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Me dejé llevar en la tierna forma en la que intentabas seguir el ritmo de mis besos, porque siempre estoy propenso a caer ante ti y tu atrayente boca. ¿Sería erróneo decir que eres mi más dulce debilidad? Tengo muchas, como por ejemplo dejarme vencer ante el impulso de lamer tu apetitoso cuello, o no contenerme de tocar tu hermoso cuerpo, pero ninguna comparada al sabor de tus adictivos besos.

Acariciándote con parsimonia, recorriéndote por completo con la mirada, mis suspiros no se hicieron esperar. Sentí mi pecho lleno, totalmente inundado por los lindos sentimientos que se producían al estar cerca de ti.

Me gustaría saber que es lo que sentías en estos momentos, KyungSoo, pero con sólo ver tus mejillas totalmente sonrojadas, con tus labios hinchados y el sudor siendo parte de ti, me hacía una idea de lo necesitado que debías estar, pero... yo no estaba mucho mejor.

Mi entrada se iba auto-lubricando, y conforme había más contacto, ambos jadeábamos con necesidad. Era incapaz de apartar mis manos de tus duros pezones, mientras que tú no podías parar de masajear mis nalgas, guiando tus dedos a una necesitada zona.

Bajé mi cabeza un poco, guiando mi boca hasta tus erizados botones, y con travesía pasé mi lengua por encima de ellos. Fue exquisita la manera en la que tu cuerpo se tensó, jadeando desesperado por más.

Estábamos perdidos, teniendo como único propósito satisfacer al otro, susurrándonos lo tanto que nos amábamos y queríamos. Y es que, KyungSoo, por más que me obligaran nunca podría separarme de ti.

Mi omega interior gemía sin control alguno, ya estando preparado para sentir algo adentrándose dentro mío. De mi pene erecto brotaban algunas gotas de pre-semen, y dolía por la falta de atención que recibía, pero tú te diste cuenta, y con tus delicadas manos lo masajeaste de arriba y abajo, frotándote contra mí al momento en que llevé una de mis manos hasta tu entrada.

Con lentitud metí mi dedo medio en tu rosácea entrada, y al momento de hacerlo, gritaste de puro placer. Para acallar tus estruendosos gemidos, uní nuestros labios con deseo. Estabas tan lubricado que no tuve muchos problemas a la hora de enterrar un segundo dedo dentro de ti, y pude sentir como enterraste tus uñas en mis hombro. Por la creciente falta de aire, me separé de ti, y ambos jadeamos.

ㅡ ChanYeol... ㅡ Me hablaste entrecortadamente, viendo como intentabas recuperar el aliento luego de habértelo arrebatado yo mismo ㅡ. Channie, Chan... p-por favor...

Seguí con mi labor, metiendo y sacando mis dedos de tu gran culo, y cuando vi que estabas lo suficientemente preparado, aparté mi mano de allí. Escuché con claridad la forma en la que te quejaste, pero amor, lo que estaba por venir sería mucho mejor que sólo mis dedos.

Aún con la vista nublada por el placer, enfoqué mis ojos en la mesita de noche que había al lado de la cama, y con rapidez busqué los preservativos con diferentes sabores que tenía allí guardados. Encontré el de fresa, y abriéndolo con cuidado, pero a la vez con gran desesperación por satisfacerte. Luego de haber abierto el envoltorio, coloqué el condón en mi pene, apretando la punta para que el aire no entrase.

ㅡ No sabes cuanto te aprecio, amorcito. ㅡ Te susurré en el oído, viendo como tu cuerpo se sacudía ante ello ㅡ. Te amo mucho, pequeño.

Vi como sonreíste ante el apodo, y rodeando mi cuello con tus brazos, acercaste tu rostro hasta el mío. Nuestras respiraciones se entrelazaron, y la sensación tan pacífica que se producía cada vez que estábamos por hacer el amor, llenaba mi corazón con una gran felicidad. Todo hueco que hubiese dentro de mí, era rellenado con todos los bellos momentos que a tu lado ocurrían.

ㅡ Yo también te amo, precioso gigante. ㅡ Me respondiste, posando una vez más tus labios sobre los míos. Lamí tus ricos labios, el sabor a frambuesa por los chicles que masticabas a diario saboreándolos con mi húmeda lengua. Los saboreé con hambre, un hambre que sólo tú me producías, KyungSoo. Hambriento de tus besos, caricias y la forma en la que me hablabas, diciéndome todo lo que te provocaba en el interior. Nos terminamos por separar al sentir que nuestros pulmones exigían aire.

Alineé mi pene en tu entrada, y con lentitud fui abriéndome paso dentro de ti. Tu estrechez exprimió a mi falo, tragándolo. El placer era tanto que solté un estruendoso gemido, acompañado por ti, que prácticamente gritaste al sentirte lleno de mí.

ㅡ ¡C-ChanYeol! ㅡ Escuchar mi nombre salir de tu boca, era la razón por la cual me volvía completamente loco, necesitado de escucharte gritarlo siempre. Me hundí aún más, y cuando llegué hasta cierto punto, pude saber por como te arqueaste... que había tocado tu punto dulce ㅡ. ¡Ahí... ahí amorcito!

Cada embestida contra tu culo producía un caliente sonido, piel contra piel, haciéndonos uno. Fui aumentando el ritmo, y tú te deshacías entre necesitados gemidos. No era capaz de detenerme, quería más y yo sabía que tú también. Apretando el agarre en tu pequeña cintura, comencé a sentir como de apoco estaba llegando aquel esperado orgasmo.

Sentía que estábamos en el mismísimo cielo, descansando en una esponjosa nube que nos envolvía a ambos, siendo una suave caricia para nuestras vivas almas, pero a la vez, parecía un fogoso infierno, consumiendo nuestros cuerpos, quemando todo en nuestro interior.

ㅡ ¡KyungSoo, amor! ㅡ Grité sin poder evitarlo, acelerando mis estocadas a tu maltratada próstata. Los jadeos que brotaban de nuestras bocas, el sucio sonido que producían nuestras pieles al chocar una con la otra, más el bombeo acelerado de nuestros corazones, hacían imposible que la habitación pudiera sumergirse en el silencio que, antes de que todo comenzara, había estado presente.

Sintiendo como el orgasmo nos alcanzaba, ambos gritamos al unísono, tú convulsionando por la gran liberación de una dulce tortura, viniéndote con fuerza, manchándonos a ambos. Yo por otro lado, caí rendido encima tuyo, apoyándome en mis codos para no aplastarte, sintiendo como el semen que brotaba de mi pene iba llenando el condón.

Estuvimos unos minutos quietos, intentando recuperarnos del grandioso orgasmo que fuimos capaces de alcanzar. Pero a pesar de todo, mi entrada gritaba por atención, una que tú, bebé, estabas dispuesto a brindar.

ㅡ Ahora, es tú turno de sentirte bien, amorcito. ㅡ KyungSoo dijo, sonriendo con malicia.

AAAAAH, AMOR ESTO 😭😭
gracias a las adaptaciones que acepté que hicieran tuve un respaldo de esta hermosa historia, así que aquí la tienen de regreso 💞

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