Orquídea
Cuando Izuku era apenas un infante, aprendió sobre el amor a manos de su madre.
Quién lo llenaba de besos, abrazos y sonrisas que alegraban su pequeño corazón.
Amor, que le permitió seguir a pesar de que su amigo Kaachan lo haya abandonado, o por los malos tratos de su padre a las espaldas de la peliverde.
Izuku había conocido el amor de madre, en aquella mujer fuerte, sonriendo y llena de luz.
Lamentablemente un día, más precisamente en su cumpleaños, unos hombres entraron a su casa. No robaron nada, como se había mencionado en las noticias, solo se habían llegado para herirlos y lo consiguieron.
Apenas tenía 5 años, cuando vio por primera vez una violación. Cómo un hombre se despojaba de la ropa de su madre y está luchaba, manteniendo una sonrisa para que él no se asustara.
Ese dia pensó que los hombre, incluyendo lo, no podían amar de la misma manera que una madre.
Pero de nuevo aprendió sobre el amor, cuando entremedio de todos los niños encerrados, una joven le sonreía y le hablaba de máquinas que había visto. También existía el amor hacia algo, hacia una actividad que podías realizar. Ella también le enseño, sin que Mei supiera, el deseo de salvar a alguien a pesar de auto-dañarse.
Por eso no le dolió la primera vez, aquella en las que unas manos desconocidas recorrían su piel. El cómo acariciaba su cabello, le abrían las piernas, como tocaban su inexplorado cuerpo con hambre y demasía.
Recordaba claramente cada una de las violaciones, de ese hombre que lo desvirgó, de aquella mujer que lo hizo "hombre" de ese grupo mixto que lo invitaron a un "juego" y más, recordaba todo con tanto detalle que hasta temía de aquello.
Temía, porque aquellos recuerdos no lo dejarían nunca.
Y era así, aunque fuese una persona de piel, solía estremecerse con el tacto ajeno. Debía formar una relación fuerte con alguien para permitir un roce sin que su mente trajera de visita aquellas pesadillas reales y aquello le trajo algunos problemas.
A las chicas les gustaba jugar con su cabello, unos chicos intentaban tocarlo solo para molestarlo he incluso un maestro acaricia su hombro de una manera repugnante, jugando con el cuello de su camiseta y bajándolo de vez en cuando.
Este último poco tiempo después fue hallado desangrándose en su bañera, con las manos cortadas y una mirada llena de terror, demostrando un claro ataque, pero su agresor jamás fue encontrado.
Aquello le calmo, pero a la vez lo hundió nuevamente en la mezcla perfecta del amor pasado y terror del recuerdo. El amor de madre, el amor al realizar algo, el amor a sus amigos...era diferente.
No era repugnante, no era ahogador y tampoco mentiroso, no como el pasional, no como el amor de pareja.
Por eso cuando descubrió que su amor a Takeshi era de pareja se asustó. El amor entre dos personas se acababa, no era como los amores que resguardan con ahínco en su alma, no era eterno, era débil y fácilmente se rompía: quebrando a las dos personas, o en los peores casos solo a una.
Pero Takeshi le enseño que estaba equivocado, que el amor que se tenían era algo más que gusto, que pasión. Era un sentimiento indescifrable e intangible y por ello era incapaz de romperse, ni por el paso del tiempo.
Quizá por eso cuando los brazos de su amado "hermano" lo abrazan no se sentía asqueado, quizás por eso cuando sentía sus manos trazar caminos en su piel desnuda con sus caricias y cosquillas inocentes, se sentía correcto, quizás por eso cada beso y sonrisa que se les escapa era natural, era parte de ambos, así de simple.
A pesar de todo ello, no quería endulzar la relación de ambos. Después de todo, no estaban totalmente sanos; mientras el mayor calmaba su furia y dolores del pasado con ataques a enemigos y travesuras infantiles, el menor lo hacía entre ataques de ansiedad y disparos a objetivos.
Ambos estaban rotos, de diferentes maneras y quizás uno más que otro, pero al menos al tenerse podían compartir sus piezas e intentar armarse nuevamente.
Piezas que Izuku reconocía y descubrìa todos los días. Como el vago recuerdo de un hombre de piel morena, la dulce risa de una mujer, el horrible tacto de las manos de la abuela sobre él, la dulce y triste sonrisa de quién fue una hermana mayor para el, de cómo su cuerpo por primera vez, a los cuatro años, sufría de un abuso sexual, la primera vez que vio un libro o el primer cielo de libertad.
Todas ellas eran piezas importantes que formaban a Takeshi, piezas que solo tres personas habían logrado observar. Pero que solo él, Izuku, había logrado reunir.
Por eso, no mostraba celos o inseguridad en su esposo, todo lo contrario consigo mismo.
Quizás era por su inexperiencia o por el miedo a que el mayor lo viera sucio, usado o inepto. Recuerda incluso empezar a buscar los tipos de celos de los diferentes animales que habían, despues de todo el quirk de Takeshi aveces lo controlaba y era necesario tener información.
Recuerda conversar con Hitoshi, pero este le dijo que se tranquilizara, que no adelantará las cosas y que Takeshi lo esperaría.
Similar a las palabras de Neito, quien vio en aquella inseguridad la ternura de un amor sincero y reconstructivo; agregando la importancia de valorarse a pesar del tiempo.
Pero diferente a Mei, quien simplemente le dijo: "Si quieres adelante, lánzate...no perderas nada más que algo de dignidad". Algo que le hizo preguntar ¿Le quedaba algo de aquello a su sucio cuerpo?
Por eso y más, conversó con su papá, pidiendo guía, una guía que le llegó como ángel a la tierra. Fue sincero, calmado y comprensivo.
Le dio todas las vistas posibles de la situación y como cuando le ayudo con el anillo de bodas, le quitó la venda de sus ojos dejándolo ver todos los caminos con claridad. Dejándolo seguro en un suelo firme, dispuesto a escoger.
Y fue aquella elección que lo trajo a este momento.
Una mansión enorme, completamente sola.
Hitoshi se fue de campamento con Neito, Kei y Taiza, a una ciudad cerca de la costa.
Mei, fue a la UA para adelantar sus máquinas y tenerlas listas para el festival escolar.
Los sirvientes se fueron de vacaciones por un fin de semana.
Y su papá, bueno el dijo que haría negocios con ciertas personas para quitarles algo de carga.
Estaban completamente solos, los dos, todo un fin de semana.
¿Realmente podría...unirse a Takeshi de esa manera?
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Advertencia: Si no te gusta el contenido BL explícito, o relaciones sexuales te pido que leas hasta aquì y esperes al siguiente capítulo. Recuerda que es parte del especial del capitulo anterior, por lo que no perderás detalles de la trama.
En cambio si decides continuar, adelante. Nadie puede juzgarte y si puedes darme comentarios constructivos te lo agradeceria. Debido a que no se escribir este contenido.
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-¿Conejito? Hey...conejito de las estrellas....baja a la tierra- La cándida voz, unida con un suave golpe en su frente fueron los llaves de escape de la laguna de pensamiento que el menor, navegaba en esos momentos.
-De nuevo lo hice-
-Amo verte en tu estado de información, friki, nerd como quieran decirle...pero debes decirme cómo quieres el almuerzo- Comento mientras se volteaba para seguir con la comida de ambos.
Izuku sonrió dulcemente y abrazo por la espalda a su pareja, sintiendo los músculos tensarse y relajarse, el movimiento de cada parte y los rítmicos latidos de su corazón. - Solo un buen katsudon- Respondió mientras sonríe sobre la espalda del moreno.
-Que abstracto- Pero a pesar de ese posible reclamo, simplemente siguió cocinando con un pequeño conejito verde en su espalda. El sabía que no era un chef experto en la cocina, pero se esforzaba para hacer feliz a su gente, así que a pesar de demorarse más, tomaba su tiempo para hacer los platos favoritos de sus familia y amigos cercanos; y claro el plato más importante era el de su luz.
Cuando terminaron de cocinar se fueron a comer al patio trasero, en un picnic simple e íntimo.
Donde simplemente se daban de comer o se robaban la comida del otro, incluyendo el postre que contenía algunas fresas.
-Esa era mía- Se quejó Izuku, al ver que el mayor le robaba la última fresa del postre.
-Ven por ...ella-comentó mientras daba otro mordisco a la fresa sin saber que su pequeño no lo permitiría.
Fue un parpadeo, pero lo suficientemente lento como para Takeshi comprendiera que Izuku crecía y que quizás ya no podría mantenerse en calma con ello.
Lo que ocurrió fue sencillo y eficaz, un beso de ladrón. Así es, Izuku no lo pensó en ese momento simplemente se fue hacia la boca del heterocromático y con su lengua intentó quitar la pequeña fruta, pero solo causo que ambos terminarán compartiendo la fruta roja en un beso, un beso peligroso para ambos, aunque por diferentes motivos.
Al finalizar ambos se miraron y volvieron a besarse, para nuevamente separarse y juntar sus labios.
Fue una dulce melodía de besos sabor fresa, que iban liberando sonrisas brillantes, miradas llenas de amor y un suave roces de sus narices que les causo una risa alegre.
Era inocente, era dulce, pero a la vez, allí había un deje de descontrol. Ambos lo notaban y no eran en sus bocas, o en sus latidos, eran en sus ojos y en sus manos.
Las manos del peliverde estaban buscando un camino en la espalda del mayor, mientras que las manos de este lo hacían por debajo de la camiseta del menor.
A la vez sus ojos mostraban esa pequeña chispa de pasión, de querer hacer más, pero con el miedo de no saber satisfacer al otro.
Decidieron acurrucarse en el césped hasta calmarse, sonriendo al escuchar como sus latidos iban en sincronía y como sus mentes iban en un viaje a diferentes temas. Astrología, zoología, héroes, villanos, acertijos, programas animados, un poco de todo. Como un bello mosaico creado por la inocencia de un ángel.
Aquello le parecía magia a Takeshi, pasar de estar en momentos tan abruptos como la intención de hundirse en el cuerpo contrario a estar nuevamente en la dicha de un simple tacto, de ser feliz con solo escuchar el te amo del otro
El mayor jamás en su vida se había sentido así con alguien, la dicha de ser tantas cosas a la vez y ser feliz por ello.
Con Izuku podía ser un niño, un adulto, travieso o serio, su amante o amigo, su cómplice y maestro; eran tantas posibilidades que eran imposibles de cantar todas, ni en la canción más larga del mundo, le faltarían amaneceres para ello.
Por eso quería protegerlo, prepararse de algún modo para el momento en que las puertas de su amada luz se abran y lo dejen entrar en su totalidad. Takeshi quería estar listo, saber que hacer y cómo actuar, para que el menor se sintiese cómodo y feliz.
Después de todo siempre tuvo relaciones como el esclavo, como el juguete a usar y nunca le dieron a escoger o decidir en algo. Por ello temía, no quería hacerle daño a la persona que mas amaba del mundo, a la persona que le dejaba escoger y no le impone una decisión.
Pero se le era difícil controlarse, cuando Izuku era pequeño no había problema, su moral iba sobre el resto, pero desde que entró en la adolescencia todo fue diferente. Y no solo por sus amigos o la cantidad de personas que se le acercaban, sino eres que su amado está saliendo de su propia jaula, aceptando su forma de ser, empezando a amarse y seguir siendo único ante la sociedad que le obligaba a cambiar.
Eso para Takeshi era mucho más atractivo que los cambios físicos de su conejito, prefería ver a su querido joven amandose, amando el conocimiento que puede adquirir y sonriendo, que el cuerpo que tiene. Aunque su parte favorita siempre fueron esas estrellas en sus mejillas y esos ojos tan grandes y sinceros, como la pureza de la naturaleza.
-Nii-san...Hacerse invisible no es justo.- Izuku realizó un puchero inconscientemente, el cual fue rápidamente eliminado con un beso que exploró un poco más de lo debido.
Frente a él un Takeshi, camuflado con el agua de la piscina, aprovechando su quirk para convertirse en aquellos animales que se mezclaban con sus ambientes.
-Pues...así te atrapé ¿No?- Takeshi volvió a besarle mientras unas pequeñas fibras transparentes daban suaves caricias al cuerpo del menor, haciéndolo estremecer y tentandolo a acercarse más al torso definido de su novio.
Izuku, simplemente lo dejo, sentir la boca experta era un acto delirante. Sentía como todo su cuerpo se derretía ante esa única opción y sumándole a ello esas pequeñas fibras que acariciaba su desnudo torso lo hacían percibir un placebo impresionante.
Pero no quería quedar atrás, así que impulsando un poco, salto en el agua enrollando sus piernas en la cadera del contrario, sintiendo como el cuerpo de este se tensaba y lo sujetaba con firmeza y suavidad, mientras mantenían las caricias en su cuerpo.
Izuku soltó un suspiro junto a la oreja del moreno, quien soltó un suave gruñido de advertencia. La cual, fue completamente ignorada por el menor, quien al ver que su pequeña acción le causaba tanta hambre a su novio, decidió empezar a besar el cuello y hombro de este, sonriendo como la piel morena se tensaba y esos fuertes brazos bajaban a su trasero y lo apretaban, sacándole un sonido que desconocía.
-Izuku...- Gruñó el mayor, mientras volvía a besarle. Un beso que se sintió diferente, no era pasión era algo de miedo, un beso que le indica a Izuku que Takeshi temía de algo...o quizás de alguien, el mismo.
-Hey- Por ello, el peliverde se alejó un poco del cuerpo del mayor, sabiendo que este lo mantendría seguro y firme en sus brazos- Yo tam...también quiero...avanzar ..no me harás daño ..yo sé..
-Izuku...por favor...eres muy joven quizá te arrepientas, quizás llores y duela y yo...-
-Amor- Izuku besó con ternura aquellos labios, dejando un suspiro se escapara entre la boca contraria- Quiero que mi primera vez sea tuya, jamás podría arrepentirme de ello...si duele lo afrontaré...si te descontrolas estará bien..sé cómo ayudar ...llorare, si pero no por miedo...sino por dicha-
-De supone que soy el mayor aquí-
-Y yo el mas dulce, pero vez..
-Somos el otro y uno mismo, siempre- Dijeron al unísono, regalandose una sonrisa y juntando sus labios nuevamente. Mientras sus cuerpos se hundían un poco más en el agua, disfrutando del choque de temperaturas de sus cuerpos, la frialdad del agua y la cándida piel del otro.
-Vamos a la ...cama- Dijo entre besos y caricias el pelinegro, quien por inercia había apoyado al menor en la pared de la piscina mientras acariciaba sus piernas.
-Entonces me debes llevar- Izuku sonrió de lado y beso la nariz de su pareja, riendo tranquilamente, sabiendo que el mayor estaba nervioso, y quizás mucho más que el. Aquello le calmaba, no era el unico que se sentia extraño, eran ambos.
Así que fueron al cuarto del pelinegro, aprovechando los múltiples pasillos de la mansión, para reirse y darse dulce besos y más caricias. Quizás más tarde sus labios estarian rojos, adoloridos por tanto contacto, pero no les importaba, se sentían bien.
Poco después, el sonido de una puerta abrirse y cerrarse, fue la entrada a un momento íntimo, más allá de lo antes habían llegado. No había nadie que abriera la puerta, nadie que gritara, nadie que saltara sobre ellos o se riera cuando sus rostros se teñían de rojo; solo eran ellos dos dando un paso más.
-Si no te gusta detenme...me detendré, no importa que- La suave mano de Takeshi, acaricio su rostro con un ternura y cuidado casi desbordante, dejando al menor de la familia atrapado en un melodioso océano de emociones.- Primero...solo besos-
Y como dijo, empezó a besar su cuello ligeramente mientras acariciaba su piel y cabello. Dejando suaves sonidos en cada uno de ellos, tonos que cambiaban dependiendo de la zona del cuerpo, suaves risas y exhalaciones en el cuello, promesa y lealtad en los brazos, soporte en los hombros y unión en el pecho.
Cuando los besos bajaron a la parte superior del traje de baño del peliverde, estos se detuvieron para marcar nuevamente la misma melodía, pero esta vez en sentido contrario y mientras lo hacía, poco a poco, Takeshi saboreaba la piel estrellada de su conejito, quien al sentir la humedad de aquel musculo empezo a soltar suaves gemidos que ahogaba con su propia mano.
-Déjame escuchar...no me reiré- Takeshi dio un esbo en la mano y la guío hacia un lado de la cama, entrelazando sus dedos con los del menor.- ¿Mejor?-
-Si...mucho mejor- Izuku sonrió y rozo su nariz con la contraria, siendo a la vez como este colaba su otra mano por su espalda para dar suaves círculos.- Ahhh...yo-
Izuku iba a dar su opinión, pero al sentir algo duro chocar con su pierna se sorprendió. Abrió los ojos y observó a Takeshi y algo avergonzado, acerco la mano que tenían entrelazadas y la uso como máscara. Aun así sintió la ligera sonrisa juguetona.
-No puedo evitarlo...nos hemos rozado en cada beso y....no soy el único ademas...otro amiguito desperto-
El joven de los White, se sonrojo fuertemente al percatarse de la verdad, su miembro estaba levantado y se movía al ritmo de sus suspiros, combinados perfectamente con los del moreno, cuando un baile problemático para ambos. -¿T..te duele?-
-Aprieta...pero no hace daño- La sonrisa gatuna dele mayor, beso el cuello del de ojos verdes, quien inmediatamente le acarició el cabello, permitiéndole continuar con esos besos y recorridos de lengua.- ¿Puedo dejarte marcas?-
-Las...las que quieras- Tímidamente respondió mientras se ocultaba en el cuello del mayor, para empezar a dar suaves besos y ligeras mordidas.- Yo...hare igual-
Ambos sonrieron en la piel contraia y siguieron sintiéndose, acariciando sus cuerpo con ligereza y dejando besos mariposa por toda la piel, que poco a poco se tornaba roja. Seguido de ello, las manos del mayor, bajaron lentamente el traje de baño de Izuku, y lo liberó completamente, dejándolo completamente desnudo antes sus ojos.
-Si muero ahora...seria feliz- La frase fue soltada como una nota perdida en una melodía, una nota grave y vibrante, que traspasaba la mente. Pero debían entenderlo, la imagen ante los ojos de Takeshi era la mas bella que habia visto, despues de la primera sonrisa de su esposo. Un cuerpo tembloroso por ligeros espasmos de timidez, marcas rosadas y rojas cubriendo cada estrella que tenia grabada en el cuerpo, un cabello verde desordenado en la almohada y unos jade destellantes.
-No...no te quedes mirando-
-Perdon...solo quiero grabar esta obra de arte-
-Eso..es vergonzoso- Izuku intentó taparse inútilmente, sintiendo como su rostro se tornaba cada vez más rojo. Por ello, cerró los ojos con fuerza, queriendo calmarse, per sentir la cama hundiéndose a movimientos y las manos de Takeshi recorrer sus piernas y no poder verlo era algo diferente, placenteramente diferente. -Take...Takeshi-
Aquel gemido tenso al mayor, quien no podía dejar de ver a Izuku y de batallar en su mente. Quería devorarlo, hacerlo un desastre, pero al mismo tiempo quería cuidarlo y protegerlo. - Voy a meterlo en mi boca...detenme cualquier cosa-
-Es...espera- Inmediatamente al decirlo el dueño del ojo de hielo se detuvo mirando a Izuku a los ojos- Es..esta sucio....yo..no...bueno-
-Nada de ti esta sucio-
-Pero...esos hombres...esas mujeres-
Takeshi se volvió a posicionar sobre el cuerpo del menor y lo beso rodeando con sus brazos, secando esas pequeñas lágrimas de miedo. A ninguno le importo sentir sus pieles tocarse, eran cuno desde antes después de todo. -Nada de ti lo está....y si así lo sientes. Bueno, yo igual lo estoy...asi que no importaría, ademas nadie mas nos puede dañar-
Una sonrisa, una sobresaliente sonrisa fue la ultima llave que se necesitaba para abrir esa puerta, la ultima de aquel acto. -Haré que se sienta lo mejor posible...solo relajate-
Y tras esas palabras, dio un suave beso en la punta de aquel falo , causando la liberación de una dulce melodía, que solo estaba en su segundo verso. Continuo dejando besos ligeros, mientras sus manos daban caricias entre las piernas y suaves tactos al resto del miembro viril.
-Take...Takeshi-nii- Para el nombrado, aquellos gemidos causan aún más deseo de poseer aquel pequeño cuerpo, pero se iba a controlar, lo había prometido.
Lamio un poco el miembro para luego, meterlo por completo en su boca, evitando que sus colmillos dañan la sensible piel. Con ello ya dispuesto, empezó un suave vaivén, mientras una de sus manos empezaba a introducir uno de sus dedos en el pequeño y rosado orificio del menor.
-Ahh...se siente...extraño- Las manos del menor, buscaron acercarse más a Takeshi, por lo que agarro el negro cabello y empezó a apretar un poco de él, aprovechando la longitud de este.-Ah....caliente....mucho...Takeshi..ahhhh-
La lengua de Takeshi, se había alargado para darle mas placer, mientras su dedo seguía apretando y girando para dar mas espacio a la pequeña zona, la cual al sentirla mas floja decidió meter un segundo dedos para iniciar con ligeros movimientos de tijera, que junto a las lamidas y besos en falo del peliverde, causaban que este diera leves embestidas con su pelvis en busca de más
-Ah...ahhh...por favor, entra.....yo...Ahhh-Soltó un gemido al sentir como la boca del moreno liberaba su miembro, mientras la lengua alargada de este se enroscaba para seguir dando placer.
-Tranquilo - Un apretón de manos y una mirada amoroso- Espera un poco mas-
Continuos realizando sus movimientos y acciones, causando en la mente de Izuku un concierto de placer, de calor, de sentir como su cuerpo se fusionaba con el de su amor por cada tacto, cada beso o presión corporal. Todas las sensaciones eran nuevas, casi inexplicables. Envueltas en un misterio ensoñador, unido a las transformaciones de Takeshi, cambiando sus dientes por otros para ir dejando marcas en la sensible piel de la pelvis, su lengua más larga o sus dedos mas anchos y extensos; también incluía esas pequeñas fibras que rodeaban su cuerpo, dejando caminos diminutos llenos de placer y frescura, dando aún mas preguntas a las posibilidades de su marido.
-Si quieres ya me det...-
-Hasta el final...por favor-
-Tus deseos son mis órdenes- Y tras esas palabras, el cuerpo tonificado del moreno se posiciono sobre el blanco del menor, quien al ver el tamaño de manera directa de aquella parte del cuerpo contrario, trago saliva. Aunque no sabía el motivo, si era por el susto o por la curiosidad de las sensaciones que podría causarle. -Respira...si te duele debes avisarme-
Y poco a poco empezó a entrar, causando lágrimas traicioneras en su amado por la intromisión, las cuales eran pagadas con heridas en su espalda, cortesía de aquellas uñas pequeñas y finas.
-Es...muy grande..ahhh-
-Iré más despacio...espe...ahhh- Y cumpliendo con aquello, fue mas despacio, poco a poco, para que el menor se acostumbrara por completo. Así estuvieron casi un minuto, no les importo el tiempo, sólo querían sentirse bien y sentir bien al otro.
Finalmente cuando estaban completamente unidos Izuku lloro. Lloro de alegría junto a una dulce sonrisa compartía con su amada bestia, quien le dejaba suaves besos por el rostro y caricias en su cabello.
-Somos unos- Dijeron al unisono para besarse, ambos llorando por la felicidad, por la dicha de que por primera vez en sus vidas, aquel acto íntimo se convirtió en un acto de amor. EN un acto en el cual ambos participaban, en la cual ambos querían y podían decidir.
-Te amo Izuku-
-Y yo a ti. Te amo, te amo demasiado-
Juntaron sus frentes y respiraron juntos, entrelazando sus manos izquierdas y dejando que las derechas presionen el cuerpo contrario; disponiéndose para continuar. Movimientos rítmicos, el resonar de la cabecer chocar contra la pared, sus respiraciones unidas en jadeos y palabras de amor.
Sus ojos viéndose en todo momento, sin perderse cada gesto, cada sonrisa y beso.
Ellos se sentían, se impregnaban del otro, volvían sus corazones en uno solo, que al separarse marcaría el mismo ritmo, una sinfonía infinita que nadie y nada podria eliminar. Por que para ambos, era la primera vez que amaban con cada parte de su ser, con sus cuerpos, con sus corazones, con sus mentes y mas importantes con sus almas.
Aquel dulce acto de amor, duro lo suficiente como para que las primeras estrellas los apreciaran y para que la luna sellara aquel acto. Permitiéndoles verse por ella, porque aquellas luces naturales, dejándose ver mas alla del cuerpo físico de ambos.
Al finalizar, solo miraron sus ojos guiandolos a un beso mas, un bes que concluía aquella "primera vez" para ambos con la dicha mas sincera que se podría imaginar.
Un último te amo y ambos jóvenes se durmieron, abrazados al otro, escuchando la respiración el corazón y los sueños contrarios.
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Disculpe la tardanza, estuve en una etapa algo difícil y bueno soy de Chile, así que he tenido que moverme mucho estos días.
Sobre el capitulo, bueno realmente no se que decirles, intente ir de algun modo mas al mundo emocional que al carnal. Es la primera vez de ambos de alguna manera y no quería volverlo algo completamente carnal o en porno.
Ademas es principalmente a una diferencia a futuro :3
EL proximo capitulo continuara la historia y sabremos que planea Izuku con el festival deportivo. Y claro, sus primeros pasos a la captura de nuevos miembros para la familia.
Dejare dos preguntas (y media), una para ya saben...esas mini pistas en acertijos y otra por curiosidad de shipper.
.-¿Verde petroleo con Rojo carmín o Amarillo volcánico con Doble color?
.-¿Cuales son sus shipps en esta serie? ¿Les molesta que haya creado una shipp nueva con Izuku?
Perdonen faltas ortográficas!
Abrazos para todos y manzanas acarameladas, chocolates y caramelos!
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