capítulo 1 › Kaimós

Kaimós: Sentimiento de tristeza, incapaz de satisfacerse.
Daniel

Creo que la interrogante que la mayor parte de los adolescentes le buscan desesperadamente una respuesta, a pesar de pensar que no es así, viene siendo ¨ ¿Qué es el amor? ¨. A veces, nosotros los adultos ni siquiera tenemos un concepto completo de que es aquello a lo que todos llamamos amor. Todos vemos y sentimos cosas diferentes que nos hacen saber que ese sentimiento se apodera de nuestra alma hasta que no quede nada más, y de repente sabes que te has enamorado.

Durante todos mis años con experiencias rodeado de jóvenes me he dado cuenta de que cada día que pasa el amor es visto como algo insignificante y no como lo hermoso y bello que es.

En el amor no puedes elegir sufrir, pasarla bien, llorar, reír, simplemente va a pasar, no vas a poder controlar lo que te pasa. No podrás complacer a nadie, ni siquiera a ti mismo. Nadie te va a avisar cuando te vas a enamorar, solo ocurre y un día te tocará experimentar el amor.

El amor es esto, una mezcla de tanto y de tan poco, demasiados sentimientos y sensaciones invadiéndote sin ser pedidos, sin querer sentirlos, pero lo cierto es que cuando llegan vienen a quedarse, a formar parte de ti. Es perderse y encontrarse, calmarse y asustarse, querer dar tanto y a veces dar tan poco. Amor es paz, desastre, lujuria; cientos de palabras unidas para dar paso a un solo querer.

Pocos podemos experimentar amar a la persona incorrecta, esa que en su momento se sentía como todo lo correcto, a quien dimos una parte de nosotros que nadie podrá tener, aquel fragmento de ti que cuando se vaya nunca vas a recuperar, porque cuando el amor duele y lastima, te rompe. Te hace pedazos y se lleva tus piezas, es ahí cuando tenemos que buscar las nuevas. Porque lo roto puede reconstruirse y tú siempre podrás ser una mejor versión de lo que fuiste antes.

La vida es incierta, todos intentamos construirla y se nos olvida un pequeño detalle; vivirla. ¿Qué sentido tendría estar vivo sin sentirlo realmente? ¿Poder expresar ¨estoy vivo¨ si no estás viviendo? Creemos poder controlar todo lo que nos puede pasar, pero las riendas que acapara son pequeños giros que debemos aceptar, tomar un camino y prepararnos para el futuro. Para el destino del que todos hablan.

---¿Haremos algo esta noche? ---Fue lo primero que soltó Adam cuando entró, junto con Jin, a mi despacho. Recogí todo queriendo irme pronto del lugar.

---No tengo una idea clara aún ---respondí siendo que los dos esperan una respuesta de mi parte---. Iré a casa ahora. Para cualquier cosa llamen, siempre disponible para cada locura.

---Ten cuidado ---ambos se despidieron.

Las calles de Salamanca me dan la bienvenida apenas salgo por las enormes puertas que indican la entrada a una de las universidades en el pueblo. Esta vez me tomo mi tiempo para observar el paisaje a mi alrededor, todo aquello de lo que no disfruto cuando solo centro mi atención en la carretera y el volante de mi coche. Abarrotadas se encuentran las grandes calles de carros y niños que salen corriendo de las dulcerías con algún dulce en mano. Entre las pequeñas plantas que rodean algunas casas, numerosos insectos encuentran su refugio, bajo aquellos techos los animales deciden que es buena opción pasar un largo aguacero. Paso por la panadería y desde la gran ventana de cristal que hay en la pared cerca de la puerta pude deleitarme la vista con los numerosos panes recién sacados del horno, aún humeantes y esponjosos. Raúl, el panadero, me saluda desde su estancia con un simple gesto de manos. Desde que me mudé he venido aquí a comprar panes casi todas las mañanas para preparar el desayuno. Devolví el gesto acompañado de una sonrisa que sentí más sincera de lo que pensé dar.

Este pueblo forma parte de mí, de lo que soy, de mis recuerdos, de mi vida. Si bien no es mi lugar de origen he pasado quince años, casi la mitad de mi vida viendo estas calles y personas, cada edificio, cada construcción, cada callejón, conozco cada esquina como la palma de mi mano y a la mayoría de las personas que deambulan alrededor de mi vecindad.

Pronto, una gota moja mis lentes, luego otra y otra, hasta formar un diluvio que parece no tener intensiones de acabar en los próximos minutos. Mis gafas, ahora mojadas, distorsionan mi vista haciendo complicada la travesía a casa, sin embargo, usé mi maletín para cubrirme la cabeza y corrí para llegar a tiempo.

Estoy empapado cuando llego, el agua chorrea del borde de mi ropa hasta crear un charco a mi alrededor. Mis manos tiemblan a la hora de insertar la llave en la cerradura, pero lo logré hacer en el primer intento. La puerta rechinó tal cual en las películas de terror y tomé nota mentalmente para después sacar unos minutos de mi tiempo y arreglar aquello. Un trueno resonó en la estancia y la sala me recibe completamente abandonada al prender el interruptor de la corriente. Me apresuré a sacar mis zapatos. En otros tiempos hubiese música haciendo vibrar el suelo y estremeciendo mis oídos. Harie la amaba, para mí ese gusto en particular era demasiado insoportable.

---¡Ya estoy en casa! ---Dije lo suficiente alto para saber si mi esposa se encuentra en casa.
Mi campo de visión captó la presencia de un cuadro ---un feo y horrible cuadro--- de más en la sala de estar. En la pared que da paso a la escalera. Fruncí el ceño mirando a todos lados.
Estoy agotado, la caminata ha sido larga y las últimas tres cuadras las he tenido que correr en un intento de no pasar demasiado tiempo bajo la lluvia y evitar empaparme más de lo que ya estoy. Dejé las llaves encima de la mesita de centro y sentí los pasos acercarse.

---¿Ya viste el nuevo cuadro? Fui a una exposición con mi jefe y me ha dejado flipando. Desde que le puse el ojo supe que debía traerlo a casa. ---Agradecí la toalla que me pasó y pude secarme un poco, lamentablemente no pude decir lo mismo de la ropa. Terminé sacándome la camisa y el pantalón quedando solo en calzoncillos.

---Pero-

---Tranquilo, todo está bien. No ha sido mucho gasto y lo pagué con mi plata. No hay que formar drama.

---¿No piensas dejar que dé mi opinión? Creo que yo también vivo aquí.

Estoy temblando debido al frío que se cuela en mi cuerpo y estoy tiritando debido al aguacero que me cayó encima y a que aún permanezco casi desnudo en la sala.

En ocasiones siento que para ella mi opinión no vale nada, sin embargo, yo la sigo consultando para cada paso que doy en mi vida, cada toma de decisión, la sigo teniendo en cuenta a pesar de que no recibo el mismo trato de su parte. Tomé un poco de jugo de naranja y lavé el vaso.

---Vale, lo siento. ¿Cariño, qué opinas del cuadro? Es que a mí me ha encantado.

Algo ha tenido que verle. Harie no dice que le gustan las cosas solo porque sí.

---¿Realmente has tenido que ponerlo específicamente en esa pared? A la vista de todos. No lo veo muy elegante, pero si realmente te importa lo podemos dejar ahí ---a veces siento que las discusiones son tontas. Se supone que en un matrimonio se hablan las cosas, pero en el mío solo las callamos. Aun así, me convenzo de que aún queda algo, una pizca del amor que nos unió.

---Me gustó como queda ahí. No cuestiones mis gustos porque entonces primero empieza con buscarte tus defectos.

---¿A ti que pulga te ha picado hoy?

---Estoy estresada. Estos días han sido bastante intensos para mí.

En ocasiones este suele ser el motivo por el que intento estar fuera de casa, huyendo de las peleas sinsentido y todo lo que hemos formado mediante el paso de los años. La cabeza comienza a punzarme y me froto la sien tratando de detener un poco el dolor.

La felicidad que una vez sentí se ha esfumado hace tanto tiempo, que si me volteo no puedo verla ni, aunque fuese de lejos. Antes era feliz, éramos felices, ahora me frustran las discusiones y la misma rutina.

Mamá advirtió, cuando apenas era un crío, que solo era un joven curioso queriendo tomar decisiones apresuradas. La odié tanto aquel día porque pensé que todo era debido a que nunca logró congeniar bien con Harie. Ella quería lo mejor para mí y no veía a la mujer que elegí capaz de dármelo. Estoy bien con eso, de la vida se aprende y los errores te ayudan a madurar. Aprendí que amar es bello, pero es doloroso. Aprendí a dejar de soñar un amor de películas porque esos solo existen para alimentar nuestra ilusión y el amor no siempre es un: ¨Y vivieron felices por siempre¨, pero a pesar de que duela, se desgaste y termine, es lo más hermoso que hay en el mundo y experimentarlo, vivir la sensación de estar enamorado y ser amado, realmente vale la pena.

---Iré a darme un baño. ---Espero no enfermar.


Tomé una pastilla para el dolor de cabeza y un largo baño con agua caliente. Preparé la comida, guardé la de Harie en el refrigerador para cuando tuviese hambre la recaliente, y comí la mía a la par que veo un programa de televisión. Al momento de volver a la habitación frené en medio de las escaleras y analicé detenidamente el cuadro. Es tan oscura la temática que parece ser salida de una película de acción. Describe un enorme animal, es un dragón que se encuentra en el bosque oscuro, envuelto en llamas.

---Tienen enfermedades y son molestos, requieren una atención constante que no vamos a poder brindarles, Daniel ---fue su respuesta cuando cierto día toqué el tema sobre intentar tener un bebé. Posiblemente haya sido nuestra discusión más fuerte hasta ahora. Siento que me he perdido a mi mismo en este punto de la historia.

Fuera el agua ha disminuido, siendo apenas una débil pero incesante llovizna.

Mi móvil vibró encima de la mesa.

---¿Vienes a la disco hoy? Estaremos allí a las ocho de la noche ---preguntó Jack apenas acepté la llamada---. ¿Vienes? ¿O tenemos que sacarte a patadas por el culo?

---Siempre con ese carácter tan amoroso que te cargas ---ironicé. Me paré frente a la ventana viendo como aún llovizna fuera---. Aún sigue lloviznando, ¿iréis así?

---No seas marica, Daniel. Yendo en el auto no te pasa nada. Yo recogeré a Adam y a Jin. ¿Nos vemos allá entonces?

---Bien, acepto. Nos vemos allá.

---¿Acepto? Anda, mamón. No recuerdo haberte pedido matrimonio pero que ya aceptas merecemos celebrarlo por todo lo alto. A las ocho de la noche entonces, ni un minuto más, ni un minuto menos.

Sentido del humor puede tener cuando quiere, pero lo maniático con la puntualidad no hay quien se lo quite. Terminé por ir a la habitación que comparto con Harie, aunque en ocasiones llegamos a dormir en cuartos separados; como cuando tengo trabajo y me quedo en la habitación de huéspedes, según ella le molesta la luz que emite la pantalla de mi portátil. Trabajo como profesor en la universidad. Mi padre no se abstuvo a la hora de demostrar su decepción cuando anuncié la carrera que ahora es todo para mí. Busqué en el closet una ropa adecuada para poder salir hoy con los chicos a la disco. Siempre suelo quedarme con ellos en la barra tomando o bailar.

---¿Fuiste a la universidad a pie hoy? Con la emoción de contarte sobre mi compra hoy me pasé por alto el detalle ---respondí con una respuesta afirmativa. Ella busca desesperadamente algo en una de las gavetas de la mesita de noche. Revolvió todo y seguí cambiándome el atuendo---. ¿Vas a salir? ---Lo recitó con tanta naturalidad que siento que salgo todas las noches y ella es la esposa que se acostumbra a que su marido vaya y pase toda la noche a la intemperie.

---Sí.

---¿A qué hora vuelves?

---No estoy seguro todavía. Estaré con Jack, Jin y Adam en algún bar.

---Está bien. No te esperaré despierta.

---No es como si alguna vez lo hayas hecho. ¿Quieres venir? Tal vez... ---Me lo pensé un poco para decirlo, pero finalmente me decidí a hacerlo---... podríamos pasar algún tiempo juntos.

---Tengo jaqueca. No llegues tarde.

---Siempre tienes una excusa perfecta cuando te digo de salir. ¿No crees que sos la persona menos indicada para ponerme un horario de llegada? ¿Se supone que debo hacer todo lo que vos queráis? Tú haces lo que te da la gana y no te digo nada, sales a cualquier lugar, no conozco ni tus amigos, llegas cuando quieres y si te menciono algo comienza una discusión porque se te sube el diablo.

---Estáis viendo las cosas como no son ---se acercó unos pasos---. Me preocupo por ti y te pediré de favor que te cuides ---me dio la espalda---. Llega a salvo, Dan.


Lo primero que hice al llegar a la disco fue tratar de localizar a mis amigos. Se me complicó debido a la música que en cualquier momento me explotará los tímpanos y las multitudes que se aproximan a mí. Me percato de que la mayoría bailan y la entrada está abarrotada. Hace unos pocos minutos me llamó Jack para que le diera mis coordenadas, es desesperado y parece que no logra acostumbrarse a que llego de último a todos lados. En la pista de baile aumentan las posibilidades de chocarme con Adam, pero al fallar en ello opté por pasar directamente al fondo. Jack y Jin casi siempre yacen tomando mientras aburridos hablan de la vida.

Pensé que me daría un ataque al sentirme asfixiado con tantos cuerpos aplastándose contra el mío. Manos pasean por mis brazos y espalda y choco con más de veinte personas. Finalmente los encontré en la mesa frente a la barra. Jack y Jin toman a la vez que conversan, de Adam no distingo ningún rastro. Me acerqué y nos saludamos con los puños. Pedí el mismo trago que ellos y me tomé asiento al lado de Jin.

---¿Y Adam? ---La pregunta brotó de mí denotando la curiosidad que siento por no verlo. Existe la posibilidad de que haya surgido algún contratiempo que no le facilitó la llegada, pero para eso tiene que estar enfermo o puede que problemas relacionados a su hermano. Adam no se pierde una salida solo porque sí y tampoco pierde la oportunidad de bailar cada vez que puede.

---En la pista ---respondió Jack.

Es como si el baile fuese parte de sí mismo. Personalmente, eso del baile no se me da, pero sé defenderme en ello. Con una mujer como mi hermana si no aprendes, no eres parte de la familia.

---Perdiste la oportunidad que pudo haberte cambiado la vida ---Jin dramatizó, Jack hizo mueca de asco y siguió sin hacerle caso---. ¡Kamila pudo haber sido la mujer de tu vida!

---No lo es, ni lo será. No te entrometas.
¿Quién dice que los hombres no chismeamos entre nosotros?

---¿Kamila? ---Quise integrarme al tema y querer saber más.

---Una súuuuper fan de Jack que se le declaró hace unas pocas horas y ahora es que este imbécil traicionero nos lo informa.

---¿Qué queréis que haga, Jin?

---Nos hubieses llamado inmediatamente ---lo señaló con el dedo como si lo acusara por un grave delito---. ¿Entiendes la gravedad del asunto?

---No le veo ninguna ---Jack se encogió de hombros y me abstuve de reír sobre la estúpida pelea que Jin está a punto de comenzar por sus dramas.

---Somos vuestros amigos, tenéis que contar todo lo os pasa y sientes. Cosas como esas no pueden esperar ocho horas después cuando nos veamos en una puta salida donde Daniel se cuestionó el venir por una simple lloviznita ---levanté mis manos en alto en son de paz.

---Ya, como quieras. Calla tu asquerosa boca.

Las luces estroboscópicas me marean y pasan a ser de todos colores. Suena infantil, pero a veces es divertido ver como el rostro de mis amigos es iluminado por ellas. Al frente de nosotros queda la barra y cinco personas esperan sus tragos. El barman se encarga de cumplir con todos y cada uno de los pedidos con rapidez, pero siendo eficaz en lo que hace. A nuestra izquierda se encuentra el pasillo que conduce a los baños y a la derecha todos están reunidos bailando. La electrónica es lo que predomina en el altavoz en estos momentos y bajo la mesa muevo mi pie a su ritmo. Las paredes resplandecen con las luces y su color es un tono oscuro que se mezcla con las luces dificultando elegir uno en particular. La segunda planta es la zona VIP. Nunca he ido y ganas no he tenido a pesar de los buenos comentarios que hemos recibido sobre dicha zona.

---¿Cómo te fue hoy, Dan? ---Jack parece querer cambiar el rumbo de la conversación.

---Bastante bien, el aguacero me empapó de camino a casa, pero fue un día realmente bueno. Hey, Jin, ¿sabes cuándo van a pagar?

---No he oído ningún comentario al respecto. Espero que sea para principios de la próxima semana. ---Nos dedicamos al mismo empleo, especializados en diferentes ramas---. Jack Cruz de la Paz, ¿piensas quedarte de viejo solterón toda la vida?

---No creo que puedas escapar de sus garras pronto ---le expresé a Jack.

---Yo tampoco.

La noche fue un borrón de eso. Tragos hasta emborracharnos, ver a Jin irse con Jack a bailar e intentar conseguir un ligue en la noche. Es costumbre que al final de la noche me quede solo en la mesa. Tengo mis límites bien marcados y serle infiel a mi esposa no figura en mis planes futuros. No soy tan hijo de puta.

Terminé solo las tres botellas de alcohol que dejaron en la mesa. Vacío la última y a la lejanía mi subconsciente me advierte que ya ha sido demasiado. La cabeza me marea y la disco comienza a darme vueltas. Me siento demasiado espontáneo y desabrocho el primer y segundo botón de la camisa que he elegido para hoy en busca de que disminuya el sudor.

Estoy a punto de unirme a los demás para bailar, pero apenas pongo me pongo de pie me tambaleo y logro sujetarme de la silla para evitar caer. La cara comienza a sudarme y decido ponerme en función de llegar al baño.

---¿Daniel, a dónde vas? ---Adam se acercó a sostenerme cuando presenció mis tambaleos.

---Al... Baño ---cerré los ojos con fuerza cuando todo comenzó a dar vueltas, reí por el subidón de adrenalina que experimenté de momento---. Voy al... Baño ---hablé despacio para que me entienda.

---Venga, te ayudo ---se ofreció.

---No os preocupéis por mí. Estaré bien --- le hice un ademán indicándole que fuese con los demás a disfrutar lo que queda de la noche aquí. Por mi parte parece que ya llegó la hora de marcharme antes de liarla de más.

Contrario a mis deseos, no entré al baño, me quedé recostado a la pared. Cedí ante mis rodillas que se flexionaron dejando caer todo mi peso en el frío suelo. Mis brazos pararon en mi cabeza haciendo un gesto similar al de estarla sujetando, tratando de que todo deje de dar vueltas. En este instante no sé si todos dan tantas vueltas naturalmente o es mi cabeza quien no para de ir de un lado a otro.

Los sonidos de pasos captaron la atención de mis oídos y elegí centrarme en ellos antes que en la música que de pronto se ha convertido molesta.

---Oye ---no alcé la cabeza, seguí con ella recostada a mis rodillas---. ¿Qué pasa? ¿Sigues vivo?

Esa última pregunta me extrañó y tiene que ser alguien verdaderamente tonto como para pronunciarla en voz alta.

---¿Crees que de estar vivo todos estuviesen tan calmados caminando de un lado a otro? Todo caso de muerte de cualquier individuo en un centro equis debe llevar a cabo una investigación para descubrir la causa de-
Callé al ser interrumpido.

---¿Eres detective? ---Negué.

---¿Quién eres? ---Mi voz fue entrecortada. Ahora mismo hablar se me hace que requiere un esfuerzo que no ansío dar.

---Una persona más de este entrañable y misterioso planeta.

---Qué forma más rara para referirse a nuestro planeta.

---Cielos, no me digas que nunca lo has pensado. Realmente es misterioso desde mi punto de vista. Nosotros, los humanos, creemos conocer mucho el mundo, pero personalmente ni siquiera han descubierto demasiado. La naturaleza es incuestionable y... Eso, misteriosa, al mismo tiempo es preciosa con todos los fenómenos y procesos que ocurren.

Su comentario logró acaparar mi atención y la miré completamente desorientado.

---¿Quién eres?

---Es un gustazo ---me miró fijamente a los ojos y luego sonrió---. Melissa. ¿Y tú? ¿Me dirás tu nombre?

---Daniel ---ella comenzó a reír---. ¿Qué es tan gracioso?

Sus ojos...

---Es que la situación es muy extraña. ¿No lo has pensado? Le estoy diciendo mi nombre a un extraño que está visiblemente ebrio y yo estoy cerca de alcanzar el completo estado de embriaguez. Sos un extraño para mi y te estoy hablando y contando mis raras teorías. ¿No eres un asesino o algo parecido? Puedes ser un asesino, secuestrador o violador. Y seriamente no sé cual de las tres asusta más.

Le iba a responder, pero no me dejó.

---No quiero ser asesinada, secuestrada o violada.

---¿Siempre hablas tanto?

---Naturalmente no, pero ya me ves.

---No lo soy ---respondí su pregunta anterior.

---¡Eso es perfecto! Y, Daniel, ¿qué os pasa? ---La forma tan sutil de soltar la pregunta casi me hace querer contarle toda mi vida a la extraña, pero la carcajada que suelta luego me hace darme cuenta de que no es buena idea. Estoy ebrio, pero conservo la cordura---. Lo siento, es que toda la situación me da risas. ¡Creo que todo me provoca risas!

Está loca.

---Si me hubieses dicho que no hablas mucho ni me hubiera tomado el tiempo de creerte.

---Ya sé, parezco un papagayo hablando, pero al menos lo hago. Vos seguís ahí con la cabeza gacha y una cara de mierda que grita ¨crisis existenciales¨ por donde sea que camines.

No le reproché, no me siento en condiciones de hacerlo. Por primera vez en la noche desde que llegó a perturbar mi tranquilidad permanece más de un minuto callada y me comienza a preocupar.

---¿Eres sexy?

Ya decía yo que era mucho tiempo callada.

---Me considero muy sexy ---respondí---. ¿Es que no aprecias al hombre que tienes delante de ti? ¿Me ves sexy?

---Te considero sexy, pero no te conozco.

---No tienes que conocerme para saber si me ves sexy o no ---añadí.

---Conocerte sentimental no, pero viéndote ahora si eres muy sexy. Quizás si te veo desnudo podría cambiar de opinión. Cosa que no va a pasar.

---¿Qué me veas desnudo o que cambies de opinión? ---Me dejo llevar por la adrenalina que me provoca la charla.

---¿Las dos?

---Entonces, deja ver si comprendí detalladamente la información que me ofreces. Me ves sexy y crees que si me contemplas desnudo no vas a cambiar de opinión. Aunque lo último es solo una suposición vuestra, ya que deberías verme desnudo para comprobar esa teoría.

¿En serio le estoy ofreciendo que me vea desnudo? Siento que acabo de sonar como un desesperado.

---Daniel...

---¿Qué?

---Creo que deberíamos salir de aquí. ---Sugirió. Lo estoy considerando... Maldita sea, estoy a punto de dar el ¨sí¨. Puto estado de ebriedad.

---Melissa ---susurré su nombre tomando su mano.

---¿Qué haces?

Me puse rápido de pie, ignorando el leve mareo que me amenazó. Emitió un quejido cuando su espalda chocó con la pared y coloqué mis manos un poco más arriba de sus hombros.
Este debe ser el momento donde me golpea, me llama ¨pervertido¨ y sale corriendo.

---¿Me demostrarás si eres sexy?

Quiero decir que no puedo, pero mi mente se encuentra nublada y no puedo ver o pensar en algo más que no sea en ella atrapada por mi cuerpo.

---¿O prefieres que lo descubra yo misma?

Atrevida...

Su respiración se mezcla con la mía. Mi mirada se detuvo en sus labios, pasó su lengua por ellos humedeciéndolos.

---¿Ya te dije que hablas demasiado?

Mi manzana de Adán se mueve y siento mi cuerpo arder. La emoción debe notarse en mis ojos y yo... Yo solo ansío estamparla contra la pared y callarla.

---¿No tienes los cojones suficientes, Daniel? ---Pronunció mi nombre con cuidado, como si temiera decir algún disparate.

Y ese fue el detonante que necesité para besarla.

Fue... Fue... Como una explosión de emociones dentro de mí.

Se aferró a mi cuerpo. Pasé una de mis manos por su cintura para atraerla aún más a mí como si no fuera suficiente la cercanía que ya tenemos. Nuestros pechos se tocan y siento que la ropa sobra. Quiero romperla y contemplarla sin ella, quiero ver cada curva, cada imperfección, quiero sentir que la poseo. La falta de aire nos hace separar y no puedo apartar la vista de sus labios hinchados y ese labial que ahora está fuera de su contorno. Volví a unir nuestros labios y esta vez acompañé el beso con pequeñas mordidas en su labio inferior. Bajé otra mano hasta llegar a su trasero y apreté una de sus nalgas. Gimió y aproveché para meter mi lengua en su boca. Me aparté.

---Lo siento.

---¿Me besas y luego pides perdón? Luego de semejante besazo.

---Creí que no te-

---¿Quieres que te diga que pienso?

---¿Qué?

---Que estamos perdiendo el tiempo en el puto baño de una disco cuando podríamos marcharnos a mi casa y pasarla bien. Tú decides, grandulón.

Dejé que se fuese. Entré al baño, me eché un poco de agua en la cara, limpié los restos de su labial de mis labios, acomodé mi pantalón y respiré hondo unas tres veces. ¿Qué carajos acabo de hacer?


---¡Daniel! ---Jack me llamó apenas aparecí frente a él--- ¿Por qué demorasteis tanto? Jin pensó en ir a buscarte.

No sé si la suerte se pone de mi lado hoy, pero me siento aliviado de que no me haya buscado. Sería demasiado vergonzoso que hubiese sido pillado devorando la boca de una joven estando casado. ¡Ay, mierda, se me ha olvidado Harie!

---Ya me voy.

---Es temprano ---Jin dijo, vacilante.

---Mañana tengo que ir a la universidad ---me excusé---. Nos vemos en el curro.

Revisé la hora en mi móvil, casi las dos de la mañana.

Caminé a mi coche. Quité el seguro y me recosté en el asiento buscando relajarme un poco antes de emprender el camino a casa, el alcohol me está pasando factura con los dolores de cabeza que están comenzando a matarme. Dejé mi chaqueta en los asientos traseros.

El cristal de la ventanilla es tocado.

Di una sonrisa de lado.

---¿Qué? ¿Acaso se aburrieron y quieren que los lleve a su casa? ---Me puse serio cuando me di cuenta de mi error. No son ellos.

---¿Tomaste una elección? ---Preguntó y presiento que estoy a punto de desgraciarme la vida.

¿Cómo dice Adam cuando Jin consigue ligue? Ah, sí: ¨ Por la puta, ¡la habéis pillado! ¨.

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