006. Leche de fresas

        ─ Kook...─ llama la omega en un susurro.─ Tengo frío.—

        ─ Oh bueno bebé, pero estamos en verano.─ remite Jungkook con un tono preocupado, a la par que su mano se extendía en la frente de su novia buscando medirle la temperatura corporal.─ No estas caliente... A ver Sana-chan ¿Cómo te sientes? ¿bien? ¿mal? ¿desayunaste? ¿te duele algo, pequeña?—

        ─ Uh, no, tonto~─canturrea ella jalando de su polerón del mayor con un puchero.─ Quiero que me des tu polerón Kook...─ balbucea llenando las mejillas de un escarlata, haciéndola verse tan adorable.

        Jungkook asiente expulsando un suspiro de alivio, recuperándose del casi paro cardíaco que iba a recibir; en serio pensaba que Sana le había pasado algo. Pero tampoco es que le eche la culpa a la omega, el castaño tenía sobrellevado en la cabeza lo cuan sobreprotector llegaba a ser con su pareja, y es gracias a todo el amor que resguarda por ella.

        Se quita la prenda y se le extiende a Sana, que inmediatamente sonríe y lo toma. La omega lo pasa por su cabecita y segundos luego esta ya la tenía puesta hasta casi por los muslos ya que, la diferencia de tamaño se trataba de una a plena vista. Ella juega con las mangas un momento con un semblante de inocencia, mientras que para Jungkook estaba observando al ser más bonito y santurrón del mundo, dejándola enternecida.

        Maldición Sana Minatozaki.

        ─ Jungkook, si es verano ¿por qué usas polerones?─ cuestiona de la nada, vaciando el trance del alfa en un instante.

        Jungkook la mira un segundo, crispando los hombros.

        ─ A mi no me dan calor, bebé ¿y a tí?—

        ─ Nope.—

        De repente la omega sonríe lo más grande que puede, mostrando su típica sonrisa y lanzando una pequeña carcajada a la vez, buscando que su novio haga lo mismo.

        ─ ¿Por qué te ríes, Sana-chan?─ le pregunta, buscando hallarle gracia a su acción.

        ─ Es que nope es una palabra taaan divertida, Kook.─ le comenta ella aun riendo. Jungkook frunce un poco el ceño, no le ve nada chistoso.─ A ver, dilo tú, vamos, vamos.—

        ─ Ya vamos a entrar a clases Sana-chan, recuerda que somos de diferentes salones y diez minutos antes de que toque la campana debo ir al mío.─ le comenta Jungkook obligando a la pequeña hacer un puchero con sus labios, desde que comenzaron a salir acordaron en llegar temprano solo para pasar tiempo juntos como pareja, además de los mimos que ponen de un buen humor a Sana ya que en las mañanas suele levantarse de pésimo humor y merodear con esa naricita arrugada creyendo que intimida todo a su paso no esta en los planes del alfa y sus caricias.

        El castaño gira el cuello atisbando al reloj de la pared para encontrar la hora, y, como lo dedujo solo faltaba aproximadamente veintiún minutos para que se retire y deje a su novia realizar su horario escolar.

        ─ ¿Y como vas con las clases?─ pregunta tomando por fin asiento, Sana junta las mangas del polerón viéndolos entre sí aun con los labios abultados, solo asintiendo como respuesta.─ ¿Eso es un bien, Sana-chan?—

        ─ Noup, todo lo contrario, voy a perder álgebra.─ ella se alza de hombros caminando hacia Jungkook y sentándose en su regazo.─ Es que la maestra Shin esta de mal humor siempre, Kook, y se la agarra conmigo, para mi que en su casa no le dan.—

        El alfa casi se atraganta con su saliva por lo ultimo que dijo su novia ¿Desde cuando su pequeña inocente dice frases de tremendo calibre? El doble sentido esta elevado ahí, y en especial por la mueca de Sana que es una risa para ella misma.

        Se pudo imaginar miles de escenarios donde a la profesora Shin le... Ya saben, eso, que ni el misma se atreve a pronunciar en su mente porque no es lo indicado, pero gracias a Sana lo esta haciendo un poco, y la imagen no es para nada gustosa o como un uso de autoplacer, todo lo contrario. Su cara se tona colorada y abraza la cintura de su omega con fuerza plantando un beso en su cabeza.

        Qué pecado, Sana.

        ─ ¿Cómo que no le dan?─ y, para tener un fuerte golpe que lanzarse luego, a el se le escapa su interrogante. traga saliva, tiene esperanza con que haya oído mal. sí, debe ser eso.

        Pero ¿Quién mierda entra a un estado de pánico cuando su dulce e 'inocente' novia hace referencia de una frase de doble sentido?

        Sí, Jungkook.

        Se pone más nervioso al momento que su novia la mira con toda la obviedad del mundo.

        ─ Pues no le dan, Kook.─ suelta ella con un tono dulce, escondiéndose más en los brazos del alfa.─ No le dan leche de fresas que a mi me pone de buen ánimo y por eso esta de gruñona, pobrecita.—

        Puede respirar en paz; su bebé aún es pura.

        ─ ¿Por qué Kook? ¿Pensaste en otra cosa a la que me refería?─ se gira de su posición aún en su regazo observándolo con orbes de una niña desentendida.

        ─ Nope.─ contesta dejando otro beso en su cabellera mientras resonaba el timbre de clases avisando que de habían pasado de la hora programada y que el alfa tenía que retirarse.

        Sana lloriqueo como cachorra porque no apetecía alejarse de su alfa ni un centímetro y Jungkook solo le prometió comprarle leche de fresas si le esperaba hasta el momento de almorzar obligando inmediatamente a su novia aceptar con una ancha sonrisa y un beso en la mejilla que hizo oír ese 'mua' típico en el.

        Ahora solo debe esperar por su leche de fresas pacientemente.

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