Huésped
Dedicado a @cati226 @LD-Kira-DLM @YuuKM12
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Cuando Izuku abrió los ojos se encontró con un tonificado torso, que brillaba como la arena bajo el sol del amanecer. Rayos de luz que destacan la silueta de aquella persona que representaba su seguridad, de aquella persona que era su hogar.
Por ello, se acurrucó más cerca de él, sintiendo aquel aroma y esos latidos envolverle. Causando que las ganas de estar así el resto de su vida fuesen claras como el agua.
—Te amo.—Dejo que su corazón hablara, mientras sentían mejillas se enrojecían.
—También te amo...conejito—La voz ronca rozó su oído, despertando aquellas mariposas en su estómago y ese latido descontrolado que se mantenía durante los años.— Ven aquí—Y tras un movimiento quedó sobre el cuerpo contrario, estando en primera fila para escuchar ese retumbar y el calor contrario. Los cabellos de Izuku fueron acariciados como si de seda fueran, mientras una gentil y rasposa mano acariciaba su espalda desnuda.
Ambos amantes se quedaron así unos minutos más, sintiendo como sus respiración se entrelazaban formando un solo ritmo. O como sus bocas se buscaban inquietantes cada vez que tenían la oportunidad. Dejando que sonrisas y risas decorarán el cuarto.
—No quiero que te marches.—Mas que una opinión fue una súplica susurraba contra los labios contrarios, quien no dudaron en envolverlo en una caricia profunda, que buscaba más allá de lo honesto.
—Yo tampoco quiero alejarme...pero sabes que debe ser así.—Otro beso gentil, mientras sus manos se estrellas en un nudo suave y sus pieles se pegaba aún más.—Solo serán unas semanas.
—Mhh.—El de mirada primaveral miró hacia el lado con un pequeño entrecejo, causando ternura y una risa sonora que se ahogan en el cuello del menor.
—Amor...no te ahogues con palabras mudas...suéltalo.
—¿Por qué Dabi si puede ir a verte en ese lugar?.—Lo había dicho, en un tono más amargo de lo que pensaba, pero fue casi un reflejo. Después de todo aunque Izuku confiara ciegamente en la fidelidad de Takeshi, este era ciego para la mirada del joven de ojos turquesa. Y mucho más, debido a años de una confianza en una relación que iba más allá de la amistad, pero menos que la de unos amantes.
—Porque el si parece que matara a alguien.— Una respuesta clara, sincera y limpia. Así era el moreno siempre.— Además se que si te veo no podré aguantar a correr y besarte, y ambos debemos empezar a trabajar.
—Ya no somos niños.— Se auto-recalco el menor, mientras cerraba sus ojos al sentir esa mano rozar más allá de su alma.— Aún asi...aunque suene egoísta quiero verte.
—No es egoísta, conejito.— Takeshi se sentó en la cama, apoyando su espalda en la pared y manteniendo a su lindo esposo sentado sobre él. —Todos queremos que las personas que amamos estén siempre a nuestro lado, pero es parte de crecer saber que no es necesario que estén allí físicamente.— Acomodo algunos cabellos rebeldes detrás de la oreja contraria y continuo.— Puedo escaparme algunas noches...para hacerte compañía.
—Eso suena agradable.— Esas mejillas rojas, haciendo brillar cada peca como una estrella, pedían a gritos ser mordidas como dulces manzanas.
Y así lo hizo el mayor, quien con la ayuda de un simple gesto inocente, atrajo el cuerpo contrario a un baile, en cual sus cuerpos calzaban perfectamente y sus labios buscaban el aire al unísono para mantenerlos juntos en aquellos besos que siempre anhelaban. Acaban de despertar pero un suave tacto en la mañana no les haría mal.
Mientras los amantes disfrutaban de su tacto, un joven de cabellos rubio acariciaba el cabello de su hermanito. Disfrutando como este podía abrazar su peluche con calma sin miedo a que apareciera papá o mamá para quitárselo, en un agarre que dejaría marcas rojas en su piel que con el tiempo se teñirían de morado y hasta verde, perdiéndose en la sonrisa y lindos trajes de Kei. Su cuerpo estaba totalmente relajado y se mantuvo así al sentir un suave peso llegar a la cama.
—Taiza...como estas niña hermosa.—La dulce gatita respondió con un sonoro maullido, mientras iniciaba su canto, esperando las caricias del rubio que no tardaron en llegar. —Tu padre dejo que vinieras a un cuarto de otro hombre, que poco precavido.—
—¿Precavido con que? ¿Con tus gritos eufóricos o con ese intento de ególatra bar..auch.— Una almohada había golpeado perfectamente el rostro de Hitoshi, quien solo dejo que esta cayera al suelo para luego mirar al rubio. Estaba sonriéndole, mirándole como antes; aun mantenía una mirada algo dolorosa ,pero con lo que conversaron ayer le dejo en claro el tiempo que les tomaría volver a como eran antes.
—Bueno si no quieres admitir que tu hermosa gatita esta enamorada de mi no es mi problema.—Tras decir aquello, Taiza se acurruco junto a Kei, ronroneando aun a las caricias del rubio. Ambos sonrieron al verla, dejando que sus corazones se calmaran un poco.
—Pues no tiene malos gustos.—Aquella frase soltada en el aire, soltó una ráfaga de abejas que no paraban de volar en el estomago de Monoma, quien no pudo evitar sonrojarse y mirar hacia otro lado en busca de invisibilidad. Gesto que causo gracia al pelimorado y lo invito a acercarse mas, sabiendo que Neito intentaría esconderse como pudiera, escapar de su mirada, pero no se lo permitiría.—¿Qué ocurre? ¿Dónde esta toda esa seguridad?
—Pues... aun tengo sueño...no me culpes.—Intento justificarse el rubio mientras con temor y devoción miraba a Shinso, sus largas pestañas y esa mirada cansada que tanto le fascinaba.—A-además mi hermanito esta durmiendo...no hagas cosas irrespetuo...sas.—
Su voz se apaciguo al verlo casi sobre el, era extraño. Ayer solo habían decidió conversar hasta tarde, contarse todo lo que ocurría en sus mentes y corazones. Hablaron con tanta naturalidad que Neito temió soltar su verdad, miedo que aumentaba al sentirse tan débil ante esos ojos purpura, que causaban que su corazón empezara una maratón sonora.—Si vas a besarme que sea rápido.—
Hitoshi se rio al oírlo, allí estaba su amigo. Mas despierto, descarado y egocéntrico— No gastaría mi primer beso con un idiota.— Sonrió ante el mohín contrario y le mordió la nariz con diversión, escuchando como este se quejaba. —Además, al frente de tu hermanito que descaro.
Y aquellas mejillas sonrojadas regresaron. Monoma miro inmediatamente a su hermanito y suspiro tranquilo al verlo bien dormido junto a Taiza, que lo había acompañado a ese mundo de sueños. Sonrió al ver a ambos, pero al mirar a Hitoshi le gruño suavemente, causando una risa en Shinso, quien lo invito a levantarse he ir a desayunar con el. Invitación que fue aceptada rápidamente.
Ambos, aun en sus ropas para dormir, caminaron con calma hacia el comedor, uno mas hablador que el otro, pero alegrando el ambiente de los sirvientes que se encontraban en los pasillos, quienes sonreían al verlos nuevamente así, cercanos como ellos. Pero aunque parecieran los mismos de siempre, algo había cambiado en ellos, algo después de aquella conversacion.
-Dia anterior----------------------------------------------------------------------------------------------------
Cuando fueron a cambiarse a los camerinos, la bulla de los demás compañeros acallaron las preguntas de los dos amigos, quienes solo se cambiaban sin mirar al otro después de una gran batalla. Ese sentimiento que los unía había permitido que ambos acabaran con Aizawa, incluso chocaron puños, por ello estaban algo tímidos. Después de todo seguían peleados. Aunque debían admitir que ver al otro en ese estado les saco una risa silenciosa, que solo una chico de su salón, logro percibir.
Sin saber de este hecho, ambos chicos al terminar decidieron irse juntos dispuestos a entablar la conversacion que necesitaban y que ahora con las mentes en calma, no temerán dañar al otro con palabras filosas. Por eso, solo avisaron a sus amigos que se marcharían solos, en una caminata con un ritmo calmo, pero con sus manos rozándose inquietas.
Se mantuvieron en silencio por casi todo el trayecto, respondiendo unos simples monosílabos a preguntas cortas y precisas. Guardaban sus palabras para un lugar mas privado, aunque el camino que habían escogido era solitario, aun no se atrevían a iniciar. Al menos hasta que el rubio suspiro.
—Bien, mucho silencio.—Dijo en voz alta mientras caminaba hacia un banco del parque en cual se encontraban ahora.— Hablemos bien...siéntate.
—¿Crees que con una orden podamos...?
—Que te sientes.—Y con tal reclamo el dueño del quirk del lavado mental, decidió sentarse junto a Neito, sintiéndose pequeño a su lado.— Iniciare yo, si es que no te molesta.— Hitoshi asintió a lo mencionado, prefería que el le hablara, oír su voz era relajante aunque sea un regaño. Bueno pasar por tanto tiempo sin oírla en mas de tres palabras seguidas, había hecho que pensara así.—Esos días, fueron realmente fuertes para mi, estaba agotado de todas las formas posibles y aun así quería mantenerme al tanto. Mi mente no podía pasar nada en alto, ¿Cómo estarían mis padres? ¿Cómo estarían mis hermanos? ¿Cómo los castigarían?...¿Cumplirías la promesa?.
—Yo...quería cumplirla...la estaba cumpliendo.
—¿Y que paso? ¿Fue mas importante la ira que la promesa conmigo?
—No fue eso es solo que... —Shinso miro sus pies, recordando como el frio del lugar contrarrestaba con el calor de la sangre salpicando. Como esos ojos miraban aterrados y como sus gargantas se quebraban por el dolor. Aun lo sentía, era un recuerdo vivido que punzaba su piel.—Su forma de hablar...no le importaba nada mas que él. Ni siquiera quiso sanar a su mujer.
—Mi padre siempre fue así. Tu lo sabias bien, así que para mi no es una respuesta correcta.
El pelimorado, suspiro. Buscando fuerzas para sincerarse.—Tus ojos.—Monoma quedo pasmado, observando a su amor platónico estirar su cuello y volver a repetir.— Vi tus ojos en el, mirándome con tanto odio, siendo tan codiciosos...eran tus ojos en un cuerpo inmundo que no lo merecia...no quería que ese hombre lograra volver a hacerte daño. Se que te prometí no matarnos, pero él...me dio tanta rabia sus respuestas, sus comentarios...la forma en que nos miraba— Temo que sean reales, sus palabras.
—Ya veo.—Neito miro hacia el cielo, el cual se estaba tiñendo de tonos anaranjados, perfectamente mezclados con la luna que ya se asomo traviesa.—Imaginaba que algo así pasaría.
—¿Eh?.
—Es mi padre, lo conocí por 15 años. —Suspiro, mientras movía sujetaba sus propias manos.— Pero lo que mas me molestaba...era un conjunto de cosas. Rompiste mi promesa, mataste a mi padre, dejaste a mi madre en un manicomio...se que lo hiciste por nosotros pero...mi lado fraternal reclama por ello. No entiende el daño que me hicieron, porque para mi era amor, así que aunque parte de mi este agradecido otro se siente con ira, con rabia...además...además.—Los plateados ojos del rubio empezaron a cristalizarse suavemente, mientras su voz se apaga. Aun así mantuvo la mirada fija en Shinso.— Mataste a mi padre, torturaste a mi madre y yo, aun así ...te quiero. No sabes lo enfermo que me he sentido, se supone que debería odiarte, se supone que debo mantener distancia estar triste, pero no es así y eso...es enfermizo. Me rio nerviosos de imaginar la cara de ese bastardo, lloro en silencio por mi madre y aun así quiero que sigamos estando juntos...no...no entiendo lo que pasa por mi mente. ¿Acaso enferme? ¿Me volví loco?.
—Nos volvimos locos...pero eso esta bien.—La voz de Shinso sonó suave, apacible, como rara vez se escuchaba.—Nos volvimos locos juntos...así que no estas solo. No...no soy bueno con los gestos de cariño así que...realmente no se que hacer ahora.
—Idiota, deberías abrazarme.—Monoma, respondió con burla, a pesar de que sus lagrimas salían sin parar, aunque estas fueron secadas con delicadeza por la mano fría del pelimorado, quien lo atrajo hacia el, en un abrazo torpe, pero acogedor. Debo realmente estar enfermo, sigo amando a quien torturo y mato a mis padres.
Y a pesar de que siguieron sincerizándose entre ellos. Esa declaración de amor se oculto bajo llave, dentro de una caja de cristal bella y fuerte, esperando para un día ser abierta o quizás destruida.
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Takeshi, había decido almorzar fuera de casa. Dejando a su conejito descansando y a los otros dos, en sus cosas. Ellos necesitaban pasar tiempo con buenos amigos que eran, después de todos esos días incómodos. Incluso mando a llamar a Kei, para que llegara a cada y de seguro su sonrisa animaría a sus chicos.
—¿Vienes a beber?—Kurogiri le pregunto al verlo entrar al bar, notando su cabello más largo y esa aura salvaje que siempre mantenía.—¿Tu padre sabe que estas por aquí?
—Tranquilo...no vengo a beber, además ya soy un adulto responsable.
—Responsable ni que mierda. Anovhe teníamos reunión.—Shigaraki interrumpió al cuarto reclamando, agitado von sus ojos rojos brillantes por la rabia que le tenía al moreno. Tuvo que aguantar a todos los idiotas a su alrededor solo y por casi nada, despedaza su propia piel por los nervios.
—Hey. Ve el lado positivo, aprendiste a hablar sin la necesidad de que este cerca.
—¿Ahora dirás qué fue tu super amabilidad?
—Por supuesto. Te di una gran lección.—Takesgi abrazo por los hombros a Tomura, quien a regañadientes se quedó alli, sintiendo el calor del mayor.— Puedes liderar sin mi, con tu propia fuerza...quizás no confíes aún al 100% de tus capacidades, pero de seguro en el futuro no buscarás esto.—Y en un rápido movimiento Takeshi tomo la mano de Shigaraki mostrandosela.—Mi misión real es que dejes de despedazar tu piel con tus nervios...
—No llenes de flores tu discurso. Lo más seguro que te estabas revolcando por allí y se te fue el tiempo.
Takeshi lo libero con una sonrisa ladeada. Divertido por la seriedad infantil del peliceleste, quien no dudó en darle un golpe al verlo burlarse. Golpe que realmente no le dolió nada, pero fingió hacerlo para sacar aquella sonrisa de triunfo de Shigaraki.
—Es temprano para tomar...¿Por qué viniste?.—Y tan rápido como apareció la sonrisa está desapareció, mostrando un niño que vivió en un camino de piedras con los pies descalzos.
—Dos motivos. Disculparme por lo de anoche, y si requiere castigo lo aceptaré con calma.—Takeshi subió los hombros en un movimiento gracioso, como si le diera igual recibir daño o un castigo.— Segundo, para traerte lo que me pediste.—En ellos saco de su abrigo una carpeta ocre, con solo dos letras escritas en una extraña letra. B.K
Shigaraki recibió la carpeta y la abrió rápidamente, notando un mapa con diferentes flechas y círculos trazados, fotografías de héroes posibles a encontrar y los alumnos de ambas clases. Todo estaba muy bien detallado, con teorías he hipótesis aplicadas en los puntos. Incluso había una sugerencia de formación.—Izuku realmente pensó en todo.
—Él quiere ayudar con lo que más pueda. ¿Combina con tu agente secreto?
—Si, hay pocos detalles que varían. Por ejemplo Izuku marco un perímetro más amplio y el espía remarcó un lugar más exacto, por lo que podemos usar ambos...pero como—Shigaraki empezó a rascar sus propios dedos, mientras pensaba en que pasó tomar. No pensó que podría hacer algo por su cuenta tan pronto y movilizar a un grupo de personas como un líder era bastante complicado para su persona; ¿Cómo el maestro he Izuku lo veían tan fácil?
Takeshi se sento junto a Shigaraki notando aquella discusión en la mente contraria y aunque su fuerte no eran planes muy pensados quizás unos detalles ayudarían.—Podrias hacer que Touya queme parte del bosque para cerrar el perímetro.
—¿Eh? ¿Dabi? Mhh —Tomura se quedó mirando hacia el vacío, rasguña la mesa de manera inconciente, madera que se remplazo por una piel oscura y suave.
Era la mano de Takeshi, quien la había puesto en el lugar para que dejara de dañarse las manos. —¿Pero como controlar a un tipo así?
—No es tan difícil...solo deja que juegue un rato.
—¿Y también quiere un helado?
—Que gruñón—El pelinegro se estiró nuevamente, soltando quejido al sentir como su ropa rozaba su espalda dañada.— Pero hablando en serio. Si lo dejas libre no te molestará, tiene un objetivo similar contigo...solo eviten ponerse en peligro que no estaré para ser su escudo humano.
—Soy más fuerte, no necesito un guardaespaldas.—Y aunque dijo eso, miro a Kurogiri en busca de una respuesta a una pregunta silenciosa.
—Bueno, entonces cuando logren el objetivo. ¿Quiere venir a ver al niño?—El hombre de sombras terminó de limpiar un vaso, para servir un poco de whisky a las rocas en el.
—No gracias ... Soy paciente, pero podría romper su cuello si me responde.
Comento eso como si fuese algo normal y bien lo sabía Shigaraki. Quien en un suspiro sonoro asintió a la frase, para luego tomar el vaso que le habían preparado.—Me llevaré a Izuku. Si discute con Dabi no será mi problema.
—No me preocupo, son más maduros que yo.—Y tras eso, Takeshi desordeno los cabellos celestes antes de irse a buscar a su mejor amigo.
Y no se alejó mucho para encontrarlo.
Solo camino unos cuantos minutos, adentrándose en aquellos barrios en donde la pobreza se dejaba ver. Vidrios rotos, cartones por doquier, hombres y mujeres intercambiando mercancías y unos grupos entrando a casas supuestamente vacías.
Los barrios ocultos de Japón, en donde vivía el resto, los perjudicados.
Buscando entre ellos, lo encontró. Su ropa común, algo rota por los años, su semblante prepotente ante el resto, de su boca un cigarro jugaba entre sus labios y el humo se escapan en sus suspiro. A pesar de la vista poderosa y completa que entregaba, para Takeshi no había nada más impactante que esos ojos turquesa brillando como el mismo infierno.
—Volviste con el cigarrillo.
Dabi lo miro en calma, dejando soltar el humo cerca de la cara de Takeshi.—Es relajante. —Respondio en calma, mientras le se acomodaba en la pared detrás de él. —Y antes de que regañes, son menos que una cajetilla.
El hijo mayor del Sr. White solo asintió, apoyándose en la pared junto a su mejor amigo, acercándose para robarle aquel cigarro, dándole una probada y dejando salir el humo con cuidado.—Al menos este es mentolado.
—Que delicado.—Un tono burlesco y una mirada furtiva, en donde ambos sonrieron ajenos a su alrededor. Sonrisa que se extendió en Takeshi al ver a Touya robarle el cigarro nuevamente para terminarlo.—¿A que vienes?
—¿No podía solo venir a buscarte?
—No se cuantas veces te lo he dicho...no viviré en esa casa con ustedes.—El moreno suspiro cansado. Le había ofrecido hace años a su amigo que se fuera a vivir con ellos, en la residencia White. Había cuartos suficientes y podría tener un techo acogedor y un lugar donde regresar, pero la idea de familia feliz para Touya era una pesadilla, una que se mantenía a pesar de los años.
—Al menos deja que te consiga un departamento.
—¿Mi sugar esta preocupado en donde duermo?
—Hablo enserio. No tienes un cuerpo apto para vivir en la calle.
—Al menos en invierno me quedo con ustedes, pero no puedo más...enserio Takeshi. Lo intente, pero me incomoda ver a todos.
Ambos chicos se miraron, comprendiendo todas las peticiones y respuestas del otro sin decir una palabra.
—Puedo conseguir un departamento
—Y de nuevo con eso, hablo enserio cuando...
—Solo para ti.—Ahora Touya le miraba desconcertado.—Algo pequeño, se que no te gustan las extravagancias, pero al menos para que tengas un techo siempre y no andes vagando por casas ajenas.—El moreno, volvió a quitarle el cigarro, rosando sus dedos con los labios contrarios, pero está vez para botar el cigarro y pisarlo.—Me preocupo, no sabemos cuándo tu piel empiece a soltarse y como no quieres transplantes.
El de quirk de fuego suspiro, apreciando esa mirada heterocromatica, completamente sincera. Siempre fue así, desde que lo conoció lo ha cuidado tanto que pareciera un sueño cada vez que lo hace y quizás por eso quería alejarse lo más posible, para evitar ser débil, para evitar ser domesticado de alguna manera.—Lo pensaré.
—Con eso me quedo mas tranquilo.
Y antes de que se iniciará un silencio, Dabi chasqueo la lengua. Atrayendo mirada de su amigo.—Mierda...ya no me quedan más. Tendrás que pagarme el cigarro.
—Solo fue una probada.—Se quejo el moreno aunque al ver esos ojos con un brillo perdido, valían más quejas.—Ademas deberías estar al cien para el fin de semana.
—La mierda de campamento.—Dabi miró hacia arriba, buscando aquella luz del cielo que contraté con la oscuridad de las calles de la zona.—Al menos verlo...amaría ver su desesperación.
—Entonces hazlo.
—Shigaraki y tu esposo no me dejaran divertirme.
—Tranquilo.—Y sacando su celular para mostrar una foto a Dabi continuo. —Cada quien en lo suyo...te dejarán jugar gracias a estos tipos. Es un regalo de Izuku.
—A veces es amable ese conejo tuyo. Bien, mientras se asusten por ellos, yo jugaré con él. La hermandad me llegó de golpe.
Ambos se miraron y rieron traviesos, como dos niños.
—¿Puedo robarte por la noche?
—Por su puesto. Vamos a divertirnos como corresponde, Touya.
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En la sala de entrenamientos, un joven de cabellera verde golpean con fuerza un saco de box, dejando algunas fisuras en el cuerpo de este.
—¡Izuku, lindo! Al fin te encontré.—Un gritó eufórico y un gran rayo rosa llegó al cuarto, llevando una gran mochila en la espalda y una sonrisa deslumbrante —Hitoshi tenía razón, estabas por aquí.
—Mei, buenos días.—Izuku sonrió al ver a su amiga y se acercó a ella, no sin antes ir por una toalla y secar parte del sudor.—Veo que trajiste lo que te pedí, aunque no pensé que fuese tan grande.
—Tranquilo, Izu-chan. No solo traje tus pedidos, aprovecho de hacer otros utensilios y traerlos por si querías probarlos en tu asalto.
—Woo, siempre pensando un paso mas adelante
—Tu me enseñaste.—Y la joven guiño un ojos mientras empezaba a sacar todos los artefactos de su mochila. Eran de varios colores y tamaño, algunos se notaba inmediatamente lo que eran como un gancho y un propulsor, pero otros no se se podían explicar a simple vista.—Algunos aún no están terminados, pero de seguro puedo tenerlos listos para tu misión si es que lo quieres.
Y tras esas palabras, rápidamente se pusieron a revisar los artefactos. Unos a simple eran sencillos, pero con circuitos detallados en su interior, otros eran más pesados de lo que se veían otros muy ligeros. Y sin importar el como eran, Midoriya-White los fue probando, moviéndose con ellos para sentirse cómodo.
—¿Puedo preguntar?
—Claro.—Izuku se acomodó los guantes de titanio, sintiendo el peso en sus manos y movió sus dedos para acostumbrarse.
—¿Porque deben ser resistentes a golpes, cortes y grandes pesos?
—Hay unos peones que podrían causar problemas. Es solo para mantenerlos...—Golpeo el aire con fuerza causando un sonido propio. —Amaestrados.
Mei observo con devoción a su héroe, mientras seguía moviéndose por el la zona de entrenamiento, dando golpes en el aire, junto a patadas firmes y rápidas. Le estaba dando el lujo de ver un calentamiento a un baile, dispuesto a mostrar sus habilidades.—Si quieres puedo agregar una máscara.
Izuku, la miró desconcertado. Más que nada por el tiempo que ese objeto necesitaría que por la oferta.—No te preocupes de ello ahora, haz hecho por mí dandome estos artefactos.—El peliverde se acercó a una especie de jeringa gigante de acero y titanio, estaba unido con un conducto metálico elástico hacia un pequeño contenedor. Lo tomo y con velocidad acercó la filosa aguja a la nariz de su amiga, dejando que Hatsune lo mirase con una sonrisa.—No tengo poderes ,pero con tus manos será como si los tuviera.
Hatsune se sonrojo ante lo mencionado, recibiendo más energías para continuar con sus inventos y sus artilugios. Buscando los que faltarían perfectamente con sus amigos y más con su héroe.—Y siempre será así, es un juramentó.
Una reverencia alegre yvuna sonrisa apacible. En aquel cuarto de entranamientos junto a dos grandes amigos se encontraba las primeras armas propias de Izuku.
Y esta ansioso con probarlas en ciertas personas.
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Buenas mis amados y amadas estrellas!!
Les dejo este capítulo como regalito por la desaparición que he tenido y la que vendrá posiblemente.
Si ustedes lo desean el especial vendrá después de este capítulo o después del campamento.
Los dejo elegir para que sean felices.
A y sobre la elección anterior, era la última que faltaba para ordenar todo y dárselos!!
Pero cómo ya se volvió parte de nuestra relación. Le seguiré haciendo preguntitas que irán dirigidas a posibilidades de ciertos personajes.
No diré para quien obque son...solo mi cabeza lo sabe
¿Vivir con dos o Ser solo dos?
Parece obvio pero no lo es jeje.
Los amo mucho!! Son especiales y brillantes estrellas.
Sus comentarios me hacen feliz y liberen todo lo que quieran
*Abrazo virtual*
Pd: perdón por las faltas ortográficas.
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