

- Si salida de chicos; Izuku, Shinso, tu y yo...sería genial- El acentimiento del ojirojo hizo sonreír a ambos " hermanos"; quienes se despidieron con besos en la mejilla del contrario; dejando el corazón de Shigaraki retumbar.

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Hatsume no dejaba de tirar del nuevo amigo que había conocido. Lo llevaba de un lado a otro sin descanso; posiblemente estudiando sus gustos para enviarles inventos o maquetas posibles.
Sin duda no perdía tiempo.

En cambio Midoriya los miraba animado, porque sus dos grandes amigos sonreían, a pesar de todo demostrando que estaban queriendo a la vida.

-Ire a comprar manzanas para todos- Soltó derrepente

-¿No quieres que vaya yo? - Cuestionó el pelinegro a la idea de su conejito.

- Estaré bien, es cerca. Quédense aquí y vuelvo- Y rapidamemte se marchó, dejando a dos chicos preocupados y una chica extrañada.

Izuku iba caminando por los puestos de comida, agarradondo muy fuerte su pequeño bolso, el cual estaba lleno de dinero que su papá le dio antes de separarse. Al parecer hasta final de año tenía trabajo.

Pero aún así había venido; quería pasar tiempo con ellos, con él; una infamia a la sociedad, un error.No como su padre; que se rindió y se marchó a la primera.

-¡Auch!- Midoriya estaba pensando tanto en su pasado, con los gritos y maltratos de su padre que no noto al chico con el cual había chocado. Tenía el cabello negro, los ojos ámbar y pecas adornando su nariz.

-¡Perdón no te vi! -Gritaron los dos al mismo tiempo, causando risas.

-¿Estás solo? - Pregunto el de ojos ámbar.

-No, vine a comprar manzanas acarameladas para mis amigos-

- ¡Que genial! Yo igual, compraré una para mí mamá y mi papá.-

Los dos chicos compraron sus respectivas manzanas y cuando pensaban despedirse, una bella mujer de cabellera negra, con una chasquilla recta y un embarazo notorio; se acercó a ellos.- Izumi te estaba buscando. Papá está preocupado porque demorabas.-

-Perdon, es que me quede hablando con ...con-

-Izuku. Perdón por eso- Realizó una pequeña reverencia, que fue alabada por la mujer.

-Que lindo y respetuoso muchacho. Bueno Izuku debemos irnos; mi esposo debe estar...-

-¿Cariño encontrarse a Izumi?... Allí estás campeón.-Un hombre alto tomo al niño en brazos y beso con mucha ternura la mejilla del chico.

Los ojos de Midoriya se abrieron por el shock. No era posible, tendría que ser una broma. ¿Porque? ¿Que significaba esto? Ese chico parecía tener su edad quizá uno o dos años menos. No entendía nada.

Así que simplemente se echó a correr; lo más rápido que podía, no le importaba chocar con la gente, no le importaba que aquel niño allá intentado retenerlo, no le importaba el ruido, el silencio, vacío, lleno...todo se volvía una confusión.

El aire empezó a faltarle, su imagen visual se distorsionaba, las siluetas volvían una a una; riéndose a carcajadas, mostrándole sonrisas macabras, rostros teñidos de carmín y pintura roja cubrir el suelo.
Una silueta le entrego un cuchillo y le indico su corazón...cierto debía hacer música, necesitaba música para calmarse, necesitaba...

-Izuku- Esa voz tan cálida elimino toda las siluetas en segundos.
Después dos manos lo llevaron a la luz; dejándolo respirar.

Midoriya se aferró al cuerpo más grande y oculto su rostro en el pecho contrario. Necesitaba escuchar ese melódico ritmo. -Lo vi, Takeshi lo ví....mi padre, él... tenía otra familia..engaño a mi mamá...como se atreve.-

Tras escuchar aquello; Shinso sintió el pesar de su amigo, lo sentía con tanta fuerza; como si fuera su propio dolor.
Así que guiado por su alma; se aferró a él, ocultandolo de las miradas ajenas, permitiéndole desahogarse.

Takeshi, quién tenía a los dos chicos aferrados a él, miro a Hatsume que tenía los ojos opacados, llenos de ira y dispuestos a acabar con el sufrimiento de su héroe.
Pero aún no era momento, así que aunque a él también le molestará dejar libre a aquel hombre; con un brazo libre, agarro a Mei y la obligó a unirse al abrazo.
Quién no dudo.

Lo primordial ahora era hacer feliz al menor y todos lo sabían.

Minutos después las cosas se calmaron un poco. Shinso y Mei, se encargaban de llevar la mente de Izuku a otros lugares, a futuros posibles y a ideas alocadas.
Todo para animarlo y apoyarlo; lo cual Takeshi agradecía con todo su corazón. Al parecer Izuku sin notarlo escogía a los mejores chicos para acompañarlo.

Comieron manzanas acarameladas, takoyaki, algunas carnes asadas, algodón de azúcar, entre muchos más platos.
Jugaron a la pesca; tira el cordel, dardos, pintaron, se compraron máscaras, etc.

Todo para hacer reír al menor, todo para que olvidara aunque sea unos minutos ese mal encuentro.

Ahora, estaban dando la última vuelta antes de encontrarse con el patriarca de la familia, para ver los fuegos artificiales y ser los primeros en desear un buen año al otro.

-Gato- La voz del pecoso, interrumpió sobre el ruido de la gente, llamando la atención del pelinegro. Quien viendo los ojos de Izuku comprendió lo que aún pasaba en la mente de este. Izuku no lloraba, pero seguía conmocionado.

Después de todo, Izuku nunca boto la idea de que su padre biológico quisiera buscarle; pero hoy acaba de comprobar algo.Solo tiene una mamá llamada Inko y un papá llamado Asbret.


- ¿Puedes conseguirme el gato bicolor?

Takeshi observo el peluche que le pedía el menor. Era un gato blanco con la oreja izquierda roja, al igual que la mancha en el ojo y en su patita.

-Si lo deseas; debo conseguirlo.- el juego no era muy complicado solo botar cosas con un arma de balines.- Ten. Un gato para mí conejito-

Las mejilla de Izuku se sonrojaron y una dulce sonrisa apareció en su rostro, demostrando que aquel pequeño gesto lo calmo un poco más.-Gracias-

Después de aquello se reunieron con el Sr. White; quién los esperaba con un picnic, en una zona apartada y despejada; perfecto para apreciar las estrellas y los fuegos artificiales.

-Hijo. ¿Quieres dárselo ahora?- Pregunto Asbret al menor de sus hijos.

Antes de responder, el oji-verde se quedó pensando. Le pidió un anillo a su papá para de esa forma estar siempre con Takeshi; porque los anillos unían a las personas que se amaban. Pero su padre, los había dejado, los había maltratado y después lo vio con otra familia...¿El amo a su mamá alguna vez?

El los veía sonreír a menudo, darse mimos y cariños, cuando era pequeño. Si, su padre alguna vez lo eleve en brazos, le contó cuentos y endulzaba los males con besos en la frente he historias de héroes; entonces ¿Porque terminaron las cosas así?

"Es tu culpa, por nacer errado, por ser una falla. Un sin quirk"

Posiblemente, desde que supieron que no tendría alguna habilidad; su familia fue deshaciéndose, poco a poco. Dejando heridas sin sanar completamente. 

Entonces era muy posible que su relación con Takeshi, termine rompiéndose y aquello era su mayor pesadilla.

Además, quien iba a aceptar a un niño como esposo oficialmente; quizá hasta Takeshi sienta que es una broma infantil, algo pasajero; pero no era así, no para Midoriya.

A todo lo anterior se incluía, que acaba de notar que el matrimonio no significaba realmente amor eterno y apoyo en todo. Aunque debería ser así, pero los humanos lo derrumbaba con tanta facilidad como la nieve frente a la fogata.

"Quiero que seas feliz. Que no te escondas y te ames"

Respiro

Cerro sus ojos

Decidió.

Su mamá creyó en la unión, no se arrepintió a pesar de todo; y el también lo haría.

-Por favor- Dijo con seriedad. Sus ojos estaba seguros, dispuestos a dar ese paso; aunque significará sufrir. El quería ser feliz con el heterocromaticio todo el tiempo que pudiera.

Recibió la caja negra y se dirigió a Takeshi. Sentía los ojos de su familia sobre él, pero siguió caminando hacia el dueño del quirk de transformación. -Takeshi-

El nombrado lo miro con una sonrisa y una caricia en su cabellera. Y antes de que lograra decir cualquier palabra; el menor mostró la cajita negra abriéndola. Mostrando dos anillos de oro blanco, con joyas negras y verdes intercaladas. 

-Se mi esposo...dijo...¿Quieres casarte conmigo?- Las mejillas del pecoso estaban rojas de la vergüenza; las cuales aumentaban en color al sentir todos los ojos sobre él.

Los segundos pasaron y el mayor no respondía, lo que causaba miedo y sofoco al peliverde. Es que era tonto, quién se casaría con alguien tan pequeño. Es solo un niño y Takeshi era capaz de tener a quien quisiera...el..el

-Pero, ya soy tu esposo ¿No?- La sonrisa del moreno hizo latir el corazón del pequeño.- O ¿Quieres que sea oficial?

El asentimiento del menor causó ternura a todos los presentes; menos a un oji-morado que miraba con extrañeza la escena. Nunca había visto un par de ojos tan brillantes como el de sus dos amigos.

-Entonces acepto- Le acercó su mano izquierda con tranquilidad; notando los nervios de otro.

De inmediato a ello; Izuku colocó el anillo en el dedo anular, sintiéndose más aliviado al verlo allí, perfectamente anclado.
-El tuyo te quedará grande aun- Mencionó el mayor de aquel compromiso. Busco en sus muñecas y desarmo su cadena de plata que usaba como brazalete.
Colocó el anillo como si de un dije se tratará y colocó el collar alrededor del delgado cuello del pecoso.

Al hacerlo noto, que este anillo llevaba su nombre escrito, y que por lo tanto el suyo el nombre de su conejito. Sonrió dichoso por ello.

Al finalizar, los aplausos fueron de inmediatos, mientras una Mei muy alegre, pedía el besó.

Takeshi solo daría un beso en la mejilla, pero su Izuku era muy rápido y ya había chocado sus labios en un beso tierno y fugaz.

La risa del Sr. White al ver a su hijo mayor consternado, fue el ultimo sonido que escucharon antes de que los fuegos artificiales adornaran el cielo. Causando que sus luces, iluminaran las siluetas de los, ahora, esposos.







"Pobre de mí. Tu crecerás y conoceras más personas; hombres y mujeres llamarán tu atención y seré desplazado.

Amarás a otro y mi corazón se romperá.

Se que no debía aceptar. Soy un animal salvaje; ellos pueden estar con muchas criaturas, pero solo tienen una pareja.

Sabías que algunos incluso mueren al no estar con quien aman.

Pero mi deber es protegerte.
Mi deber es hacerte feliz.
Mi deber es ser tu espada, tu escudo, tu soporte y tu camino; hasta que mi cuerpo no resista.

No importa que algún día me abandones; que rompas todo de mi. Si tú sonríes al final.
Todo valdrá la pena"

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En el próximo capitulo volveremos a saltar en el tiempo. Cada vez nos acercamos más a la U.A

Perdón faltas ortográficas o formas narrativas.

Vuestra elección ya dispone de el escrito (es decir que escribiré a detalle esa situación)
¿Se arrepentirán? Quizás no, quizás si.

Solo les recuerdo que sus decisiones indican el orden para descubrir acontecimientos; ya que la historia tiene diversos caminos pero les mostraré uno a través de las preguntas.

Sobre las curiosidades de mis Oc, no sé si hacerlo aquí o en un book dedicado a eso xp

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