☆ 01
Cinco años viviendo fuera del país que le vio crecer, un año desde que había viajado por última vez a su tierra natal, le daba igual si sus pies caminaban por la nieve del frío invierno en Busán o como ahora, por el cálido asfalto de las calles de Noruega. No salía ser del tipo de persona quejambrosa que se alteraba por todo, había aprendido a mantener calma, ser sigiloso, calculador, tampoco le desagradaba su trabajo, ganaba dinero que le rendía para vivir bien y para solventar ciertos gustos, nada mal para un hombre de casi treinta años que vivía solo en un país distinto al suyo.
Poco le importaba si esas tierras eran preciosas, si era destino de miles de turistas o si él era un privilegiado por vivir allí cuando muchos anhelaban estar aunque fuese un día, Jimin simplemente odiaba cuando los días de verano en aquellas lejanas tierras llegaba. Eran las una y quince de la madrugada y sol aún podía reflejar luz por toda la cuadra, Jimin llevaba una media hora caminando, el cigarrillo en sus labios ya se había gastado y comenzaba a sacar de su chaqueta el tercero que se fumaría esa noche.
Cuando se mudó a ese país investigó acerca de el, investigó su cultura, investigó su arte, su gastronomía, le gustó absolutamente todo excepto el detalle de un interminable amanecer.
Noruega era uno de los paises situados cerca del círculo polar ártico, en meses de verano el polo norte solía inclinarse por lo que el sol por algunas semanas no lograba descansar en esos cielos, provocando que la noche fuese casi nula.
Jimin lo odiaba, al inicio su ciclo del sueño se alocó y le era casi imposible dormir, luego logró adaptarse colocando sábanas negras en los ventanales de su departamento, no era eso lo que le molestaba ahora, era el hecho de que al caminar por la calle debía ser mucho más sigiloso que antes, sus pasos no podían escucharse mientras caminaba por la acera aún cálida a pesar de que no hacía calor esa "noche", llevaba zapatos especiales de suela sueve, era una ocasión especial para él, claro.
Maldijo una última vez mirando el cielo pintado con una mezcla de rojizos y anaranjados, luego miró el reloj digital en su mano, eran las una con cuarenta y cinco minutos, quería ir a casa. Miró a cada lado de la calle, estaba desierta y apresuró el paso a este punto, era la zona perfecta, calles desoladas, sin cámaras de seguridad a la vista. Afiló sus ojos al frente e introdujo su mano derecha en los bolsillos interiores de su chaqueta de cuero comenzando a desenfundar su arma ya lista con el silenciador bien colocado.
No era la primera vez, tampoco sería la última, nunca tembló su mano más esa noche iluminada detuvo su paso de manera abrupta, viendo como el cuerpo del sujeto al que había estado siguiendo caía con un golpe sordo al suelo, la sangre brotando de su espalda como agua de una fuente.
Como un resorte terminó de sacar su pistola y apuntando al frente la sostuvo fuerte con ambas manos a pesar de que no veía a nadie más que al cuerpo tirado en el sucio suelo.
— Quién quiera que seas, sal ahora — habló firme sabiendo que era escuchado. Estaba enojado, alguien más había hecho el trabajo sucio por él, ese hombre en el suelo le había provocado muchos dolores de cabeza y escogió esa linda noche para acabar con él de una jodida vez por todas, pero tal parece que tenía competencia.
— Veo que a ti también te tenía jodido, agradece que te quité ese peso de encima — Jimin quitó él seguro de su arma cuando vio al hombre dueño de esa voz salir de aquel callejón.
— Se dice "gracias" — sonrió cuando ahora ambos frente a frente, pistola con pistola se encaraban.
— Ésta es mi zona, llevo cinco jodidos años aquí, tú quién diablos eres y por qué estás aquí.
— Que horrible vocabulario para alguien tan bonito..
— Una palabra más y te cambio esos dientes de castor por dos balas, imbécil.
El contrario soltó una carcajada antes de bajar su propia arma y caminar dos pasos adelante.
— Permíteme presentarme adecuadamente, Jeon Jungkook.. — colocó su pistola de vuelta a su arnés detrás de su pantalón y su cuerpo se dobló en una exagerada reverencia. — Un gusto conocerte al fin Park Jimin.
El nombrado no bajó su arma, mas su ceño se arrugó al escuchar su nombre completo salir de la boca de aquel desconocido. Le había dicho su nombre pero estaba seguro que no recordaba a nadie llamado así.
Jungkook suspiró al verlo firme en no bajar su arma. — Jeon JungChan, ¿te suena? — le preguntó a sabiendas de su respuesta, mirando su reloj tal despreocupado que Jimin arqueó una ceja.
— Dentro de lo que sé, murió hace un tiempo.
— Corrección, lo mataron por imbécil, en fin, vamos a ahorrarnos las charlas y saltemos el protocolo, si sigues en tu papel de asesino que no deja cabos sueltos nos caerá la policía, en siete minutos pasará la próxima patrulla.
Jimin al fin bajó y guardó su arma, llevándola de vuelta a su escondite.
— Entonces Jeon — sacó otro cigarrillo para llevarlo a sus labios. — ¿No es mala educación hablar de esa manera de tu padre? Los niños malcriados no entrarán al cielo. — soltó el aire despacio mientras llevaba una mano a su bolsillo delantero, el contrario mirándolo de pies a cabeza ante el gesto.
— Ya está muerto de todos modos — dijo acercándose tanto hasta que pudo quitar el cigarrillo de los labios contrarios para llevarlo a los suyos propios.
— Te invito a un café y te cuento todo lo que quieras, de todos modos, nunca duermo en los veranos de noches de sol. — su mirada fija en los ojos contrarios que lo miraban con pereza, abriendo levemente su boca para también soltar el humo del robado cigarrillo.
— Me quitas el trabajo y también me invitas a un café, al menos me hubieras avisado antes que lo harías por mí, así no hubiera salido de mi casa y estaría durmiendo, Jeon.
— Cómo supones que haría eso si a penas nos estamos conociendo, Jimin.
— ¿Realmente crees que me tragaré la historia de que has oído hablar de mí pero a penas hoy me ves?
Jungkook sonrió de lado, soltando más humo directamente en su rostro.
— Cinco minutos, Jimin.
Comprobó su propio reloj, percatándose que realmente eran casi las dos de la madrugada, justo cuando hacían el segundo patrulleo de la noche.
— No quiero café, hace hambre. — comenzó a caminar, dando media vuelta sin voltear a ver por última vez el cuerpo inerte.
— Lo que desees entonces. — respondió Jungkook caminando también detrás suyo, una mirada a sus espaldas para verificar que aún no venía nadie y otra mirada al frente, directo al culo de ese hombre de cabello castaño y porte elegante.
— Lo que quieras. — volvió a decir, dedicándole un guiño cuando Jimin volteó a verlo con cara de pocos amigos.
Después de todo, tal parece que no se aburriría como pensó.
¡Buenas! Aquí vengo con una nueva historia. No prometo que será larga ya que lo que tenía pensado era un one shot, pero me gustó tanto la idea que tal vez podrán esperar varios capítulos.
Tendremos a un Jimin y Jungkook algo más locos de lo común, espero les guste esta aventura. También tendremos un poco de drama, escenas sexuales explícitas y como vieron al inicio, deceso de personajes, abstenerse de leer si son sensibles a estás temáticas.
Sin más, disfruten. Nos leeremos pronto ♥︎
BigBabe_Jeon
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