Estrellas (especial)
Especial largo.
"Porque puedes ser la estrella que ilumina la vida de alguien"
A Veces la relación familiar es complicada; hay discusiones y enfados, hay mentiras y verdades que duelen, llegan nuevos miembros otros se van; pero la familia es la familia.
Y si es la correcta, las cosas se arreglan.
Los abrazos se marcan, besos dulces, y confesiones a la fe. Una buena familia no es la que es feliz, es la que permite corregirse, la que quiere salir adelante y más importante, la que se ama como son.
Buscando la alegría de todos, lo mejor que se pueda.
Unas son pequeñas, otras gigantes, otras solo un humano y animales...pero están allí y te cuidan.
Entonces ¿Por qué?
Me hice esa misma pregunta antes.
¿Duele encontrar la respuesta?
Si, pero con eso te hace mas fuerte.
Ya veo...Yo, si cuidare a mi familia
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Un pequeño joven corría por el jardín, cortando algunas flores y pidiendo disculpas a aquellas que quitaba de la tierra. Después de todo quería armar un bello ramo de flores para felicitar a su mama, lo habia visto en la tele; si una mama tenia un bebe, se le daba amor y flores; y como buen hermano mayor lo haría, lo hizo a sus otros dos hermanitos y ahora también al nuevo, asi que haría el racimos antes de que llegaran a casa.
-Ni..nii-tan- Su pequeño hermanito iba con su cobija arrastras, queriendo ir a su lado con esa linda y boba sonrisa.- ¿Que haches?-
-Busco flores para mama- Touya acarició el cabello de su hermanito, quien sonrió dulcemente al sentir las cálidas manos de sus hermano.- ¿No estabas con Fuyumi?-
-Pero huega con muñecas...no quiero- Natsuo tenia unos problemas para hablar, pero eso lo hacia mas adorable para los ojos turquesa de Touya, quien solo rio y abrazo a su hermanito, teniendo cuidado con las flores que había recogido.
-¿Y? Puedes crear buenas historias con ellas...como heroínas que batalla contra villanos-
-¿O moustos gigantes?- Los ojos grises de su hermanito brillaron ferozmente, mientras seguía a su hermano mayor con alegría. Y esta aumentó al recibir el asentimiento del contrario.- Ohh, Niitan es genial....-
El pelirrojo se sonrojo por la vergüenza de las alabanzas inocentes de su lindo hermanito, quien no se soltaba de él en ningún momento. Ambos caminaron hacia la zona donde Fuyumi jugaba, con unas muñecas y el cabello completamente desordenado. Natsuo corrió hacia ella con su cobija y levantó los brazos para remarcar su "gran entrada". Haciendo reír a ambos hermanos.
-Fuyumi,¿Puedes ayudarme?- Le mostró las flores y su hermana de inmediato se levantó dispuesta a ayudarle.
Estaban ambos trabajando, mientras eran observados por el menor, con ciudad ordenando las flores blancas y colocados otras celestes y rosadas en orden para que se vean más bonitas. Pero constantemente el cabello de Fuyumi se entre cruzaba con su rostro, por ello Touya, decidió irse hacia atrás, peinando a su hermanita con una bella trenza maria, dejándole unos flequillos sueltos por la costumbre.
Finalmente los tres chicos habían terminado su racimo de flores, dejando pequeñas cartas escritas a mano para que su mama leyera, después de todo, su padre no les permitía acercarse mientras ella descansara. Así lo sabían los mayores, que vivieron unas dos semanas sin acercarse a su madre para que no se estresa, como decía su padre.
-Señorita...señorito. Su madre ya llego- Una empleada, entro a la estancia para de inmediato alistar a Fuyumi y Natsuo. Ordenando sus vestuarios y deshaciendo el peinado que Touya había creado.- Touya, le hemos dicho que a sus padres no les gusta este tipos de peinado extraños...no lo vuelva hacer, imagine que su quirk se descontrole e hiriera a la señorita-.
-He entrenado...-Murmuró mientras miraba como los ojos de esa mujer le miraban fríamente. Siempre fue así, los empleados le miraban con los mismos ojos que su padre; aun así le seguía doliendo. ¿Había algo mal en el? ¿Hizo algo malo cuando era más pequeño? No lo recordaba.
Después de ello solo espero, que la empleada ordenará a sus hermanos, para luego ser guiados ABL puerta de la casa donde un gran hombre corpulento y una bella mujer frágil salían de auto, caminando tranquilamente hacia ellos.
Los ojos de la madre eran plata pura, miraba con tanto amor a su hijo pequeño que pareciera brillar al pestañear; sus pasos eran guiados por la memoria porque no quitaba los ojos del menor de la familia.
-¡Bienvenidos!-Gritó con entusiasmo Natsu, aún con su cobija en la mano.
-Shh ..que el bebé se puede asustar- le regaño la peliblanca, no sin antes saludar a sus padre.- ¿Podemos..puedo?
-Vamos dentro...no puede resfriarse- La grave voz del padre, resonó en todos los oídos de sus hijos quienes se dispusieron a cumplir de inmediato; menos Touya, que prefiero caminar junto a sus padres.
Estaba emocionado, era hermano mayor de nuevo y ya quería verlo. Sabía su nombre y como era, al menos se lo imaginaba. Ya que no le permitieron ir de visita cuando mamá descansaba en el hospital.
- Papá...Si quieres, puedo encargarme de mamá. Yo la cuídate muy bien, mientras está en casa y podría...-
-Touya...ella debe descansar no estresarse- La mirada turquesa era filosa, sin brillo alguno. Touya ya no recordaba la última vez que su padre le miraba con devoción- Tu solo mantente alejado.
-Pero soy más fuerte...puedo seguir entrenando e ir a verla....y...-
-Desmayarte frente de ella- La voz sonó calma, pero un deje de rabia era rodeada en cada sílaba. - O peor...causarle...-Pausa-Solo camina-
¿Causar?
¿Que podría causarle a su mamá?
El solo quería ayudarla, ayudar a papá, demostrar que podía cuidar a la familia y se un héroe tan genial como su padre. El solo quería que se sintieran felices al tenerlo cerca.
Pequeño inocente
Unos minutos después de que Rei llegará a la casa, los tres hijos mayores dieron sus cartas de felicitaciones. Cartas que la mamá de la casa podría leer tranquilamente mientras reposaba en su cama. Después de todo, su salud siempre fue delicada y cada vez que hacía acciones que toman mucha fuerza debía reposar casi dos meses y aunque quisiera estar en el hospital, era bien sabido que el dueño del hogar, no permitía aquello, así que tenía un cuarto especializado para ella, cada vez que sus energías se quebrantan.
Además había un motivo de la llegada a la casa antes del tiempo estimado, una sensación de algún lograr la meta.
Llegando a la mente del pelirrojo, este solo miraba enternecido como sus dos hermanitos estaban fascinados con el bebé, intentando hacerlo reír aunque solo lograban llantos y mohines graciosos.
-Touya...ven debe conocer a nuestro hermano mayor-
-Niitan...vamos - Natsu-san su mano y lo acercó al bebé, ignorando el pánico de Rei, al verlo tan cerca. Pánico que Touya no ignoró y se detuvo, ignorando el jaloneo de su hermanito. El podía notar, como su madre temblaba, como si el dañara a su propio hermanito.
Iba hablar, decirle que no le haría nada, pero Natsuo fue más rápido y tiró nuevamente llevándolo frente a frente a ese pequeño bebé, que lo miraba curioso, con sus dos ojos de diferente color y el cabello una suave pelusa de dos colores igualmente. Parecía un reflejo de una sombra y una luz.
-Ho...Hola....Shoto- Se acercó con cuidado, lento para asustar al bebé y también para no provocar el enfado de su madre.- Soy Touya tu hermano mayor-
Una risa, una suave y dulce risa fue la que recibió al presentarse. Era pura, al igual que esos ojos que miraban con ternura a quien sería el mayor de todos. Al parecer al menor de los Todoroki, le gustaba su hermano mayor, y eso se veia mejor con aquellas manitas que intentan elevarse para acercarse. El pelirrojo al verlo tan desesperado acercó su mano, ignorando que su madre se colocara de pie, saliendo de su cama, dispuesta a alejarlo.
Pero nada importó, cuando aquella pequeña mano tomó uno de sus dedos atrayendo una luz cálida y brillante al rostro de aquel bebé, inocente y puro. Luz que causó una sonrisa dichosa en el rostro del mayor.
-Shoto..te protegeré de todo...lo prometo-
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Al llegar la noche, todos dormian, todos menos dos personas.
Se habian ido al lado mas lejano de los cuartos, para entrenar sin preocuparse de despertarlos.
-Touya, con firmeza..ya deberías derribarlo- Enji, como se llamaba aquel hombre, miraba ferozmente a su hijo mayor; quien golpeaba con un puño en llamas un cilindro sólido de hierro y níquel; un cilindro creado especialmente para practicar su quirk. Y como su hijo poseía algo similar, se lo incluyo. -¡Con más fuerza!-
Y de un puñetazo, golpeo el estomago de su Touya, quien soltó ferozmente aire y un sonido lleno de dolor, al sentir como su espalda golpeaba la pared de madera reforzada. Su cuepro, incocientemente empezo a temblar, dandole una advertencia al pequeño, pero este la ignoro; no por orgullo, más bien por busca de aceptación.
El pelirrojo menor se levantó nuevamente y con sus manos en llamas, se dispuso a golpear repetidamente aquel metal, yendo cada vez más rápido, con mayor temperatura. Tenia que hacerlo, su papa le habia dicho, con mas fuerzas, mas...Y asi siguio, golpeando el mismo punto pero sin lograr nada mas que romper sus nudillos.
-Veo que mentiste...no has entrenado-
-Papa...enserio..entrene....hice la rutina completa...también aumenta las pesas..yo...yo...- Tenía calor y sus manos ardían de dolor. Aun así, su mente veía claramente, las 100 patadas al aire, las 50 escaladas, las 100 acrobacias, los 10 km de trote, la hora al fuego vivo y mas. Todas las pruebas pasaban por su mente, viendo como se había esforzado, pero al parecer no ocurre nada más que daños.-Yo...aun...no soy tan fuerte...pero...pronto...yo-
-¡Jamás! ¡Eres débil!... ¡Siempre lo seras!- Y tras esos gritos recibió su castigo, golpes, quemaduras, patadas y un sin fin de palabras que duelen más que los mismos puños de su padre.-Solo se un débil en la sociedad-.
Y tras eso, se fue. Dejando a un pequeño pelirrojo temblar en el cálido piso, que tenía cenizas y pequeñas flamas rojas cubriéndolo. El solo lloró, sintiendo como el líquido se evapora de su cuerpo debido a la temperatura de su cuerpo, lloró porque quería demostrar su esfuerzo, pero su padre tenía razón, él era débil, el ser más débil de todos.
Tomó aire, cerró los ojos y gritó, sabiendo que nadie le escucharía, que nadie iría a verle, que nadie secaria sus lágrimas. Cuando volvió en sí, decidió ir a la cocina en busca de agua, todo su ser quemaba y pronto podría desplomarse, como aquel cilindro de metal, que yacía completamente derretido en su lugar.
Cuando salio, el frío de la noche lo golpeo fuertemente, su cuerpo caliente y el frío de la noche era peligroso para su mala salud, pero eran esas sensaciones las que más le gustaba, cuando el frío y tierno sonido de la nada, le envolvía. Como un canción de cuna.
Por ende, camino lento, escuchando las cigarras, viendo las pequeñas luciérnagas y las pocas estrellas en el cielo. Sintiendo como aquel silencio era su mayor compañía en esa noche. Por eso pensó en toma un vaso de agua y regresar al jardín, quedarse a dormir allí, pues nadie lo notaría realmente.
Así que fue en busca de aquel líquido refrescante, con pasos tan sigilosos que ni un gato podría escucharlo; por ello, fue simple alcanzar el vaso, sacar un paquete de galletas y quedarse encima de la mesa central, comiendo su merienda. No solo estaba cansado, o con sed, calor y otras cosas; tambien tenia hambre, después de todo, su padre lo había llamado a entrenar tan rápido como sus hermanos se sentaron en la mesa.
Estuvo allí tranquilo, sintiendo como su temperatura bajaba al menos para poder dormirse, dejando pasar el dolor de su estómago y nudillos, para poder disfrutar la dulzuras de esas galletas en su boca. Ignorando las quemaduras en sus brazos, pequeñas marcas bajo sus ojos y una carta hecha trizas en el basurero.
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Los días que vinieron después de la llegada de su pequeño hermano Shoto, fueron completamente diferentes para Touya. Dejó de entrenar con su padre, por lo que las heridas en su cuerpo disminuyeron rápidamente, aunque unas en sus brazos se mantenían, debido a sus propios entrenamientos o por recibir los golpes de castigo por defender un error de sus hermanitos.
Especialmente por Natsuo, solía meterse en problemas y papá se enojaba dispuesto a regañarlo ,pero allí estaba Touya defendiendolo y recibiendo todo los golpes, gritos y quemaduras que significaban "castigo por mal comportamiento". Estaba bien, los golpes estaban bien, siempre y cuando sus hermanitos no los recibieran.
También, dejó de salir con su madre y no porque se sintiera muy grande para ello, sino porque quería que sus hermanos se divirtieron y las posibilidades mejoraban sin el. Porque cada vez que estaba allí, su madre estaba seria, alejándose de Touya y temblando cada vez que lo veía. Al parecer veía en él un monstruo.
Por ende, se dispuso a cuidarse mejor, evitar quemarse con su propio quirk y peinarse bien; tambien dejo de hacer estupideces en el colegio y subió sus notas, quizás así su madre se diera cuenta que no era mal niño, solo algo travieso, pero muy inteligente. Y al parecer tras e paso del tiempo funcionaba, ahora no lo miraba mal, ya no lo golpeaba cada vez que se acercaba a Shoto, ya no lo dejaba afuera en las celebraciones familiares, ahora...solo lo ignoraba, al menos cuando estaban solos, porque si estaba sus hermanos lo trataba con dulzura y amor.
Estaba bien, porque así sus hermanos mantenían sus sonrisas.
Pero cuando llegó el cuarto cumpleaños de Shoto todo cambió nuevamente.
Su padre tenia una sonrisa de oreja a oreja, llevando a Shoto en sus brazos con todo el orgullo de mundo, diciendo a clara voz que su hijo era el nº1, que nadie podría superarlo, seria el mejor de todos. Shoto solo reía dulcemente, soltando pequeñas joyas de flamas y hielo por sus manos.
A la vez, Rei sonreía radiante, pero con ojos vacíos y llenos de oscuridad; mientras intentaba quitar al menor de los Todoroki de los brazos de Enji.
Fuyumi y Natsuo, exhalaban con entusiasmo viendo como su pequeño hermano tenia un quirk increible. Y sin duda lo era, era magnifico, sin duda podria ser lo qu quieira ser en el futuro y Touya estaria orgulloso de el.
-Nii-san...Touya-nii- Shoto alzó sus brazos, pidiendo que su padre le soltara para ir a los brazos de su hermano mayor. Y a pesar de las represalias, Enji lo hizo, dejando que el menor corriera a los brazos de su hermano, quien le alzó con alegría haciéndolo girar, cuando mas risas y una linda sonrisa en el menor.- ¿Te gusta?...Me da miedo, pero es bonito-
-Al inicio siempre da miedo Shoto, pero sabes...- Se acomodo, tomando a su hermanito en un solo brazo, sintiendo como esos pequeños brazos se aferraban a su cuello y cómo esa cabeza bicolor se apoyaba en el. Sonrió, estirando la mano y haciendo salir una brillante y elegante flama azul, que bailaba tranquilamente.- Es la luz...el fuego no solo hiere, también ilumina...puede ser la luz de alguien-
Y antes de recibir una respuesta de su hermano, Rei lo tomó en brazos, asustada, mirando a Touya como si hubiera hecho algo malo.-¡¿Como te atreves?! No permitiré que le hagas daño...aléjate de el, tu y tu...monstruoso...-
-Tranquila Rei...es tan débil que no podría hacer nada contra nuestro glorioso Shoto- Enji se acercó a su esposa e hijo y acarició la cabeza del menor, ignorando como el mayor de los Todoroki, entraba nuevamente en aquel pozo que le había costado tanto tiempo en salir.
-¿Por...por que mama y papa...? ¿Por que dicen eso?- Fuyumi, miraba a sus padres con algo de miedo y confusión.
-Touya..jamas dañaria a nadie. El podría ayudar a entrenar a Shoto, igual yo..y...-
-Son muy débiles..Shoto debe ser más fuerte que nadie -Y Enji tomó en brazos a Shoto, quien estaba confundido, no entendía nada de lo que ocurría más que que su hermano mayor estaba llorando, quería abrazarlo, quería hacerlo reir, pero su padre se lo llevó lejos.
-Vamos...deben estudiar- Rei se acercó a sus dos hijos peliblancos y con ternura los llevo a otro salón, dejando solo a su hijo. Dejándolo en llanto con la llama de la luz, ahogándose en la oscuridad.Pero a pesar de eso, Touya no quiso derrumbarse, no aún.
Mantuvo su sonrisa frente a sus hermanos, haciéndolos reír y ayudándolos a estudiar, a pesar de que mamá los había dejado por Shoto, el estaria alli para ellos, para ayudarles en todo lo que necesitaran.
Pero a veces solo podía quedarse quieto y esperar los golpes. Pero estaba bien.
Cada vez que Shoto terminaba de entrenar, Rei y él se encerraban en un cuarto con televisión y se quedaban allí por horas; él esperaba que ambos se durmieran para entrar y abrigarlos, acomodarlos y dejarles comida, limpiando los restos de las botanas que consumían en ese tiempo. Después, iba donde Natsuo a obligarlo a dormir, contandole historias lograba su cometido; al terminar la historia iba donde Fuyumi, a ordenar todos los libros de estudio que ella dejaba esparcidos en su escritorio y acomodandola para que no le afectará los cambios de temperatura y al finalizar iba donde su padre, quien entrenaba furioso cada vez que salía algo mal en el trabajo o en los entrenamientos de Shoto. Allí solo se queda, mirándolo, sintiéndose cada vez más pequeño y como aquellas palabras que le soltaban eran más hirientes cada dia.
Pero estaba bien.
El recibiría las malas palabras.
El recibiría las miradas vacías.
El recibiría los regaños.
El recibiría los golpes.
El recibiría los maltratos.
Si su hermano era golpeado, empujado o quemado, el atacara aunque eso significaba recibir una paliza de su padre, quemaduras y un intento de ahogamiento de su madre.
Si su hermano era olvidado, el lo iria a buscar al colegio, iría a sus reuniones y lo vería en sus partidos; aunque debiera quedarse afuera de la casa en plena nevada, quemándose los pies.
Si su hermana era molestada, el la cuidaria de esas chicas, el se encargaria de que mamá la viera, aunque eso significaba recibir esos jalones de cabellos, esos golpes, esa mirada vacía.
Recibiría todo, hasta ser olvidado.
Recibiría todo hasta que el fuego queme todo rastro.
Recibiría todo, porque estaba bien.
Alguien débil...sólo debe recibir ¿Verdad padre?
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Cuando Neito vio por primera vez a su hermanito, se sintió dichoso, lleno de felicidad y emoción. No tenía celos, todo lo contrario, quería abrazarlo, ayudarlo, cuidarlo y ser el mejor hermano mayor posible.
-Nee-san... Mira esta sonriendo, parece un ángel-
-Neito eso es científicamente imposible, los ángeles son solo figuras sobrenaturales de la mitología- Respondió su hermana, que no dejaba de mirar su libro, uno de física cuántica, muy avanzado para su edad. -Tal uso de palabras no es correcto.
Neito, reclamo en silencio, imitando los gestos de su hermana mayor, exageradamente; para que al finalizar se acercara al bebé y le susurrara- Tranquilo Kei, para mi si eres un angel-
Y así era. Kei era un bebé tranquilo, no despertaba en la noche y tampoco lloraba sin motivos. Así que era realmente una tranquilidad para Neito, quien tenía el cargo de cuidarlo, con apenas 5 años. Ponía el hervidor y le pedía a su hermana que sirviera en el biberón, después esperaba que enfriara y se lo daba, le cambiaba los pañales cada ciertas horas estimadas, lo vestía y bañaba con agua tibia; si el dia estaba lindo lo paseaban en la carreola que tenía, con su hermana mayor vigilandolos de cerca.
El rubio mayor se emocionaba con esas actividades, tanto asi, que habia empezado a molestar a su mama de que quería aprender a cocinar y tejer. De ese modo podía hacer no sólo cosas a su hermanito lindo, tambien a su inteligente hermana y a todos en la casa. A su madre le pareció una idea encantadora y de inmediato dejó su taller, para subir a la oficina de su marido y plantearle la idea, toda emocionada, contando que su hijo quería aprender a diseñar cosas, cosas para ellos. Estaba alegre, avergonzando a Neito, que solo jugaba con sus manos mientras miraba a su madre mover sus manos para expresarse, todo era divertido, hasta que su padre bajo la tapa de la computadora con fuerza y acomodo sus lentes, para mirar a ambos con seriedad.
-Me interrumpes solo para hablarme de una tontería-
-Querido, no es una tontería. Nuestro hijo puede ser talentoso y ...-Un golpe seco resonó por la estancia. El hombre de cabello castaño claro, había golpeado con fuerza la mesa, usando ni mas ni menos que su mano.
-Neito debería aprender cosas de verdad. Querida, tu eres modista por herencia no es así- La mujer asintió, recordando sus enseñanzas desde pequeña- Pero no es asi, tu eres modista por ser mujer...mi hijo no hará cosas de mujeres. Debe hacer cosas de un verdadero hombre...ahora váyanse, debo terminar el informe post operatorio-
Tras eso volvió a ajustar sus lente y abrió su notebook, dispuesto a seguir trabajando, encerrado en su mundo. La bella mujer de cabellos rubios tenía una mirada dolida, llena de pesar, pero que rápidamente desapareció para hacer una sonrisa falsa, pero fuerte. -Sabes, papa tiene razon, deberias hacer de más valor. Quizás podrías empezar a leer libros más complejos...mi padre era abogado de seguro es lo que debes hacer...-
Ella siguió hablando, con ojos vacíos y una sonrisa radiante; guiando a su hijo a un camino para el éxito. Le contaba a qué colegio entraría, como estudiaría y que universidad escoger, que doctores, etc. Hablaba de todo y a la vez de nada; para los odios de Neito, solo era gritos de alguien que se ahogaba y eso bien lo descubriría .
Tiempos después, en esos días en que su padre trabajaba hasta la madrugada, los tres hijos estaban en la mesa, terminando de cenar y una mujer llena de tinta, creando bosquejos para su pasarela. La mayor, Meilin, simplemente se levanto al terminar y a pesar de que su madre le deseo buena snoches no respondió, solo subió. En cambio en la mesa, aun estaban Kei y Neito, quienes terminaban de comer sus respectivas comidas y en ese mismo instante fue que Neito se dio cuenta de algo. A su hermanito le estaba molestando algo en la boca.
Así que se acerco a el y lo reviso notando un puntito blanco en las encías- ¡Mama! Kei..a kei le saldrá un diente- Gritó con euforia, esperando que su madre se acercara ansiosa de verlo con sus propios ojos, por no ocurrió nada así. Por ello lo tomo en brazos, al pequeño de 6 meses, y lo llevó donde su madre, quien gritaba de frustración al no conseguir ningún buen diseño. Quizás ver el primer diente de su hermanito le alegrará.
Pero pasó lo contrario, el grito desesperado de la mujer asustó al bebé, quien de inmediato empezó a llorar a todo pulmón, afirmándose de su hermano, quien lo tenía protegido en sus brazos.
-¡Demonios Neito! Callalo...no puedo concentrarme-
-Si mam...tranquilo..vamos Kei, no es nada..solo que mamá está cansada y...-
-¿Crees que es mi culpa? ¿Crees que por mi culpa el esta llorando?...¡¿Tambien me dirás que todo es mi culpa?!-
Aquellos gritos no hacían mas que asustar al rubio menor, quien no paraba de llorar, intentando alejarse de la mujer, que le causaba en esos mismos instantes miedo.
-Ya basta...pasamelo- La mujer tomó con fuerza al pequeño Kei y empezó a zamorrearlo, pidiéndole a gritos que se calle. Causando más llanto y miedo en el menor; Neito a su vez, temía por su hermanito, asi que le pidió a su mamá que se lo entregara que el lo dejaría en la cuna y no molestaria a nadie, pero la mujer de palabra. Incluso llegó a botar s u hijo, haciendo que su cabecita rebotara en el suelo, causando un sonido sordo que silencioso el lugar.
-¡Kei! ¡Kei!- Neito corrió ante su hermanito y lo reviso, sin tocar su cabeza, dejando reposar su cuerpo y preocupándose de los latidos de su hermano. Estaban allí, rápidos por el llanto y miedo, pero estaban; aunque eso no significaba que hubiera otros daños. Así que solo pensó en llama a una persona- ¡Mei-neesan! Por favor...ven rápido...ven-
Ella no venía, quizas tenia puesto sus audífonos para poder estudiar sin escuchar nada de ruido. Pero ahora mismo la necesitaba, su hermanito estaba en el suelo y no sabia que hacer.- Mama..ambulancia..llama...por favor-
Aquella mujer estaba en shock, respirando rápidamente mientras miraba a sus hijos allí, en el suelo. Su cuerpo temblaba, sus manos se agarraban de su cabello y tiraban. Todo mal, estaba todo mal.
En ello se escucho el sonido de las llaves y una puerta abrirse. Era su salvación-
-Cariño...¡Neito golpeó a Kei!...Se enojó con el y solo lo golpeo tenías razón sobre él- La rubia corrió a los brazos de su marido ocultándose y temblando.
Ya soportaba que su padre no lo abrazara, no lo mirara directamente, no le felicitara, lo empujará (incluso de las escaleras), le gritara y juzgará todos sus acciones, como si un adulto se tratara. También que lo llamar inútil, perdedor, o basura humana debido a lo débil de su quirk. Pero ahora todo seria diferente, ese daño psicológico, viajaria a un plano nuevo, en donde lo físico se incluirá.
Kei fue llevado al hospital con su madre y hermana, mientras Neito esperaba en la casa, sentado en el gran sillón con su padre frente a él, con un hombre que golpeaba su mano con una vara que solía usar de puntero para dar sus clases en la universidad, en busca de los nuevos doctores. -¿Dices que fue un accidente?-
-S..si- Tartamudeo, recibiendo un golpe en su hombro con fuerza.- Si, fue un accidente-
-Se supone que debes cuidar a todos mientras trabajo y lo que haces es herir a tu propio hermano-
-¡Yo no lo hice!...mama ella -Otro golpe en su hombro.
-¿Estás culpando a tu madre? ¿A la mujer que te trajo a este mundo?..cómo te atreves- Y otro golpes seco en los hombros, seguido de otro y otro. Golpeaba ferozmente, sacando lagrimas en Neito, quien no podía dejar de temblar y sollozar- No mientas...tu madre jamas haria algo que les hiriera-
-No...no miento papà-
-Y más mentiras...a los niños como tu hay que castigarlos-
Aquel hombre de ojos grises tomo con brusquedad el brazo de su hijo, jalandolo hacia su oficina y empujándolo contra la pared con fuerza. Espero que el menor se sentara y le suplicara perdón, para seguir; golpeando aquellos brazos una y otra vez, tomandolos con fuerza si el los escondía y lo golpeaba nuevamente. Siempre en los mismos puntos para dejar la zona enrojecida, pero como el niño se intentaba proteger, terminaba golpeando cabeza, hombros y cara.
Siguio asi, usando su vara para golpearlo una y otra vez, hasta que su mujer e hija llegaron del hospital. Solo alli se detuvo, mirando el desastre de su hijo. Un niño rubio, de cabellos desordenados, mocos saliendo de su nariz, sus brazos totalmente rojos, la nariz sangrando y un cuerpo temblando. -¿Por qué no lo hice antes?...si tu propio quirk lo dice...solo eres una copia..una copia barata de un ser humano. Tengo que corregirte-
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Y así pasó el tiempo.
A inicio los golpes solo eran para regañarlo, una mala acción, una mala evaluación escolar; pero al paso del tiempo, también existían cuando a su padre no le iba bien en el trabajo, o cuando a su madre le negaban un diseño. Aunque esos eran los más comunes, porque cualquier motivo para golpearlo funcionaba y aunque pidier ayudar nunca la encontraba.
Su hermana hacía oídos sordos de la situación, mencionando que si se entrometió podría recibir un golpe en su cabeza y ser tan tonta como él; o peor que padre no le apoyara en la universidad. Y a pesar de esas malas palabras, ella solía buscarlo para hacer test, cuestionarios o demostraciones científicas, incluso compraban juntos como hermanos normales, por que eso eran.
En cambio con su mama, todo volvió a ser lo de antes, caricias en su cabello, rostro y cuello. Ella siempre le decía que se estaba haciendo guapo y todo un caballero, aunque cuando se enoja tenía que sentir las agujas en su piel, las tijeras cortar y las telas que lo ahorcaban. Pero al menos, al finalizar su madre ya estaba calmada, abrazandolo y llorando por lo que había hecho, pidiéndole disculpas, prometiendo no hacerlo más. Pero mentía.
Ambas le pedían disculpas, pero cada vez que veían sus moretones, sus cortes, sus heridas, no decían nada. Incluso cuando Kei pregunto porque su hermano tenía muchas heridas, ellas solo respondieron que era torpe. Y nieto solo afirmaba, era torpe e insignificante, no era nadie. Por eso su hermano podría ser todo.
Desde el accidente, Neito tuvo mucho más cuidado con su hermanito, vigilando sus pasos, que comía, a donde iba, todo. Temían que viera a su madre en un ataque o que fuese ignorado por Meilin y no tuviera alimento o abrigo. Por ello se hizo responsable de todo lo que hacía su hermanito pequeño, incluso de las cosas que estaban "mal". Cosas que su padre no aceptaría, pero para unos niños no era nada malvado o irrespetuoso, pero para un hombre como era el Dr. Monoma, era algo indebido y sofocante.
-Neito...Neito..mira mira- Un pequeño de 4 años, de cabello rubio semi-ondulado y bellos ojos azules corría hacia su hermano, sus curiosas tres marcas bajos los ojos parecían brillar en conjunto con aquel vestido azul oscuro que llevaba el pequeño.- Me lo presto una niña, se me ve bonito ¿Verdad?-
Fingir que no estaba sorprendido, sería una falsedad inmensa. Pero negar la belleza de su pequeño angle aun mas, asi que solo asintió admirando a su hermanito usar aquel vestido, sin preguntarle el motivo o reclamarle.-Te ves muy lindo Kei-
-Ayer las niñas vinieron con vestidos muy lindos...eran hermosos y quise uno..pero los niños me dijeron que solo es cosas de niñas- Kei inflo sus mejillas- Pero son bonitos y me gustan, así que les dije que lo usaría...y las niñas me prestaron este vestido..jeje. Ellas dijeron que parezco una princesa y sabes..uno de esos niños molestos se puso como tomate-
Neito, sonrió. feliz de su hermano, de ese pequeño angel inteligente y travieso. Amante de los lazos, los vuelos, los vestidos y colores pasteles. Su pequeño hermanito podía vestirse como quisiera, nadie podía negarlo y si lo hacían él lo protegería. Incluso si su enemigo es su padre.
Cantar antes del amanecer, cuidado.
Cuando llegaron a casa, se vieron solos, lo cual significaba que eran libres de hacer lo que quisieran, pero después de terminar sus tareas. Y así lo hicieron, ordenadamente y cada duda del menor era respondida ágilmente por Neito.
Para el de ojos azul cielo, su hermano mayor era un angel, era bueno cocinando, cociendo sus ropas, sabia mucho de ciencia y hasta conocía algo llamado leyes. Tambien le hacia lazos bellos y muñecas en secreto. Su hermano era genial, como un guerrero de los cuentos que lee en la biblioteca.
-Nii-san- Lo llamo, y de inmediato gris y cielo se conectaron- Gracias.
Siguieron una tarde tranquila, sin problema alguno. Incluso llegó su hermana ignorando el vestido azul de su hermano y poniendo una película para que vieran los tres. No era una película como tal ,ya que lo tenían prohibido, pero un documental de animales contaba como una para todos ellos. Disfrutaron felices, cómodos en el sillón, comiendo golosinas que Meilin habia traido y riendo a carcajadas con comentarios de azarosos. En una familia, hasta que la voz de un hombre y la risa de una mujer llegó a la estancia.
De inmediato Meilin se paró para tapar a Kei.
-Oh queridos ¿Que hacen?- Preguntó la mujer, mientras acomodaba su bolso en la mesa de estar.
-Veíamos un documental-Respondió Meilin, como un robot.
-Enserio..eso es maravilloso. Asi tus hermanos pueden aprender muchas cosas, pero...deberias estar estudiando, la universidad es difícil-
-Aun me queda tiempo y...
-¿Tiempo?- La gruesa voz del hombre calo profundo por los dos mayores- Es relativo y lo relativo es dañino...debes estudiar para ser alguien en la vida y no perder tiempo como el resto..vamos sube-
Mientras Meilin, se movía lentamente, intentando dejar lo menos posible a la vista a Kei, su padre le tomó del brazo enojado por la lentitud, dejando a vista de todos el pequeño con el vestido azul.
-¿Que?- El hombre se quedo mirándolo, boquiabierto con una vena sobresaliente en su frente- ¡¿Que creen que hacen?! Es un hombre no debe...tu...de seguro fue tu idea Neito-
-¡No! Fue mía- Expresó Meilin frente a sus dos hermanitos, temblando y evitando la mirada de su padre.
-No es tan malo..se ve muy lindo- Dijo la mujer mientras se acercaba a su hijo menor y acariciaba sus mejillas, pero la mano de su hijo mayor la quito de allí- Es ...adorable- Comentó con recelo.
-¡Los hombres no deben usar vestidos y menos lazos..cuántas veces debemos decirle!-El Dr. Monoma vio a su hija- Me decepcionas..tendré que castigarte-
Tras esas palabras Meilin se tenso y tapo su cuerpo en busca de abrigo, la madre se acerco a Neito y le susurro en el odio, como vil serpiente.- No permitirás que tu hermana pague...verdad...eres quien debe cuidarlos-
Y tras eso, Neito se paró frente a Meilin, sorprendiendo a esta y a su padre. Su cuerpo temblaba , pero podía percibir el miedo de su hermana, el miedo de su hermanito y no quería que ellos pasaran por lo mismo. No podía imaginarlo.-Yo fui...yo fui quien permitió el vestido-
-Mas encima ere sun pervertido...trataste de hacerle algo a tu hermano- Y tras eso recibió un duro puñetazo en su rostro- Desgraciado, te doy pan y comida, abrigo y un techo...y solo quieren arruinarnos...pero no sera sencillo. ¡Kei! ¡Meilin! También deben ser castigados-
-Pero querido..Kei no hizo nada miralo...no es adorable - La mujer lo tomó en brazos, acariciando los brazos del menor con descaro, incluso en un momento apretó con fuerza este, dejando que el de ojos azul cielo, soltara una lagrima y un grito de ayuda. Pequeño gesto que alarmó a Neito, quien solo actuó.
Empujó a su mama, botandola y tomando a Kei en brazos; para luego toma la mano de su hermana y colocarla detrás de él. Miraba a su padre y madre con asco, con rabia, comprendiendo los tipos de castigos que recibían, Todos eran diferentes para cada uno, donde más les dolía al parecer.
-A mi, solo a mi...cuando estés enojado, cuando estés irritado- Miró a su mama- Cuando necesites atención, que alguien te quiera, que alguien se vea patético-
Empezó a llorar, sintiendo como vida se iría para siempre.
-Castiguenme a mi, haré cosas peores, derrumbare a todos, no seguiré el patrón familiar, no caeré en las categorías yo...yo seré irresponsable, irrespetuoso, ...yo...yo...yo no quiero que los dañen..as que...por favor...papà, mamà. No los castiguen-
Ambos adultos se quedaron mirándolo, como si no pasara nada mas que una pelicula frente a ellos.- Querido nadie le hace daño a nadie...no debes mentir
-Te dije que debías comportarte- El hombre tomó con brusquedad la cabeza de su hijo y lo golpeo fuertemente contra la pared, como era medico sabia donde podía sin dejarlo con complicaciones clínicas.- Crees que somos los villanos...por favor...salo la vida de mucha gente...Neito, tu madre mejora a las mujeres..somos héroes de esta nación...tú ..la gente como tu es el villano-
Otro golpe seco.
Y siguió. Todos los días, con cuchillos, tenedores de asado, parrillas, brasas, vidrio quebrado, hasta el bisturí de su padre. Telas, agujas, uñas, piel, hasta los lapices de su madre. Todos funcionaba par aclamar el estrés de ambos adultos, ellos deben corregir a su hijo. Y para evitar que hubiera problemas, llevaron a sus otros dos hijos a internados, no sin antes ir con una amiga de aquella mujer, que con una sola orden podría controlar la mente humana. Y plash, los dos olvidaron el miedo a sus padre, y los golpes que recibía su hermano Neito, casi todos los días.
Golpes que incrementaron, al saber que su hijo se había enamorado de un hombre, es inmoral, era imperfecto, él era un villano en una familia de bien.
Pero ero lo correcto.
Su padre un gran doctor, benevolente, generoso y amable.
Su madre una modista, dulce, amorosa y honesta.
Su hermano una brillante estudiante, justa y protectora
Su hermano Kei....su hermanito.
Era lo correcto, debian corregirlo.
Debian golpearlo.
Debian cortarlo.
Debian ahogarlo.
Debían tocarlo.
Debian ....
Era lo correcto
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-Realmente eres fuerte Touya- Digo con energías un joven de piel morena, mientras miraba el cielo nocturno junto al nombrado.
-Eres un héroe...a pesar de todo, al menos yo y el te vemos así- Un chico de cabello morado lo decía tranquilo, mientras se sentaba al lado de aquel chico.
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Y aquí tenemos el especial! ustedes escogieron de quienes trataba, asi qeu espero qeu sea de su agrado.
Solo conté a grande rasgos, debido a que presiento que muchos de ustedes se darán cuenta de cómo fueron sus vidas. Y quizás hasta se dieran cuenta del título y las frase al final. :3
Bueno sin mas demora pregunta, preguntosa.
¿Quieren que se mas explicita en los daños físicos y psicológicos?
Le pregunto, porque puedo hacerlo, pero a la vez siento que podría salir mal..en muchos momentos.
Zona de desiciones:
¿Azúcar, miel o sal?
¿Castigo de joyería , Castigo de leyes , Castigo de mente?
Pd: se me cuidan todos! No salgan ni no es necesario..aprovechen la camita.
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