Amarte fue bueno

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-¿Mariposas?- Pregunto el oji-morado al ver algo rojo y gris revolotear por los cielos. Levanto su mano para alcanzarlo, pero este se deciso de inmediato.

-Es un incendio...- Menciono Takeshi mientras olfateaba el aire- Madera, metal, diversas telas...es cerca de la plaza-

-Papá...- Y el pequeño pelilila corrió en dirección su casa, debía ser una broma, una pesadilla, solo era un incendio en una casa cercana, había muchas, no era su conjunto de departamentos, su padre saldría a buscarlo, su papá estaría esperándolo preocupado...su papá, estaría bien.

Narrador omnisciente

< Dos horas antes >

-Un litro de leche, dos panes y pedir los restos de pescado- Enumeró el pelilila mientras miraba a su padre, para confirmar que no se le olvidaba nada.-Vamos Taiza-

El maullido de la dulce gatita fue lo último que se escucho antes de que la puerta se cerrara, dejando a aquel hombre de grandes ojeras y ropa andrajosa solo en casa.

El mayor de los Shinso, sonrió con animo y se dispuso a terminar su labor. Su hijo se demoraría casi una hora, ya que se quedaba leyendo los libros o revistas del local o simplemente conversaba con la anciana que lo atendía.

Con aquella idea en mente, saco todos los papeles que ocultaba bajo el único mueble que le quedaba, ya que, muchos de estos; fueron vendidos o hipotecados para mantener la salud de su hijo y la dulce minina. 

Así que sin más se sentó en el suelo y se dispuso a ordenar esos papeles, que realmente eran cuentas, documentos personales y boletas. Entre ese montón logro encontrar lo mas importante, un informe medico y un permiso de adopción o en otras palabras, el papel que haría que su hijo viviera con una familia que pueda cuidarlo, alimentarlo y darle todo lo que el no podía.

No le importaba si era odiado, no le importaba quedarse solo, no le importaba quedar en la calle; lo único que le importaba era el bienestar de su hijo y evitar a toda costa que quedara en algún orfanato del gobierno o peor en tutela de su madre biológica.

Releyó el documento, una y otra vez, hasta la letra pequeña; no se salto ningún detalle hasta estar seguro de cada punto y de que todo esto valdría la pena. -Lo hago porque te amo, hijo- Y firmo el papel, mañana lo entregaría a su municipalidad y empezaría las entrevistas a las familias adoptivas, para saber cual cuidaría mejor de su pequeña, pero dulce luz.

Tras firmar, dejo los papeles donde mismo, dejando el más importante entre sus ropas y disponiéndose a continuar con el regalo de su hijo, una bicicleta de madera que estaba haciendo con los restos que encontraba en sus trabajos. Si trabaja bien lo tendría listo antes de que el invierno llegase y así podría dárselo en Navidad. Sería el primer (buen) regalo que le daría.

Así siguió su labor durante un buen tiempo, sin notar como el tiempo avanzaba y sus respiración se volvía cada vez más pausada- Hitoshi aún no regresa- Miro el reloj de sol que se habían construido desde que el suyo se rompió-¿Le habrá pasado algo? Mejor iré a buscarlo

Cuando se disponía a salir de su humilde hogar, un hombre lo sorprendió en la puerta. Llevaba consigo un maletín, el cual combinaba perfectamente con su traje.-¿Señor Shinso? Soy Hachiro Toraji, representante del departamento de la Unicef en Japón. Vengo por unas sospechas a su forma de criar -

Shinso quedo perplejo, jamás en los 7 años que ha velado por el cuidado de su hijo a enfrentado esta situación. ¿Este era el castigo por no pagarle a su mujer? ¿Realmente ella había llamado al centro de derechos infantiles? 

-Veo que el niño no esta- Aquel hombre había entrado a su casa, y empezaba a escribir algunas cosas en una libreta- ¿Podría decirme donde se encuentra?-

-Fue de compras-

-¿De compras? ¿Lo obliga a comprar la mercadería solo?-

-Jamás haría eso.- La voz de Shinso se escucho algo enfadada- A él le gusta ir y cuando tengo que hacer, él me ayuda...son pocas veces en las cuales va solo, yo...-

-¿El niño duerme en el suelo?¿ O tiene una cama?- Hachiro empezó a caminar por el pequeño departamento, anotando más cosas en su libreta y pasando su dedo en algunos objetos.

-Tiene una cama, vestuario, zapatos. Nunca le falta la comida, tiene buena higiene y aunque no tenga televisión o juguetes, suele ir al parque con su gatita- Al notar que el hombre del traje, seguia con su cara sería, continuo- También va al colegio y es uno de los mej...-

-Y si tiene todo eso, ¿Porque el joven robaría?- Shinso quedo en silencio, ¿De que estaba hablando este hombre?- He estado vigilandolo desde hace un mes, Sr. Shinso y debo decirle que tiene en muy malas condiciones al pequeño. Ropa desgastada, zapatos que son más pequeños de los que necesita. Lo veo seguido, solo hasta altas horas en las noche y más encima se encarga de robar para usted-

-¡¿De que esta hablando?! Me encargo lo mejor que puedo por mi hijo; tengo dos trabajos oficiales y me encargo de arreglar la corriente eléctrica, las cañerías, cocinas, etc; de cualquier casa. Yo soy quien trabaja para darle lo mejor, no como.., no he comprado nada para mi; incluso la semana pasada fue la primera ves en 7 años que fui al medico...todo es para mi hijo y si no fuera por...si no fuera por Maron no tendría que ...-

-Disculpe Señor, pero no importa cuantas penurias intente demostrar. Los hombres como usted los conozco muy bien; fingen ser buenos tutores, dejan sus casas vacías para aparentar pobreza, cuando es muy diferente. - Le apunto con su lapiz - Tendría que tener vergüenza, usar el hijo de una ex pareja para extorsionarla y hacer que ella le entregue dinero, para no dañar al menor. Usted se ríe en su cara,  mientras ella espera el día que vuelva a ver a su hijo. Sin duda fue bueno venir, confirme todo lo que me han dicho...solo espere y se pudrirá en la cárcel como criminal que e...

-Espere. ¿De que habla? Yo soy la victima aquí, es ella quien me extorsiona con quitarme a mi hijo, es ella que...-

-¿Como puede extorsionarlo con un hijo que ni siquiera es suyo? No me haga reír- La respiración del ojimorado se detuvo, como...eso era imposible.

El hombre de traje al vero en schock, dudo un poco. No parecía mala persona, todo lo que decía era como una verdad para el...que lastima. Quiza era un tipo enfermo y que hacia cosas inmorales debido a su daño mental, pero como guardián de los derechos de los niños, entregaría a ese pequeño a su madre, a su único familiar con la suficiente cordura como para cuidarlo- Tenga. Más le vale no escaparse, si quiere podría entregarse y pedir apoyo psicológico. Después de todo es su mejor opción; no creo que quiera pudrirse en la  cárcel-

Cuando el hombre de traje se fue, Shinso cayo sentado al suelo, con el sobre que le había entregado, en sus brazos.

¿Tenia que ser una broma?¿Debió ser un amigo de su ex-mujer que solo vino a dañarlo? Hitoshi era su hijo, ¿Como podía atacarlo con eso? ¿Como Maron podría caer tan bajo?

¿Y si era cierto?¿Si Hitoshi no era su hijo? No...no, su pequeña luz era Hitoshi Shinso, era su hijo..el no, ellos eran...

Laboratorio del Hospital Aiiku

Prueba de paternidad

....

....

....

Compatibilidad de genes = 0%

Paternidad = Negativa

Por ende, el Señor Shinso Kaichi ,no es el padre del hijo de la Señora Haruno Maron

El aire empezó a faltar en departamento, todo se volvía borroso y la mente del ojimorado daba vueltas. 

Había cuidado 11 años, al hijo de otro, pensando que era suyo. Paso 4 años, velando por una familia que no era la suya. Paso 7 años luchando por un niño que no era suyo, paso 7 años siendo extorsionado por un niño que ni siquiera era su hijo. Hitoshi, el...no era nada suyo, el era...

"-Pa..papa- Un dulce risa salio del bebe al lograr su primera palabra"

"Amar ,mucho a papi"

"Papi es mi héroe favorito"

"Cuando sea un héroe, tendremos una casa bonita y papá podrá comer todo lo quiera"

"Me alegro de ser tu hijo"

Lloró. Lloró rompiendo su garganta, dejando sus pulmones sin aire, su mente palpitando por el dolor, lloró quebrándose en pedazos, pulverizando todo sentimiento y sentir.

Sufría tanto que no noto, aquel aroma, no noto como la temperatura subía...después de todo, toda existencia era acallada por el dolor en su pecho y alma.

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-¡Espera!...niño- Midoriya corría tras el joven pelilia, quien no se había detenido en ningún segundo, empujando a los transeúntes  y levantándose cada vez que se caía. 

Fuera de esa pequeña maratón para Midoriya todo era muy cómico, es decir entre la veterinaria y la plaza no había más de 700 metros, pero el miedo y las mariposas revoloteado en el cielo, volvían lento cada movimiento. Como si castigaran a un inocente y se rieran por ello.

Cuando llegaron a la plaza, se percataron de la verdad; dos conjuntos departamentales se quemaban. El primer piso de ambos estaban a fuego vivo, las flamas danzaban elegantes, riéndose de las personas que apreciaban el espectáculo y rogando gritos y sollozos; como si fueran aplausos.

-¡Papá! ¡Papá! ¿Donde estás?- Tan radio como consiguió aire empezó a gritar en busca de su padre, siendo observado por dos pares de ojos.

"¡Mamá! ¿Donde estas? ¡Mamá!

Un recuerdo de ya hace años conmociono la mente del menor de cabellos rizados, que de inmediato se abrazo, en busca de apoyo. Era increíble como hace unos minutos su mente solo quería acabar con aquellos adolescentes y ahora pedía a gritos un abrazo. Un abrazo que llego cálido como ninguno.

-Conejito. Tranquilo...debemos ayudar a tu nuevo amigo. Si estas así no podremos.-La mano del mayor, se entrelazo con la del pecoso y una suave melodía resonó en la mente del menor. Calmándolo de inmediato y trayendo a la realidad.

Takeshi tomo al menor de cabellos lacios y lo tiro hacia él- No servirá de nada que corras de un lado a otro. Respira y dime donde vi...-

Una gran explosión en uno de los edificios había interrumpido al mayor, trayendo consijo más gritos, ruegos y sonidos alarmantes; pero que para esas mariposas de llamarada, eran un dulce canto.

-¿Donde están los héroes?-

-No importa ahora, intentemos ayudar a los que están atrapados-

-No podemos hacer nada, solo los héroes pueden-

-Debemos entrar, Onii-chan. Tenemos que sacarlo, quizá este adentro- La voz de Midoriya traspaso el ruido del lugar, entrando en la mente de sus oyente.

-No entrarán, si eso dices-

-Pero Takeshi, debem...Espera - Y no importo lo que dijera, el pequeño de cabellos lilas se soltó del agarre del mayor y corrió en dirección de su casa. Empujando a la gente y evitando que las personas lo detuvieran. Su papá podría estar adentro, ahogándose y no esperaría a los héroes para ver su cuerpo calcinado. 

-Demonios- Y sin más ambos jóvenes, siguieron el rastro del guía en esa gruta danzante. Lo más sorprendente no era verlos entrar, era como las personas solo esperaban a los héroes; no les interesaba nada más. 

El fuego es engañoso, o eso aprendió durante su estadía en esa jaula de niños y en los entrenamiento de su padre, (pensaba Midoriya); y al parecer era verdad. Las llamas danzaban con fuerza hacia afuera, pero dejaban caminos accesibles dentro del recinto, como dando un posible escape del lugar, como si se tratara de un mal juego de RPG, donde al final no habría escapatoria.

La temperatura del lugar era un caos, el pequeño  cuerpo con solo pasar segundos dentro ya se sentía deshidratado, pero debía cuidar del chico, no sabía porque, ni siquiera tendría que hacerlo, pero algo lo empujaba una y otra vez a ayudar a quien gritaba sin voz.

Mientras seguía al muchacho de cabellos verdes, sintió como su cuerpo se relajaba y negaba el calor extremo. No se había percatado, pero su "hermano se había convertido en una extraña mutación humanoide de medusa, Gusano de Pompeya y rata canguro; solo para mantenerlos fresco, hidratado y que el calor no afectara su cuerpo.

En estos momentos, su hermano era la viva imagen de un monstruo, no podía hablar y su figura humana era casi irreconocible. Y a pesar de odiar, la experimentación en su propio cuerpo, lo hacia para cuidar del menor.

Siguieron su camino, siguiendo el rastro del otro niño. Midoriya con la idea de salvarlo, Takeshi contando los segundos para sacar a Izuku del peligro; ambos seguían velando por el bien de alguien más que el suyo propio. Derrepente un gran ruido los alerto y corrieron sin importarles los escombros y el fuego en el camino. 

Frente a ellos, vieron a un héroe.

Un padre que haría todo por su hijo.

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Cuando Shinso logró recuperar el control de sus pulmones , se percato de la situación. Su departamento estaba lleno de humo, que le molestaba a la vista; las llamas paseaban por su puerta intentando entrar y sus ventanas temblaban por la presión del aire.

Fue en esos momentos que Kaichi, pensó en rendirse. Esperar a que la ventana de su departamento se quebrara y dejara entrar al aliado del fuego, para terminar muriendo en una explosión ,ya que, aunque sobreviviera no tendría nada.

Se había acabado. Ya no más años luchando por levantarse, ya no más ventas de sus muebles, ya no más mareos por no ingerir comida alguna, ya no más lavarse la boca después de vomitar cada mañana, ya no más...Hitoshi.

Ese niño estaría solo, si el moría allí, el pequeño estaría solo en las calles. No tendría que comer, no tendría con que vestirse. Aún no podía morir, debía dejar al menor en brazos de alguien que lo cuide y ame como se merece.

Así que tomando las fuerzas que su débil cuerpo aún tenía, se levanto, dispuesto a salir de allí. Abrir la ventana sería suicidio, el oxigeno entraría y el fuego avanzaría mucho mas rápido. Si sale por la puerta se quemara, pero es mejor que intentar romper el suelo o la pared continua; después de todo no había mucho tiempo.

Abrió la puerta, recibiendo la ola de calor y algunas mariposas rojas apoyándose en su piel. Dejando marcas  notables, que ardían pero que no debían ser tomadas en cuenta. Empezó a caminar por el pasillo, buscando una forma de salir.  Una leve explosión rozo su brazo, para su suerte. Se cayo por la falta de oxigeno, pero la fuerza de ver a su pequeño era mucho más fuerte.

-Aún no...debo verlo. Déjame verlo, Kamisama...aunque sea una ultima vez- Se apoyo en una pared, intentando concentrar su mente en la salida, y no en el dolor y aire sofocante que lo rodeaba. Pero un cuerpo que no comía o recibía algún cuidado, no tenía muchas posibilidades de seguir.

-¡Papá! ¿Donde estas?- Esa voz, no podía ser...como lo dejaron entrar. Como la gente no lo intento detener

Respiro por la boca y se enderezo, dispuesto a ir donde su pequeño, dispuesto a verle. No le importo el dolor o la falta de aire, simplemente corrió.

Corrió siendo guiado por su voz , hasta que logro verle. Estaba con la ropa desordenada, sus cabellos estaban hacia abajo y sus mejillas rojas por el calor del lugar. Pero allí estaba llamando a su papá, mientras unas lagrimas querían salir de sus bellos ojos. Lo que paso después paso en segundos, unas vigas del techo se soltaron y empezaban a caer como piezas de domino, dispuestas a aplastar al pequeño de solo 11 años.

Un grito de miedo, otro de dolor. Permitieron que dos pares de ojos se encontraran. Unos estaban aterrados soltando lagrimas a montón, el otro par, decorado por grandes ojeras lo miraba con ternura, intentando sonreír para calmarlo. Pero el dolor en su cuerpo era tal, que solo hacia muecas.

El techo había caído sobre ambos y aún así, Kaichi Shinso estaba soportándolo con su cuerpo. Su espalda estaría poco a poco quebrándose, su piel se quemaba por el fuego, pero su rostro tenía una leve sonrisa para esa pequeña luz que protegía. No permitirá que ese niño acabara aquí, no permitirá que - Hitoshi, amor...¿Estas bien?

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-¡Takeshi! Ayudalos-

Y como si de una orden se tratara, Takeshi se movió rápidamente hacia ellos y tomo el techo con sus manos. Podía sentir el calor intentar entrar en su cuerpo, pero manteniendo esa forma monstruosa podría soportarlo.

Izuku de inmediato, ayudo al hombre a sentarse en el suelo, viendo como su espalda estaba carcomida por la tela, cenizas y heridas causadas por el techo. Estas eran horribles, al tener el cuerpo del hombre casi en los huesos, lo que le sorprendió más; no tenía casi nada de músculos y aún así aguanto el techo el tiempo suficiente para que ellos llegaran y Takeshi lo quitara.

-Papá- El pequeño Shinso, tomo el brazo de su padre y soltó lagrimas retenidas.-Salgamos de aquí-

Kaichi asintió he intento levantarse, pero sus pulmones no se lo permitieron. La falta de aire, los mareos y la poca fuerza que ha tenido estas semanas, le estaban dando una mala jugada.

-¿Takeshi, puedes ...llevarnos volando?- Pregunto el peliverde, al ver que ninguno hablaría por la falta de oxigeno.

-Tendría que hacer dos viajes,  no creo poder llevarlos todos a la vez- Dijo sincero. 

-Perfecto entonces- Dijo el hombre con una suave voz- Primero los niños, luego vienes por mi-

.¡No papá! No te dejaré solo, no puedes...-

-Más rápido se van, más rápido podre salir...tranquilo, estaré bien, no moriré aquí.- Le sonrio y beso su frente. Para luego mirar al joven de piel morena que formaba dos grandes y fuertes alas.

Takeshi tomo a ambos niños, con fuerza y salio por el agujero del techo, observando como recién los héroes llegaba y apagaban el fuego. Voló rapido y seguro, dejándolos cerca para verlos, pero lo suficientemente lejos para no ver las llamas del fuego.-Izuku-

-Llamare a una ambulancia, ve a buscarlo- Y obedeciendo al menor, Takeshi se fue en busca del mayor.-Tranquilo, lo ves, estaremos bien.-

-¿Mi papá estará bien?¿Lo traerá verdad?- Los ojos del menor estaban llenos de lagrimas y miedo. Era tanto este sufrir que Izuku no aguanto y lo abrazo, permitiendo al otro desahogarse, llenar su sucia camiseta de lagrimas y aunque su cuerpo estaba sensible por las altas temperaturas, no le importaba el fuerte agarre que este tenía.

Mientras escuchaba los sollozos del otro, veía como aquellas mariposa se iban. Desapareciendo en el cielo o siendo apagadas; aun así, esa risa melódica no podía salir de la mente del pecoso.

<Una hora después>

Un golpe resonó por el gran pasillo del hospital. Asustando a los dos menores, que simplemente aferraron más sus manos; las cuales no las han soltado desde su salida de ese edificio en llamas.

-¡¿Que demonios?! Takeshi...como dejaste que Izuku entrara a un lugar así- La comúnmente calmada voz del peliblanco, ahora mismo sonaba profunda, autoritaria. Su simple sonido hacía temblar a todos quienes escuchaban- ¡Eres el mayor! Tu debes cuidarlo, aunque eso signifique su propio odio.- Asbret sabía que Izuku tenía la necesidad de salvar personas, aunque eso significará sufrir en el intento y para desgracia suya, Takeshi también era así.- Dime, ¡¿Que hago si les pasa algo?! 

-Salvarnos/Vengarnos- Dijeron ambos "hijos" de White al mismo tiempo.

-Bueno que más da. - Dijo de golpe, mucho más calmado, mientras se sentaba junto a su hijo menor y le acariciaba la cabeza- Aunque les regañe y siga gritando no me obedecerán, y no es lo mio...Lo peor de todo es que me miran con esos ojos de cachorro sabiendo que me rabia se ira en minutos. -  

-Como ya pasaron tus 10 minutos de padre ejemplar, dime ¿Quien arreglara la pared?- Comento el moreno, señalando las grietas causadas por el puño de White. 

-Lo pagare tu tranquilo. Y dime pequeño Hitoshi, ¿Tus heridas como están?-

El pequeño de cabellos lila, miro tímido al hombre que se autodenominaba padre de sus dos héroes. Sus ojos carmesí, le daba escalofríos, pero el suave ronroneo de su gatita,  en sus piernas lo calmaba- Bien...pero una me dejara marca- Dijo mientras levantaba su polera, y dejaba ver su estomago con un corte desde su cadera hacia el ombligo.

Izuku sonrió al ver a su nuevo amigo más calmado, hace tan solo unos minutos estaba aún llorando, pidiendo que lo dejaran ir donde su papá y evitando a toda costo el contacto con otras personas, a pesar de esto ultimo jamás dejo su mano.

-Familiares de Shinso Kaichi- Un doctor se detuvo frente a ellos, con una expresión seria en el rostro. 

-Soy su primo y sus sobrinos- Menciono el Sr. White mientras se levantaba, extrañamente no había dicho la verdad sobre Hitoshi, pero este no dijo nada para reclmarle. Tras aquello el doctor lo guío al cuarto de este. Pasado unos minutos, que se hicieron eternos para todos, volvieron juntos.- Hitoshi, tu papá te espera dentro-

El pequeño oji-morado, sonrió con alegría y, aún agarrando la mano de su nuevo amigo, corrió al cuarto de su padre, dejando a su gatita en las manos del héroe grande .Sin notar el temblor del pecoso, al ver las paredes blancas, la camilla y los demás aparatos.

-Papá, ¿Como estas? ¿Te sientes bien? Tu espalda...-

-Tranquilo, cariño. Vamos con calma, hijo- La voz de Kaichi, sonó suave y cariñosa, como siempre lo había sido. - ¿Quien es tu nuevo amigo?

Y así empezaron una tranquila y divertida conversacion. Padre e hijo, se daban cariños, besos en la mejilla y muchas palabras de amor. Todo frente a Izuku que miraba la escena con melancolía, recordando a su querida mamá, que de seguro estaría histérica, pero con mucha alegría a ver todos sanos. 

Poco tiempo después entro Takeshi, quien recibió un sin fin de agradecimientos que solo lo avergonzaban y negaba merecer. Pero la sonrisa del Shinso mayor, fue suficiente como para aceptarlas.

Mientras todos conversaban dentro del cuarto, el Sr. White estaba apoyado en la puerta como guardián; mientras miraba el papel que aquel hombre le había entregado. Un permiso de adopción.

-Que lastima. Me hubiera gustado oír toda la melodía de este hombre; pero debo decir que es un final realmente impresionante...venir del mundo de los muertos solo para verlo una ultima vez. ...es tan maravilloso; saber que hay personas que pierden todo en un segundo, pero son capaces de perder aún más por alguien, incluso el descanso eterno-

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Al día siguiente, solo se podía oír el llanto desgarrador de un niño.

El mismo que valientemente ingreso al fuego, el mismo que sonreía cada vez que su papa le decía te quiero, el mismo que había perdido todo en menos de 24 horas.

Los dos jóvenes dentro del cuarto, dejaban que llorase, que se se desahogara, que gritara o maldijera.

Después de todo no era fácil, dormirse entre las cálidos brazos de su padre para despertar con la fría presencia de la muerte. Él joven lloraba amargamente, mientras se aferraba al cuerpo de quien alguna vez, fue su mejor amigo, su héroe, su padre.

"-Como familiar del afectado debo serle sincero; no sobrevivirá la noche. -¿Tanto sufrió en el incendio?-No es culpa del incendio y las quemaduras; es la de su salud. No ha comido durante un tiempo muy extenso, se nota que no ha dormido en días. Sus brazos y pies, tienen heridas claras de trabajos forzosos sin ninguna protección.- El doctor hizo una pausa- Su cuerpo esta tan mal que debió morir hace semanas, sus pulmones no pueden mantener el oxigeno, su estomago se auto-destruyo, su corazón tiene un ritmo demasiado lento para un ser humano, pero algo lo mantenía aquí. Sin mentirle señor, pero su primo, estaba viviendo como un zombie. No se porque, no se que era tan importante como para seguir vivo, estando tan destrozado...pero sea lo que sea, ya no basta.-Dígale a sus tres hijos que entren a despedirse de su tío- Y sin más se marchó"


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Y se acabo el arco a la bienvenida de Hitoshi Shinso....

¿Me pase? Creo que no

Aclarare una cosa, vivir como zombi, realmente es posible. Suele pasarle a las personas que inconscientemente, saben que morirán pero no quieren por algún motivo.

Muchas personas con cáncer terminales, soldados en la guerra, náufragos, etc. Se quedan por algo y por alguien, cuando consiguen algo que los deje en paz se marchan.

Y sorprendentemente la ciencia aun no puede explicar esto.

 ¿Con saltos temporales, hasta la U.A?, o ¿Quieren que vaya con calma las cosas?

Si piensa que White habla extraño o en sus partes la narración es extraña, porque bueno el es así. En su rareza esta su sabiduría.

Que prefieren: 

¿Margaritas, Orquídeas o Clavel?

¿Blanco, Amarillo o Rojo?

Antes de irme, ¿Les gustaría conocer más de los personajes originales? Si es si ¿De quien?








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