21
Achernar [Alpha Eridani]
Tōru no es de las personas que suele tomar mucho alcohol por dos simples razones.
Primero, el sabor de las bebidas alcohólicas no era de sus favoritos y aunque no estaba del todo mal, mientras tuviera como esquivarlo él tomaría esa opción.
Segundo, no tiene tanta resistencia como para seguirle el paso a sus amigos —entiéndase por "amigos" a Tetsurō porque Kenma tampoco es de tomar mucho aunque el muy maldito era quien tenía más resistencia para el alcohol de todos—.
Él siempre supo que su cuerpo no toleraba demasiado el alcohol y que con tres o cuatro cervezas ya se estaba mareando, pero las personas cometen errores y Tōru aprendió a las malas a no sobrepasar los límites de su cuerpo.
Solo una vez en su vida se le ocurrió la maravillosa idea de beber de más y hasta el día de hoy todavía no logra recordar por completo que sucedió esa noche.
A partir de esa vez Tōru solo toma de manera moderada, jurándose y re contra jurándose que jamás volvería a cometer ese error.
Pero ahí está él.
Bebiendo como si no hubiese un mañana.
¿Acaso alguien puede culparlo? Es la primera vez en años que vuelve a ver a Hajime y no sabe cómo comportarse sin caer en la categoría de un completo idiota.
Así que sí.
Alcohol.
—Yo comprendo que quieran que nosotros como trabajadores estemos a nuestro máximo, pero tres días no van a arreglar nada. ¿No hubiese sido mejor darnos unas largas vacaciones y bonos cuando todo esto acabe? Además, suena algo ridículo que por lo menos a ustedes los hayan dejado salir a hacer lo que quieran apenas empezando el entrenamiento del que literalmente dependen nuestras vidas —divaga Tōru, ya sintiendo como el efecto de las bebidas comienza a apoderarse de su cuerpo.
Por otra parte, solo recibe como respuesta un pequeño asentimiento por parte de su acompañante quien tiene una expresión indescifrable que el castaño no logra comprender.
"Estoy lo suficientemente borracho como para ya andar alucinando. Eso debe ser, sí" intenta convencerse a sí mismo.
Después de varios minutos de silencio, Tōru no lo soporta más.
Está cansado de la investigación.
Está cansado de los recuerdos.
Está cansado de las emociones.
Y por fin cuando alguien le propone salir a relajarse un poco, esa persona lo deja completamente botado y a su deriva, esperando que Tōru enfrente todo por su cuenta.
Maldito Tetsurō.
Así que cuando el DJ decidió sacar la artillería pesada, Oikawa tomó cartas en el asunto.
Con Rihanna sonando de fondo —la única Diosa a la que él reza por las noches—, Tōru se levantó de su asiento y miró fijamente a Hajime.
— ¿Quieres salir a bailar o vas a quedarte aquí toda la noche dándole vueltas a ese pobre whiskey? —preguntó, dándole casi un ultimátum.
—Ve diviértete tú —le respondió el contrario, todavía sin quitar los ojos de la única bebida que pidió y que ni siquiera ha probado.
Y eso hizo Tōru.
¡A la mierda los recuerdos!
¡A la mierda los amigos!
¡A la mierda los sentimientos!
¡A la mierda los amores!
El castaño está hasta el cuello de todo.
Kenma no deja de mirarlo con esa expresión tan extraña.
A ratos siente que Tetsurō no le quita los ojos de encima, como si fuera un ratón de laboratorio, del que se espera que le nazca un tercer ojo en cualquier momento.
Hajime se comportaba como si la amistad entre ellos hubiera sido solo una imaginación de Tōru y cuando por fin reapareció en su vida, lo primero que recibe por su parte es indiferencia.
¡Ni siquiera una disculpa por la manera en que lo dejó botado en Miyagi sin explicación alguna! ¡Ni despedida!
Y por último, su jefe ha estado revisando cada acción que Tōru lleva a cabo.
Cada papel que él revisa, cada orden que da y hasta cada interacción que tiene en su trabajo es supervisada por Nakanashi. Joder, estaba cansado. Además, es casi como él no quisiera que Tōru se enterara de algo...
Bueno, eso problema de Tōru del futuro —si llega a recordar todo lo que pasó esta noche, claro está—, ya que por el momento lo único que él tenía en la cabeza era bailar. Bailar y disfrutar la noche.
Aunque el lugar normalmente caía en la categoría de "bar", a partir de cierta hora en la noche la música cambiaba de tono y allí es cuando llegaban los muchachos y las personas cuya fijación era disfrutar de la noche como si el mañana no existiera.
Es por eso mismo que la pista de baile estaba a reventar, tanto, que casi no le cabía un alma más pero esa era una de las últimas preocupaciones del castaño
Con las últimas estrofas de S&M sonando de fondo, Tōru se abrió camino entre las personas hasta llegar a un lugar donde se sintiera más cómodo.
Y por "cómodo" se refería a poder estar más escondido entre la multitud pero sin perder el contacto visual con Hajime, quien por cierto, aparentemente no podía quitarle la mirada de encima, ya que aún si no lo miraba directamente, de cuando en cuando volteaba a ver sobre su hombro para asegurarse de que Tōru esté bien.
O al menos eso era lo que el piloto se repetía una y otra vez intentando convencerse a sí mismo.
Lentamente, las canciones cambiaron y Tōru sentía que podía ir a besar al DJ porque que buen gusto tenía.
Sintiéndose relajado —más bien desinhibido. Muchas gracias, alcohol—, comenzó a bailar.
Normalmente esta es la escena en la que el personaje principal se "deja llevar por la música" y aunque Tōru no podía evitar reír por la cantidad de vergüenza ajena que le causaba el pensar esa estúpida frase no podía encontrar otra manera de describirlo.
Perdónenlo por sentirse como el dueño del mundo porque él no se arrepentía de nada y es que apenas era hora de que todos esos años de autodesprecio y constante crítica a si mismo le dejaran con una confianza en las nubes.
Y ni él ni nadie —ni siquiera Hajime— se la iba a quitar.
Tetsurō se sentiría tan orgulloso, pero allá está el idiota. Coqueteándole a Kenma como si ya no estuvieran comprometidos.
Pese a esto, Tōru continúo bailando.
Solo, acompañado, en grupo, con mujeres, hombres, no importaba, porque lo único que tenía relevancia alguna en la mente del castaño era no quitar su mirada de Hajime.
Y Hajime. Oh pobre Hajime, estaba a nada de acabar con toda la paciencia que había aprendido a cultivar.
Por más que quisiera no podía apartar su vista del castaño, porque él había esperado por tanto tiempo volverlo a ver y ahora que lo tenía allí simplemente sentía que no podía alcanzarlo.
Intocable, como las estrellas que se alzan en la oscuridad de la noche.
Inalcanzable, porque sabe que ese brillo tan hermoso que tiene solo será opacado con su presencia.
—Disfrutando de la música, ¿eh? —preguntó alguien a su lado, haciendo que se difuse ese torbellino de pensamientos.
Un asentimiento fue toda la respuesta que el otro hombre recibió.
— ¿Por qué no hablas con él? —preguntó Tetsurō, una vez supo que Hajime no hablaría por voluntad propia.
—Todos en esta condenada sala saben el porqué. Él es el único que no —respondió en un tono bajo sin atreverse a mirar al contrario.
Por otra parte, Tetsurō solo suspiró y se limitó a mirar a su amigo quien bailaba como si el mundo se fuera a acabar mañana. Lo que casi era cierto.
—Tōru es una de las personas más inteligentes que he conocido en toda mi vida y aunque él no se dé el crédito que merece no estaríamos aquí, ni en esta situación de no ser por él —habló Tetsurō, al mismo tiempo que la canción cambiaba—. Él también puede ser un idiota a veces, puede tener miedo de hacer las cosas o de que la realidad acabe con sus ilusiones y expectativas, pero pese a esto, si una oportunidad se presenta en su vida él la tomará y se aferrará a esta con todas sus fuerzas.
Hajime no entendía el punto que Kuroo quería mostrarle.
"¿Es que acaso no ve que esto es simplemente imposible?".
—Tōru dice todo el tiempo que la vida es una constante represión de deseos y tiene razón —continuó Tetsurō.
—Y es por eso mismo que no puedo hacerlo, Tetsurō —interrumpió Hajime, ya frustrado con la conversación.
Tell it to my heart
—Pero a mí me gustaría agregarle algo más a esa frase —prosiguió, como si el piloto jamás hubiese hablado—. La vida es una constante represión de deseos, sí, y es por eso mismo que debemos hacer lo que se nos entre en gana mientras podamos.
'Cause I can't keep guessing
If it's me your missing
Y con esto, el ingeniero lo dejó solo.
"Es por eso mismo que debemos hacer lo que se nos entre en gana mientras podamos".
"¿Hacer lo que yo quiera?".
Tell it to my heart
Iwaizumi Hajime era un cobarde.
'Cause the sounded silence
Is a place we're dying
El hombre se paró de su asiento y tomándose su tiempo estiró un poco las piernas para por fin tomarse la bebida que tenía en su mano desde que llegó al lugar.
Iwaizumi Hajime podría haber sido un cobarde.
Pero no más.
Whatever time we have, I'm not gonna waste
Before we turn to strangers tryna love in the dark
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