Capítulo 2
June observó el edificio con los labios separados, los ojos abiertos de par en par y una expresión de asombro en el rostro. Había visitado la universidad con anterioridad, de hecho cuando era una niña era una visita obligada con su padre en sus vacaciones de invierno, pero en ese momento, de pie en el césped del área central con Thomas a su derecha y Anna a su izquierda, se sintió completamente distinta.
La construcción era de piedra antigua, oscurecida por el paso de los años y el efecto de las lluvias intensas de la zona dándole ese aspecto grisáceo que caracterizaba a las edificaciones del país. Tenía arcos de medio punto y sus fachadas hacían alusión al Panteón. El techo se alzaba en una cúpula blanquecina y las escaleras separaban las puertas del suelo. Un arco bajo la cúpula permitía el paso hacia las áreas restantes de la institución, aunque la castaña podría haberse quedado allí de pie por el resto del día sin ninguna objeción.
Los jóvenes caminaban a sus lados, en parejas, grupos y en solitario cargando pesadas mochilas y libros en las manos al igual que ellos. Hombres y mujeres de diferentes edades y nacionalidades reunidas en ese espacio para aprender una carrera. Claro que ninguno de ellos se imaginaba que en esa universidad fundada en el 1582, se alzaba uno de los símbolos de su sociedad. La mejor institución para estudios alquimistas se encontraba oculta en una de las más prestigiosas universidades del mundo.
ꟷBien, creo que podría quedarme aquí por el resto de mi vida ꟷmurmuró Thomas y las muchachas a su lado asintieron de acuerdo.
ꟷTenemos que ir a clases ꟷcomentó June y sus amigos asintieron.
Aún en trance, escuchó una voz femenina caracterizada por un fuerte acento escocés, que escapaba por un megáfono y se dirigió hacia ellos.
ꟷEl área de información se encuentra hacia el sur. Nuevos ingresantes procuren asistir a clases a tiempo porque las vacaciones se han terminado ꟷexclamó, mientras caminaba sobre el verde césped luciendo una camiseta azul y roja, los colores de la institución.
June sacudió la cabeza como queriendo desprenderse de la ilusión que le producía el edificio; sin embargo, mantuvo la sonrisa en su rostro.
El sol brillaba con fuerza sobre sus cabezas a pesar de que eran a penas las siete y media de la mañana y una leve ventisca alborotaba su cabello castaño. Se sentía como en un hermoso sueño, pero finalmente había despertado para asistir a clases.
ꟷCreo que es hora de comenzar a caminar.
Dio unos pasos hacia el este donde se encontraba el salón de clases al que debían asistir. Thomas y Anna no tardaron en seguirla y en pocos segundos se encontraban caminando a su lado. Los pasillos eran amplios y un poco oscuros, aunque las aulas lucían bastante iluminadas. Tendrían una clase de orientación a las ocho en punto en el tercer piso por lo que sortearon su camino entre los cuerpos en movimiento y subieron las escaleras con prisa, consciente de que el tiempo comenzaba a escasear. No tardaron mucho en encontrar el salón que les correspondía e ingresaron al notar la puerta abierta.
No era una habitación muy grande, quizás de unos seis metros por tres y tenía cuatro mesas largas que formaban un rectángulo dejando un espacio libre en el centro. Las sillas se acomodaban alrededor de las mesas y una pequeña separación entre los escritorios permitía el paso del profesor al interior de la forma geométrica. Había un pizarrón electrónico en cada una de las paredes y una computadora en un lugar en el extremo del rectángulo.
Encontró otros jóvenes esperando allí, algunos sentados sobre los escritorios y otros de pie, todos charlando energéticamente con esa complicidad que da el primer día de clases. Reconoció todos los rostros, la mayoría eran alumnos que se habían graduado antes que ella de Aureum Solis por lo que eran también más adultos. Unos pocos eran de otra academia que se encontraba en Australia, una escuela que seguía las órdenes de su tía y que agrupaba a los alumnos que vivían en África, Asia y Oceanía que no deseaban viajar hasta la institución central. No eran muchos los que estudiaban allí y reconoció sus nombres pues habían realizado intercambios de pocos meses en Florencia.
Se obligó a tragar en seco cuando las conversaciones cesaron y los ojos se posaron sobre ella y sus amigos. Allí estaba, esa mirada que era una mezcla de compasión y enojo que brillaba en los ojos de todos los presentes. Debería haberlo sabido, debería habérselo imaginado. Era imposible que ninguno de sus nuevos compañeros fuera ajeno a su círculo, era imposible que nadie supiera su nombre y el pasado que cargaba como una mochila sobre sus hombros.
Las conversaciones retomaran rápidamente, como si nunca se hubiesen detenido, y la mano de Anna posada sobre su brazo le brindó confianza. Tomaron asiento en la mesa que tenían frente a ellos y que estaba enfrentada a la computadora pero le daba la espalda a la puerta. Posó su mochila en el suelo junto a su silla y tomó de su interior una libreta y una pluma azul para tomar notas en caso de ser necesario.
ꟷDiablos, olvidé mi merienda.
Anna sonó realmente triste mientras observaba el interior de su bolso de diseñador.
ꟷSeguro encontrarás algún café que venda comida sin gluten por aquí o en el comedor tendrán algo.
La rubia estiró su labio inferior en un puchero.
ꟷPero yo quería el mío.
ꟷPuedes ir por él en un receso.
Suspiró y asintió de acuerdo. El departamento que habían comprado entre los tres quedaba en el Old Town, el mismo barrio en el que se encontraba la universidad. Tan sólo unas pocas manzanas y unos pocos minutos a pie los separaban del edificio histórico donde vivían por lo que el viaje ida y vuelta era realmente corto.
Las charlas animadas volvieron a detenerse por lo que June comprendió que alguien nuevo había aparecido. Giró su cuerpo en dirección a la puerta y halló un hombre cincuentón de barriga pronunciada y escaso cabello blanco vestido con una chaqueta tweed marrón clara combinada con un sweater azul y pantalones marrones oscuros. Cargaba unos grandes lentes que lucían unos cristales gruesos y eran color negro por lo que eran imposibles de ignorar. Avanzó por la habitación con una sonrisa, cargando un maletín de cuero marrón en su mano izquierda y se detuvo cuando llegó a su asiento bajo la atenta mirada de los alumnos reunidos.
ꟷBuenos días, jóvenes ꟷsaludó. Su voz era agradable al igual que su rostro, tenía la nariz redondeada y parecía el tipo de hombre que era un poco torpeꟷ. Mi nombre es Bruno Gómez y seré el encargado de darles la bienvenida el día de hoy. Sé que deben mirarme y pensar "¿de dónde demonios salió este barrigón?" pero puedo asegurarles que se sorprenderán. ꟷDicho eso, con un leve movimiento de su mano, la puerta del salón se cerró produciendo un ruido sordoꟷ. No sólo les contaré qué encontrarán en la universidad este año y los siguientes sino que también seré su profesor de historia antigua de la alquimia. Soy un hombre agradable, eso es cierto, pero también muy exigente. No será problema para ustedes si mantienen el nivel de Aureum Solis, aunque créanme, seguirme el ritmo no será sencillo. Quizás no tenga buen estado físico pero soy un gran charlatán. Y todo lo que digo en clases entra en los exámenes por lo que no se atrevan a faltar a las lecciones o dormirse sobre sus pupitres.
El hombre esbozó una sonrisa y June se encontró haciendo lo mismo. Bruno Gómez le agradaba, le producía una sensación de familiaridad y le daba buenas vibras. No era de extrañar que fuera el profesor designado para darles la bienvenida, un grupo de jóvenes inquietos requería a alguien exactamente como él.
ꟷVeo que faltan tres alumnos pero comenzaremos y luego ellos se incorporarán. ꟷObservó su reloj con desaprobación comprobando la hora y luego dio un aplauso para atraer la atención de todosꟷ. Como sabrán la universidad cuenta con estudios alquímicos desde su creación pero no es algo que divulgamos a los cuatro vientos. Si alguien les pregunta, estudian física experimental y si alguien de física les pregunta pues estudian historia del arte. Les puedo asegurar que los alumnos de esas dos carreras se mantienen lo más alejados posibles unos de otros.
Ese comentario provocó unas risitas en los estudiantes y el profesor amplió su sonrisa.
ꟷBueno. Podrán estudiar diversas asignaturas a lo largo de los próximos años para que se instruyan en todas las áreas que deseen y les resulte interesante pues abogamos por que nuestros alumnos tengan la mejor experiencia educativa posible. No obstante ello, deberán mantener cierta uniformidad en las materias que consuman mayor tiempo educativo pues estas conformarán la espina dorsal de su carrera. Ya sea que decidan estudiar encantamientos ꟷse escuchó un leve coro en el cual Anna participó con entusiasmoꟷ, historia de la alquimia ꟷotro coro un poco más audibleꟷ, estudios alquímicos y su evolución como materia dominante, relaciones alquímicas o para los más valientes elementos. ꟷJune esperó un coro pero el salón quedó en silencioꟷ. Entre otras especialidades, por supuesto. Aquí el programa de estudio lo arman ustedes porque creemos que con veinte años y más, ya poseen la madurez necesaria para hacerse cargo de su futuro.
El hombre encendió la computadora y de manera simultánea los cuatro pizarrones mostraron una filmina colorida. Era un dibujo de una columna, cada vértebra llevaba el nombre de una asignatura a modo de ejemplo y en el extremo superior de la pantalla se podía leer "Historia de la alquimia antigua".
ꟷSe requiere un mínimo de cuatro horas diarias de clases y un máximo de ocho contando las asignaturas electivas. Esto no incluye talleres o laboratorios, tampoco prácticas o tutorías con sus profesores. ꟷCambió la filmina y una con un listado casi interminable de asignaturas ordenadas alfabéticamente aparecióꟷ. Sus docentes y tutores los pueden tomar bajo su ala para convertirlos en sus aprendices para ello deberán concursar por tres meses y rendir un examen que supone la asignatura anual completa. Sólo los más calificados logran esta distinción pero vamos, todos somos alquimistas y todos estamos más que calificados.
La puerta sonó con tres golpes cortos contra la madera, interrumpiendo al profesor que se encontraba a punto de soltar otro río de palabras. Se acomodó las gafas que se habían deslizado por el puente de su nariz y giró su mirada hacia la entrada.
ꟷAdelante.
Un hombre cuarentón ingresó a la habitación, tan solo unos pasos lo separaban de la puerta y June tuvo que girar sobre su asiento para observarlo. Era alto, de estructura ósea normal y músculos de nadador. Su cabello era castaño claro cenizo y sus ojos de un profundo color miel, la nariz era recta y las líneas de su rostro bien delineadas. Era apuesto y tenía un aspecto de intelectual. Vestía similar al profesor Gómez con chaqueta tweed y pantalones elegantes pero con colores distintos y de alguna manera le lucían. La castaña se obligó a pestañar varias veces para dejar de mirarlo con asombro, realmente era un hombre muy guapo pero debía tener la edad de su padre.
ꟷEs Wyatt Dagger ꟷsusurró Anna en su oído y June comprendió.
Wyatt Dagger era el director de la universidad alquimista y una de las máximas cabezas en cuanto a la educación después de su tía. Era un hombre importante y respetado, pero nunca lo había visto en persona. Había imaginado que luciría más como el profesor Gómez y menos como un modelo.
ꟷProfesor Dagger, es un gusto verlo.
ꟷProfesor Gómez, lo mismo digo.
Se saludaron con un simple asentimiento.
ꟷ ¿Qué lo trae por aquí?
ꟷHe guiado a los tres nuevos alumnos a clase. Me disculpo en su nombre, hemos tenido una reunión que se ha demorado más de lo planeado.
ꟷNo se preocupe. Que pasen.
El hombre asintió y se hizo a un lado para permitir el ingreso de los recién llegado. Primero traspasó el marco de la puerta una muchacha de piel tan oscura como el ébano y cabello rizado, vestía un traje naranja claro muy elegante con zapatos a juego que la hacían relucir como una joya. June nunca había visto a nadie con un tono de piel tan oscuro y que brillara como si mil reflectores la apuntaran, se veía magnífica. Tras de ella se hizo paso un muchacho alto de cabello color zanahoria, ojos verdes y pecas agrupadas sutilmente en su nariz. Llevaba una expresión de cansancio y aburrimiento como si alguien lo hubiese obligado a asistir y vestía elegantemente pero manteniendo el aire juvenil. Era apuesto también, más que apuesto y aunque su tono de cabello no fuera el más común en el mundo seguía luciendo como un personaje mitológico.
ꟷAnda, muchacho. No podemos interrumpir mucho más la clase.
Finalmente el último alumno ingresó y una exclamación generalizada se apoderó del salón. La mandíbula de la castaña amenazó con caérsele al suelo y el corazón se le paralizó cuando sus ojos delimitaron la tercera figura. Su cabello, negro; su piel, pálida y su porte, imponente. Pero sobre todos sus ojos negros que no tardaron en encontrarse con los de ella. Una sonrisa se extendió por sus labios, elevando más una comisura que la otra dándole un toque divertido y siniestro.
Adrián De Rosas acababa de hacer acto de presencia y la habitación había subido algunos grados.
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¡Hola, bellos alquimistas! Empezamos con todo, ¿no creen?
¿Qué les han parecido los primeros capítulos? ¿Qué esperan para este nuevo libro? ¿Cómo creen que reaccionará June ante la llegada de Adrián?
Esto y mucho, mucho más lo sabremos pronto. Los días de actualización serán los mismo, empezando por el lunes que viene (nos tomaremos una pequeña pausa luego de esta súper maratón).
Como siempre, muchas gracias por su apoyo y cariño. Los quiero.
MUAK!
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